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En lo que se refiere al entorno las dos palabras claves que plantea el mismo son:
oportunidades y amenazas. Cuando hablamos de la empresa debemos tener en cuenta
fortalezas y debilidades. En general, cuanto mayor sea la dotación de recursos y de
capacidades de la empresa, mayores serán sus fortalezas y menos sus debilidades.
1. Visión: hace referencia a la percepción actual de lo que será o debería ser la empresa
en el futuro. Consiste en responder a ¿cómo seremos? ¿cómo deberíamos ser? ¿qué
queremos ser? Sirve como referencia en la actuación de los individuos, ya que
deberían actuar por aquellas alternativas que más se ajusten a la visión elegida.
También marca la diferencia entre la situación actual y deseada, estableciendo el
camino a seguir. Su definición debe incluir 3 aspectos fundamentales:
a. Incorporar la idea de triunfo.
b. Ser estable a lo largo del tiempo.
c. Merecer edesfuerzo y compromiso del personal en su consecución.
La visión no debe responder a los objetivos de creación de valor de los accionistas. El diseño de
la misma dependerá del tipo de empresa y la ambición de cada una de ella.
Se suelen distinguir dos niveles en el análisis del entorno: general y competitivo, los cuales se
diferencian tanto por su metodología como por los objetivos que persiguen.
En cuanto a los objetivos, el objetivo del análisis del entorno general es identificar los factores
que desde la perspectiva del sistema económico y social afectan a la actuación de la empresa.
Para ello se utilizan herramientas como el perfil estratégico, el análisis PESTEL, el diamante de
Porter o el análisis de distritos industriales, entre otras.
El análisis del entorno competitivo trata de investigar las características estructurales que
definen la competencia en una industria. Para ello las técnicas más usadas son el modelo de
Abell (para delimitar el entorno competitivo), el modelo de las 5 fuerzas de Porter, la
segmentación de la industria y el análisis de los competidores.
El carácter dinámico tanto del entorno general como competitivo hace necesario estudiar su
evolución futura, ya que en definitiva el éxito de la estrategia no depende tanto del entorno
actual sino de cómo va a ser en el futuro. Para este análisis se puede utilizar el método de los
escenarios y el método Delphi entre los más relevantes.
En una industria de competencia perfecta, la empresa toma el precio de mercado, por lo que
sus alternativas son muy limitadas. En una industria de competencia imperfecta es donde
surge la posibilidad de obtener rentas superiores. El análisis que se realizará posteriormente
parte de dicha hipótesis de mercados de competencia imperfecta.
El modelo de Porter es una metodología ampliamente difundida para investigar acerca de las
oportunidades y amenazas que ofrece una industria. Según Porter el grado de atractivo de una
industria viene determinado por la acción de 5 grupos de factores o fuerzas que en su conjunto
definen la posibilidad de obtención de rentas superiores:
A su vez estas fuerzas dependen de un conjunto de factores que determinan su nivel, como
por ejemplo el número y variedad de competidores, la tasa de crecimiento de la industria, la
diferenciación de productos, los costos de cambio, las barreras de entrada y salida, la
concentración de proveedores o clientes, etc. Estos factores modifican el nivel de una o varias
fuerzas aumentándolas o disminuyéndolas, cuanto mayor es su nivel, menor es el atractivo de
la industria.
Si bien este modelo está ampliamente aceptado es susceptible de ser mejorado. En primer
lugar, cabe decir que no todos los factores ni todas las fuerzas tienen la misma importancia,
por lo tanto hay que saber reconocer aquellos factores críticos que influyen en el atractivo de
la industria. En segundo lugar, el modelo representa una imagen estática de la industria, por lo
tanto, puede no ser útil en ambientes dinámicos. En tercer lugar, el modelo no considera la
existencia de 2 condicionantes que pueden alterar positiva o negativamente el atractivo de la
industria: los agentes de frontera (administraciones públicas, organizaciones de consumidores,
grupos ecologistas, etc.) y los productos complementarios. Por último, el modelo da una
importancia excesiva a la estructura de la industria para explicar la rentabilidad de la empresa.
Sin embargo, si eso fuera el principal determinante de la rentabilidad, la estrategia se limitaría
a elegir la industria correcta. De todas maneras, en la realidad vemos que empresas situadas
en una misma industria obtienen niveles de rentabilidad muy diferentes, y esto, solo se puede
explicar por las diferencias de recursos y capacidades que tienen las empresas. Aquellas con
más recursos o más valiosos pueden afrontar mejor la presión de las fuerzas competitivas o
modificarlas a su favor.
Físicos
Tangibles
Financieros
Recursos
Humanos
Intangibles Tecnológicos
No humanos
Organizativo
s
En la mayoría de los casos, estos recursos no crean valor por sí solos, si no que tienen
que ser combinados y gestionados, generando así el concepto de capacidad.
Capacidad se refiere a la habilidad de una empresa para desarrollar una actividad
concreta. Implica un conjunto de recursos y pautas organizativas.
2- Evaluación estratégica de tales recursos para determinar en qué medida son útiles y
valiosos a fin de obtener una ventaja competitiva: no es suficiente con contar con
recursos para tener una ventaja competitiva. Es necesario además que sean valiosos
(mejores que los de los competidores), relativamente inmóviles y apropiables para que
la ventaja competitiva pueda ser sostenida en el tiempo.
Para ello se aplican una serie de criterios orientados a la creación, mantenimiento y
apropiación de la ventaja competitiva:
o Creación: surgen dos criterios.
escasez: que no esté a disposición de todos los competidores.
relevancia: que esté vinculado con alguno de los factores claves de
éxito de la industria.
o Mantenimiento: para el mantenimiento de la ventaja competitiva aparecen 5
criterios:
Durabilidad: mantenimiento de su potencial en el tiempo.
Transferibilidad: existencia o no de mercado.
Imitabilidad: referido a la posibilidad de réplica.
Sustituibilidad: vinculado a la existencia de recursos alternativos.
Complementariedad: cuando su valor conjunto es mayor.
o Apropiación: para la apropiación de las rentas de la ventaja competitiva viene
dado por el grado en el cual están definidos los derechos de propiedad sobre
los recursos y capacidades poseídos. Si bien los derechos de propiedad sobre
activos están claramente definidos, no sucede lo mismo con algunos activos
intangibles como la reputación, el personal, la cultura, etc., donde no se puede
establecer muchas veces esta propiedad.
3- Gestión de dotación, vinculado a cómo se puede mejorar la dotación de recursos o
cuál es la mejor explotación de recursos que se puede lograr dada una dotación. En
cuanto a la mejora de recursos, implica el desarrollo interno de nuevos recursos, la
mejora de los existentes y la consecución de nuevos recursos desde el exterior.
Respecto a cómo explotar los recursos, está relacionada tanto con la explotación
interna de acuerdo a la estrategia competitiva y/o corporativa cómo también a la
propia comercialización externa a otros agentes económicos.
A través de estas tres fases, las organizaciones obtienen un potente análisis interno que puede
poner de manifiesto las fortalezas y debilidades que servirán luego a la elaboración de
estrategias.
Podemos decir que una empresa tiene una ventaja competitiva cuando posee diferentes
características que la diferencian. Para que dicha característica sea considerada una ventaja
competitiva, debe reunir tres requisitos:
Las anteriores características solo constituyen una ventaja competitiva si se traducen en una
mayor rentabilidad para la empresa. En general, una ventaja competitiva se traduce en un
mayor margen para la empresa o en una mayor rotación de activos y por lo tanto una mayor
eficiencia.
La vía por la que una empresa alcanza una ventaja competitiva es la estrategia competitiva,
entendida como las acciones que lleva a cabo una empresa para enfrentarse a sus
competidores, tratando de alcanzar una ventaja competitiva.
Más difícil es mantener esa ventaja en el tiempo. En general puede decirse que cuanto mayor
sean las barreras a la imitación, menor sea la capacidad de los competidores para atacar la
ventaja y menor sea el dinamismo de la industria, mayor en la posibilidad de que una empresa
logre mantener una ventaja competitiva.
Según Porter, aunque las ventajas pueden provenir de múltiples factores, cualquiera de ella
conduce a alguna de las siguientes estrategias genéricas:
- Liderazgo en costes.
- Diferenciación de producto.
1- Emergente
2- Crecimiento
3- Madurez
4- Declive
Cada industria tiene un modelo de vida cíclica específico, por lo que el patrón evolutivo entre
industria varía considerablemente. Por ejemplo, los productos tecnológicos suelen tener ciclos
de vida cortos, mientras que productos de la industria de alimentación, confección,
construcción o transporte es muy difícil que entren en declive.
Analizaremos las características más importantes y las estrategias más convenientes para cada
tipo de industria en función de su ciclo de vida.
valor, la oficina central dispone de algunos elementos o instrumentos que puede desarrollar y
además existen diferentes estrategias o formas para crear valor en la empresa diversificada.
Estas son:
Los motivos más habituales por los cuales las empresas tienden a unirse son:
Muchas veces este proceso es una respuesta a la agrupación de otras empresas del sector, ya
que, si dos empresas se unen, el resto de las empresas queda en una situación muy
desfavorable para competir y la única manera de hacerlo es a través de la concentración entre
ellas.
Sin embargo, también existen dificultades de este proceso vinculadas a los procesos de
negociación y a la integración de los sistemas organizativo, cultural y productivo.
Una industria es global cuando la posición competitiva de una empresa guarda una estrecha
relación con la que mantiene en otros países. En este caso la empresa debe tener una visión
conjunta de la actuación de los distintos países. Una industria es multipaís cuando la
competencia en un país no guarda aparente relación con la competencia en otros países. En
este caso se puede competir de forma autónoma en cada país, porque los factores que
influyen varían país a país.
Siguiendo a Solver, los factores que influyen en la globalización de una industria son dos:
Cada empresa elegirá la estrategia que estime más adecuada para competir
internacionalmente, conociendo sus ventajas e inconvenientes para adaptarse de la mejor
forma posible a la tipología de industria en función de su grado de globalidad.
Una vez analizados la misión y los objetivos, analizado el contexto externo e interno y
planteadas las diferentes opciones estratégicas disponibles, la empresa se plantea la necesidad
de elegir una de las opciones identificadas para su adopción y puesta en marcha. Podríamos
decir que a partir de este momento comienza la implantación de la estrategia.
Este proceso empieza con la identificación de las distintas opciones estratégicas, incluyendo
dentro de ellas también la opción de “no hacer nada”, es decir, no introducir ningún cambio
estratégico. Esta estrategia no tiene que ser necesariamente viable, pero ayuda a comparar el
resto de las opciones con la situación actual.
Siguiendo a Johnson, los criterios para la evaluación de la estrategia pueden englobarse en tres
categorías:
- Adecuación: evalúa como cada opción aborda y resuelve la situación identificada en el
análisis estratégico. Se trata de comprobar como la estrategia aprovecha las fortalezas
de la organización y las oportunidades externas y evita las debilidades y las amenazas.
Así mismo se trata de ver en qué medida las estrategias se aproximan al cumplimiento
de la misión y de los objetivos definidos previamente. Algunos llaman a estos criterios
de consistencia o de racionalidad de las estrategias, de modo que representan una
primera selección para que aquellas que sean inadecuadas o inconsistentes serán
rechazadas. Esta evaluación de la adecuación puede llevarse a cabo desde dos
enfoques diferentes:
o Modelos estratégicos de carácter teórico.
o Observar la evidencia empírica a partir de empresas que han seguido
estrategias similares en contextos similares.
- Factibilidad: hace referencia a la consistencia o ajuste con la organización en la que va
a ser implantada. Trata de conocer las posibilidades reales de implantación, la
disponibilidad de recursos y capacidades necesarios y la adecuación del horizonte
temporal de los cambios previstos.
- Aceptabilidad: mide las consecuencias de adoptar una determinada estrategia, es
decir, si los resultados previstos son aceptables para los distintos grupos de interés
participantes. Es algo muy subjetivo, porque está fuertemente relacionado con las
expectativas de cada uno de los grupos de interés. Por lo tanto, es importante
identificar para quien debe ser aceptable. Una estrategia será aceptable en la medida
que mejore su situación, es decir que las expectativas en los beneficios superen los
costos derivados de la implantación. No existe una estrategia que responda
idealmente a las expectativas de todos los grupos, por lo que es importante analizar
los grupos y valorar las diferentes relaciones de poder existentes entre ellos. Los
criterios de la evaluación de la aceptabilidad son la creación de valor, el riesgo
financiero y la reacción de grupos de interés.
Aquella estrategia que cumpla con los tres criterios, será la elegida para su implantación. Si
más de una cumpliera, habría que establecer una jerarquía de acuerdo al mayor o menor
grado de cumplimiento de cada criterio y de la prioridad de cada uno de ellos.
En cualquier caso, los criterios propuestos son útiles para evaluar las alternativas a priori. Es
decir, la estrategia elegida debe cumplir con estos criterios para tener alguna posibilidad de
éxito. Es imposible demostrar a priori (incluso a posteriori) que una estrategia será optima o
que será un fracaso. Sin embargo, es posible detectar posibilidades o defectos de las
alternativas a través de los criterios propuestos.
El cambio de estrategia no suele ser lo más recomendable porque ello significa renunciar a las
mayores expectativas de resultados que puede implicar la nueva estrategia e incluso puede
derivar en un fracaso si mantiene la antigua estrategia.
Las opciones de ignorar la cultura y bordear los obstáculos, solo se podrían plantear si el
cambio estratégico no es muy importante o urgente. Por ello, en la mayoría de las situaciones
se debería optar por el cambio cultural, aunque sea complicado y arriesgado.
Las actuaciones específicas que la empresa debe emprender para fomentar el cambio cultural
deben estar orientados hacia los factores de contexto antes citados: externos, históricos e
internos. Sobre los externos no se puede influir, dado que son restricciones dispuestas por el
entorno. En cambio, si se puede actuar sobre los históricos y los internos. Respecto a los
históricos se pueden modificar los valores imperantes en el pasado mediante el desarrollo de
nuevos símbolos, rituales e historia que refuercen los nuevos valores. En cuanto a los internos,
el comportamiento de la alta dirección y las políticas de RR.HH. debe reflejar los nuevos
valores, se debe revisar la estructura organizativa vigente mediante la creación de unidades
organizativas y/o eliminación o reagrupación de las existentes.
De todas maneras, es importante señalar que el cambio cultural es lento, costoso y difícil. La
estrategia se elige por una decisión interna, pero la cultura tiene vida propia y no puede ser
modificada simplemente por una decisión.
Capítulo 16: el control estratégico
El control estratégico tendrá dos partes fundamentales que son el control de implantación y el
control de estrategia:
El proceso de control finaliza con la adopción de decisiones que permitan corregir las
deficiencias detectadas e introducir los cambios requeridos para que la organización pueda de
forma eficaz y eficiente alcanzar sus objetivos. Esa decisión puede consistir en el cambio de
una variable (como el precio de un producto) o en la reorientación de la estrategia adoptada.