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En Potosí hallan una bolsa de hace mil años que

revela las drogas que consumían los indígenas


Por Share Bolivia
-
mayo 7, 2019

Un equipo internacional de arqueólogos ha descubierto enterrada en una


cueva de los Andes bolivianos una bolsa de cuero de mil años de
antigüedad con un contenido sorprendente. En su interior, hay rastros de
distintas drogas como la ayahuasca, un potente brebaje alucinógeno, e
incluso cocaína, lo que demuestra que los indígenas del Amazonas también
recurrían a sustancias alucinógenas para perder la cabeza de vez en cuando.
Tan potentes son que sus consumidores podían sufrir alucinaciones
intensas y la sensación de abandonar el cuerpo en viajes psicodélicos.

El hallazgo de un paquete ritual de cuero con una bolsa hecha con tres
hocicos de zorro cosidos juntos y varios artefactos para consumir las drogas
fue realizado por los arqueólogos Juan Albarracín-Jordán, de la Universidad
Mayor de San Andrés en Bolivia, y José Capriles, de la Universidad Estatal de
Pennsylvania, en la Cueva del Chileno, a 13.000 pies de altura en la
región del altiplano de Lipez (Potosí), en el suroeste de Bolivia, donde
deambulan llamas y alpacas. El paquete se remonta a la civilización pre-Inca
Tiwanaku, que dominó el sur andino desde aproximadamente los años 550
hasta 950 de nuestra era.

Melanie Miller, del Centro de Investigación Arqueológica de la Universidad de


California en Berkeley, fue la encargada de averiguar qué era en realidad el
material vegetal en el interior de la bolsa. El análisis químico de un raspado
del cuero y de una muestra de planta, llevado a cabo con una sofisticada
técnica llamada cromatografía líquida-espectrometría de masas en tándem,
dejó a los investigadores noqueados. Dio positivo al menos en cinco
sustancias psicoactivas de origen vegetal: dimetiltriptamina
(DMT) y harmina, compuestos activos clave en la ayahuasca, y trazas
de bufotenina, cocaína y benzoilecgonina. Varias combinaciones de
estas sustancias producen alucinaciones poderosas que alteran la mente.

Esta es la primera evidencia de que los antiguos sudamericanos combinaban


diferentes plantas medicinales para producir una sustancia poderosa como la
ayahuasca», señala Miller, autora principal del estudio, publicado esta
semana en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias
(PNAS).

Según la investigadora, el descubrimiento se suma a una creciente suma de


evidencias del uso de plantas psicotrópicas rituales que se remonta a
milenios. «Nuestros hallazgos respaldan la idea de que las personas han
estado usando estas poderosas plantas durante al menos 1.000 años,
combinándolas para emprender un viaje psicodélico, y que el uso de
ayahuasca puede tener sus raíces en la antigüedad», señala.

Un chamán viajero

Además de la bolsa de hocico de zorro, el paquete de cuero


contenía «tabletas de aspiración» de madera talladas de forma intrincada
y un «tubo de aspiración» con trenzas de cabello humano adheridas, para
inhalar sustancias tóxicas; espátulas de hueso de llama; una colorida banda
textil tejida y material vegetal seco. Todos los objetos estaban en buenas
condiciones, debido a las condiciones áridas de las tierras altas andinas.

Aunque la cueva donde se encontraron los artefactos parecía ser un sitio de


entierro, la excavación allí realizada no reveló restos humanos. Además, las
plantas que se encuentran en el paquete no crecen a esas alturas, lo que
sugiere que el propietario del paquete pudo haber sido un chamán viajero u
otro experto en los rituales con plantas psicotrópicas, o alguien que formó
parte de una extensa red comercial de plantas medicinales.
Muchas de estas plantas, si se consumen en la dosis incorrecta, podrían ser
muy tóxicas», apunta Miller. Quien fuera el propietario de este paquete
tendría que haber tenido un gran conocimiento y habilidades sobre
cómo usar estas plantas, y cómo y dónde obtenerlas.

Reinos sobrenaturales

De particular fascinación para Miller es la bolsa hecha de tres hocicos de


zorro. Ella la describe como «el artefacto más asombroso con el que he tenido
el privilegio de trabajar». «Hay civilizaciones que creen que, al consumir
ciertas plantas psicotrópicas, puedes encarnarte en un animal específico para
ayudarte a alcanzar reinos sobrenaturales,y tal vez un zorro esté entre
esos animales», explica Miller.

La ayahuasca se elabora a partir de la elaboración de las vides de


Banisteriopsis Caapi y las hojas del arbusto chacruna (Psychotria viridis). Las
hojas liberan DMT y las vides liberan harmina, y ahí radica el secreto de su
efecto. «La DMT con triptamina produce alucinaciones intensas y vívidas que
pueden durar de minutos a una hora, pero combinada con la harmina, puede
tener estados alterados de conciencia prolongados fuera del
cuerpo con percepciones alteradas del tiempo y del yo», apunta Miller.

Una vez que los medicamentos surten efecto, los usuarios de ayahuasca
generalmente entran en un estado purgante, lo que significa que vomitan
mucho. Aunque el uso de esta sustancia está actualmentede moda entre
los técnicos de Silicon Valley, las celebridades de Hollywood y los
buscadores de despertar espiritual en todo el mundo, Miller dice que estos
últimos descubrimientos arqueológicos revelan que la ayahuasca tiene en
realidad una historia muy antigua.

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consumian-los-indigenas/

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