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Para citar: Markus, M. y Paulero, R. (2021). Perspectiva de género y mediación. Revista de Mediación, 14 (2), e3.
Resumen: El artículo presenta los conceptos básicos de los estudios de género como la diferenciación sexo-género, identi-
dad, elección y orientación sexual y su implicación en los procesos de mediación. Se plantea de qué modo los roles y este-
reotipos de género llevan a determinados conceptos de masculinidad y femineidad que inciden en la mesa de mediación.
Estas construcciones sociales determinan patrones que se reflejan en la división sexual del trabajo. Se presenta la proble-
mática del género y el poder desde la mirada feminista. Finalmente, se plantean reflexiones y preguntas que se presentan
en los procesos de mediación analizados desde una perspectiva de género y se señala la importancia de la co-mediación
como estrategia de superación de los sesgos de género.
Abstract: This exploratory study presents the results of a research on elements of apology letters from an offender to the
victim of cThis paper presents the basic concepts of gender studies such as the difference between sex and gender, identity,
choice and sexual orientation, and their involvement in mediation processes. It focuses on how gender roles and stereotypes
lead to specific masculinity and femininity concepts that impact the mediation process. These social constructs determine
patterns that reflect the sexual division of labour. The paper approaches the gender and power issue from a feminist stan-
dpoint. Lastly, the reflections and questions that emerge in mediation processes are presented from a gender perspective,
and the paper pinpoints the importance of co-mediation as a strategy to overcome gender biases.
Miriam Markus
Licenciada en Ciencias de la Educación, UBA. Psicóloga Social. Mediadora, formada en la Universidad de Santa Bárbara,
EEUU. Diplomada en psicología transpersonal y en género y problemas contemporáneos del feminismo del siglo XXI, UBA.
Docente en cursos de post grado en varias universidades de Argentina. Ha capacitado mediadores en todas las provincias
de Argentina. Integra el equipo docente de la Dirección Nacional de Mediación del Ministerio de Justicia y Derechos Huma-
nos. Es autora del libro El vibrar de las narrativas en mediación. Paidós. 2013.
Contacto: miriammarkus@gmail.com
Rosaura Paulero
Profesora. Psicóloga UBA. Mediadora. Diplomada en género y problemas contemporáneos del feminismo del Siglo XXI.
UBA. Máster en metodología de la investigación en ciencias sociales UNTREF. Trabaja hace más de 20 años en mediación
educativa (capacitación, implementación de programas de alumnos mediadores e Intervenciones en conflictos entre
docentes). Ha publicado varios artículos de mediación escolar y prácticas restaurativas en el ámbito educativo. Integra el
equipo docente de la Dirección Nacional de Mediación del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Argentina.
Contacto: rpaulero@gmail.com
ISSN: 2340-9754
2 Ana
Lic. Miriam Markus yFernández
Isabel González Mg. Rosaura Paulero revistademediacion.com
¿A qué nos referimos cuando hablamos de social de la feminidad y de la masculinidad. O sea, cómo se
perspectiva de género? conciben los comportamientos, prácticas, deseos y atributos
Los seres humanos somos seres sociales que vivimos en de mujeres, varones y personas no binarias en un momento
un tiempo y espacio históricamente determinado, que va histórico social determinado.
conformando nuestros comportamientos, roles, actitudes. Hablar de perspectiva de género es hablar de diversidad
Sin duda, la cultura tiene un rol preponderante, por ello se sexual. La identificación que cada persona tiene con su géne-
descarta la idea de que nuestro comportamiento está ligado ro se denomina identidad sexual. La misma puede o no co-
a determinaciones biológicas. Por tal motivo, resulta perti- rresponderse con el sexo biológico. Si así sucede, hablamos
nente diferenciar los conceptos de sexo y género. Se habla de de una persona cis o cisgénero, si en cambio, la persona no
sexo para referirse a las características físicas y anatómicas se identifica con el sexo biológico, se dice que es una persona
de las personas. Mientras que el género alude a una catego- trans o transgénero.
ría sociocultural, una construcción que implica diferencias o Resulta importante considerar que muchas veces la iden-
desigualdades de índole social, económica, política, laboral, tidad de género no es expresada, por eso no es lo mismo
etcétera. hablar de identidad que de expresión de género (forma en
Los juegos, la vestimenta, los adornos y las actividades que expresamos nuestro género). Finalmente, también es ne-
que realizamos en nuestro tiempo libre durante nuestra in- cesario considerar la orientación sexual de las personas, o sea
fancia dan cuenta de que vamos construyendo nuestra iden- por quiénes se sienten atraídxs.
tidad de manera diferenciada varones y mujeres. Como ejem- La orientación sexual no es lo mismo que la identidad
plo podemos reparar en que hasta hace poco tiempo el uso de género a pesar de que la atracción también está deter-
del pelo largo o los aros se entendían como estrictamente minada en términos de género y no de sexo biológico. Una
femenino. En la actualidad ya está naturalizado su uso por los persona que se auto percibe como hombre puede sentirse
varones también. atraído por una mujer (orientación heterosexual) o por un
La OMS define al género como “los conceptos sociales hombre (orientación homosexual) o por ambos (orientación
de las funciones, comportamientos, actividades y atributos bisexual). Hablar de perspectiva de género implica también
que cada sociedad considera apropiados para los hombres y hablar de desigualdades y de poder. El orden patriarcal en el
las mujeres”. La importancia del concepto de género radica que vivimos es un sistema social que hace que las diferencias
en que nos ayuda a comprender que los atributos y roles que sexuales (o sea biológicas) se transformen en desigualdades
entendemos como naturales no lo son, sino que son construi- sociales o de género (Tarducci, 2019). Por ello, el género es
dos socialmente y no tienen relación con la biología. un concepto relacional ya que se refiere a las relaciones de
De acuerdo con la ONU mujeres, “el género determina opresión y poder entre géneros.
qué se espera, qué se permite y qué se valora en una mujer o Las desigualdades se observan a través de los roles que
en un hombre en un contexto determinado. En las mayorías se juegan socialmente. Los roles según Bleichmar (1997) son
de las sociedades hay diferencias y desigualdades en cuanto las prescripciones, expectativas y proscripciones para una
a las responsabilidades asignadas, las actividades realizadas, conducta dada. Por ello definen los comportamientos “ade-
el acceso y el control de los recursos, así como las oportuni- cuados” para una persona dentro de un contexto social dado.
dades de adopción de decisiones”. Los roles de género han adquirido una naturaleza dicotómica
Como ya dijimos las personas construimos nuestra iden- (varón/mujer) y se juegan fuertes expectativas desde niñxs
tidad desde nuestra infancia, en relación con otros y otras. para que se incorporen las conductas “correspondientes” de
Aprendemos comportamientos, actitudes, formas de rela- acuerdo con el sexo biológico. De esta manera se generan los
cionarnos. Este proceso se denomina socialización genéri- estereotipos de género, que determinan por ejemplo como
ca o construcción social del género, es la manera en que las características femeninas la sumisión, pasividad, debilidad,
personas aprendemos a ser femeninas o masculinos. Este emotividad, sensibilidad, dependencia y como masculinas el
proceso se da a lo largo de la vida, y tanto la familia como la dominio, la independencia, la razón, la fuerza y la agresión.
escuela tienen un rol prioritario. La educación formal e infor- Los estereotipos agrupan las representaciones sociales
mal se encarga de fijar roles y estereotipos. Los colores de las hegemónicas en la cultura. Son incorporados por los seres
vestimentas, los juegos que realizan varones y mujeres, las humanos a través de la socialización diferenciada, proceso
tareas de la casa, en qué ocupan el tiempo libre, la manera de que como ya expresamos, comienza en la familia y se refuer-
relacionarse con los demás son productos, no de cuestiones za frecuentemente en la escuela y la sociedad.
“naturales”, sino de la socialización de género. De acuerdo con Sotomayor Peterson,
Hablar de perspectiva de género no es sinónimo de ha- La identidad resulta, entonces, de un proceso de socia-
blar de mujeres, sino que implica referirse a la construcción lización donde los sujetos no nacen siendo ya miembros de
una sociedad, sino con la predisposición hacia la socialización das por cuestiones de poder y muchas veces la distribución
para después llegar a convertirse en miembros de ésta. El de ese poder, pone en desventaja a las mujeres.
punto inicial de este proceso lo constituye la internalización Las teorías feministas, en su diversidad, han desarrollado
a través de la aprehensión e interpretación de un aconteci- las teorías del poder de cuatro modos diferentes: dos de ellas
miento objetivo en cuanto que éste expresa un significado. ligados a las interpretaciones del “poder sobre”: el poder
Es, además, una manifestación de los procesos subjetivos de entendido como recurso y como dominación. Las otras son
otros que se vuelven subjetivamente significativos. interpretaciones ligadas al “poder para”: el poder entendi-
La masculinidad resulta de un conjunto de funciones, do como cuidado (empoderamiento) y finalmente el poder
conductas y atributos que representan a los varones en un como libertad. Estas dos últimas conceptualizaciones son
determinado tiempo, espacio y cultura. La masculinidad he- más recientes. Toda teoría feminista del poder debería dar
gemónica (O’Connell, 1997) promueve que el varón para que cuenta de estas cuatro formas, tanto del sometimiento como
sea considerado como tal debe ser activo, fuerte, no expresar de la capacidad de acción (Allen, 2008).
sus sentimientos y ser heterosexual. Asimismo, pauta cómo Hablar de perspectiva de género también implica reco-
los varones deben comportarse en sociedad. nocer la interseccionalidad en el concepto de género, ya que
En el caso de la feminidad, la misma implica que la mujer no es un concepto que se presente aislado de otras caracte-
debe ser pasiva, emotiva y dependiente. Además, ser mujer rísticas sociales. El concepto de interseccionalidad atribuido
se asocia a la maternidad, por ello de acuerdo a este mandato a Kimberley Crenshaw (2012) alude al entrecruzamiento que
toda mujer debería ser madre, y por lo tanto saber “instinti- se da entre el concepto de género con una gran variedad de
vamente” lo referente a las tareas doméstica, la maternidad categorías como la clase social, la etnia, la edad, la orienta-
y las tareas de cuidado. Siguiendo este estereotipo, la mujer ción sexual, discapacidad, etcétera. Se conjugan en el acceso
tiene todos estos saberes “naturalmente” por ello debe ocu- a los derechos y en la existencia de desigualdades.
parse de estas tareas. Hablar de perspectiva de género implica hablar de
Como una constante los varones ocuparon una posición la división del trabajo por género que está estrechamente li-
dominante y de privilegio en relación con las mujeres ocu- gado a la brecha salarial por género.
pándose de tareas productivas y no de las reproductivas, La llamada división sexual del trabajo establece la di-
ocupando el ámbito público y dejando el privado/doméstico ferenciación entre las actividades que se espera realicen las
a las mujeres. La masculinidad hegemónica se caracteriza mujeres y las que se esperan realicen los varones. Básicamen-
por destacar las características de proveedor, valiente, inde- te las tareas femeninas se desarrollan en el ámbito doméstico
pendiente, potente, procreador y heterosexual. o ámbito reproductivo, son tareas vinculadas con la organiza-
Sin embargo, con la introducción de los estudios de gé- ción y actividades de cuidados que, si se realizan en la propia
nero se han puesto en cuestión los conceptos de feminidad y casa, no reciben paga. Mientras que las tareas masculinas se
masculinidad. Se habla de “nuevas masculinidades”, en plural desarrollan en el ámbito productivo o público, relacionadas
opuestas a masculinidad hegemónica ya que se reconocen con la vida económica, la política y social. Obviamente tienen
diferentes modalidades de ser masculino. un valor de cambio.
Partiendo de la idea de que tanto la feminidad De esta manera se configura una clara separación
como la masculinidad son construcciones sociales, la invita- entre el ámbito privado y el público. Las tareas del hogar no
ción es a cuestionarnos, desprogramarnos, desnaturalizar o son consideradas un trabajo, y esta distribución de roles, si
como se suele decir de-construirnos, con el fin de construir bien se ha ido modificando, se mantiene en la actualidad.
identidades que permitan la igualdad y la libertad de género. Esta idea se refleja en el slogan feminista “Eso que llaman
Hablar de perspectiva de género es hablar de igualdad amor es trabajo no remunerado”.
de género, una invitación a mirar nuestras relaciones y ac- La Dirección de Economía, Igualdad y Género del
ciones, reconociendo que históricamente las mujeres fueron Ministerio de Economía de la Argentina presentó el informe1
discriminadas y/o no reconocidas en pie de igualdad en rela- Los cuidados, un sector económico estratégico. Medición del
ción con los varones, y que nuestras acciones deben apuntar aporte del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado al
a disminuir esas desigualdades. Producto Interno Bruto (2020). De acuerdo con este informe
La perspectiva de género constituye un modo de mirar la las tareas de cuidado representan el 16% del PBI. Estas tareas
realidad y las relaciones entre los varones y las mujeres. Estas por lo general las realizan las mujeres de manera gratuita.
relaciones, como todas las relaciones sociales, están media-
1 https://www.argentina.gob.ar/noticias/la-direccion-de-economia-igualdad-y-genero-presento-el-informe-los-cuidados-un-sector
las creencias vinculadas a los géneros, los roles y los este- Replanteando nuestras creencias como mediadores y me-
reotipos. diadoras vale preguntarse: ¿qué implica cuando decimos en
En los últimos años se han venido diseñando e implemen- una mediación la señora no trabaja?, ¿a qué trabajo nos es-
tando políticas públicas y legislaciones que promueven la tamos refiriendo?, ¿consideramos sólo el trabajo productivo
igualdad de género. Trabajar en mediación con perspectiva sin considerar el reproductivo, privado y de puertas aden-
de género contribuye a que no se perpetúen las desigualda- tro? O por ejemplo cuando en el ámbito escolar, se sanciona
des entre mujeres y hombres. en forma desigual cuando las que se pelean físicamente son
La Cumbre Judicial Iberoamericana, dentro del marco de los mujeres o atribuimos a las chicas un carácter competitivo
trabajos de su XIV edición (2008) ha considerado necesa- entre sí que supuestamente los chicos no tienen.
ria la elaboración de unas reglas básicas, conocidas como Todos estos ejemplos y muchas situaciones más,
Reglas de Brasilia (Cumbre Judicial Iberoamericana, 2008), responden a roles y estereotipos de género que debemos
relativas al acceso a la justicia de las personas que se en- repensar como mediadores y mediadoras.
cuentran en condición de vulnerabilidad sin discriminación Tradicionalmente el abordaje de la familia ha estado exento
alguna, englobando el conjunto de políticas, medidas, faci- de un análisis de género que pusiera de manifiesto la cone-
lidades y apoyos que permitan a dichas personas el pleno xión que tienen los problemas de la familia con los estereo-
goce de los servicios del sistema judicial. tipos culturales relativos a los papeles asignados a los hom-
Podrán constituir causas de vulnerabilidad, entre otras, las bres y mujeres y con las relaciones de poder. En mediación
siguientes: la edad, la discapacidad, la pertenencia a comu- familiar es fundamental conocer y entender la evolución y
nidades indígenas o a minorías, la victimización, la migra- los cambios que la familia ha sufrido a lo largo de los tiem-
ción y el desplazamiento interno, la pobreza, el género y la pos y conocer el papel que el género ha jugado en dichos
privación de libertad. cambios.
En relación al género, se afirma en dichas Reglas, que la Los roles de género de una pareja dependen mucho de la
discriminación que la mujer sufre en determinados ámbitos organización familiar de origen, es decir, las familias se com-
supone un obstáculo para el acceso a la justicia, que se ve portan en mediación siguiendo las mismas dinámicas que
agravado en aquellos casos en los que concurra alguna otra han tenido durante la convivencia. Por lo tanto, una pareja
causa de vulnerabilidad (interseccionalidad). Se entiende de corte tradicional llegará a la mediación con la misma di-
por discriminación contra la mujer toda distinción, exclu- námica siendo muy visible esta organización familiar para
sión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto las y los mediadoras/es.
o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce Esta organización familiar también se atribuye a
o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado un sesgo generacional en el que las parejas de más edad
civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de suelen ser las que han evolucionado menos hacia la conse-
los derechos humanos y las libertades fundamentales en las cución de una relación más “democrática”, porque su edu-
esferas política, económica, social, cultural y civil o en cual- cación se ha producido en una época en la que las diferen-
quier otra esfera. cias de género eran más visibles.
Desde las Reglas de Brasilia se impulsan las formas alterna- Según la investigación realizada por Ucete Lastra (2018) a
tivas de resolución de conflictos ya que pueden contribuir a pesar de esta percepción de cambio de las/os mediadoras/
mejorar las condiciones de acceso a la justicia de determi- es familiares en cuestión de género, se siguen dando ciertos
nados grupos de personas en condición de vulnerabilidad, intereses y preocupaciones entre las parejas heterosexuales
incorporar la perspectiva de género en la mediación, signifi- que acuden a mediación familiar que pueden estar funda-
ca incluir una valiosa herramienta para garantizar el acceso mentados en las creencias y estereotipos tradicionales de
a justicia en igualdad de condiciones. género. El rol de la mujer cuidadora, es el más comenta-
Por otro lado, implementar esta perspectiva posibilitará de- do y visible de esta diferenciación a la hora de negociar la
tectar situaciones de violencia que no estén denunciadas custodia. Aunque la tendencia es la custodia compartida,
como tales y permitirá equilibrar desigualdades en otras si- ya sea porque la mujer sigue muy vinculada a la identidad
tuaciones cuando no configuren violencia de género. de madre por encima de cualquier otra (profesional, social,
Desde la perspectiva de género surge algunas preguntas: individual, etc.), porque todavía sigue pesando sobre la so-
¿qué lugar ocupa la mujer en esta relación?, ¿hubo o hay ciedad el estigma social de que la pérdida de la custodia de
un ejercicio de poder y de dominación sobre ella por el solo la madre es sinónimo de que es una “mala madre”, o por-
hecho de ser mujer?, ¿estamos frente a una desigualdad que en la actualidad se siguen dando situaciones en las que
originada en el género?, ¿estamos frente a una situación de los hombres no quieren involucrarse en los cuidados de sus
violencia que no fue detectada previamente? hijxs, todavía sigue resultando impensable que las mujeres
cedan la custodia total al padre y acepten ser ellas las visi- trabajan en co-mediación, lo cual se ha instalado como mo-
tadoras de sus hijas/os. dalidad de trabajo.
El rol del hombre proveedor se ve menos marcado en el dis- Co-mediación significa “mediar-con”, lo cual implica que
curso de las/os mediadoras/es entrevistadas/os, este hecho hay un mínimo de dos mediadorxs trabajando en el proce-
se debe a que ya está plenamente aceptada la incorpora- so. Y decimos un mínimo de dos, porque también solemos
ción de la mujer al mundo laboral, pasando a ser ambos “mediar-con” un equipo de mediadores que se ubican en la
miembros de la pareja los que desarrollan el rol proveedor. retrocámara de la Cámara de Gessell. Esta es una sala que
En este punto se aprecia, de nuevo, un sesgo generacional tiene en una de sus paredes un espejo o vidrio de visión uni-
ya que, hasta hace unos años la mujer cuando se casaba lateral. La retrocámara es otra sala donde se ubica el equipo
tenía que renunciar a su vida laboral para dedicarse al cui- y desde donde puede observar sin interferir en el desarrollo
dado y labores domésticas, lo cual está normalizado en las de la mediación. Esta forma de trabajo, con un equipo de
parejas de mayor edad que han crecido con este tipo de mediadorxs en la retrocámara, la implementamos con dos
organización familiar. De acuerdo a nuestra experiencia las objetivos: uno es para la formación, ya que una de las ex-
cuestiones culturales también influyen y, en algunas comu- periencias de mayor aprendizaje es la de poder observar
nidades son los hombres (marido /padre) los que toman mediaciones in situ. Otro de los objetivos, que tiene que ver
las decisiones vinculadas con los temas económicos de la con el caso en particular, es la supervisión del mismo. En
sociedad conyugal, a pesar de que las mujeres también tra- este caso quien se ubica en la retrocámara es uno o varios
bajaban fuera de la casa. mediadorxs experimentados, cuya función es la de colabo-
Otra de las conclusiones de la investigación es que el tabú rar con una mejor comprensión del proceso que se esté de-
masculino de la sensibilidad, aunque también está sufrien- sarrollando.
do una evolución, se sigue manteniendo entre las parejas Hay diferentes modelos de co-mediación. Una cla-
que acuden a mediación familiar, sobre todo, una vez más, sificación podría hacerse en función al rol que desempeña
en las parejas de mayor edad. De esta forma, continúa sien- el/la mediador/a y el/la co-mediador/a en el desarrollo del
do poco usual ver en los varones expresar sentimientos de proceso, y así tendríamos:
debilidad como llorar, sustituyéndolos por expresiones de a) Sin diferenciación de roles. Un modelo de
agresividad cuando se sienten tristes o frustrados. co-mediación es aquel en que lxs mediadorxs tienen roles
similares, lo cual implica la participación activa de ambxs
La co-mediación en la conducción del proceso. Esto requiere un alto grado
El género del mediador/a puede influenciar en la percep- de conocimiento entre el equipo, ya que cada mediador/a
ción de las partes sobre la imparcialidad. En una mediación puede abordar la tarea desde diferentes líneas. Cuando
post divorcio, el hombre puede percibir alguna asimetría de uno tiene experiencia de trabajo en equipo, tiene una cierta
poder en el caso que sea una mediadora mujer, dado que ¨anticipación¨ del objetivo que el/ la otro/a persigue con
puede sentir que ella pueda “colonizarse” con el relato de sus preguntas y de esta forma interviene desde esa línea de
su expareja. Esto también podría ocurrir, para la mujer, en trabajo. Si esto no sucede, es decir la no comprensión de la
el caso que el mediador fuese hombre. Coincidiendo con intencionalidad de la intervención del otrx, es preferible no
Parkinson (2005) lo ideal sería trabajar en co-mediación2 intervenir, ya que si no se dificultaría el desarrollo del proce-
mujer-hombre, de esta manera estaría equilibrado el poder so.
en relación con el género de todxs los participantes, pero b) Con diferenciación de roles.
esto no siempre es posible. En la Argentina prácticamente Otro modelo de co-mediación es aquel en el que uno/a de
no se ejerce la co-mediación en la mediación pre-judicial, lxs mediadorxs tiene una participación más activa desde la
principalmente porque es más costosa. Lo que sí sucede en conducción del proceso y el/la otrx está “en un plano más
la mediación comunitaria. Desde el equipo docente que in- alejado de la escena”, esto implica que tiene menos parti-
tegramos en la Dirección Nacional de Mediación y Métodos cipación desde la palabra, lo cual no significa que no ten-
Participativos de Resolución de Conflictos del Ministerio de ga un rol activo. Su participación desde este lugar menos
Justicia y Derechos Humanos de la Argentina hemos capa- comprometido con la conducción, le permite la observación
citado desde el año 2000 mediadores/as comunitarios/as de otros elementos que, posiblemente a quien conduce,
en todas las provincias de nuestro país y desde la formación pueden ¨pasársele por alto¨. El/la comediador/a tiene, por
2 Lisa Parkinson (2005) es partidaria de la co-mediación porque de esta forma se equipará el poder que también puede ejercer, y de hecho
ejerce, sobre el proceso el propio mediador