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Índice
La filosofía como
1
◗ Sentido de la reflexión filosófica
sobre la realidad
racionalidad teórica:
1.1. La necesidad de una ciencia primera
1.2. Doctrinas filosóficas sobre la ciencia
verdad y realidad
primera

2
◗ La metafísica, ciencia primera
2.1. La metafísica es la ciencia del ente «Que no se trata de una ciencia productiva, es evidente ya por
en cuanto ente los que primero filosofaron. Pues los hombres comienzan y
2.2. La metafísica es la ciencia comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración; al
de los primeros principios
principio, admirados ante los fenómenos sorprendentes más
comunes; luego, avanzando poco a poco y planteándose
3 problemas mayores, como los cambios de la luna y los relativos
◗ La estructura radical de la realidad
al Sol y a las estrellas, y la generación del universo. Pero el que
3.1. El sujeto y las categorías
3.2. La sustancia y la naturaleza
se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia
3.3. La realidad del cambio [...] De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es
3.4. El fundamento último de la realidad: claro que buscaban el saber en vista del conocimiento, y no
el ser por alguna utilidad [...] esta disciplina comenzó a buscarse
3.5. La esencia de los entes materiales cuando ya existían casi todas las cosas necesarias y las relativas
3.6. Perfección y contingencia: al descanso y al ornato de la vida. Es, pues, evidente que no la
la jerarquía de los seres buscamos por ninguna otra utilidad [...] así consideramos a
esta como la única ciencia libre, pues esta sola es para sí
4 misma.» (Aristóteles, Metafísica, A 2, 982b 11 y sig., Gredos,
◗ Los trascendentales del ser Madrid, 1990)

5
◗ El problema de la existencia de Dios
5.1. La demostración de la existencia
de Dios
5.2. La negación de la existencia de Dios

Sabiduría, José Manuel Broto, 1949..


3 La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad

1. Sentido de la reflexión filosófica


sobre la realidad
En la unidad anterior se ha considerado cómo la verdad es propiamente
la adecuación del conocimiento a la realidad. Ahora bien, ¿qué significa
realidad? ¿Qué podemos decir de ella? Esta pregunta centra el interés de
la parte más profunda de la filosofía: la metafísica.
En los últimos 250 años, muchos han considerado que el avance de las
diversas ciencias ha sustituido a dicho saber filosófico. Si existe –o puede
crearse– una ciencia particular para cada tipo de objeto del que tengamos
experiencia, ¿qué sentido tiene un conocimiento distinto, filosófico, que
también investigue la realidad? ¿No es mejor el conjunto de las diversas
ciencias?

◗ 1.1. LA NECESIDAD DE UNA CIENCIA PRIMERA


Las ciencias positivas –tal y como se expuso en la unidad 1– adoptan unos
postulados a partir de los cuales formulan hipótesis que luego han de
verificar en la experiencia y convertir en leyes y teorías. Esto significa que,
en último término, las ciencias dependen de esas premisas o postulados
iniciales.
Por ello, puede afirmarse que la ciencia que parta de las premisas más uni-
versales, necesarias y evidentes alcanzará los conocimientos más ciertos y
verdaderos. Así, cuanto más universal o general sea una premisa, a mayor
número de casos se extenderá y será más fiable; cuanto más necesaria,
menor será la posibilidad de error; y, en la medida en que sea evidente, su
verdad se advertirá sin necesidad de demostración y no dependerá de
otras premisas previas.
De hecho, todo el edificio de las ciencias dependerá de la solidez de su
cimiento más básico: un saber que dote de premisas necesarias, univer-
LösungenVII, Signar Polke, 1968. sales y evidentes a todos los demás saberes. Aristóteles denominó a este
saber «ciencia primera». De este modo, las ciencias se organizan de un
modo jerárquico: aquellas cuyos objetos son más particulares y dudosos
se subordinan a las que emplean como premisas las conclusiones de los
saberes que mejor responden al ideal científico descrito.
La Biología, por ejemplo, emplea conocimientos provenientes de la Quí-
mica, esta se sirve de la Física, que a su vez se apoya en las Matemáticas,
que recurre a la Lógica. Esta escala se reduce siempre que es posible –por
ejemplo, el biólogo usa directamente las matemáticas–, pues siempre es
preferible usar premisas que sean máximamente universales, necesarias y
evidentes. De ahí el prestigio científico, en cualquier disciplina, de las
demostraciones puramente lógicas o de las explicaciones matemáticas.
Por ello, conocer e identificar bien la ciencia primera es fundamental para
la solidez de todas las ciencias y, especialmente, para la fundamentación
racional de saberes tan imprescindibles como la Ética o el Derecho.

◗◗ 48
La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad 3

◗ 1.2. DOCTRINAS FILOSÓFICAS SOBRE LA CIENCIA


PRIMERA
No siempre, sin embargo, se ha aceptado la existencia o la necesidad de
una ciencia primera o un saber que fundamente a todas las demás cien-
cias. Así, el escepticismo duda de la existencia de una verdadera realidad
y afirma que, aun en el caso de que exista, nunca estaremos seguros de que
sea como la conocemos. Para los escépticos es iluso pretender que las
ciencias alcancen conocimientos verdaderos y, por consiguiente, carece de
sentido la existencia de una ciencia primera necesaria e indudable.
Ahora bien, si esto fuese así, no habría razones para defender la verdad
ni la justicia, y ni siquiera las habría para exigir responsabilidades al cri-
minal, pues nada podría conocerse con certeza. Sin embargo, incluso sos-
tener la postura escéptica implica ya reconocer de hecho que hay verda-
des, de modo que se cae así en la incoherencia (véase el Dossier de la
unidad 2).
Otra corriente de pensamiento, el voluntarismo, sostiene que el funda-
mento último del saber es la voluntad. Así, Nietzsche sostuvo que verdad
es todo lo que hace a alguien sentirse más fuerte. La importancia de una
ciencia no radica, entonces, en que ayude a conocer la realidad, sino en
que contribuya a asegurarnos el dominio de nuestra voluntad sobre todo
lo que nos rodea, sean personas o cosas.
Estas posturas desembocan en la mismas consecuencias que el escepti-
cismo, pues no hay saber estricto, solo servicio a fines interesados. De
hecho, quienes defienden tales doctrinas se ven forzados a reconocer que
lo hacen porque quieren, y no porque la realidad sea así.
El pragmatismo coincide con las anteriores posturas filosóficas en soste-
ner que el fundamento de las ciencias no es la explicación de la realidad,
y mantiene que admitimos como válida una teoría solo en la medida en
que resulta útil. Según esta doctrina, no habría una norma objetiva e
independiente para distinguir verdad y falsedad, ni justicia e injusticia, al
margen de sus resultados prácticos.
Es cierto, como señala el pragmatismo, que en muchas ocasiones la cien-
cia y la tecnología construyen modelos que solo simulan hechos reales por
razones de utilidad, sin explicar cómo son de verdad esos hechos. Sin
embargo, los conocimientos que mejor responden a la noción de ciencia
son los más verdaderos, es decir, aquellos que se presentan a sí mismos no
como un modelo útil, sino como una explicación real: así, por ejemplo,
que la Tierra gira alrededor del Sol es una descripción realista, no una A non-stop station: Kuntsevo, Kasimir Malevich,
1913. El escepticismo es una corriente filosófica
invención práctica. basada en la duda.

El empirismo, por su parte, admite la validez y objetividad del conoci-


miento científico, pero (como se vio en la unidad anterior) afirma que su
fundamento no es un saber universal, necesario y evidente, sino solo la
experiencia, que es particular y probable.

49 ◗◗
3 La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad

» Las corrientes que niegan la existen-


cia de una ciencia primera pretenden
de hecho ocupar su puesto en la orga-
Este planteamiento, dominante entre muchos científicos del siglo XIX y
parte del siglo XX, ha sido desechado por la mayor parte de los teóricos de
la ciencia. En efecto, el empirismo se contradice, ya que su doctrina no es
nización de los saberes. En efecto: se experimentable, sino una teoría que se toma como si fuese necesaria y
presentan a sí mismas como premisas universal, sin poder serlo.
universalmente aplicables, que miden
la validez de cualquier conclusión de Además, el desarrollo de la ciencia nos ha conducido a abstracciones cada
las ciencias. Por esto, tales posturas
vez más lejanas de nuestra observación directa. Incluso los experimentos
se engloban en un saber que, desde
los albores del conocimiento cientí- han de ser controlados mediante sofisticados aparatos cuya fiabilidad se
fico, aspiran a cumplir con la función apoya, más que en observaciones, en teorías –por ejemplo, el microsco-
de ciencia primera: ese saber es la pio, en la óptica–.
filosofía y, dentro de ella, la metafísica.
Finalmente, hay elementos imprescindibles de la ciencia que nunca son
objeto de experiencia, como la imposibilidad de la contradicción (es
imposible que 1=1 y que 1≠1 a la vez), las demostraciones lógicas, etc.
Este último argumento fue esgrimido especialmente por el idealismo
trascendental. Así, según Kant, las ideas de ‘alma’, de ‘mundo’ y de ‘Dios’
no pueden extraerse de nuestra observación empírica, pues no vemos
nuestra alma, ni al universo en su totalidad, ni a Dios. Ahora bien, sin esas
mismas ideas –señala Kant– no podríamos encontrar un sentido a la vida.
Por ello, para la filosofía kantiana, el fundamento de cualquier acción
humana –incluida la ciencia–, estriba en ciertos presupuestos y fines prác-
ticos que han de ser aportados «desde dentro» del que conoce, y no desde
la experiencia (véase la unidad 2).
El planteamiento kantiano, muy influyente desde su nacimiento a finales
del siglo XVIII, fue sin embargo criticado duramente por las corrientes
irracionalistas posteriores, ya que, al mismo tiempo que afirmaba la vali-
dez objetiva del conocimiento científico, lo fundamentaba en una necesi-
dad práctica, la de dar sentido a nuestras acciones. Si no se puede llegar a
la realidad en sí misma –afirman los críticos de Kant–, tampoco se puede
afirmar que exista la verdad, ni la ciencia, ni una vida con sentido: solo
queda la voluntad ciega.
Así pues, desde finales del siglo XIX hasta nues-
ACTIVIDADES tros días, han predominado tres corrientes
1. Señala la razón por la que unas ciencias se subordinan a enfrentadas respecto a la fundamentación del
otras y, por lo tanto, hay una jerarquía entre ellas. saber humano:
2. Relaciona cada corriente filosófica con la doctrina que sos- a) La irracionalista, que niega la existencia de
tiene. una verdad objetiva y de una ciencia válida.
a) Escepticismo; b) Realismo; c) Ilustrada; d) Pragmatismo;
d) Empirismo. b) La ilustrada, heredera de Kant, que valora
1. Las ciencias no tienen base racional; 2. El fundamento la verdad de una ciencia en función de su
del conocimiento del alma, el mundo y Dios se encuentra en utilidad.
la necesidad de dar un sentido a la vida; 3. El fundamento
del saber científico no es una ciencia primera, sino la expe- c) El realismo metafísico, que sostiene la exis-
riencia; 4. La validez de una ciencia solo radica en su utili- tencia de verdades objetivas, y que se estu-
dad; 5. El fundamento del saber se encuentra en la existen-
cia de verdades objetivas.
diará a continuación.

◗◗ 50
La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad 3

2. La metafísica, ciencia primera


◗ 2.1. LA METAFÍSICA ES LA CIENCIA DEL ENTE
EN CUANTO ENTE
Como se vio antes, las ciencias están organizadas jerárquicamente, de
manera que los saberes más universales, necesarios y evidentes aportan
sus propios conocimientos como premisas de otras ciencias. Así pues, el
entero conjunto del saber científico habrá de depender de una ciencia que
posea esas tres características en grado máximo.
Las diversas corrientes filosóficas expuestas hasta aquí ponen en duda la
existencia de tal saber. Sin embargo, el realismo metafísico identifica esta
ciencia primera con la denominada tradicionalmente filosofía primera o
metafísica, que estudia la realidad en sí misma y no una parte o aspecto
de ella, como las ciencias particulares.
Ahora bien, ¿qué es la realidad en cuanto tal? ¿Qué tienen en común las
cosas para que pueda afirmarse de todas ellas que son reales? Ya Parméni-
des (siglo V a. C.) dio una primera respuesta al afirmar que «es necesario
decir y pensar que existe lo que es». Ciertamente, todas las cosas coinci-
den en que «son» o existen. Por ello, todo lo que existe, sin excepción, es
un «ente» (del latín ens, ‘lo que es’). La metafísica es, por lo tanto, la cien-
cia del ente en cuanto ente.
La filosofía primera, pues, tiene alcance universal ya que nada puede exis-
tir que no sea una cierta realidad, un ente. Además, como es imposible
que exista algo irreal, la realidad es necesaria. Finalmente, como lo nece-
sario resulta indudable y, por tanto, no requiere demostración, el ente es Il grande metafísico, Giorgio de Chirico, 1924-26. La
metafísica es la ciencia fundamental de la filosofía
un objeto evidente. De este modo, la metafísica, como ciencia del ente en que estudia la realidad en sí misma.
cuanto ente, cumple con los tres requisitos de la ciencia primera.

◗ 2.2. LA METAFÍSICA ES LA CIENCIA DE LOS PRIMEROS


PRINCIPIOS
El punto de partida de la metafísica, como acabamos de ver, es evidente:
la realidad. Podemos conocer con verdad, y hacer ciencia, porque somos
capaces de conocer la realidad. Nuestro conocimiento será más o menos
perfecto, pero nos revela que las cosas son y que son de un modo deter-
minado.
Mediante los conceptos captamos las distintas maneras de ser de los
entes, como por ejemplo «caballo» o «hierro». Ahora bien, con solo con-
ceptos no sabemos si lo pensado tiene solo la realidad de un pensamiento
o si tiene una realidad propia, independiente: y así, si solo pensamos
«caballo», no captamos si tal caballo existe o no.
Mediante los juicios, en cambio, captamos la realidad, lo que existe, lo que
ocurre, lo que es de verdad. Y así, cuando pensamos «el caballo existe» o
«tengo un caballo», estamos considerando algo más que el modo de ser
del caballo: lo pensamos como realmente existente.

51 ◗◗
3 La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad

» En el siglo XVII, Descartes quiso dar un


nuevo punto de partida a la filosofía,
comenzando por dudar de todo. Mas
En el mero concepto, pues, no se alcanza la realidad: por eso, no hay en él
propiamente verdad ni falsedad (véase la unidad 2). Las ciencias, en cam-
bio, pretenden alcanzar conocimientos verdaderos. Por eso, sus premisas
esto es imposible, pues incluso para deben ser juicios, pues con ellos se advierte qué es real. Y como el «ser» es
dudar o discrepar, hay que distinguir lo común a todas las cosas, los juicios mediante los que la metafísica
alternativas, lo que requiere no dudar
del principio de no contradicción.
conoce «lo que todas las cosas son» sirven de premisa universal a todas las
Además, ¿qué valor tendría cualquier ciencias.
argumento o conclusión, si no exclu-
yese su contrario? Estos juicios primeros, mediante los cuales conocemos lo que es la reali-
dad en sí misma se denominan primeros principios, y son objeto propio
de estudio de la metafísica. Por eso, la metafísica se define también como
la ciencia que estudia los primeros principios y causas de la realidad.
El primero de estos principios, el básico y prioritario, es el llamado prin-
cipio de no contradicción, que establece que «es imposible ser y no ser a
la vez, y en el mismo sentido». Así, por ejemplo, si algo es y no es un gato,
o bien se trata de tiempos distintos y sucesivos, o bien a la palabra ‘gato’
se le está dando sentidos diferentes.
Woman in a mirror, Roy Lichtenstein, 1996. Según Este principio es evidente, porque la posibilidad de que no se cumpla no
el principio de identidad, cada ente es igual a sí
mismo.
puede darse sin que sea distinta del caso opuesto; y, para ser distinta, debe
cumplir con el principio de no contradicción. Además, es un principio
necesario ya que, si algo no lo cumpliese, tendría que ser distinto, y cum-
plir así con el principio de no contradicción. Por último, es universal:
para quedar fuera de su área de aplicación, hay que ser distinto y, de
nuevo, cumplir el principio de no contradicción.
El principio de no contradicción es el primer principio de la realidad
física y del conocimiento racional. De ahí que sea también la pre-
misa primera y universal de todas las ciencias.
Existen otros principios que, por estar implícitos en el de no contradic-
ción, forman parte del origen de todo saber y merecen, por ello, la deno-
minación de primeros principios (véase la unidad 2). Entre ellos pueden
mencionarse:
a) El principio de identidad: cada ente es lo que es;
ACTIVIDADES por tanto, es idéntico a sí mismo y no se diferencia
3. Explica por qué el ente en cuanto ente y los prime- de sí.
ros principios son objeto propio de la metafísica.
b) El principio de tercero excluido: entre el ser y el no
4. ¿Por qué puede afirmarse que la metafísica cumple ser no hay un término medio; por ello, de todo
las condiciones para ser la ciencia primera? puede afirmarse, o bien que es, o bien que no es.
5. Relaciona cada característica del principio de no
contradicción con su descripción. c) El principio de causalidad: lo que no es por sí
a) No puede ser negado ni puesto en duda; b) Cual- mismo, es por otro; en consecuencia, todo lo que
quier realidad distinta ya presupondría su validez; c) podría no haber sido tiene una causa de que sea.
Rige en todo pensamiento y en toda realidad física.
1. Universalidad; 2. Necesidad; 3. Evidencia. Como veremos a continuación, el análisis de los pri-
6. Enuncia y define los primeros principios expuestos meros principios nos permite desvelar la estructura
en el texto. más íntima de la realidad.

◗◗ 52
La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad 3

3. La estructura radical de la realidad Kant agrupó las categorías en cuatro


»
grupos: a) las categorías de cantidad
son la unidad, la pluralidad y la totali-
◗ 3.1. EL SUJETO Y LAS CATEGORÍAS dad; b) las categorías de cualidad son
Como se ha expuesto, el principio de no contradicción determina que una la realidad, la negación y la limita-
ción; c) las categorías de la relación
misma realidad no puede ser de dos modos opuestos simultáneamente. son la inherencia y la subsistencia
Por lo tanto, toda realidad ha de ser «algo» a lo que se puede atribuir un (donde incluye los accidentes y la
determinado modo de ser y no otro opuesto. Ese algo se denomina en sustancia aristotélicas), la causalidad
filosofía sujeto. y dependencia (del efecto a su causa),
y la comunidad (a saber, la acción
Conocer y hacer ciencia es posible porque todo ente es un sujeto. Así, no recíproca entre el agente y el paciente
que recibe su acción); y d) las catego-
cabe razonar si no hay un sujeto del que afirmar o negar algo; ni siquiera
rías de la modalidad son la posibili-
es posible dudar ni discrepar, si no existen sujetos distintos entre sí; tam- dad o imposibilidad, la existencia o no
poco es válida ninguna demostración, salvo que la conclusión se refiera al existencia, y la necesidad o contin-
mismo sujeto del que tratan las premisas. gencia (es decir, no necesidad).

Ya Aristóteles observó que en el mundo físico unas cosas son distintas de


otras, y que cada una de ellas constituye una unidad en sí misma. A la vez,
constató que esas realidades poseen una serie de propiedades que pueden
perder o ganar sin dejar de ser ellas mismas. A las realidades que son suje- Familia presidencial, Fernando Botero, 1932. Para
Aristóteles la relación es uno de los nueve tipos de
tos las denominó sustancias y a las características inherentes a ellas, acci- accidentes en los que pueden clasificarse las mane-
dentes (véase la unidad 2). ras de ser de un sujeto.

La sustancia y los accidentes son los géneros* máxima-


mente universales en que pueden clasificarse las posibles
maneras de ser de un sujeto. No hay nada en el mundo que
no pueda clasificarse bajo los géneros a los que Aristóteles
denominó categorías.
De este modo, la sustancia puede describirse como el
modo de ser que es «en sí mismo», es decir, aquel que es un
sujeto y no existe en otro: por ejemplo, «caballo». En cam-
bio, ser negro o castaño son modos de ser que se dan en el
caballo: de ahí su carácter de accidentes. Por eso se afirma
que la sustancia es lo subsistente –tiene el ser como algo
propio– mientras que los accidentes «inhieren» en la sus-
tancia. Y así, por ejemplo, no existe separadamente el color
castaño, sino sólo cosas de color castaño, como el caballo.
Se distinguen nueve tipos de accidentes: cantidad, «cua-
tro»; cualidad, «verde»; relación, «hijo»; acción, «quemar»;
pasión, «arder» (el efecto sufrido por el sujeto); dónde,
“dentro”; posición, “izquierda”; cuándo, «entonces»; y
hábito, «vestido» o «zapato».
Otra clasificación categorial de gran influencia es la elaborada por Kant.
Mientras que para Aristóteles las categorías corresponden a modos de ser
reales, para Kant son solo conceptos del entendimiento. Así, para Kant, un
caballo pensado es idéntico a un caballo existente. Para Aristóteles, en
Género: término lógico que indica la parte
cambio, un caballo pensado no tiene el modo de ser de un caballo, sino de una definición que es común a todas sus
de un pensamiento: no es sustancia, sino acción del pensar. subdivisiones.

53 ◗◗
3 La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad

» El principio de contradicción exige


que todo sujeto tenga una naturaleza
propia. En efecto: si es universal-
Desde una perspectiva realista, incluso lo que afirmamos sobre la irreali-
dad de algunos objetos versa sobre la realidad. Si, por ejemplo, decimos
que los centauros no existen, no nos referimos a un mundo del no-ser
mente válido que un mismo sujeto no donde estén los centauros, sino que expresamos que, en el mundo real, el
puede ser de un modo determinado y, modo de ser de las cosas no es como el de los centauros. ¿Cuál es, pues, la
a la vez, no ser de ese determinado
realidad de los centauros, si solo existe la realidad y los centauros no son
modo, es porque todo sujeto tiene un
concreto modo de ser (aunque pueda reales? Obviamente, la de nuestros pensamientos.
cambiar y llegar a ser de otro modo).
El hierro es siempre hierro, y no otra ◗ 3.2. LA SUSTANCIA Y LA NATURALEZA
cosa, hasta que cambie y se trans-
forme (en acero, por ejemplo). Frecuentemente, asignamos a las cosas maneras de ser artificiales, es decir,
que solo obedecen a nuestro modo de considerarlas. Pero, incluso en estos
casos, siempre hay en esas realidades una forma de ser propia que no es
una consideración nuestra. Y esto se advierte en que el modo real de ser
de una sustancia determina su modo real de actuar. De este modo, por
ejemplo, para el peral es «natural» dar peras, pero es «artificial» ser parte
de una cama. Por ello, si una cama hecha de madera de peral arraiga en la
tierra, florece y da frutos, estos serán peras, no camas.
Al principio propio e intrínseco de la realidad de cada sustancia que
determina su modo específico de obrar se le denomina «naturaleza». Y
así, para el ser humano es «natural» razonar, mientras que para una
planta no. Por eso, no poder razonar es una enfermedad para el ser
humano, pero no para la planta.

◗ 3.3. LA REALIDAD DEL CAMBIO

El día de mañana, Dash Mihok, 2004. Película que


La experiencia de las acciones de las distintas realidades naturales fue el
trata sobre las investigaciones de un climatólogo tema de estudio de los primeros filósofos. Advirtieron que todos los seres
que indican que el calentamiento global del planeta
podría desencadenar un repentino y catastrófico
tienen tanto la capacidad de adquirir nuevas propiedades como, también,
cambio climático de la Tierra. de perderlas.
Heráclito de Éfeso (siglo VI-V a. C.), ante el
flujo constante del mundo, pensó que su
verdadera realidad era el movimiento, el
devenir. Nada sería permanente. Parméni-
des, por el contrario, sostuvo que el cambio
solo puede consistir en el paso del no-ser al
ser. Y como el no-ser es imposible, el movi-
miento solo es una apariencia.
Entre estas dos posturas irreconciliables
medió Aristóteles. Este pensador advirtió
que las realidades cambiantes tienen en
presente un modo de ser determinado,
pero, además, tienen la capacidad de llegar
a ser de otro modo, «perfeccionándose», es
decir, «haciéndose». De las primeras perfec-
ciones se dice que el sujeto las tiene en acto;
de las segundas, que las tiene en potencia.

◗◗ 54
La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad 3

Por lo tanto, se denomina «potencia» a la capacidad real de recibir una


perfección. El sujeto está en potencia respecto a perfecciones concretas,
Mientras mayor sea la actualidad (lo
»
que es ahora) de un ente, nos resulta
que pueden llegar a darse o no. En cambio, «actualmente» un sujeto «es» más cognoscible. Por ejemplo, el pre-
sente es más cognoscible que el
de un modo determinado, es decir, tiene en acto una potencia o capaci-
futuro, porque el presente es actual,
dad concreta y no otra. mientras que el futuro es solo poten-
cial y por eso, indeterminado. Lo
Así, el cambio no es el paso del no-ser al ser, como pensó Parménides, sino
único que puede saberse con certeza
de ser en potencia al ser en acto. Un sujeto cambia porque pasa a adqui- del futuro es lo que está ya predeter-
rir una perfección que tenía en potencia. minado en las causas y condiciones
de la actualidad presente. Y, a su vez,
Hay dos tipos fundamentales de cambio: para conocer el pasado, hay que exa-
minar lo que actualmente, en pre-
• Cambio sustancial: una sustancia se transforma en otra diferente a ella sente, queda como resultado de lo
(como la muerte de un ser vivo). que antes había sido actual.
• Cambio accidental: aun permaneciendo la sustancia, cambia alguna
de sus propiedades o accidentes (como el cambio del color de un suje-
to o su traslado de lugar).

◗ 3.4. EL FUNDAMENTO ÚLTIMO DE LA REALIDAD: EL SER


En filosofía se denomina «esencia» a lo que es una cosa, y especialmente a
la manera de ser particular de las sustancias: ser humano, caballo, peral,
hierro, etc. Evidentemente, no existen sujetos indeterminados, sin alguna
esencia particular. Ahora bien, ésta podría no haber existido. Por eso, en
todos los entes contingentes, la esencia es realmente distinta del ser. No
son simples, sino que están compuestos de esencia y ser.
Gracias a la esencia, los entes son diferentes unos de otros (un perro tiene
un modo de ser que lo diferencia de un caballo, de un gato…) pero, sin
embargo, todos ellos tienen una perfección en común: el «ser». El acto de
ser es la perfección en sentido pleno, pues fundamenta en último término
su realidad.
Ahora bien, existen grados de ser. Como decía Aristóteles «el ser se dice
de muchas maneras». Es obvio, por ejemplo, que cada persona es un
único sujeto real, como muestra la unidad de su conciencia personal, de
su sensación, de su cuerpo: en otras palabras, la unidad de su ser y de su
obrar. En cambio, un animal carece de esa consciencia de un yo personal,
autónomo e independiente de sus circunstancias, si bien mantiene una
única sensación y un único cuerpo vivo. A su vez, una planta carece de la
Portrait of a young woman with her dog, Imre Goth,
unidad de la sensación física, aunque tenga un metabolismo común a 1928. La esencia es aquello por lo que una cosa es lo
todo su organismo. que es.

Estos grados de realidad son, en definitiva, grados mayores o menores de


perfección. En este sentido, cada ente, por su correspondiente grado de
realidad, se considera una participación* en la plenitud del ser. Desde
este punto de vista, «existe» más intensamente y, por consiguiente, es más Participación: tener solo en parte lo que
propiamente real la persona que el mero animal; a su vez, tiene mayor podría darse en plenitud. Así, los entes par-
entidad el animal que el vegetal; y éste existe más verdaderamente que ticulares participan de la plenitud del ser,
pues su realidad se limita al modo de ser de
cualquier realidad inerte. su esencia.

55 ◗◗
3 La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad

» Precisamente por su carácter contin-


gente dudamos y necesitamos demos-
trar cómo son las cosas: somos cons-
◗ 3.5. LA ESENCIA DE LOS ENTES MATERIALES
En los entes materiales existe una gran variedad de modos de ser que se
realizan en individuos diferentes entre sí. Además, están sometidos a un
cientes de nuestra ignorancia inicial
porque, ya desde el primer principio tipo de cambio especialmente sorprendente: pueden dejar de ser lo que
de nuestro razonar, advertimos el son y pasar a ser otra cosa.
carácter potencial de la realidad, a
saber: que todas las realidades físicas Debe haber algo en este tipo de entes que permanezca y sea el sustrato del
son sujetos que podrían ser de un cambio sustancial. Ese sustrato hará posible la existencia de muchos indivi-
modo, pero también de otro. Porque duos con la misma forma de ser. Se distinguen en los entes materiales dos
sabemos que no pueden darse a la
principios esenciales que se denominan, respectivamente, materia y forma,
vez esos modos de ser opuestos,
hemos de averiguar cómo es el sujeto, de modo análogo a como, en el lenguaje corriente, llamamos material a lo
si de un modo o de otro. Así, toda que varía de estado, y forma al resultado de su transformación.
duda se fundamenta, no en la igno-
rancia, sino en el conocimiento de la La materia es un principio potencial e indeterminado, mientras que la
estructura de la realidad contingente, forma es un principio actual y determinado. Pongamos un ejemplo.
como un sujeto potencial, capaz de Babieca es un sujeto. Su esencia es ser caballo. Ahora bien, la esencia
diversos modos de ser.
«caballo» es material, susceptible de cambio. La muerte es una transfor-
mación de esa materia, por la que pasa a tener otra forma –la de los res-
tos del caballo–. Esa misma materia, ya con otra forma, es otra esencia,
otro modo de ser.

◗ 3.6. PERFECCIÓN Y CONTINGENCIA: LA JERARQUÍA


DE LOS SERES
Se ha visto que los seres materiales pueden adquirir perfecciones o per-
derlas. El origen de sus perfecciones no está en ellos mismos, sino en sus
causas. Por ello son «imperfectos». En efecto, «perfecto» es lo que está
acabado y completo, lo que ya es todo lo que puede ser, lo que está hecho
hasta el final. Y ninguna realidad material es perfecta, porque todas cam-
bian y, para adquirir un nuevo estado, han de perder el que tenían.
Así, lo que observamos a nuestro alrededor, aunque exista, podría haber
sido de otra manera. Esto significa que los seres materiales son contingen-
tes. Tienen una naturaleza propia, pero no necesaria. La razón de que
estos seres sean contingentes* es que su esencia es material y, por ello,
siempre están en potencia.
Ahora bien, otro tipo de realidades que sean necesarias y, por lo tanto, no
contingentes no tendrán esas mismas estructura de materia y forma,
potencia y acto en su naturaleza. Pero, ¿qué realidades necesarias existen?
El universo, en cierto modo, en una realidad necesaria ya que, aunque
cada ente material puede generarse y corromperse, él mismo permanece
a través de sus cambios. También la razón humana es necesaria pero de
otro modo muy distinto, ya que (como se estudió en la unidad anterior)
es una facultad inmaterial.
En el mundo material, no pueden darse en presente modos de ser mutua-
Chevalier de la mort, Salvador Dalí, 1937. La materia
es susceptible de cambio y la muerte es una trans-
mente opuestos: por ejemplo, o bien una puerta está abierta, o bien está
formación de esa materia. cerrada, pero siempre en tiempos distintos. En cambio, la razón humana

◗◗ 56
La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad 3

sí puede pensar el principio de no contradicción: puede tener presentes


simultáneamente el ser y el no ser algo, y advertir que son incompatibles.
Por eso, la razón puede hacerse preguntas, teniendo presentes, a la vez,
alternativas incompatibles.
También la voluntad puede elegir entre alternativas; y la memoria intelec-
tual, al recordar, puede considerar esas alternativas de la inteligencia y de
la voluntad. Estas mismas capacidades hacen capaz al ser humano de
conocer o amar realidades necesarias, más allá del mundo físico, y perte-
necen a lo que se denomina espíritu, la realidad que no es material. Cada
ser humano, además de su cuerpo físico, material, tiene un espíritu inma-
terial que, por serlo, no es un estado del cuerpo ni, por tanto, desaparece
con la muerte.
Ahora bien, el mundo material no existe por ser como es, ya que nuestro
espíritu, siendo inmaterial, existe sin embargo. Y nuestro espíritu tam-
poco existe por ser como es, pues la materia, que es distinta, existe. Así
pues, ni la realidad material ni nuestra realidad espiritual existen por sí
mismas, por ser como son. Debe haber, por tanto, una causa primera de
que existan, un Creador, Dios, cuyo ser exista sin causa, por sí mismo,
necesariamente. Y, lo que es por sí mismo, es el ser. Por tanto, Dios es el Le berceau (La cuna), Berthe Morisot, 1872.
Ser puro subsistente.
Existe, en suma, un triple nivel en la jerarquía de los entes: las realidades
físicas, cuya esencia está compuesta de materia y forma; las realidades
espirituales, cuya esencia es inmaterial; y Dios creador, cuya esencia, a
diferencia de las otras, se identifica con su ser.

4. Los trascendentales del ser


Todo ente presenta una serie de propiedades o aspectos que nos permiten Contingencia: contingente se contrapone a
ahondar en su riqueza. Estas propiedades se denominan trascendentales, necesario. Se dice que algo es necesario
cuando no puede ser de otra manera y con-
porque se extienden a toda la realidad, a todos los entes: trascienden las tingente cuando puede ser de un modo u
particularidades o modos de ser de cada tipo de ente. otro.

• La unidad. Cada ente es uno e indiviso. Cuanto más


perfecta es una realidad tiene una mayor unidad. ACTIVIDAD
Las realidades espirituales, por consiguiente, son
7. Completa las siguientes afirmaciones.
«más unas» que las materiales.
a) Toda realidad ha de ser un ...: algo a lo que se
• La verdad. Los entes son verdaderos en cuanto son pueda atribuir un determinado modo de ser y no
cognoscibles por la inteligencia. Se trató en la uni- otro; b) ... es todo modo de ser que es «en sí
dad anterior. mismo», es decir, aquel que es un sujeto y no exis-
• El bien. San Agustín decía que «todo lo que es, es te en otro; c) ... es la manera real y natural de «ser»
bueno» ya que tiene, según su naturaleza, algún de una determinada realidad; d) La ... es la esencia
en cuanto es el principio del obrar de los entes.
grado de perfección. Dios –el Ser por excelencia– es,
por lo tanto, la bondad absoluta. Nuestra voluntad 8. Explica cómo es posible que un sujeto solo pueda
ser en presente de un modo pero, a la vez, pueda
se dirige a las cosas porque son buenas, es decir,
cambiar y pasar a ser otra cosa.
porque tienen alguna perfección.

57 ◗◗
3 La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad

5. El problema de la existencia de Dios


◗ 5.1. LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS
Las pruebas sobre la existencia de Dios que más influencia han tenido a lo
largo de la historia de la filosofía se fundamentan en el principio de cau-
salidad. Como el conocimiento de Dios no es evidente para nosotros, el
camino para demostrar su existencia ha de partir del objeto propio de
nuestra inteligencia: la realidad sensible. Las pruebas más conocidas son
las denominadas «cinco vías» de Tomás de Aquino (1225-1274).

Los cinco argumentos de Santo Tomás tienen la misma estructura: a)


Punto de partida: un hecho de experiencia observado en los seres natura-
les; b) Aplicación del principio de causalidad: el hecho observado exige
una causa; c) Consecuencia del principio de causalidad: no es posible en
una serie de causas subordinadas un proceso al infinito; d) Conclusión del
L’esprit travaille, Alberto Martini, 1929. Tomás de
Aquino considera que ha de existir una inteligencia argumento: la existencia de una Causa primera a la que denominamos
que sea la causante del orden en el mundo. Dios.

Argumento Descripción

Por el movimiento Todo lo que se mueve es movido por otro, y así sucesiva-
mente; pero tiene que existir un primer motor inmóvil pues
de otro modo no se causaría la serie de movimientos.

Por la causalidad Todo lo contingente tiene una causa de su existencia que, si


eficiente también es contingente, tiene otra causa; pero tiene que
haber una causa primera porque, si no, no habría causas
segundas ni, por lo tanto, existiría cosa alguna.

Por la contingencia Todos los seres contingentes cambian, luego alguna vez no
fueron; pero si el primer ser alguna vez no fue, tampoco los
siguientes. Por tanto tiene que existir un ser necesario que
sea el origen del ser de todos los demás.

Por la gradación Lo que tiene solo un grado de perfección limitado no existe


de las perfecciones por sí mismo, como vimos antes. Por tanto, debe haber un
ente máximamente perfecto, causa de todos los demás.

Por la finalidad Todo movimiento está ordenado a un fin. Por tanto, hay un
orden universal. Luego ha de existir un ser inteligente cau-
sante del orden en el mundo.

◗ 5.2. LA NEGACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS


El agnosticismo. Como ya se ha indicado, hacia finales del siglo XVIII, el
idealismo trascendental de Kant consideró que nuestro conocimiento es
fenoménico (del griego phainómenon, ‘apariencia’), pues solo alcanza la
apariencia sensible de las cosas, pero no su realidad. No sabemos nada de
lo que hay más allá de las impresiones; desconocemos cómo es la realidad
sustancial que esté más allá de los fenómenos.

◗◗ 58
La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad 3

Así, según Kant, no podemos conocer las substancias, ya sean materiales


o inmateriales. Por lo tanto, para esta corriente, no podemos saber nada
de cómo sea realmente el mundo, de cómo somos y de si existe Dios.
Consecuencia de lo anterior es la crítica kantiana a las pruebas de la exis-
tencia de Dios que hasta entonces se habían propuesto. En la mayoría de
los casos esta crítica se fundamenta en la afirmación del fenomenismo y
en la negación del valor de la causalidad: no podríamos determinar que
algo es causa de otra cosa ni por los sentidos ni por la razón. Es decir, para
Kant, si no podemos captar al ser de las cosas limitadas –a las que vemos–,
tampoco podremos demostrar el ser de Dios –al que no vemos–.
Lo propio del agnosticismo no es la negación de la existencia de Dios, sino
la afirmación de que no es posible demostrar teóricamente su existencia.
De hecho, Kant propone al alma, al mundo y a Dios como postulados
(realidades necesarias en las que tenemos que creer para fundamentar la
existencia de la moral).
El ateísmo. Aunque existen propuestas ateas aisladas anteriores al siglo
XVIII, es a partir de este momento cuando estas doctrinas se extienden.
Entendemos por ateísmo la negación de la existencia de un Dios personal,
libre e inteligente que rige el mundo. En el siglo XIX destacan dos grandes
pensadores cuyo sistema se fundamenta en el ateísmo: Carlos Marx y
Federico Nietzsche.
En ambos casos, se trata de un ateísmo antropológico: se niega la existen-
cia de Dios porque limita la autonomía y libertad del ser humano. A par- Friedrich Nietzsche, Edvard Munch, 1906.
tir del proyecto ilustrado, que situaba en la razón las esperanzas de un
futuro pleno, estos autores consideran que el hombre solo puede ser
dueño de su destino si Dios no existe.
Marx propone la autogeneración del universo
ACTIVIDADES
como respuesta a la tesis de la creación divina.
Supone que el universo es una entidad que se ha 9. Completa la siguiente afirmación.
desarrollado a sí misma, una realidad infinita y Existe un triple nivel en la jerarquía de los entes: las
mecánica, que no precisa un Ser Superior del que realidades físicas, cuya esencia está compuesta de ...
y ...; las realidades espirituales, cuya esencia es ...; y
dependa su existencia.
Dios creador, cuya esencia, a diferencia de las otras,
En el caso de Nietzsche, el ataque se centra en la se identifica con su ... .
religión como doctrina que dirige los intereses del 10. Explica los cuatro pasos fundamentales en que se es-
ser humano hacia el más allá y que, por tanto, des- tructuran las cinco vías tomistas para demostrar la
precia y debilita el interés por el mundo vital. existencia de Dios.
11. Relaciona cada doctrina con la corriente que la de-
El pensador y polemista G. K. Chesterton escribió fiende y con el filósofo o filósofos que la representan.
que estas posturas «juegan a negar a Dios y que- a) Ateismo; b) Agnosticismo.
darse con lo divino». Ciertamente, niegan la posi- 1. No es posible conocer cómo es la realidad en sí
bilidad de un Ser superior, pero para otorgar a misma, por lo que no es posible afirmar ni negar la
otras realidades las propiedades que antes se atri- existencia de Dios; 2. No existe un Dios personal, li-
bre e inteligente que rige el mundo.
buían a Aquel.
I. Kant; II. Nietzsche; III. Marx.

59 ◗◗
3 La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad

SÍNTESIS

• Las ciencias están jerarquizadas, ya que aque- • Todo sujeto es una sustancia, un modo deter-
llas cuyos objetos son más particulares, con- minado de ser, por lo que participa en la ple-
tingentes o limitados, emplean como premisas nitud del ser. «Ser» y «esencia» son principios
las conclusiones de los saberes más universa- constitutivos de cada ente, pero distintos entre
les, necesarios y evidentes. La ciencia primera sí: el ser pertenece a todos, la esencia es distin-
es aquella que dota de este tipo de premisas a ta. Hay diversas esencias, pero todas «son».
todos los demás saberes. Gracias al acto de ser, la esencia se constituye
como realmente existente. La esencia, a su vez,
• Varias doctrinas han negado la posibilidad de
marca un grado mayor o menor de ser, un ma-
una ciencia primera. Así, el escepticismo sos-
yor o menor realismo del ente.
tiene que las ciencias no tienen base racional;
el voluntarismo defiende que el fundamento • La capacidad de ser de un modo u otro de los
último del saber es la voluntad; el pragmatis- sujetos es la «potencia». En presente un sujeto
mo señala que el criterio de validez es la utili- «es» de un modo concreto, es decir, tiene en
dad; el empirismo sostiene que el fundamento acto una potencia determinada.
del saber científico es la experiencia; el idealis-
mo trascendental fundamenta la ciencia en • La esencia de los seres materiales se compone
una finalidad práctica; y el irracionalismo nie- de materia y forma, dos principios constituti-
ga la existencia de una verdad objetiva y de vos diferentes pero reales, pues por la materia
una ciencia válida. una misma esencia es corruptible, mientras
que por la forma tiene su concreto modo de
• El realismo sostiene que la ciencia primera es ser.
la metafísica, que se define como aquella que
estudia el ente en cuanto tal y sus causas y sus • Existe un triple nivel en la jerarquía de los en-
principios. El ente como objeto de estudio de tes: las realidades físicas, cuya esencia está
la metafísica es universal, necesario y evidente. compuesta de materia y forma; las realidades
espirituales, cuya esencia es inmaterial; y Dios
• Los juicios primeros mediante los que la me- creador, cuya esencia, a diferencia de las otras,
tafísica conoce su objeto sirven de premisa se identifica con su ser.
universal a todas las demás ciencias y se deno-
minan primeros principios. El primero de es- • Los trascendentales del ser añaden un matiz a
tos principios es el llamado principio de no la noción de ‘ente’. La unidad hace referencia a
contradicción. Este principio es evidente, ne- que cada ente es idéntico a sí mismo; la verdad
cesario y universal. de los entes remite a su conocimiento por la
inteligencia; el bien indica que los entes son,
• Toda realidad es un sujeto al que se puede atri- en algún grado, perfectos.
buir un determinado modo de ser. El modo de
ser, en cuanto que determina el modo de ac- • Las pruebas más importantes sobre la existen-
tuar, se denomina naturaleza. Estos modos de cia de Dios se fundamentan en el principio de
ser del sujeto se clasifican mediante categorías. causalidad. Parten de las realidades sensibles y
Las tablas de categorías más influyentes en la concluyen que estas exigen una causa primera
historia de la filosofía son las elaboradas por de su existencia. Las más conocidas son las
Aristóteles y por Kant. cinco vías tomistas.
• Aristóteles distingue dos tipos básicos de cate- • Dos posturas niegan las pruebas de la existen-
gorías: la sustancia (lo que es en sí) y nueve ac- cia de Dios. El agnosticismo niega que poda-
cidentes (lo que es en otro). Todo ente es un mos saber nada de cómo sea realmente el
sujeto subsistente, una sustancia, un ente com- mundo, cómo somos nosotros y si existe Dios.
pleto con todas sus perfecciones. La particular El ateísmo niega la existencia de un Dios per-
manera de ser de una sustancia es la esencia. sonal, libre e inteligente que rija el mundo.

◗◗ 60
La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad 3

(junto a Stanley Cohen) de que las cé- puede considerarse un factor explica-
El azar
DOSSIER

lulas no se reproducen de forma me- tivo pleno.


cánica o automática, sino que solo

y el orden empiezan a reproducirse cuando reci-


ben la orden de hacerlo, orden tras-
Notemos que las leyes que rigen el
universo son universales: existen
mitida por unas sustancias denomi- siempre y en todos los casos. Sin em-
nadas ‘factores de crecimiento’. bargo, las realidades materiales son
Ya los primeros pensadores griegos se particulares y concretas. Por tanto, el
admiraron de la realidad del cambio, Sin embargo, no siempre se ha consi- orden del mundo trasciende a la ma-
y hasta tal punto, que constituyó el derado así. En el siglo XIX predominó teria, que le está sometida. Además,
objeto central de su pensamiento. El un modelo mecanicista para el que la todos los procesos físicos se ordenan
avance en el conocimiento científico Naturaleza era una gran máquina cu- a un término que no se hace efectivo
no ha hecho sino confirmar que los yos movimientos están determinados hasta su fin. En estas y análogas evi-
seres naturales cambian siguiendo por fuerzas materiales ciegas. Sin em- dencias se fundamenta una tercera
procesos estables y previsibles. Cier- bargo, parte de los descubrimientos explicación del mundo físico, distinta
tamente, esto no se aplica propia- del siglo XX han mostrado que el me- del determinismo y del mero azar,
mente al ser humano, debido a su li- canicismo sólo explica algunos proce- que ya se encuentra en los escritos de
bertad, aunque también él constata sos, pero no otros. Entre los muchos Platón y de Aristóteles: el finalismo.
la necesidad de perfeccionarse. que podrían citarse, un caso manifies-
to es el que plantea el origen de la El resultado de muchos procesos na-
Esos procesos por los que los seres vida. Para fabricar una simple cadena turales no es explicable si no se con-
responden a las necesidades que su de ADN hace falta unir unas 2000 en- sidera la existencia de un orden: se
naturaleza les exige son en algunos zimas. Hoyle ha estudiado las proba- encuentran sometidos a la consecu-
casos muy simples, pero la mayoría bilidades de que esa agrupación se ción de un resultado concreto. En
de las veces suponen procedimientos produjese «ciegamente»: la misma efecto, muchos procesos naturales no
de una extraordinaria complejidad. que la de obtener una serie de 50 000 son explicables solo desde la situa-
Pensemos en el desarrollo de un em- seises seguidos con un dado no truca- ción inicial de la que parte el proce-
brión a partir de dos células hasta do. Una posibilidad muy remota y no so, sino desde el efecto en que este
constituir una unidad que supera –en explicable simplemente desde el esta- finaliza: por ejemplo, es imposible
muchos casos– los ocho millones; los do previo de la materia. entender el sistema digestivo de los
ecosistemas, donde se interrelacio- animales sin tener en cuenta su fina-
nan especies animales (depredadores De este modo, los estudiosos han re- lidad propia.
y depredados), vegetales y condicio- currido a otras explicaciones, que no
nes climáticas en un equilibrio armó- excluyen las fuerzas de la propia ma- Finalismo y mecanicismo son compa-
nico sorprendente que permite la teria. La más difundida es el azar. tibles siempre que el segundo no se
subsistencia del conjunto. Así, Monod escribió un tratado en el plantee como única causa del orden,
que intentaba explicar todos los pro- algo que se ha demostrado científica-
Este orden no es puesto o desarrolla- cesos naturales como una composi- mente imposible. Ambos explican los
do por los vivientes sino que forma ción de azar y necesidad. procesos por una causa observable en
parte de su naturaleza y los dirige, la naturaleza. En el caso del mecani-
permitiéndoles cazar, detectar a sus La palabra ‘azar’ procede de un juego cismo, esa causa es anterior; en el del
enemigos, emigrar largas distancias, que practicaban los cruzados en al- finalismo, es posterior.
etc. No se trata solo de un fenómeno Azar (Palestina) donde lo importante
externo, sino que puede hablarse de no era la habilidad sino la fortuna.
una «ley» interna que estructura la Llamamos azarosas a aquellas accio-
realidad de todos los seres. nes que cumplen dos condiciones: la
imposibilidad de predecir su resulta-
Así, por ejemplo, Rita Levi –una de do y, como consecuencia, su irregula-
las siete mujeres que han obtenido el ridad. Por eso, el azar, aunque puede
Premio Nobel de Medicina– recibió explicar ciertos procesos muy concre-
este galardón por su descubrimiento tos del desarrollo de los seres, no

61 ◗◗
3 La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad

ACTIVIDADES DE SÍNTESIS

1. Lee detenidamente el siguiente texto y explica qué es- 4. Lee detenidamente este texto y explica la diferencia
tudia la metafísica. entre el modo de concebir la existencia de Aristóteles
y Kant.
«Conocer el ser en cuanto tal puede significar tres co-
sas un tanto diferentes: en primer lugar, la noción «Con la existencia de una cosa pongo, desde luego,
abstracta de ser, concebida en sí misma y con sus algo más que la posibilidad, pero no en la cosa. La
propiedades inherentes tales como, por ejemplo, la cosa no puede contener nunca en la realidad más de
autoidentidad y la resistencia a la contradicción. […] lo que estaba contenido en su completa posibilidad.»
En segundo lugar, la metafísica puede ocuparse de (Inmanuel Kant, Crítica de la razón pura, T. I, Alfagua-
aquellos seres de los que verdaderamente se puede ra, Madrid, 1998, pág. 121)
decir que son, porque su ser responde realmente a la
verdadera definición de ser. [...] En un tercer sentido, 5. Explica la diferencia fundamental entre la postura ag-
en tanto que es una ciencia, la metafísica tiene que nóstica y la atea.
conocer su objeto por sus causas y, puesto que el ob-
jeto en cuestión, a saber, el ser, es el primero de to- 6. Lee el siguiente texto y razona la verdad o falsedad de
dos los objetos, la metafísica tiene que conocer todo lo que en él se afirma.
lo que es por sus causas primeras.» (Étienne Gilson,
El ser y los filósofos, Eunsa, Pamplona, 1975, pág. «La formulación más estricta del principio de no con-
232) tradicción es la metafísica. Por eso, no solo afirma-
mos que lo contradictorio es impensable, sino que el
2. Explica, a partir del siguiente texto, por qué se dice ente mismo es el que no es contradictorio, ya que di-
que la metafísica es la ciencia primera. cho principio es la suprema ley de la realidad y no un
axioma o un postulado del intelecto para interpretar
«La investigación científica presupone y controla cier- la realidad.» (José de Gay, Curso de filosofía, Rialp,
tas importantes hipótesis filosóficas. Entre ellas des- Madrid, 2004, págs. 108-109)
tacan las siguientes: la realidad del mundo externo, la
estructura de muchos niveles que tiene la realidad, el 7. Comenta la relación que existe entre cambio, contin-
determinismo en un sentido amplio, la cognoscibili- gencia y perfección limitada en los seres naturales.
dad del mundo y la autonomía de la lógica y de la ma-
temática.» (Mario Bunge, La investigación científica, 8. Explica la relación entre la contingencia de los seres
Ariel, Madrid, 1989, pág. 319) naturales y las pruebas de la existencia de Dios.

3. ¿Qué doctrina filosófica fundamenta el fenómeno que 9. Razona a qué postura sobre el problema de Dios res-
denuncia el autor de este texto? ponde el siguiente texto.

«La filosofía metafísica ha dejado de ejercer un papel «Nadie ha logrado convencerme racionalmente de la
dirigente para el comportamiento racional, teórico y existencia de Dios; pero tampoco de su inexistencia;
práctico. Ya no es guía ni criterio rector. Ha sido sus- los razonamientos de los ateos me parecen de una su-
tituida por el conocimiento científico.» (J. Conill, El perficialidad y futileza mayores aún que los de sus
crepúsculo de la metafísica, Anthropos, Barcelona, contradictores.» (Miguel de Unamuno, Mi religión,
1988, págs. 16-17) O.C., Tomo XVI, Aguado, Madrid, 1963, pág. 120)

◗◗ 62
La filosofía como racionalidad teórica: verdad y realidad 3

RECURSOS

Comentario de texto en un tema a través de un diálogo. Tendrás la oportuni-


dad de exponer y defender tus ideas y de enriquecerlas
Objetivo con las de los demás.

Iniciarse en el análisis de las ideas expuestas en un texto Para el adecuado desarrollo del debate es necesario:
filosófico.
• Elegir a una persona que lo modere: será la encargada
de mantener el orden y dar los turnos de palabra. Al fi-
Orientaciones
nal de la actividad deberá resumir las principales ideas
Partimos de las cuatro partes fundamentales de que expuestas y sus argumentos.
consta un comentario de texto filosófico; el Recurso de la • Dedicar el tiempo necesario para informarse sobre la
unidad 1 se dedicó a la propuesta del tema. Ahora nos cuestión que se trata. Esta investigación previa permi-
centraremos en el análisis de las ideas. tirá elaborar los argumentos que sirvan de apoyo a la
propia posición, así como los contraargumentos u ob-
Como ya se apuntó, esta actividad es esencial para una
jeciones a la posición contraria.
correcta interpretación del texto, que se desarrollará pos-
• Atender a la adecuada expresión oral, así como a la co-
teriormente. Como tal análisis, parte de una lectura repo-
rrecta argumentación.
sada del texto y de su posterior división en partes. Habi-
• Saber escuchar al «oponente».
tualmente, las ideas están repartidas en los diversos
párrafos del texto, pero ten en cuenta que puede haber
Tema
más de una idea en cada párrafo. Por eso, es conveniente
subrayar el texto para ordenarlas y jerarquizarlas. ¿Tiene sentido la metafísica para la vida del ser humano?

Presentación del tema


Texto
La metafísica, al pretender fundamentar el resto de las
«Hay una ciencia que contempla el Ente en cuanto ente y lo
ciencias, no puede dar por evidente y justificada su pro-
que le corresponde de suyo. Y esta ciencia no se identifica con
pia existencia. Además, dado que se ocupa de la realidad
ninguna de las que llamamos particulares, pues ninguna de
en sí misma, de algún modo ha de ocuparse del ser hu-
las otras especula en general acerca del Ente en cuanto ente,
mano y del sentido de su vida. No pocas veces se ha ne-
sino que, habiendo separado alguna parte de él, consideran los
gado su validez por parte de diversas corrientes y pensa-
accidentes de esta; por ejemplo, las ciencias matemáticas. Y,
dores. Ahora bien, ¿ha tenido consecuencias su
puesto que buscamos los principios y las causas más altas, es
negación, no solo para el conocimiento científico, sino
evidente que serán necesariamente principios y causas de cier-
también para la vida del hombre?
ta naturaleza en cuanto tal.» (Aristóteles, Metafísica, libro IV,
1, 1003 a34)

Algunas preguntas-guía
¿Sabes quién era y en qué época vivió el autor de este
texto? ¿Cuál es la tesis principal de este fragmento? ¿Con
qué ideas apoya su tesis? ¿Qué división realiza el autor
entre las ciencias? ¿En qué fundamente esa diferencia?
¿Cómo caracteriza el autor a esa ciencia del «Ente en
cuanto ente»?

Debate

Recuerda que mediante un debate un grupo de personas


sostiene una opinión frente a otro. No se trata de alzarse
con la razón o vencer a un oponente, sino de profundizar Disputa, Kurt Robbel, 1909.

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