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El Método Histórico, como arte aplicado a la investigación de cuestiones de

improbable existencia (El Paititi, Jesús-Dios, El Ukumar o Maricoxi, Las

Amazonas, El Dorado, La Ciudad de los Césares, Akakor, etc.)

Caso Muestra: “El criterio de dificultad y otros métodos usados para

determinar la historicidad de Jesús” por Jorge Álvarez, fecha de la entrada

7 sep, 2020.

En un pequeño ensayo titulado desde el Jesús de la historia al cristo de la fe, el

profesor y teólogo Lorenzo Vicente Burgoa plantea la dicotomía o afinidad

entre ambas dimensiones de ese personaje y pregunta: «¿Qué fundamento

histórico podemos encontrar para que la creencia religiosa cristiana tenga un

mínimo de “credibilidad racional” y no se convierta en una fe piadosa basada

en una leyenda?»

La respuesta, en parte, se encuentra en el método histórico; pero éste tiene sus

limitaciones cuando apenas hay pruebas documentales y ninguna

arqueológica. ahí es donde algunos recurren a determinados criterios.


El criterio de dificultad

El primero es el de dificultad, un tipo de análisis crítico basado en conceder

credibilidad a un hecho que en principio no parecería tener veracidad, ya que

quien lo reseñe no tendría razón para inventárselo al poder quedar en mal

lugar. aplicado a la historicidad de Jesús y a las fuentes disponibles sobre el

tema, que fundamentalmente son los evangelios, consiste en someter a dicho

criterio las situaciones que sobre él se cuentan en ellos o, al menos, aquellas

más embarazosas y controvertidas.

Un ejemplo típico es de la crucifixión, sistema de ejecución que los romanos

aplicaban a los reos sin ciudadanía sentenciados a pena capital que eran de

bajo estatus social, y que además de terrible resultaba infamante por sus

condiciones, pues el condenado era crucificado desnudo y al tardar días en

morir se hacía las necesidades encima y públicamente. todo lo cual

demostraría, según el criterio de dificultad, que la muerte de Jesús en la cruz

fue real por parecer improbable que sus seguidores inventasen algo así.
De hecho, hay más episodios de la vida de cristo que suelen ser sometidos al

criterio de dificultad para tratar de apuntalar su historicidad ante la escasez de

datos. es el caso de su bautismo por juan el bautista, personaje éste caído en

desgracia ante Herodes Antipas, el tetrarca de Perea y Galilea, en un encuentro

que sólo narra explícitamente el evangelio de lucas. no obstante, es interesante

citar otra vez a Vicente Burgoa para matizar la diferenciación entre el Jesús

real y el Jesús histórico; al primero no es posible conocerlo por las fuentes,

como sí al segundo… aunque eso, advierte, es aplicable a todos los personajes

de la antigüedad.

Por supuesto, el criterio de dificultad no sirve para asegurar ni demostrar sino

únicamente para establecer una probabilidad histórica. Se empezó a usar como

expresión a finales del siglo xix y, con el paso del tiempo, se le han señalado

algunas limitaciones que lo obligan a ser utilizado en combinación con otros

criterios, dado que normalmente no se aplica de forma general sino a temas

muy concretos relacionados con el nuevo testamento en general y la vida de

Jesús en particular, ambos escasos de datos. No es descartable, pues, la

posibilidad de una construcción artificial buscando generar una reacción

concreta.
En ese sentido, ha de complementarse con otros, igualmente derivados de la

epistemología crítica.

El criterio de discontinuidad

Es el caso del criterio de discontinuidad, basado en otorgar veracidad a hechos

reseñados que eran poco habituales en la época y, en principio, no sería lógico

que el autor los hubiera inventado.

En el ejemplo de cristo, sería reseñar, entre otras cosas, que comía con

publicanos y pecadores, tenía mujeres entre sus discípulos o llamaba Abbá

(papá) a dios, todo lo cual le hubiera presentado como demasiado

estrambótico, dificultando la difusión del cristianismo. eso sí, se trata de algo

interpretable también a la inversa y por eso debe usarse con cuidado y sentido

crítico.

El criterio de testimonio múltiple o de referencias cruzadas


El criterio de testimonio múltiple o de referencias cruzadas consiste, como se

deduce de su nombre, en la credibilidad de un evento derivada de la multitud

de testigos independientes y, a ser posible, en más de un género literario

(parábola, profecía, aforismo…). en el caso de Jesús.

Tenemos todos los documentos que le mencionan en el nuevo testamento

(aunque la independencia de algunos sería discutible debido a que, por

ejemplo, los evangelios sinópticos tienen toda una misma fuente, conocida

más los de otras fuentes documentales (como Antigüedades de los Judíos, de

Flavio Josefo, o Anales de Tácito).

Este criterio no tiene que aplicarse necesariamente sobre todo el conjunto

biográfico y debe estar sometido, a su vez, a la fiabilidad de esas fuentes.

Actualmente hay un par de criterios complementarios de éstos.

El criterio de conformidad o coherencia

Uno es el llamado de conformidad o coherencia, que pone a prueba el encaje

de lo narrado en su contexto histórico, analizando si otros hechos relativos al

personaje concuerdan con su perfil y refuerzan su posible carácter verídico.


otro, el criterio de rechazo y ejecución, es prácticamente una forma concreta

del anterior porque determina qué hechos o dichos pudieron ser históricos

según su congruencia con el devenir del personaje.

Criterios diseñados a la medida del problema investigado

Vicente Burgoa cita algunos criterios más que considera secundarios frente a

los anteriores y tienen un carácter más técnico y específico: huellas del arameo

(la lengua que se hablaba en palestina entonces), ambiente palestino

(condiciones políticas, sociales, económicas y culturales), viveza narrativa

(detalles que revelan la presencia del testigo), tendencias evolutivas de la

tradición sinóptica (difícil, al ignorarse la citada fuente común) y presunción

histórica (en caso de duda se considera cierta la historicidad mientras no se

demuestre lo contrario; algo muy discutible).

Burgoa todavía desgrana otros dos que considera útiles, siempre que se

discutan y depuren debidamente. el de un testimonio injustificable plantea que

un narrador pudo saber de un hecho si ni él ni sus contemporáneos fueron

testigos por ser algo sobrenatural o íntimo, poniendo como ejemplo la


resurrección de Jesús, deducida de testigos indirectos: los que vieron el

sepulcro vacío y los discípulos a quienes se apareció resucitado.

El criterio de silencio incomprensible

El criterio de silencio incomprensible analiza el que todos los narradores

guarden un silencio total sobre hechos, que, de ser ciertos y públicos, deberían

haberse indicado siquiera indirectamente; es lo que pasa con el presunto

celibato de Jesús, del que apenas se habla en el nuevo testamento.

Juntando todo lo dicho hasta ahora, el catedrático de la universidad

complutense Antonio Piñeiro, filólogo bíblico y clásico, considera que los

evangelios resultan tan problemáticos y contradictorios -incoherentes incluso-

que «no pueden concebirse como una mera falsificación de una o varias

manos» y que «sólo se sustentan como obra si se piensa que existió un Jesús

de Nazaret real, del que se contaron muchas historias y del que se repitieron

muchos dichos, que fue luego reinterpretado por diversas gentes, y que más

tarde fue repensado de tal modo que resultó divinizado, convirtiéndose en

Jesucristo».
La navaja de Ockham

Piñeiro también aplica la famosa navaja de Ockham al explicar que «es mucho

más económico, sencillo y plausible aceptar la existencia histórica de Jesús

que lo contrario», aunque ello no es incompatible con que «haya sufrido

múltiples idealizaciones y transformaciones»

Añadiendo que «en pura historia, es muchísimo más fácil explicar por qué

surgió el cristianismo si Jesús de Nazaret existió en verdad,

independientemente del grado de idealización de su figura, que si se informara

que este personaje es una mera ficción literaria, un invento». Pero eso es algo

que se sale un poco del tema del artículo.

Volviendo a los criterios, unos y otros quedan siempre sujetos al mencionado

método histórico, la auténtica base de la investigación.

Se trata del conjunto de técnicas, procedimientos y disciplinas auxiliares

(arqueología, epigrafía, paleografía, diplomática, antropología, genealogía,


numismática, etc.) en que se apoyan los historiadores para acometer las tres

fases correspondientes del método.

1.-Erotética: Definición del tema, formulación de preguntas y desarrollo de

un programa de trabajo. 2.-Heurística: búsqueda y recopilación de fuentes

documentales con su correspondiente análisis y crítica, y Redacción: De la

síntesis historiográfica para su publicación, no sólo para divulgarla sino

también para someterla a debate “científico” (dialéctico).

Fuentes

Desde el Jesús de la historia al cristo de la fe (Lorenzo Vicente Burgoa)

¿Existió Jesús realmente? (Antonio Piñeiro en Desperta Ferro)

The criteria for authenticity in historical-Jesus (Stanley E. Porter)

Jesus, criteria, and the demise of authenticity (VVAA)

The quest for the plausible Jesus. the question of criteria (Gerd Theissen y

Dagmar Winter)
Wikipedia

https://www.labrujulaverde.com/2020/09/el-criterio-de-dificultad-y-otros-

metodos-usados-para-determinar-la-historicidad-de-jesus?

fbclid=iwar3dftuwhsdtsfnmjipztuccsri9peylm0vfdmpo9v4i2liunomscjtsxny

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