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TEMA 6.

LA LITERATURA EN EDUCACIÓN INFANTIL Y SU DIDÁCTICA

Se entiende por literatura infantil la literatura dirigida hacia el lector infantil,


más el conjunto de textos literarios que la sociedad ha considerado aptos para los más
pequeños, pero que en origen se escribieron pensando en lectores adultos (por ejemplo
Los viajes de Gulliver, La isla del tesoro o Platero y yo). Podríamos definir entonces la
literatura infantil como aquella que también leen niños.

En otro sentido del término, menos habitual, comprende también las piezas literarias
escritas por los propios niños. Por otro lado, a veces se considera que el concepto
incluye la literatura juvenil, escrita para o por los adolescentes; pero lo más correcto es
denominar al conjunto literatura infantil y juvenil.

Literatura juvenil

Es aquella especialmente dirigida a lectores de edades comprendidas entre los 12


y los 17 años, si bien no exclusivamente. Este concepto va a menudo unido al de
literatura infantil, enunciándose como literatura infantil y juvenil, si bien guardan
algunas características diferenciadoras entre ellos.

A este tipo de literatura se le ha querido tradicionalmente dar unas funciones


tanto de entretenimiento, como didáctica y de formación del hábito lector.

Breve historia de la literatura infantil y juvenil


La crítica literaria moderna considera esencial el carácter de "literatura" dentro
de este tipo de escritos, por lo que hoy se excluye, de la producción actual los textos
básicamente morales o educativos, aunque todavía siguen primando estos conceptos en
toda la LIJ dado el contexto educativo en el que se desarrolla su lectura. Esta es una
concepción muy reciente y casi inédita en la Historia de la Literatura.

La literatura para niños ha pasado de ser una gran desconocida en el mundo


editorial a acaparar la atención del mundo del libro, donde es enorme su producción, el
aumento del número de premios literarios de LIJ y el volumen de beneficios que genera.
Esto se debe en gran parte al asentamiento de la concepción de la infancia como una
etapa del desarrollo humano propia y específica, es decir, la idea de que los niños no
son, ni adultos en pequeño, ni adultos con minusvalía, se ha hecho extensiva en la
mayoría de las sociedades, por lo que la necesidad de desarrollar una literatura dirigida
y legible hacia y por dicho público se hace cada vez mayor.

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La concepción de infancia o niñez se generaliza hasta finales del siglo XIX. En la
Edad Media no existía una noción de la infancia como periodo diferenciado y
necesitado de obras específicas, por lo que no existe tampoco, propiamente, una
literatura infantil. Eso no significa que los menores no tuvieran experiencia literaria,
sino que esta no se definía en términos diferenciados de la experiencia adulta. Dado el
acaparamiento del saber y la cultura por parte del clero y otros estamentos, las escasas
obras leídas por el pueblo pretendían inculcar valores e impartir dogma, por lo que la
figura del libro como vehículo didáctico está presente durante toda la Edad Media y
parte del Renacimiento. Dentro de los libros leídos por los niños de dicha época
podemos encontrar los bestiarios, abecedarios o silabarios. Se podrían incluir en estas
obras algunas de corte clásico, como las fábulas de Esopo en las que, al existir animales
personificados, eran orientadas hacia este público.

Llegado el siglo XVII, el panorama comienza a cambiar y son cada vez más las
obras que versan sobre fantasía, siendo un fiel reflejo de los mitos, leyendas y cuentos,
propios de la trasmisión oral, que ha ido recopilando el saber de la cultura popular
mediante la narración de estas, por parte de las viejas generaciones a las generaciones
infantiles. Además de escribir estas obras o cuentos, donde destaca Charles Perrault,
destaca la figura del fabulista, como Félix María de Samaniego. En esta época, además,
ocurren dos acontecimientos trascendentes para la que hoy se conoce como Literatura
Infantil, la publicación, por un lado, de Los viajes de Gulliver-Jonathan Swift- y, por
otro, de Robinson Crusoe -Daniel Defoe-, claros ejemplos de lo que todavía hoy, son
dos temas que reúne la LIJ: los relatos de aventuras y el adentrarse en mundos
imaginados, inexplorados y diferentes.

En el siglo XIX con el movimiento romántico son muchos los autores que editan
sus obras con una extraordinaria aceptación entre el público más joven. Son los cuentos
(Hans Christian Andersen, Condesa de Ségur, Wilhelm y Jacob Grimm y Oscar Wilde en
Europa, y Saturnino Calleja y Fernán Caballero en España) y las novelas como Alicia en
el país de las maravillas -Lewis Carroll-, La isla del tesoro -Robert L. Stevenson-, El libro
de la selva de Rudyard Kipling, Pinoccio -Carlo Collodi-, las escritas por Julio Verne o
Las aventuras de Tom Sawyer entre otras, las que propiciaron un contexto novedoso
para la instauración de un nuevo género literario destinado al lector más joven en el
siglo XX, donde la ingente producción de LIJ coexiste con las obras del género adulto.

Son muchas las obras de renombre por citar de la LIJ, como es el caso de Peter
Pan, El Principito, Pippi Calzaslargas; en todas ellas destaca una nueva visión que
ofrecer al pequeño lector, donde, además de abordar los temas clásicos como las
aventuras o el descubrimiento de nuevos mundos, se tratan la superación de los miedos,
la libertad, las aspiraciones, el mundo de los sueños y los deseos, como actos de rebeldía
frente al mundo adulto. Esta producción aumenta considerablemente en las décadas de
los 70, 80 y 90, con autores como Roald Dahl, Gianni Rodari, Michael Ende, René
Goscinny (El pequeño Nicolás), entre otros. En este siglo XX, además, aparecen nuevos
formatos de la LIJ gracias a las técnicas pictóricas y la ilustración de las historias, donde
las palabras son acompañadas de imágenes que contextualizan la narración y aportando
nexos de unión a la historia, es la aparición del libro-álbum o álbum ilustrado, género
en el que destacan autores como Maurice Sendak, Janosch, Quentin Blake, Leo Lionni,
Babette Cole, Ulises Wensell o Fernando Puig Rosado.

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Ya, en el siglo XXI, la LIJ se encuentra muy consolidada dentro de los países
occidentales, donde las ventas son enormes y la producción literaria vastísima.

Elección de textos para niños de 3 a 6 años


Los textos que se le ofrecen a los niños y niñas de 3 a 6 años están basados en el
folklore. El folklore es algo que el niño/a ha vivido y sentido desde su nacimiento, por
lo tanto es algo muy cercano a él. Servirá como instrumento de trabajo y al ser textos
pertenecientes a la colectividad, al surgir de su propio contexto cultural, el niño/a verá
en él algo suyo, no ajeno, por lo que no le inducirá a rechazarlo.
Aunque el folclore es ante todo oral, no impide que se trasvase al escrito. Si se
tratase aparte, estaríamos fragmentando arbitrariamente la relación existente entre
lengua oral y escrita. El Folklore constituye la base primordial de lo que debe ser la
Literatura en estas edades.
Los textos en verso tienen ventajas, por su fijeza y por su mayor capacidad para
el juego y la memorización. Los textos en prosa fundamentalmente cuentos, tienen su
mayor oportunidad para la audición, aunque revisten menor fijeza lingüística que los
versos, y gozan de más facilidad para la adaptación por parte del narrador.
En estas edades lo visual juega un papel muy importante en lo que se refiere a
los cuentos. El niño observa las ilustraciones y re-crea el texto que acompaña a esa
ilustración.

La literatura para niños como mecanismo de


educación social
La literatura para niños ha tenido, tradicionalmente, un foco muy marcado en la
transmisión de una moral específica. Con el pasar de los años, estas "morales" se han
ido adaptando y es por ello que en muchos cuentos tradicionales, se han alterado los
finales o incluso su núcleo argumental.

Tipos de Literatura Infantil

Trabalenguas
Retahílas
POESÍA Poemas
Fábulas
LÍRICA Adivinanzas
Refranes
Canciones de cuna
Villancicos
CANCIONES Rondas
Cuento popular
Mitos
NARRATIVA Leyendas
Cuento literario
Novela

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DRAMATIZACIÓN Teatro

Objetivos

 Incentiva la creatividad (Estimula la imaginación).


 Reconocimiento gráfico-verbal (Relaciona grafemas con fonemas).
 Ampliación del léxico (Adopción de nuevas palabras).

Funciones

 Transmisión de valores.
 Transmisión de la cultura.
 Incentivar la creación.

Temas de literatura juvenil


Los temas tratados en la literatura juvenil no difieren en mucho de los de la
literatura de adultos (amor, tragedia, guerra...) si bien se les da un tratamiento bastante
más lineal tanto a estos como a los personajes, siendo estos últimos de poca variabilidad
psicológica. Esta interiorización se minimiza dando mayor importancia a la acción que a
la caracterización psicológica de los personajes. Asimismo, los personajes suelen ser
creados para que el público lector pueda identificarse con ellos, especialmente los
protagonistas. Sin embargo, algunos autores han señalado lo conveniente de que esta
literatura, por su carácter de experiencial y la influencia que tiene en los lectores ha de
elegir cuidadosamente sus temas.

DEFINICIONES

trabalenguas.
1.m. Palabra o locución difícil de pronunciar, en especial cuando sirve de juego para
hacer que alguien se equivoque.

retahíla. (De recta e hila).


1. f. Serie de muchas cosas que están, suceden o se mencionan por su orden.

poema. (Del it. poēma, y este del gr. ποίημα).


1. m. Obra poética normalmente en verso.
2. m. Tradicionalmente, obra poética de alguna extensión. Poema épico, dramático.
fábula.(Del lat. fabŭla).

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1. f. Breve relato ficticio, en prosa o verso, con intención didáctica frecuentemente
manifestada en una moraleja final, y en el que pueden intervenir personas, animales y
otros seres animados o inanimados.
2. f. Cada una de las ficciones de la mitología. La fábula de Psiquis y Cupido, de
Prometeo, de las Danaides.
3. f. En las obras de ficción, trama argumental.
4. f. Rumor, hablilla.
5. f. Relación falsa, mentirosa, de pura invención, carente de todo fundamento.
6. f. Ficción artificiosa con que se encubre o disimula una verdad.
7. f. mitología.
8. f. Objeto de murmuración irrisoria o despreciativa. Fulano es la fábula de Madrid.

adivinanza. (De adivinar).


1. f. adivinación.
2. f. acertijo.

refrán. (Del fr. refrain).


1. m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
tener muchos refranes, o tener refranes para todo.
1. locs. verbs. coloqs. Hallar salidas o pretextos para cualquier cosa.
2.
villancico. (De villano).
1. m. Canción popular breve que frecuentemente servía de estribillo.
2. m. Cierto género de composición poética con estribillo.
3. m. Canción popular, principalmente de asunto religioso, que se canta en Navidad y
otras festividades.

cuento1. (Del lat. compŭtus, cuenta).


1. m. Relato, generalmente indiscreto, de un suceso.
2. m. Relación, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invención.
3. m. Narración breve de ficción.

mito1. (Del gr. μῦθος).


1. m. Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por
personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o
grandes acontecimientos de la humanidad.
2. m. Historia ficticia o personaje literario o artístico que condensa alguna realidad
humana de significación universal.
3. m. Persona o cosa rodeada de extraordinaria estima.
4. m. Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o
bien una realidad de la que carecen.

leyenda. (Del lat. legenda, n. pl. del gerundivo de legĕre, leer).


1. f. Acción de leer.
2. f. Obra que se lee.
3. f. Historia o relación de la vida de uno o más santos.
4. f. Relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de
históricos o verdaderos.

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5. f. Texto que acompaña a un plano, a un grabado, a un cuadro, etc.
6. f. ídolo (‖ persona o cosa admirada con exaltación).
7. f. Numism. Letrero que rodea la figura en las monedas o medallas

novela. (Del it. novella, noticia, relato novelesco).


1. f. Obra literaria en prosa en la que se narra una acción fingida en todo o en parte, y
cuyo fin es causar placer estético a los lectores con la descripción o pintura de sucesos o
lances interesantes, de caracteres, de pasiones y de costumbres.
2. f. Hechos interesantes de la vida real que parecen ficción.
3. f. Ficción o mentira en cualquier materia.
4. f. Der. Cada una de las leyes nuevas o constituciones imperiales que dieron Teodosio
II y sus inmediatos sucesores después de la publicación del Código teodosiano,
Justiniano después de sus compilaciones legales, y los demás emperadores bizantinos
posteriores al derecho justinianeo.

teatro. (Del lat. theātrum, y este del gr. θέατρον, de θεᾶσθαι, mirar).
1. m. Edificio o sitio destinado a la representación de obras dramáticas o a otros
espectáculos públicos propios de la escena.
2. m. Sitio o lugar en que se realiza una acción ante espectadores o participantes.
3. m. Escenario o escena.
4. m. Lugar en que ocurren acontecimientos notables y dignos de atención. Italia fue el
teatro de aquella guerra.
5. m. Conjunto de todas las producciones dramáticas de un pueblo, de una época o de un
autor. El teatro griego. El teatro del siglo XVII. El teatro de Calderón.
6. m. Literatura dramática. Lope de Rueda fue uno de los fundadores del teatro en
España.
7. m. Arte de componer obras dramáticas, o de representarlas. Este escritor y ese actor
conocen mucho teatro.
8. m. Acción fingida y exagerada. Arturo le echa mucho teatro a sus intervenciones.
9. m. p. us. Práctica en el arte de representar comedias. Ese actor tiene mucho teatro.

RASGOS QUE DEBE CUMPLIR UNA LITERATURA CONSIDERADA APTA PARA LECTORES
JUVENILES

1. Poseer un léxico adecuado a la competencia lectora y permitir un progresivo


perfeccionamiento verbal.
2. Ha de convertirse en una literatura experiencial: es decir que influya en la vida
de los alumnos, debe mostrar conflictos propios de la juventud.
3. Debe fomentar la formación del pensamiento crítico y estético de los alumnos.
4. Debe huir de la moralina aunque siga condicionada por una serie de tabúes o
de temas tratados muy superficialmente entre los que destacan: La ausencia
del tratamiento de la sexualidad, la imposibilidad de formular una crítica a la
religión dominante, la carencia de escenas alusivas a la excesiva autoridad
familiar.

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5. Debe crear mundos estéticos y autónomos de significado. En literatura juvenil
caben todos los temas siempre que sean tratados con verdad.
6. Debe mejor la competencia comunicativa y literaria: es decir: la escritura y la
lectura expresiva y creativa ejercitando la comprensión lectora.

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