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ARTÍCULO 1666. Definición Hay contrato de fideicomiso cuando una parte, llamada fiduciante,
transmite o se compromete a transmitir la propiedad de bienes a otra persona denominada
fiduciario, quien se obliga a ejercerla en beneficio de otra llamada beneficiario, que se designa
en el contrato, y a transmitirla al cumplimiento de un plazo o condición al fideicomisario.
Este contrato se distingue por la transferencia —o por la obligación de efectuarla— de los bienes
que sean objeto de la prestación al fiduciario para que este los administre, de acuerdo a las pautas
establecidas por el fiduciante, a favor del beneficiario. Esta transferencia, si bien se considera
gratuita, tiene como base el interés en el cumplimiento del encargo al que se obliga el fiduciario.
a) la individualización de los bienes objeto del contrato. En caso de no resultar posible tal
individualización a la fecha de la celebración del fideicomiso, debe constar la descripción de los
requisitos y características que deben reunir los bienes;
b) la determinación del modo en que otros bienes pueden ser incorporados al fideicomiso, en su
caso;
PLAZO.-
ARTÍCULO 1668. El fideicomiso no puede durar más de treinta años desde la celebración del
contrato, excepto que el beneficiario sea una persona incapaz o con capacidad restringida, caso
en el que puede durar hasta el cese de la incapacidad o de la restricción a su capacidad, o su
muerte.
Se trata de una norma de orden público, por lo que el plazo máximo de duración no puede ser
dejado de lado por las partes, salvo en los supuestos de excepción ya mencionados. La nueva
DERECHO CIVIL III- CONTRATOS- ABOGACIA
redacción deja en claro que para el caso de excederse el plazo máximo previsto, no corresponde la
nulidad del contrato, sino su adecuación al plazo antes referido.
FORMA.-
ARTÍCULO 1669. El contrato, que debe inscribirse en el Registro Público que corresponda, puede
celebrarse por instrumento público o privado, excepto cuando se refiere a bienes cuya
transmisión debe ser celebrada por instrumento público. En este caso, cuando no se cumple
dicha formalidad, el contrato vale como promesa de otorgarlo. Si la incorporación de esta clase
de bienes es posterior a la celebración del contrato, es suficiente con el cumplimiento, en esa
oportunidad, de las formalidades necesarias para su transferencia, debiéndose transcribir en el
acto respectivo el contrato de fideicomiso.
La forma del contrato está constituida por el conjunto de solemnidades requeridas para dotarlo de
virtualidad jurídica.
OBJETO.-
ARTÍCULO 1670. Objeto Pueden ser objeto del fideicomiso todos los bienes que se encuentran
en el comercio, incluso universalidades, pero no pueden serlo las herencias futuras.
El fideicomiso, además de tener una amplia gama de finalidades posibles, posee una gran amplitud
en cuanto a los bienes que pueden ser objeto de la transferencia fiduciaria, por lo que podrán
incorporarse no solo bienes muebles o inmuebles, sino también créditos e incluso universalidades.
SUJETOS
ARTÍCULO 1671. Beneficiario El beneficiario puede ser una persona humana o jurídica, que
puede existir o no al tiempo del otorgamiento del contrato; en este último caso deben constar
los datos que permitan su individualización futura. Pueden ser beneficiarios el fiduciante, el
fiduciario o el fideicomisario.
El derecho del beneficiario, aunque no haya aceptado, puede transmitirse por actos entre vivos
o por causa de muerte, excepto disposición en contrario del fiduciante. Si la muerte extingue el
derecho del beneficiario designado, se aplican las reglas de los párrafos precedentes.
El beneficiario será la persona física o jurídica a favor de quien deberá ejercerse la propiedad
fiduciaria, con los límites dispuestos por el fiduciante.
Los beneficios que habrá de percibir serán los frutos que devengue el patrimonio de afectación.
Puede también ser un bien en particular cuando el negocio jurídico tenga como finalidad su
construcción, como es el caso de los fideicomisos inmobiliarios.
Puede ser el fiduciante, el beneficiario, o una persona distinta de ellos. No puede ser
fideicomisario el fiduciario.
Se aplican al fideicomisario los párrafos primero, segundo y tercero del artículo 1671. Si ningún
fideicomisario acepta, todos renuncian o no llegan a existir, el fideicomisario es el fiduciante.
El fideicomisario será quien reciba del fiduciario los bienes del patrimonio de afectación una vez
cumplida la condición o vencido el plazo pautado.
Su derecho es personal y en consecuencia, susceptible de ser transmitido por actos entre vivos
salvo pacto en contrario; y se entiende que se encuentra subordinado al cumplimiento de una
modalidad suspensiva, sea un plazo o una condición. Vale decir, este derecho es plenamente
existente, pero no completamente eficaz, pues no será exigible hasta el cumplimiento del plazo o
la condición.
ARTÍCULO 1673. Fiduciario El fiduciario puede ser cualquier persona humana o jurídica.
Sólo pueden ofrecerse al público para actuar como fiduciarios las entidades financieras
autorizadas a funcionar como tales, sujetas a las disposiciones de la ley respectiva y las personas
jurídicas que autoriza el organismo de contralor de los mercados de valores, que debe
establecer los requisitos que deben cumplir.
El fiduciario puede ser beneficiario. En tal caso, debe evitar cualquier conflicto de intereses y
obrar privilegiando los de los restantes sujetos intervinientes en el contrato.
Esta persona o personas, físicas o jurídicas, serán los depositarios de la confianza a la que remite el
término “fideicomiso” y deberán regir su actuación como un “buen hombre de negocios”, como se
analiza en el artículo siguiente.
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ARTÍCULO 1674. Pauta de actuación. Solidaridad El fiduciario debe cumplir las obligaciones
impuestas por la ley y por el contrato con la prudencia y diligencia del buen hombre de negocios
que actúa sobre la base de la confianza depositada en él.
En caso de designarse a más de un fiduciario para que actúen simultáneamente, sea en forma
conjunta o indistinta, su responsabilidad es solidaria por el cumplimiento de las obligaciones
resultantes del fideicomiso.
En primer término, existe la responsabilidad interna, que se relaciona con el cumplimiento de las
obligaciones asumidas por el o los fiduciarios ante el fiduciante, el beneficiario y el fideicomisario.
Es en este ámbito donde tendrá mayor preeminencia el estándar de buen hombre de negocios, ya
que son las gestiones comprometidas ante las partes las que deberán merituarse en base a aquél.
En este ámbito el fiduciario responde por la inejecución total o parcial de las mandas impuestas
por el fiduciante y, salvo que se comprometa un resultado determinado, para ser considerado
responsable deberá probarse que su actuación no ha sido diligente o que ha excedido las pautas
fijadas en el contrato.
En estos casos, deberá responder con la totalidad de su patrimonio personal, y no con el límite del
patrimonio de afectación. Para el caso de haberse designado más de un fiduciario, responderán
todos solidariamente y con su patrimonio personal.
RENDICIÓN DE CUENTAS
ARTÍCULO 1675. La rendición de cuentas puede ser solicitada por el beneficiario, por el
fiduciante o por el fideicomisario, en su caso, conforme a la ley y a las previsiones contractuales;
deben ser rendidas con una periodicidad no mayor a un año.
La rendición de cuentas deberá ser aprobada por las partes en forma expresa o tácita, o en su
defecto, podrán impugnarla por la vía judicial.
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La rendición de cuentas resulta una obligación esencial en los negocios que se efectúan a favor de
un tercero. Nos encontramos ante una norma de orden público, la que no puede ser dejada de
lado por las partes.
El fiduciario tiene derecho al reembolso de los gastos irrogados por su gestión, dado que
constituyen el resultado de una gestión en interés ajeno, y serán el fiduciante, el beneficiario o el
fideicomisario los obligados a afrontarlos, de acuerdo con lo establecido en el contrato.
El derecho al reembolso también es disponible y podrá ser pactado en contrario, haciéndose cargo
el fiduciario de los gastos con su patrimonio personal.
En consecuencia, salvo pacto en contrario, el fiduciario, una vez aprobada la rendición de cuentas,
podrá requerir el reembolso de los gastos, sin que exista un límite temporal para ello, por lo que
nada obsta a que se reclame periódicamente o al finalizar su gestión.
c) disolución, si es una persona jurídica; esta causal no se aplica en casos de fusión o absorción,
sin perjuicio de la aplicación del inciso a), en su caso;
d) quiebra o liquidación;
EFECTOS
ARTÍCULO 1682. Propiedad fiduciaria Sobre los bienes fideicomitidos se constituye una
propiedad fiduciaria, regida por las disposiciones de este Capítulo y por las que correspondan a
la naturaleza de los bienes.
ARTÍCULO 1683. Efectos frente a terceros El carácter fiduciario de la propiedad tiene efectos
frente a terceros desde el momento en que se cumplen los requisitos exigidos de acuerdo con la
naturaleza de los bienes respectivos.
La propiedad fiduciaria será oponible frente a terceros a partir del registro del acto de hacerlos
públicos. Los actos cuya publicidad no haya sido cumplida, serán igualmente existentes y válidos
entre las partes, mas inoponibles frente a los terceros ajenos.
Esto se extiende también a terceros contratantes con el fiduciante respecto de bienes que
integran el fideicomiso, ya que hasta no haberse publicitado la transferencia fiduciaria, esta les
resulta inoponible, por lo que hasta dicho momento podrían atacar esos bienes. El registro de la
propiedad fiduciaria no es siempre el requisito de publicidad requerido. En otros casos puede
incluir notificaciones, como el caso de la cesión de créditos.