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Paideia: los ideales de la cultura griega

Werner Jaege
La educación no es posible sin que se ofrezca al espíritu una imagen del hombre tal como
debe ser. En ella la utilidad es indiferente o, por lo menos, no es esencial. Lo fundamental
en ella es καλόν, es decir, la belleza, en el sentido normativo de la imagen, imagen
anhelada, del ideal.

La educación es un tema tan complejo que ha evolucionado constantemente con


el paso del tiempo, por ejemplo en la etapa de los griegos existía la paideia. La
paideia era un instrumento que se empleaba para la formación, donde se
sentaban aquellos cimientos de los ciudadanos que servían para crecer como
personas libres.
La necesidad de una integridad social surge en la primera polis, en Atenas, que
establecían asentamientos en territorios estratégicos, dándole a los griegos la
identidad para defender dicho territorio, esto los motivo a prepararse para distintos
confortamientos que llegaban a desencadenar guerras y fue así como empezaron
a instruir guerreros para defensa y algunos más para incluir letras y finanzas para
una organización de estas mismas, entonces nace el arete que era su máxima
excelencia de virtud o, en otras palabras, voluntad y conducta consciente. El
método sofista tuvo su importancia dentro de tal campo, pues, buscaban
convencer mediante su relativismo en términos utilitarios subordinar el discurso en
cierta forma para convencer a aquellos que los escuchaban, por ejemplo, esas
personas excéntricas que buscaban sobresalir ante el resto. Estas personas, por
otro lado, se fueron ganando una aprobación en el campo griego, explicado y
educando de una manera propia, porque, estas enseñanzas eran subjetivas, no
tenía trascendencia, no se fijaban en lo que se decía, más bien en como se decía
para buscar convencer a sus interlocutores. Se invitaba a la reflexión en los
valores morales, absolutos, algo que en la dialéctica Sócrates se consideraba
como relativismo utilitario.
Los ideales de la paideia fueron creados bajo el enfoque ontológico y fraseológico,
que buscaban la unificación del saber ser y el saber hacer, pues, se buscaba que
el hombre tuviera pleno dominio su espíritu y su cuerpo. Por esto, los enfoques
eran relevantes para formar parte de la crianza y formación de los niños dando
como resultado, hombres útiles y perfectos. Desde otro punto, el papel de la mujer
era escaso, quedaba rezagado en la antigua Grecia, ya que, su labor se limitaba a
la domesticación y preservar las generaciones. La crianza de los niños griegos,
dentro del saber ser y el saber hacer, abre paso al desarrollo, para que cada
individuo sea capaz de expresar la causa de sus hechos, así mismo generar su
propio ideal.
El ser humano de manera consciente o inconsciente siempre se ha esforzado en
conservar su legado, por eso, se vuelve indispensable que la idiosincrasia se
mantenga a través del tiempo, así se transmite y se conserva la cultura, las
tradiciones, la civilización y el proceso de aprendizaje dándonos la oportunidad de
comparar conductas y patrones de nuestros antepasados.

Angela Viridiana González Remigio

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