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Ideas principales sobre la investigación de la vida de Jesús

Por: Cristian Camilo Gómez Correa

Curso de Cristología

Docente: Diego Fernando Bedoya Bonilla

Fundación Universitaria Luis Amigó

Medellín

2015
1. La “antigua investigación” -la “Old Quest”- sobre Jesús (finales del s. XVIII-1953)
a. Un Jesús despojado del Kerygma de la Iglesia
La Old Quest surge en el intento de dar respuestas ante el racionalismo liberal iluminista,
realidad vivida en Alemania. Hasta este momento -Mediados del siglo XVIII- nunca se
había cuestionado la historicidad de los evangelios. Es entonces ante el movimiento
filosófico al que el protestantismo alemán trata de contra responder ante las presiones, trata
de hacerlo con los mismos zapatos del racionalismo liberal. Hermann Samuel Reimarus es
el primero en arrancar de la mano con el pensamiento racionalista; él postula a Jesús como
un libertador con intereses políticos, que termina fracasando en el intento de liberar a su
pueblo. Y sus discípulos ante la decepción se inventaron toda una historia magnifica con
sentido apocalíptico para justificar sus comportamientos. Por este motivo los evangelios no
hablan de Jesús sino de lo que a los apóstoles les intereso, por tanto no son fuentes fiables.
Después de Reimarus vienen tres momentos en los que desde diferentes perspectivas se
trata de dar una respuesta racional a las hazañas de Jesús descritas en los evangelios,
descartando toda posibilidad sobrenatural. Esto desencadena varias hipótesis desde la
explicación racional “lógica pero absurda” o hasta la afirmación de que “los hechos no
razonables simplemente fueron invenciones sin fundamento histórico”.
Un giro en esta etapa de la investigación viene dada por David Friedrich Strauss,
predecesor de Bultmann. Strauss le da la categoría de míticos a los evangelios porque son
narraciones que tienen elementos que van en contra de las leyes de la naturaleza, al tratar de
dar razón de algo real que al no tener una explicación racional, se opta por pedir ayuda al
lenguaje de lo sobrenatural. Se diferencia de Reimarus en que no niega los hechos sino que
la transmisión de estos se acomodan al lenguaje de las personas de la época, por lo tanto los
evangelios no son relatos históricos, tampoco engaños, pero si tienen un trasfondo
histórico.
Otro momento de esta investigación es cuando se hace un giro de la vida y los milagros de
Jesús hacia las cuestiones sobre las relaciones entre los evangelios sinópticos y el orden
cronológico en que fueron escritos. Surge en 1838 la hipótesis de que el evangelio de
Marcos no era un resumen de los otros dos como se creía por la iglesia sino que sirvió de
fuente a ambos junto con una colección de dichos de Jesús denominada Fuente “Q” , se
creía que solo así se podría reconstruir la vida de Jesús. Luego ante el intento de unos
teólogos protestantes en reconstruir la personalidad de Jesús para liberarse del dogma de la
iglesia católica, surge la contratesis de que Marcos no era una fuente histórica sino que
también tenía intereses teológicos y de carácter fragmentario lo que imposibilita la
construcción de la personalidad de Jesús.
b. Un Kerygma despojado de Jesús y de su historia.
El último segmento de la “Old quest” viene protagonizado por Rudolf Bultmann quien
recoge todos los estudios posteriores de Strauss, Kähler y Wrede para radicalizarse en la
cúspide de la separación del Jesús histórico y el Cristo de la fe. Para Bultmann la
importancia esta en el Cristo de la fe. Afirma que el Kerygma se da a pesar de Jesús y que
este no importa para la fe porque este personaje es construido en los evangelios por las
vivencias independientes de cada comunidad que respondían una necesidad; Jesús es
simplemente una ocasión de la que Dios se vale para llenar de sentido la vida del hombre a
través del Kerygma, pero ningún hecho del Jesús histórico tiene importancia teológica. Es
entonces la comunidad postpascual la fuente del Kerygma.

2. La “nueva investigación” -la New Quest- sobre Jesús (1953-1980)


Tras las conclusiones de Bultmann que dejan grandes vacíos, diversos teólogos suscitan un
interés por encontrar al Jesús histórico, pero esta vez sin prescindir del Kerygma.
Käsemann, uno de los discípulos de Bultmann, es quien origina la nueva pregunta por el
Jesús histórico. Para él, el Kerygma está fundamentado en la fe de la comunidad pascual
pero también en el Kerygma anunciado por Jesús. Entonces la investigación debe de girar
en torno a la continuidad de lo dicho por Jesús entre lo proclamado por los apóstoles
teniendo como fuentes los evangelios aunque existan profundos vacíos en los datos que se
recojan se podrá ir vislumbrando una imagen más clara del Jesús histórico.
Otro personaje de gran importancia en este segundo momento es J. Jeremías, un polo
opuesto a Bultmann, y es quien acuña los términos “ipsissima verba et facta Jesu” con lo
que quiere decir que es posible encontrar los mismos hechos y palabras de Jesús puesto que
aunque el Kerygma se fundamenta en también en la fe de la comunidad pascual, su origen
indiscutidamente está en las palabras y hechos de Jesús. En conclusión historia y Kerygma
son inseparables.
Un elemento que ayudo a superar a Bultmann fue la aparición de la Redaktionsgeschichte
(RG) y de nuevos presupuestos hermenéuticos que ayudan solucionar las cuestiones
dejadas por el método exegético de la historia de las formas. Gracias a esto la investigación
comienza a tener en cuenta temáticas como “averiguar la naturaleza y el grado de
continuidad que una a la comunidad prepascual con la postpascual, la conciencia que la
primitiva comunidad tenía de su relación y fidelidad histórica con Jesús y el
reconocimiento de que los evangelistas no son meros ensambladores de formas literarias
sino que tienen un papel teológico importante en la composición de los evangelios”
La fijación de los llamados criterios de historicidad para dejar unas pautas claras a la hora
de investigar con el fin de determinar los hechos que son indudablemente históricos, los
que posiblemente pudieran serlo y los que no.
La New Quest logra superar el escepticismo Bultmanniano, logra nuevos avances y a su
vez deja nuevas limitaciones. Un punto importante esta etapa es que se tiene como únicas
fuentes de acceso a Jesús los evangelios.
3. La “tercera investigación” -la Third Quest- sobre Jesús (1980-…)
Un aspecto que me interesa resaltar de esta tercera cuestión es que ha alcanzado un gran
avance a la hora de hablar de “certezas históricas”. Hoy los investigadores tienen certezas
que sirven de criterio o de puntos de referencia en sus trabajos; certezas que han sido
definidas a través del múltiple trabajo y la evolución que se ha manifestado en toda la
investigación cristológica en los últimos tres siglos.

En cuanto a los criterios de investigación es notable que cada autor decide qué elementos
tomar en el desarrollo de sus obras y lo mismo sucede con el uso de fuentes apócrifas como
extrabíblicas. Pero no se puede desvalorar el avance que se tiene en esta tercera
investigación al cuestionar los criterios de autenticidad histórica de la New Quest y es otro
gran paso también el considerar como fuentes para la reconstrucción del Jesús histórico el
evangelio de Tomás y la importancia que se le otorga a la fuente Q

La interdisciplinariedad, la interconfesionalidad y la secularización de la investigación, sin


duda facilitan la reconstrucción histórica de Jesús, puesto que se delimitan los intereses
propios de cada grupo o disciplina; sin embargo es un avance, pero no se erradica
totalmente la permeabilización de las ideologías humanas con lo que pudieran ser los
hechos concretos.

En esta tercera cuestión el enfoque en el Jesús histórico es el interés más representativo. Ha


sido una exhaustiva tarea que aun continúa la investigación, el colocar a Jesús en su
contexto histórico, los avances de los métodos en investigación histórica permiten
reconstruir el ambiente en el cual Jesús vivió, teniendo en cuenta aspectos culturales,
religiosos, sociológicos, etc. De la época, sin duda nos permite acercarnos más a él porque
otro avance de esta cuestión es la certeza de que Jesús es un hombre completamente judío,
totalmente inmerso en su entorno; entonces si reconstruimos su ambiente esto nos ayuda a
reconstruir en comparación critica con las fuentes, una imagen con mayor nitidez de aquel
hombre.

Un aporte importante fue el de otorgarle a los evangelios el calificativo de biográficos. Las


investigaciones demuestran que el estilo y las características que presentan por ejemplo el
evangelio de Lucas y de Mateo cumplen con los criterios que se tienen para catalogar a un
relato en el género literario Bíoi (vidas) a la manera de los relatos biográficos antiguos del
mundo greco-romano. Esto significa que si existe un verdadero interés en los evangelios de
transmitir hechos históricos sobre Jesús y que las historias allí contenidas no son
simplemente invenciones de las primeras comunidades cristianas.

El derrotero de esta investigación seguirá marcado por la pregunta que hoy sigue
inconclusa pero que con ayuda de las certezas ya alcanzadas abre las posibilidades a una
respuesta que tal vez marque el fin de esta tercera cuestión y el comienzo de una cuarta;
¿qué relación existe entre historia y fe? Encontrar el punto donde se conectan estas dos
realidades y entendiendo cómo se relacionan, marcaría indudablemente la forma en cómo
comprendemos el misterio de “Jesucristo”.

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