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Para lograr una terapia vocal eficaz, no basta con elegir la tendencia terapéutica
correcta y tener el grupo de ejercicios adecuados para cada paciente, si no se tienen
las herramientas necesarias para saber cómo enseñar estos ejercicios vocales con el
objetivo de producir un real cambio en el patrón fonatorio del paciente.
Evidencia científica señala que los cambios durante la práctica, es decir, durante el
proceso de ejecución, no predicen retención ni transferencia, por lo tanto no aseguran
un cambio del patrón fonatorio a largo plazo. En relación a esto, el objetivo final de la
rehabilitación vocal o entrenamiento no es mejorar la ejecución durante la sesión, sino
que es el logro de un real cambio del patrón fonatorio a largo plazo y que por lo tanto
permanezca en el tiempo. El objetivo es promover el aprendizaje sensorio-motor y
actuar en las etapas de retención y transferencia. No malentender que una ejecución
correcta no es deseable, ya que si lo es, pero esto no es nuestro objetivo final.
Producir un cambio real y permanente si lo es.
Foco de atención :
El foco de atención se refiere al lugar donde el paciente pone su atención durante la
realización de los ejercicios vocales. Los dos posibles focos de atención son: foco
interno y foco externo.
El foco interno se produce cuando el clínico entrega instrucciones biomecánicas al
paciente y por lo tanto éste focaliza la atención en él mismo. Algunos ejemplos de
instrucciones biomecánicas son: bajar la lengua, respirar moviendo el abdomen, mirar
hacia abajo, abrir la boca, protruir los labios, abrir la garganta, soltar la mandíbula,
bajar la laringe, caminar lento, mover las costillas, etc. Todas estas instrucciones
biomecánicas a los pacientes son muy utilizadas en la clínica vocal, sobre todo si la
tendencia terapéutica utilizada es la sintomatológica. Los ejercicios propios de la
tendencia sintomatológica promueven un foco de atención interna por el hecho de que
éstos necesitan ser enseñados en su mayoría con instrucciones biomecánicas como
las recién señaladas. El paciente focaliza su atención en procesos internos. Cuando
se utilizan instrucciones biomecánicas se promueve una buena ejecución del ejercicio
vocal, pero no un real aprendizaje sensorio-motor (cambio a largo plazo).
Por otra parte, cuando se eliminan las instrucciones biomecánicas y en su lugar se
enfatizan en el paciente las sensaciones físicas y sonidos asociados con la voz, el
foco de atención es considerado externo. Algunas de las sensaciones físicas que se
podrían promover durante el proceso de aprendizaje sensorio-motor son: sensación
de voz fácil, sensación de vibración anterior, sensación de garganta abierta,
sensación de suavidad, sensación de liviandad, etc. Estas sensaciones u otras deben
ser guiadas por el clínico. Los ejercicios vocales con tracto vocal semi-ocluido, y en
general todos los ejercicios utilizados en la tendencia terapéutica fisiológica
promueven el énfasis de sensaciones ligadas a la producción de la voz, y por lo tanto
facilitan el foco de atención externo. Como consecuencia, se promueve un real
aprendizaje sensorio-motor.
Búsqueda:
Consiste en la toma de consciencia del cuerpo (diferentes partes) y de lo que ocurre
en él, por parte del paciente. El proceso de búsqueda debe ser guiado por el clínico.
Ayuda postural:
El clínico manipula partes del cuerpo del paciente para evitar contracciones, posturas
o movimientos inadecuados. Esto es muy útil para evitar dar instrucciones
biomecánicas al paciente cuando éste está utilizando una incorrecta postura de
cabeza al realizar un ejercicio o está produciendo un cierre mandibular inadecuado o
simplemente está mal sentado. En el primer caso (mala postura de cabeza durante un
ejercicio), el clínico puede acercarse al paciente, tomar su cabeza y suavemente
posicionarla en el lugar correcto. Esto evita dar instrucciones biomecánicas, y
promueve un foco centrado en las sensaciones.
Mostrar:
Demostrar al paciente física y sonoramente cual es el comportamiento que queremos
lograr. Por ejemplo si el paciente realiza un ejercicio vocal y el sonido es
perceptualmente apretado y con esfuerzo, y además se observa que la mandíbula
está muy apretada, entonces en este caso el clínico puede hacer el ejercicios de
manera correcta, produciendo un sonido suave y fácil y al mismo tiempo mostrar con
las manos, por ejemplo, una gran apertura interna de la boca. (ver video demostrativo)
Practica negativa: Pedirle al paciente que haga los ejercicios de una forma
inadecuada y luego cambiarlo a la forma correcta. Esto puede ser realizado antes de
que el paciente logre una correcta ejecución del ejercicio o también cuando ya lo haya
logrado. En el primer caso, si el paciente por ejemplo no logra sentir que su voz sale
de manera fácil, se le puede pedir que lo haga de manera apretada para que sienta el
contraste con la sensación de voz fácil que hará posteriormente. Un ejemplo para el
segundo caso (cuando el paciente ya ha logrado el comportamiento fonatorio
adecuado en la ejecución de un ejercicio), se le puede solicitar que regrese a su
comportamiento antiguo (voz apretada) y luego realizar otra vez el sonido correcto con
las sensaciones corporales correctas. La práctica negativa es un recurso altamente
recomendable para que el paciente tome conciencia del cambio.
Variabilidad de la práctica
Este principio se relaciona con la cantidad de variables que se ponen en juego al
momento de hacer ejercicios vocales. En relación a esto existen dos opciones:
práctica constante y práctica variable.
Algunas de las posibles variables que podemos considerar en la ejercitación vocal
son: intensidad de la voz, tonos utilizados, tipos de ejercicios, movimiento corporal,
tipos de emociones, cantidad de ruido ambiente, lugar de ejercitación, etc.
La práctica constante hace referencia puntualmente a la realización de los ejercicios
vocales utilizando pocas variables, lo cual favorece la ejecución, no así la retención ni
la transferencia. Veamos esto a través de un ejemplo: ejercicio de vibración labial a
una sola intensidad, solo en tono cómodo y siempre sentado. Luego se le indica al
paciente que realice lo mismo pero esta vez con vibración lingual. En este ejemplo no
se observa una clara variabilidad de las variables ya que solo se hace un cambio en la
variable tipo de ejercicio, pero no en las restantes.
La práctica variable, por su parte, utiliza una mayor variación en la todas las variables
que están en juego. Hecho que podría ir en desmedro de una ejecución perfecta en
las primeras prácticas, pero favorece la retención y la transferencia, los dos elementos
básicos para producir un real aprendizaje sensorio-motor. La práctica variable se
promueve cuando se le enseña al paciente un ejercicio pidiéndole que lo haga en con
diferentes niveles de intensidad (no llegando a una intensidad extrema), con variados
tonos, diferentes tareas fonatorias (tono mantenido, glissandos, canción, etc), en
lugares con diferentes niveles de ruido (lugares completamente tranquilos, lugares
con ruido moderado), pidiéndole que realice los ejercicios dentro de una habitación
como también afuera en la calle, también se puede considerar realizar el ejercicio
realizando otras acciones, no solo sentado y en tranquilidad, sino que además
caminando, viendo televisión, manejando, mirando un paisaje, recordando algo, etc.
Consistencia en el mapa
La consistencia del mapa tiene relación con el grado de estabilidad de la relación
estimulo-respuesta para una tarea, es decir que tan consistente es la respuesta frente
a diferentes estímulos. Por ejemplo, el uso consistente de la voz resonante (voz fácil y
vibraciones anteriores) durante la realización de diferentes ejercicios vocales, o frente
a diferentes producciones vocales, como voz a baja intensidad o alta intensidad. El
mapa variable, por el contrario, es responder de forma diferente frente al mismo
estímulo a lo largo de los intentos. Si un paciente no logra mantener la voz resonante
al variar la intensidad, entonces existe una inconsistencia en el mapa. El mapa
variable en este caso está dado por el hecho de hacer un uso alternado de voz
resonante (nuevo patrón) y voz apretada (patrón antiguo) como respuesta al estímulo
“habla”. Si el paciente logra mantener la misma cualidad vocal independientemente
del estímulo, existe entonces un mapa consistente. El mapa consistente, a diferencia
del mapa variable promueve un buen desarrollo de la automaticidad y transferencia
del nuevo patrón vocal.
Referencias
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