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TEMA 1. EL SIGLO XVIII: LA QUIEBRA DEL ANTIGUO RÉGIMEN.

1. EUROPA EN EL SIGLO XVIII.


- En el s. XVIII se inicia la crisis del ANTIGUO RÉGIMEN, estructura económica, social y política
que existe en Europa durante los siglos XVI, XVII y primera mitad del s. XVIII, basada en la
economía agraria de tipo señorial, la sociedad estamental y el absolutismo monárquico. Libro,
págs. 6-7.
- Se producen cambios importantes: Relativa paz internacional (concluye la Guerra de Sucesión
y se firma el Tratado de Utrech-1713), crecimiento demográfico y reactivación de la economía
(por el desarrollo agrícola, manufacturero y comercial, el aumento de la producción, y el auge
del capital). Libro, págs. 8-9.

2. LA ILUSTRACIÓN.
- Definición: Movimiento intelectual que surge en Francia en el s. XVIII considerado una
revolución ideológica, y que critica las estructuras del Antiguo Régimen. Defiende la fe
absoluta en la razón y confía en la educación, el progreso y la tolerancia. “La Enciclopedia”, un
gran compendio del saber de la época supervisado por Diderot y D’Alembert, recoge los
principios ilustrados.
- Pensamiento económico: propone el LIBERALISMO ECONÓMICO que se opone al
mercantilismo y a la intervención del Estado en la economía, y defiende la libertad económica
y la propiedad privada.
- Pensamiento político: se configura el LIBERALISMO POLÍTICO que plantea que todos los
ciudadanos tienen unos derechos y el Estado debe defenderlos y garantizarlos. Los principios
en los que se basa el liberalismo político son:
 La división de poderes.- Montesquieu en su libro “El espíritu de las leyes” (1748)
establece que los poderes del Estado son tres: legislativo, ejecutivo y judicial, y estos
deben residir en organismos diferentes para evitar la concentración de poder.
 La soberanía nacional.- Rousseau en “El contrato social” (1762) expone la teoría de
que la soberanía reside en el pueblo (ésta es la base de la democracia moderna). Los
ciudadanos elegirán mediante el voto a sus representantes y éstos elaborarán las
leyes, de este modo la ley será un reflejo de la voluntad del pueblo.

3. LA QUIEBRA DEL ABSOLUTISMO.


3.1. El parlamentarismo inglés.
- En Inglaterra desde la Edad Media el poder real estaba limitado por el Parlamento. Pero en
el s. XVII la dinastía de los Estuardo trató de reducir las funciones del Parlamento, lo que
provocó una guerra civil entre los defensores del sistema tradicional, y los del absolutismo.
En 1689, después de destronar a la monarquía absoluta de los Estuardo, el Parlamento
inglés obliga a los nuevos monarcas a jurar la Declaración de Derechos, que limitaba el
poder del Rey y sometía algunas decisiones al Parlamento.
- En el s. XVIII Inglaterra representa una “situación especial” en la Europa absolutista porque
posee una MONARQUÍA DE PODER LIMITADO, en la que se establece el principio de
separación de poderes: el Parlamento elabora las leyes, el Rey dirige el ejecutivo y el poder
judicial es independiente del gobierno.
- Pero sólo una minoría, el 15% de la población, tiene derecho a voto, existe por tanto un
sistema oligárquico. Aún así, a pesar de sus limitaciones, el modelo inglés inspiró a
pensadores y críticos del absolutismo.

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3.2. El Despotismo Ilustrado.
- En la segunda mitad del s. XVIII algunos monarcas europeos (Federico II de Prusia, Catalina
II de Rusia, Carlos III de España....), influenciados por el pensamiento ilustrado pretenden
mantener el absolutismo centralizador y a la vez promover programas reformistas para
modernizar la economía y fomentar la educación. Este sistema político se conoce como
DESPOTISMO ILUSTRADO y su lema es: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
- Esta solución no tiene muchas posibilidades de éxito porque no se puede aplicar la
Ilustración “a medias”: se reforma la economía, pero se mantienen las estructuras sociales y
políticas del Antiguo Régimen.

4. LA REVOLUCIÓN AMERICANA.
- A finales del s. XVIII las trece colonias inglesas de la costa este americana inician una
revolución contra Inglaterra, también influenciadas por las ideas ilustradas. Además,
denuncian su falta de representantes en el Parlamento inglés y quieren acabar con el
monopolio comercial de la metrópoli.
- En el proceso de independencia destacan tres hechos importantes:
 El 4 de julio de 1776 se redacta la Declaración de Independencia de los Estados
Unidos de América que se apoya en el derecho a la igualdad y a la libertad (principios
ilustrados).
 En 1783 Inglaterra reconoce la independencia de las colonias tras una larga guerra y
George Washington es proclamado primer presidente de los Estados Unidos de
América,
 En 1787 el nuevo Estado redacta la 1ª CONSTITUCIÓN escrita de la historia, que
recoge la división de poderes y la implantación de una REPÚBLICA y de una
estructura federal. Este texto se completa con una Declaración de Derechos que
garantizaba los derechos básicos de los ciudadanos (expresión, prensa, reunión...).
- La Revolución Americana representa la puesta en práctica del liberalismo político, de ahí
su influencia en el resto del mundo.

5. EL SIGLO XVIII EN ESPAÑA: LOS BORBONES.


5.1. El absolutismo centralista borbónico.
- La Guerra de Sucesión (1701-1713). Libro, pág. 17.
- Los primeros Borbones españoles implantaron el modelo absolutista francés: el rey
concentra todos los poderes anulando a las Cortes. También trataron de unificar todo el
territorio español imponiendo unas leyes únicas e idéntica administración (Felipe V promulga
los “Decretos de Nueva Planta”, 1707).
5.2. El reformismo borbónico.
- Carlos III representa en España el establecimiento del despotismo ilustrado. Pretende
estimular el crecimiento económico para modernizar el país y poder recuperar el prestigio en
Europa.
Entre sus reformas destacan: impulso y protección de las Sociedades Económicas de Amigos
del País que apoyan el desarrollo de la agricultura, artesanía y comercio y defienden la libertad
económica, inicio de una reforma agraria y también en la educación, apoyo a las obras
públicas…
- Aunque a comienzos del s. XVIII sigue existiendo en España una sociedad estamental y rural,
las reformas de Carlos III consiguieron impulsar la economía del país y situarlo de nuevo entre
los más avanzados de Europa. Pero sus sucesores no se mostraron tan preocupados como él
por los asuntos de Estado.

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