EL SIGLO XIX

El liberalismo. Las
revoluciones
burguesas.
Independencia de
EEUU y las colonias
españolas. La
Revolución Industrial.
La sociedad de clases
El movimiento obrero.

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EL LIBERALISMO POLÍTICO Y ECONÓMICO

Crisis del Antiguo Régimen

El Antiguo Régimen se desarrolla en la Europa de la Edad

Moderna, es decir, en los siglos XVI, XVII y XVIII. Supone la
pervivencia de muchos rasgos sociales y económicos medievales.
Es un sistema político, social y económico caracterizado por los
siguientes rasgos: por el absolutismo monárquico, la sociedad
estamental y la economía agraria:
- Su forma política es la monarquía absoluta, en la que el rey
concentra en sus manos todo el poder. Su administración
está centralizada en la corte.
- La sociedad es una sociedad estamental: una minoría
privilegiada (nobleza y clero) ostenta todos los cargos
públicos, mientras que el resto de la población (el tercer
estado) paga los impuestos y no goza de ningún tipo de
privilegio.
- La economía es eminentemente agraria.
El fin del Antiguo Régimen llegará con las revoluciones liberales
o burguesas y con la Revolución Industrial y tras él se inicia el
régimen liberal y la Edad Contemporánea.

Liberalismo político

Las teorías políticas liberales fueron los cimientos

ideológicos de las revoluciones que, tomando como modelo la
Revolución Francesa, intentaron la caída del absolutismo y del
Antiguo Régimen. Los ideólogos ilustrados tomaron como modelo
la monarquía parlamentaria inglesa para formular sus propuestas
políticas basadas en dos principios:
- La separación de los poderes. Según esta idea, el poder
legislativo (la elaboración de las leyes), el poder judicial (la
aplicación de las leyes) y el poder ejecutivo (el gobierno)
no podían estar en manos de una sola persona o institución.

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 - La soberanía. Este principio cuestiona el origen divino de la
monarquía y defiende que el poder reside en los ciudadanos,
que ceden el poder al Estado. El Estado debe garantizar
una serie de libertades a los ciudadanos a través de una
Constitución.

El liberalismo económico

El liberalismo económico es la doctrina económica que aplica

las ideas de la libertad sobre la economía:
- La ley de la oferta y la demanda regula los precios de
los productos y los salarios de los trabajadores.
- El estado no debe intervenir en las cuestiones
económicas, debe dejar que se regulen libremente
mediante la oferta y la demanda y mediante la iniciativa
particular de los ciudadanos.
- El comercio ha de ser libre, de manera que contribuya
al desarrollo de la riqueza de los ciudadanos y de las
naciones.
Adam Smith fue el padre del liberalismo económico.

LAS REVOLUCIONES BURGUESAS

El despotismo ilustrado fracasó en su intento de

transformar la sociedad y mantener, a la vez, el estatus de la
monarquía y las ideas ilustradas. Las ideas de los pensadores
ilustrados sobre la soberanía nacional, el origen del poder y su
crítica al sistema social estamental promovieron movimientos
revolucionarios que se enfrentaron con el poder establecido.
Los colonos de Norteamérica se levantaron contra la
metrópoli británica consiguiendo su independencia y en Francia,
el Tercer Estado acabó con la monarquía absolutista y, por tanto,
con el Antiguo Régimen.
La evolución revolucionaria en Francia, con la llegada y caída
de Napoleón restauró la monarquía, por un breve periodo al que

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sucedieron nuevos procesos revolucionarios en Europa y
Suramérica.

La Independencia Norteamericana

Nueva Inglaterra estaba constituida por trece colonias

británicas en la costa este de Norteamérica; la metrópoli ejercía
el control económico sobre estos territorios, frenando su
desarrollo industrial y monopolizando el comercio. La política
impositiva tampoco contentaba a los colonos que unidos hicieron
frente a Gran Bretaña.
Las colonias norteamericanas se proclamaron
independientes y estalló la guerra contra Gran Bretaña. El
ejército norteamericano estuvo dirigido por George Washington.
La independencia de Norteamérica fue finalmente reconocida en
la Paz de Versalles (1783).
La Constitución de 1787 fue la ley fundamental del nuevo
Estado. En ella se contenían los principios del liberalismo.
Establecía una forma de gobierno republicana, la separación de
poderes, una declaración de derechos y libertades individuales
(libertad de expresión, de reunión, de religión, etc.) y la creación
de un Estado Federal, llamado Estados Unidos, que integraba a
las trece colonias.

La Revolución Francesa

La Revolución Francesa, que se inició en 1789, se desarrolla

a lo largo de una serie de etapas. Comienza con los sucesos
revolucionarios protagonizados por el pueblo. Como consecuencia
de estos, el rey Luis XVI, se ve obligado a aceptar
representantes del pueblo (burguesía) en lo que se denomina
Asamblea Nacional Constituyente, cuya función fue la redacción
de una Constitución para Francia. Una parte de la nobleza emigró
hacia otras naciones de Europa. La Constitución elaborada fue

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aceptada por el rey y Francia se convirtió así en una monarquía
constitucional.
A la vez que se suceden estos acontecimientos, estalla la
guerra contra Austria y Prusia, dos potencias absolutistas que
pretendían invadir la Francia revolucionaria, lo que motivó la
creación de un ejército nacional francés en defensa de sus ideas.
La reina María Antonieta, austriaca y esposa de Luis XVI, fue
motivo de un rechazo general por parte del pueblo francés. Se
aprovechó la situación de inestabilidad para acusar al rey de
«conspiración contra la libertad pública y la seguridad general
del Estado», razón por la cual ambos fueron ejecutados.
Se proclama entonces la República. La burguesía adquiere el
poder y se convierte en la fuerza política dominante del país. Se
inicia, a partir de este momento, una etapa de miedo. Las masas
populares expresaron su descontento ante una revolución que no
había mejorado sus condiciones de vida, puesto que seguían
viviendo en condiciones de extrema pobreza, y continuaron los
movimientos revolucionarios. Bajo el mando de Robespierre se
inició lo que se denomina el Reinado del Terror, en el que se
guillotinó a miles de personas acusadas de actividades
contrarrevolucionarias.
Las revueltas continuaron hasta que en 1799 el general
Napoleón Bonaparte dio un golpe de Estado con el que consiguió
instaurar una dictadura y que fue el origen del primer Imperio
Francés.

El Imperio napoleónico. Restauración absolutista. Revoluciones

liberales en Europa

Napoleón:
- reorganizó Europa de acuerdo con sus ideas imperialistas y
situó a sus familiares en tronos europeos y en nuevos reinos
que fue organizando.
- fue difundiendo los ideales de la Revolución francesa por
toda Europa:

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 o Suprimió los privilegios de la nobleza
o Proclamó la libertad y la igualdad de los ciudadanos.
o Elaboró un nuevo Código Civil, en el que se recogían
los valores revolucionarios. Sus puntos básicos eran: la
igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, el
derecho a la propiedad privada, la libertad de trabajo
y contratación y la regulación del matrimonio como un
contrato privado entre las personas.
Pero la invasión de los ejércitos napoleónicos también provocó la
oposición de los pueblos sometidos, la defensa de la nación y un
nuevo sentimiento entre los pueblos europeos: el nacionalismo. El
fracaso de la invasión de Rusia, las derrotas en España y la
derrota frente a la coalición de las potencias europeas en la
Batalla de Leipzig (1813) obligaron a Napoleón a abandonar el
poder. Fue recluido en la isla de Elba.

Tras el Imperio napoleónico, tuvo lugar la Restauración

absolutista. El Congreso de Viena, conformado por los
vencedores de Napoleón, reunió a tres monarquías absolutistas:
Austria, Prusia y Rusia (la Santa Alianza) y otra parlamentaria:

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Gran Bretaña. Su objetivo era acabar con la primacía francesa y
restablecer el equilibrio entre las potencias. Implantaron la
monarquía absoluta e intentaron reestablecer el Antiguo
Régimen.
Pero los ideales liberales no murieron con la Restauraciones
monárquicas. Estos ideales se resumían en la soberanía popular,
igualdad de los ciudadanos ante la ley, derechos y libertades
individuales, separación de los poderes del Estado y existencia
de una Constitución como ley suprema que contiene la
organización del Estado y los derechos y deberes de los
ciudadanos. A partir de 1820 una serie de oleadas
revolucionarias en Europa pretendieron implantar estos
principios liberales

Independencia de la América española

Las ideas de libertad y de independencia, proclamadas

por los Estados Unidos, tuvieron eco en las posesiones españolas
de América. Los criollos (descendientes de españoles pero
nacidos ya en América) se hicieron eco de estos ideales. Además,
querían terminar con el dominio español que les impedía ocupar
cargos políticos y ejercer el poder.
A principios del siglo XIX, cuando España fue invadida por
Napoleón (1808), los criollos crearon sus propias autoridades
en los virreinatos americanos. Cuando fueron expulsados los
ejércitos franceses de España (1814), los españoles quisieron
restablecer el orden en las tierras americanas pero ya les fue
imposible.
A pesar de los proyectos de unidad, perseguidos sobre todo
por Simón Bolivar, las nuevas tierras formaron estados
independientes.

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 LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

A mediados del siglo XVIII se inicia en Gran Bretaña y,

posteriormente se extiende a Europa y Estados Unidos un
proceso que supondrá una transformación económica y social,
pasando de una economía agraria y una producción artesanal a
un modelo de producción dominado por la industria y el
desarrollo del capital; es lo que conocemos como Revolución
Industrial, que está caracterizada por una serie de cambios:
• El uso de fuentes de energía como el carbón y la utilización de
nuevos materiales como el hierro y el acero para construir
nuevas máquinas.
• La maquinización se aplica en primer lugar a la industria textil,
con hiladoras o tejedoras que permiten multiplicar la producción.
Paulatinamente las máquinas se adaptarán a otro tipo de
industrias.
• El transporte también se beneficia de los nuevos
descubrimientos técnicos: surgen los trenes y los barcos de
vapor, que facilitan el desplazamiento de mercancías y pasajeros.
El invento que más influyó en la revolución industrial fue la
máquina de vapor de James Watt (1769), que se aplicó a la
industria, a la minería y al transporte. Fue la fuente de energía
básica de la Revolución Industrial; utilizaba carbón como
combustible.

Segunda Revolución Industrial

A partir de 1870, se desarrolló el Gran Capitalismo o la

Segunda Revolución Industrial. Esta etapa se caracterizó por el
desarrollo de nuevas industrias y fuentes de energía, por la
creación de empresas más grandes y por la extensión de la
industrialización a nuevos países.
Las nuevas fuentes de energía fueron la electricidad y el
petróleo y sus derivados.

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 Entre las nuevas industrias destacaron la química
(colorantes, productos farmacéuticos, abonos, etc.), la eléctrica
y su aplicación a las telecomunicaciones (telégrafo, teléfono,
radio), la automovilística y la metalúrgica (acero inoxidable,
cobre, aluminio, etc.).
Las nuevas empresas necesitaban invertir más cantidad de
capital para realizar sus actividades: los bancos financiaron a
las empresas.
En la Segunda Revolución Industrial destacaron países,
como Alemania, Japón y Estados Unidos, que se convirtió en la
primera potencia industrial.

LA SOCIEDAD DE CLASES

El triunfo del liberalismo a lo largo del siglo XIX en Europa

supuso el fin progresivo de la sociedad estamental. Se
proclamó la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y el fin
de los privilegios. Surgió la nueva sociedad de clases.
- En la nueva sociedad ya no habría diferencia legal por
ser hijo de nobles o de campesinos. Todos los ciudadanos
estarían gobernados por las mismas leyes.
- Las diferencias sociales se establecieron por las
riquezas. Tres clases sociales – alta, media y baja-
estructuraron la nueva sociedad de clases; en función del
dinero que se poseyera se pertenecía a una clase social o
a otra.
- En la nueva sociedad hubo mayor movilidad social: se
podía cambiar de una clase a otra.
La revolución industrial tuvo importantes
consecuencias sociales:
- Los nuevos empresarios o dueños de las fábricas
formaron una burguesía industrial que poseía grandes
riquezas. Fueron los nuevos capitalistas que se
integraron en la clase social alta.

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 - Las fábricas crearon unas condiciones de trabajo muy
duras. El afán de producir más y en menos tiempo
provocó grandes jornadas de trabajo para los obreros
industriales, de hasta 12 y 14 horas diarias. Los salarios
eran bajos; se contrató a mujeres y a niños por salarios
menores. Los obreros formaron el proletariado
industrial, integrado en la clase baja.
- El crecimiento de las industrias en las ciudades y la
oferta de puestos de trabajo atrajo a una población
creciente. Las viviendas de los obreros y las condiciones
de vida en las ciudades industriales fueron malas en los
primeros tiempos de la industrialización.

EL MOVIMIENTO OBRERO

Inicios del movimiento obrero

Las malas condiciones de trabajo y de vida del nuevo

proletariado industrial provocaron quejas y motines entre los
obreros. Los primeros actos de protesta consistieron en la
destrucción de máquinas o el sabotaje de fábricas, pues
pensaban que eran las máquinas las responsables de sus
condiciones de trabajo. A estas prácticas se las denominó
ludismo, ya que fue un obrero irlandés Ned Ludd, el primero en
realizarlas en los años de 1811 y 1812.
A partir de 1825 se crearon en Inglaterra las primeras
Trade Unions (sindicatos), asociaciones de trabajadores por
oficios que pretendían mejorar la situación de los obreros. En
1834 se creó una Gran Trade Union de todos los oficios que
integró a tantos obreros que los empresarios pidieron, y
lograron, su ilegalización.
En la primera mitad del siglo XIX los socialistas utópicos
expusieron sus teorías para mejorar las condiciones de trabajo
de los obreros:

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 - El conde de Saint-Simon defendía la necesidad de una
revolución social que mejorase las condiciones de trabajo
en toda Europa.
- Charles Fourier propuso crear los falansterios, que
consistían en grandes cooperativas donde viviesen y
trabajasen los obreros teniendo en común viviendas,
máquinas, herramientas y servicios sociales. Calculó en
unos 1600 el número de habitantes de un falansterio.
- El empresario Robert Owen convirtió su fábrica
escocesa en una cooperativa, con escuela y mercado para
los trabajadores.
Estas experiencias apenas se pusieron en práctica y no pasaron
de meras teorías; de ahí su nombre de socialistas utópicos.

El marxismo y el anarquismo

En la segunda mitad del siglo XIX, con la consolidación de la

sociedad industrial en Europa, surgieron las nuevas ideologías
socialistas.
Marx y Engels elaboraron el marxismo, teoría contenida en su
obra conjunta Manifiesto Comunista y en El Capital de Marx:
- La historia de la humanidad es la historia de la lucha de
clases. Con el sistema capitalista, la burguesía explota a
los obreros, al proletariado.
- La revolución social ha de llevar al proletariado a
conquistar el poder del Estado.
- La dictadura del proletariado acabará con la burguesía y
con la propiedad privada. Se alcanzará la sociedad sin
clases o sociedad comunista, en la que desaparecerá el
Estado.
El anarquismo de Bakunin partía de los mismos presupuestos
ideológicos que Marx: la lucha de clases y la necesidad de una
revolución social:

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 - Defiende la libertad del individuo y es contrario al
Estado y a cualquier forma de autoridad, que debe ser
eliminada.
- La sociedad debe organizarse en pequeñas agrupaciones
o comunas autosuficientes donde no exista la propiedad
privada.
En 1864 se creó la Asociación Internacional de Trabajadores
(AIT) o Primera Internacional, y fijó su sede en Londres.
Pretendía unir a todos los movimientos obreros y a todo el
proletariado europeo. Las discrepancias entre marxistas y
anarquistas surgieron pronto y en 1876 se disolvió la AIT.
En 1899 se fundó la Segunda Internacional que integró
exclusivamente a partidos obreros socialistas o marxistas, pues
fueron expulsados los anarquistas en el Congreso de Londres de
1896. Pretendió coordinar la actuación de estos partidos en toda
Europa, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial supuso su
fracaso.

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