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TEMA 13. PANORAMA GENERAL DEL REINADO DE ALFONSO XIII.

INTENTOS DE M0DERNIZACIÓN,
REGENERACIONISMO Y CRISIS SOCIO-ECONÓMICA (1902-23)

I. INTRODUCCIÓN
A principios del siglo XX se acentuó la crisis del sistema político de la Restauració n, que no respondía a las
demandas de la sociedad españ ola debido a los cambios introducidos por la industrializació n y urbanizació n. Los
líderes políticos (Maura o Canalejas) intentaron cambios, pero sus reformas fueron insuficientes.
El descontento social desencadenó la crisis general de 1917. Fue una triple crisis militar, política y social que
descompuso el sistema de la Restauració n.
La conflictividad social y los problemas coloniales en Marruecos provocaron una gran inestabilidad política y
crearon un clima favorable al golpe de Estado del general Primo de Rivera.

II. DESARROLLO
1. INTENTOS DE MODERNIZACIÓN. REGENERACIONISMO Y CRISIS SOCIOECONÓMICA

El cará cter oligá rquico y las prá cticas caciquiles fueron cuestionados por el regeneracionismo. El ideó logo del
regeneracionismo fue Joaquín Costa, quien propuso una serie de reformas econó micas y educativas que se
resumían en el lema Despensa, escuela y siete llaves al sepulcro del Cid que propugnaba la necesidad de dejar
atrá s los mitos de un pasado glorioso, modernizar la economía y la sociedad y alfabetizar a la població n. También
defendía desmantelar el sistema caciquil y buscar la transparencia electoral.

1.1- MAURA Y EL REGENERACIONISMO CONSERVADOR


Bajo el gobierno conservador de Antonio Maura, entre 1907-1909, se puso en marcha su proyecto de “revolució n
desde arriba”. Se trataba de hacer reformas políticas que renovaran el sistema sin socavar sus fundamentos. El
programa político de Maura se basaba en la creació n de un Estado fuerte y reformar la administració n local para
erradicar el caciquismo. También era necesario defender la influencia de la Iglesia Cató lica frente a las
pretensiones de la izquierda de crear un Estado laico, incorporar otras fuerzas políticas al sistema, en concreto,
el catalanismo conservador de la Lliga, llevar a cabo una política exterior nacionalista y expansionista en
Marruecos para olvidar la derrota de 1898 y dar un nuevo impulso a los militares.
La cuestió n de Marruecos provocó el descontento popular a causa de los reclutamientos forzosos de tropas para
una guerra que solo interesaba a dos grupos sociales minoritarios:
a) Un sector del ejército, que veía en ella la oportunidad de recuperar el prestigio profesional perdido tras el
desastre de 1898, así como un medio de ascenso en el escalafó n y de protagonismo político.
b) Los capitalistas interesados en la explotació n de las minas de hierro del Rif.

La causa de la SEMANA TRÁGICA fue el desastre militar del Barranco del Lobo, que originó má s de 1200 bajas
en el ejército de Á frica. Antes de 1909 algunas compañ ías españ olas se habían instalado en el protectorado. El 9
de julio los rifeñ os atacan una línea de ferrocarril pró xima a Melilla y mataron a cuatro trabajadores españ oles,
por lo que Maura decidió reforzar militarmente la zona. Cometió el error de no enviar soldados de reemplazo
sino reservistas de Madrid y Barcelona, muchos de ellos casados y con hijos. La medida provocó numerosas
protestas, especialmente en Cataluñ a, y la resistencia de estos a embarcarse.
Se propagó la huelga general (convocada por socialistas y anarquistas) y el gobierno respondió deteniendo a los
cabecillas socialistas . Las noticias que llegaron de Á frica hicieron que el comité de huelga perdiera el control de
la situació n, iniciá ndose en Barcelona el asalto e incendio de edificios religiosos y el levantamiento de barricadas
por toda la ciudad. La autoridad militar proclamó el estado de guerra, lo que desató la oleada de violencia
callejera durante casi una semana (semana trá gica, del 26 de Julio al 31 de Julio). El motín terminó con un
balance desolador y se emprendió una dura represió n: má s de mil quinientas detenciones, con diecisiete penas
de muerte, de las cuales se ejecutaron cinco, entre ellas la de Ferrer i Guardia, pedagogo catalá n, anarquista y
fundador de la Escuela Moderna. Se sospechó que con su ejecució n se quería dar un escarmiento a los
alborotadores y levantó una oleada de protesta en toda Europa y en Españ a “Muera Maura", que fue cesado
inmediatamente por el rey

1.2 – CANALEJAS Y EL REGENERACIONISMO LIBERAL


Su programa se basaba en la mejora del sistema parlamentario, la modernizació n del Estado y la intervenció n
estatal en material social. La modernizació n del Estado implicaba la separació n Iglesia-Estado, la libertad
religiosa y el control de la Iglesia, incluyendo el fin del monopolio de las ó rdenes religiosas en el campo de la
enseñ anza, así como la implantació n de una enseñ anza laica. Canalejas aprobó la ley del candado, que limitaba el
establecimiento de nuevas ó rdenes religiosas; la ley de la jornada má xima de 9 horas en la minería, ley de
accidentes de trabajo, seguridad social obligatoria, contratos colectivos de trabajo y regulació n del derecho a la
huelga. También se aprobó la Ley de Mancomunidades Provinciales, para satisfacer las demandas de la Lliga. Con
la ley de reclutamiento se estableció el servicio militar obligatorio sin distinciones en caso de guerra.
El asesinato de Canalejas en 1912 dio paso a una serie de gobiernos de corta duració n que fueron incapaces de
dar respuesta a los problemas del país.

1.3- CRISIS POLÍTICA Y SOCIO-ECONÓMICA


Al finalizar la Primera Guerra Mundial (1919) se intensificó la crisis econó mica, puesto que provocó el cierre de
empresas, el aumento del paro y rebajas salá riales. El descontento social desencadenó la crisis general de 1917,
que fue una triple crisis militar, política y social e incidió en la descomposició n del sistema de la Restauració n.
La crisis militar empezó con la intervenció n del ejército en la política, creando las Juntas de Defensa. El
Gobierno intentó disolver las Juntas y detener a sus dirigentes por rebeldía; estos se negaron a desaparecer y
tuvieron el apoyo del rey, por lo que el Gobierno tuvo que admitir sus peticiones y reconocer oficialmente el
movimiento.
La crisis política estalló cuando el gobierno decretó la suspensió n de la Constitució n y de las Cortes. Ante esta
actitud autoritaria, Cambó , dirigente de la Liga Regionalista, convocó en Barcelona (julio de 1917) una Asamblea
de parlamentarios a los que solo asistieron la oposició n de izquierda y algunos liberales.
Ello originó un movimiento civil que exigió la convocatoria de Cortes constituyentes, la autonomía para Cataluñ a
y la aplicació n de un programa reformista, pero la heterogeneidad ideoló gica del movimiento, dificultó su
cohesió n, y el rechazo por parte de las Juntas de Defensa que se situaron junto al gobierno, facilitaron la
disolució n de la asamblea.
En cuanto a la crisis social, las organizaciones obreras crearon un comité de acció n conjunto CNT-UGT. A pesar
de las diferencia entre los socialistas, partidarios de una democratizació n del régimen, y los anarquistas,
impulsores de una revolució n social, la situació n llevó a las centrales sindicales a convocar la huelga general
revolucionaria 13 de agosto 1917.
La huelga podía desembocar en una revolució n que derrocara al régimen, para reivindicar un cambio político, La
movilizació n se extendió por las principales ciudades de Asturias, el País Vasco, Madrid y Barcelona. Tras cinco
días, el ejército reprimió duramente la huelga.
La UGT, minoritaria, se expandió entre los jornaleros andaluces, má s pró ximos al anarquismo. Por su parte, la
CNT, con mayor numero de afilados y con mayor capacidad de movilizació n, era hegemó nica en Cataluñ a.
En Andalucía, entre 1918 – 20, se vivió una etapa revolucionaria el llamado "trienio bolchevique" provocada por:
la situació n de miseria de los jornaleros agrícolas, la carestía de la vida y la influencia de la Revolució n rusa. .
Bajo la direcció n de los dos grandes sindicatos, se sucedieron las huelgas, se invadieron los campos, se
repartieron las tierras, se tomaron ayuntamientos, etc.
En Cataluñ a las huelgas, los sabotajes y los atentados se sucedieron continuamente. La repuesta de la patronal
catalana se caracterizó por su dureza: frente a la huelga obrera, el lock-out (cierre patronal de la empresa por
decisió n del dueñ o); frente a la acció n directa o terrorismo rojo, el terrorismo blanco o contratació n de pistoleros
y bandas armadas para asesinar a dirigentes obreros y sindicales.
Las autoridades civiles y militares de Barcelona practicaron también un autenticó terrorismo de Estado, al
servicio de la patronal, con la promulgació n de la "ley de fugas", cuya aplicació n daba licencia para disparar al
detenido que intentaba fugarse y se convirtió en pretexto legal para disparar por la espalda contra cualquier
arrestado.

2- CONCLUSIÓN
La incapacidad de los partidos políticos tradicionales para asegurar el orden y la estabilidad y el desprestigio de
los militares fueron los argumentos que utilizó el general Miguel Primo de Rivera, capitá n general de Cataluñ a,
para dar un golpe de Estado en septiembre de 1923. El rey Alfonso XIII, saltá ndose la Constitució n y el
Parlamento, le nombró presidente del gobierno. Así acabó el sistema liberal de la Restauració n.

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