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FIDEICOMISO

En el contrato de fideicomiso una persona, denominada fiduciante, transmite


la propiedad de determinados bienes a otra persona, denominada fiduciario,
que se obliga a ejercerla en favor de otra persona, denominada beneficiario y
también a transmitirla, al final del contrato, a otra persona denominada
fideicomisario.
Este contrato se reguló originalmente en la ley 24.441. Hoy se encuentra
regulado en el Código Civil y Comercial, en el art. 1666:
“Definición. Hay contrato de fideicomiso cuando una parte, llamada
fiduciante, transmite o se compromete a transmitir la propiedad de bienes a
otra persona denominada fiduciario, quien se obliga a ejercerla en beneficio
de otra llamada beneficiario, que se designa en el contrato, y a transmitirla al
cumplimiento de un plazo o condición al fideicomisario”.
De lo expuesto podemos advertir que el contrato tiene cuatro partes: el
fiduciante, el fiduciario, el beneficiario (que percibirá los frutos) y el
fideicomisario (que recibirá el remanente al extinguirse el fideicomiso)
Hoy el contrato se perfecciona con el mero consentimiento. El nuevo código
ha hecho desaparecer la categoría de contrartos reales.
La ley no delimita los fines pues éstos pueden ser de lo más diversos,
identificándose a los fideicomisos con fines didácticos según sus fines (de
administración, inversión o de garantía), pero se le ha dado a la figura una
amplia posibilidad de perseguir distintos fines lícitos, lo que la hace versátil y
flexible para organizar los más diversos negocios).
Contenido:
El contrato debe contener, según el art. 1667 del CCC:
a) la individualización de los bienes objeto del contrato. En caso de no resultar
posible tal individualización a la fecha de la celebración del fideicomiso, debe
constar la descripción de los requisitos y características que deben reunir los
bienes;
Pueden ser cosas o derechos, actuales o futuras, propias o ajenas,
individualidades o universalidades
b) la determinación del modo en que otros bienes pueden ser incorporados al
fideicomiso, en su caso;
c) el plazo o condición a que se sujeta la propiedad fiduciaria;
Se trata de una condición esencial, sin la cual no hay fideicomiso. Este plazo
tiene un máximo de treinta años, aunque no esté cumplida la condición.
d) la identificación del beneficiario, o la manera de determinarlo conforme con
el artículo 1671;
e) el destino de los bienes a la finalización del fideicomiso, con indicación del
fideicomisario a quien deben transmitirse o la manera de determinarlo
conforme con el artículo 1672;
f) los derechos y obligaciones del fiduciario y el modo de sustituirlo, si cesa.
Esta es una cuestión medular del contrato, pues las facultades y deberes
pactados con el fiduciario delinearán la vida del fideicomiso.
Plazo y forma:
Como se termina de ver, el contrato tiene una duración limitada, ya que no
puede exceder de treinta años, según el art. 1668 del CCC.
Ello tiene una excepción: cuando el beneficiario sea una persona incapaz o
con capacidad restringida, caso en el que puede durar hasta el cese de la
incapacidad o de la restricción a su capacidad, o su muerte.
Si se pacta un plazo superior, se reduce al tiempo máximo previsto.
Cumplida la condición o pasados treinta años desde el contrato sin haberse
cumplido, cesa el fideicomiso y los bienes deben transmitirse por el fiduciario
a quien se designa en el contrato. A falta de estipulación deben transmitirse
al fiduciante o a sus herederos.
En cuanto a las formas, a diferencia del régimen anterior, ahora el contrato
debe inscribirse en el Registro Público (art. 1669 CCC).
Predomina el criterio de libertad de formas, ya que el contrato puede
celebrarse por instrumento público o privado, excepto cuando se refiere a
bienes cuya transmisión debe ser celebrada por instrumento público.

Objeto.
Pueden ser objeto del fideicomiso todos los bienes que se encuentran en el
comercio, incluso universalidades (por ejemplo fondos de comercio), pero no
pueden serlo las herencias futuras. (art. 1670 del CCC).
Vale decir que se incluye toda clase de bienes, materiales o inmateriales,
presentes o futuros, propios o ajenos, singulares o universalidades
Deben ser bienes que estén en el comercio

Sujetos.
Ya vimos que el contrato tiene cuatro partes: el fiduciante, el beneficiario, el
fideicomisario y el fiduciario.
El beneficiario es quien recibe los beneficios de la gestión fiduciaria durante
la vigencia del fideicomiso. Cualquiera de las partes del negocio puede ser
beneficiario.
El art. 1671 CCC prescribe que el beneficiario puede ser cualquier persona
física o jurídica, que puede existir o no al tiempo del contrato (ej. persona por
nacer).
Pueden designarse varios beneficiarios quienes, excepto disposición en
contrario, se benefician por igual; para el caso de no aceptación o renuncia de
uno o más designados, o cuando uno u otros no llegan a existir, se puede
establecer el derecho de acrecer de los demás o, en su caso, designar
beneficiarios sustitutos.

Fideicomisario. El fideicomisario es la persona a quien se transmite la


propiedad al concluir el fideicomiso (art. 1672 CCC).
Puede ser fideicomisario cualquier persona, humana o jurídica. Durante la
vigencia de la L. 24.441, se discutía si el fiduciario podía ser fideicomisario. El
nuevo código termina con la discusión, estableciendo que el fiduciario no
puede ser fideicomisario.
Si ningún fideicomisario acepta, todos renuncian o no llegan a existir, el
fideicomisario es el fiduciante.

Fiduciario.
El fiduciario es la parte a quien se transmiten los bienes que conforman el
patrimonio fiduciario y se le encarga la gestión a cumplir con ellos. Puede ser
fiduciario cualquier persona, física o jurídica, con capacidad suficiente
El fiduciario puede ser beneficiario. En tal caso, debe evitar cualquier conflicto
de intereses y obrar privilegiando los de los restantes sujetos intervinientes en
el contrato (art. 1673 CCC).
La ley le fija una precisa pauta de actuación: “… debe cumplir las obligaciones
impuestas por la ley y por el contrato con la prudencia y diligencia del buen
hombre de negocios que actúa sobre la base de la confianza depositada en
él…” (art. 1674 CCC). O sea una responsabilidad idéntica al fijada en el art.
59 LGS para los administradores.
Además, se introduce en el nuevo ordenamiento, una novedad: En caso de
designarse a más de un fiduciario para que actúen simultáneamente, sea en
forma conjunta o indistinta, su responsabilidad es solidaria por el cumplimiento
de las obligaciones resultantes del fideicomiso.
El fiduciario se encuentra obligado a rendir cuentas. La obligación de rendir
cuentas es la obligación básica del fiduciario, inderogable por convención de
partes (art. 1676 CCC). Su omisión puede acarrear la remoción.
Se encuentra prohibido al fiduciario el adquirir los bienes fideicomitidos. Tal
veda es prohibición de ser fideicomisario.
El fiduciario tiene derecho a una retribución y al reintegro de gastos.
El código presume que los gastos deben ser reembolsados y la gestión
remunerada, o sea presunción de onerosidad, salvo que se convenga la
gratuidad (art. 1677 CCC).
El Código Civil y Comercial establece las razones del cese del fiduciario (art.
1678 CCC).
Éstas son:
a) remoción judicial por incumplimiento de sus obligaciones o por hallarse
imposibilitado material o jurídicamente para el desempeño de su función, a
instancia del fiduciante; o a pedido del beneficiario o del fideicomisario, con
citación del fiduciante;
b) incapacidad, inhabilitación y capacidad restringida judicialmente
declaradas, y muerte, si es una persona humana;
c) disolución, si es una persona jurídica; esta causal no se aplica en casos de
fusión o absorción, sin perjuicio de la aplicación del inciso a), en su caso;
d) quiebra o liquidación;
e) renuncia, si en el contrato se la autoriza expresamente, o en caso de causa
grave o imposibilidad material o jurídica de desempeño de la función; la
renuncia tiene efecto después de la transferencia del patrimonio objeto del
fideicomiso al fiduciario sustituto.
No implica la extinción del fideicomiso sino la sustitución del fiduciario
En caso de cese del fiduciario, éste es reemplazado por el suplente designado
en el contrato, a quien le debe transmitir los bienes fideicomitidos (art. 1679
CCC).
Fideicomiso en garantía:
Esta figura no estaba prevista en la ley 24441 y su admisión se encontraba
sumamente controvertida en la doctrina y en la jurisprudencia.
El Código Civil y Comercial ha terminado con la discusión, regulándolo
expresamente en el art. 1680 CCC.
Es aquel en el cual el fiduciante transmite al fiduciario bienes individualizados
en garantía de un crédito, propio o ajeno, con el encargo de que, en caso de
incumplimiento del crédito garantizado, destine los frutos de los bienes o el
producido de su liquidación al pago del crédito.
Art 1680.- Fideicomiso en garantía. Si el fideicomiso se constituye con fines
de garantía, el fiduciario puede aplicar las sumas de dinero que ingresen al
patrimonio, incluso por cobro judicial o extrajudicial de los créditos o derechos
fideicomitidos, al pago de los créditos garantizados. Respecto de otros bienes,
para ser aplicados a la garantía el fiduciario puede disponer de ellos según lo
dispuesto en el contrato y, en defecto de convención, en forma privada o
judicial, asegurando un mecanismo que procure obtener el mayor valor
posible de los bienes.
Aceptación:
Para recibir los beneficios del fideicomiso (el beneficiario) y recibir los bienes
(el fideicomisario) deben aceptar su calidad de tales (art. 1681 CCC).
Tanto uno como otro se encuentran expresamente autorizados a reclamar que
el fiduciario cumpla el contrato y, también, la revocación de los actos
realizados por el fiduciario en fraude de sus intereses, sin perjuicio de los
derechos de los terceros interesados de buena fe.
Efectos:
La constitución de un fideicomiso implica la transferencia de los bienes a un
patrimonio separado bajo la titularidad del fiduciario. Ello constituye la
propiedad fiduciaria. Se trata de una propiedad modalizada porque
necesariamente se acotará al vencimiento del plazo o al acaecimiento de un
hecho que condiciona su existencia. Tiene limitadas las facultades de
administración y de disposición al cumplimiento de las mandas incorporadas
al contrato.
Al respecto, dice el art. 1682:
Sobre los bienes fideicomitidos se constituye una propiedad fiduciaria, regida
por las disposiciones de este Capítulo y por las que correspondan a la
naturaleza de los bienes.
Este contrato tiene efecto entre las partes desde su celebración, y frente a los
terceros desde la inscripción (art. 1683 CCC).
En cuanto a los registros, tratándose de bienes registrables, los registros
correspondientes deben tomar razón de la calidad fiduciaria de la propiedad a
nombre del fiduciario (art. 1684 CCC).
Patrimonio separado:
El aspecto central de este contrato es que, por mandato legal, los bienes
transferidos al fideicomiso constituyen un patrimonio separado del patrimonio
del fiduciario, del fiduciante, del beneficiario y del fideicomisario (art. 1685
CCC).
Ello significa que tal patrimonio queda exento de la acción singular o colectiva
de los acreedores del fiduciario y del fiduciante. Los acreedores del
beneficiario y del fideicomisario pueden subrogarse en los derechos de su
deudor.

Liquidación:
Las obligaciones contraídas durante la ejecución del fideicomiso no pueden
hacerse efectivas sobre los bienes del fiduciario, tampoco responden por esas
obligaciones el fiduciante, el beneficiario ni el fideicomisario, excepto
compromiso expreso de éstos (art. 1687 CCC). Pero ello no impide la
responsabilidad del fiduciario por su mala actuación.
En tal caso, frente a la insuficiencia de los bienes fideicomitidos para atender
a esas obligaciones, no da lugar a la declaración de su quiebra, sino que
procede su liquidación, que debe realizarse judicialmente y con base en las
normas de la ley 24.522.
Vale decir que, a pesar de la irresponsabilidad de las partes como
consecuencia del principio de separación patrimonial, el fiduciario responde
por los principios generales de la responsabilidad civil.
Se ratifica que el patrimonio fiduciario no es sujeto concursable.
Dentro de sus facultades, el fiduciario se encuentra facultado para disponer
de los bienes fideicomitidos cuando lo requieran los fines del fideicomiso (art.
1688 CCC). Vale decir que, en principio, goza de amplios poderes de
administración y disposición.
A su vez, el fiduciario está legitimado para ejercer todas las acciones que
correspondan para la defensa de los bienes fideicomitidos, contra terceros, el
fiduciante, el beneficiario o el fideicomisario (art. 1689 CCC).

Extinción del fideicomiso.


El contrato de fideicomiso se extingue por las causales previstas en el art.
1697 del CCC.
a) el cumplimiento del plazo o la condición a que se ha sometido, o el
vencimiento del plazo máximo legal;
b) la revocación del fiduciante, si se ha reservado expresamente esa facultad;
la revocación no tiene efecto retroactivo; la revocación es ineficaz en los
fideicomisos financieros después de haberse iniciado la oferta pública de los
certificados de participación o de los títulos de deuda;
c) cualquier otra causal prevista en el contrato.
La extinción produce los siguientes efectos: el fiduciario está obligado a
entregar los bienes fideicomitidos al fideicomisario o a sus sucesores, a
otorgar los instrumentos y a contribuir a las inscripciones registrales que
correspondan.

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