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TRAUMA

RENAL, URETERAL, VESICAL Y TESTICULAR

Lara Sandoval Itai


Valdez Medina Alby Edith
6to
Renal
Etiología
Las lesiones contundentes son el
Las lesiones penetrantes se deben a

resultado de MVA, caídas, lesiones puñaladas y heridas de bala. Tienden a ser

deportivas y asaltos. Como resultado, las


más graves y menos predecibles que el

estructuras renales y/o hiliares se


trauma contundente. La prevalencia es

aplastan directamente. . mayor en entornos urbanos [33]. [34].


El trauma renal está presente en

hasta el 5 % de todos los casos

de trauma.

Epidemiología
Es más común en hombres

jóvenes y tiene una incidencia

poblacional general de 4,9 por

cada 100 000.


La mayoría de las lesiones se

pueden manejar de forma no

operativa con una preservación

exitosa de órganos
la desaceleración repentina

puede provocar una lesión por

avulsión que afecte a las

estructuras vasculares del hilio o

a la unión ureteropélvica
La lesión penetrante produce

Fisiopatología
una alteración tisular directa del

parénquima, los pedículos

vasculares o el sistema de

recolección. Las balas o

fragmentos de alta velocidad

tienen el potencial de una mayor

destrucción del parénquima y se

asocian con mayor frecuencia

con lesiones de múltiples

órganos
El sistema de clasificación

más utilizado es el de la

AAST.
Se valida y predice la

morbilidad y la necesidad

de intervención.
GRADO I
GRADO II
Contusion renal o equimosis del

Laceración parenquimática en la

parenquimático renal.
corteza renal
La hematuria microscópica es

Por lo general, el hematoma perítenla

común, pero en raras ocasiones se

es pequeño.
presenta la macroscópica.

GRADO IV
GRADO III Laceracion parenquimática renal

La laceración parenquimática renal


(sola o múltiple) que se extiende al

se extiende a través de la corteza y


sistema colector renal; tambien

la medula renal. trombosis de la arteria renal

La hemorragia puede ser


principal a partir de traumatismo

significativa en presencia de
cerrado, vena renal segmentaría, o

hematoma retro peritoneal grande. ambos; o lesion arterial con

hemorragia contenida
El síntoma más frecuente es la

Cuadro
hematuria macroscópica o micro
hematuria (si el sangrado es

abundante podría acompañarse

de hipotensión).

clínico
El dolor en region lumbar (con o

sin puño percusión positiva) o

costo vertebral son frecuentes.


Tambien puede presentarse la

ocupación en fosa renal,

crepitación, hematoma en region


lumbar u oliguria
Diagnóstico
Está indicada en todos los pacientes

estables con hematuria

macroscópica y en pacientes que

presentan hematuria microscópica e

hipotensión. .
Además, se debe realizar una TC

cuando el mecanismo de la lesión o

los hallazgos del examen físico

sugieran una lesión renal, por

ejemplo:
desaceleración rápida
fracturas de costillas
El pilar del diagnóstico de trauma
equimosis del flanco
renal se basa en la tomografía

y cada lesión penetrante del

computarizada (TC) mejorada por


abdomen, el flanco o la parte

contraste
inferior del pecho.
La mayor parte de los

pacientes con trauma renal

se maneja de forma no

operativa con una

monitorización cuidadosa, la

Tratamiento
reimaginación cuando hay

algún deterioro y el uso de

procedimientos

mínimamente invasivos.
Estos procedimientos

incluyen la angioembolización

en casos de sangrado activo

y el stent endourológico en

casos de extravasación de

orina.
Tratamiento
Indicaciones de tratamiento quirúrgico:
Hemorragia/hematoma expansivo
Lesion renal plena
Inestabilidad o shock hemodinámico
Tratamiento
Con un seguimiento

cuidadoso, la mayor parte de

las lesiones renales tienen un

pronóstico excelente, con

curación espontánea y

Pronóstico
recuperación de la función

renal.
La tc y la radiografía renales,

además de la vigilancia de la

presión arterial, aseguran la

detección y el tratamiento
apropiado de la hidronefrosis

y la hipertensión tardías.
Ureteral
Etiología Masas pélvicas grandes
Trastornos inflamatorios pélvicos
Carcinoma extenso de colon
Disecciones extensas
Tratamiento de radiación
Manipulación endoscópica de cálculo
La lesión ureteral es rara pero puede ocurrir, por lo ureteral
general durante un procedimiento quirúrgico difícil en
la pelvis o como resultado de lesiones con arma
punzocortante o de fuego.
Los accidentes por desaceleración rápida pueden
separar el uréter de la pelvis renal.
La manipulación endoscópica con canasta de cálculos
ureterales puede producir una lesión.
Durante una cirugía pélvica difícil, puede llegar a ligarse y
cortarse el uréter, sin advertirlo.
Si no se reconoce un uréter dividido en forma parcial durante

Patogénesis
la operación, se presenta extravasación urinaria y la formación
posterior de un urinoma grande, que suele llevar a la creación
de una fístula ureterovaginal o ureterocutánea.

y patología
También puede ocurrir la extravasación intraperitoneal de
orina, causando íleo y peritonitis.
Después de la sección transversal parcial del uréter, se
desarrolla algún grado de estenosis y fibrosis reactiva, con
hidronefrosis concomitante de leve a moderada.
Síntomas:
Si el uréter se ligó por completo o de manera
parcial durante la operación, el curso

posoperatorio suele marcarse por:


Fiebre de 38.3 a 38.8°C (101 a 102°F)

Clínica
Dolor en la fosa renal y el cuadrante

inferior.
íleo paralítico con náuseas y vómito.
Si se desarrolla fístula ureterovaginal

o cutánea, por lo general sucede en

los primeros 10 días después de la

operación.

Suele haber lesiones relacionadas en la

vasculatura y otras vísceras abdominales.


Signos:
La hidronefrosis aguda de un uréter ligado

por completo produce:


Dolor en la fosa renal
Dolor abdominal con náuseas y

vómito con íleo relacionado.

Clínica
Signos y síntomas de peritonitis aguda:
Es posible que se presenten si hay

extravasación urinaria en la cavidad

peritoneal.

Secreción acuosa de la lesión o por la vagina:


Orina al determinar la concentración

de creatinina de una muestra

pequeña
Mediante la inyección intravenosa de

10 ml de índigo carmín, que aparece

en la orina como azul oscuro.


Datos de La lesión ureteral debida a violencia externa se manifiesta
con hematuria microscópica en 90% de los casos.

laboratorio Los análisis de orina y de otro tipo en el laboratorio tienen


poco uso para el diagnóstico cuando la lesión ha ocurrido por
otras causas.
Datos radiográficos
El diagnóstico se hace mediante urografía intravenosa o TC abdominal en espiral demorada.
Una radiografía simple del abdomen: área grande de mayor densidad en la pelvis o en un área del retroperitoneo
donde se sospecha lesión.
La urografía intravenosa suele aparecer normal, con llenado muy leve hacia abajo, hasta el punto de
extravasación en el corte transversal del uréter.
La ureterografía retrógrada muestra el sitio exacto de la obstrucción o extravasación.
La ultrasonografía delimita hidrouréter o extravasación urinaria mientras se desarrolla un urinoma y es, quizá, el
mejor medio de descartar lesión ureteral en el periodo postoperatorio temprano.
La gammagrafía muestra excreción demorada en el lado lesionado, con evidencia de cifras crecientes debido a la
acumulación de orina en la pelvis renal. Sin embargo, su mayor beneficio es la evaluación
de la función renal después de la corrección quirúrgica.
Complicaciones
La lesión ureteral puede complicarse por
formación de estenosis con hidronefrosis
resultante en el área de la lesión.
La extravasación urinaria crónica debida a lesión
no reconocida puede llevar a la formación de un
urinoma retroperitoneal grande.
La pielonefritis debida a hidronefrosis e infección
urinaria puede requerir drenado proximal
inmediato.
Manejo
El manejo del trauma ureteral depende de muchos factores relacionados con naturaleza,
gravedad y ubicación de la lesión.
Principios básicos para cualquier reparación quirúrgica de una lesión ureteral:
Manejo
Lesión proximal y media Lesión de segmento largo
Las lesiones menores de 2-3 cm pueden Injerto de interposición ileal.
tratarse con ureteroureterostomía Nefropexia descendente asociada a un
primaria. colgajo de Boari.
Cuando este abordaje no es factible, se Autotrasplante.
considera una uretero-calicostomía. Ureteroplastía de mucosa Bucal.

Derivación urinaria
Lesión distal permanente/nefrectomía
Se tratan mejor con Catéter ureteral permanente o sonda de
ureteroneocistostomía. nefrostomía.
Nefrectomía.
Pronóstico
El pronóstico para la lesión ureteral es excelente, si el diagnóstico se hace temprano y
se realiza a tiempo una cirugía correctiva.

La demora en el diagnóstico empeora el pronóstico, debido a infección, hidronefrosis,


absceso y formación de fístula.
Vesical
Clasificación
Ubicación Intraperitoneal, extraperitoneal y combinado intra-extraperitoneal.

Etiología No iatrogénico (cerrado y penetrante) e iatrogénico (externo e interno).


Etiología
Los accidentes automovilísticos son la causa mas común de
lesión vesical cerrada, seguido de caídas y otros accidentes.
Principales mecanismos: aplastamiento pélvico y golpe en vientre
bajo.
La mayoría de los pacientes con lesión vesical cerrada tienen
fracturas pélvicas asociadas y otras lesiones intraabdominales.
Las fracturas pélvicas se asocian con lesiones vesicales en
alrededor del 3% de los casos, sin embargo pueden llegar al
26,5% en casos de lesión pélvica grave.
Incidencia
Extraperitoneal:
Casi siempre asociada a fracturas pélvicas.
Por lo general, se deben a distorsión del anillo pélvico, con desgarro de la pared vesical anterolateral
cerca de la base de la vejiga (en inserciones fasciales) o por un contragolpe en el lado opuesto.
El mayor riesgo de lesión se encontró el las disrupciones del círculo pélvico con desplazamiento >1cm,
diástasis de la sínfisis púbica >1cm y fracturas de ramas púbicas.
En ocasiones, la vejiga se perfora directamente con un fragmento óseo afilado.
Intraperitoneal:
Causada por aumento repentino de la presión intravesical de una vejiga distendida, secundaria a un
golpe en la pelvis o abdomen inferior.
La cúpula de la vejiga es el punto mas débil de la vejiga y, por lo general, se producirán roturas allí.
Las lesiones penetrantes principalmente son heridas de bala.
Trauma vesical iatrogénico
La vejiga es el órgano
urológico mas
frecuentemente afectado
por lesión iatrogénica.
External IBT Internal IBT

Ocurre con mayor frecuencia en procedimientos Ocurre principalmente durante la resección


obstétricos y ginecológicos, seguida de urológicos transureteral de la vejiga.
y de cirugía general. Factores de riesgo: tumores, edad avanzada,
Factores de riesgo: cirugía previa, inflamación y vejigas penetradas y ubicación en la cúpula de la
malignidad. vejiga.

Las perforaciones extraperitoneales son mas frecuentes que las intraperitoneales, y las que requieren intervención son raras.
Evaluación diagnóstica:
El principal signo de lesión vesical es la hematuria visible.

Las indicaciones para imagen de vejiga incluyen:


Hematuria visible y fractura pélvica.
Hematuria no visible y fractura pélvica de alto riesgo.
Lesión de la uretra posterior.

En ausencia de estas indicaciones, las imágenes adicionales se basan en signos y


síntomas clínicos que incluyen:
Incapacidad para orinar o producción inadecuada de orina.
Sensibilidad o distensión abdominal por ascitis urinaria.
Uremia y nivel elevado de creatinina debido a reabsorción intraperitoneal.
Heridas de entrada/salida en la parte inferior del abdomen, perineo o glúteos en
lesiones penetrantes.
Los signos intraoperatorios de lesión vesical externa incluyen:
Extravasación de orina.
Laceración visible.
Sonda vesical visible.
Sangre y/o gas en la bolsa de orina durante laparoscopia.

Evaluación La inspección directa es la forma mas fiable para evaluar la integridad de la


vejiga.

diagnóstica: La instilación intravesical de colorante ayuda a detectar lesiones mas pequeñas.

Después de la operación, el trauma vesical no detectado se diagnostica por:


Hematuria.
Dolor abdominal.
Distensión abdominal.
Íleo.
Peritonitis.
Sepsis.
Perdida de orina por la herida.
Disminución de la diuresis o aumento de la creatinina sérica.
Evaluación diagnostica:
Es la modalidad diagnostica preferida para la lesión vesical no iatrogénica y para
sospecha de trauma vesical iatrogénico en postoperatorio.
Cistografía
La cistografía por TC es superior en identificación de fragmentos óseos en vejiga
y lesiones en el cuello vesical, así como lesiones abdominales concomitantes.

Es el método preferido para detección de lesiones vesicales intraoperatorias, ya


que puede visualizar directamente la laceración y localizar la lesión.
Cistoscopia
La falta de distensión de la vejiga durante la cistoscopia sugiere una gran
perforación.

Por si solo, es insuficiente en el diagnostico.


Ultrasonido Se puede utilizar para visualizar liquido intraperitoneal o una acumulación
extraperitoneal de liquido.
Complicaciones
Absceso pélvico

Peritonitis tardía

Incontinencia parcial

Puede desarrollarse un absceso pélvico debido a la ruptura extraperitoneal de la


vejiga.
La ruptura intraperitoneal de la vejiga con extravasación de orina en la cavidad
abdominal causa peritonitis tardía.
La incontinencia parcial puede deberse a lesión vesical cuando la laceración se
extiende al cuello de la vejiga.
La observación clínica, drenaje vesical continuo y profilaxis antibiótica es el tratamiento
Tratamiento
estándar para una lesión extraperitoneal no complicada debida a un trauma cerrado o
conservador
iatrogénico.

Medidas quirúrgicas El cierre de la vejiga se realiza con suturas absorbibles.

La mayoría de las lesiones extraperitoneales se pueden tratar de forma conservadora.


La afectación del cuello de la vejiga, los fragmentos óseos en la pared de la vejiga o el
Trauma cerrado no
atrapamiento de la pared de la vejiga requieren intervención quirúrgica.
iatrogénico
Las lesiones intraperitoneales deben tratarse mediante reparación quirúrgica (sutura

Manejo
laparoscópica).

Se trata mediante exploración de urgencia, desbridamiento de la pared vesical


desvitalizada y reparación vesical primaria.
Trauma penetrante no Se recomienda cistotomía exploratoria.
iatrogénico La mayoría de las heridas por arma de fuego se asocian con heridas de entrada y salida, y
se debe revisar cuidadosamente la vejiga en busca de estas. Dado que el agente
penetrante no es estéril, se recomienda tratamiento con antibióticos.

Las perforaciones reconocidas intraoperatoriamente se cierran. Las lesiones no


reconocidas durante la cirugía o lesiones internas deben manejarse de acuerdo a su
Trauma iatrogénico ubicación.
El tratamiento estándar para lesiones intraperitoneales es la exploración y reparación
quirúrgicas.
Seguimiento:
Se requiere drenaje vesical continuo para evitar presión intravesical elevada y permitir que la
vejiga cicatrice.
Las lesiones vesicales tratadas de forma conservadora se siguen mediante cistografía (10 días
después de la lesión) para descartar extravasación y garantizar la cicatrización.
En caso de fuga, se debe realizar una cistoscopia para descartar fragmentos óseos en la vejiga, y
se justifica una segunda cistografía una semana después.
Después de la reparación quirúrgica de una lesión simple en un paciente sano, el catéter se
puede retirar de 5-10 días sin cistografía.
En casos de lesiones complejas o factores de riesgo de alteración de la cicatrización de heridas
se recomienda la cistografía.
Para el trauma vesical iatrogénico tratada de forma conservadora, se propone el drenaje con
catéter, que dura 5 días para perforaciones extraperitoneales y 7 días para intraperitoneales.
Pronóstico
Con un tratamiento apropiado, el pronóstico es excelente.
Los pacientes con laceraciones que se extienden al área del cuello de la vejiga pueden ser
incontinentes de manera temporal.
En el momento de la secreción, debe realizarse un urocultivo para determinar si la infección
relacionada con la sonda requiere tratamiento adicional.
Testicular
Etiología
Es uno de los traumatismos

más frecuentes del sexo

masculino, siendo la mayoría

de lesiones no penetrantes.
El síntoma principal es el dolor

Cuadro
En traumatismos cerrados generalmente se
acompaña de edema e inflamación.

clínico Pueden aparecer hematomas

A menudo hay nauseas y vomito


Diagnóstico

Como prueba diagnóstica se realizara una ecografía-Doppler.


Ayuda para definir mejor el órgano.
Si se ha roto, la ecografía delimita la lesión, que debe repararse mediante

cirugía.
Dislocación testicular
Puede ser una luxación subcutánea con desplazamiento epifascial del testículo o una luxación interna. En este

último, el testículo se coloca en el anillo inguinal externo superficial, canal inguinal o cavidad abdominal.
La luxación traumática del testículo se trata mediante reemplazo manual y orquidopexia secundaria. Si no se

puede realizar la reposición manual primaria, está indicada la orquidopexia inmediata.

Ruptura testicular
Es esencial explorar quirúrgicamente a los pacientes dudosos siempre que los estudios de imagen no puedan

excluir definitivamente la rotura testicular.


Exploración con evacuación de coágulos de sangre y hematoma, escisión de cualquier túbulo testicular

necrótico y cierre de la túnica albugínea, generalmente con suturas continuas absorbibles 3.0.

Trauma escrotal penetrante


Requieren exploración quirúrgica con desbridamiento del tejido no viable.
Dependiendo de la extensión de la lesión, se puede realizar una reconstrucción primaria del testículo y el
escroto.
Si hay destrucción extensa de la túnica albugínea, se puede realizar la movilización de un colgajo libre de
túnica vaginal para el cierre testicular.
Si el paciente está inestable o no se puede lograr la reconstrucción, está indicada la orquiectomía.
Ante rotura testicular siempre se

requerirá cirugia
en caso de orquiepididimitis

traumática o hematoma escrotal:

Tratamiento
frío local
se debe colocar un suspensorio

testicular para protección de los

geniales y alivio del dolor.


AINES durante una semana

aproximadamente, y en

combinación con otros

analgésicos de ser necesario


Profilaxis antibiótica,

generalmente con ciprofloxacino


(500 mg/12 h)
Referencias
Picado, P. R. (2019). 1. TRAUMATISMO RENAL. DE CONSULTA RÁPIDA, 496.
McAninch, J. W., Lue, T. F. (2014). Smith y Tanagho Urología general (18.a ed.).

McGraw-Hill Education.
Lynch, T. H., Martínez Piñeiro, L., Plas, E., Serafetinides, E., Türkeri, L., Santucci, R. A.,

Hohenfellner, M. (2005). EAU Guidelines on Urological Trauma. European Urology,

47(1), 1–15. https://doi.org/10.1016/j.eururo.2004.07.028

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