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COMPRENSIÓN Y REDACCIÓN DE TEXTOS I

Ciclo 2020 -AGOSTO

Fuentes para la Práctica Calificada 2 (PC2)

Lee las siguientes fuentes informativas. Luego, anota las ideas que consideres más relevantes y
aplica algunas de las estrategias de análisis de fuentes estudiadas durante el ciclo (lluvia de
ideas, resumen, planteamiento de preguntas). La información analizada la usarás durante la
elaboración del esquema de la Práctica Calificada 2.

https://www.leyes.congreso.gob.pe/Documentos/2016_2021/
Proyectos_de_Ley_y_de_Resoluciones_Legislativas/PL0379520190111..pdf

https://www.diocesisdecordoba.com/media/2012/11/130106-La-ideolog%C3%ADa-de-g
%C3%A9nero-rompe-la-familia.pdf

https://buscandorespuestasemet.com/razones-rechazar-ideologia-de-genero-colegios/

https://www.uic.mx/noticias/conferencia-sobre-las-consecuencias-de-la-ideologia-de-genero-en-
la-familia/

Fuente 1
El concepto de género

El enfoque de género considera las diferentes oportunidades que tienen los hombres y las
mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y los distintos papeles que socialmente se les
asignan. Todas estas cuestiones influyen en el logro de las metas, las políticas y los planes de
los organismos nacionales e internacionales y, por lo tanto, repercuten en el proceso de
desarrollo de la sociedad. Género se relaciona con todos los aspectos de la vida económica y
social, cotidiana y privada de los individuos y determina características y funciones
dependiendo del sexo o de la percepción que la sociedad tiene de él.

Los científicos sociales y los especialistas del desarrollo utilizan dos términos distintos para
referirse a las diferencias biológicas y a aquellas construidas socialmente, éstos
son sexo y género, respectivamente. Aun cuando ambos se relacionan con las diferencias entre
mujeres y hombres, las nociones de género y sexo tienen connotaciones distintas.

El sexo se refiere a las características biológicas que, entre otras, son comunes a todas las
sociedades y culturas. Género, en cambio, se relaciona con los rasgos que han ido moldeándose
a lo largo de la historia de las relaciones sociales. Las divergencias biológicas son el origen de
las que se producen en materia de género, pero los modos en que se determina el papel que
desempeñan mujeres y hombres van más allá de las particularidades físicas y biológicas que
distinguen a cada sexo. Las diferencias en materia de género se construyen socialmente y se
inculcan sobre la base de la percepción que tienen las distintas sociedades acerca de la
diversidad física, los presupuestos de gustos, preferencias y capacidades entre mujeres y
hombres. Es decir, mientras las disimilitudes en materia de sexo son inmutables, las de género

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varían según las culturas y cambian a través del tiempo para responder a las transformaciones de
la sociedad.

Las relaciones de género derivan de los modos en que las culturas asignan las funciones y
responsabilidades distintas a la mujer y al hombre. Ello a la vez determina diversas formas de
acceder a los recursos materiales como tierra y crédito, o no materiales como el poder político.
Sus implicaciones en la vida cotidiana son múltiples y se manifiestan, por ejemplo, en la
división del trabajo doméstico y extra-doméstico, en las responsabilidades familiares, en el
campo de la educación, en las oportunidades de promoción profesional, en las instancias
ejecutivas, etc.

[Adaptado de: http://www.fao.org/3/x2919s/x2919s04.htm ]

Fuente 2

El enfoque de género en las políticas públicas


El enfoque de género es un modo de entender las relaciones humanas, especialmente las de
poder, relaciones construidas sobre la base de las diferencias entre hombres y mujeres, pero que
han devenido en inequidad y desigualdad social. Este enfoque analiza la realidad sobre la base
de los conceptos sexo y género y sus manifestaciones en los distintos contextos geográficos,
sociales, culturales, étnicos e históricos.
El concepto “género” se refiere a los distintos roles, responsabilidades, atributos, capacidades y
espacios que la sociedad y la cultura asigna a las personas de acuerdo a su sexo biológico,
dándose por hecho que el espacio público y el rol productivo es propio de los hombres, y el
espacio privado y el rol reproductivo es propio de las mujeres.
En cambio, el concepto “sexo” se refiere a las diferencias biológicas, anatómicas y fisiológicas,
entre hombres y mujeres.
El concepto de género nos ayuda a entender que lo que creemos características naturales de
hombres y mujeres no se derivan del sexo de las personas, sino que son construidas
culturalmente a través de las relaciones sociales y los mandatos culturales (Marta Lamas,
2009:6).
Las personas aprendemos a comportarnos según modelos establecidos para hombres y mujeres a
lo largo de la vida, a través de los distintos espacios de socialización como la familia, el trabajo,
la escuela, las instituciones sociales, comunales, políticas y religiosas, el lenguaje y los medios
de comunicación. De esta manera, “aprendemos” a ser hombres y a ser mujeres, es decir, vamos
construyendo nuestra identidad de género. Así, todo lo que se considera masculino se vincula a
la esfera pública y al poder (con rasgos básicamente instrumentales que incluyen ser activo,
dominante, fuerte, arriesgado, seguro y decidido) y lo femenino, al mundo doméstico y al
cuidado de los otros (con rasgos básicamente expresivos o emocionales como la dulzura, la
comprensión, la sensibilidad, la paciencia, la obediencia y la sumisión).
A partir de esta tradicional división sexual del trabajo productivo y reproductivo, se ha ido
construyendo en todas las sociedades el llamado sistema sexo-género, caracterizado por las
relaciones asimétricas de poder entre mujeres y hombres, tanto en el orden social, como en la
subjetividad de las personas. Sin embargo, como lo demuestra la literatura especializada, el

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problema no son las diferencias sexuales entre mujeres y hombres, sino que estas diferencias
naturales se convierten en desigualdades sociales y son naturalizadas por la cultura, lo cual
otorga menor valor a todo lo considerado femenino.
Si se considera que el género es una construcción cultural y social, y no algo innato o natural, el
sistema sexo-género y las desigualdades que genera entre hombres y mujeres pueden ser
transformados a partir de la intervención del Estado mediante las políticas públicas, dirigidas a
alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres.
Las políticas con enfoque de género reconocen que mujeres y hombres tienen diferentes
necesidades debido a que desempeñan diferentes roles en la sociedad y viven de manera
diferente los mismos problemas, es decir, dependiendo de dónde se encuentren ubicados
hombres y mujeres podrán aprovechar o no los efectos de las políticas. Tienen en cuenta la
situación de las mujeres y de los hombres en su diversidad étnica, generacional, cultural,
generacional, sexual, económica, en una sociedad en la que interactúan, de tal modo que la
subvaloración y discriminación pue - den ser múltiples, dependiendo de las tantas identidades a
las que pertenecemos.
Los resultados y el impacto de las políticas son distintos para hombres y para mujeres debido al
diferente punto de partida en que se encuentran. Las mujeres tienen menos acceso a los recursos
económicos, sociales y culturales y sus condiciones materiales de vida son más precarias y de
menor calidad debido a los roles que les asigna la sociedad y la valoración social y económica
que se les otorga.
Con frecuencia, las políticas dirigidas directamente a las mujeres en las que aparentemente se
beneficia a toda la población atienden solo las necesidades relacionadas a las condiciones de
vida de la familia (servicios, educación, salud, vivienda, transportes) y con frecuencia terminan
sobrecargando a las mujeres en su jornada diaria. Un programa o proyecto con alta participación
femenina no siempre ha incorporado el enfoque de género, ya que puede estar reforzando
estereotipos sexistas y manteniendo las desigualdades entre hombres y mujeres.
[Adaptado de: https://www.web.onpe.gob.pe/modTransparencia/implementacion-politicas-genero/Documentos/
orientaciones-transversalizar-enfoque-genero.pdf]

Fuente 3

Diferencia entre la perspectiva de género y la ideología de género


De acuerdo con lo anterior, pueden señalarse como rasgos generales de la ideología de género
los siguientes:
1. La exigencia de una igualdad absoluta entre varón y mujer, hasta el extremo de eliminar
cualquier aspecto que los identifique como tales. La ideología de género niega el
fundamento mismo de la diferencia, es decir, la naturaleza humana y el sexo biológico. El
hecho de que en la persona concurran el sexo biológico, la identidad de género y la
orientación sexual, no pasaría de ser una coincidencia o simplemente el resultado de
condicionamientos culturales. Por tanto, en palabras de Di Pietro, la “naturaleza sería
‘neutra’: o sea, no se nace hombre o mujer, es únicamente el resultado de un proceso social”

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2. Como consecuencia de lo anterior, en las propuestas de la ideología de género se produce una
ruptura entre sexo y género, debido a que el género —considerado como una construcción
cultural— ya no se entiende vinculado al sexo biológico: sexo-varón/género-masculino y sexo-
mujer/género-femenino. Por tanto, dicha ideología ofrece una serie de géneros que devienen de
la orientación sexual de la persona: heterosexual, homosexual, lesbiana, bisexual y transexual.
Se llega a considerar que los seres humanos nacen neutros y posteriormente, en el transcurso de
la vida, deciden a qué género desean pertenecer.
3. Al igualitarismo entre varón y mujer se suma la equiparación de la heterosexualidad —
estructura antropológica de la persona humana— con la homosexualidad, el lesbianismo, la
bisexualidad y la transexualidad, consideradas como orientaciones sexuales que, para la
ideología de género, pueden ser libremente asumidas como una “elección” que la persona
realiza de acuerdo con sus deseos y preferencias personales. Este rasgo trae como consecuencia
que instituciones consideradas como pilares de la sociedad, como el matrimonio y la familia,
cuya característica principal y fundante es la heterosexualidad, se vean menoscabadas y
desdibujadas sus propiedades y funciones originales al ser asimiladas a otro tipo de uniones. Lo
mismo sucede con la figura jurídica de la adopción, dado que, bajo estos argumentos, la
aportación del varón con la paternidad y de la mujer con la maternidad en la educación de los
hijos quedaría vaciada de significado. Asimismo, se estaría vulnerando el derecho del menor a
tener un padre y una madre.
4. Llevada al extremo la lucha contra el determinismo biológico, sociocultural y la definición de
los roles, se produce la “liberación” de la mujer de su capacidad biológica para ser madre y de
esta manera eliminar una de las características más representativas y específicas del sexo
femenino. Para conseguir este objetivo se hace imprescindible el reconocimiento social y
jurídico de los denominados “nuevos derechos humanos”, entre los que se encuentran los
derechos sexuales y reproductivos. Dichos derechos van a permitir a las mujeres evitar la
maternidad, considerada también como una carga y la raíz de la discriminación histórica de las
mismas.
5. Las diferencias entre varón y mujer, que fundamentan las relaciones heterosexuales, son
consideradas por la ideología de género como fuente inevitable de conflictos y agresiones
(físicas y psicológicas) del varón hacia la mujer, en aras de perpetuar las relaciones de dominio
y subordinación entre los sexos, propias del patriarcado. No son tenidas en cuenta otras causas
generadoras de violencia, como por ejemplo, los desequilibrios psicológicos, la falta de control
de los impulsos, el alcoholismo, la drogadicción, etc.
[Adaptado de: v21n2a02.pdf (scielo.org.co) ]

Fuente 4
¿Ideología de género = enfoque de género?
La ideología de género como tal es un término creado por grupos detractores, usualmente
conformados por movimientos religiosos y conservadores, para hacer alusión al enfoque de
género. ¿Y en qué consiste el enfoque de género? Para entender ello, creemos fundamental
definir primero qué es el género y, aunque dicho término nace de una larga serie de estudios
especializados que ha tomado años elaborar y definir, podemos decir que es una construcción
social basada en “identidades, roles y relaciones entre hombres y mujeres” que se han
desarrollado en el tiempo.

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¿Es el género lo mismo que el sexo? No, ya que este último es entendido como un rasgo
biológico del ser humano que, tradicionalmente, es binario, por lo que una persona, según su
sexo, podría ser un hombre o una mujer.
El enfoque de género es, entonces, la consideración de “las diferentes oportunidades que tienen
los hombres y las mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y los distintos papeles que
socialmente se les asignan. Todas estas cuestiones influyen en el logro de las metas, las políticas
y los planes de los organismos nacionales e internacionales y, por lo tanto, repercuten en el
proceso de desarrollo de la sociedad”. En palabras sencillas, consiste en la aplicación del
concepto de género para entender las diferencias que se suscitan entre hombres y mujeres en
todos los ámbitos de su vida: desde la educación hasta el acceso al trabajo, las relaciones de
poder, sus roles en la sociedad, etcétera.
Al entender en dónde es que nacen las diferencias entre hombres y mujeres y, sobre todo, el
hecho de que estas han sido creadas por la sociedad y, por lo tanto, pueden ser modificadas, se
redefinen los papeles que desempeñan ambos, se revalora la categoría de “ser humano” para la
promoción del respeto entre estos y se crean esquemas que generan mayor igualdad de
oportunidades y desarrollo entre las personas.
Si se ve de esta manera, lo que se buscaría aplicar al implementar un enfoque de género en la
educación no sería la promoción del aborto, la homosexualidad, transexualidad, o una confusión
en los niños, niñas y adolescentes. El objetivo sería, más bien, promover una cultura del respeto
entre ellos, generar igualdad de oportunidades entre ambos y que no existe un camino que
tienen que seguir por ser hombres o mujeres, sino que son libres de crecer y desarrollarse de la
manera que ellos decidan con las herramientas que se les brinda.
¿Afecta el enfoque de género el derecho a la educación?
Una de las razones más fuertes que ha motivado el debate y la indignación a partir de la
aplicación del enfoque de género en el nuevo currículo escolar es el hecho de que lo delicado
que es el decidir qué se ha de enseñar en una etapa formativa a los niños y niñas o qué no.
Campañas como “Con mis hijos no te metas” dejan muy en claro que a muchos padres les
preocupa qué se les enseña a sus hijos. Se ha llegado incluso a afirmar que la aplicación del
enfoque de género podría vulnerar el derecho a la educación, ¿pero es eso cierto?
Sobre el derecho a la educación, el Tribunal Constitucional peruano nos dice en la sentencia
sobre el caso Larry Jimmy Ormeno Cabrera que “la educación es un derecho inherente a la
persona. Consiste en la facultad de adquirir o transmitir información, conocimientos y valores a
efectos de habilitar a las personas para sus acciones y relaciones existenciales y coexistenciales;
amén de ser una guía, dirección u orientación para el desarrollo integral de la persona”. Según la
misma sentencia, el derecho a la educación ha de ser visto no solo como un derecho
fundamental, sino también en su carácter de servicio público.
El proceso educativo, según el Tribunal, tendría como fines esenciales el promover el desarrollo
integral de la persona, y con ello su preparación para la vida y el trabajo, y el desarrollo de su
acción solidaria, es decir, “la creación de un nexo ético y común para las personas adscritas a un
entorno social”. Tomando en cuenta dichos fines, la promoción del respeto entre niños y niñas y
la igualdad de oportunidades que pretende generar el enfoque de género que se busca
implementar en el currículo escolar del año 2016 no contradice en ningún ámbito el derecho a la
educación.

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Nos atreveríamos a decir que, por el contrario, contribuye de una manera positiva al desarrollo
integral de niños y niñas al inculcarles desde el inicio de su proceso educativo que tanto ellas
como ellos deben ser respetados, que no existe un “sexo débil” o un “sexo fuerte”, que no hay
una característica inherente que debido a su sexo defina que hay un camino marcado a seguir.
Si bien es cierto que tanto padres como madres están habilitados a participar del proceso
educativo de sus hijos e hijas, principalmente en cuanto a la decisión de dónde han de ser
educados, siempre debe recordarse que dicho beneficio debe ejercitarse con un ánimo
cooperativo y abierto al diálogo.
[Adaptado de: https://www.parthenon.pe/actjur/editorial/entre-la-ideologia-de-genero-y-el-
enfoque-de-genero-como-afecta-la-redefinicion-de-los-estereotipos-en-la-educacion-en-el-
peru/]

Fuente 5
Igualdad de género en la política pública peruana
¿Qué es la igualdad de género?
La Unesco define la igualdad de género como la “igualdad de derechos, responsabilidades y
oportunidades de mujeres y hombres, y niñas y niños. La igualdad no significa que las mujeres
y los hombres sean lo mismo, sino que los derechos, responsabilidades y oportunidades no
dependen del sexo con el que nacieron. La igualdad de género supone que se tengan en cuenta
los intereses, las necesidades y las prioridades tanto de las mujeres como de los hombres,
reconociéndose la diversidad de los diferentes grupos de mujeres y de hombres».
De acuerdo con esta definición, los hombres y las mujeres tenemos iguales derechos y el mismo
valor. Sin embargo, existen todavía prácticas socioculturales que mantienen las diferencias entre
hombres y mujeres. Entender y actuar sobre esta realidad es necesario para garantizar que las
mujeres, las niñas y las adolescentes ejerzan sus derechos y participen plenamente en el
desarrollo del país.
¿Por qué es necesario tener una política de igualdad de género?
De acuerdo con Cepal (2014, pág. 16) las políticas de igualdad de género buscan justicia de
género, mediante la modificación de normas legales o la promoción de la participación de las
mujeres. La justicia de género es el conjunto de medidas que buscan reparar las desventajas que
dan origen a la subordinación de las mujeres, a fin de que participen en igualdad de condiciones
en todas las esferas de la vida. Tiene implícito el principio de igualdad (trato igualitario para
todas las personas) y el principio de igualdad diferenciada (reconoce que históricamente las
mujeres han sido discriminadas).
Las desigualdades de género en el Perú
El documento de la política pública de igualdad de género, menciona que, en el Perú, la
discriminación a las mujeres es estructural y cruza todas las etapas de su vida. Está arraigada en
la sociedad privilegiando lo masculino sobre lo femenino, lo que causa desigualdad y refuerza la
situación de inferioridad o subordinación de las mujeres. ¿Cómo las afecta esta discriminación
estructural? La discriminación, vulnera el derecho que tienen las mujeres a una vida libre de
violencia. La violencia de género hacia las mujeres se manifiesta en distintas formas: acoso
sexual, hostigamiento sexual, acoso político, violencias física, psicológica o sexual, trata de
personas, feminicidio.

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La desigualdad vulnera también el derecho a la salud sexual y reproductiva: acceso y uso de
métodos anticonceptivos sobre todo en el caso de mujeres adolescentes, a la educación sexual
integral y a salud integral. Al acceso y participación en espacios de toma de decisión: (en las
elecciones presidenciales, al congreso, a elecciones regionales y locales, el cargo de decisión el
sector público y privado). Los derechos económicos y sociales, que se evidencia en la
desigualdad educativa, desigualdad económica (laboral y productiva) en el acceso, control y uso
de tecnologías de la información y comunicación.2
Objetivos prioritarios de la política nacional de igualdad de género en el Perú

 Reducir la violencia hacia las mujeres


 Garantizar el ejercicio de los derechos a la salud sexual y reproductiva de las mujeres
 Garantizar el ejercicio de los derechos económicos y sociales de las mujeres
 Reducir la incidencia de los patrones socioculturales discriminatorios en la población
 Reducir la incidencia de los patrones socioculturales discriminatorios en la población.
Al 2030, la política recientemente aprobada espera reducir y la discriminación estructural que
afecta a las mujeres en nuestro país, de acuerdo a los siguientes indicadores:

 Tolerancia social de la violencia hacia las mujeres


 La violencia física y sexual en mujeres víctimas de violencia física y/o sexual en
relaciones de pareja en los 12 últimos años.
Asimismo, aumentar la participación política de las mujeres congresistas y alcaldesas, la tasa de
paridad de los ingresos de mujeres y hombres y transversalizar el enfoque de género en las
instituciones públicas.
El seguimiento y evaluación del cumplimiento de los diferentes compromisos de los sectores
involucrados, está a cargo del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
[Adaptado de https://observatorioviolencia.pe/igualdad-de-genero-en-la-politica-publica/]

Fuente 6

Punto de partida: sobre el concepto de género

La noción de género surge en los años setenta para referirse a la distinción entre el sexo y los
ordenamientos socioculturales construidos a partir de las diferencias corporales. Sobre la base
de una serie de investigaciones y estudios que pretendían explicar la situación mayoritaria de
subordinación y de desconocimiento de derechos que sufrían las mujeres, el concepto
revoluciona en comparación con la forma como se venía tratando el tema hasta entonces. Con el
desarrollo de los estudios de género y la expansión del uso del término en sí, se van
distinguiendo algunos usos del concepto que varían desde aquellos que identifican la noción de
género con “las mujeres” y aquellos que lo refieren como “la construcción cultural de la
diferencia sexual, aludiendo a las relaciones sociales de los sexos”. En esta línea, nuestra
aproximación entiende el género como “el conjunto de creencias, prescripciones y atribuciones
que se construyen socialmente tomando a la diferencia sexual como base”. Es decir, mientras el
término “sexo” se usa para referirse a las diferencias biológicas relacionadas con la
reproducción y otros rasgos físicos entre los seres humanos –creando categorías entre hombres y

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mujeres– al hablar de género nos referimos a las características que socialmente se atribuyen a
las personas de uno y otro sexo. Así, mientras el sexo biológico está determinado por
características genéticas, “el género es una identidad adquirida y aprendida que varía
ampliamente intra e interculturalmente. El género es relacional ya que no se refiere
exclusivamente a las mujeres o a los hombres, sino a las relaciones entre ambos”.

Cada sociedad construye y elabora lo que considera como “lo masculino” y “lo femenino”, y a
partir de allí se establecen las obligaciones sociales de cada sexo, con una serie de normas y
prohibiciones simbólicas, que incluyen, además, una heterosexualidad dominante como norma.
En este sentido, se “naturalizan funciones sociales y se socializan funciones naturales”.
Tradicionalmente, lo asociado a lo femenino –o, en términos más generales, lo “no masculino”–
ha sido considerado de menor valor y en situación de subordinación, lo cual ha tenido un
impacto negativo importante en el reconocimiento, ejercicio y protección de los derechos de las
mujeres. La construcción del concepto de género partiendo de esta distinción fue una
elaboración teórica y política que permitía “convertir la lucha entre los sexos (entre hombres y
mujeres) en una lucha contra el género (de hombres y mujeres)”. Adicionalmente, el concepto
constituye una herramienta y una categoría de análisis que permite conocer las diferentes
dimensiones que abarca la discriminación contra las mujeres y las estrategias necesarias para
combatirla. Es decir, no se niega el punto de partida: Que la discriminación contra las mujeres
es una realidad generalizada y que la respuesta institucional y normativa no ha sido la más
adecuada. Pero se da un paso más y, mediante el análisis del proceso de socialización de las
personas, se identifica los roles, identidades y estereotipos que contribuyen a la referida
situación de discriminación.

Y, precisamente, ha sido esta posibilidad de visibilización de los derechos de las mujeres y el


reconocimiento de la discriminación que padecen, lo que ha llevado a que, en muchas
circunstancias, se utilice el término “género” como sinónimo de “mujer” y no como una
herramienta conceptual “para explicar el carácter de la relación asimétrica entre hombres y
mujeres por sus relaciones de poder”. En este marco, se debe precisar que resulta válido realizar
estudios y adoptar medidas que enfaticen la situación de los derechos de las mujeres ya que –
precisamente– el análisis de género permite identificar situaciones discriminatorias contra ellas
que requieren la implementación de medidas y programas dirigidos a contrarrestar esta
situación. En esta línea de pensamiento, se deben entender, por ejemplo, las leyes de cuotas para
la participación política: No son leyes discriminatorias contra los hombres, sino mecanismos
que se establecen dada la reducida participación de las mujeres en la política, como
consecuencia de la discriminación y del poco respeto a sus derechos. En suma: “[L]a
perspectiva de género implica por un lado, una crítica a la visión exclusiva del mundo en clave
masculina y por otro, una relectura y re-significación de la historia, de la sociedad, la cultura, la
economía y la política. De lo que se trata es de hacer relecturas, resignificaciones y re-
conceptualizaciones que permitan un análisis diferenciado del mundo y de la realidad; de la
aplicación de las normativas e instrumentos internacionales de Derechos Humanos, para poder
actuar sobre ella y transformarla mediante la práctica de relaciones igualitarias y no
discriminatorias”. Finalmente, se debe tener presente la denominada interseccionalidad en las
situaciones de discriminación, que implica tener en cuenta las diferencias y las diversas
identidades que se construyen con base a la edad, el origen social, la capacidad económica, el

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origen rural o urbano, la etnicidad, que se identifican entre las mujeres y que hace que el análisis
no pueda ser ni unilateral ni simple.

[Adaptado de file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Dialnet-
LaImportanciaDeLaAplicacionDelEnfoqueDeGeneroAlDer-5110711.pdf]

Fuentes adicionales

Diferencia entre ideología de género y política de género


Video: (3) Diferencia entre Ideología de Género y Política de Género - YouTube

El sistema sexo-género
https://www.youtube.com/watch?v=wBmCMwt6Ka0
El enfoque de género en la educación peruana

https://observatorioviolencia.pe/que-nos-ensena-el-curriculo-escolar/
https://idehpucp.pucp.edu.pe/notas-informativas/enfoque-genero-vs-la-ideologia-genero-los-
derechos-disputa-las-respuestas-del-estado/

El sistema sexo-género

https://rebelionfeminista.org/2019/10/02/el-sistema-sexo-genero/

La equidad como controversia


http://www.inefop.org.uy/docs/Enfoque%20de%20Genero.pdf

La denominada ideología de género


http://www.scielo.org.co/pdf/dika/v21n2/v21n2a02.pdf

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