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RECURSOS ADICIONALES

ACTUACIÓN
CON
GIOVANNI
CICCIA
Giovanni Ciccia: Recurso Adicional Cap. 06

Fotografía: Daniela Talavera

Capítulo 06- Recurso Adicional


TRABAJAR UN TEXTO 2
A continuación encontrarás la obra de José Enrique Mavila “Un DIrector”:

Este fue el primer trabajo de dirección de Giovanni. Es un buen material para


leer, analizar y revisar algunos textos del clásico “La vida es sueño” de
Calderón de la Barca. Es una obra extrema sobre un profesor empeñado en
encontrar lo que sucede realmente detrás de las palabras y que sus actores lo
entiendan para poder actuarlo.
UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

Autor: José Enrique Mavila

UN DIRECTOR
Obra en Un Acto y Nueve Cuadros

PROFESOR - CLOTALDO
(Hombre grande de manos grandes, 60 años. Usa tirantes.)

ALUMNO 1 - ROSAURA
(Joven de rasgos andróginos.)

ALUMNO 2 - CLARÍN
(El más bajo del conjunto de alumnos. Posee destreza física.)

ALUMNO 3 - SEGISMUNDO
(Alto, sumamente delgado y ojeroso.)

Autor: José Enrique Mavila

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

CUADRO I

(Un cuarto blanco semi vacío. Al extremo derecho del espectador se


encuentra sentados los tres alumnos.)

ALUMNO 2
¿Cuánto tiempo más nos van a tener sentados aquí? Hace media hora que
dimos el último examen.

ALUMNO 3
Si llegamos a esta clase quiere decir que lo hemos pasado.

ALUMNO 1
O no.

ALUMNO 3
¿Tú crees que nos hayan traído aquí para decirnos que no pasamos?

ALUMNO 2
No creo que sean tan amables. Eso lo publican en una lista y nadie
viene a darte ninguna explicación. Te lo digo por experiencia. Esta es
la segunda vez que me presento.

ALUMNO 3
¿Y llegaste a dar el examen de actuación?

ALUMNO 2
No. Justamente me quedé en el anterior, en el de expresión corporal.

ALUMNO 1
(Mirando su reloj) Media hora no, cuarenta y dos minutos para ser ex-
actos, ese es el tiempo que estamos esperando aquí.

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ALUMNO 1
(Mirando su reloj) Media hora no, cuarenta y dos minutos para ser ex-
actos, ese es el tiempo que estamos esperando aquí.

ALUMNO 3
Pareces nervioso.

ALUMNO 1
Todos lo estamos. O ¿alguno de ustedes no?

ALUMNO 2
Estoy tranquilo, por lo menos llegué al examen de actuación.

(Desde el fondo de la platea se dirige el profesor hacia el escenario


mientras dice)

PROFESOR
Disculpen, disculpen. Estoy atentando contra la regla número uno de un
profesor, “la puntualidad”. Tómenme como un mal ejemplo de lo que no
se debe hacer, como tampoco debo excusarme diciendo que hoy es uno de
los días más importantes ya que han quedado seleccionados doce alumnos
divididos en grupos y ustedes tres son el grupo 3 y estarán bajo mi
dirección en una obra de Don Pedro Calderón de la Barca, texto que
entiendo les han dado hace algunos días.

Por favor, una vez que yo ingrese a clase les agradecería que me re-
ciban de pie y no como un trío de parapléjicos mirándome como si
viesen un marciano. (Los tres alumnos se levantan rápidamente.)
¿Qué hacen ustedes aquí? Prepararse para un examen de ingreso al
oficio de la actuación. Y ¿De qué consta el examen de actuación?

ALUMNO 1
Un fragmento de la primera jornada de “La vida es sueño”.

PROFESOR
Un frag – mento, palabreja que me suena ridícula, pues en ese frag –
mento están resumidas las bases (va subiendo el tono de voz) ¡más sól-
idas de una de las mayores obras del teatro universal. Así que señor
mucho le agradeceré que cuando se dirija al trabajo que vamos a re-
alizar no lo llame frag – mento!

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

Es un texto difícil, casi imposible de realizar para el tiempo que nos


han dado. Pero quiero que entiendan que tanto ustedes como este texto
están ahora en mis manos y que la creación escénica que yo realice a
partir de él es sólo mía. Ahí tienen la obra del escritor y ¿qué hago
yo con ella? Me sirvo de ella, así como me sirvo de un grupo de tres
novatos, para quienes ya elegí cada personaje de la obra. Así que
señores, comprenderán que soy aquella persona que con mayor o menor
celo se ocupará en cada ensayo con sus actores de hacer este texto
realidad. Yo el director: el único posible.

ALUMNO 3
¿Nos podemos sentar?

PROFESOR
Sí, pero en el suelo. Acostúmbrense a tomar contacto con la tierra,
que no haya nada que se interponga entre ustedes.

(Dirigiéndose al Alumno 3) Quítelas, quítelas. Llévenselas al fondo.


(Se lleva las sillas)
Siempre es difícil comenzar pero lo haremos repartiendo los perso-
najes. No hay tiempo para análisis ni lecturas, cualquier duda que
tengan la iremos aclarando en el camino, no es el método usual, pero
esto es un examen frente a un jurado y los que pasen aprenderán cómo
se crea esta profesión correctamente punto por punto, a lo largo de
seis ciclos, tres años de privilegiado aprendizaje.
Veamos: Alumno 1, por sus características físicas y vocales según lo
que he podido ver aparte de sus rasgos femeninos usted seria inicial-
mente Rosaura.

ALUMNO 1
(Sorprendido) Señor … pero …

PROFESOR
(Continua sin hacerle caso) Alumno 2, por su estatura y la agilidad
que le he visto en el anterior examen, usted hará el papel de Clarín.
Por favor no quiero resentimientos ni caras largas. Una de las prime-
ras cosas que aprenderán en la escuela del doctor Hinkfuss será a
reconocerse a sí mismos a aceptarse lo gordos, enanos, femeninos que
puedan ser y hacerlo con entereza. Por ejemplo, usted con ese tamaño
(dirigiéndose al Alumno 2) jamás podrá ser Edipo Rey, a no ser que sea
con su grupo, con su plata y en una versión bastante experimental.

ALUMNO 3
Señor, ¿yo haría Segismundo?

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

PROFESOR
Sí y por motivos que ahora no convienen explicar sino que veremos más
adelante en el texto. Bueno, comencemos.
Rosaura primer texto, aquí adelante por favor.

ALUMNO 1
Profesor, le agradecería que no me dé el papel de una mujer, sé que
esto es un examen nada más pero no me gustaría comenzar representando
a una mujer, inclusive preferiría hacer algo más pequeño.

PROFESOR
¿Tiene algún problema con las mujeres señor?

ALUMNO 1
No señor.

PROFESOR
¿Qué pasa entonces? ¿Le decían mariquita de niño? ¿Le metían la mano
en el colegio o usted tiene un lado femenino que aún no ha explorado y
teme enfrentarse a él?

ALUMNO 1
(Con rabia) No señor. Ninguna de esas cosas.

PROFESOR
Usted por supuesto conoce algo de la historia del teatro y sabrá que
durante siglos los personajes femeninos fueron interpretados por hom-
bres. Hombres lo suficientemente sensibles y lo suficientemente acto-
res como para poder sacar su lado femenino sin avergonzarse. Porque me
parece que ese es su problema. Yo designé un personaje y usted lo in-
terpreta. Lo ayudaré en la medida de mis posibilidades pero al final
lo que quiero es verlo a usted Alumno 1 (gritando) ¡haciendo Rosaura!
Con toda la verdad a la que yo estoy acostumbrado que mis actores re-
spondan cumplidamente a la confianza que depositaré en ustedes.
Comience por favor.
(se hace un breve silencio)

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ALUMNO 1
(con una voz suave)
hipogrifo violento,
Que corriste parejas con el viento,
¿Dónde, rayo sin llama,
Pájaro sin matiz, pez sin escama,
Y bruto sin instinto
Natural, al confuso laberinto
Destas desnudas peñas
Te desbocas, arrastras y despeñas?

PROFESOR
Un tono vocal pésimo pero lo dijo, una actitud corporal peor pero lo
dijo, una falta de credibilidad impresionante es usted “increíble”
señor Alumno 1, increíble, pero lo dijo lo cual quiere decir que hemos
dado medio paso hacia delante. Parece que con usted el proceso va a
ser más lento de lo que imaginé. ¿Qué opina usted Alumno 2?

ALUMNO 2
Creo que usted tiene razón en todo profesor.

PROFESOR
Usted cree. Pues no crea todo lo que digo señor Alumno 2. Le pedí una
opinión y no un acto de sobonería. Por ejemplo: hipogrifo violento que
corriste parejas con el viento, ¿qué quiere decir esto?

(Los tres lo miran)

¿Qué es un hipogrifo? Todo está en el texto, es un caballo y éste es


violento, corre tan veloz que puede hacerle pareja al viento, eso es
lo que usted señor Alumno 1 debe tener en cuenta que le llegue al pú-
blico, esas sensaciones, y no sus problemas personales.

(El profesor rápidamente)

¿Dónde, rayo sin llama,


Pájaro sin matiz, pez sin escama,
Y bruto sin instinto
Natural, al confuso laberinto
Destas desnudas peñas
Te desbocas, arrastras y despeñas?
¿Alguien se atreve a lanzar una interpretación?

(OSCURO)

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

CUADRO II

(El profesor sentado a un lado del escenario escucha al Alumno 1 quien


está parado en el centro, recita con tono furioso.)

ALUMNO 1
A veces
cuando dejo salir a esta sola mujer
de su espacio perfectamente cerrado
es cuando siento el universo
en la palma de la palabra
ya no soy
lo que me definió viviendo
ya la palabra esta viviendo
mi qué
mi soy
¡Pronto! A callar
que el silencio
invada
este espacio solitario
y la vida
nuevamente empezará

(Breve silencio. Se levanta el profesor, se lo queda mirando cara a


cara y le da una sonora cachetada que hace que el Alumno1 voltee la
cara.)

PROFESOR
Repita.

ALUMNO 1
(Alumno 1 toma aire)

A veces cuando dejo salir a esta sola mujer,


de su espacio perfectamente cerrado

(El profesor vuelve a darle una sonora cachetada que lo obliga al


Alumno 1 a voltear la cara. El Alumno 1 se lo queda mirando, gira
hacia el público, adopta una postura diferente y continua con lágrimas
en los ojos)

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ALUMNO 1
es cuando siento el universo
en la palma de la palabra
ya no soy
lo que me definió viviendo
ya la palabra esta viviendo
mi qué
mi soy

PROFESOR
Mejor, pero todavía falta que canalice ese dolor, esa rabia y esa im-
potencia que tuvo con este poema cualquiera, en el personaje de Rosau-
ra (va subiendo el tono de voz) ¡de haber sido arrojada por el caballo
desde una montaña para caer en tierras extranjeras donde absolutamente
todo le es desconocido!

Ven tú Alumno 2. Eres un poco distraído ¿no?, pero ese no es un defec-


to, en realidad nada en el teatro es un defecto, (usando una voz pro-
funda, grave y confidencial) puedes usarlo.
(Durante el siguiente texto Clarín hace un despliegue corporal suma-
mente ágil a manera de bufón de corte mientras esto ocurre el profesor
no para de reir)

ALUMNO 2
Di dos, y no me dejes
en la posada a mí cuando te quejes
que si dos hemos sido
los que de nuestra patria hemos salido
a probar aventuras
dos los que entre desdichas y locuras
aquí habemos llegado,
y dos los que del monte hemos rodado
¿no es razón que yo sienta
Meterme en el pesar, y no en la cuenta?

PROFESOR
Muy bien, bravo. No sé si se hará así a la hora de montar la escena,
puede que el jurado se distraiga con tu movimiento y no pueda seguir
el verso porque evidentemente te falta experiencia pero está el es-
píritu y eso es una herramienta con la cual puedes comenzar a traba-
jar.

(El Alumno 3 quien ha permanecido sentado en el piso observándolo todo


se pone de pie y se acerca al profesor)

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ALUMNO 1
Disculpe, no puedo.
PROFESOR
Señor, está usted interrumpiendo una conversación sumamente importante
que sostengo con el Alumno 3. (pausa) ¿no puede qué?

ALUMNO 1
Disculpe, no puedo hacer de Rosaura.

PROFESOR
¿Y qué piensa hacer? ¿Dejarnos sin examen, no solamente a mí, sino a
sus dos compañeros? Se da usted cuenta que después de haber pasado
satisfactoriamente los exámenes anteriores y abandonar el examen de
actuación a estas alturas no le permitirían volver a postular.

ALUMNO 2
¿Qué pasa hombre?

PROFESOR
(Dirigiéndose al Alumno 2) ¡Silencio! (Colocándose frente al Alumno 1)
Tal vez usted este en lo cierto, porque con su actitud y su imposibil-
idad de vencer sus problemas personales, no serviría para ser actor
(gritando) ¡Búsquese un psicoanalista!

(Sale el Alumno 1)

PROFESOR
(Al Alumno 3) Por favor, agarre su texto página 30 lea por favor.

ALUMNO 3
Y aunque desde aquí nací
(Si esto es nacer) sólo advierto
Este rústico desierto,
Donde miserable vivo,
Siendo un esqueleto vivo,
Sendo animado muerto:
Y aunque nunca vi ni hablé.

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

PROFESOR
Allí está la clave, allí está el sustento de mi teoría, en esas pocas
líneas (Va creciendo su entusiasmo y recita.)
Este rústico desierto,
Donde miserable vivo,
Siendo un esqueleto vivo,
(Lo mira detenidamente el Alumno 3.) ¿Lo entiende?

ALUMNO 3
Bueno, es un pobre hombre.

PROFESOR
Sí, un pobre hombre, porque vive miserable, porque está débil y se
siente un esqueleto vivo y su cuerpo es un animado muerto. En las seis
o siete representaciones que he visto de esta obra a lo largo de mi
vida siempre aparece un hombre grande, robusto, fuerte. Y es fuerte,
sí, pero de espíritu, porque Segismundo al ser arrojado de este cas-
tillo, después de su nacimiento, ha visto sólo a Clotaldo, una persona
que lo alimentó o mejor dicho que lo mal alimento. Segismundo es un
hombre dentro de un cuarto sin posibilidades de ejercitarse, mal nu-
trido ¡y la fortaleza que tiene proviene de su espíritu! Ese Segismun-
do desvalido, débil y enfermizo, señor Alumno 3, es el que quiero
plasmar en este pasaje de la primera jornada. ¿Está usted dispuesto a
hacerlo ya que tiene a favor su rostro y su físico? Esa es una herra-
mienta con la cual usted puede empezar a trabajar.
(Entra el Alumno 1. Alumno 2 y 3 se quedan estáticos. El profesor se
le acerca)

PROFESOR
(Con un tono suave) Saque su texto de la mochila y comencemos con la
primera escena.

(OSCURO)

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CUADRO III

(Se ve al Alumno 1 y Alumno 2 girando por el piso como si rodasen de


una montaña en forma totalmente coreografiada. Durante los siguientes
diálogos, tanto el Alumno 1 como el Alumno 2, continúan el ejercicio
de rodamiento.)

PROFESOR
(Sosteniéndole las manos del Alumno 3.) ¡Más leve! (Pausa) ¡Más leve!
Levántate, yo te guío camina conmigo, suelta más las piernas, afloja
más tu columna, anda encontrando una forma de caminar. Eso es. Sigue
conmigo. Las piernas, suéltalas más. (Repite rápidamente.) Piernas,
columnas, brazos sueltos. Piernas, columnas, brazos sueltos. Eso es.
Vamos suelta el texto.

ALUMNO 3
Tu voz puedo enternecerme,
Tu presencia suspenderme
Y tu respeto turbarme.

PROFESOR
(Gritando.) ¡No! (Le da un puñete en el estómago y el Alumno 3 se
dobla.)
Ves. Te das cuenta.

(Alumno 1 y Alumno 2 han dejado de rodar y los observan)

Segismundo en el estado en que se encuentra, con un golpe, no se hubi-


era doblado, si apenas puede sostenerse en pie se hubiera caído al
piso. ¿Entiendes ahora lo que te estoy diciendo? (Al Alumno 3.)
Enderézate. (Le refriega el libreto en la cara y lo sostiene allí du-
rante el siguiente texto.)

Tu voz puedo enternecerme,


Tu presencia suspenderme
Y tu respeto turbarme.

¿Qué esta diciendo este hombre enfermo y casi loco? ¡Qué nunca ha
visto a una mujer!
Tu voz puedo enternecerme. (le retira el libreto de la cara)
Segismundo apenas ha escuchado 10 palabras de Rosaura, ¿se enternece
por lo que dice o se enternece porque es la primera vez que oye la voz
de una mujer?

¿Por qué sentirse suspendido ante su presencia?

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ALUMNO 3
Porque es la primera mujer que ve.

PROFESOR
¿Cómo saber que es una mujer si se aproxima vestida como si fuera un
soldado montando caballo con botas y uniformado? Él percibe algo dif-
erente. Sus genes, su intuición, su humanidad se lo grita. ¿Entiendes
Segismundo? ¿Entiendes? (Vuelve a golpearlo en el estómago. El Alumno
3 cae totalmente rendido al piso) Sí lo entiendes.

(Dirigiéndose al Alumno 1 y Alumno 2.)

El prestigioso doctor Hinkfuss, sostiene que los actores deben crear


locuras verosímiles para que parezcan verdaderas y permítanme hacerles
notar que la locura, es en todo caso, la única razón de una profesión
como la nuestra.
Simplemente demostrar que se nace a la vida bajo formas muy diversas:
árbol o piedra, agua o flor o minero o ingeniero o (pausa) actor. Y si
se nace actor es para hacer que parezca verdad lo que no es y además
sin ninguna necesidad, por puro juego.

(El Alumno 1 se pone de pie y levanta al Alumno 3.)

ALUMNO 1
Dímelo.

ALUMNO 3
Tu voz puedo enternecerme,
Tu presencia suspenderme
Y tu respeto turbarme.

ALUMNO 1
Con asombro de mirarte,
Con admiración de oírte,
Ni sé qué pueda decirte,
Ni sé qué pueda preguntarte.

(OSCURO)

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CUADRO IV

(Dos sogas suspendidas en el aire al lado izquierdo del público en


donde el Alumno 1 y el Alumno 2 con las manos forradas con vendas
practican como subirlas. El profesor sentado en el centro del escenar-
io, al fondo. El Alumno 3 da vueltas con la actitud corporal de Segis-
mundo mientras murmura uno de los textos.)

PROFESOR
(Levantándose de la silla.) ¡cinco minutos! (Se va.)
(El Alumno 1 deja la soga, el Alumno 2 continua en su intento por
treparla y el Alumno 3 para de caminar como Segismundo)

ALUMNO 1
¡Viejo maldito! Ya no siento ni siquiera las manos.
(Al Alumno 3) Mira, me está saliendo un cayo.

ALUMNO 3
¿Dónde se habrá ido ahora?

ALUMNO 2
(Desde la soga) Debe tener problemas en la próstata. (Se ríe) A la
edad de estos viejos van al baño a cada rato o siempre los ves con el
pantalón mojado y si es un anciano sofisticado usa pañales.

ALUMNO 3
No conozco a nadie de esta escuela, pero ¿ustedes sabían de él antes?

ALUMNO 2
(Rápidamente) No tengo la menor idea de quien es. El año pasado nunca
lo vi.

ALUMNO 1
Yo tampoco lo conozco y él nos ha dicho que enseña aquí desde hace
veinte años. Es un poco raro ¿no?

ALUMNO 2
(Deslizándose de la soga hacia el piso) Y ¿si es un impostor? A los
otros alumnos y profesores sólo me los he cruzado al entrar o al
salir. No he conversado con nadie.

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ALUMNO 3
Aquí todo parece ser muy reservado.

ALUMNO 1
Sólo un impostor podría tener esa actitud con nosotros. ¿Golpes para
sacarnos “!la verdad del personaje!”? ¿Qué método es ese?

ALUMNO 2
Acostúmbrense. Es esta profesión hay muchos locos, no es por nada pero
yo tengo más experiencia que ustedes y lo que he encontrado en los que
parecían buenas personas, apacibles en los primeros ensayos se volvían
unos energúmenos en los últimos. Sobretodo en los ensayos generales.
Ustedes son nuevos, recién están entrando a …

ALUMNO 1
(Interrumpiéndolo) “Dijo el gran actor con experiencia” que postula
por segunda vez. (Se ríe)

ALUMNO 2
¿Cuántas obras crees que he hecho en un año? ¿Sabes por cuántos perso-
najes he pasado?

ALUMNO 1
Sí, sí, sí. Entonces ¿qué haces aquí? Junto a los que no tenemos expe-
riencia.

ALUMNO 3
Yo vengo de la sierra, estoy acostumbrado a las celebraciones, a los
trajes y a las representaciones en la calle de cada una de nuestras
fiestas. No tengo ninguna experiencia, mas que la de bailar con más-
cara en las festividades. Por eso sentí curiosidad de saber qué era
ser actor y es por eso que estoy aquí.

ALUMNO 2
Pues yo me he preparado todo este año no sólo actuando, sino entrenan-
do en talleres.
Cuando me enteré que me habían jalado injustamente en expresión corpo-
ral decidí volverme un acróbata y lo conseguí. Por eso es que quiero
entrar a esta escuela.
(Sin ellos notarlo, entra el profesor con objetos en las manos)
Por eso sea un impostor o no el que nos entrene las mayores posibili-
dades de ingreso las tengo yo.

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PROFESOR
Eso es lo que usted cree Alumno 2. Esa actitud de soberbia no lo va a
llevar a ningún lado. Si tiene tanta experiencia como dice ¿Por qué su
dicción es tan mala? ¿Por qué no puedo comprender lo que dice cuando
usted realiza sus destrezas de movimiento? ¡No lo escucho! y se lo he
dicho, y en todo este tiempo que hemos pasado juntos se ha aferrado a
su expresión corporal y ha dejado de lado una herramienta tan impor-
tante como es la voz. Y yo lo he dejado porque al final esto no es más
que un examen de ingreso ¿No es cierto? ¡ ¿No es cierto señor Alumno 2
? !

ALUMNO 2
Pero profesor, no podrá negar que ellos dos están en desventaja frente
a mí.

PROFESOR
(Cogiendo una de las sillas se la avienta con violencia al Alumno 2)
¡Usted no es nadie, toda su experiencia que cree haber acumulado es
nada, cero, frente a los años que va a seguir en esta escuela, si es
que logra ingresar! Tenga un poco más de modestia porque está exacta-
mente en el mismo nivel que sus otros dos compañeros. Aunque debo ad-
mitir que en lo que sí tiene razón, es que soy un impostor. (Se ríe)
Dejando de lado su vanidad hablemos del trabajo. (Dando vueltas por el
escenario)
A pesar de todo hay algo positivo, no tenemos aún los personajes pero
se ha creado la atmósfera y ese es otro paso adelante. Debo recordar-
les como ustedes habrán leído en su prospecto los estatutos no permit-
en que los profesores estemos presentes y menos que demos un voto por
temor a que en el proceso se hayan generado simpatías o antipatías.
Por eso mi trabajo con ustedes termina dentro de poco y me veré las
caras con los que hayan pasado lo cual será para también una sorpresa.

Sepan que el jurado está compuesto por tres personas: el profesor de


voz, la profesora de expresión corporal y el doctor Hinkfuss, director
fundador de esta escuela. Como punto a parte, les diré que Hinkfuss es
el teórico e investigador contemporáneo más grande del teatro, y a
pesar de trabajar en el extranjero dando conferencias, dictando clases
y realizando obras por el mundo entero, siempre se encuentra en los
exámenes de actuación de su escuela, para ver qué tipo de actor se va
a formar, comprobando el conjunto de sus teorías.
Alumno 3, los grilletes con las cadenas, recójalas del piso, Alumno 1
recoja usted el peto de metal, y usted, Alumno 2, la bolsa con arena.

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CUADRO V

(En el escenario solos el profesor y el Alumno 3. El profesor en el


centro del escenario sujeta con fuerza por detrás los brazos del
alumno que está de rodillas dando la cara al público)

ALUMNO 3
Apurar, cielos, pretendo,
Ya que me tratáis así,
Qué delito cometí
Contra vosotros naciendo:
Aunque si nací, ya entiendo
Qué delito he cometido:
Bastante causa ha tenido
Vuestra justicia y rigor,
Pues el delito mayor
Del hombre es haber nacido.

Profesor, me está haciendo daño en los brazos.

PROFESOR
¡Sigue no pares, sigue! Que este dolor lo recordarás a la hora de in-
terpretar Segismundo.

ALUMNO 3
Profesor…

PROFESOR
¡Sigue!
ALUMNO 3
(Con expresión de dolor y casi lágrimas en los ojos.)

Sólo quisiera saber,


Para apurar mis desvelos
(Dejando a una parte, cielos,
El delito del nacer),
¿Qué más os pude ofender,
Para castigarme más?
¿No nacieron los demás?
Pues si los demás nacieron
¿Qué privilegios tuvieron
Que yo no gocé jamás?

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

(El profesor le suelta los brazos al Alumno 3 y éste cae de cara al


piso, aliviando el dolor del daño que el profesor le ha hecho.)

PROFESOR
Déjame decirte que estoy orgulloso de ti.

(OSCURO)

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

CUADRO VI

(En el escenario solos el profesor y el Alumno 1. El Profesor sostiene


de la cintura al Alumno 1, éste se sujeta con sus manos de la nuca del
profesor con los codos extendidos y sus pies en constante movimiento
como si estuviese cayendo al vacío)

ALUMNO 1
No te quiero dar parte
En mis quejas, Clarín, por no quitarte,
Llorando tu desvelo,
El derecho que tienes tú al consuelo.

PROFESOR
(Con voz del personaje)

Mas, ¿qué haremos, señora,


A pie, solos, perdidos a esta hora,
En un desierto monte,
Cuando se parte el sol a otro horizonte?

ALUMNO 1
¡Quién ha visto sucesos tan extraños!
Mas si la vista no padece engaños
Que hace la fantasía
A la medrosa luz que aun tiene el día,

PROFESOR
A la medrosa luz que aun tiene el día.

Dilo claramente no lo escucho, no lo entiendo. Que se oiga hasta la


última fila.

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ALUMNO 1
A la medrosa luz que aun tiene el día,
Me parece que veo
Un edificio.

PROFESOR
¡No funciona! Qué estamos diciendo. Aclárame.

ALUMNO 1
Que Rosaura no quiere darle sus quejas a Clarín para no quitarle el
sueño y él le pregunta y ahora que hacemos, y es ahí que Rosaura ve,
al atardecer, el edificio donde está Segismundo.

PROFESOR
Entonces, tenemos compasión, miedo y un descubrimiento. ¿Cómo lo ex-
presamos?, a parte del texto por supuesto, psicológica y corporal-
mente, quisiera que sientas ese lado del personaje.

ALUMNO 1
(Pausa) Profesor si usted en algún momento pensó que me negué en hacer
Rosaura no es por que sea …

PROFESOR
(Rápidamente) ¿homosexual?

ALUMNO 1
Yo quería hacer Segismundo y tenía la seguridad de que así iba a ser.

PROFESOR
(Cansado) Alumno 1, su vida personal, sus inclinaciones y sus ambi-
ciones dentro de este examen me importan tanto como que par de zapatos
me pongo cada mañana, así que resérvese sus comentarios (con tono
bajo) en los cuales no tengo ningún interés, y ¡sigamos con la escena
por favor! Entonces, tenemos compasión, miedo y un descubrimiento.
¿Cómo lo expresamos?, a parte del texto por supuesto, psicológica y
corporalmente, quisiera que sientas ese lado del personaje.
(El Alumno 1 se dirige a la esquina del fondo del escenario, regresa
corriendo y se trepa en las espaldas del profesor, tapándole los ojos)

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ALUMNO 1
No te quiero dar parte
En mis quejas, Clarín, por no quitarte,
Llorando tu desvelo,
El derecho que tienes tú al consuelo.

(OSCURO)

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

CUADRO VII

(Distribuidos los tres alumnos en el escenario, el Alumno 2 al lado


izquierdo del público ha colocado el saquito de arena sobre una pila
de seis ladrillos que han permanecido en algún lugar del escenario a
lo largo de toda la obra, juega con la arena, tratando de descifrar
para qué le puede servir. El Alumno 1 al centro del escenario martilla
el peto de metal sobre una piedra, y el Alumno 3 al lado derecho del
escenario serrucha una vieja puerta que estuvo en algún rincón del
escenario también a lo largo de toda la obra, la puerta es antigua.

Los sonidos que tanto el Alumno 1 con su martillo como el Alumno 3 con
su serrucho van encontrando una armonía sonora a la que se suma el
Alumno 2 golpeando un ladrillo contra el otro como si fueran platil-
los, de tal forma que el público escucha un compás de sonidos rítmicos
mientras los tres alumnos se divierten.

El profesor entra y los alumnos hacen como si éste fuese invisible. De


las tres sillas que siempre estuvieron allí, recoge dos de ellas y se
las lleva. Los alumnos ya han incorporado botellas y otros pequeños
objetos creando un nuevo ritmo que termina con un gran final musical.)

(OSCURO)

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

CUADRO VIII

(El Alumno 1 y Alumno 3 sentados en el escenario y el Alumno 2


echado.)

ALUMNO 3
(Mirando el reloj) Treinta y cincooo, treinta y seis minutos de retra-
so.

ALUMNO 1
Que importa, que se demore, mientras menos lo tengamos que ver mejor.
Total, (levantándose de un salto) ¡mañana es el examen!

ALUMNO 2
(Incorporándose) Sí, pero yo contaba con salir temprano hoy día porque
tengo un ensayo.

ALUMNO 3
Qué ensayas.

ALUMNO 2
Una obra de teatro infantil y voy a llegar tarde.

(El Alumno 3 corre y lo levanta el peso al Alumno 1 mientras comienza


a darle vueltas.)

ALUMNO 1
Bájame.
(El Alumno 3 lo baja mientras el Alumno 1 se le tira encima simulando
una pelea.)

¡Oye!, eso me dolió.


(El Alumno 3 arremete nuevamente sobre el Alumno 1, mientras el Alumno
1 logra vencerlo, tirándolo al piso.)

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ALUMNO 2
¿Saben lo que me enteré de nuestro profesor?
(Alumno 3 y Alumno 1 dejan de jugar y se le acercan.)
Pues me enteré que nuestro profesor hace tres años que no enseña
porque una vez se enamoró de una alumna y ésta lo dejó plantado al
viejo por un alumno de actuación del último año. El tipo estuvo tan
templado que terminó alcohólico.
Hasta que un día decidió regresar a enseñar.

ALUMNO 1
¿Quién te contó eso?

ALUMNO 3
Lo estás inventando.

ALUMNO 2
Me enteré por ahí, ustedes piensen lo que quieran.

ALUMNO 1
(Se levanta y simulando ser un borracho e imitando al mismo tiempo al
profesor.)
Los actores deben crear locuras verosímiles para que parezcan ver-
daderas.
(El Alumno 2 se le acerca y le da un falso puñete en el estómago)
Segismundo, en el estado en que se encuentra, no se hubiera doblado,
si apenas puede sostenerse en pie ya se hubiera caído al piso. (El
Alumno 2 se tira el piso.)

(En ese instante, entra el profesor, despeinado sin zapatos y sin


medias y con la camisa blanca empapada de sangre en el brazo derecho.
Los tres alumnos se lo quedan mirando.)

PROFESOR
(Señalando con el brazo izquierdo al Alumno 1) ¡Ese, ese es el rostro
de Rosaura, cuando cae del caballo y llega a Polonia, corre y mírate
al espejo! (El Alumno 1 no se mueve, el Alumno 3 sienta al profesor en
la silla, mientras éste continua.) Me asaltaron, se llevaron mi reloj,
mis documentos y mis zapatos nuevos.

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ALUMNO 2
¿Y la sangre?

PROFESOR
(Muy lentamente) De nada le serviría al Alumno 1 verse en el espejo
del baño porque su gesto fue “espontáneo” y en el recorrido que él
haría hasta el espejo, ese gesto cobraría forma, convirtiéndose en una
máscara, en un cliché del susto y perdiendo todo rastro de espontanei-
dad y veracidad. (A medida que va hablando, va cobrando fuerzas y cre-
ciendo la pasión en él, mientras se levanta de la silla y se mueve por
el escenario como deambulando. El Alumno 3 lo sigue y trata de vendar-
le el brazo herido, a lo que el profesor corresponde con gestos de
dolor.)

Admitirán ustedes que en otro teatro, con otros actores y otro monta-
je, otra sería ciertamente la creación escénica. ¿Y no les parece que
todo esto demuestra que lo que en un teatro nunca se juzga es la obra
del escritor? Única en cuanto a texto, pero distinta una de otra rep-
resentación, con innumerables lecturas, mientras que la obra es una
sola (El profesor con una pasión desbordante, casi en un delirio, se
sostiene físicamente de alumno en alumno.) Si una obra de arte sobre-
vive, es sólo porque todavía podemos rescatarla de la firmeza de su
forma escrita, resolver muy dentro de ustedes tres un movimiento
vital. Y son ustedes los actores; por lo tanto, quienes le dan una
vida distinta cada vez a esos diálogos, muchas vidas, no sólo una.

ALUMNO 2
Profesor, deje que lo llevemos a que se cure el brazo.

PROFESOR
(Al Alumno 3) ¡Déjame el brazo! (Lo empuja con fuerza) No tengo nada
¿No te has dado cuenta de que es un maquillaje? (Se saca la camisa y
se frota el brazo con ella quedándose con los tirantes puestos y con
el torso desnudo) Ven, no tengo nada, nada. Esto era un experimento,
quería ver la reacción de cada uno de ustedes y cómo actuarían ante un
hecho real y no fingido. Y sí, disculpen la tardanza pero quedar así
me costó algo de tiempo. Espero le saquen provecho a la lección.
(Como si nada hubiese pasado.)
Bueno, comencemos.
(pausa larga)
(Los tres alumnos lo miran estupefactos.)

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ALUMNO 3
Yo puedo aguantar probar todos los métodos por el hecho de encontrar
mi personaje, pero esto que acaba de hacer usted es maltrato psi-
cológico, los actores somos nosotros, usted es sólo el profesor.

PROFESOR
¿A sí? ¿Alguien más tiene algo que decir?

ALUMNO 1
Yo no salgo de mi asombro, pero no pienso continuar y no me importa
que el examen sea mañana, pero, después de esta burla, me siento …
forzado a quedarme aquí. Y lo que quiero es largarme.

ALUMNO 2
¿Es usted alcohólico?

PROFESOR
Pero ¡ ¿Qué les pasa? ! ¿De dónde les sale esa sensibilidad? Cuando lo
que yo quería era sólo…
ALUMNO 2
No me siento con ganas para hacer el ensayo. Y sí. Yo soy muy sensi-
ble.

PROFESOR
Señores, ¡mañana es el examen! ¡ ¿Se puede saber qué les pasa? ! Les
he expuesto el método de una manera didáctica para que nunca puedan
olvidarla. Entiendo que los haya asustado, pero reaccionar como lo
están haciendo no tiene explicación.

ALUMNO 3
No se preocupe, no la vamos a olvidar. (Pausa) Nos vamos profesor (Mi-
rando al Alumno 1 y 2.) nos vamos, ¿no es cierto?

PROFESOR
¿Se van? ¿A dónde?

ALUMNO 3
Simplemente nos vamos.

PROFESOR
¡No pueden!

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ALUMNO 2
A no ser … que se vaya usted.

ALUMNO 1
O se va usted o nos vamos nosotros y todo su trabajo y nuestro examen
se van al diablo.

PROFESOR
¡ ¿Irme yo? ! ¿Cómo se atreven? ¡ ¿Amenazarme a mí? !
ALUMNO 3
Pues nos vamos nosotros.

ALUMNO 2
Yo no soy la marioneta de nadie y además tengo un ensayo.

ALUMNO 1
(Saliendo por la platea) Vámonos, vámonos.

PROFESOR
¿Se han vuelto locos? El jurado espera un examen mañana y eso no es un
juego. ¿Les da a ustedes lo mismo lo que pueda pensar el doctor Hink-
fuss? (Los tres alumnos se paralizan. Pausa tensa.)

ALUMNO 1
(Regresando de la platea al escenario) En ninguna parte del reglamento
obliga a que los postulantes se preparen con un profesor, pueden ha-
cerlo solos. Son opciones que están escritas. Con sacarlo usted de
aquí no estamos incumpliendo el reglamento de la escuela. Así que el
que se va es usted.

PROFESOR
Pero ¿no está ya todo ensayado? No tenemos más que ajustar algunos
detalles.

ALUMNO 3
Justamente por eso. Ya hizo que improvisemos, hemos saltado de escena
en escena a su antojo y nos ha tratado en plan de dictador.

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

PROFESOR
El único lugar del mundo donde funciona la dictadura es en el teatro,
pretendan hacerlo ustedes democráticamente y no harán más que fracasar
en sus creaciones colectivas. Ustedes no entienden. Las palabras
tienen que nacer de dentro. ¡Espontáneamente! Y para eso se necesita
un guía.

ALUMNO 2
(En tono bajo al Alumno 1.) Si ingreso, sólo espero que no me toque
como profesor.

ALUMNO 1
(Sinceramente al profesor.) Yo sí llegué a confiar en usted.

PROFESOR
Exijo cumplimiento y el respeto que mi trabajo se merece.

ALUMNO 3
Sólo queremos que nos deje en paz. Todos estamos hundidos en nuestros
papeles, sufrimos y nos consumimos en un infierno. (Dirigiéndose al
Alumno 1) Con estos ojos, esta boca; tiembla, se muere de miedo sin-
tiéndose en los brazos de Segismundo. Pero basta de teatro, no podem-
os, ni usted ni nosotros, seguir ahora con el ensayo, así no más como
si no hubiese pasado nada: usted grita su desesperación, sus experi-
mentos y sus engaños. Nos usa y se burla de nosotros. Los postulantes
a actores sólo gritamos nuestra pasión por algo que estamos descu-
briendo y lo podemos hacer a nuestra manera. Por eso es necesario que
se vaya.

ALUMNO 1
Déjenos solos.

ALUMNO 2
¡Váyase! ¡Fuera!

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

PROFESOR
¿Se atreven a botarme de mi propia escuela?

ALUMNO 2
(Enfrentándose cara a cara, a pesar de la diferencia de tamaños) Ya no
lo necesitamos ¡fuera, fuera! (Empujándolo) Que se vaya el que quiera
dar órdenes. ¡Fuera!

PROFESOR
(Bajando a la platea y dirigiéndose a la salida del teatro.) Esto es
un abuso, algo nunca visto. Me quejaré ante las autoridades y apelaré
al reglamento.
Traté de inculcarles el teatro de verdad: cuando una pasión se vive,
no se juega con ella. (Casi gritando) Mi pasión es subordinarlo todo a
la obtención de un resultado. ¡Soy el director! ¡Veinte años dedicados
al teatro! ¡Protesto enérgicamente, esto es un escándalo, yo soy el
director!

(El profesor sale del teatro. Los tres alumnos solos en la platea car-
gados de energía y rebeldía.)

ALUMNO 3
Vamos, comencemos con esto.
(Al Alumno 2.) Pon los ladrillos en este lado. (Al Alumno 1.) Vístete.

ALUMNO 1
Si quieren, yo tengo un poco de maquillaje.
(El Alumno 2 y el Alumno 3 voltean simultáneamente y se lo quedan mi-
rando.)
¡Carajo! Maquillaje de teatro, no tengo ni rimel ni sombras, es un
poco de base blanca.

ALUMNO 2
Me sirve. Dame un poco. (Mientras se pintan la cara el Alumno 3 levan-
ta la puerta del piso y la coloca a un lado del escenario en donde no
se le pueda ver detrás de ella. El Alumno 1 y el Alumno 2 continúan
con su rutina de vestuario y maquillaje blanco.)

(OSCURO)

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

CUADRO IX

Jornada Primera

(En el escenario se encuentran los ladrillos puestos casi en primer


plano al centro del escenario. Al lado derecho del espectador, se ve
la puerta antigua inclinada. Se escucha el resonar de un trombón
tocado en vivo fuera del escenario.)

ALUMNO 2
(Sobre los tambores fuera del escenario) ¡Señoras y señores! El grupo
3 presenta ante ustedes la primera escena de “La vida es sueño” de Don
Pedro Calderón de la Barca. Representada por primera vez en 1635.
Traemos aquí y ahora las aventuras y desventuras de Rosaura, Clarín y
Segismundo.

(Una vez que cesen los tambores y con las primeras palabras de Rosaura
caerán las dos sogas al lado izquierdo del espectador. Las luces dan
la sensación de un atardecer y a lo largo de toda la representación
varían de acuerdo a la importancia de los textos y acciones de cada
uno de los personajes.)

ROSAURA
(Rosaura mientras dice el texto baja rápidamente por la soga, seguida
por Clarín en la otra)
Hipogrifo violento
que corriste parejas con el viento,
¿Dónde, rayo sin llama,
Pájaro sin matiz, pez sin escama,
Y bruto sin instinto
Natural, al confuso laberinto
Destas desnudas peñas
Te desbocas, arrastras y despeñas?
(Acaban de caer al piso y ruedan tal como lo hicieran en el ejercicio
al inicio del Cuadro III. Luego durante el siguiente texto ella tira
el peto de metal al piso y se sacude los pantalones.)
Quédate en este monte,
Donde tengan los brutos su Fetonte;
Que yo, sin más camino
Que el que me dan las leyes del destino,
Ciega y desesperada
Bajaré la aspereza enmarañada
Deste monte eminente

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

Que arruga al sol el ceño de su fuente


(Con el puño cerrado mira al cielo.)
Mal, Polonia, recibes
A un extranjero, pues con sangres escribes
Su entrada en tus arenas,
Y apenas llega, cuando llega a penas.
Bien mi suerte lo dice;
Mas ¿dónde halló piedad un infelice?

CLARÍN
(Mientras Clarín dice el siguiente texto se encuentra sentado en los
ladrillos quitándose los zapatos sin pasador y botando la abundante
arena que había dentro de ellos al piso.)
Di dos, y no me dejes
En la posada a mí cuando te quejes;
Que si dos hemos sido
Los de que nuestra patria hemos salido
A probar aventuras,
Dos los que entre desdichas y locuras
Aquí habemos llegado,
Y dos los que del monte hemos rodado,
¿No es razón que yo sienta
Meterme en el pesar, y no en la cuenta?

ROSAURA
No te quiero dar parte
En mis quejas, Clarín, por no quitarte,
Llorando tu desvelo,

CLARÍN
(Mientras se limpia la planta de los pies y se pone los zapatos)

Mas, ¿qué haremos, señora,


A pie, solos, perdidos y a esta hora
En un desierto monte
Cuando se parte el sol a otro horizonte?

ROSAURA
(Parada en los ladrillos)

¡Quién ha visto sucesos tan extraños!


Mas si la vista no padece engaños
Que hace la fantasía,
A la medrosa luz que aun tiene el día,
Me parece que veo
Un edificio.

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

CLARÍN
O miente mi deseo,
O termino las señas.

ROSAURA
(Bajando de los ladrillos y mirando la puerta.)

Rústico nace entre desnudas peñas


Un palacio tan breve,
Que al sol apenas a mirar se atreve.

CLARÍN
(Pegado a las espaldas de Rosaura temblando.)

Vámonos acercando;
Que éste es mucho mirar, señora, cuando
Es mejor que la gente
Que habita en ella, generosamente
Nos admita.

ROSAURA
La puerta
(Mejor diré funesta boca) abierta
Está, y desde su centro
Nace la noche, pues la engendra dentro.

(Suenan las cadenas y se sacude fuertemente la puerta.)

CLARÍN
¡Qué es lo que escucho, cielo!
(Va hacia la soga y la sube.)

ROSAURA
Inmóvil bulto soy de fuego y hielo.

CLARÍN
(Trepado en lo alto de la soga.)
¿Cadenita hay que suena?
Mátenme, si no es galote en pena:
Bien mi temor lo dice.

31
UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

SEGISMUNDO
(Detrás de la puerta.)
¡Ay mísero de mí! ¡Ay infelice!

ROSAURA
¡Qué triste voz escucho!
Con nuevas penas y tormentos lucho.

CLARÍN
(Bajando rápidamente de la soga y montándose sobre Rosaura como cabal-
lito.)
Yo con nuevos temores.

ROSAURA
Clarín …

CLARÍN
Señora …

ROSAURA
Huyamos los rigores
Desta encantada torre.

CLARÍN
Yo aún no tengo
Ánimo para huir, cuando a eso vengo.

ROSAURA
(Trepando sus piernas sobre los hombros de Clarín se ayuda de los lar-
gavistas que podrían ser dos conos de papel higiénico pegados.)
Puedo determinar
Una prisión oscura,
Que es de un vivo cadáver sepultura;
Y porque más me asombre,
En el traje de fiera yace un hombre
De prisiones cargado,
Y sólo de una luz acompañado.
Pues huir no podemos,
Desde aquí sus desdichas escuchemos:
Sepamos lo que dice.

32
UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

SEGISMUNDO
(Cae la puerta de un golpe, es un estruendo, detrás aparece Segismundo
quien ha usado arcilla para untárselo en la cara y en el cuerpo. Está
casi denudo, sólo viste unos calzoncillos. Tiene los grilletes que le
dio el profesor puestos en las muñecas. Clarín y Rosaura se esconden
tras los ladrillos, dándole la espalda a la platea mientras que las
reacciones de Clarín al escuchar el texto son de cara al público.)
¡Ay mísero de mí! ¡Ay infelice!
Apurar, cielos pretendo,
Ya que me tratáis así,
Qué delito cometí
Contra vosotros naciendo:
Aunque si nací, ya entiendo
Qué delito he cometido:
Bastante causa ha tenido
Vuestra justicia y rigor,
Pues el delito mayor
Del hombre es haber nacido.
Sólo quisiera saber,
Para apurar mis desvelos
(Dejando a una parte cielos,
El delito de nacer),
(El trombón toca lentamente fuera del escenario acompañando el texto.)
¿Qué más os pude ofender,
Para castigarme más?
¿No nacieron los demás?
Pues si los demás nacieron
¿Qué privilegios tuvieron
Que yo no gocé jamás?
Nace el ave, y con las galas
Que le dan belleza suma,
Apenas es flor de pluma
O ramillete con alas,
Cuando las etéreas salas
Corta con velocidad,
Negándose a la piedad
Del nido que deja en calma:
¿Y teniendo yo más alma
Tengo menos libertad?
(Inicia la lenta caminata que ya fue ensayada por él con el profesor
en el cuadro III. Deambulando por el escenario.)
Nace el bruto, y con la piel
Que dibujan manchas bellas,
Apenas signos es de estrellas
(Gracias al docto pincel),
Cuando atrevido y cruel,
La humana necesidad

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

Le enseña a tener crueldad,


Monstruo de su laberinto:
¿Y yo con mejor instinto
Tengo menos libertad?
En llegando a esta pasión,
Un volcán, un Etna hecho,
Quisiera arrancar del pecho
Pedazos del corazón:
¿Qué ley, justicia o razón
Negar a los hombres sabe
Privilegio tan suave,
Excepción tan principal,
Que Dios le ha dado a un cristal,
A un pez, a un bruto y a un ave?

ROSAURA
(Sacando la cabeza de su escondite.)
Temor y piedad en mí
Sus razones han causado.

SEGISMUNDO
¿Quién mis voces ha escuchado?
¿Es Clotaldo?

CLARÍN
(Sacando la cabeza de su escondite.)
(Aparte a su ama): (Di que sí.)

ROSAURA
(Se levanta y se acerca temerosa hacia Segismundo.)
No es sino un triste ¡ay de mí!,
Que en estas bóvedas frías
Oyó tus melancolías.

SEGISMUNDO
Pues muerte aquí te daré,
Porque no sepas que sé
Que sabes flaquezas mías.
(Con un rápido movimiento la coge del cuello con el brazo izquierdo y
con el derecho la amenaza con un pedazo de madera, apuntándole al
cuello.)
Sólo porque me has oído
Entre mis brazos
Te tengo de hacer pedazos

CLARÍN
(Quien continua escondido.)
Yo soy sordo, y no he podido
Escucharte

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ROSAURA
Si has nacido
Humano, baste el postrarme
A tus pies para librarme

SEGISMUNDO
(Sorprendido la va soltando poco a poco a lo largo del texto.)
Tu voz pudo enternecerme
Tu presencia suspenderme
Y tu respeto turbarme
¿Quién eres? Que aunque yo aquí
Tan poco del mundo sé
Que cuna y sepulcro fue
Esta torre para mí:
Y aunque desde que nací
(si esto es nacer) sólo advierto
Este rústico desierto
Donde miserable vivo,
Siendo un esqueleto vivo,
Siendo un animado muerto:
Y aunque nunca vi ni hablé
Sino a un hombre solamente
Que aquí mis desdichas siente
Por quien las noticias sé
De cielo y tierra, y aunque
Aquí, porque más te asombres
Y monstruo humano me nombres
Tú, sólo tú, has suspendido
La pasión a mis enojos
(Rosaura, frente a Segismundo, lo observa detenidamente, mientras
Clarín se dirige a un bulto de tela que está debajo de las sogas, saca
una cantimplora llena de agua la vacea en una vasija de barro, con un
trapo, mientras Segismundo a continuado con el texto.)
La suspensión a mis ojos
La admiración a mi oído
Con cada vez que te veo
Nueva admiración me das
Y cuanto te miro más
Aún más mirarte deseo
Ojos hidrópicos creo
Que mis ojos debe ser;
Pues, cuando es muerte el beber,
Beben más, y desta suerte,
Viendo que el ver me da muerte
Estoy muriendo por ver.
Pero véate yo y muera
Que no sé, rendido ya
Si el verte muerte me da,

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

El no verte qué me diera.


Fuera, más que muerte fiera
Ira, rabia y dolor fuerte
Fuera muerte: desta suerte
Su rigor he ponderado,
Pues dar vida a un desdichado
Es dar a un dichoso muerte.

ROSAURA
(Mientras le dice el texto, moja el trapo en la vasija que le ha alca-
nzado Clarín y le va quitando la arcilla del rostro y del cuerpo, len-
tamente como despintándolo, con la actitud de quien le hace una obra
de bien a un mendigo, mientras Clarín está sentado en los ladrillos
haciendo un montículo con la arena que sacó de sus zapatos.)
(Inclinándose hacia Segismundo.)
Con asombro de mirarte
Con admiración de oírte
No sé qué pueda decirte
Ni qué pueda preguntarte:
(Habiendo terminando de limpiarle el rostro, con el siguiente texto
limpia pecho, espaldas y piernas, mientras moja y exprime el trapo en
la olla de barro.)
Cuentan de un sabio que un día
Tan pobre y mísero estaba,
Que sólo se sustentaba
De una yerbas que cogía
¿Habrá otro (entre sí decía)
Más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió
Halló la respuesta, viendo
Que iba otro sabio cogiendo
Las hojas que él arrojó
Quejoso de la fortuna
Yo en este mundo vivía
Y cuando entre mí decía:
¿Habrá otra persona alguna
De suerte más importuna?
Piadoso me has respondido
Pues volviendo en mi sentido
Hallo que las penas mías
Para hacerlas tú alegrías
Las hubieras recogido
Y por si acaso mis penas
Puede en algo aliviarte
Óyelas atento, y toma
Las que dellas me sobraren.

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

(Ha terminado de limpiarlo y Segismundo ha quedado totalmente trans-


formado. Rosaura se levanta mirándolo a los ojos.)
Yo soy …

(El profesor ingresa a la sala y con emoción llega hasta la platea


diciendo el texto de Clotaldo)

CLOTALDO
Guardas desta torre
Que dormidos o cobardes,
Disteis paso a dos personas
Que han quebrantado la cárcel …

ROSAURA
Nueva confusión padezco.

SEGISMUNDO
Éste es Clotaldo mi alcaide.
¿Aún no acaban mis desdichas?
(Desfallece, cayendo al piso.)

CLARÍN
(Poniéndose de pie en los ladrillos.)
¡Traición!

(El profesor que casi ha atravesado corriendo el pasillo mientras


decía el texto de Clotaldo dirigiéndose al escenario. Está bien ves-
tido con zapatos y medias.)

PROFESOR
¡Una escena magnífica! ¡Sí señor! ¡Magnífica! Lo han hecho tal cual yo
se los dije. Los felicito. Algunos olvidos de texto que tendrán que
revisar para mañana pero por lo demás está casi perfecto. Alumno 1 el
movimiento que usted tiene al inclinarse …

ALUMNO 2
(Interrumpiendo al profesor.) ¿Por qué está aquí otra vez?

ALUMNO 1
Si ni siquiera se ha movido. ¿No lo has visto en la cabina disponiendo
de todos los efectos de luz?

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

ALUMNO 2
Y yo que pensé que era el operador de teatro en un momento de inspir-
ación.

PROFESOR
(Orgulloso) Pues debo decirles que todo lo tenía aquí. (Se señala la
cabeza) Y pueden ustedes estar seguros que de los tres votos del
examen ya tienen un voto a su favor.
(El Alumno 3 en el piso se ahoga como faltándole el aire.) Pero ¿qué
le pasa al Alumno 3? ¿Por qué no se levanta?

ALUMNO 2
(Irónico) Se habrá desmayado. Uno no puede morirse por hacer un perso-
naje ¿no es cierto?

ALUMNO 1
(Levantando al Alumno 3 del piso.) ¿Te sientes mal?
ALUMNO 3
No sé, estoy un poco mareado. Déjenme, déjenme respirar (Se echa en
los ladrillos dando la cara al público.)

ALUMNO 2
Claro, se nos pide que vivamos los papeles. ¡Aquí tenemos las conse-
cuencias! Nosotros hemos venido a actuar: papeles por escrito y apren-
didos de memoria. ¿Acaso su método dice que cada uno de nosotros deba
dejar la piel aquí en el escenario? ¡ ¿En cada una de las funciones? !

PROFESOR
(Sarcásticamente.) Mi querido Alumno 2, usted tiene talento, lo que
tiene que corregir es su actitud y mientras no lo haga será incapaz de
dejar la piel en ningún escenario.
Les dije que de los tres votos de mañana ustedes cuentan con uno.

ALUMNO 1
Usted lo ha dicho, pero contradice el reglamento. El profesor no tiene
voto.

PROFESOR
Sí, eso es cierto, está en el reglamento, pero quien sí tiene voto y
de mucho peso es el director de esta escuela. El doctor Hinkfuss. Y el
doctor Hinkfuss, señores Alumno 1, 2 y 3 (el profesor se quita el
bisoñé, se coloca los anteojos de metal) SOY YO.

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UN DIRECTOR - José Enrique Mavila

(OSCURO)

FIN

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