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ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN PROFESIONAL

POLICIAL

ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR TÉCNICO


PROFESIONAL PNP AMAZONAS

TÍTULO DE PROYECTO:

LA DELINCUENCIA JUVENIL

AUTOR:

ESTUDIANTE 2DO AÑO PNP: Jhon Alex FERNANDEZ CASTAÑEDA

Especialidad Investigación Criminal

DOCENTE:

Dra. María Magdalena Izquierdo Suárez (ORCID: ORCID: 0000-0002-9908-654)

UTCUBAMBA – PERÚ

OCTUBRE - 2022

PLAN DE INVESTIGACIÓN
DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN.

La situación de la delincuencia juvenil es un tema que en los últimos años


ha cobrado mayor preocupación en la ciudadanía, dado los incrementos de
los índices de victimización y percepción de inseguridad, y, por ende, la
presión hacia los gobiernos de turno quienes en muchos casos se ven
obligados a implementar apresuradas agendas para la atención de la
problemática. También las ciencias sociales se han ocupado del tema,
desde diversas perspectivas o enfoques.

“El problema de la delincuencia juvenil y el crecimiento del delito es qué


duda cabe uno de los principales problemas de nuestro país. De hecho, en
los últimos tiempos las estadísticas de la criminalidad o las encuestas que
miden la percepción ciudadana dan cuenta, de un lado, de que se está
produciendo un serio empeoramiento del problema, y de otro lado, que las
autoridades tienen muy pocas ideas de cómo enfrentar este fenómeno, el
cual puede inclusive ir aparejado de un sustancial conocimiento del mismo.
En este asunto el panorama no es el mejor” (Huaytalla, 2017: 13).

A nivel Nacional A nivel nacional, la participación comunitaria ha tomado un


cariz de gran importancia dentro de la seguridad ciudadana donde tiende a
expandirse en cada región de manera teórica y planificada sus acciones sin
embargo la ejecución falta concretarse para alcanzar los objetivos de
seguridad ciudadana para controlar la delincuencia juvenil en todo el país.

En el Perú, mediante Ley 27933, promulgada el 11 de febrero del 2003, se


crea el Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana (Sinasec), que
constituye un conjunto interrelacionado de organismos del sector público y
la sociedad civil, y de normas, recursos y doctrina; orientados a la
protección del libre ejercicio de los derechos y libertades, así como a
garantizar la seguridad, paz, tranquilidad, así como el cumplimiento y
respeto de las garantías individuales y sociales a nivel nacional. En este
contexto, dentro del marco de esta ley, se considera a la seguridad
ciudadana como la acción integrada que desarrolla el Estado para la

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delincuencia juvenil, con la colaboración de la ciudadanía, para asegurar la
convivencia pacífica, la erradicación de la violencia y la utilización pacífica
de las vías y espacios públicos, así como para contribuir a la prevención de
la comisión de delitos y faltas.

Dentro del SINASEC se crea el Consejo Nacional de Seguridad


Ciudadana (Conasec), que constituye el órgano máximo encargado de la
aprobación, conducción y evaluación de las políticas de seguridad
ciudadana. Cuenta con autonomía funcional y técnica, es presidido por el
Ministerio del Interior y depende directamente de la Presidencia de la
República.

En el Perú, de acuerdo con el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana


2013- 2018, se detallan las instituciones que brindan servicios esenciales
de seguridad ciudadana y las que ofrecen servicios de apoyo de seguridad
ciudadana. La Sociedad de Comercio Exterior (Comex Perú) advirtió que el
alto nivel de inseguridad que se está registrando en el país está afectando
las inversiones.

Según Fruhling y Tulchin (2005), entre los factores sociales más


destacados están la desigualdad en los ingresos, el acceso a las armas de
fuego, los efectos de la guerra, la debilidad de los controles institucionales,
en particular la fragilidad de los sistemas judiciales y policiales, las normas
culturales y, a la vez, los niveles de pobreza y la historia de violencia. Las
normas sociales y culturales también son un determinante básico del
comportamiento. Así mismo, señalan que la violencia se entrecruza en el
tejido cultural de muchas sociedades y se convierte en parte de un conjunto
de normas que guía en el comportamiento y ayuda a moldearlas
identidades de grupo.

La delincuencia juvenil y la inseguridad ciudadana son los problemas


principales en el Perú, los niveles delictivos se han ido elevando en los
últimos años hasta este 2022 en donde los foráneos visitantes del hermano
país de Venezuela llena de noticias de una delincuencia distinta a lo que el

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Perú conocía. En el país se ha dado pasos importantes en materia de
seguridad ciudadana, en el año 2002, se emprendieron algunos avances y
se incorporó como política de Estado “la erradicación de la violencia y el
fortalecimiento del civismo y de la seguridad ciudadana”, promulgándose la
Ley Nº 27933, Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana, siendo
el máximo organismo de este Sistema el Consejo Nacional de Seguridad
Ciudadana-CONASEC, integrado por instituciones públicas y de la
Sociedad Civil, creado para formular, conducir y evaluar las políticas de
Seguridad Ciudadana.

Modelo causal del comportamiento antisocial adolescente.

Es importante ir aclarando las preocupaciones y presiones que surgen


desde la ciudadanía, las respuestas en el campo de las políticas públicas y
los avances en las ciencias sociales.

A NIVEL MUNDIAL O INTERNACIONAL.

A nivel mundial, la participación comunitaria se considera como un factor


de gran importancia dentro de la delincuencia juvenil; se puede apreciar
que en Europa se hace respetar la acción pública para alcanzar el objetivo
de la seguridad ciudadana.

Dentro de ella, países como Gran Bretaña, Francia y España se


constituyen en baluartes de la participación comunitaria que apuntan a
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emplear la participación comunitaria para mejorar la planificación y
ejecución de las políticas de seguridad ciudadana.

El número de personas muertas por la delincuencia supera con creces al


de las víctimas fatales de las guerras y los conflictos, reveló un nuevo
estudio de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, que busca
ayudar a elaborar estrategias que prevengan esos asesinatos. De acuerdo
con el estudio una de las regiones más peligrosas fue Centroamérica.

En 2017 se registraron en el mundo unos 464.000 asesinatos, una cifra que


quintuplicó los 89.000 decesos ocurridos como consecuencia de conflictos
armados durante el mismo año, según los datos divulgados este lunes por
la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

El “Estudio Global de Homicidios 2019” analiza los crímenes relacionados


con violencia de género, violencia de pandillas y otros tipos de asesinatos
con la intención de ayudar a elaborar estrategias que prevengan esas
muertes y reduzcan la tasa de homicidios.

El director ejecutivo de la UNODC, Yury Fedotov, recordó que los países se


han comprometido a reducir todas las formas de violencia y las muertes
que ésta provoca para cumplir con las metas de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible en 2030.

“Este informe ofrece ejemplos importantes de operativos comunitarios que


han ayudado a mejorar sustancialmente algunas áreas afectadas por la
violencia, las pandillas y el crimen organizado”, dijo Fedotov.

De acuerdo con el estudio una de las regiones más peligrosas fue


Centroamérica, donde los homicidios alcanzaron 62,1 por cada 100.000
personas en algunos puntos.

Asia, Europa y Oceanía, en cambio, resultaron las zonas del mundo más
seguras durante el periodo estudiado con una tasa de homicidios de 2,3, 3

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y 2,8 por cada 100.000 habitantes, respectivamente. Estos indicadores
estuvieron muy por debajo del promedio global de 6,1 asesinatos por cada
100.000 personas.

En África, esa tasa fue de 13, mientras que en el continente americano


llegó a 17,2 en 2017, la cifra más alta desde que se empezó a llevar un
registro riguroso en 1990.

La UNODC destacó que los homicidios globales aumentaron de 395.542 en


1992 a 464.000 en 2017, aunque aclaró que, si se toma en cuenta el
incremento de la población, el riesgo de morir asesinado disminuyó durante
el mismo periodo y que esos decesos cayeron de 7,2 a 6,1 por cada
100.000 habitantes.

A NIVEL REGIONAL O AMÉRICA LATINA.

El presente proyecto se enfoca al estudio de la delincuencia juvenil en


América Latina, en principal Venezuela y México, cuyo índice más alto de
infracción es cometido por jóvenes, distinguiendo su problemática y los
factores que conlleva a inclusión del joven, enfocado doctrinario y en base
a las directrices emanadas de la Organización de las Naciones Unidas,
utilizando una metodología, conforme una investigación documental
jurídica, donde se concluyó que los factores principales que ocasiona la
delincuencia juvenil, son los biológicos comprendida la constitución
orgánica y psíquica del niño; los personales por la ocurrencia de
enfermedades congénitas y no genéticas,; los posteriores al nacimiento
producto de la conducta generada de las personas que lo rodean; los
factores sociales o exógenos, constituido de la desorientación estructural
familiar, la pobreza, la falta de vivienda, educación, entre otros,
desprendiéndose que la prevención es el medio idóneo para disminuir el
delito de los jóvenes en la sociedad.
Descriptores: Delincuencia, Juvenil y America Latina.

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Análisis bioecológico del comportamiento antisocial durante la adolescencia.

A NIVEL NACIONAL.

En Perú, como en toda Latinoamérica, el alto grado de inseguridad


generado por la violencia y la delincuencia juvenil obstaculizan el
crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Sin embargo, la falta
de datos precisos impide formular en forma adecuada el problema. En el
caso de Perú este asunto es, al parecer, particularmente grave. Aunque no
existen estudios concluyentes al respecto, se estima que sólo el 25% de los
actos delictivos son denunciados.

Por otro lado, los estudios realizados hasta el momento para el caso
peruano han incidido en una u otra manifestación violenta o criminal para
sugerir así los niveles de inseguridad imperantes. Asimismo, gran parte de
las inquietudes se han focalizado en el ámbito de Lima Metropolitana.
Estos enfoques si bien son valiosas contribuciones no dejan de ser
parciales. Este documento busca suplir estos vacíos.

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En ese sentido ha reunido y ordenado la información oficial disponible
tratando de darle coherencia estadística mediante el levantamiento de
índices. También ha interrelacionado las diversas manifestaciones de
violencia que se producen en todo el país, según tipo y frecuencia.
Fuente CEPAL - PROTECCIÓN SOCIAL

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el índice de


victimización mediante armas de fuego ha crecido desde 7.6% en el año
2013 a 16.3% hasta abril del 2020. Por este motivo, RPP conversó con el
docente e investigador de la Universidad de Lima, Elohim Monard, sobre el
incremento en el uso de armas de fuego para delinquir.

Fuente Instituto Nacional de Estadística e Informática INEI.

La inseguridad generada por la presencia de la violencia y la delincuencia


no es un problema reciente en la sociedad peruana. Durante la década
pasada el Perú sufrió los efectos de un fenómeno subversivo muy violento,
que dio como resultado cerca de 30,000 muertos y unos 25 mil millones de
dólares en pérdidas materiales.

Cuando en 1992 fue capturado el líder de Sendero Luminoso, Abimael


Guzmán, dando inicio a la rápida derrota de la principal organización
terrorista peruana, todo hacía suponer que el delicado escenario anterior
había sido por fin superado. Sin embargo, la disminución de la violencia
política a niveles inocuos para la seguridad nacional permitió ver con mayor
claridad un fenómeno que venía desarrollándose desde años atrás: la
violencia delincuencial.

Esto planteó nuevos retos a la política de seguridad del país. Los daños
que

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produce la delincuencia son elevados para el tamaño de la economía
peruana y, por otro lado, generan un clima de desconfianza muy perjudicial
para la organización social.

Además, a diferencia de lo que ocurrió con la subversión, esta vez no se


tenía al frente un problema cuyas características podían ser definidas sin
dificultad. La delincuencia común es un fenómeno muy complejo que no
responde a criterios organizacionales ni a estrategias puntuales.
Pero, el panorama de la inseguridad en Perú tiene otros factores
importantes en su composición. El narcotráfico es uno de ellos. Durante la
presente década esta actividad ilícita viene postrando una suerte de
“reconversión”, exigida por las variaciones de los precios internacionales de
los estupefacientes y las políticas de interdicción llevadas a cabo en la
región latinoamericana.

Los resultados, hasta el momento, han sido la reducción de las áreas de


cultivo de coca y, por otro lado, que el Perú deje de ser un exclusivo
productor de materia prima para pasar a ser productor final, es decir, de
clorhidrato de cocaína. Una de las consecuencias de estos cambios en el
“negocio” de las drogas es el explosivo aumento del consumo interno de
estas sustancias, especialmente en el mercado urbano.

Por otro lado, la violación de los derechos humanos también debe ser
incorporada como un factor importante que afecta la seguridad del país. Si
bien se reconoce internacionalmente que Perú ha avanzado
significativamente en este campo durante los últimos años, es obvio que
aún subsisten graves problemas al respecto. Al lado de estas
manifestaciones ilícitas se encuentran aquellos actos de violencia que
atentan contra la seguridad de los ciudadanos, los cuales no son
considerados como ilegales por la población. Entre ellos, los más notorios
son la violencia doméstica ejercida contra las mujeres y los niños y, por
otro lado, los accidentes de tránsito.

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En ambos casos el Perú muestra un rápido crecimiento de casos que
resulta muy ilustrativo para medir el deterioro de las condiciones de vida.
Todas estas expresiones que fomentan, de una u otra manera, el
sentimiento de inseguridad de la población peruana son sin duda síntomas
de graves problemas que radican en la sociedad. Sin embargo, esta
explicación es parcial. El otro lado del problema es la incapacidad
institucional para hacer frente a esta realidad. Es un hecho que la policía
peruana se encuentra sumida en una profunda crisis de manera tal que
bien podría formar parte del problema, dado la gran cantidad de efectivos
que se hallan comprometidos en actos delictivos. Asimismo, las otras
instituciones públicas que guardan relación con la seguridad pública, como
son el Poder Judicial y el sistema penitenciario, también procesan sus
propias crisis y resultan inadecuados para las circunstancias actuales que
presenta el país.

La falta de respuesta por parte del Estado ha motivado que la sociedad


opte por algunas formas de defensa que, salvo algunas excepciones -como
los “serenazgos” organizados por las municipalidades de Lima
Metropolitana-, son más bien espontáneas y sin ningún control institucional
y desde entonces en la mayoría de las instituciones del estado ejercen a
los serenazgos.
Estas respuestas sociales no sólo son onerosas e ineficaces sino también
peligrosas y contraproducentes para disminuir la inseguridad. En los barrios
urbanos marginales, por ejemplo, son cada vez más frecuentes los
linchamientos tumultuosos de supuestos delincuentes.
De esta manera, la seguridad ha devenido en un aspecto prioritario para la
agenda que debe desarrollarse en Perú. La población se siente más
amenazada que nunca por la delincuencia, los empresarios están
preocupados por sus costos de seguridad y las autoridades buscan diseñar
estrategias adecuadas para un problema urgente.

En ese sentido, el presente texto busca motivar respuestas al cómo, dónde,


cuando y por qué se producen las acciones que afectan la seguridad de la
población peruana. Así, hemos tratado de reconstruir la evolución de estas

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expresiones violentas durante la presente década, para de esa manera
ofrecer un acercamiento que ayude a responder las interrogantes
expuestas.

Los datos dicen que no se ha incrementado mucho los robos, pero lo que sí
se ha incrementado es el uso de armas en los robos. Estos son cada vez
más violentos y, como consecuencia, pueden ser más letales. Requerimos
entonces hacer una persecución y control de armas irregulares en las
calles, porque se están usando más en la comisión de delitos y la
consecuencia de eso, es lo que vemos en últimos meses”, indica Nicolás
Zevallos, experto en criminología y exviceministro de Seguridad Pública.

Para el experto en temas de seguridad ciudadana Elohim Monard, el


incremento de armas de fuego se venía registrando desde hace varios
años. “Nadie lo estaba atendiendo con la seriedad del caso. No es un
problema solo de este Gobierno, pero claramente lo ha heredado luego de
la pandemia, que en general ha facilitado un conjunto de factores de riesgo
para el crimen y la violencia”, afirma.

De acuerdo a estudios que se hicieron hace cinco años por parte de la


Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas,
Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec), y que para Monard ya
deberían actualizarse, la mayoría del conjunto de armas de fuego que se
utiliza para el crimen proviene del mercado legal.

¿Cómo es que pasan estas armas del mercado legal al ilegal? De muchas
maneras: roban armas legales, otras personas pierden armas, también el
portador legal la vende deliberadamente, mucha gente que tiene licencia
para portar armas de fuego también está involucrada en la delincuencia o
crimen organizado.

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A NIVEL LOCAL.

El presente trabajo de investigación estudia las medidas socioeducativas y su


influencia en la resocialización de los adolescentes sentenciados en los años
2018 al 2019 en la provincia de Utcubamba a fin de que los mismos no reincidan
en los actos delictivos de esa manera se pueda reducir la delincuencia juvenil.
Teniendo en cuenta que el fin de las medidas socioeducativas es de integrar y
resocializar al menor aduciendo que este una vez comprobada la responsabilidad
penal se le imponga con tal fin. Para ello se recopilo información sobre las
medidas socioeducativas impuestas a los adolescentes infractores que están
reguladas en el Código del Niño y Adolescente. Se recopilo datos expeditos en
sentencias por el Juzgado Civil Transitorio y Permanente de Utcubamba,
identificando los casos y clasificándolos de acuerdo a la medida socioeducativa
interpuesta. Posteriormente se recopilo información a través de una encuesta
sobre la percepción de los profesionales con respecto a la aplicación de la medida
socioeducativas y la no reincidencia de los adolescentes infractores. Como

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resultado de la indagación se analizó que las medidas socioeducativas influyen
favorablemente en la resocialización de los adolescentes infractores.

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

1.1 JUSTIFICACIÓN:

En la provincia de Utcubamba, las causas que contribuyen a generar la


inseguridad en sus habitantes son las misma que se perciben en el resto del país
y se podrían resumir en la gran existencia de hogares disfuncionales, la falta de
oportunidades de trabajo, la pérdida de valores especialmente en la juventud, la
descomposición del tejido social reflejada en la falta de credibilidad en los
organismos generadores de la Justicia, los actos de corrupción de algunos
funcionarios que tienen a su cargo la administración de bienes del Estado, y
últimamente la sicariato por drogas y trata de personas, entre otros; dan origen a
que en la Provincia de Utcubamba, se comenta delitos y falta que atentan contra
la integridad física de sus habitantes y sus patrimonios, así como de otros ilícitos
como el alcoholismo callejero, contra el patrimonio, comercio informal,
incumplimiento de las ordenanzas municipales, etc.

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Para fortalecer la función de nuestra Policía Nacional se ha tomado en
consideración el apoyo de Serenazgo Municipal, Juntas Vecinales y Ronda
Campesina de tal manera mitigar la delincuencia a través de ronda y patrullajes
preventivos por toda la provincia, especialmente por el distrito de Bagua Capital y
Bagua grande, para así devolver la confianza de la población.
Esta situación exige la implementación de medidas preventivas y correctivas, así
como la planificación, organización y participación de las instituciones y la
sociedad civil que se comprometan no solo a corregir estos problemas si no
también a prevenirlos.

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Existen múltiples indicadores para medir la situación de inseguridad, violencia y el
delito en un determinado territorio, los instrumentos más importantes de medición
de la inseguridad, la violencia y el delito son: frecuencia de los homicidios, la
victimización, la percepción de inseguridad y la confianza en las instituciones. Uno
de ellos se recoger de las estadísticas oficiales y los otros tres se obtienen de
encuestas a base de la opinión pública. Si bien la victimización también puede
medirse de las estadísticas oficiales.

El primero, los homicidios, dan cuenta de la forma mas extrema de violencia en


una sociedad determinada, aquella que se ejerce de manera intencional para
quitar la vida a otra persona. Para facilitar su comparación, los homicidios se
presentan en función de una tasa por 100 mil habitantes.

El segundo, la victimización, mide la ocurrencia real de hechos de violencia o de


despojo. Es el más útil para conocer la magnitud de los niveles delictivos,
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especialmente aquellos de naturaleza patrimonial. La ventaja de las encuestas de
opinión publica frente a las estadísticas oficiales radica en que no todos los delitos
son denunciados ante las autoridades; es siempre aconsejable complementar el
análisis con ambas fuentes de información. Existen dos formas de medir la
victimización. La personal, que persigue saber si el encuestado fue víctima directa
de un delito, y la victimización por hogares, que pretende conocer si el
encuestado o algún miembro de su hogar fue víctima.

El tercero, la percepción de inseguridad, da cuenta del temor que genera la


probabilidad de un hecho delictivo en el futuro. otras formas de medirla son
indagando la opinión sobre la importancia relativa de la delincuencia entre los
principales problemas del país o auscultando cuan inseguros se sienten los
ciudadanos en su barrio, su ciudad o su distrito.

La seguridad ciudadana en la provincia de Utcubamba, luego de la encuesta de


Opinión publica realizado en el 2015, en donde se midió la sensibilidad de la
ciudadanía, respecto a su seguridad, arroja los siguientes indicadores:

La tasa de victimización: Que la población de 18 años y más han sufrido delitos


en la ciudad de Bagua Grande, estos delitos son: Hurtos a residencias, hurtos a
personas, hurto a vehículos, violencia familiar y sexual, sicariato, riñas, peleas y
extorsión
La tasa de la percepción de inseguridad: Los habitantes de 18 años a más
sienten inseguridad dentro de su ciudad.

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1.2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

1.2.1. OBJETIVO GENERAL

Identificar los factores sociales y económicos que influyen en la delincuencia y


proponer alternativas de solución en la provincia de Utcubamba.

1.2.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS.

1. Realizar el diagnóstico de la situación delincuencial de los jóvenes en la


Provincia de Utcubamba (Bagua y Bagua Grande)
2. Identificar los factores de mayor influencia en el problema de la delincuencia
juvenil.
3. Establecer propuestas que permitan disminuir el problema de la delincuencia
juvenil en Bagua y Bagua Grande.

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