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HISTORIA
11.3 La oposición a la dictadura. La crisis del franquismo desde 1973 a la muerte de Franco
La oposición existiría durante toda la dictadura franquista, siendo duramente reprimida con
frecuentes torturas, humillaciones públicas, encarcelamientos y fusilamientos.
Uno de los primeros grupos de oposición fueron los maquis: guerrilleros republicanos que al final de
la guerra se ocultaron en zonas rurales y montañosas manteniéndose combativos, esperando la
intervención exterior. Fueron reprimidos duramente por la Guardia Civil y el Ejército con métodos de
tortura hasta que progresivamente fueron desapareciendo a finales de la década de los años 50.
El movimiento estudiantil fue en aumento desde los años 50, exigiendo mayores libertades y la
implantación de una democracia. Destacaron los Sucesos de 1956: una serie de enfrentamientos
entre los falangistas del SEU y estudiantes antifranquistas en la Universidad Complutense de Madrid.
Serían frecuentes las manifestaciones estudiantiles, a las que el régimen respondió con represión
(profesores y estudiantes perseguidos, encarcelados, torturados, apaleados…) y con mecanismos
como la creación de la Universidad Autónoma de Madrid, alejado de los centros políticos y obreros.
También el movimiento obrero impulsó huelga desde la clandestinidad, tanto por motivos laborales
como por motivos políticos, estando muy unidas a las protestas del movimiento estudiantil.
A nivel político, hubo organizaciones internas clandestinas, como será el Partido Comunista, uno
de los más activos en el movimiento antifranquista. También fueron de cierta relevancia los
nacionalismos incluso con la creación de ETA, una organización terrorista relacionada con el
nacionalismo vasco, que defendía la revolución contra la dictadura.
El aumento de la oposición, la avanzada edad de Franco y la llegada de nuevas ideas gracias al
aperturismo conllevaron una división en el seno del franquismo entre los aperturistas, que están de
acuerdo en la necesidad de adaptar el régimen para conseguir la apertura, y los inmovilistas, los más
férreos franquistas que consideran que no debe realizarse ningún cambio.
La oposición creció a medida que pasaban los años. El Escándalo Matesa en 1969, un caso de
corrupción en una fábrica textil con varios tecnócratas implicados, se pudo conocer gracias a la Ley
de Prensa de Fraga, lo que hizo visibles las divisiones en el interior del franquismo.
Franco empieza a preparar entonces su sucesión. Nombra a Juan Carlos, hijo de Juan de Borbón,
su sucesor, saltándose la línea de sucesión. Juan Carlos había sido educado en España por decisión
de Franco, asegurándose así la continuidad del régimen. Además, en 1973, Franco separa por
primera vez la Jefatura del Gobierno y nombra a Carrero Blanco presidente del gobierno. Sin
embargo, Carrero Blanco es asesinado a los pocos meses por ETA, frenando así la continuidad del
régimen. El Caudillo nombra entonces a Carlos Arias Navarro como presidente.
La crisis del petróleo, la oposición, el terrorismo, la Revolución de los Claveles en Portugal y la
muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, va a surgir un período de transición.