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DERECHO CIVIL III- CONTRATOS

BOLILLA Nº15- FIANZA.-

15.1- CONTRATO DE FIANZA.-


ARTICULO 1574.-Concepto. Hay contrato de fianza cuando una persona se obliga
accesoriamente por otra a satisfacer una prestación para el caso de incumplimiento.

Si la deuda afianzada es de entregar cosa cierta, de hacer que sólo puede ser cumplida
personalmente por el deudor, o de no hacer, el fiador sólo queda obligado a satisfacer los
daños que resulten de la inejecución.
CARACTERES: a) accesorio y subsidiario, b)-consensual y no formal, c)-conmutativo
(porque las ventajas que se procuran las partes no están sometidas a un alea, d)-unilateral
(porque solo queda obligado el fiador).
FORMA: la fianza debe convenirse por escrito.
15.2.- LAS GARANTIAS REALES Y PERSONALES.-
El contrato de fianza constituye una garantía personal, por el cual el fiador se obliga a
satisfacer la obligación contraída por el deudor, en el caso de que este no lo hiciera en el
tiempo y modo convenidos con el acreedor. La gran diferencia entre la garantía personal
que ofrece la fianza con las garantías reales, es que en este caso el fiador responde con todo
su patrimonio, siendo que en las garantías reales solamente queda afectado a la garantía un
solo bien registrable.
Las garantías pueden ser reales o personales. En las reales se afecta una cosa al
cumplimiento de la obligación; en las personales se afecta todo el patrimonio del fiador. El
contrato de fianza es una garantía personal.
El contrato de fianza constituye una garantía personal, por el cual el fiador se obliga a
satisfacer la obligación contraída por el deudor, en el caso de que este no lo hiciera en el
tiempo y modo convenidos con el acreedor.
La gran diferencia entre la garantía personal que ofrece la fianza con las garantías reales, es
que en este caso el fiador responde con todo su patrimonio, siendo que en las garantías
reales solamente queda afectado a la garantía un solo bien registrable.

15.3.- FIANZA CIVIL Y COMERCIAL.-


De acuerdo con el art. 478 del código de comercio. Derogado por la ley 26.994, la fianza
era civil y comercial según lo fuera la obligación principal, en la aplicación del principio de
que lo accesorio tiene la naturaleza jurídica de lo principal.
Con el nuevo CCyC, la distinción entre fianza civil y comercial se extingue, quedando
equiparadas en cuanto a su regulación y sus efectos.
15.4.- EFECTOS.-

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15.5.- EXTINCION DE LA FIANZA.-


ARTÍCULO 1596.- Causales de extinción. La fianza se extingue por las
siguientes causales especiales:
a. si por hecho del acreedor no puede hacerse efectiva la subrogación del fiador en las
garantías reales o privilegios que accedían al crédito al tiempo de la constitución de la
fianza;
b. si se prorroga el plazo para el cumplimiento de la obligación garantizada, sin
consentimiento del fiador
c. si transcurren cinco años desde el otorgamiento de la fianza general en garantía de
obligaciones futuras y éstas no han nacido;
d. si el acreedor no inicia acción judicial contra el deudor dentro de los sesenta días de
requerido por el fiador o deja perimir la instancia.
 
El primer supuesto (inc. a) de las causales especiales de extinción de la fianza se refiere a la
negligencia del acreedor en la preservación de las garantías y privilegios que accedían al
crédito al momento de la constitución de la fianza. Se da por supuesto que el fiador tuvo en
mira esas garantías y privilegios para afianzar al deudor, ya que en caso de que la fianza se
efectivizara, el fiador podría recuperar lo pagado subrogándose en los derechos del
acreedor. La norma sanciona al acreedor negligente o de mala fe, extinguiendo la fianza.
En el inc. b se contempla la hipótesis en la que el acreedor y el deudor prorroguen el plazo
para el cumplimiento de la obligación garantizada, sin poner en conocimiento al fiador, por
lo que este no puede dar su consentimiento, y sigue en la creencia de que el afianzamiento
tiene el plazo convenido inicialmente.
El inc. c remite al plazo máximo para la fianza general, acotando en el tiempo la
responsabilidad
del fiador.
Por último, el inc. d sanciona al acreedor que fuera intimado por el fiador a iniciar la acción
de cobro contra el deudor, y no lo hiciera en el plazo de sesenta días a partir de la
interpelación. El retardo del acreedor en iniciar el reclamo con el consiguiente peligro de
que el deudor se insolvente perjudica al fiador, por lo que la ley lo sanciona extinguiendo la
fianza.

ARTÍCULO 1597.- Novación. La fianza se extingue por la novación de la obligación


principal aunque el acreedor haga reserva de conservar sus derechos contra el fiador.
La fianza no se extingue por la novación producida por el acuerdo preventivo
homologado del deudor, aun cuando no se haya hecho reserva de las acciones o
derechos contra el fiador.
 

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ARTÍCULO 1575. Extensión de las obligaciones del fiador La prestación a cargo del
fiador debe ser equivalente a la del deudor principal, o menor que ella, y no puede
sujetarse a estipulaciones que la hagan más onerosa. La inobservancia de la regla
precedente no invalida la fianza, pero autoriza su reducción a los límites de la
obligación principal. El fiador puede constituir garantías en seguridad de su fianza.
la fianza es un contrato accesorio y subordinado al contrato principal que le da origen. En
virtud de esa accesoriedad, el fiador solamente se obliga a satisfacer la prestación debida
por el deudor o a una menor que ella, pues —en el caso de que la obligación del fiador
fuese más onerosa que la del deudor principal—, estaría desnaturalizada la fianza,
convirtiéndose en una obligación principal. Es un límite cuantitativo del carácter accesorio
del contrato de fianza. El artículo en comentario, alude a la posibilidad de que el fiador se
obligue, mediante una fianza parcial, a garantizar solamente una parte de la obligación
asumida por el deudor en el contrato principal. Así el fiador se obliga por menos, y en caso
de incumplimiento queda obligado hasta el monto afianzado o al porcentaje de deuda
asumida según sea el caso. Apoyado en el principio de conservación de los actos jurídicos,
el legislador dispone que en el caso de inobservancia del límite dispuesto para la fianza,
esta no quedara inválida, sino reducida a la prestación asumida por el deudor principal. El
art. 1575 CCyC también considera la posibilidad de que el fiador constituya, a su vez,
garantías en cumplimiento de su obligación de afianzar al deudor principal. Estas garantías
pueden ser reales (hipotecas o prendas de bienes propios del fiador) o personales accesorias
a la obligación del fiador, otorgadas por terceros (subfianza). En el caso de las garantías
reales, el fiador otorga un privilegio al acreedor del deudor afianzado respecto de cualquier
otro acreedor propio. Hay que considerar que el fiador ya respondía con el bien otorgado
como garantía real porque el mismo forma parte de su patrimonio. Tampoco hay que perder
de vista que el fiador responde solamente por el monto de la obligación asumida por el
deudor en el contrato principal.
ARTÍCULO 1576. Incapacidad del deudor El fiador no puede excusar su
responsabilidad en la incapacidad del deudor.
En el caso de que el fiador quisiera oponer al acreedor la incapacidad del deudor al
momento de celebrar el contrato principal, la norma en estudio se lo veda explícitamente.
En primer lugar, el fiador no es parte en el contrato celebrado entre el acreedor y el deudor
afianzado, por lo que el contrato de fianza es válido pues se celebró entre el acreedor y el
fiador, ambos con capacidad para la celebración. Además, la ley le otorga solamente al
incapaz la facultad de pedir la nulidad del contrato, el fiador no tiene legitimación para
solicitarla. Observamos entonces que el contrato de fianza es un contrato accesorio a otro
contrato principal, pero que sigue las vicisitudes de ese contrato principal; para que el
contrato de fianza sea declarado nulo es necesario declarar la nulidad del contrato principal
en primer término. La nulidad del contrato principal por causa de incapacidad para la
celebración únicamente la puede solicitar la parte incapaz y ninguna otra.
ARTÍCULO 1577. Obligaciones que pueden ser afianzadas Puede ser afianzada toda
obligación actual o futura, incluso la de otro fiador.

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Pueden ser afianzadas todas las obligaciones válidas y aun las obligaciones que tienen
causa en un hecho ilícito que ya ha sucedido, por el cual se responde con una suma debida,
en concepto de indemnización por el daño causado.
ARTÍCULO 1578. Fianza general Es válida la fianza general que comprenda
obligaciones actuales o futuras, incluso indeterminadas; en todos los casos debe
precisarse el monto máximo al cual se obliga el fiador. Esta fianza no se extiende a las
nuevas obligaciones contraídas por el afianzado después de los cinco años de otorgada.
La fianza indeterminada en el tiempo puede ser retractada, caso en el cual no se
aplica a las obligaciones contraídas por el afianzado después que la retractación sea
notificada al acreedor.
La fianza general es aquella por la que se garantiza una pluralidad de créditos, existentes o
futuros, usualmente se la utiliza para el afianzamiento de obligaciones futuras que el deudor
pueda contraer, como puede ser el afianzamiento del saldo deudor en una cuenta corriente
bancaria.
En primer lugar, el objeto de la obligación contraída por el deudor afianzado está
perfectamente determinado por la obligación de precisar el monto máximo al cual se obliga
el fiador, este monto comprende no solamente el capital, sino que además comprende los
intereses y todos los gastos que puedan irrogarse por el cobro del crédito. Asimismo, el
artículo prevé el plazo máximo para este contrato de fianza general, que es de cinco años,
es decir que el fiador no está obligado a responder por las obligaciones futuras que hubieran
nacido con posterioridad También se prevé la retractación del fiador para el caso de
obligaciones indeterminadas en el tiempo, cumpliendo el requisito de la notificación,
consideramos que esa notificación deberá hacerse tanto al acreedor como al deudor
afianzado.

ARTÍCULO 1579. Forma La fianza debe convenirse por escrito.


La forma escrita para el contrato de fianza sin determinar si esta forma prescripta es a los
efectos de la validez del contrato o para su prueba.
ARTÍCULO 1580. Extensión de la fianza Excepto pacto en contrario, la fianza
comprende los accesorios de la obligación principal y los gastos que razonablemente
demande su cobro, incluidas las costas judiciales.
Si la obligación afianzada es de dar dinero, los accesorios de la obligación son los intereses
moratorios en caso de mora del deudor según lo prescripto por el art. 768 CCyC. El art.
1580 CCyC aclara definitivamente que los gastos en los que incurre el acreedor para el
cobro de su crédito también integran la fianza, excepto pacto en contrario. Por lo que el
afianzamiento de dichos gastos se presume iuris et de iure. El tema en cuestión había
suscitado numerosos pronunciamientos judiciales con dispar solución. Esta norma
concuerda con el art. 1575 CCyC en el que se estable que el alcance de la obligación del
fiador debe ser equivalente a la del deudor. Entonces, si el deudor tiene la obligación de
pagar el capital con intereses moratorios en caso de mora, más punitorios y compensatorios
en el caso de haber sido previstos en el contrato principal, es lógico que el fiador también

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esté obligado a esas prestaciones en caso de no haber estipulado lo contrario. Respecto al


afianzamiento de los gastos que razonablemente demande su cobro, incluidas las costas
judiciales, interpretamos que estos gastos son accesorios de la obligación principal, pues el
acreedor no está obligado a recibir pago parcial y la integridad de su crédito queda
completa con el cobro de esos gastos. En cuanto a la “razonabilidad” de los gastos
demandados para obtener el cobro creemos que respecto a las costas judiciales no hay
controversia posible, pues están aprobadas en la liquidación aprobada por el juez, quien
también regula los honorarios de los profesionales intervinientes. En el caso de los gastos
extrajudiciales, estos comprenderán las cartas documentos para intimar al pago, los gastos
de mediación, como así también los honorarios de los profesionales intervinientes en este
proceso.

ARTÍCULO 1581. Cartas de recomendación o patrocinio Las cartas denominadas de


recomendación, patrocinio o de otra manera, por las que se asegure la solvencia,
probidad u otro hecho relativo a quien procura créditos o una contratación, no
obligan a su otorgante, excepto que hayan sido dadas de mala fe o con negligencia,
supuesto en que debe indemnizar los daños sufridos por aquel que da crédito o
contrata confiando en tales manifestaciones.
Las cartas de recomendación o patrocinio no constituyen un contrato de fianza, así quién
recomienda o patrocina no asume obligación alguna respecto de los acreedores de su
recomendado. En general, estas cartas manifiestan la probidad, experticia en su arte o
profesión o solvencia del recomendado, como así también la probidad y buena fe de quien
recomienda o patrocina. Quedan fuera del ámbito de las garantías porque no se asegura un
resultado. En el caso de ser emitidas con negligencia o mala fe, el emisor debe responder
por los daños causados por esa negligencia o mala fe, es decir, por la ilicitud de su
conducta.
ARTÍCULO 1582. Compromiso de mantener una determinada situación El
compromiso de mantener o generar una determinada situación de hecho o de derecho
no es considerado fianza, pero su incumplimiento genera responsabilidad del
obligado.
Este es otro caso de compromiso que no constituye fianza, pero el incumplimiento de aquél
genera responsabilidad por el daño causado.
A raíz de esto, se ha extendido la práctica de “vender garantías”, es decir, un propietario se
ofrece como fiador en un contrato de locación por un precio en dinero. Lo hace una, dos,
tres o más veces en diferentes contratos, luego de un tiempo, vende el inmueble que ofreció
en garantía y que era el único bien registrado a su nombre, compra otro y recomienza su
“negocio”, dejando a los locadores sin ningún bien a ejecutar en caso de incumplimiento
del locatario.
ARTÍCULO 1583. Beneficio de excusión El acreedor sólo puede dirigirse contra el
fiador una vez que haya excutido los bienes del deudor. Si los bienes excutidos sólo
alcanzan para un pago parcial, el acreedor sólo puede demandar al fiador por el
saldo.

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El contrato de fianza puede ser celebrado con distintas modalidades. El beneficio de


excusión se aplica a la llamada fianza simple y supone que en caso de incumplimiento del
deudor principal, el acreedor, en primer lugar, debe ejecutar los bienes de su deudor antes
de atacar los del fiador.
El beneficio de excusión importa una excepción a la regla contenida en el art. 869 CCyC
respecto a la integridad del pago. En este caso la norma obliga al acreedor a aceptar un
pago parcial cuando los bienes del deudor no alcancen para satisfacer la obligación
principal, y solo entonces, el acreedor está autorizado a atacar los bienes del fiador, por el
saldo remanente.
ARTÍCULO 1584. Excepciones al beneficio de excusión El fiador no puede invocar el
beneficio de excusión si: a) el deudor principal se ha presentado en concurso
preventivo o ha sido declarada su quiebra; b) el deudor principal no puede ser
demandado judicialmente en el territorio nacional o carece de bienes en la República;
c) la fianza es judicial; d) el fiador ha renunciado al beneficio.

En el inc. a, tenemos que la excusión se torna impracticable, pues tanto en el supuesto de


quiebra como en el de concurso preventivo, los bienes del deudor no pueden ejecutarse
individualmente, así que sería impensable someter al acreedor al proceso de verificación
del crédito para que se haga efectiva aquella. Por eso, la ley lo faculta en estos supuestos a
ejecutar directamente los bienes del fiador, pudiendo este verificar su crédito en el concurso
o quiebra del deudor. El inc. b alude a dos hipótesis: la primera es el caso de que el deudor
tenga que ser demandado en un tribunal extranjero, es decir que la competencia para radicar
la demanda esté fuera de los límites de la República. La segunda supone que el deudor no
tiene bienes en el país; empero hay que tener en cuenta que aquel puede tener cuantiosos
bienes en el exterior, cuestión que razonablemente podrá ser ponderada en caso de que el
fiador oponga el beneficio de excusión, compatibilizándolo con el derecho de cobro del
acreedor. El inc. c es un supuesto que resguarda el crédito del acreedor, dado que es una
caución que supone la exigibilidad de la obligación contraída por el fiador. El último inciso
del artículo es una consecuencia de la autonomía de la voluntad. El beneficio de excusión
puede ser renunciado por el fiador: en este caso, la fianza se torna solidaria y el acreedor ya
no está compelido a ejecutar en primer término los bienes del deudor y puede ir
directamente contra los del fiador.
ARTÍCULO 1585. Beneficio de excusión en caso de coobligados El fiador de un
codeudor solidario puede exigir la excusión de los bienes de los demás codeudores. El
que afianza a un fiador goza del beneficio de excusión respecto de éste y del deudor
principal.
En el caso de que el fiador solamente pudiera excutir los bienes de su afianzado y estos
bienes no fueran suficientes para satisfacer el crédito, el fiador que pagara la deuda podría
subrogarse en los derechos del acreedor y así ejecutar los bienes de los otros codeudores en
una nueva demanda. La norma comentada hace innecesario este procedimiento, y así, al
extender el beneficio, evita las eventuales acciones de repetición que el fiador tendría
contra los codeudores no garantizados.

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ARTÍCULO 1586. Subsistencia del plazo No puede ser exigido el pago al fiador antes
del vencimiento del plazo otorgado al deudor principal, aun cuando éste se haya
presentado en concurso preventivo o haya sido declarada su quiebra, excepto pacto en
contrario.

Sabemos que, tanto el concurso preventivo, como la quiebra tienen como consecuencia la
caducidad de los plazos para el cumplimiento de las obligaciones contraídas por el deudor
fallido. En tanto, el contrato de fianza solo cobrará virtualidad cuando el deudor no cumpla
su obligación en el plazo pactado, es decir, que el plazo es el mismo tanto para el deudor
como para el fiador. Pero, si bien en el caso del concurso preventivo o la quiebra, al deudor
le caducan los plazos de sus obligaciones, no puede ocurrir de igual modo para el fiador
solvente que dará satisfacción a su obligación en el plazo pactado. No puede proyectarse la
sanción del deudor fallido al fiador solvente.
ARTÍCULO 1587. Defensas El fiador puede oponer todas las excepciones y defensas
propias y las que correspondan al deudor principal, aun cuando éste las haya
renunciado.
Las excepciones que puede invocar el fiador son las que resultan del contrato de fianza,
como la invalidez del mismo contrato de fianza. También puede el fiador oponer las
excepciones que emergen de la obligación afianzada, tales como la validez del negocio
jurídico principal o la extensión del mismo. En cuanto a las excepciones que correspondan
al deudor principal y que pueden también ser opuestas por el fiador, tenemos presente que
este último no puede oponer excepciones personales inherentes al deudor, tales como la
incapacidad. Pero los vicios de la voluntad del deudor que afectan al acto jurídico principal,
son excepciones que pueden ser opuestas por el fiador. Las defensas que emergen de la
obligación afianzada como las personales del deudor son ejercidas por el fiador a nombre
propio. Así, la renuncia de derechos efectuada por el deudor con posterioridad a la
celebración de la fianza es inoponible al fiador. Esta consecuencia tiene por finalidad evitar
que la obligación del fiador se agrave por la conducta del deudor.
ARTÍCULO 1588. Efectos de la sentencia No es oponible al fiador la sentencia
relativa a la validez o exigibilidad de la deuda principal dictada en juicio al que no
haya sido oportunamente citado a intervenir.

En el caso de que el acreedor dirigiera su reclamo solamente contra el deudor afianzado, el


fiador tiene el derecho de intervenir en el juicio, en ese caso se lo tendrá como litisconsorte
y, por lo tanto, la sentencia dictada en ese pleito lo beneficia o perjudica al igual que al
deudor principal. Si no ejerce su derecho a la defensa, el art. 1588 CCyC prevé que la
sentencia no le será oponible y entonces, podrá oponer todas las defensas a que lo faculta el
artículo anterior, porque esa sentencia no tendrá autoridad de cosa juzgada respecto de él,
con el fundamento de la garantía constitucional de defensa en juicio. Podemos agregar, que
en el caso del rechazo de la demanda contra el deudor, esta sentencia aprovecha al fiador,
por la naturaleza accesoria de la fianza, por la cual si se extingue la obligación principal,
queda extinguida la obligación accesoria.

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ARTÍCULO 1589. Beneficio de división Si hay más de un fiador, cada uno responde
por la cuota a que se ha obligado. Si nada se ha estipulado, responden por partes
iguales. El beneficio de división es renunciable.
En el caso de existir dos o más fiadores de una misma deuda que no se hayan obligado
solidariamente al pago, el acreedor no puede exigir a ninguno de ellos más que la cuota que
le corresponda.
En la fianza simple, el beneficio de división opera directamente sin necesidad de que los
fiadores deban invocarlo. Pero una vez renunciado por alguno de ellos, no se aplicará al
fiador renunciante, pero sí a los otros fiadores. En el caso de que todos los fiadores hayan
renunciado al beneficio, este no aplica a ninguno de ellos. Cada fiador responde por partes
iguales de la deuda, pero nada obsta a que se vean obligados a responder por distintas
porciones o cuotas, si así constara en el contrato de fianza.
ARTÍCULO 1590. Fianza solidaria La responsabilidad del fiador es solidaria con la
del deudor cuando así se convenga expresamente o cuando el fiador renuncia al
beneficio de excusión.
La única diferencia entre la fianza simple y la solidaria, es que —en esta última— no se
aplican los beneficios de excusión ni de división.
Las mismas reglas del contrato de fianza son aplicables tanto a la fianza simple como a la
solidaria. No puede confundirse este contrato con la obligación solidaria, ya que el vínculo
entre el acreedor y el fiador solidario no deja de estar sujeto a los principios de
accesoriedad, por el cual la extinción de la obligación principal extingue la fianza; y
subsidiariedad, el que consiste, en este caso, en que el acreedor deberá interpelar al deudor
principal antes de atacar al fiador, lo que no ocurre en el caso de la obligación solidaria (ver
interpretación del art. 827 CCyC y ss). Para que concurra la solidaridad entre deudor y
fiador, debe ser pactada en el contrato, o el caso de que el fiador haya renunciado al
beneficio de excusión. Sin embargo, la fianza simple se convierte automáticamente en
solidaria, si el deudor principal se ha presentado en concurso preventivo o ha sido
declarado su quiebra o si la fianza es judicial. La consecuencia de la solidaridad en el
contrato de fianza es que el acreedor puede reclamar directamente al fiador el pago de la
deuda.
ARTÍCULO 1591. Principal pagador Quien se obliga como principal pagador,
aunque sea con la denominación de fiador, es considerado deudor solidario y su
obligación se rige por las disposiciones aplicables a las obligaciones solidarias.
La diferencia entre fiador solidario y principal pagador, es que el primero está sujeto a la
regulación del contrato de fianza solidaria. En el caso de principal pagador, la relación
jurídica entre el acreedor y el fiador es idéntica a la que el acreedor tiene con el deudor
principal, es decir el principal pagador es codeudor solidario, no reviste el carácter de fiador
aunque ese haya sido su propósito al contratar. El principal pagador no tiene el derecho de
embargar los bienes del deudor según lo prescripto por el art. 1594 CCyC, pues no reviste
el carácter de fiador.

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DERECHO CIVIL III- CONTRATOS

Efectos entre el deudor y el fiador


ARTÍCULO 1592. Subrogación El fiador que cumple con su prestación queda
subrogado en los derechos del acreedor y puede exigir el reembolso de lo que ha
pagado, con sus intereses desde el día del pago y los daños que haya sufrido como
consecuencia de la fianza.
La subrogación legal del fiador en los derechos del acreedor es una acción directa del fiador
para obtener el reembolso de lo pagado y es procedente no solamente en el caso de pago,
sino también, en los casos de novación o compensación. El reclamo del fiador hacia el
deudor puede interponerse desde el día del efectivo pago al acreedor. Pero si el fiador paga
sin poner en conocimiento al deudor y este también paga al acreedor, el fiador solamente
puede reclamar al acreedor por haber cobrado dos veces (ver art. 1593 CCyC). Para el caso
de cofiadores, cada uno de ellos puede subrogarse en los derechos del acreedor en la
medida de lo que cada uno haya pagado. En el caso de los intereses, estos pueden
devengarse a favor del acreedor desde la mora e integran el monto pagado por el fiador.
Además hay intereses devengados a favor del fiador desde el momento en que este ha
cumplido su obligación. El fiador, además de obtener el reembolso del monto pagado al
acreedor en virtud del contrato de fianza, puede pretender el resarcimiento de todos los
daños y perjuicios sufridos como consecuencia del pago de la deuda, siempre que los daños
invocados guarden el nexo de causalidad adecuado. Los daños sufridos como consecuencia
del pago tienen un carácter independiente de la fianza. Esos daños han sido sufridos por el
fiador, no por el acreedor.
ARTÍCULO 1593. Aviso. Defensas El fiador debe dar aviso al deudor principal del
pago que ha hecho. El deudor puede oponer al fiador que paga sin su consentimiento
todas las defensas que tenía contra el acreedor; y si el deudor ha pagado al acreedor
antes de tener conocimiento del pago hecho por el fiador, éste sólo puede repetir
contra el acreedor.
El primer párrafo del art. 1593 CCyC dispone que el fiador debe dar aviso al deudor
principal del pago que ha hecho. Esta disposición es necesaria para evitar el doble pago de
una misma obligación, con el consiguiente reclamo al acreedor que cobró dos veces. Se
evita de este modo el dispendio jurisdiccional y el enriquecimiento sin causa. En tal caso, el
fiador puede reclamar al acreedor si no dio aviso previo al deudor que también pagó la
deuda. Si el deudor paga después de haber sido anoticiado del pago efectuado por el fiador,
este tiene derecho a reclamar a aquél la devolución de lo abonado. En el segundo párrafo se
establece una sanción al fiador que cumple con su obligación sin el consentimiento del
deudor afianzado. En tal caso, este puede oponerle todas las defensas que tenía contra el
acreedor, ya que por su obrar negligente, el fiador es pasible de la sanción legal en la
medida que la falta de aviso le haya generado un perjuicio al deudor.
ARTÍCULO 1594. Derechos del fiador El fiador tiene derecho a obtener el embargo
de los bienes del deudor u otras garantías suficientes si: a) le es demandado
judicialmente el pago; b) vencida la obligación, el deudor no la cumple; c) el deudor se

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ha obligado a liberarlo en un tiempo determinado y no lo hace; d) han transcurrido


cinco años desde el otorgamiento de la fianza, excepto que la obligación afianzada
tenga un plazo más extenso; e) el deudor asume riesgos distintos a los propios del giro
de sus negocios, disipa sus bienes o los da en seguridad de otras operaciones; f) el
deudor pretende ausentarse del país sin dejar bienes suficientes para el pago de la
deuda afianzada.
En los dos primeros supuestos del art. 1594 se da el caso del incumplimiento del deudor. El
inc. c alude a una relación jurídica entre el fiador y el deudor, que es independiente del
cumplimiento de la obligación del deudor con el acreedor en el plazo establecido en el
contrato principal. El siguiente inc. d hace referencia al plazo legal otorgado en el art. 1578
CCyC en el contrato de fianza general, establecido a favor del fiador. El inc. e se refiere al
caso de que el deudor principal agrave el riesgo asumido por el fiador, menguando su
patrimonio o asumiendo riesgos que lo pondrían en peligro de mengua o extinción. El inc. f
menciona el supuesto de que el deudor realice una maniobra para eludir el pago de su
deuda, tal como sería el ausentarse del país sin dejar bienes suficientes para el pago de la
deuda afianzada. En todos los supuestos enumerados anteriormente, el procedente la
medida cautelar que faculta al fiador a solicitar el embargo de los bienes del deudor, a
modo de poner a resguardo su derecho a repetir el pago contra el deudor y que ese derecho
no se torne ilusorio.
Efectos entre los cofiadores
ARTÍCULO 1595. Subrogación El cofiador que cumple la obligación accesoria en
exceso de la parte que le corresponde, queda subrogado en los derechos del acreedor
contra los otros cofiadores. Si uno de ellos resulta insolvente, la pérdida es soportada
por todos los cofiadores, incluso el que realiza el pago.
En el contrato de fianza solidaria, todos los cofiadores asumen la garantía por el total de la
deuda, en este caso es que opera la subrogación de los derechos del acreedor contra los
otros cofiadores. Y si alguno de ellos resultara insolvente, la pérdida será soportada por
todos los cofiadores solventes, inclusive el que pagó. Distinto es el caso de la fianza simple,
en la que los cofiadores asumen la garantía de manera mancomunada, por lo que cada uno
responde por la parte o cuota a la que se ha obligado. Por lo que si todos pagaron la parte de
la obligación que asumieron, el cofiador que pagó más que la parte que le correspondía, lo
habría hecho pagando además la parte de un cofiador que incumplió, y en este caso, no
puede ir contra ninguno de los demás cofiadores que cumplieron la obligación que
asumieron.
Extinción de la fianza.
ARTÍCULO 1596. Causales de extinción La fianza se extingue por las siguientes
causales especiales: a) si por hecho del acreedor no puede hacerse efectiva la
subrogación del fiador en las garantías reales o privilegios que accedían al crédito al
tiempo de la constitución de la fianza; b) si se prorroga el plazo para el cumplimiento
de la obligación garantizada, sin consentimiento del fiador; c) si transcurren cinco
años desde el otorgamiento de la fianza general en garantía de obligaciones futuras y

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éstas no han nacido; d) si el acreedor no inicia acción judicial contra el deudor dentro
de los sesenta días de requerido por el fiador o deja perimir la instancia.
El primer supuesto (inc. a) de las causales especiales de extinción de la fianza se refiere a la
negligencia del acreedor en la preservación de las garantías y privilegios que accedían al
crédito al momento de la constitución de la fianza. Se da por supuesto que el fiador tuvo en
mira esas garantías y privilegios para afianzar al deudor, ya que en caso de que la fianza se
efectivizara, el fiador podría recuperar lo pagado subrogándose en los derechos del
acreedor. La norma sanciona al acreedor negligente o de mala fe, extinguiendo la fianza. En
el inc. b se contempla la hipótesis en la que el acreedor y el deudor prorroguen el plazo para
el cumplimiento de la obligación garantizada, sin poner en conocimiento al fiador, por lo
que este no puede dar su consentimiento, y sigue en la creencia de que el afianzamiento
tiene el plazo convenido inicialmente.
El inc. c remite al plazo máximo para la fianza general, acotando en el tiempo la
responsabilidad del fiador. Por último, el inc. d sanciona al acreedor que fuera intimado por
el fiador a iniciar la acción de cobro contra el deudor, y no lo hiciera en el plazo de sesenta
días a partir de la interpelación. El retardo del acreedor en iniciar el reclamo con el
consiguiente peligro de que el deudor se insolvente perjudica al fiador, por lo que la ley lo
sanciona extinguiendo la fianza.
ARTÍCULO 1597. Novación La fianza se extingue por la novación de la obligación
principal aunque el acreedor haga reserva de conservar sus derechos contra el fiador.
La fianza no se extingue por la novación producida por el acuerdo preventivo
homologado del deudor, aun cuando no se haya hecho reserva de las acciones o
derechos contra el fiador.
ARTÍCULO 1598. Evicción La evicción de lo que el acreedor ha recibido en pago del
deudor, no hace renacer la fianza.
La norma indica una causa de extinción de la fianza por vía de consecuencia. Es el caso de
la aceptación del acreedor de recibir bienes en pago de su crédito. En este caso la extinción
es definitiva y la fianza no puede renacer en el supuesto de evicción de los bienes recibidos.
Contrato oneroso de renta vitalicia
ARTÍCULO 1599. Concepto Contrato oneroso de renta vitalicia es aquel por el cual
alguien, a cambio de un capital o de otra prestación mensurable en dinero, se obliga a
pagar una renta en forma periódica a otro, durante la vida de una o más personas
humanas ya existentes, designadas en el contrato.
La nota más destacada de este contrato es su carácter aleatorio, esto es, que las partes no
conocen, al momento de contratar, los beneficios o las pérdidas que deberán soportar. El
álea es la duración de la vida de la o las personas humanas ya existentes, designadas en el
contrato. La persona que entrega el capital u otra prestación mensurable en dinero se
denomina “constituyente”, mientras que la parte que se obliga a pagar una renta periódica
es el deudor de la renta; el beneficiario, acreedor de la renta, coincide generalmente con la
persona del constituyente, pero bien puede ser otra persona. Finalmente, a la persona cuya
vida se toma en cuenta para definir el plazo del contrato se la llama “cabeza de renta”. El

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DERECHO CIVIL III- CONTRATOS

constituyente tiene la obligación de entregar el capital; en el caso de que no fuera dinero,


sino una cosa, debe la garantía por evicción y vicios redhibitorios.
ARTÍCULO 1600. Reglas subsidiarias Si el contrato es a favor de tercero, respecto de
éste se rige en subsidio por las reglas de la donación, excepto que la prestación se haya
convenido en razón de otro negocio oneroso.
Si la renta se constituye a favor de un tercero, se aplicarán las reglas de la donación en el
caso de que el capital entregado lo haya sido a título gratuito, pero si en cambio lo ha sido
por un acto jurídico oneroso, las reglas aplicables serán las del contrato oneroso de renta
vitalicia.
ARTÍCULO 1601. Forma El contrato oneroso de renta vitalicia debe celebrarse en
escritura pública.
La forma impuesta por la ley para el contrato oneroso de renta vitalicia no acarrea sanción
fulminante en caso de incumplimiento. La escritura pública es requerida para la celebración
del contrato de renta vitalicia gratuita como solemnidad absoluta.
ARTÍCULO 1602. Renta. Periodicidad del pago La renta debe pagarse en dinero. Si
se prevé esta prestación en otros bienes que no son dinero, debe pagarse por su
equivalente en dinero al momento de cada pago. El contrato debe establecer la
periodicidad con que se pague la renta y el valor de cada cuota. Si no se establece el
valor de las cuotas, se considera que son de igual valor entre sí. La renta se devenga
por período vencido; sin embargo, se debe la parte proporcional por el tiempo
transcurrido desde el último vencimiento hasta el fallecimiento de la persona cuya
vida se toma en consideración para la duración del contrato.
La primera parte del artículo establece la obligación de pagar la renta en dinero, pero en el
caso de que las partes acuerden otro tipo de prestación, esta deberá pagarse en su
equivalente en dinero al momento de cada pago. La norma otorga libertad a las partes para
pactar la periodicidad con que se pague la renta. La periodicidad del pago de la renta nos
pone frente a un contrato de tracto sucesivo en el cual cada una de las cuotas tiene previsto
un plazo suspensivo expreso, determinado y cierto, por lo que la mora se produce respecto
de cada una de ellas en forma automática al vencimiento. La norma aclara en su párrafo
tercero que la renta se paga por período vencido, por lo que se debe la parte proporcional de
la cuota al tiempo transcurrido desde el último vencimiento hasta el fallecimiento del
cabeza de renta.
ARTÍCULO 1603. Pluralidad de beneficiarios La renta puede contratarse en
beneficio de una o más personas existentes al momento de celebrarse el contrato, y en
forma sucesiva o simultánea. Si se establece para que la perciban simultáneamente, a
falta de previsión contractual, les corresponde por partes iguales sin derecho de
acrecer. El derecho a la renta es transmisible por actos entre vivos y por causa de
muerte.

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