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Contratos unidad 18

UNIDAD 18 CONTRATOS: EL Fideicomiso.


CONCEPTO: el fideicomiso tuvo su origen en el derecho romano, pero se enriqueció y asumió
distintas modalidades en el common law. Su nombre deriva de fiducia que significa fe confiaza.
En esencia el contrato de fideicomiso es un convenio por el cual una persona transmite a otra
la propiedad de ciertos bienes o activos, obligándose el que los recibe a administrarlos bien y
fielmente por cierto tiempo, al cabo del cual debe entregarlos a la persona indicada en el
contrato que puede ser un tercero o el primer transmitente.

El contrato de fideicomiso encuentra fundamento y caracterización suficiente en ese deber de


lealtad, habiéndose aplicado primero a sistemas de venta crédito como sustituto de la prenda o
hipoteca. Posteriormente se lo adoptó con respecto a usos, contratos o comisiones de
confianza y alcanzó especial importancia en otras materias como la propiedad horizontal,
fondos de inversión, etc.

El código civil y comercial en su art 1666 establece: ARTÍCULO 1666. Definición Hay contrato
de fideicomiso cuando una parte, llamada fiduciante, transmite o se compromete a transmitir la
propiedad de bienes a otra persona denominada fiduciario, quien se obliga a ejercerla en
beneficio de otra llamada beneficiario, que se designa en el contrato, y a transmitirla al
cumplimiento de un plazo o condición al fideicomisario

Este contrato se distingue por la transferencia —o por la obligación de efectuarla— de los


bienes que sean objeto de la prestación al fiduciario para que este los administre, de acuerdo a
las pautas establecidas por el fiduciante, a favor del beneficiario. Esta transferencia, si bien se
considera gratuita, tiene como base el interés en el cumplimiento del encargo al que se obliga
el fiduciario. El fideicomiso tiene una estructura que le ha permitido adaptarse a diversas
finalidades (como garantía, inversión, ahorro, administración), lo que ha favorecido su
utilización cada vez más extendida. Aunque, por los mismos motivos, ha sido objeto de uso con
fines fraudulentos, como puede ser en perjuicio de los acreedores o para la evasión impositiva.

Resulta evidente el carácter bilateral de este contrato, atento a la existencia de obligaciones


tanto en cabeza del fiduciante (la de entregar los bienes), como del fiduciario (la de ejercer la
propiedad en beneficio del beneficiario y entregar los bienes al finalizar el contrato, art. 966
CCyC). Si bien la transferencia efectuada por el fiduciante a favor del fiduciario, se entiende
gratuita, esto no lleva a clasificar el contrato como tal. El fideicomiso será un contrato gratuito
cuando se pacte que el fiduciario no recibirá una retribución por su actividad, y será oneroso si
esta contraprestación existe, aún cuando no esté determinada en el contrato, ya que podrá ser
fijada consensual o judicialmente con posterioridad.

PARTES: Los sujetos intervinientes en el contrato de fideicomiso son los siguiente:

a) El FIDUICIANTE: que es la parte que transmite o se compromete a transmitir la


propiedad de bienes o activo determinados, pero no aparece regulado en particular
como lo han sido los otros sujetos intervinientes. Esta parte debe ser el titular de los
bienes dados en fideicomiso, por lo que si se tratara de bienes gananciales o activos
registrables en el régimen de comunidad, o de la vivienda familiar y de sus muebles
indispensables en cualquiera de los regímenes patrimoniales del matrimonio, deberá
constar con el asentimiento conyugal conforme lo imponen los artículos.
b) El fiduciario: que es el sujeto a quien se transfieren los bienes y que está obligado a
administrarlos con la prudencia y diligencia propias del buen hombre de negocios, que
actúa sobre la base de la confianza depositada en él. Puede ser cualquier persona
humana o jurídica, pero nadie puede ofrecerse al publico a actuar como fiduciario a
menos que se trate de entidades financieras autorizadas a funcionar como tales o a las
personas jurídicas que autorice el organismo de contralor de los mercados de valores.
El fiduciario puede ser el beneficiario, pero en tal caso deberá evitar cualquier conflicto
de intereses y obrar privilegiando los de los restantes sujetos intervinientes en el
contrato antes que el propio.

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Art 1673: El fiduciario puede ser cualquier persona humana o jurídica. Sólo pueden
ofrecerse al público para actuar como fiduciarios las entidades financieras autorizadas a
funcionar como tales, sujetas a las disposiciones de la ley respectiva y las personas
jurídicas que autoriza el organismo de contralor de los mercados de valores, que debe
establecer los requisitos que deben cumplir. El fiduciario puede ser beneficiario. En tal
caso, debe evitar cualquier conflicto de intereses y obrar privilegiando los de los restantes
sujetos intervinientes en el contrato.

El fiduciario es la figura central del contrato y sobre quien recae toda la atención, ya que de
su actuación y obrar eficiente surgirá el provecho del negocio. Las obligaciones a su cargo
resultarán del contrato, y si bien actúa en nombre propio y por cuenta propia, lo hace en
beneficio de otra persona, el beneficiario. El fiduciario será quien administrará el patrimonio
fideicomitido en el marco de las pautas previstas por el fiduciante, y se obligará a
transmitirlo al fideicomisario al vencimiento del plazo o el cumplimiento de la condición que
determine la conclusión del fideicomiso. Esta persona o personas, físicas o jurídicas, serán
los depositarios de la confianza a la que remite el término “fideicomiso” y deberán regir su
actuación como un “buen hombre de negocios”, como se analiza en el artículo siguiente.

c) El beneficiario: que es la persona en cuyo beneficio se ha instituido el fideicomiso, sin


ser necesariamente el destinatario final de los bienes. Por ejemplo: un fideicomiso en
que el fiduciante transfiere bienes al fiduciario para que éste los administre y pague con
sus rentas los gastos de educación de un pariente menor de edad del fiduciante.
Beneficiarios pueden ser una o varias personas humanas o jurídicas, inclusive pueden
ser personas que no existan en el momento de celebrarse el contrato, siempre que
consten los datos que permitan su individualización futura. Este ultimo caso es una
hipótesis excepcional que sin embargo puede darse.
- ARTÍCULO 1671. Beneficiario El beneficiario puede ser una persona humana o
jurídica, que puede existir o no al tiempo del otorgamiento del contrato; en este último
caso deben constar los datos que permitan su individualización futura. Pueden ser
beneficiarios el fiduciante, el fiduciario o el fideicomisario. Pueden designarse varios
beneficiarios quienes, excepto disposición en contrario, se benefician por igual; para el
caso de no aceptación o renuncia de uno o más designados, o cuando uno u otros no
llegan a existir, se puede establecer el derecho de acrecer de los demás o, en su caso,
designar beneficiarios sustitutos. Si ningún beneficiario acepta, todos renuncian o no
llegan a existir, se entiende que el beneficiario es el fideicomisario. Si también el
fideicomisario renuncia o no acepta, o si no llega a existir, el beneficiario debe ser el
fiduciante. El derecho del beneficiario, aunque no haya aceptado, puede transmitirse
por actos entre vivos o por causa de muerte, excepto disposición en contrario del
fiduciante. Si la muerte extingue el derecho del beneficiario designado, se aplican las
reglas de los párrafos precedentes.
El Código define que el beneficiario deberá estar determinado en el contrato, previendo
en su defecto que se fijen las pautas suficientes para su posterior individualización. Por
eso, su designación, o las pautas para su determinación, como prevé el art. 1667, inc.
c, CCyC constituye uno de los elementos esenciales del contrato. La norma reproduce
lo previsto en el art. 2° de la ley 24.441 respecto del régimen de reemplazos en caso de
la no aceptación, renuncia o inexistencia de los beneficiarios y los fideicomisarios, e
incorpora la posibilidad de que el fiduciante pueda ser beneficiario, circunstancia que
se encontraba reservada en la mencionada ley para el caso de que los beneficiarios y
fideicomisarios no aceptaran o renunciaran.
También se establece que el fiduciario podrá ser beneficiario del fideicomiso,
circunstancia específicamente vedada en la normativa anterior, y que será examinada
en el comentario al art. 1673 CCyC.
El derecho del beneficiario es crediticio, y como tal, susceptible de ser transmitido por
actos entre vivos —salvo disposición en contrario—, o por causa de muerte, con la
salvedad que se haya designado un beneficiario sustituto, en cuyo caso será este
último quien comenzará a percibir los frutos al momento del fallecimiento del
beneficiario original, y no los herederos de este. De acuerdo a lo previsto por el art.

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1686 CCyC los acreedores de los beneficiarios podrán subrogarse en sus derechos,
pudiendo requerir directamente al fiduciante la percepción de los beneficios.

d) El fideicomisario: que es la persona a quien se le transmite la propiedad de los bienes


o de los activo al concluir el fideicomiso o sea que es el destinario final de ellos. Puede
ser fideicomisario el fiduciante, el beneficiario o una persona distinta a ellos.
Normalmente el beneficiario y el fideicomisario son una misma persona, pero puede
ocurrir que no lo sean.

El fideicomisario puede ser inclusive el propio fiduciante. Ejemplo una persona que posee
un cuantioso patrimonio y que se encuentra enfermo o fatigado de atender sus negocios,
da en fideicomiso a una persona de su confianza, determinados bienes para que los
administre y le entregue sus rentas y al final del plazo convenido, le devuelva el pleno
dominio.

ARTÍCULO 1672. Fideicomisario El fideicomisario es la persona a quien se transmite la


propiedad al concluir el fideicomiso. Puede ser el fiduciante, el beneficiario, o una persona
distinta de ellos. No puede ser fideicomisario el fiduciario. Se aplican al fideicomisario los
párrafos primero, segundo y tercero del artículo 1671. Si ningún fideicomisario acepta,
todos renuncian o no llegan a existir, el fideicomisario es el fiduciante.

El artículo prevé expresamente que este sujeto podrá coincidir con el beneficiario o con el
fiduciante, dejando atrás las posiciones que entendían que, como en el caso del
beneficiario que resultaba ser fiduciante, esa sustitución estaba reservada para el caso de
vacancia o renuncia. También se prevé la aplicación del régimen de sustituciones
dispuesto por el art. 1671 CCyC, en consecuencia, para el caso de que se hayan
designado múltiples fideicomisarios, todos recibirán los bienes por partes iguales, pudiendo
establecerse el derecho a acrecer en caso de renuncia o no aceptación de alguno de ellos.
Su derecho es personal y en consecuencia, susceptible de ser transmitido por actos entre
vivos salvo pacto en contrario; y se entiende que se encuentra subordinado al cumplimiento
de una modalidad suspensiva, sea un plazo o una condición. Vale decir, este derecho es
plenamente existente, pero no completamente eficaz, pues no será exigible hasta el
cumplimiento del plazo o la condición.

Requisitos

ARTICULO 1667.- Contenido. El contrato debe contener:

a) la individualización de los bienes objeto del contrato. En caso de no resultar posible tal
individualización a la fecha de la celebración del fideicomiso, debe constar la descripción
de los requisitos y características que deben reunir los bienes;

b) la determinación del modo en que otros bienes pueden ser incorporados al fideicomiso,
en su caso;

c) el plazo o condición a que se sujeta la propiedad fiduciaria;

d) la identificación del beneficiario, o la manera de determinarlo conforme con el artículo


1671;

e) el destino de los bienes a la finalización del fideicomiso, con indicación del fideicomisario
a quien deben transmitirse o la manera de determinarlo conforme con el artículo 1672;

f) los derechos y obligaciones del fiduciario y el modo de sustituirlo, si cesa.

Los bienes y las pautas para su incorporación Respecto de la individualización de los


bienes objeto del fideicomiso, el inc. a de la norma prescribe la posibilidad de que no
queden determinados al momento de la celebración del contrato o de la suscripción del

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testamento, sino que únicamente se fijen las pautas para su identificación futura. En
relación a sus cualidades, deberá estarse a lo dispuesto por el art. 1670 CCyC. Por otra
parte, el inc. b CCyC establece que el contrato deberá contener la determinación del modo
en que se integrarán otros bienes al fideicomiso. La disposición prevista en este inciso
podría o no estar incluida: debe entenderse su ausencia como la inexistencia de limitación
alguna. Habría entonces, libertad para efectuar incorporaciones siempre que tengan
relación con el fin para el que fue concebido el fideicomiso.

El plazo El inc. c se refiere al plazo o condición a la que se sujeta la propiedad fiduciaria


como parte del contenido esencial. Su ausencia puede ser suplida judicialmente, de
acuerdo al caso, teniendo en cuenta la finalidad de las partes al constituir el fideicomiso,
indagando cuál ha sido su voluntad e integrando el contrato a partir de esta, en virtud del
principio de conservación que emana del art. 1066 CCyC.

El beneficiario y el fideicomisario Los incs. d y e enuncian que deberán estar determinados


el beneficiario así como el fideicomisario. Este requisito no resulta necesariamente
indispensable, ya su inobservancia pondrá en movimiento el régimen de suplencias
previsto en los arts. 1671 y 1672 CCyC.

El fiduciario Si bien el inc. f establece que deberán asentarse las obligaciones y derechos
del fiduciario, esta convención no resulta de carácter esencial, toda vez que la restante
normativa funcionará supletoriamente dando un marco a su actuación. Lo que resultará
relevante, en caso de omitirse estos derechos y obligaciones, será dejar claramente
establecida la finalidad de la operatoria, de vital importancia para entender los límites de la
actuación de esta parte en la administración, así como para interpretar su eficiencia en el
marco de lo previsto por el art. 1674 CCyC. Por otro lado, de acuerdo al art. 1679 CCyC,
para el supuesto de no haberse designado un fiduciario suplente ni determinado el modo
de sustituir al titular, será el juez el que deberá designarlo entre las entidades autorizadas
conforme al art. 1690 CCyC.

PLAZOS: Plazo. Condición El fideicomiso no puede durar más de treinta años desde la
celebración del contrato, excepto que el beneficiario sea una persona incapaz o con
capacidad restringida, caso en el que puede durar hasta el cese de la incapacidad o de la
restricción a su capacidad, o su muerte. Si se pacta un plazo superior, se reduce al tiempo
máximo previsto. Cumplida la condición o pasados treinta años desde el contrato sin
haberse cumplido, cesa el fideicomiso y los bienes deben transmitirse por el fiduciario a
quien se designa en el contrato. A falta de estipulación deben transmitirse al fiduciante o a
sus herederos.

El CCyC mantiene el plazo máximo de treinta años para la duración del fideicomiso, tal
como se encuentra previsto en la ley 24.441. La excepción está contemplada en los casos
en que el beneficiario sea un incapaz o una persona con capacidad restringida, en cuyo
caso el plazo máximo no resultará aplicable. En dichos supuestos podrá disponerse un
plazo mayor o una condición resolutoria cuyo cumplimiento ocurra luego de transcurridos
los treinta años. Se trata de una norma de orden público, por lo que el plazo máximo de
duración no puede ser dejado de lado por las partes, salvo en los supuestos de excepción
ya mencionados. La nueva redacción deja en claro que para el caso de excederse el plazo
máximo previsto, no corresponde la nulidad del contrato, sino su adecuación al plazo antes
referido. También resulta procedente la incorporación de otras modalidades, como los
plazos o condiciones suspensivas, en cuyo caso el fideicomiso entrará en vigencia una vez
vencido dicho plazo u ocurrida la condición. Resulta evidente entonces, que el plazo
máximo dispuesto en este artículo solo empezará a correr a partir de ese momento

OBLIGACIONES- INCUMPLIMIENTO- RESPONSABILIDADES: El fiduciario es


naturalmente titular de todas las facultades inherentes a la finalidad del fideicomiso, en
particular las relativas al dominio y administración que tiene de la cosa. Asi puede usar y
disponer de los bienes, incluidos los frutos, pero siempre con miras y para lograr el fin del
contrato.

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El art 1674 indica- como pauta de actuación- que el fiduciario debe cumplir las obligaciones
impuestas por la ley y por el contrato con la prudencia y diliencia del buen hombre de
negocios que actua sobre la base de la confianza depositada en él. Y añade que en caso
de designarse a mas de un fiduciario para que actúen simultáneamente sean en forma
conjunta o indistinta, su responsabilidad es solidaria por el cumplimiento de las
obligaciones resultantes del fideicomiso.

De allí que el art 1676 sentencie que el fiduciario no puede ser dispensado de la culpa ni
del dolo, en que puedan incurrir él o sus dependientes, ni de la prohibición de adquirir para
si los bienes fideicomitidos.

Son asi obligaciones propias el actuar con lealtad, como buen hombre de negocios, dar
preferencia a los intereses que administra antes que los propios, administrar activamente
los bienes y activo fideicomitidos en la forma establecida, efectuar las mejoras y
reparaciones a tales bienes, contratar seguros, pagar los tributos que los graven, etc.

Decimos activamente porque su administración debe ser encaminada a producir frutos


según la utilización regular de los bienes, sin disponer de ellos, pero produciendo el mayor
rendimiento.

Es obligación inexcusable y típica del fiduciario mantener la identidad de los bienes del
encargo separada de su patrimonio. Asi no pueden incluirse en su contabilidad como
propios, ni considerarlos en su activo.

Sin embargo podrá gravar y aún disponer los bienes y activos fideicomitidos cuando lo
requieran los fines del fideicomiso y deberá ejercer todas las accione que correspondan
para la defensa de duchos bienes, tanto contra terceros como contra el fiduciante, el
beneficiario o el fideicomisario.

Debe transferir los bienes de acuerdo a lo convenido o al concluir el contrato, al


beneficiario, al fiduciante, o al fideicomisario.

Además el fiduciario esta obligado a contratar un seguro contra la responsabilidad civil que
cubra los daños causados por las cosas objeto del fideicomiso

Finalmente el fiduciario tiene el deber de rendir cuentas de todas las gestiones realizadas y
debe mantener informados a los interesados sobre el movimiento operativo de su
administración, de todos los bienes y activos en su poder. El código expresamente indica que la
rendición de cuentas puede ser solicitada por el beneficiario, por el fiduciante o por el
fideicomisario, en su caso, conforme a la ley, y a las previsiones contractuales. Pero aun
cuando nada se previera en el contrato deben ser rendidas con una periodicidad no mayor a un
año. En ningún caso el contrato de fideicomiso podrá dispensar al fiduciario de la obligación de
rendir cuentas.

Retribución

ARTICULO 1677.- Reembolso de gastos. Retribución. Excepto estipulación en contrario, el


fiduciario tiene derecho al reembolso de los gastos y a una retribución, ambos a cargo de quien
o quienes se estipula en el contrato. Si la retribución no se fija en el contrato, la debe fijar el
juez teniendo en consideración la índole de la encomienda, la importancia de los deberes a
cumplir, la eficacia de la gestión cumplida y las demás circunstancias en que actúa el fiduciario

Cesación

ARTICULO 1678.- Cese del fiduciario. El fiduciario cesa por:

a) remoción judicial por incumplimiento de sus obligaciones o por hallarse imposibilitado


material o jurídicamente para el desempeño de su función, a instancia del fiduciante; o a pedido
del beneficiario o del fideicomisario, con citación del fiduciante;

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b) incapacidad, inhabilitación y capacidad restringida judicialmente declaradas, y muerte, si es


una persona humana;

c) disolución, si es una persona jurídica; esta causal no se aplica en casos de fusión o


absorción, sin perjuicio de la aplicación del inciso a), en su caso;

d) quiebra o liquidación;

e) renuncia, si en el contrato se la autoriza expresamente, o en caso de causa grave o


imposibilidad material o jurídica de desempeño de la función; la renuncia tiene efecto después
de la transferencia del patrimonio objeto del fideicomiso al fiduciario sustituto.
Supuestos particulares La remoción por incumplimiento no requiere, de por sí,
que la inejecución parcial o total de alguna de las obligaciones haya causado un daño. Esto
último será la base para reclamar la indemnización respectiva en caso de corresponder. Pero
aún cuando no existiera ese daño, el incumplimiento puede acarrear la remoción a través de un
procedimiento judicial. Con relación a la entidad del incumplimiento, se entiende que cualquiera
sea la obligación que no haya sido cumplida íntegramente podrá ser causa de remoción.
Empero, la inejecución de una obligación de escasa importancia no conllevará necesariamente
esa consecuencia cuando las obligaciones principales y la gestión llevada a cabo por el
fiduciario hayan conducido eficazmente a dar cumplimiento con la finalidad del fideicomiso. Al
respecto, cabe recordar que el contrato de fideicomiso se sustenta, entre otras cosas, en la
confianza y en las facultades de gestión del fiduciario. En consecuencia, no es desatinado
suponer que cualquier incumplimiento, de la índole que sea, afectará la confianza depositada
en él. Sin perjuicio de ello, no debe confundirse la remoción por incumplimiento de las
obligaciones, aquí prevista, con la revocación, cuya facultad puede reservarse el fiduciante en
los términos del art. 1697 CCyC. Para el supuesto de que existan una pluralidad de fiduciantes,
beneficiarios o fideicomisarios, deberá preverse contractualmente la mayoría necesaria para
peticionar la remoción. En caso de silencio, cabe considerar que cualquier fiduciante,
beneficiario o fideicomisario puede solicitar la remoción del fiduciario, ya que la canalización de
la petición en el marco de un proceso judicial impedirá el uso abusivo de este derecho, vale
decir, aquel fundado en incumplimientos intrascendentes (art. 10 de la ley 24.441). Finalmente,
la norma establece que la petición de remoción del fiduciario podrá ser formulada por el
beneficiario o el fideicomisario, con citación del fiduciante, originante del contrato. Resulta
evidente que también podría ser solicitada por los acreedores del beneficiario o el
fideicomisario, en caso de que se subroguen en los derechos de estos.

Otros supuestos en personas físicas: También cesará el fiduciario en su cargo, en caso de


inhabilitación o capacidad restringida declaradas judicialmente, ampliando los supuestos
previstos por la legislación anterior, que contemplaba únicamente la muerte y la incapacidad
judicialmente declarada.

Supuestos de cese en personas jurídicas: La disolución de la persona jurídica abre el proceso


de liquidación que dará lugar a su extinción. En consecuencia, ese acontecimiento pone fin a la
actuación como fiduciario en el marco del contrato. La norma contempla la excepción en caso
de fusión o absorción, manteniendo los restantes supuestos de disolución previstos en el art.
163 CCyC.

Quiebra La quiebra trae aparejada la pérdida de la administración de los bienes del fallido, y en
caso de que ello ocurra con el fiduciario, le impide continuar con el ejercicio del patrimonio de
afectación en virtud de la desaparición de la confianza depositada en él, derivada de su
insolvencia

Renuncia del fiduciario Para que la renuncia del fiduciario tenga validez, deberá estar prevista
en el contrato, aun sin expresión de la causa. Pero, a falta de esta estipulación, la norma prevé
que podrá ser invocada con fundamento en una causa grave o en la imposibilidad material o
jurídica para continuar con la gestión del patrimonio. Ahora bien, la norma establece que la
renuncia solo tendrá efecto una vez efectuada la transferencia del patrimonio al fiduciario

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sustituto, por lo que se impone al renunciante continuar con su función hasta ese momento, con
todas las facultades y responsabilidades contractuales íntegras.

Nada impide que la renuncia, causada o incausada, genere una obligación de resarcir a las
restantes partes del contrato, lo que puede ocurrir cuando el éxito del negocio común dependa
de las condiciones personales del fiduciario saliente. Por último, en el supuesto de una
pluralidad de fiduciarios, ante la renuncia de uno de ellos en los términos del presente inciso,
salvo pacto en contrario, se entiende que, si bien será necesaria la designación de uno nuevo,
el renunciante cesará una vez transmitidos los bienes al sustituto o los restantes fiduciarios en
ejercicio.

Reemplazo

ARTICULO 1679.- Sustitución del fiduciario. Producida una causa de cese del fiduciario, lo
reemplaza el sustituto indicado en el contrato o el designado de acuerdo al procedimiento
previsto por él. Si no lo hay o no acepta, el juez debe designar como fiduciario a una de las
entidades autorizadas de acuerdo a lo previsto en el artículo 1690.
En caso de muerte del fiduciario, los interesados pueden prescindir de la intervención judicial,
otorgando los actos necesarios para la transferencia de bienes.
En los restantes casos de los incisos b), c) y d) del artículo 1678, cualquier interesado puede
solicitar al juez la comprobación del acaecimiento de la causal y la indicación del sustituto o el
procedimiento para su designación, conforme con el contrato o la ley, por el procedimiento más
breve previsto por la ley procesal local. En todos los supuestos del artículo 1678 el juez puede,
a pedido del fiduciante, del beneficiario, del fideicomisario o de un acreedor del patrimonio
separado, designar un fiduciario judicial provisorio o dictar medidas de protección del
patrimonio, si hay peligro en la demora.
Si la designación del nuevo fiduciario se realiza con intervención judicial, debe ser oído el
fiduciante.
Los bienes fideicomitidos deben ser transmitidos al nuevo fiduciario. Si son registrables es
forma suficiente del título el instrumento judicial, notarial o privado autenticado, en los que
conste la designación del nuevo fiduciario. La toma de razón también puede ser rogada por el
nuevo fiduciario.

EFECTOS DEL FIDEICOMISO: FRENTE A TERCEROS, BIENES REGISTRABLES,


PATRIMONIO SEPARADO, ACREEDORES DEL FIDUCIARIO, RESPONSABILIDADES,
ACTO DE DISPOSICION, EJERCICIO DE ACCIONES.

El efecto esencial del fideicomiso es la constitución de un patrimonio separado del patrimonio


del fiduciante, del fiduciario, del beneficiario y del fideicomisario. Tanto es asi que los bienes del
fiduciario no responden por las obligaciones contraídas en la ejecución del fideicomiso, las que
solo son satisfechas con los bienes fideicomitidos. Incluso, tampoco responden por esas
obligaciones el fiduciante, el beneficiario ni el fideicomisario, excepto compromiso expreso de
estos. Demás esta decir que lo expuesto no impide la responsabilidad del fiduciario por
aplicación de los principios generales si así correspondiere.

El patrimonio fiduciario esta integrado por los bienes y activos objeto del contrato, por lo frutos
naturales o civiles de lo bienes fideicomitidos, y por los bienes que adquiera con esos frutos o
productos o por subrogación real de todos esos bienes, produciendo efectos frente a terceros
desde el momento del contrato o desde que se cumplan los recaudos propios de la naturaleza
de los bienes que integran tal patrimonio.

Como consecuencia de esto, se producen diversos efectos, no solo respecto de las partes si no
también de terceros.

En primer lugar, el fiduciario tiene todos los derechos propios del dominio pleno, inclusive la
facultad de gravar y enajenar los bienes fideicomitidos cuando lo requieran los fines del
fideicomiso, sin necesidad de contar con el consentimiento del fiduciante, del beneficiario o del
fideicomisario.

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Si bien la norma requiere que tales facultades deben ejercerse cuando lo requieran los fines dl
fideicomiso esta reserva solo alude las relaciones entre el fiduciante y el fiduciario o el
beneficiario o fideicomisario, pues el tercero a quien se enajena un bien de los fideicomitidos
ignora si la venta tiene por objeto facilitar el cumplimiento de la finalidad del fideicomiso o si la
venta hubiera podido evitarse. Será una cuestión de criterio o prudencia, pero no es posible
que ese tercero de buena fe, que ha pagado el precio, se vea eventualmente privado de los
bienes legítimamente adquiridos debido a una causa o razón que el no pudo razonablemente
prever.

Entonces el acto de disposición realizado por el fiduciario cuando no lo requieran los fines del
fideicomiso solo puede tener como efecto su remoción a pedido del fiduciante, del beneficiario
o del fideicomisario sin perjuicio de la consiguiente acción de daños y perjuicios.

Esta facultad del fiduciario titular de un dominio imperfecto de transmitir al adquiriente un


dominio pleno, resulta contrario al principio elemental de que nadie puede transmitir un derecho
mejor o mas extenso del que tiene (art 399) aunque esta norma es clara “ sin perjuicio de las
excepciones legalmente dispuestas”, lo que involucra la facultad concedida al fiduciario en el
referido art 1688. Esta excepción al principio general del art 399 se justifica por una razón de
interes publico, que es la de dar pleno vigor a la institución del fideicomiso, ya que muchas
veces la buena administración exigirá la enajenación de algún bien y es muy difícil, si no
imposible, encontrar comprador de un dominio que sea imperfecto.

No esta demás señalar que el contrato puede prever limitaciones a las facultades de disponer o
gravar los bienes fideicomitidos ( incluyéndose la posibilidad de prohibir la enajenación). Tales
limitaciones deben ser inscriptas en los registros correspondientes a cosas registrables.

En segundo lugar el fiduciario está legitimado para ejercer todas las acciones que
correspondan para la defensa de los bienes fideicomitidos, contra terceros, el fiduciante, el
beneficiario o el fideicomisario. Ello implica que podrá ejercer todas las acciones que
correspondan al dominio pleno, inclusive la reivindicatoria y puede ejercerlas no solo contra
terceros sino también contra el mismo beneficiario, el fideicomisario o contra el fiduciante.

Si el fiduciario fuere moroso en el ejercicio de las acciones que correspondan a la debida


defensa de los bienes fideicomitidos, o no la ejerciera sin motivo suficiente, el juez podrá
autorizar al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario a ejercerlas sin perjuicio del derecho de
ellos a pedir su remoción si se tratare de una negligencia grave que mereciera esta sanción.

Al ser el principal efecto del contrato de fideicomiso la constitución de un patrimonio separado,


tanto del patrimonio del fiduciante, como del fiduciario, del beneficiario y del fideicomisario,
como consecuencia de ello el art 1686 dispone que los bienes fideicomitidos quedan exentos
de la acción singular o colectiva de los acreedores del fiduciario. Y añade la norma que
tampoco pueden agredir a los bienes fideicomitidos los acreedores del fiduciante, quedando a
salvo las acciones por fraude y de ineficacia concursal.

De ello surge que el dinero fideicomitido está excluido de la posible ejecución individual o
colectiva invocada por los acreedores personales del fiduciante o fiduciario. Sin embargo, dado
que el dinero es cosa mueble fungible, se producirá una confusión patrimonial inescindible con
el patrimonio del propio fiduciario desde el momento mismo de la tradición del dinero. Es cierto
que los bienes objeto del contrato deber ser individualizados, para poder determinar
exactamente el patrimonio fiduciario y mantenerlo separado de los bienes, sujeto a riesgos y
afectaciones independientes de las que puedan correr los bienes de quien debe ejecutar el
encargo.

Pero la individualización o la especificidad del objeto del fideicomiso en el supuesto del dinero
se diluye inmediatamente después de su recepción, pues la confusión patrimonial con otros
fondos del fiduciario es inevitable. Como consecuencia los acreedores del fiduciario podrían
embargar y ejecutar sus cuentas bancarias, ya que en la actualidad no existen cuentas
fiduciarias – trust accounts- o cuentas de registro, en dcho anglosajon, para depósito de dinero
dado en fideicomiso. Por lo tanto, el fiduciante, el beneficiario y el fideicomisario dependen en

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exceso del buen obrar del fiduciario quien debería eventualmente, advertir y acreditar que el
dinero embargado no le pertenece en dominio pleno sino fiduciario, y en ese caso será
imperativo el levantamiento del embargo y no corresponderá el pago a sus propios acreedores
con esos fondos. Los acreedores del beneficiario y del fideicomisario pueden subrogarse en los
derechos de su deudor.

Efectos del fideicomiso.


ARTICULO 1682.- Propiedad fiduciaria. Sobre los bienes fideicomitidos se constituye una
propiedad fiduciaria, regida por las disposiciones de este Capítulo y por las que correspondan a
la naturaleza de los bienes.

ARTICULO 1683.- Efectos frente a terceros. El carácter fiduciario de la propiedad tiene efectos
frente a terceros desde el momento en que se cumplen los requisitos exigidos de acuerdo con
la naturaleza de los bienes respectivos.

ARTICULO 1684.- Registración. Bienes incorporados. Si se trata de bienes registrables, los


registros correspondientes deben tomar razón de la calidad fiduciaria de la propiedad a nombre
del fiduciario.

Excepto estipulación en contrario del contrato, el fiduciario adquiere la propiedad fiduciaria de


los frutos y productos de los bienes fideicomitidos y de los bienes que adquiera con esos frutos
y productos o por subrogación real respecto de todos esos bienes, debiéndose dejar constancia
de ello en el título para la adquisición y en los registros pertinentes.

ARTICULO 1685.- Patrimonio separado. Seguro. Los bienes fideicomitidos constituyen un


patrimonio separado del patrimonio del fiduciario, del fiduciante, del beneficiario y del
fideicomisario.

Sin perjuicio de su responsabilidad, el fiduciario tiene la obligación de contratar un seguro


contra la responsabilidad civil que cubra los daños causados por las cosas objeto del
fideicomiso. Los riesgos y montos por los que debe contratar el seguro son los que establezca
la reglamentación y, en defecto de ésta, los que sean razonables. El fiduciario es responsable
en los términos de los artículos 1757 y concordantes cuando no haya contratado seguro o
cuando éste resulte irrazonable en la cobertura de riesgos o montos.

ARTICULO 1686.- Acción por acreedores. Los bienes fideicomitidos quedan exentos de la
acción singular o colectiva de los acreedores del fiduciario. Tampoco pueden agredir los bienes
fideicomitidos los acreedores del fiduciante, quedando a salvo las acciones por fraude y de
ineficacia concursal. Los acreedores del beneficiario y del fideicomisario pueden subrogarse en
los derechos de su deudor.
ARTICULO 1687.- Deudas. Liquidación. Los bienes del fiduciario no responden por las
obligaciones contraídas en la ejecución del fideicomiso, las que sólo son satisfechas con los
bienes fideicomitidos. Tampoco responden por esas obligaciones el fiduciante, el beneficiario ni
el fideicomisario, excepto compromiso expreso de éstos.

Lo dispuesto en este artículo no impide la responsabilidad del fiduciario por aplicación de los
principios generales, si así corresponde.

La insuficiencia de los bienes fideicomitidos para atender a esas obligaciones, no da lugar a la


declaración de su quiebra. En tal supuesto y a falta de otros recursos provistos por el fiduciante
o el beneficiario según previsiones contractuales, procede su liquidación, la que está a cargo
del juez competente, quien debe fijar el procedimiento sobre la base de las normas previstas
para concursos y quiebras, en lo que sea pertinente.

ARTICULO 1688.- Actos de disposición y gravámenes. El fiduciario puede disponer o gravar los
bienes fideicomitidos cuando lo requieran los fines del fideicomiso, sin que sea necesario el

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Contratos unidad 18

consentimiento del fiduciante, del beneficiario o del fideicomisario.

El contrato puede prever limitaciones a estas facultades, incluso la prohibición de enajenar, las
que, en su caso, deben ser inscriptas en los registros correspondientes a cosas registrables.
Dichas limitaciones no son oponibles a terceros interesados de buena fe, sin perjuicio de los
derechos respecto del fiduciario.

Si se nombran varios fiduciarios, se configura un condominio en función de lo previsto en el


artículo 1674, los actos de disposición deben ser otorgados por todos conjuntamente, excepto
pacto en contrario, y ninguno de ellos puede ejercer la acción de partición mientras dure el
fideicomiso.

Quedan a salvo los actos de disposición realizados por el fiduciario de conformidad con lo
previsto en esta norma.

ARTICULO 1689.- Acciones. El fiduciario está legitimado para ejercer todas las acciones que
correspondan para la defensa de los bienes fideicomitidos, contra terceros, el fiduciante, el
beneficiario o el fideicomisario.

El juez puede autorizar al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario, a ejercer acciones en


sustitución del fiduciario, cuando éste no lo haga sin motivo suficiente.

FIDEICOMISO FINANCIERO:

EL fideicomiso financiero es una operación propia del mundo de las finanzas. Es un


instrumento importantísimo para la acumulación de capitales y el emprendimiento de grandes
obras de interés social. Nuestro país comenzó regulándolo en las leyes 23576 y por la
resolución de la comisión nacional de valores n368 del 17 de mayo de 2001 y sus
modificaciones

Esta ultima define que habrá fideicomiso cuando una o mas personas (fiduciante) transmitan la
propiedad fiduciaria de bienes determinados a otra (fiduciario) quien deberá ejercerla en
beneficio de titulares de los certificados de participación en la propiedad de los bienes
transmitidos o de titulares de valores representativos de deuda garantizados con los bienes asi
transmitidos ( benefiicarios) y transmitirlos al fiduciante a los beneficiarios o a terceros
(fideicomisarios) al cumplimiento de los plazos o condiciones previstos en el contrato.

La jurisprudencia ha caracterizado a este acuerdo como una especie dentro del genero del
fideicomiso determinado por las características de que el fiduciario es a) una entidad financiera
o b) una sociedad especialmente autorizado por la comisión nacional de valores y los
beneficiarios son 1) los titulares de certificados de participación o 2) titulares de títulos
representativos.

Ests características fueron volcadas a la definición que da el aer 1690: Definición.


Fideicomiso financiero es el contrato de fideicomiso sujeto a las reglas precedentes, en el
cual el fiduciario es una entidad financiera o una sociedad especialmente autorizada por el
organismo de contralor de los mercados de valores para actuar como fiduciario financiero,
y beneficiarios son los titulares de los títulos valores garantizados con los bienes
transmitidos.
Es una operación propia del mundo de las finanzas. Es, en efecto, un instrumento
imoprtantisimo para la acumulación de capitales y el emprendimiento de grandes obras de
interés social.

En rigor cabe señalar que la estructura descripta en la norma responde al propósito de crear
condiciones que permitan el desarrollo de la llamada securitazacion, que consiste en el proceso
de transformación de una masa de activos o créditos en un conjunto de títulos valores para ser
colocados entre el publico. El esquema de esta operación es el siguiente: una entidad

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Contratos unidad 18

(fiduciante), que es titular de una masa de créditos o activos, los cede a otra entidad financiera
o sociedad especialmente autorizada ( la fiduciaria), la que a la vez emite títulos valores
representativos de deuda llamados titulo de deuda o certificados de participación que importan
un fraccionamiento del capital y que son ofrecidos al publico. Se trata de títulos divisibles y
negociables que pueden ser al portador o nominativos. A este proceso se lo llama
securitizacion o titulizacion del fondo fideicomitido.

Dicho en otros términos se trata de un proceso por el cual se somete un conjunto de activos
homogéneos a la composición de una cartera, afectados con exclusividad al pago de títulos
emitidos con respaldo en esa cartera. Ese mecanismo permite generar recursos
anticipadament con la emisión de títulos valores que luego serán rescatads con los créditos u
otros bienes afectados a sostener esa emisión.

Finalmente además de las exigencias de contenido generales previstas para el contrato de


fideicomiso en el art 1667, el contrato de fideicomiso financiero debe incluir los términos y
condiciones de emisión de los titulo valores, las reglas para la adopción de decisiones por parte
de los beneficiarios que incluyan las previsiones para el caso de insuficiencia o insolvencia del
patrimonio fideicomitido y la denominación o identificación particular del fideicomiso financiero.

ARTICULO 1692.- Contenido del contrato de fideicomiso financiero. Además de las exigencias
de contenido generales previstas en el artículo 1667, el contrato de fideicomiso financiero debe
contener los términos y condiciones de emisión de los títulos valores, las reglas para la
adopción de decisiones por parte de los beneficiarios que incluyan las previsiones para el caso
de insuficiencia o insolvencia del patrimonio fideicomitido, y la denominación o identificación
particular del fideicomiso financiero.

Certificados de participación y títulos de deuda

El fideicomiso financiero, es el marco jurídico en el que se desarrolla ese proceso llamado de


securitizacion o titulización. El papel de la misma es convertir activos crediticios inmovilizados
(ej. prestamos prendarios o hipotecas) en títulos valores susceptibles de ser colocados entre el
publico inversor.

ARTICULO 1693.- Emisión y caracteres. Certificados globales. Sin perjuicio de la posibilidad de


emisión de títulos valores atípicos, en los términos del artículo 1820, los certificados de
participación son emitidos por el fiduciario. Los títulos representativos de deuda garantizados
por los bienes fideicomitidos pueden ser emitidos por el fiduciario o por terceros. Los
certificados de participación y los títulos representativos de deuda pueden ser al portador,
nominativos endosables o nominativos no endosables, cartulares o escriturales, según lo
permita la legislación pertinente. Los certificados deben ser emitidos sobre la base de un
prospecto en el que consten las condiciones de la emisión, las enunciaciones necesarias para
identificar el fideicomiso al que pertenecen, y la descripción de los derechos que confieren.
Pueden emitirse certificados globales de los certificados de participación y de los títulos de
deuda, para su inscripción en regímenes de depósito colectivo. A tal fin se consideran
definitivos, negociables y divisibles.

ARTICULO 1694.- Clases. Series. Pueden emitirse diversas clases de certificados de


participación o títulos representativos de deuda, con derechos diferentes. Dentro de cada clase
se deben otorgar los mismos derechos. La emisión puede dividirse en series. Los títulos
representativos de deuda dan a sus titulares el derecho a reclamar por vía ejecutiva.
Con estas pequeñas inversiones puede formarse una masa de capital que permita afrontar
importantes obras de interés social.

Insuficiencia del patrimonio fideicomitido La insuficiencia de los bienes fideicomitidos para


atender a las obligaciones del fideicomiso en general, no da lugar a la declaración de su
quiebra. En tal supuesto y a falta de otros recursos provistos por el fiduciante o el beneficiario
según previsiones contractuales, procede su liquidación, la que está a cargo del juez

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competente, quien debe fijar el procedimiento sobre la base de las normas previstas para los
concursos y quiebras, en lo que sea pertinente.

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