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1. FUNCION CONSTITUCIONAL DEL CONCEPTO O INSTITUCIÓN A TRATAR.

Con carácter general, se puede decir que son derechos humanos que, por su importancia se
encuentran recogidos normalmente en la constitución y que suelen disfrutar de una especial
protección a través de mecanismos específicos de garantía. Nuestra constitución aborda esta
materia en su Título I. Este título aparece encabezado por el art.10 CE que establece ‘la
dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la
personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden
político y de la paz social’.

2. Exposición muy sintética de los aspectos que serán abordados.

En este capítulo se acordará el estudio de los derechos fundamentales de la igualdad


(art.14CE), a la vida e integridad física y moral (art.15) y libertad ideológica y de culto (art.16).

3. NORMATIVA REGULADORA

a. Constitución

- Art.14: Igualdad ante la ley.


- Art.15: Derecho a la vida.
- Art.16: Libertad ideológica y religiosa

b. Normativa básica reguladora.

LEY DE IGUALDAD

Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres

A) DERECHO A LA VIDA Y A LA INTEGRIDAD PERSONAL (ART. 15)

Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida

Ley Orgánica 11/1995, de 27 de noviembre, de abolición de la pena de muerte en tiempo de


guerra

Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción


voluntaria del embarazo.

LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA (ART. 16)

Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa

c. Normativa conexa

Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida

Ley Orgánica 11/1995, de 27 de noviembre, de abolición de la pena de muerte en tiempo de


guerra

Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción


voluntaria del embarazo.
TEMA 3. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.
1. EL DERECHO A LA IGUALDAD.

o CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA IGUALDAD

Concepto polifacético y transversal:

• Valor superior del ordenamiento jurídico: art. 1.1.

• Mandato a los poderes públicos: igualdad material del 9.2 y prohibición de la


arbitrariedad del 9.3.

• Derecho subjetivo: igualdad formal del art. 14, con diversas concreciones,
como 23.2 ó 32.1.

• Principio configurador del sistema tributario: art. 31.

• Principio del Estado Autonómico: arts. 138.2, 139.1, 149.1.1.

Carácter relacional y no autónomo del principio de igualdad.

La CE se refiere a la igualdad en relación con el acceso a cargos y funciones públicas (art.


23.2), el matrimonio (32.1), los derechos laborales (35.1) , de los hijos y de las madres
(39.2), etc. El que la igualdad no pueda predicarse en abstracto, sino únicamente respecto
de relaciones jurídicas concretas, impide que este principio pueda ser objeto de una
regulación o desarrollo normativo con carácter general.

Así no es posible concebir un desarrollo legislativo unitario y global de este precepto


(aprobar una genérica "ley de igualdad“) sino que son las normas individuales dictadas en
los distintos campos o áreas materiales y procesales de actividad las que tienen que
plasmar este principio.

o LA IGUALDAD ANTE LA LEY

La idea de igualdad aparece recogida en diversos artículos del texto constitucional. La primera
de sus manifestaciones la encontramos en el título preliminar, concretamente en los arts.1
(como valor superior) y 9.2 (igualdad real como principio constitucional). Otras
manifestaciones suyas se pueden ver en el título primero.

De las concreciones constitucionales de la idea de igualdad, la más conocida es la contenida en


el art.14 CE: ‘los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razón de nacimiento raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o
circunstancia personal o social.

 Es la primera formulación del principio de igualdad.

 Se traduce en el carácter universal, general y abstracto de la ley.

 Implica otorgar el mismo tratamiento jurídico a quienes se encuentran en igual


situación de hecho.

El Tribunal Constitucional:

Ha definido el principio de igualdad como la prohibición de toda diferencia de trato que


carezca de una justificación objetiva y razonable.
Ha afirmado el carácter vinculante de este principio tanto para el legislador (igualdad en la
ley), como para los órganos aplicadores del Derecho (igualdad en la aplicación de la ley) y los
particulares (igualdad horizontal).

Ha matizado la vinculación de los particulares al principio de igualdad al señalar que su libertad


de actuación sólo está limitada constitucionalmente de forma directa por la prohibición de
discriminar por las causas expresamente mencionadas en el artículo 14, por considerarse de
orden público. En lo demás ha de estarse a lo que establezcan las leyes y los jueces, que en
todo caso deberán ponderar este trascendente principio con el de autonomía de la voluntad,
implícito en la Constitución.

Sin embargo, el art.14 CE no prohíbe toda diferencia de trato por parte de los poderes
públicos, sino únicamente aquella diferencia de trato que sea discriminatoria, es decir, que no
esté justificada objetiva y razonablemente. Para decidir si una diferencia de trato está
justificada objetiva y razonablemente (por tanto, está permitida en la constitución) o no (y por
tanto es una discriminación vedada por la constitución), tenemos que realizar un examen que
consta de distintas etapas:

1º. Aportación de un término de comparación. Se exige que la norma haya introducido una
diferencia de trato entre grupos o categorías de personas que se comparan. Se trata de un
presupuesto sin el cual no debe continuar el análisis de constitucionalidad de la norma.

2º. La medida que analizamos debe tener una finalidad.

3º. La finalidad debe ser razonable, es decir, coherente con el sistema de valores y principios
constitucionales.

4º. La medida debe ser racional, debe servir y ser útil para conseguir realmente el fin que
persigue.

5º. La medida debe ser proporcional, requiere que se pongan en relación el supuesto de
hecho, la finalidad de la medida y los resultados que ésta produce, de forma que deben vitarse
resultados especialmente gravosos.
o IGUALDAD EN LA APLICACIÓN DE LA LEY

El derecho a la igualdad ante la ley del art.14 CE se proyecta también sobre la labor de los
órganos judiciales. Se habla entonces de igualdad en la aplicación de la ley.

Para ver si existe una desigualdad en la aplicación de la ley, y por tanto una vulneración del
art.14 CE por parte de un órgano judicial, tenemos que realizar también un examen detallado y
distinto al que se proponía en relación con la igualdad ante la ley. Solo habrá desigualdad ante
la ley si se dan los siguientes requisitos:

- Quien alega desigualdad en la aplicación de la Ley debe aportar un término de


comparación. Así, dos supuestos de hecho sustancialmente iguales han recibido
resoluciones judiciales de distinto sentido. Las resoluciones judiciales con las que
establecemos la comparación han de reunir las siguientes condiciones:
a) Deben ser anteriores.
b) Han de haber sido dictadas por el mismo órgano judicial, incluso misma sala y
misma sección. Debido a que los órganos judiciales son independientes entre
sí y pro tanto pueden sostener distintas interpretaciones de la misma norma.
c) Debe darse un elemento de alteridad. Los sujetos afectados deben ser
distintos.
- La resolución judicial presuntamente lesiva no justifica el cambio de jurisprudencia
respecto de aquella con la que se establece la comparación. Que el órgano judicial no
haya motivado el cambio de sentido de la línea jurisprudencial de una manera estable
y permanente hacia el futuro.

Por tanto, el juez que mantiene una línea estable de resolución de cierto tipo de conflictos
puede alterar su jurisprudencia siempre que motive adecuadamente el cambio de sentido – de
forma expresa o implícita- y lo mantenga hacia el futuro. Un cambio ocasional, para un
supuesto concreto y sin justificación sería constitutivo de una arbitrariedad lesiva del art. 14
CE.

o LAS CLÁUSULAS DE DISCRIMINACIÓN DEL ART.14CE.

El art.14 CE se refiere a la prohibición de una serie de motivos o razones concretos de


discriminación, esta referencia expresa de tales motivos o razones de discriminación no implica
el establecimiento de una lista cerrada de supuestos, también se han considerado como tales
la salud (STC 62/2008) o la edad (STC 63/2011).

El TC ha declarado que no son constitucionalmente legítimos los tratamientos diferenciados


fundados de manera exclusiva o determinante en los motivos de discriminación citados por el
art. 14 CE (STC 200/2001).

El TC ha otorgado a las condiciones personales explícitamente enunciadas en el artículo 14


(nacimiento, raza, sexo, religión y opinión) el tratamiento de "categorías sospechosas de
discriminación", de tal modo que todo trato desigual basado en alguna de esas circunstancias
debe ser sometido a un escrutinio especialmente riguroso, necesitando un plus de
fundamentación de su objetividad y razonabilidad para pasar el test de constitucionalidad.
La discriminación positiva, discriminación inversa o acción afirmativa.

El TC ha defendido la necesidad de hacer una interpretación dinámica y abierta de la igualdad


formal del art. 14 a fin de hacer hacerla compatible con la igualdad real y efectiva de que habla
el art. 9.2 CE, lo que le ha llevado, entre otras cosas, a admitir la validez constitucional de las
medidas de acción positiva y de discriminación inversa en relación con grupos sociales
desfavorecidos (mujer, discapacitados, etc.).

Implica aplicar un tratamiento diferenciado y más ventajoso a quienes se encuentran en igual


situación de hecho desde un punto de vista formal, pero que históricamente han sufrido
discriminación a causa de injusticias sociales.

Con el fin de hacer efectivo el derecho de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres
y hombres, y desarrollar en este ámbito los arts.9.2 y 14 CE, se aprobó la Ley Orgánica 3/2007,
de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres y la Ley Orgánica 1/2004, de
28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

2. EL DERECHO A LA VIDA.

El derecho a la vida se encuentra recogido en el art.15CE, según el cual todos tienen derecho a
la vida. Es entendido como un derecho subjetivo y exclusivo para la persona ya nacida. Su
importancia queda de manifiesto cuando el TC afirma que el derecho a la vida es la proyección
de un valor superior del ordenamiento jurídico constitucional y constituye el derecho
fundamental esencial y troncal en cuanto es el supuesto ontológico sin el que los restantes
derechos no tendrían existencia posible. STC 53/1985

Sobre el contenido del derecho a la vida es de especial interés la STC 12/1990, en la que se
dice que el derecho fundamental a la vida, en cuanto derecho subjetivo, da a sus titulares la
posibilidad de recabar el amparo judicial y, en último término el de este tribunal frente a toda
actuación de los poderes púbicos que amenace su vida o integridad.

De otra parte, como fundamento objetivo del ordenamiento impone a esos mismos poderes
públicos y en especial al legislador, el deber de adoptar las medidas necesarias para proteger
esos bienes, vida e integridad física, frente a los ataques de terceros, sin contar para ello con la
voluntad de sus titulares e incluso ni siquiera queda hablar, en rigor de titulares de ese
derecho.

El derecho constitucional a la vida tiene un contenido de protección positiva y no es un


derecho de libertad que incluya el derecho a la propia muerte. Ello no impide, sin embargo,
reconocer que, siendo la vida un bien de la persona que se integra en el círculo de su libertad,
pueda aquella fácticamente disponer sobre su propia muerte, pero esa disposición constituye
una manifestación del agere licere, en cuanto a la privación de la vida propia o la aceptación
de la propia muerte es un acto que la ley no prohíbe. El TC niega que el art.15 garantice el
derecho a la propia muerte.

El titular puede disponer de su voluntad respecto a tratamientos médicos. El TC sostiene que


quien asume el riesgo de morir en un acto de voluntad que sólo afecta a El mismo. podrá
sostenerse la ilicitud de la asistencia médica obligatoria o de cualquier otro impedimento a la
realización de esa voluntad.

Nuestro código penal no sanciona la tentativa de suicidio, sin embargo, el art.143 CP sí


sanciona a quien coopere con actos necesarios al suicidio de una persona, estableciendo una
pena mayor si la pena llaga hasta el punto de ejecutar la muerte. No obstante el apartado 4
opera una reducción prevista para los casos en los que la víctima por petición expresa, seria e
inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría
necesariamente a la muerte. Así pues, la eutanasia se encuentra castigada penalmente en
nuestro ordenamiento.

o EL ABORTO.

El TC aborda esta cuestión en la STC 53/1985. De ella resulta que, aunque el feto no es titular
de la dimensión subjetiva del derecho fundamental a la vida, sí aparece comprendido en ese
ámbito de protección del art.15 CE, en su vertiente objetiva: la vida del nasciturus en cuando
éste encarna un valor fundamental garantizado en el art.15, constituye un bien jurídico cuya
protección se encuentra en dicho percepto.

De la doctrina de esta sentencia se deriva que el aborto puede ser despenalizado en dos casos:

a. Cuando la vida del feto entra en conflicto con otros derechos o bienes
constitucionalmente protegidos de la madre, de relevante significación. Este
argumento sirvió al TC para justificar la constitucionalidad de la despenalización de
borto en los supuestos de aborto terapéutico (cuando la gestación provoca un grave
peligro para la vida o salud de la madre) y resulta relevante para el aborto ético
(cuando el embarazo ha sido consecuencia de un delito de violación).
b. Cuando no resulta razonablemente exigible a la mujer la continuación del embarazo.
En aquellos acaso de aborto ético y eugenésico (probable existencia de graves tara
físicas o psíquicas en el feto).

El panorama legislativo ha cambiado radicalmente con la LO 2/2010 de 3 de marzo, de la salud


sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Esta norma supone el
cambio de un sistema de indicaciones como el anteriormente expuesto, a otro mixto, en el que
se combina:

- Un sistema de plazos, por el que la mujer puede decidir libremente abortar en las
primeras catorce semanas de gestación, con tal de que haya sido informada sobre los
derechos, prestaciones y ayudas públicas de apoyo a la maternidad, en los términos
indicado por la Ley y transcurran al menos tres días desde la información hasta la
intervención.
- Pasado el plazo se puede interrumpir el embarazo si se dan alguna de estas tres
situaciones:
a. Que no se superen las 22 semanas de gestación y siempre que exista grave
riesgo para la vida o salud de la embarazada y así conste en un dictamen
emitido con anterioridad a la intervención.
b. Que no se superen las 22 semanas y siempre que exista riesgo grave de
anomalías en el feto y así conste en un dictamen emitido con anterioridad.
c. Cuando se detecten anomalías fetales incompatibles con la vida y así conste en
un dictamen.

Esta ley contempla la objeción de conciencia de profesionales sanitarios. En 2010 se interpuso


Recurso de inconstitucionalidad, aún pendiente de resolución.

Ley orgánica 11/2015 de 21 de septiembre, para reforzar la protección de menores y mujeres


con capacidad modificada judicialmente en la interrupción voluntaria del embarazo.
o LA PENA DE MUERTE.

El art.15 establece en su incido final que queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan
disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra. La constitución permite al
legislador que decida sobre la vigencia de la pena de muerte para tiempos de guerra. En la
actualidad, esta se encuentra derogada en la ley orgánica 11/1995. España ratificó en 2009 el
Protocolo núm. 13 al CEDH relativo a la abolición de la pena de muerte para tiempos de
guerra.

3. EL DERECHO A LA INTEGRIDAD FÍSICA Y MORAL.

Junto con el derecho a la vida, el art.15CE protege el derecho de todos a la integridad física y
moral, sin que en ningún caso puedan ser sometido a torturas ni a penar o tratos inhumanos o
degradantes.

Este derecho protege la inviolabilidad de la persona, no solo contra ataques dirigidos a lesionar
su cuerpo o espíritu, sino también contra toda clase de intervención en esos bienes que
carezca del consentimiento de su titular. STC 120/1990

Como señala la STC 201/1996, mediante el derecho a la integridad física se protege el derecho
de la persona a la incolumidad corporal, esto es, su derecho a no sufrir lesión, menoscabo o
intervención alguna en su cuerpo, o incluso en su apariencia externa, sin su consentimiento.

Para que una intervención corporal no voluntaria sea conforme con la constitución debe
cumplir los siguientes requisitos (STC 207/1996):

a) Fin constitucionalmente legítimo.


b) El principio de legalidad.
c) Jurisdiccionalidad.
d) Principio de proporcionalidad.
e) La práctica de la intervención debe realizarse respetando la dignidad de la persona, y
la prohibición de infligir tratos inhumanos o degradantes.
f) La ejecución de las intervenciones corporales debe efectuarse por el personal
sanitario.

En el ámbito de las actuaciones dirigidas a la protección de la salud, es de destacar que, salvo


justificación constitucional, el derecho a la integridad física y moral no consiente que se
imponga a alguien una asistencia médica en contra de su voluntad, cualesquiera que fueren los
motivos de esa negativa.

En esta línea la ley 41/2002 básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y
obligaciones en materia de información y documentación clínica, prevé la necesidad del
consentimiento libre e informado del paciente para toda actuación en el ámbito de su salud
(art.8.1) , con dos excepciones: riesgo pare la salud pública o riesgo inmediato y grave para al
salud del enfermo, sin posibilidad de conseguir su autorización.

La ley citada regula además en su art.11 el documento de instrucciones previas, por el que una
persona mayor de edad, capaz y libre, manifiesta anticipadamente su voluntad, con objeto de
que ésta de cumpla en el momento que llegue a situaciones cuyas circunstancias no sea capaz
de expresarlos personalmente, sobre los cuidados y el tratamiento de su salud, o una vez
llegado el fallecimiento, sobre el destino de su cuerpo y los órganos del mismo. estas
instrucciones podrán ser revocadas por escrito en cualquier omento. La ley crea a su vez un
registro nacional de instrucciones previas.

PROHIBICIÓN DE TORTURAS Y PENAS O TRATOS INHUMANOS DEGRADANTES.

La prohibición de torturas y penas o tratos inhumanos degradantes tiene carácter absoluto.

Son en su significado jurídico nociones graduadas de una misma escala. Implican la causación
de padecimientos ilícitos infringidos de modo vejatorio para quien los sufre con la intención de
doblegar la voluntad de sujeto.

4. LAS LIBERTADES IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA.

Las libertades ideológica y religiosa están prevista en el art.16 CE. Este establece que se
garantizan la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y de las comunidades sin
más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden
público protegido por la ley. La libertad religiosa ha sido desarrollada en la LO 7/1980.
Dada su estrecha vinculación con la dignidad de la persona, los extranjeros son titulares de
este derecho en las mismas condiciones que los nacionales.

En el artículo se reconoce este derecho a los individuos y las comunidades, concepto en el que
podemos incluir las personas jurídicas. En cuanto a los menores el TC ha afirmado que son
titulares plenos de sus derechos fundamentales, y en este caso su patria potestad se modulara
en función de la madurez del niño y los distintos estadios en que la legislación gradúa su
capacidad de obrar.

Siguiendo la doctrina del TC en el contenido de los derechos del art.16CE se pueden distinguir
las siguientes dimensiones:

a. Dimensión subjetiva.
1) Dimensión interna. Supone el derecho a adoptar una determinada posición intelectual
ante la vida y cuanto le concierne y representar o enjuiciar la realidad según
convicciones personales, afirma el TC que garantiza la existencia de un claustro íntimo
de creencias y por tanto un espacio de autodeterminación intelectual ante el
fenómeno religioso, vinculado con la propia personalidad y dignidad individual.
2) Dimensión externa. Implica la posibilidad de actuar libremente con arreglo a las
propias ideas sin sufrir por ello sanción o demérito ni padecer la injerencia d ellos
poderes públicos. Supone también la posibilidad de mantener sus creencias frente a
terceros.
3) Dimensión negativa. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o
creencias.
b. Dimensión objetiva.

Comprende la neutralidad de los poderes públicos, ínsita en aconfesionalidad del estado y el


deber de los poderes públicos de mantener relaciones de cooperación con a iglesia católica y
las demás confesiones, teniendo en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española.
(art.16.3 CE).
La libertad religiosa se desarrolla en:

• Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio, de libertad religiosa

• Real Decreto 594/2015, de 3 de julio, por el que se regula el Registro de


Entidades Religiosas

• Real Decreto 932/2013, de 29 de noviembre, por el que se regula la Comisión


Asesora de Libertad Religiosa

LA OBJECION DE CONCIENCIA

La objeción de conciencia se configura como la facultad de oponerse, por razones ideológicas,


al cumplimiento de deberes establecidos de forma general por el ordenamiento.

La Constitución hace referencia a dicha objeción con respecto al servicio militar (artículo 30.2
de la Constitución) y a la denominada "cláusula de conciencia" de los periodistas [artículo 20.1
d) de la Constitución]

También se reconoce en la Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva (citada).

La doctrina del TC ya había reconocido la objeción de médicos y personal sanitario en relación


con la interrupción voluntaria del embarazo y prácticas vinculadas a reproducción asistida, o
dispensa de la píldora del día después, entre otras en sus Sentencias 53/1985, de 11 de abril, y
116/1999, de 17 de junio.

No obstante hay que tener en cuenta que la objeción de conciencia no se admite de forma
general, habiéndose negado, por ejemplo, para formar parte de mesas electorales (Sentencias
del Tribunal Supremo, Sala 3ª de 30 de enero de 1979 y de 28 de octubre de 1998) o a la
"objeción fiscal".

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