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¿Cuál es la tasa de cambio?

La tasa o tipo de cambio entre dos divisas es la tasa o relación de proporción que


existe entre el valor de una y la otra. Dicha tasa es un indicador que expresa
cuántas unidades de una divisa se necesitan para obtener una unidad de la otra.

Precios de materias primas podrían estabilizarse y afectarían al sector de alimentos y bebidas.

Alimentos y bebidas

Durante 2015 hemos observado que las empresas públicas, que cotizan en la Bolsa
Mexicana de Valores (BMV), se vieron favorecidas por la apreciación del dólar frente al
peso, gracias a sus ventas en moneda extranjera, al tiempo que la caída en precio de la
mayoría de sus insumos –denominados en dólares–, compensaron el efecto cambiario. Para
2016 se podría observar un efecto contrario, ya que el comparable será complicado,
mientras que los precios de las materias primas podrían estabilizarse o incluso
incrementarse.

https://realestatemarket.com.mx/infraestructura-y-construccion/17893-tipo-de-cambio-impacta-
sectores-productivos
El Impacto de la Tasa de Cambio en la Industria
Panificadora
El sector panificador, durante el segundo y tercer trimestre de 2015, se vió
afectado por el incremento en el precio del dólar, ya que gran parte de la
harina que se utiliza en la producción de pan se realiza con trigo importado,
además de otros elementos como la levadura y los huevos.
La industria panificadora está conformada por compañías industriales, medianas y pequeñas o puntos
calientes. Las empresas industriales son aquellas que venden variedad de referencias de pan empacado, las
compañías medianas se caracterizan por tener sus marcas propias y las panaderías de punto caliente que por
tradición tienen procesos artesanales o semi-industriales, capturan más del 70% del mercado. Las panaderías
de punto caliente están constituidas por medianas, micro y famiempresas. A nivel nacional los principales
actores del mercado se ven conformados por:

  Estados Financieros con corte a diciembre de 2014 (datos en millones de pesos)


La tasa de cambio afecta el consumo per cápita de pan, que de acuerdo con Javier Galindo, director de
Adepan; es de 23 kilos para Colombia, siendo el segundo país de Latinoamérica con menor consumo
después de Haití, por debajo, entre otros, de Chile y Argentina que consumen entre 60 y 90 kilos de pan por
persona”. Una cifra muy baja, si se tiene en cuenta que la Organización Mundial de la Salud, OMS,
recomienda consumir cerca de 75 kg de pan al año, es decir, 250 gramos diarios.

Fuente: Revista IAlimentos


A nivel regional, los departamentos de la costa atlántica son los que han sufrido los mayores impactos. Según
Olga Lucía Rueda, gerente de la panadería La Apolo, “al principio del 2015 el bulto de harina de trigo costaba
55.000 pesos, en la actualidad vale 80.000 pesos. Mientras tanto, los huevos, que se conseguían a un precio
de 180 pesos la unidad, hoy cuestan 230”.
A lo anterior, se suma la elasticidad precio de la demanda que presentan los productos de panadería. Agrega
Rueda, que “introducir al precio del producto final el aumento de los costos de producirlo, implica quedarse
con el producto. La demanda es susceptible al precio y pasar de 200 a 400 pesos el valor de una unidad,
sosteniendo la calidad y el tamaño, no es buena estrategia”.

https://www.sectorial.co/informativa-industria-panificadora-y-de-pastas/item/51559-el-
impacto-de-la-tasa-de-cambio-en-la-industria-panificadora

la industria de alimentos está dispuesta a aumentar sus inversiones para atender la demanda
interna y de exportaciones. Así lo señala Camilo Montes, director ejecutivo de la Cámara
de la Industria de Alimentos Colombia de la Asociación Nacional de Empresarios de
Colombia (Andi), al referirse a las expectativas del sector para el año.

¿Cómo ve el 2019?

Los empresarios de la industria de alimentos son optimistas por naturaleza, es una actividad
que como es tan cercana al consumidor necesita siempre ver el futuro promisorio. Entonces
estamos viendo un año muy interesante. Enero fue bueno, tanto en el consumo local como
en la consolidación de algunos mercados internacionales. Sí tenemos algunos desafíos por
terminar de leer y hay que mitigar riesgos como el fenómeno de ‘El Niño’ que está teniendo
repercusiones en algunas materias primas específicas.

(Lea: Industria de alimentos y bebidas tendría un crecimiento anual del 7%) 

El cierre del año pasado con la Ley de Financiamiento también le mandó una serie de
señales a los consumidores. Están terminando de entender cómo les impacta en su bolsillo,
pero en general vemos el año con mucho optimismo.

¿Cómo está el ánimo para hacer inversiones en el sector, con los beneficios de la Ley?

Sí existe el interés de varias de nuestras industrias de consolidar su producción en


Colombia para, desde aquí, abastecer el mundo y el mercado local.

(Lea: Alimentos saludables, los más buscados por los colombianos en 2018) 

Hay algunas importantes, relacionadas con subir el nivel requerido para poder exportar y
llegar a los otros mercados en sectores como lácteos y cárnicos, el cumplimiento del marco
jurídico exige unas inversiones importantes. Ahí también estamos trabajando con el
Gobierno en la actualización normativa de decretos, por ejemplo, como el de beneficio de
plantas para sacrificio animal, porque eso exige una serie de inversiones y unas
oportunidades importantes. Lo clave también, como busca esta Ley de financiamiento, es
dinamizar la economía por el consumo y la demanda interna. Eso toma un tiempo.

¿Cómo estuvo el 2018 para el sector?


Fue de una profunda dinámica. Por un lado, la llegada del nuevo Gobierno trajo una serie
de expectativas para el desarrollo del sector. También es positivo el interés de consolidar al
país como una plataforma agroexportadora de alimentos, de la mano del aprovechamiento
de los acuerdos de libre comercio. Igualmente, es positivo lo que denominan los ministros
de Comercio y Agricultura como “diplomacia sanitaria”.

(Lea: Esto se ahorraría si comprara productos de marcas propias) 

Desde las perspectiva del mercado, fue un año en el que se consolidó una transición de la
que veníamos. Teníamos en 2016 y 2017 una caída importante en el consumo por efectos
de la reforma tributaria que terminó apretando mucho la capacidad de comprar alimentos
procesados y transformados por parte de los colombianos, pero desde finales del 2018 y
comenzando el 2019 se nota una recuperación de unas categorías que para nosotros son
importantes.

¿Qué se recupera?

Por ejemplo, chocolatería y confiterías, aceites y grasas, el sector lácteo está viviendo una
coyuntura muy compleja, sin embargo ya empiezan a verse signos de recuperación por
ejemplo en el consumo de derivados lácteos y productos de mayor valor agregado en la
cadena.

Entonces el 2018, fue un año de transición, se consolidaron cambios muy profundos en el


mercado.

Por ejemplo, la adopción por parte del consumidor de lo que se denomina los ‘hard
discount’, los sitios donde la gente busca precio, más que marcas, y eso ha implicado un
desafío comercial.

En ese escenario, ¿cuál es la suerte de los productos de valor agregado?

Eso invita a la industria a un camino muy potente y es el de la innovación. Poder


recomponer el portafolio para llevar más valor agregado a los consumidores. Lo bonito del
mundo de los alimentos es que va más allá de lo que se acerca a la boca, es la experiencia
que el consumidor tiene con el alimento y la forma de compartirlo. Eso nos permite como
industria colombiana llegar a las necesidades más precisas de los consumidores.

¿Y en materia de exportaciones?

Cerramos un año en el que la tasa de cambio fue bastante favorable. De todas maneras, este
es un sector altamente exportador.

Desde Colombia llegamos a más de 130 países en el mundo con productos elaborados.
Inclusive con marcas reconocidas, no solo en todo el hemisferio, sino que llegan a África y
Asia. Colombia tiene una oportunidad para transformarse en una plataforma para alimentar
al mundo.
¿Cuál es el valor del mercado de alimentos y la proporción de exportaciones?

Según las cifras de Euromonitor, son más o menos US$25.000 millones y en exportaciones
hablamos de unos US$1.500 millones adicionales.

Hay que tener en cuenta que no todo lo que se consume en Colombia se produce
localmente, porque el país es un gran importador de esos productos transformados, ya que
en últimas el consumidor está cada vez más conectado, se informa y busca alimentos que
respondan a sus necesidades.

Y ahí está la importancia de que se pueda desarrolla el portafolio desde Colombia, pero con
el sentido de que estamos compitiendo a nivel global.

¿Existe algún indicador que muestre como está la industria de alimentos local frente a otros
mercados?

Nosotros, inclusive, tenemos una Asociación Latinoamericana de la Industria de Alimentos


y se consolidan los mercados andinos como una plataforma agroexportadora por una
realidad: tenemos las cuatro estaciones todo el año y eso nos permite producir siempre, a
diferencia de los competidores.

Tenemos un desafío relacionado con la admisibilidad de nuestros productos a otros


mercados, inclusive con la firma de tratados de libre comercio ese capítulo está por
desarrollarse.

https://www.portafolio.co/economia/inversiones-en-plan-de-industria-de-alimentos-526408

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