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Melany Saldaña
Tercer Semestre P1
31 de Octubre de 2019
Resumen
Ser un mal historiador es más fácil que ser un buen historiador. En una rama tan
estática y dinámica a la vez la capacidad de desarrollar una historia crítica es más difícil de
lo que parece. Las muestras de fuentes históricas cegadas o meramente compilativas
aceptando una posición única frente a un hecho que es dinámico en tiempo y espacio son
solo uno de los aspectos que hay que corregir para dejar atrás la historia positivista y
meramente descriptiva.
Desarrollo
El actual empleo de la historia esta encasillada a lo aburrido, ¿por qué? Este aspecto
ha sido acogido por los estudiantes de la misma debido a la mera descripción que concibe.
Un cuento en prosa donde hay que resaltar protagonistas, fechas y hechos relevantes no es
historia, es una mera repetición del discurso de siempre donde se obvia el contexto,
influencias, objetivos y la relevancia del pasado en la configuración del presente. Pero el
aspecto determinante en esta incapacidad para el análisis y la crítica de la historia es la falta
de inocencia en la historia, ya que la tendencia política maneja directamente la opinión y el
enfoque de la historia. ¿Acaso hay una historia que dicte el papel de los pequeños grupos
desde su protagonismo? O ¿La propagación de la historia es de carácter individual por cada
territorio?
Como si no fuese suficiente, otro de los aspectos que han determinado la mala
compresión histórica es el anacronismo. La historia carece de una actualización de los
enfoques, del personaje. Si se adapta o se emplea una situación similar a la del pasado, por
más igual que parezca el contexto en el que se desarrolla. Por lo que es muy relevante
comprender el tiempo histórico y el impacto que los hechos han podido cambiar la mente
de los individuos de una sociedad. De este modo, no se debe pretender la igualdad de
condiciones para evitar un hecho que ha dado lugar en el paso.
En base a aquello también se debe analizar que el tiempo no es estático. El tiempo
cronológico es el camino en el que el tiempo histórico nos detalla comprensiones y sobre
todo relaciones entre los hechos con el fin de determinar causas, consecuencias, impactos,
etc. Se debe considerar que el tiempo dinámico es aquel en el que ocurren distintas cosas al
mismo tiempo en distintos lugares. Por lo que, en la escritura de la historia, un hecho
contextuado temporalmente y rescatando la situación de otros puntos críticos en ese
momento se contempla de distinta forma los hechos. Es así como en la redacción histórica
es necesario un “mientras tanto en”.
Es aquella pauta de la evolución la que marca el cuarto aspecto que se debe tomar
en cuenta. El problema con el tiempo desemboca en el problema de determinar el progreso
en base a meras compilaciones bajo la sombra de las potencias mundiales. Por lo que el
verdadero problema es creer que bajo el papel que desempeñemos en el bloque económico
es el que determina nuestro progreso. Este aspecto se ve reflejado en la producción de
arquitectura y arte, las cuales en países como el nuestro han pretendido adaptar el estilo de
las potencias dominadores. ¿Realmente el progreso tendría que significar la copia de estilos
ajenos? La falta de producción nacional, la falta de estilos autóctonos y la incapacidad de
crear sin el referente mundialista que es la arquitectura lucrativa son las variantes de
nuestro camino evolutivo. Por lo cual, es justo destacar el papel de la investigación y la
necesidad de dejar de ser países de aplicación para convertirnos en países productivos.
Referencias
Aguirre, C. A. (2005). Antimanual del mal historiador o cómo hacer una buena historia