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TEXTOS HISTÓRICOS
TEXTO 1
(Benito PÉREZ GALDÓS: “Política española”. Antología de artículos. 1884.)
Nos encontramos ante un texto de naturaleza histórica, fragmento del libro "Política
Española" de Benito Pérez Galdós, publicado en 1884. Fue un importante novelista y
político de ideología liberal, aunque se acercó posteriormente al republicanismo
moderado para luego defender el socialismo.
Este fragmento se dirige a la sociedad de la época y se dedica a hacer una crítica al
sistema político y de partidos de entonces. Era en plena Restauración Borbónica, con
Alfonso XII ocupando el trono nuevamente a raíz de que lo contactase Cánovas del
Castillo. Cánovas prometió dejar atrás la experiencia de la I República y volver a un
régimen más estable como el de la reina Isabel II. A partir la aprobación del Manifiesto
de Sandhurst, se reestablece oficialmente la monarquía en España.
Las características de este periodo estuvieron definidas por la Constitución de 1876 y la
actuación política de Cánovas y Sagasta. El principal objetivo fue la estabilidad
institucional y se impuso un sistema de alternancia de partidos, el turnismo, para evitar
conflictos y que tanto liberales como conservadores participaran en el poder. Se
cambiaban periódicamente y de manera pacífica. La realidad es que este modelo dejó
apartadas del gobierno a las fuerzas de izquierda, republicanos y radicales.
El resultado fue un sistema oligárquico, centralista y corrupto donde la Iglesia recuperó
su status económico y su influencia en la sociedad y las elecciones estaban amañadas
por el caciquismo y el clientelismo.
El texto es una queja al fraude electoral pactado o pucherazo. El turnismo le quitaba
valor a las elecciones, pues los dos partidos siempre accedían al poder cada 4 años
independientemente de los resultados electorales. Los ciudadanos se dieron cuenta de
que sus votos no correspondían con los resultados, se llegaban a registrar votos de gente
que no estaba viva, se sacaban papeletas de las urnas y se metían en otras o se
extraviaban papeletas. Todo esto se hacía bajo el interés de los caciques y especialmente
en el ámbito local y municipal, que era donde tenían más poder pues la mayoría de ellos
debían su influencia a la propiedad de la tierra y la economía rural era prácticamente
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agraria. Otras herramientas de manipulación era la colocación de urnas en lugares
imposibles de acceder y votaciones con cuneros, que eran candidatos que participaban
sin tener vinculación política. El autor refleja el descontento general de la población y el
suyo propio, una visión pesimista del mal del caciquismo y la corrupción política que
regía en esa época.
TEXTO 2
(Cánovas del Castillo, fragmento del Discurso pronunciado en Sevilla el 8 de
noviembre de 1888.)
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hasta enero de 1890, cuando Sagasta presentó su gobierno a las Cortes. Aunque tardó en
llevarse a cabo, hubo polémica con esta cuestión desde el primer momento dentro y
fuera del Congreso.
Los que apoyaban del sufragio universal lo hacían en base el principio de la soberanía
nacional, aunque la Constitución establecía la soberanía compartida entre el Rey y las
Cortes. Los liberales lo defendían porque era un compromiso político que habían
adoptado, pero Sagasta no era partidario, se mostró a favor para darle mayor legitimidad
a la monarquía, y quitar fuerza a los argumentos de los republicanos y del movimiento
obrero. Se evitaban así los conflictos sociales y se mantenía la estabilidad que tanto
caracterizó a la Restauración.
TEXTO 3
(Joaquín COSTA: Oligarquía y caciquismo. 1901.)
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TEXTO 4
(El nacionalismo catalán: Las Bases de Manresa (1892))
El cuarto y último texto es de naturaleza jurídica, ya que está detallando una ley.
Pertenece a Las Bases de Manresa, que fueron un proyecto de constitución regional
catalana, que marca el nacimiento del nacionalismo catalán conservador. Las bases no
son muy diferentes a las que tendría una Constitución ya finalizada.
Está dentro de la Regencia de Mª Cristina de Habsburgo. El contexto en Cataluña era
una situación de crisis. El Centre Català vivió una aguda crisis en 1887 tras la ruptura
entre sus dos corrientes, una más izquierdista y federalista y otra más catalanista y
conservadora aglutinada en torno al diario La Renaixensa. Los conservadores
abandonaron fundaron la Lliga de Catalunya, a la que se unió el Centre Escolar
Catalanista. A partir de ese momento la hegemonía catalanista pasó del Centre Català a
la Lliga. En 1891 la Lliga de Catalunya propuso la formación de la Unió Catalanista,
que celebró en marzo de 1892 su primera asamblea en Manresa, donde se aprobaron las
Bases de Manresa. La presidencia la ocupó Lluís Domènech i Montaner y la comisión
que redactó las Bases estuvo presidida por el sacerdote Josep Torras i Bages.
En la primera base, se indica cómo se organizará. La base 3 reivindica el uso de la
lengua catalana como única lengua oficial en Cataluña. La base 4 habla de la ocupación
exclusiva de los catalanes en los cargos públicos. Por otro lado, en la base 6 se establece
que la única soberana en su gobierno interior, sea Cataluña. De esta forma, podrá ajustar
a su manera y necesidades las herramientas de recaudación, formular nuevas leyes
orgánicas, moneda, etc. La base 7 trata sobre la reaparición de las Cortes catalanas
como poder legislativo. Y, por último, aparecen en la base 13 dos instituciones unidas a
los cuerpos de seguridad.
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COMENTARIO-ENSAYO
Durante esta fase, los militares pierden poder en la política, que antes eran los
protagonistas de la mayor parte de cambios en España, y se establece un sistema
bipartidista regida por el turnismo. Dos partidos se alternaban el poder, por un lado el
Partido Liberal y por otro el Partido Conservador. No obstante, este sistema pretendía
mantener alejados del gobierno del país a los partidos y fuerzas de izquierda,
socialismos, republicanos y movimientos regionalistas.
No había independencia de las Cortes, la soberanía era compartida con el Rey. Las
Cortes eran bicamerales, pero solo el Congreso era elegido por sufragio. El Senado por
su parte, estaba compuesto por las clases poderosas del estado, eclesiásticos y militares,
eran vitalicios y nombrados por el rey y elegidos por sufragio censitario. No había lugar
para una auténtica representatividad política y el juego político estaba regido por el
fraude y las oligarquías. Es por esto que muchos historiadores califican esta etapa de
atraso y decadencia.
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condiciones de negociación y la intervención pública se encamina a la represión. La
mayor parte del gasto público se destina al control del orden.
El caciquismo guardaba una relación directa con la oligarquía. Ortega y Gasset habla
del mal del caciquismo, considerado un mal absoluto que representa los resquicios del
feudalismo. Surge una corriente crítica hacia el caciquismo y el clientelismo político,
ligados al analfabetismo y al estancamiento socioeconómico de las zonas rurales. Javier
Tusell Gómez usa el binomio de oligarquía/caciquismo. Se define como un instrumento
en manos de la oligarquía que establece un sistema de dominación en base a la
propiedad agraria, en el que el poder del cacique terrateniente abusa del campesinado
pobre. El clientelismo es el soporte del poder político, y nace del fracaso del intento de
implantar el parlamentarismo en España y otras estructuras y actuaciones políticas del
contexto europeo.
Los caciques suelen ser los gobernadores, y tienen protagonismo en los poderes locales.
Tienen una importante funcionalidad económica y estratégica de control. El poder local
se encarga de regular el mercado de trabajo, de cuidar las condiciones de producción,
regular el acceso a los factores productivos y mantener el orden público, mediante la
persecución, la fuerza pública y la represión en las protestas sociales.
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segundas estaba todo pactado por las relaciones en los poderes locales. A medida que se
consolidaron organizaciones de trabajadores del campo, se traspasa el conflicto a la
lucha político-electoral. Aumenta la movilización popular en los procesos electorales y
el uso de la violencia física por parte de los regentes del poder local. Se convierte en una
lucha sociolaboral por la democratización.
Supieron encontrar la relación entre los problemas estructurales en el trabajo del campo
y la democratización del sistema político. El campesinado debía emanciparse del control
caciquil. El caciquismo perpetuaba un orden social injusto que privaba al campesinado
del acceso a la tierra y sus salarios les permitían duramente la subsistencia. El
socialismo luchó por la veracidad de las elecciones y la denuncia del fraude electoral y
los atropellos del caciquismo y los mecanismos de favores y la defensa de los derechos
de reunión y asociación que posibilitaron la lucha y organización obrera. Mediante la
acción política y la propuesta organizada lucharon contras las irregularidades y prácticas
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de corrupción. La fuerza del movimiento socialista se vió reforzada a partir de la
materialización de la Conjunción Republicano-socialista en 1909 y también se vio
favorecida por el proceso, visible desde 1908, de «politización» de la propia UGT.
En Europa se estaban experimentando otra clase de cambios durante los primeros años
del siglo XX. Cobraron fuerza la lucha de las mujeres por la conquista de derechos
políticos y civiles y la concepción del sistema patriarcal que regía y aún rige la sociedad
y sus contrapesos. Se cambiaron las relaciones sociales de género y se produjo una
expansión del feminismo motivado también por las cambios que surgieron de la primera
guerra mundial. Se le dio un nuevo sentido a la dominación del hombre hacia la mujer y
empezaron los movimientos de rechazo y resistencia. El sufragismo y otras corrientes
del feminismo contribuyeron también a la democratización europea y a la ampliación de
derechos y libertades públicas, además de crearse nuevas redes de representación y
asociaciones, establecer objetivos y discursos conjuntos, y formar estrategias de
negociación y organización.
Nace la mujer moderna y con ello la reconstrucción de los papeles de género. Fue un
proceso de cambio político a la vez que social. Las mujeres europeas se organizaron en
acciones colectivas relacionadas con la ética de lo público y la ética del cuidado. El
triunfo de la revolución bolchevique también favoreció este movimiento por la inclusión
de propuestas innovadoras en el igualitarismo de géneros, en el ámbito laboral, social y
político. Se intentó acabar con el ideal doméstico. A España llegaron en 1904 de manos
de Virginia González, en un grupo socialista femenino. Tenían doble objetivo: igualdad
de derechos y fin de los privilegios capitalistas. Clara Campoamor fue la sufragista
española más importante.