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LICENCIATURA EN ANESTESIOLOGÍA E
INHALOTERAPIA
INFORME DE INVESTIGACIÓN:
DOCENTE:
Lic. Mario Guevara
GRUPO EXPOSITOR N° 02
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INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
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OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
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Técnica anestésica regional que consiste en la interrupción temporal de la transmisión
nerviosa dentro del espacio subaracnoideo al inyectar un anestésico local en el líquido
cefalorraquídeo.
Bases anatómicas
Las referencias anatómicas más importantes incluyen los bordes cefálicos de las crestas
ilíacas derecha e izquierda y los espacios interespinosos vertebrales que se pueden palpar
a este nivel. Los espacios interespinosos segundo, tercero y cuarto de las vértebras
lumbares son considerados como seguros para el bloqueo espinal, con base en las razones
anatómicas antes mencionadas.
Técnica para lograr un bloqueo subaracnoideo exitoso, esta descrita por las 4 letras
P: Preparación, Posición, Proyección, y Punción
Preparación.
Se debe contar siempre con el equipo y fármacos necesarios para la realización del
bloqueo como también para posibles contingencias que pudieran ocurrir durante o
después de que se aplique. La elección del tipo de medicamento que se aplicará en el
espacio subaracnoideo dependerá de la duración de la cirugía, altura del bloqueo,
analgesia residual postoperatoria, experiencias previas con el fármaco y la necesidad de
manejar al paciente en los programas de cirugía ambulatoria.
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Posición: Existen tres formas de posicionar pacientes para una punción espinal: sentado,
decúbito lateral y decúbito ventral. De ellas, las dos primeras son las más frecuentemente
usadas
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paciente y pedirle que la rodee con sus brazos facilita la correcta posición del
enfermo, además de ser más cómoda. Un asistente colocado frente al paciente y
sosteniendo lo de los hombros hace el procedimiento más seguro, tanto para el
anestesiólogo que aplica el bloqueo como para el paciente.
Proyección y punción:
El espacio intervertebral lumbar deberá́ localizarse con una aguja de calibre 30 (0.5
pulgadas o 1.3 cm de longitud), se infiltra la piel con una pequeña cantidad de solución
anestésica local, formando un pequeño habón dérmico una aguja de calibre 22 (1.2
pulgadas o 3.8 cm), infiltrando así tanto los tejidos subcutáneos como el ligamento
interespinoso en caso de abordaje clásico o lumbar directo, en caso de abordaje lateral o
interlaminar, se infiltran los tejidos que rodean al ligamento interespinoso con una
pequeña cantidad de solución anestésica local con los dedos índice y medio de la mano
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se selecciona el espacio; algunos recomiendan el uso de un conductor calibre 22 o más
delgado. Otros prescinden del conductor y efectúan la punción en forma directa con la
aguja correspondiente.
Tanto el conductor como la aguja deberán ser dirigidos en el plano horizontal a las
apófisis espinosas, siempre respetando la dirección según la ruta que se haya elegido:
punción lumbar directa o clásica, abordaje lateral o abordaje interlaminar. Si no se
respetan estos lineamientos, la aguja espinal se desviará de su curso adecuado. La aguja
espinal puede ser de calibre 22 o menor, puede tener marcas sobre el eje de esta, así como
para identificar la posición del bisel y puede ser de bisel largo o corto, siendo este último
el más recomendado por disminuir la posibilidad de daño importante al tejido neural.
El eje de la aguja espinal se coloca entre los dedos índice y medio; cuando se introduce
la aguja, el anestesiólogo sostiene el eje de esta con una mano, apoyándose los dedos de
la otra mano sobre la espalda del paciente.
La aguja espinal se introduce ahora con suavidad a través del conductor o sin él, y
conforme avanza se percibe a través de su eje, la sensación de las estructuras que va
atravesando; esto se debe a las variaciones en la resistencia de las estructuras anatómicas
que atraviesa.
Si no hay salida de líquido y el anestesiólogo está seguro de que la aguja está colocada
de manera adecuada en el espacio subaracnoideo, se inyectarán 0.5 mL de aire con
lentitud y después se aplicará presión negativa con la misma jeringa; esto es de utilidad
porque ocasionalmente en la posición de decúbito lateral, la presión del LCR es tan baja
que no empuja líquido a través de la aguja, también, partículas pequeñas de tejido pueden
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obstruir la aguja. Si después de todas estas maniobras no se obtiene LCR, la aguja deberá
introducirse con lentitud, ya que podría estar en el espacio peridural.
Cuando se obtiene el LCR, se coloca la jeringa con la solución anestésica elegida; esta
dosis terapéutica se calcula para la inyección de preferencia en el segundo espacio lumbar.
La aguja espinal no deberá retirarse aún y se sostendrá con firmeza en el eje usando los
dedos índice y pulgar, donde el dorso de la mano se apoya sobre la espalda del paciente;
una pequeña cantidad de LCR es succionada con la jeringa para estar seguros de que la
aguja está colocada de manera adecuada y entonces se inyectará una solución anestésica
hiperbárica (la cual tiene un peso específico mayor que el LCR) en el espacio
subaracnoideo a una velocidad no mayor de 1 mL por segundo. Después de completar la
inyección se dejarán salir 0.3 a 0.5 mL de LCR y se reinyectarán para estar seguros de
que la aguja ha permanecido en el espacio subaracnoideo durante la inyección. Ahora se
retiran la aguja y su conductor y de inmediato se coloca al paciente en posición necesaria
para obtener el nivel de analgesia deseado.
La anestesia espinal es útil en cirugía cuando se toma una adecuada selección del
paciente con respecto a:
➔ Edad del paciente: con un límite prudente de hasta los 40 años ya que asegura
una mejor tolerancia a una posible isquemia miocárdica.
➔ Estado Físico: con especial interés en la capacidad funcional respiratoria.
➔ Estado psicológico: este factor es importante ya que de esto depende la
colaboración del paciente que repercutirá en el éxito del procedimiento.
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➔ Procedimientos ortopédicos de las extremidades inferiores, incluyendo cadera.
➔ Operaciones rectales, incluyendo resecciones abdominoperineales.
➔ Operaciones pélvicas y abdominales.
➔ Procedimientos obstétricos, incluyendo cesáreas.
➔ Operaciones del tracto genitourinario, incluso resecciones transuretrales y
operaciones de la vejiga.
➔ Cirugía vascular de pelvis y extremidades inferiores.
➔ Cirugía pediátrica.
➔ Manejo del dolor oncológico o no oncológico.
Contraindicaciones
Pueden ser absolutas y relativas; las primeras son rechazo del paciente, infección del sitio
de inyección, hipovolemia, enfermedad neurológica indeterminada, coagulopatía grave y
aumento de la presión intracraneal, salvo en casos de seudo tumor cerebral. Las
contraindicaciones relativas son sepsis en un sitio anatómico diferente del de la punción
(p. ej., corioamnionitis o infección en alguna de las extremidades inferiores) y
desconocimiento de cuánto durará la intervención quirúrgica. En el caso anterior, si se
trata con antibióticos y los signos vitales son estables, la anestesia espinal podrá tomarse
en consideración.
Antes de colocar una anestesia espinal, el anestesiólogo examinará la espalda del paciente
para detectar signos de infección cutánea local, que pudiera conllevar el riesgo de
infección del sistema nervioso central (SNC). La inestabilidad hemodinámica o la
hipovolemia preoperatorias incrementan el riesgo de hipotensión a consecuencia de la
anestesia espinal. La presión intracraneal alta agrava el riesgo de hernia uncal cuando se
pierde LCR a través de la aguja. Las anormalidades de la coagulación incrementan el
riesgo de formación de hematoma. Antes de inducir la anestesia espinal también es
importante comunicarse con el cirujano para determinar el tiempo que tardará la
operación, pero si se desconoce, el anestésico espinal administrado podría no durar lo
suficiente como para terminar la operación.
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Tener esta información ayuda al anestesiólogo a determinar qué anestésico local usará,
así como los aditivos, como adrenalina, y si será necesario un catéter espinal.
Cuando se requiere de niveles sensitivos por arriba de T6, las enfermedades cardiacas
importantes podrían ser una contraindicación relativa para la anestesia espinal. La
estenosis aórtica, alguna vez considerada como contraindicación absoluta para la
anestesia espinal, no siempre impide que se lleve a cabo ésta con sumo cuidado. Las
deformidades graves de la columna vertebral suelen incrementar la dificultad para colocar
un anestésico espinal, pero la artritis, la cifoescoliosis y la intervención quirúrgica previa
de fusión lumbar no son contraindicaciones para una anestesia espinal. Es esencial
examinar la espalda del paciente para detectar anormalidades anatómicas antes de intentar
el procedimiento.
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6. La utilidad en pacientes en edad avanzada en gran variedad de intervenciones
quirúrgicas.
7. Evita la utilización de agentes anestésicos inhalatorios, endovenosos o ambos.
8. Los requerimientos de equipo suficientes son mínimos
9. Es económica en comparación con otros tipos de anestesia.
10. Técnica segura, sobre todo en pacientes de edad avanzada y alto riesgo. Tiene
menor repercusión sistémica, sobre todo en los aparatos cardiovascular y
respiratorio.
11. Mantiene presentes los reflejos de protección como tos, deglución y vómito, lo
que da un postoperatorio más seguro.
Complicaciones.
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→ Disturbios motores y sensoriales de las extremidades pélvicas y tercio inferior
del tronco: Se producen con una incidencia muy baja, entre 0.03 a 0.1% de
bloqueos neuroaxiales centrales. Estas complicaciones pueden deberse al uso de
concentraciones excesivas del anestésico local
Permanentes: Son situaciones que ocurren rara vez son las más serias y temidas, son
complicaciones neurológicas que se ven atribuidas a la contaminación del equipo o
enfermedades preexistentes del sistema nervioso central.
→ Parálisis permanente,
→ Síndrome de la cola de caballo o mielitis transversa.
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Complicaciones de la anestesia raquídea.
Hipotensión
Síntomas
Tratamiento de la hipotensión.
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de oxígeno de la sangre. Esto ocurre principalmente cuando la circulación es lenta
y hay una amplia diferencia A-v de oxígeno. Se recomienda que a todos los
pacientes a quienes se administra anestesia raquídea alta se proporcione pre-
oxígeno suplementario. Esto reduce al mínimo la hipoxia, alivia la disnea y
aminora nausea y vomito.
➔ Terapéutica vasopresora. La piedra angular en el tratamiento de la hipotensión
son los vasopresores.
Hipertensión.
Entre los peligros se incluyen dilatación cardiaca, rotura de vasos sanguíneos, sobre todo
cerebrales, o paro cardiaco.
Tratamiento
Insuficiencia respiratoria.
Se relaciona con niveles altos de anestesia raquídea. Con el bloqueo ascendente de los
segmentos torácicos y cervicales (nervios intercostales y frénico) sobreviene parálisis
progresiva ascendente de músculos intercostales y diafragma. Esto produce insuficiencia
respiratoria y apnea.
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Tratamiento.
Luego de una punción lumbar puede originarse una cefalea. Su patogenia se explica por
una tracción caudal de los vasos y nervios meníngeos, debido a escape de líquido
cefalorraquídeo a nivel del lugar de punción, y suelen aparecer de 24 a 48 h después de
realizada dicha punción, aumentan en bipedestación o en sedestación, se calman con el
decúbito; son sobre todo cérvico occipitales, pero pueden estar también localizadas a
nivel frontal, retro orbitario y en casos extremos acompañarse de malestar, trastornos
visuales o auditivos, náuseas y vómitos. Estas características permiten diferenciar una
verdadera cefalea pospunción lumbar de las cefaleas postoperatorias banales. Su
aparición es más rara en el sujeto de edad avanzada y más frecuente en analgesia
obstétrica.
Tratamiento
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➢ Las complicaciones neurológicas:
2. Toxicidad del fármaco inyectado: La adrenalina continúa siendo discutido, las lesiones
químicas se prevén utilizando material desechable, fragmentos cutáneos pueden ser
arrastrados por la aguja, originando tumores epidermoides subaracnoideos, el empleo de
mandril en la aguja permite prevenir esta complicación.
5. Agravación de una lesión neurológica preexistente desconocida las mismas pueden ver
su evolución natural precipitada en el curso de una raquianestesia.
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➔ Control riguroso de la naturaleza y concentración de los fármacos administrados.
➔ Postura preoperatoria adecuada.
➔ Respetar las contraindicaciones y abandonar el método en caso de dificultades
técnicas persistentes.
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Anestesia Epidural o Peridural.
Bases anatómicas
Las estructuras anatómicas que se encuentran desde la piel hasta el espacio epidural son:
piel → tejido subcutáneo → ligamentos supraespinoso e interespinoso → ligamento
amarillo → espacio epidural. La distancia entre el espacio epidural y la piel es de
aproximadamente 4 a 6 cm. El espacio extradural, epidural o peridural es un espacio
anatómico celuloadiposo blando que circunda a las meninges continua con el periostio
de la base del cráneo, hasta el hiato sacro, donde se continua con el ligamento sacro
coxígeo. El espacio peridural no es continuo, sino que se encuentra interrumpido por la
duramadre cuando se adosa a las paredes del canal vertebral en algunas regiones, pero
se vuelve continuo al administrar líquidos o aire dentro del mismo. Es un espacio
ampliamente atravesado por arterias, venas, raíces nerviosas y linfáticos.
Consideraciones previas.
Se puede localizar el espacio peridural en toda su extensión, desde la región cervical hasta
el hiato sacro; sin embargo, existen aspectos importantes que, aunque no contraindican el
procedimiento, hay que tenerlos siempre presentes:
Hay que recordar que se puede lesionar la médula espinal si la aguja penetra por arriba
de L2, que el espacio peridural es más angosto a nivel cervical y torácico, que las apófisis
espinosas difiere por regiones, a tal punto que el ángulo de la aguja varía de unos 40° a
nivel torácico a 90° a nivel lumbar, etc.
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Posición del paciente.
Existen diferentes posiciones que puede adoptar un paciente para realizar un bloqueo
peridural. Aunque la posición más frecuentemente utilizada es en decúbito lateral
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Localización del espacio Peridural
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Factores Influyentes
● Edad: En el paciente de edad avanzada la fuga del anestésico local por los
espacios intervertebrales es reducida y la elasticidad del espacio peridural es
menor; en consecuencia, con dosis convencionales es posible observar mayor
extensión del bloqueo.
● Talla y peso: La extensión del bloqueo puede ser afectada solamente cuando la
talla y peso sean extremos.
● Embarazo: educe el espacio y podría producir una extensión del bloqueo. Se ha
sugerido reducir hasta un 30% la dosis del anestésico.
● Enfermedades Crónicas: Pueden influir en la difusión del anestésico local a
nivel de las raíces nerviosas,
● Lugar de inyección: Cuando el anestésico local se administra a nivel de L2, la
difusión de la droga es hacia los segmentos torácicos inferiores y hacia la región
sacra, retardándose a nivel de L5 y S1, que corresponden a las raíces nerviosas
gruesas que inervan las extremidades inferiores
● Posición: la posición decúbito lateral favorece discretamente la velocidad y
densidad del bloqueo en la región que se encuentra en declive, no existen
diferencias significativas en la extensión del bloqueo entre esta posición y la
posición sentada.
● Rotación de la aguja: cuando el bisel estuvo en posición cefálica se bloquearon
más dermatomas y ocurrieron menos bloqueos unilaterales.
● Volumen, concentración y dosis del anestésico local: Considerando las bajas
concentraciones empleadas en anestesia peridural, la concentración del anestésico
influye poco en la extensión del bloqueo, pero sí en la calidad, a diferencia del
volumen y la dosis que son variables importantes en la calidad y diseminación del
bloqueo; 30 ml de lidocaína al 1% produce un bloqueo sensorial más alto que 10
ml de lidocaína al 3%.
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Sugerencias para procedimientos quirúrgicos.
Contraindicaciones:
Complicaciones:
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● Secuelas neurológicas: Luego de anestesia epidural se presentan complicaciones
de este upo y son similares a las que ocurren después de analgesia raquídea. Sin
embargo, ni la intensidad ni la incidencia son de la misma magnitud que después
de la anestesia raquídea. Las secuelas son parestesias persistentes, cefalea
prolongada y varias formas de trastornos paralíticos. La causa de estas secuelas
pueden ser traumatismo directo por la aguja o el catéter o acciones tóxicas y
neurológicas de los agentes sobre fibras nerviosas.
● Escalofrío: Las respuestas de escalofrío y temblores (sacudidas! aparecen en 30%
de los pacientes durante la anestesia epidural, Se atribuyen a la respuesta
termorreguladora normal del ambiente, pero ocurren de modo independiente
respecto de los cambios en la temperatura central, de la superficie cutánea o de la
sensación de frío Como posible causa se sugiere la estimulación de receptores de
temperatura en médula espinal En sujetos sin calentamiento la inyección de
solución fría invariablemente produce escalofrío. En sujetos que presentan
escalofríos con temblores la temperatura de la membrana simpánica disminuye
cası 0.5°C o más. Sessler demostró que calentando la parte inferior del cuerpo del
sujeto se limita la aparición de escalofríos y temblores. Este efecto es evidente si
la solución peridural inyectada está fría o tibia.
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Conclusión.
Entre los beneficios que podemos citar de este tipo de anestesia están, mantener la
consciencia de la paciente, pocos efectos sobre el sistema cardiovascular, respiratorio, y
otros sistemas de importancia. Además, afecta menos estos sistemas, incluyendo el
cerebro, la recuperación de la paciente ocurre sin los mareos, náuseas, vómitos y otras
consecuencias de la anestesia general y con menos dolor.
Como todo procedimiento, la anestesia regional como epidural y raquidea está expuestas
a fracasos y complicaciones, pero gracias al entrenamiento y tecnología disponible y un
manejo oportuno, estos riesgos son mínimos.
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Bibliografía
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