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ESCUELA DE OFICIALES
SILABO DESARROLLADO
CÓDIGO CIVIL

I. DATOS GENERALES
PROGRAMA : PROCESO REGULAR.
EJE CURRICULAR : Formación Profesional Policial.
AREA EDUCATIVA Formación Básica.
AREA COGNITIVA : Ciencias Jurídicas.
AÑO DE ESTUDIO : PRIMER AÑO.
HORAS SEMESTRALES : 64 horas académicas.
HORAS SEMANALES : 04.
CRÉDITOS : 03.
PERIODO ACADEMICO : 2022-II.

II. SUMILLA

La Asignatura forma parte del Currículo de Estudios de la Escuela de Oficiales PNP,


sus Unidades de Aprendizaje comprenden contenidos relacionados con el Derecho
Civil: Conceptos básicos del Derecho, Título Preliminar del Código Civil, Derecho de
las Personas y el Acto Jurídico.

III. OBJETIVOS

A. OBJETIVO GENERAL
Proporcionar conocimientos sobre aspectos del Derecho Civil que se correlacionan
con el ejercicio de la función policial.

B. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

1. Profundizar el dominio de los Derechos Civiles para comprender las


capacidades e incapacidades de las personas.
2. Identificar los aspectos que otorgan validez al acto jurídico, así como sus
características y consecuencias.
3. Comprender el ámbito de la Representación, así como lo referente a los
Registros Públicos.

IV. CONTENIDOS
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I UNIDAD
EL DERECHO CIVIL
 Primera Sesión
PRIMERA Concepto básico de: Derecho, Derecho Privado, Derecho
SEMANA Civil.
12AGO2022 • Segunda Sesión
(04 horas) La Constitución Política del Perú y los derechos fundamentales
de la persona
Código Civil: Principios del Título Preliminar

 Primera Sesión
DERECHOS DE LAS PERSONAS
Clases de personas: Personas Naturales: Principio y derechos
SEGUNDA de las Personas
SEMANA Nombre, Domicilio. Capacidad e Incapacidad de ejercicio.
19AGO2022 Taller: Análisis y comentario de los Art.19° al 46°.
(04 horas)  Segunda Sesión
Ausencia: Desaparición y Declaración de Ausencia,

 Primera Sesión
Fin de la persona: Muerte, Declaración de muerta
presunta, Reconocimiento de Existencia,
TERCERA Registro del Estado Civil: atribuciones y funciones de la
SEMANA RENIEC.
26AGO2022 Taller: Análisis y comentario de los Art.63° al 75°.
(04 horas)  Segunda Sesión
Personas Jurídicas sin fines de lucro:
Disposiciones Generales, el fin no lucrativo. - personas
jurídicas. - constitución de las personas jurídicas.

 Primera Sesión
CUARTA Personas Jurídicas: clases. - personas jurídicas inscritas.
SEMANA Asociación, Fundación Comité.-
02SET2022 personas jurídicas no inscritas
(04 horas) Taller: Análisis y comentario de los Art.111° al 126°.
 Segunda Sesión
Comunidades campesinas y nativas: Disposiciones
generales.
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II UNIDAD
EL ACTO JURÍDICO
 Primera Sesión
El acto jurídico. Concepto. Requisitos para su validez La
QUINTA manifestación de voluntad, clases. Formalidad: Clases. El
SEMANA silencio.
09SET2022  Segunda Sesión
(04 horas) La Representación, concepto, clases: Legal,
Convencional o voluntaria, Directa e Indirecta.

 Primera Sesión
La Formalidad de la Representación. El Poder: Clases.
Representación sin Poder. Ratificación del Acto Jurídico. La
revocación del Poder, y sus modalidades
Vicios de la voluntad en la representación.- Poder.-
SEXTA Poder especial para representación legal.
SEMANA Taller: Estudio de casos.
16SET2022  Segunda Sesión
(04 horas) Interpretación del Acto Jurídico. Concepto. Finalidad- Sistemas
de Interpretación. Interpretación en el Código Civil
Destinatarios de las normas de Interpretación del Acto
Jurídico. Clases de Interpretación del Acto Jurídico

SÉTIMA
SEMANA EXAMEN PARCIAL I
23SET2022
(04 horas)
III UNIDAD
 Primera Sesión
Modalidades del Acto Jurídico. Concepto. La Condición.
OCTAVA Concepto.- Características.- Clasificación.
SEMANA Segunda Sesión
30SET2022 El Plazo. Concepto. Clases. Beneficio. Caducidad.
(04 horas) Cómputo.
El Cargo. Concepto. Transmisibilidad. exigibilidad.
Imposibilidad e ilicitud.
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 Primera Sesión
Simulación del Acto Jurídico. Concepto.
Características. Clases
NOVENA Acto simulado. Efectos del acto jurídico simulado.
SEMANA  Segunda Sesión
07OCT2022
Fraude del Acto Jurídico. Concepto. Clases.
(04 horas)
Acción Pauliana o Revocatoria. Requisitos.
Efectos.

IV UNIDAD
 Primera Sesión
DÉCIMA Vicios de la Voluntad. Concepto. Clasificación: Error
SEMANA Concepto. Clases.
14OCT2022  Segunda Sesión
(04 horas) Dolo. Concepto. Clases. Violencia.
Concepto. Requisitos
Intimidación: elementos
Diferencias entre Simulación y Fraude.
Diferencias entre Error y Dolo.
Diferencias entre Intimidación y Violencia
DÉCIMA V UNIDAD
PRIMERA  Primera Sesión.
SEMANA Nulidad del Acto Jurídico. Noción. Efectos
21OCT2022  Segunda Sesión
(04 horas) Anulabilidad del Acto Jurídico. Causales.

DÉCIMA
SEGUNDA
SEMANA EXAMEN PARCIAL II
28OCT2022
(04 horas)
 Primera Sesión
DÉCIMA Confirmación del Acto Jurídico. Concepto.
TERCERA Características. Clases. Requisitos
SEMANA  Segunda Sesión
04NOV2022 Actos Ilícitos. Concepto. Responsabilidad Civil.-
(04 horas) Elementos. Responsabilidad Contractual y
Responsabilidad Extracontractual.
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DÉCIMO  Primera Sesión


CUARTA Elementos de la Responsabilidad Extracontractual: Daño y
SEMANA Culpa.
11NOV2022 La Imputabilidad Extracontractual.
(04 horas) Daños no reparables.
Responsabilidad Indirecta.
 Segunda Sesión
La responsabilidad por riesgo.
Concurrencia de responsabilidades.
Cláusula de irresponsabilidad.

 SUSTENTACIÓN, ENVIO DE LOS TAI AL EQUESA


AREAAI-EO PNP, TRABAJO APLICATIVO INDIVIDUAL

DÉCIMA
QUINTA SUSTENTACION, ENVIO DE LOS TRABAJOS
SEMANA AC AL EQUESA AREAAI-EO-PNP. TRABAJOS
18NOV2022 COLABORATIVO
(04 horas)
DÉCIMO
SEXTA EXAMENES FINALES DE SEMESTRE (AF)
SEMANA
25NOV2022
(04 horas)

V. PROCEDIMIENTOS DIDÁCTICOS

A. Las técnicas de enseñanza se orientarán a la interacción permanente docente –


educando, enmarcadas en la cultura participativa, y el trabajo en equipo.
B. Se promoverá la investigación permanente y la exposición de los
conocimientos adquiridos.
C. El desarrollo de los contenidos curriculares será eminentemente objetivo
mediante el empleo de Mapas Conceptuales.

VI. EQUIPOS Y MATERIALES

El docente para el desarrollo de la asignatura empleará los siguientes equipos y


materiales:

EQUIPOS:
Retroproyector, video grabadora, computador, proyector multimedia.

MATERIALES:
Proveerá Separatas a los educandos, así como empleará transparencias o
videos para reforzar las técnicas de enseñanza.

VII. EVALUACIÓN
6

La asistencia a las sesiones teóricas es obligatoria en el 70% y a los Talleres en el


90%, en caso contrario de no existir justificación alguna por la Sub Dirección
Académica de la EO PNP, el Cadete desaprobará la asignatura.

El proceso de evaluación del aprendizaje será permanente, comprenderá:

A. Evaluación Formativa Interactiva, en relación a la participación activa del


Cadete en el aula. El promedio de las intervenciones orales constituirá Nota
de Paso Oral.
B. Evaluación Formativa o de Proceso para comprobar el rendimiento
académico, pronosticar posibilidades de desarrollo y reorientar la
metodología, compromete la aplicación de:

1. Talleres, Exposiciones.
2. Dos exámenes escritos parciales (8ª y 13ª semana), enmarcados en los
modelos de la Prueba Objetiva, pudiendo, además, contener preguntas tipo
desarrollo y situación problema, en las que prime el empleo de la
capacidad reflexiva, la correlación de criterios, el análisis y el pensamiento
lógico.
3. Un trabajo de investigación monográfica que se valorará en su forma y
contenido.

C. Evaluación Sumativa orientada a comprobar el nivel de desarrollo


cognoscitivo, reflexivo y del pensamiento lógico, para lo cual se aplicará un
examen final (17ª semana), de similar característica empleada en los
exámenes parciales.

D. El Promedio General se calculará en concordancia con las disposiciones


establecidas en el Manual de Régimen de Educación de las Escuelas de
Formación de la PNP, conforme se detalla a continuación:

Promedio General:

PG = PEP (3) + PO (1) + TA (2) +EF (4)


10

PEP = Promedio de Exámenes


Parciales PO = Paso Oral
TA = Trabajo de Investigación Monográfica
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VIII BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

A. ARIAS SCHREIBER, Max. “Exégesis del Código Civil Peruano”. 1984.


B. CORVETO VARGAS, Aníbal. “Manual Elemental del Derecho Civil
Peruano”.
C. DE CASTRO Y BRAVO, Federico. “Derecho de las Personas”.
D. FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. “Derecho de las Personas”.
E. FERRERO COSTA, Raúl. “El Negocio Jurídico”. 1974.
F. LEON BARANDIARAN, José. “Tratado del Derecho Civil Peruano”.
Tomo I - II
G. LLOVERAS DERESK y otros. “Lecciones de Derecho Civil”.
H. OSTERLING PARODI, Felipe. “Las Obligaciones”. Fondo Editorial PUCP.
Lima – Perú. 1999.
I. PALACIOS PIMENTEL, Gustavo. “Elementos del Derecho
Civil Peruano”. Facultad de Derecho de la UNSAA. Cusco -
Perú. 1998
J. ROMERO ZAVALA, Luis. “El Derecho de las Obligaciones en el Perú”.
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. UIGDLV. Lima – Perú. 1996.
K. VIDAL RAMÍREZ, Fernando. “Código Civil”. Edición 2005 .-Gaceta
Jurídica.
L. ARIAS SCHREIBER, Max.” Código Civil Comentado - Gaceta Jurídica.
(209 especialistas).
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I UNIDAD
PRIMERA
SEMANA
PRIMERA SESION

EL DERECHO CIVIL

Concepto básico de Derecho, Derecho Privado, Derecho Civil

1. CONCEPTO DE DERECHO

Etimológicamente, significa guiar rectamente un hecho hacia un fin, sin desviarse ni


perderse.

Para algunos tratadistas Derecho significa: Pedro Flores Polo.- Es el conjunto de normas
previstas de sanciones que rigen las relaciones de los hombres en la sociedad; es por ello que
la sociabilidad del hombre nacida de su propia naturaleza, la exigencia de regular su
conducta mediante normas y el deber de ser orientado hacia valores; así como Miguel
Reale, teoría tridimensional del derecho, considera como integración de tres elementos,
(hecho, valor y norma), por tanto son elementos integrantes de una definición del derecho; la
conducta social del hombre como persona, la necesidad de regularla mediante un sistema de
normas y los valores hacia los cuales debe orientarse esa conducta.

2. EL DERECHO PÚBLICO
Es el conjunto de normas que regulan la organización, actividad y fines del Estado y demás
entes públicos en sí y sus relaciones (relaciones entre Estados y entre entidades oficiales)
con los particulares, destinados a la tutela o defensa del ser humano y al cumplimiento de los
intereses generales de la comunidad.

3. EL DERECHO PRIVADO
Es un conjunto de normas jurídicas, cuyo objetivo consiste en regular los intereses
particulares de los individuos, a través de los códigos y leyes que al efecto se dicten.

4. CONCEPTO DE DERECHO CIVIL

Para, el tratadista Dr. ALBERTO VASQUEZ RIOS; Es la disciplina que cubre todas las
fases de la vida del hombre, desde cuándo es concebido hasta su muerte, cubriendo en dicho
lapso los actos jurídicos, los contratos, la constitución familiar, en sus relaciones con los
demás hombres y de éstos con las cosas, cuya expresión elocuente de esta última relación es
la propiedad privada1.

Según el diccionario jurídico; el Derecho Civil es la parte fundamental del Derecho Privado
que comprende las normas relativas al Estado y capacidad de las personas, la familia, el
patrimonio, la transmisión de los bienes, los contratos y las obligaciones.

PRIMERA SEMANA
SEGUNDA SESION

1
VASQUEZ RIOS, Alberto. DERECHO DE LAS PERSONAS. Tomo I. Editorial San Marcos. Lima 2005. Pag. 24
9

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ

TITULO I
DE LA PERSONA y LA SOCIEDAD
Artículo 1º.-
La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la
sociedad y del Estado.

Artículo 2º.-

Toda persona tiene derecho:

1. A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y


bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece.
2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo,
idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
3. A la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada. No hay
persecución por razón de ideas o creencias. No hay delito de opinión. El ejercicio
público de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el
orden público.
4. A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento
mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación
social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las
responsabilidades de ley. Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás
medios de comunicación social se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero
común. Es delito toda acción que suspende o clausura algún órgano de expresión o le
impide circular libremente. Los derechos de informar y opinar comprenden los de
fundar medios de comunicación.
5. A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier
entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las
informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por
ley o por razones de seguridad nacional. El secreto bancario y la reserva tributaria
pueden levantarse a pedido del juez, del Fiscal de la Nación, o de una comisión
investigadora del Congreso con arreglo a ley y siempre que se refieran al caso
investigado.
6. A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no
suministren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar.
7. Al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y familiar así como a la voz y
a la imagen propias. Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o agraviadas en
cualquier medio de comunicación social tiene derecho a que este se rectifique en forma
gratuita, inmediata y proporcional, sin perjuicio de las responsabilidades de ley.
8. A la libertad de creación intelectual, artística, técnica y científica, así como a la
propiedad sobre dichas creaciones y a su producto. El Estado propicia el acceso a la
cultura y fomenta su desarrollo y difusión.
9. A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en él ni efectuar investigaciones
o registros sin autorización de la persona que lo habita o sin mandato judicial, salvo
flagrante delito o muy grave peligro de su perpetración. Las excepciones por motivos de
sanidad o de grave riesgo son reguladas por la ley.
10

10. Al secreto y a la inviolabilidad de sus comunicaciones y documentos privados. Las


comunicaciones, telecomunicaciones o sus instrumentos solo pueden ser abiertos,
incautados, interceptados o intervenidos por mandamiento motivado del juez, con las
garantías previstas en la ley. Se guarda secreto de los asuntos ajenos al hecho que
motiva su examen. Los documentos privados obtenidos con violación de este precepto
no tienen efecto legal. Los libros, comprobantes y documentos contables y
administrativos están sujetos a inspección o fiscalización de la autoridad competente,
de conformidad con la ley. Las acciones que al respecto se tomen no pueden incluir su
sustracción o incautación, salvo por orden judicial.
11. A elegir su lugar de residencia, a transitar por el territorio nacional y a salir de él y
entrar en él, salvo limitaciones por razones de sanidad o por mandato judicial o por
aplicación de la ley de extranjería.
12. A reunirse pacíficamente sin armas. Las reuniones en locales privados o abiertos al
público no requieren aviso previo. Las que se convocan en plazas y vías públicas
exigen anuncio anticipado a la autoridad, la que puede prohibirlas solamente por
motivos probados de seguridad o de sanidad públicas.
13. A asociarse y a constituir fundaciones y diversas formas de organización jurídica sin
fines de lucro, sin autorización previa y con arreglo a ley. No pueden ser disueltas por
resolución administrativa.
14. A contratar con fines lícitos, siempre que no se contravengan leyes de orden público.
15. A trabajar libremente, con sujeción a ley.
16. A la propiedad y a la herencia.
17. A participar, en forma individual o asociada, en la vida política, económica, social y
cultural de la Nación. Los ciudadanos tienen, conforme a ley, los derechos de elección,
de remoción o revocación de autoridades, de iniciativa legislativa y de referéndum.
18. A mantener reserva sobre sus convicciones políticas, filosóficas, religiosas o de
cualquiera otra índole, así como a guardar el secreto profesional.
19. A su identidad étnica y cultural. El Estado reconoce y protege la pluralidad étnica y
cultural de la Nación. Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante
cualquier autoridad mediante un intérprete. Los extranjeros tienen este mismo derecho
cuando son citados por cualquier autoridad.
20. A formular peticiones, individual o colectivamente, por escrito ante la autoridad
competente, la que está obligada a dar al interesado una respuesta también por escrito
dentro del plazo legal, bajo responsabilidad. Los miembros de las Fuerzas Armadas y
de la Policía Nacional solo pueden ejercer individualmente el derecho de petición.
21. A su nacionalidad. Nadie puede ser despojado de ella. Tampoco puede ser privado del
derecho de obtener o de renovar su pasaporte dentro o fuera del territorio de la
República.
22. A la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a gozar
de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida.
23. A la legítima defensa.
24. A la libertad y a la seguridad personales. En consecuencia:
a. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que
ella no prohíbe.
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b. No se permite forma alguna de restricción de la libertad personal, salvo en los casos


previstos por la ley. Están prohibidas la esclavitud, la servidumbre y la trata de
seres humanos en cualquiera de sus formas.
c. No hay prisión por deudas. Este principio no limita el mandato judicial por
incumplimiento de deberes alimentarios.
d. Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse
no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como
infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley.
e. Toda persona es considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente
su responsabilidad.
f. Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del juez o por
las autoridades policiales en caso de flagrante delito. El detenido debe ser puesto a
disposición del juzgado correspondiente, dentro de las veinticuatro horas o en el
término de la distancia. Estos plazos no se aplican a los casos de terrorismo,
espionaje y tráfico ilícito de drogas. En tales casos, las autoridades policiales
pueden efectuar la detención preventiva de los presuntos implicados por un término
no mayor de quince días naturales. Deben dar cuenta al Ministerio Publico y al
juez, quien puede asumir jurisdicción antes de vencido dicho termino.
g. Nadie puede ser incomunicado sino en caso indispensable para el esclarecimiento
de un delito, y en la forma y por el tiempo previstos por la ley. La autoridad está
obligada bajo responsabilidad a señalar, sin dilación y por escrito, el lugar donde se
halla la persona detenida.
h. Nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni sometido a tortura o
a tratos inhumanos o humillantes. Cualquiera puede pedir de inmediato el examen
médico de la persona agraviada o de aquella imposibilitada de recurrir por si misma
a la autoridad. Carecen de valor las declaraciones obtenidas por la violencia. Quien
la emplea incurre en responsabilidad.

Artículo 3º.-
La enumeración de los derechos establecidos en este capítulo no excluye los demás que la
Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que se fundan en la dignidad del
hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado democrático de derecho y de
la forma republicana de gobierno.

CÓDIGO CIVIL

TITULO PRELIMINAR

Articulo I.- Abrogación de la ley


La ley se deroga solo por otra ley.
La derogación se produce por declaración expresa, por incompatibilidad entre la nueva ley y
la anterior o cuando la materia de esta es íntegramente regulada por aquella.
Por la derogación de una ley no recobran vigencia las que ella hubiere derogado.
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Articulo II.- Ejercicio abusivo del derecho


La ley no ampara el ejercicio ni la omisión abusiva de un derecho. Al demandar
indemnización u otra pretensión, el interesado puede solicitar las medidas cautelares
apropiadas para evitar o suprimir provisionalmente el abuso.

Articulo III.- Aplicación de la ley en el tiempo


La ley se aplica a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. No
tiene fuerza ni efectos retroactivos, salvo las excepciones previstas en la Constitución
Política del Perú.

Artículo IV.- Aplicación analógica de la ley


La ley que establece excepciones o restringe derechos no se aplica por analogía.

Artículo V.- Orden público, buenas costumbres y nulidad del acto jurídico
Es nulo el acto jurídico contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas
costumbres.

Artículo VI.- Interés para obrar


Para ejercitar o contestar una acción es necesario tener legítimo interés económico o moral.
El interés moral autoriza la acción solo cuando se refiere directamente al agente o a su
familia, salvo disposición expresa de la ley.

Articulo VII.- Aplicación de norma pertinente por el juez


Los jueces tienen la obligación de aplicar la norma jurídica pertinente, aunque no haya sido
invocada en la demanda.

Articulo VIII.- Obligación de suplir los defectos o deficiencias de la ley


Los jueces no pueden dejar de administrar justicia por defecto o deficiencia de la ley. En
tales casos, deben aplicar los principios generales del derecho y, preferentemente, los que
inspiran el derecho peruano.

Articulo IX.- Aplicación supletoria del Código Civil


Las disposiciones del Código Civil se aplican supletoriamente a las relaciones y situaciones
jurídicas reguladas por otras leyes, siempre que no sean incompatibles con su naturaleza.

Articulo X.- Vacíos de la ley


La Corte Suprema de Justicia, el Tribunal de Garantías Constitucionales (*) y el Fiscal de la
Nación están obligados a dar cuenta al Congreso de los vacíos o defectos de la legislación.
Tienen la misma obligación los jueces y fiscales respecto de sus correspondientes
superiores.

SEGUNDA SEMANA
PRIMERA SESION
13
DERECHOS DE LAS PERSONAS

1. Clases de personas. - Según el Código existen dos (02) clases de personas: Persona
Natural y Persona Jurídica.

2. Persona Natural.- La persona, legalmente hablando, es todo ser capaz de tener y


contraer derechos y obligaciones. Cuando los derechos y obligaciones los ejerce un
individuo en forma particular se habla de persona física o natural.

Según nuestro Código Civil las personas naturales son "todos los individuos de la especie
humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición".
La existencia legal de la persona natural comienza al nacer y termina con la muerte.

Los requisitos para la existencia legal son:


 Que haya nacimiento. Es decir, que la criatura sobreviva al parto.
 Que el niño sea separado completamente de su madre. Es decir, que su cuerpo salga
íntegramente del vientre de su madre.
 Que la criatura haya sobrevivido de la separación un momento siquiera.

Estos requisitos se tornan significativos en muchas instancias legales como los relativos
a la herencia.

3. Principios y Derechos de la Persona

3.1. Derecho a la vida. - El derecho a la vida es el derecho primordial entre todos los
derechos de la persona y el presupuesto indispensable de todos los demás. El
derecho a la vida consiste en que cada ser humano tiene el derecho de no ser
muerto, sino por causas naturales. No es un derecho sobre la vida en el sentido de
que la persona pueda disponer de ella según su parecer V. Gr. El suicidio y la
eutanasia, los cuales no están comprendidos en el derecho a la vida, sino que son
incompatibles con el mismo.

3.2. Derecho a la libertad. - Estrechamente ligado al derecho a la vida, el derecho a


la libertad supone la posibilidad de todo ser humano de decidirse por un proyecto
de vida dentro del bien común, de realizarse plenamente como hombre; es decir, de
poder hacer todo aquello que éste jurídicamente permitido, que no esté
expresamente prohibido, siempre que no atente contra el derecho ajeno, el interés
social y no signifique un abuso en el ejercicio de un derecho.

3.3. Derecho a la igualdad. - Toda persona, por su condición de tal, tiene la


capacidad de gozar de los derechos civiles. Por el Principio de Igualdad ante la ley,
todos gozan de los derechos civiles, salvo las excepciones que se encuentran
expresamente establecidas en la ley como: la interdicción civil o penal, la
suspensión de la patria potestad, etc.

3.4. Derecho a la intimidad. - Derecho que permite al individuo desarrollar su


propia vida, en que todos deben guardar reserva de los detalles de la vida de los
demás, con un grado mínimo de interferencia, libre de perturbación
14

que ocasionen otros individuos o autoridades públicas. Se viola este derecho


cuando un aspecto de la vida de la persona o familiar del individuo es dado a
conocer sin su consentimiento. Si la persona fallece, la protección es ejercida por
sus ascendientes, descendientes y su cónyuge.

3.5. Derecho a la identidad. - RUBIO CORREA señala que el derecho a la


identidad protege a la persona en lo que constituye su propio reconocimiento: quién
y cómo es, que va desde lo estrictamente físico y biológico (herencia genética,
características corporales, etc.) hasta los de mayor desarrollo espiritual (talento,
ideología, identidad cultural, valores, honore, reputación).

3.6. Derecho a la propia imagen y a la voz. - Este derecho protege a la imagen y a


la voz, teniendo relación con la intimidad de las personas. Ambos no pueden ser
utilizados sin un consentimiento expreso.

3.7. Derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones y los documentos


privados. - Consiste en que las comunicaciones no pueden ser intervenidas, esto
es, las cartas interceptadas, las ondas electromagnéticas estorbadas con trasmisiones
que las hagan inútiles para la comunicación o teléfonos intervenidos.

3.8. Derecho la integridad. - Es un concepto que tiene que ver con la unidad
inseparable de cada ser humano. La Constitución reconoce la integridad moral,
psíquica y física.

3.9. Derecho de autor. - Se tiene en consideración los derechos morales


patrimoniales el autor. Con relación a los derechos morales de autor, le permite
exigir la intangibilidad de la obra, la misma que no podrá ser modificada o alterada
sin su asentimiento. En cuanto a los derechos patrimoniales lo faculta a
comercializar la obra; sin embargo, el hecho de disponer de la obra, no significa
que el autor también transfiera los derechos morales.

4. El Nombre
Es un atributo esencial de las personas, tanto naturales como jurídicas y sirve para
identificarlos y diferenciarlos de otras personas.
El nombre comprende dos elementos:
a. El nombre patronímico o apellido; proviene del padre y de la madre, estos
nombres son hereditarios.

b. El nombre de pila o prenombre.

Los hijos matrimoniales (hijos nacidos dentro del matrimonio) lleven el primer
apellido del padre y el primer apellido de la madre. Art. 20° del C.C.

Al hijo extra matrimonial (nacido fuera del matrimonio) le corresponde el apellido del
padre que le haya reconocido. Si es reconocido por ambos, lleva el primer apellido de
los dos (padre y madre). Art. 21° del C.C.

El adoptado lleva los apellidos del adoptante o adoptantes. El Art. 22° del C.C.
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5. Protección legal del nombre


El nombre como atributo de la persona está protegido por la ley. El nombre puede ser
ejercitado por el titular, sin que nadie pueda impedirlo. Nadie que no sea dueño o titular
del nombre puede ejercitar ese derecho, que es personal, intransferible.

El Artículo 19° del Código Civil dice: "Toda persona tiene el derecho y el deber de
llevar un nombre".

De aquí surgen dos formas de protección al nombre:

a. Protegiendo cuando es contestado (negado), nadie puede ser impedido del uso de su
nombre, toda persona tiene derecho a exigir que se le designe por su nombre;
cuando se vulnera este derecho, puede pedir la cesación del hecho violatorio y la
indemnización que corresponda. - Art. 26 del C.C.

b. Protección cuando hay usurpación de nombre. - Nadie puede usar nombre que no le
corresponde. El que es perjudicado por la usurpación de su nombre, tiene acción
para hacerla cesar y obtener la indemnización que corresponda. Art. 28 del C.C.

6. Nombre del Expósito


El Artículo 19° del Código Civil nos habla de un recién nacido, cuyos progenitores son
desconocidos y dispone que se inscriba con nombre adecuado que le asigne el
registrador del estado civil; guarda relación con el Art. 3° de la Declaración de los
Derechos del Niño y Art. 2°, Numeral 1) de la Constitución Política del Perú. Poner un
nombre adecuado significa, que no sea extravagante, ridículo, contrario a nuestras
costumbres o que suscite equívocos respecto a la persona. Tampoco puede asignarse al
expósito el nombre y apellidos de conocidos hombres públicos.

7. Cambio de nombre
Por regla general el nombre es personal, permanente e inalterable, nadie puede cambiar
de nombre o apellido ni añadir otro a los suyos, salvo motivos justificados y mediante
autorización judicial debidamente publicada e inscrita. Art. 29 del C.C, el cambio o
adición del nombre no altera la condición civil de quién lo obtiene ni constituye prueba
de filiación.

El Art. 31° del C.C establece que cuando una persona es perjudicada con el cambio de
nombre, tendrá derecho a impugnarlo judicialmente, quedará sin efecto la resolución
que autorizó el cambio de nombre, esta impugnación se hará dentro del término de un
año a partir del día de la publicación.

8. El seudónimo
Cuando adquiere la importancia del nombre, goza de la misma protección jurídica
dispensada a éste. Art. 32 C.C.

El seudónimo es una identificación que la propia persona escoge para ser conocido por
ese nombre, generalmente en el ámbito literario o artístico; es el “nombre de arte” o
“nombre de guerra”. No es siempre una forma de ocultar su
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personalidad, sino más bien, un modo de escindirla (separar), separando la del artista o
autor de la individualidad ordinaria del sujeto.

El seudónimo es distinto al “sobrenombre”, “alias”, “chapa” o “apodo”, estos derivan


del grupo social donde vive la persona; tienen en común el ser modos de designación
espontánea producidos en el estrecho ambiente familiar, social, o del medio ambiente en
que se desenvuelve el individuo, y que muchas veces lo trasciende oscureciendo con su
brillo el nombre propio. No tiene significación jurídica y por lo general los ejemplos
más notables se encuentran en el ámbito de la política, las artes, el deporte, etc. En la
misma línea, pero con una connotación distinta está el caso de los delincuentes que
suelen utilizar “alias” o “apodo”.

9. Domicilio
El domicilio es el lugar donde permanentemente vive una persona o una familia; en otras
palabras, es el centro de las relaciones jurídicas de una persona, su sede legal.

El domicilio se constituye por la residencia y el ánimo de permanencia en un determinado


lugar. Domicilio es la relación legal de una persona en un lugar determinado para realizar
una serie de actos con efectos jurídicos.

Por regla general, toda persona debe tener un domicilio para hacer viable las relaciones
contractuales y las relaciones con efectos jurídicos, así por ejemplo, sirve para las
notificaciones con efectos legales, para determinar la competencia y jurisdicción del Juez;
para el pago de impuestos, etc.

Clases de Domicilio:

a. Domicilio natural. - Este domicilio es aquel que el individuo adquiere por el hecho
de nacer; v. gr., como una consecuencia de la patria potestad.

b. Domicilio legal.- Es el que destina la ley en relación al estado civil de la persona o


de su condición de funcionario o del cargo que desempeñe; así por ejemplo, el
domicilio de los incapaces es el domicilio de sus representantes legales (Art. 37º del
C.C.), el domicilio de los funcionarios públicos es el lugar donde ejercen sus
funciones, sin perjuicio de su domicilio real (Art. 38º del C.C.), el domicilio de las
personas que residen temporalmente en el extranjero, en ejercicio de funciones del
Estado o por otras causas, es el último que hayan tenido en el territorio nacional.

c. Domicilio real. - También denominado voluntario, es el que las personas eligen


libremente para establecerse habitualmente en él; es el constituido por la residencia
habitual de la persona en un lugar (Art. 33°).

d. Domicilio conyugal. - Es el lugar el lugar donde los cónyuges viven de común


acuerdo, o en su defecto, el último que compartieron. - Art. 36° del C.C.

e. Domicilio especial. - Llamado también contractual, es el que partes señalan


solamente para determinar el fuero en cuanto al cumplimiento del contrato.
17

Esta designación sólo implica sometimiento a la competencia territorial


correspondiente, salvo pacto en contrario (Art. 34° del C.C). Ejemplo: En un contrato
de promesa de compra venta sobre una casa situada en Arequipa, que celebran una
persona radicada en Lima y otra en Arequipa, pueden fijar como domicilio especial la
calle X de la ciudad de Lima; en este caso, si surge algún conflicto, el juez
competente para conocer el caso será el Juez de Lima.

f. Domicilio fiscal. - Llamado también Tributario para el cumplimiento de las


obligaciones tributarias o de contribución.

g. Domicilio procesal. - Es el domicilio que los abogados señalan en un proceso


judicial, que generalmente es el estudio jurídico del abogado, sirve para las
notificaciones judiciales.

10. Capacidad de Ejercicio


La capacidad es el atributo de la personalidad, consistente en la idoneidad para ser
sujeto de derecho; es la aptitud que la ley reconoce a la persona para el goce o para el
ejercicio de sus derechos civiles; se trata de un derecho extra patrimonial, por lo tanto,
no susceptible de negociabilidad.

Al hablar de capacidad, nos estamos refiriendo tanto la aptitud de disfrute de un


derecho, como a la aptitud de una persona para ejecutar o ejercer sus derechos.

El 04 de setiembre desde el 2018, se modificó el artículo 3 del Código Civil y establece


que la Capacidad Jurídica “Toda persona tiene capacidad jurídica para el goce y
ejercicio de sus derechos.

La capacidad de ejercicio solo puede ser restringida por ley. Las personas con
discapacidad tienen capacidad de ejercicio en igualdad de condiciones en todos los
aspectos de la vida.”

Clases de Capacidad. - Se distinguen dos clases: Capacidad de Goce y Capacidad de


Ejercicio

a. Capacidad de goce. Es la aptitud de ser dueño o titular del derecho; es un atributo


esencial de toda persona natural. La capacidad de goce la tienen todos, surge con el
nacimiento y termina solo con la muerte.

“La mayoría de autores ha llamado a esta capacidad, como capacidad de derecho,


porque gozar de un derecho quiere decir, tenerlo, ser titular de él, no importando que
el individuo esté dotado o no de discernimiento, pues el mismo derecho, le prevé
representantes legales para que obtengan beneficios a favor del titular de los mismos”2

b. Capacidad de ejercicio plena.


Toda persona mayor de dieciocho años tiene plena capacidad de ejercicio. Esto incluye
a todas las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás y en
todos los aspectos de la vida, independientemente de si usan o

2
VASQUEZ RIOS Alberto. Ob. Cit. Tomo I Pág. 105
18

requieren de ajustes razonables o apoyos para la manifestación de su voluntad.


Excepcionalmente tienen plena capacidad de ejercicio los mayores de catorce años y
menores de dieciocho
años que contraigan matrimonio, o quienes ejerciten la paternidad.”. - Art. 42° del
C.C.).

La capacidad de ejercicio supone en el sujeto, el suficiente discernimiento y la


suficiente libertad volitiva para que pueda últimamente hacer uso de esa
capacidad.

Esta capacidad tiene trascendencia para los efectos de los negocios jurídicos; esta es la
capacidad que reclama el Inc. 1 del Art. 140° del Código Civil, cuando se refiere que
tiene “Plena capacidad de ejercicio, salvo las restricciones contempladas en la ley.”

Excepciones a la plena capacidad de ejercicio por razón de edad:

Por regla general, la capacidad de ejercicio se adquiere al cumplir 18 años de edad, sin
embargo, existen casos en que, sin tener 18 años, se adquiere esta capacidad; estas
excepciones son:

1. Los mayores de 16 años cuando hayan contraído matrimonio civil. (Art. 46 del
C.C.).
2. Por obtener título oficial que le autorice ejercer una profesión u oficio (Art. 46 del
C.C.).
3. En caso de la mujer, cesa la incapacidad, tratándose de mayores de 14 años a partir
del nacimiento del hijo, para realizar los siguientes actos:
3.1. Inscribir el nacimiento y reconocer a sus hijos e hijas.
3.2. Demandar por gastos de embarazo y parto.
3.3. Demandar y ser parte en los procesos de tenencia, alimentos y
régimen de visitas a favor de sus hijos e hijas.
3.4. Demandar y ser parte en los procesos de filiación extramatrimonial de sus
hijos e hijas.
3.5. Celebrar conciliaciones extrajudiciales a favor de sus hijos e hijas.
3.6. Solicitar su inscripción en el Registro Único de Identificación de Personas
Naturales, tramitar la expedición y obtener su Documento Nacional de
Identidad.
3.7. Impugnar judicialmente la paternidad.

11. Incapacidad de ejercicio


Es la falta de aptitud jurídica para gozar, ejercer derechos o para asumir obligaciones

Clases de incapacidad
Incapacidad de goce e incapacidad de ejercicio.

a. Incapacidad de goce
La incapacidad de goce solo es excepcional y relativa, por lo tanto, la
incapacidad de goce nunca puede ser total o absoluta.
19

Los supuestos de la incapacidad de goce son:

1) Prohibición de contraer matrimonio a ciertas personas (del casado, de los


consanguíneos o afines en línea recta, de los consanguíneos en segundo grado
de la línea colateral, del condenado por homicidio doloso de uno de los
cónyuges con el sobreviviente, etc.).
2) Prohibición de contratar entre cónyuges.

3) Prohibición a determinadas personas a comprar bienes, Ej: El administrador


público respecto a los bienes que estén a su cargo; el albacea respecto a los
bienes que administra; el Juez, abogado, procurador, escribano, peritos,
respecto a los bienes que se deciden en el juicio en que han intervenido; el
presidente de la República y los Ministros de Estado, respecto de los bienes del
Estado.

4) La incapacidad de determinadas personas para suceder por causa de


indignidad.

En todos estos supuestos, no hay ninguna representación legal, la representación


legal opera solamente cuando el sujeto tiene capacidad de goce, pero no capacidad
de ejercicio.

b. Incapacidad de ejercicio.- Es la falta de aptitud jurídica para ejercer derechos y


contraer obligaciones, es decir, incapacidad para ejercer por sí mismos esos
derechos y contraer obligaciones (Arts. 43° y 44° del C.C).

La capacidad emana de la ley, y a ella le corresponde aplicarla o restringirla. Se


puede señalar, además, que se han considerado dos situaciones distintas en que se
restringe la capacidad de ejercicio de los derechos de las personas, a lo que nuestro
Código Civil denomina incapacidad; tales situaciones son determinadas en relación
a los absolutamente incapaces y los relativamente incapaces.

Clases de incapacidad de ejercicio: Incapacidad Absoluta e Incapacidad Relativa:

a. Incapacidad Absoluta. - Es una incapacidad plena y general; estas personas no


pueden ejercer por sí mismas derecho alguno de las que son titulares.

Los actos practicados por estos incapaces son nulos (Art. 43° C.C). El Código Civil
fija los siguientes supuestos:

 Menores de 16, salvo para aquellos actos determinados por ley.- Los
derechos de menores de 16 años, los representan sus padres o quienes ejercen la
patria potestad o en su defecto, sus tutores; esta incapacidad se prueba con la
partida de nacimiento.

Los casos excepcionales, son: El menor que ha cumplido 14 años, puede recurrir
al Juez por sí mismo, contra los actos de su tutor, para oponerse o
20

pedir su remoción (Art. 530° del C.C); el menor mayor de 10 años, debe prestar su
asentimiento para ser adoptado (Art. 378 inc. 4 del C.C.); el menor capaz del
discernimiento puede aceptar donaciones, legados y herencias voluntarias, siempre
que sean puras y simples, sin intervención de sus padres, también puede ejercer
derechos estrictamente personales (Art. 455°); el menor capaz de discernimiento
responde por los daños y perjuicios que causa (Art. 458º del C.C, modificado por
Ley 27184); los incapaces no privados del discernimiento pueden celebrar contratos
relacionados con las necesidades ordinarias de su vida (Art. 1358°.

b. Incapacidad Relativa. - Es la incapacidad de las personas que han perdido o


están privadas parcialmente de su capacidad civil de ejercicio; se encuentran
limitados de ejercer determinados derechos o actos, de manera que otros derechos si
pueden ser ejercidos directamente por el sujeto. Los actos realizados por estos
incapaces son anulables, en cambio, los actos realizados por los incapaces
absolutos son nulos.

Incapacidad de las personas mayores de 16 años y menores de 18


años de edad. - Esta incapacidad se sustenta en la falta de discernimiento. En
cuanto a esta incapacidad, el Art. 46° del C.C, establece que cesa en los siguientes
casos:
 Por matrimonio.
 Por obtener título oficial que lo autorice para ejercer una profesión u oficio.

 Los pródigos. - Pródigo es sinónimo de derrochador; el pródigo es el que


disipa habitualmente más de la tercera parte de sus bienes raíces o capitales;
teniendo cónyuge ascendientes y descendientes, son sujetos habituales en la
dilapidación. Es el que malgasta su patrimonio; a estos se les nombra curador.

 Los que incurren en mala gestión. - Son las personas que no cuentan con
suficiente racionalidad para llevar a cabo sus negocios y que por esta causa han
perdido más de la mitad de sus bienes raíces o capitales, teniendo cónyuge,
ascendientes o descendientes, es la falta de eficiencia en los negocios.

 Los ebrios habituales. - Conocido como etilomanía o dipsomanía, son los


que tienen el hábito estable o morboso a la embriaguez, que les produce
alteraciones mentales, tal estado perjudica la economía del sujeto y la familia. Es
la inclinación al consumo de bebidas alcohólicas sin mesura alguna, o en exceso,
de tal manera que produce la ebriedad sistemática (alcoholismo crónico).

 Los toxicómanos. - Se trata de sujetos que, por el uso de droga y


estupefacientes, se exponen o exponen a su familia a caer en la miseria, necesite
asistencia permanente o amenace la seguridad ajena.

 Los que sufren pena que lleva anexa la interdicción civil.- Interdicción
civil es el estado de una persona a la que judicialmente se ha declarado incapaz,
por la privación de ejercer ciertos derechos, bien por razón de
21

delito o por otra causa prevista en la ley; ejemplo, la privación al penado


(sentenciado a una pena), mientras cumpla la pena, de los derechos de patria
potestad, tutela, participación en el Consejo de Familia, de la autoridad marital,
de la administración de bienes y del derecho de disponer de los propios por actos
entre vivos.

 Las personas que se encuentran en estado de coma siempre que


no hubiera designado un apoyo con anterioridad.

El coma es un estado profundo de inconsciencia. Una persona en coma está viva


pero incapaz de moverse o responder a su entorno. El estado de coma se puede
presentar como una complicación de una enfermedad subyacente o como
resultado de lesiones, tales como traumatismo de cráneo.
El estado de coma rara vez dura más de 2 a 4 semanas. El resultado depende de
la causa, la severidad y sitio de la lesión. La gente puede salir de un coma con
problemas físicos, intelectuales y psicológicos. Algunas personas pueden
permanecer en coma durante años o incluso décadas. Para esa gente, la causa de
muerte más común es una infección, como una neumonía.

El Decreto Legislativo 1384 que modifica el artículo 45 del Código Civil define
que son los Ajustes razonables y apoyo “Toda persona con discapacidad
que requiera ajustes razonables o apoyo para el ejercicio de su capacidad jurídica
puede solicitarlos o designarlos de acuerdo a su libre elección.”
Los apoyos son formas de asistencia libremente elegidos por una persona mayor
de edad para facilitar el ejercicio de sus derechos, incluyendo el apoyo en la
comunicación, en la comprensión de los actos jurídicos y de las consecuencias
de estos, y la manifestación e interpretación de la voluntad de quien requiere el
apoyo.

SEGUNDA SEMANA
SEGUNDA SESION

AUSENCIA
Es un fenómeno jurídico que se manifiesta por el hecho que una persona no está presente en
el lugar de su domicilio en condiciones que dan un entorno de incertidumbre sobre diversos
aspectos de su esfera jurídica incluyendo sus relaciones personales, familiares y
patrimoniales e, incluso sobre su existencia. La ausencia así entendida, es la falta de
presencia en un lugar donde la persona jurídicamente debería encontrarse aunada a
determinadas condiciones que, según el caso, generan diversos efectos jurídicos.

El Código Civil hace referencia a tres manifestaciones de la ausencia: La desaparición, la


declaración de ausencia y la declaración de muerte presenta.

Declaración de ausencia
Artículo 49°.- Declaración judicial de ausencia
22

Transcurridos dos años desde que se tuvo la última noticia del desaparecido, cualquiera que
tenga legítimo interés o el Ministerio Público pueden solicitar la declaración judicial de
ausencia.

Es competente el juez del último domicilio que tuvo el desaparecido o el del lugar donde se
encuentre la mayor parte de sus bienes.

A la persona que se encuentra en calidad de desaparecido se le declara ausente; para que se


declare la ausencia, es necesario que transcurran dos años desde que se tuvo la última noticia
del desaparecido; cualquiera que tenga legítimo interés o el Ministerio Público, pueden
solicitar la declaración judicial de ausencia, ante el Juez del último domicilio que tuvo el
desaparecido o el del lugar donde se encuentre la mayor parte de sus bienes.

Posesión temporal de los bienes del ausente


En la declaración judicial de ausencia, el Juez ordena dar posesión temporal de los bienes
del ausente, a los herederos forzosos (hijos, padres, cónyuge, hermanos), previo inventario
valorizado; si los herederos son varios, se nombra un ADMINISTRADOR JUDICIAL, si el
que entra en posesión es el único heredero, también se llama Administrador Judicial; sino no
tuviera herederos, la administración de los bienes continúa a cargo del curador interino (Art.
50°, 51° y 54° del C.C.).

Los que toman posesión temporal de los bienes, no pueden enajenarlos, ni gravarlos, salvo
causa de necesidad o utilidad, previa autorización judicial en la medida de lo indispensable
(Arts. 52º y 56° del C.C).

La declaración judicial de ausencia debe ser inscrita en el Registro de Mandatos y Poderes


de los Registros Públicos, con la finalidad de extinguir los otorgados por el ausente (Art. 53°
del C.C.).

Cesación de la declaración judicial de ausencia


Los efectos de declaración de ausencia cesan por:
a. Regreso del ausente.
b. Designación del apoderado con facultades suficientes, hecha por el ausente con
posterioridad a la declaración.
c. Comprobación de la muerte del ausente.
d. Declaración judicial de muerte presunta.

Desaparición. - La desaparición como manifestación de la ausencia, viene hacer un hecho


jurídico que se configura, cuando la persona nos e halla en el lugar de su domicilio y han
transcurrido más de sesenta días sin noticias sobre su paradero

Efectos de la desaparición
El Artículo 47°.- Nombramiento de curador por desaparición
Cuando una persona no se halla en el lugar de su domicilio y han transcurrido más de
sesenta días sin noticias sobre su paradero, cualquier familiar hasta el cuarto grado de
consanguinidad o afinidad, excluyendo el más próximo al más remoto, pueden solicitar la
designación de curador interino. También puede solicitarlo quien invoque legítimo interés
en los negocios o asuntos del desaparecido, con citación de
23

los familiares conocidos y del Ministerio Público. La solicitud se tramita como proceso no
contencioso.

El domicilio genera una presunción iuris tantun (la ley presume), en el sentido que a la
persona se le va a encontrar siempre en su domicilio, cuando esta presunción se rompe, se
presume la desaparición de la persona; según el Art. 47º del C.C., esta ausencia debe ser
mayor de sesenta (60) días sin noticias de su paradero y sin que haya dejado representante o
mandatario.
Cuando ello ocurre, cualquier familiar hasta el cuarto grado de consanguinidad o afinidad,
puede solicitar ante el Juez Especializado en lo Civil del último domicilio o del lugar donde
están sus bienes, la designación de un “curador interino”, para que cuide del patrimonio
del desaparecido; también lo pueden solicitar los que tengan interés en el negocio o el
Ministerio Público.

TERCERA SEMANA PRIMERA


SESION

FIN DE LA PERSONA

MUERTE
La muerte jurídicamente es el hecho biológico por el cual dejan de funcionar las partes
vitales del organismo de la persona, el cerebro, corazón, y consecuentemente todas las
células del organismo.

El Art. 61° del C.C. se refiere a la muerte total y por lo tanto esta muerte pone fin a la
persona.

La muerte origina determinadas consecuencias jurídicas en el orden hereditario,


precisamente al concluir la titularidad del causante con su muerte, los sucesores alcanzan la
titularidad sobre el patrimonio dejado por el causante.

Los derechos personalísimos (título de abogado, por ejemplo) se extinguen con la muerte del
titular, no puede ser heredados, solo son transmisibles los derechos patrimoniales.
La muerte, como el nacimiento, constituyen hechos jurídicos, ya que ambos producen
efectos para el derecho. La muerte, en general, pone fin al ser humano y con ella la persona
humana pasa a convertirse de sujeto de derecho, en objeto de derecho.
Nuestro Código Sanitario definió la muerte haciéndola equivalente a la muerte clínica (D.L.
Nº 17505, del 18.03.1969) en su art. 36 que dice: “La muerte se produce por la cesación de
los grandes sistemas funcionales, considerando que el fin de la vida, productora de
consecuencias jurídicas, no corresponde a la verdad biológica”

DECLARACIÓN DE MUERTE PRESUNTA. - Cuando se desconoce el paradero de una


persona y se presume que haya muerto, procede que cualquier interesado o el Ministerio
Público, solicite al Juez la declaración de su muerte presunta; esta declaración tiene los
mismos efectos que una muerte natural.

El art. 63.del CC se refiere a los supuestos de declaración de muerte presunta:


24

“Procede la declaración de muerte presunta, sin que sea indispensable la de


ausencia, a solicitud de cualquier interesado o del Ministerio Público en los
siguientes casos:
1. Cuando hayan transcurrido diez años desde las últimas noticias del
desaparecido o cinco si éste tuviere más de ochenta años de edad.
2. Cuando hayan transcurrido dos años si la desaparición se produjo en
circunstancias constitutivas de peligro de muerte. El plazo corre a partir de la
cesación del evento peligroso.
3. Cuando exista certeza de la muerte, sin que el cadáver sea encontrado o
reconocido”.

El presente artículo tiene por finalidad solucionar situaciones inciertas respecto de la vida o
fallecimiento de una persona que no se encuentra presente, o mejor dicho, se halla
desaparecida, del lugar de su domicilio durante un tiempo prolongado como lo menciona la
norma. Tiene por objeto tutelar el interés de la persona desaparecida; el interés de los
terceros, principalmente de aquellos que tengan derechos eventuales en la sucesión del
desaparecido; y, el interés general de la sociedad de que no haya bienes y derechos
abandonados.

Los efectos jurídicos que produce la declaración de muerte presunta son: En la esfera
patrimonial cesan las relaciones jurídicas que se extinguirían por la muerte (el matrimonio,
obligaciones alimentarias), contratos, puesto que la muerte presunta, tiene como efecto
principal, ponerle fin a la persona; cesan los efectos de la declaración judicial de ausencia si
la hubiera; se abre la sucesión del muerto presunto a favor de sus herederos, etc.

RECONOCIMIENTO DE EXISTENCIA
El art. 67 el CC, se refiere a la Vía procesal de reconocimiento de existencia: “La
existencia de la persona cuya muerte hubiera sido judicialmente declarada, puede
ser reconocida a solicitud de ella, de cualquier interesado, o del Ministerio Público.
La pretensión se tramita como proceso no contencioso, con citación de quienes
solicitaron la declaración de muerte presunta”.

La norma se pone en el caso de que, habiéndose declarado la muerte presunta del


desaparecido, éste aparezca y los grandes problemas a dilucidarse son aquellas que atañen a
sus problemas familiares si éste hubiese sido casado y de haber contraído nuevo matrimonio
el cónyuge declarado muerto presunto y, también con relación a su patrimonio.

Es el caso, por ejemplo, que por catástrofes producidas por la naturaleza (maremotos,
tempestades), las personas son aisladas a tierras lejanas, pero después de algunos años
regresan vivos.

En este caso, el muerto presunto debe solicitar el reconocimiento de su existencia ante la


autoridad judicial, también puede solicitar este reconocimiento cualquier persona interesada
(familiares, acreedores, Ministerio Público, etc), se tramita como proceso no contencioso
con citación de las personas que solicitaron la declaración de muerte presunta.
25

REGISTRO DE ESTADO CIVIL


RENIEC, Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, es un organismo público
autónomo que cuenta con personería jurídica de derecho público interno y goza de
atribuciones en materia registral, técnica, administrativa, económica y financiera. Fue creado
por Ley N° 26497 de fecha 12 de julio de 1995.

Es el organismo técnico encargado de la identificación de los peruanos, otorga el documento


nacional de identidad, registra hechos vitales: nacimientos, matrimonios, defunciones,
divorcios y otros que modifican el estado civil.

Atribuciones de la RENIEC. - De manera específica la RENIEC entre otras, tiene las


siguientes atribuciones institucionales:
a. Inscripción de nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones y actos que modifican el
estado civil de las personas; así como, las resoluciones judiciales o administrativas que a
ellos se refieran susceptibles de inscripción y, los demás actos que señale la ley.

b. Mantener el registro de identificación de las personas; siendo su misión dentro de un


contexto humano y tecnológico, prestando especial atención a zonas de menor desarrollo
relativo, a las personas con discapacidad y a los sectores vulnerables

Todas las sociedades o civilizaciones en algún momento de su historia han valorado la


importancia de guardar ordenadamente, bajo cualquier sistema de orden, los datos
relacionados con las personas y sus relaciones en su grupo social.

Conforme fueron estableciéndose y afirmándose los derechos de las personas se hacía


necesario guardar la información relacionada a nacimientos, matrimonios, defunciones, etc.
con la finalidad de ordenar el alcance de los derechos al interior del grupo familiar y de la
relación de este con la sociedad. Así, primero con el establecimiento de registros en las
diferentes entidades religiosas y luego a través del estado mismo, es que surge la idea de
crear un registro que contenga de manera ordenada, la información de cada uno de los
individuos de la sociedad. Los fines de tal esquema registral eran variados y todos ellos
apuntaban a ordenar la identidad de las personas, sus vínculos y el alcance de sus derechos.

En Código Civil peruano al momento de su promulgación contenía un Título destinado a


regular los Registros del Estado Civil, pero en el año 1995 con la creación de la RENIEC, se
deroga este título y se da paso a la institución que unifica en el Perú a todos los registros
civiles.

Funciones de la RENIEC
Son funciones del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil:
a. Planear, organizar, dirigir, normar y racionalizar las inscripciones de su
competencia;
b. Registrar los nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones y demás actos que
modifiquen el estado civil de las personas, así como las resoluciones judiciales o
administrativas que a ellos se refieran susceptibles de inscripción y los demás actos que
señale la ley;
c. Emitir las constancias de inscripción correspondientes;
26

d. Preparar y mantener actualizado el padrón electoral en coordinación con la Oficina


Nacional de Procesos Electorales;
e. Proporcionar al Jurado Nacional de Elecciones y a la Oficina Nacional de Procesos
Electorales la información necesaria para el cumplimiento de sus funciones;
f. Mantener el Registro de Identificación de las personas;
g. Emitir el documento único que acredita la identidad de las personas, así como sus
duplicados;
h. Promover la formación de personal calificado que requiera la institución;
i. Colaborar con el ejercicio de las funciones de las autoridades policiales y judiciales
pertinentes para la identificación de las personas, dejando a salvo lo establecido en el
inciso siguiente y en los incisos 1), 5) y 6) del Artículo 2 de la Constitución Política
del Perú;

El Documento Nacional de Identidad (DNI)


Es un documento público, personal e intransferible. Constituye la única cédula de Identidad
Personal para todos los actos civiles, comerciales, administrativos, judiciales y, en general,
para todos aquellos casos en que, por mandato legal, deba ser presentado. Constituye
también el único título de derecho al sufragio de la persona a cuyo favor ha sido otorgado.
El uso del Documento Nacional de Identidad (DNI) es obligatorio para todos los ciudadanos
peruanos.

Actos que se inscriben en el RENIEC


Se inscriben en el Registro del Estado Civil:
a. Los nacimientos;
b. Los matrimonios;
c. Las defunciones;
d. Las resoluciones que declaran la incapacidad y las que limitan la capacidad de las
personas;
e. Las resoluciones que declaren la desaparición, ausencia, muerte presunta y el
reconocimiento de existencia de las personas;
f. Las sentencias que impongan inhabilitación, interdicción civil o pérdida de la patria
potestad;
g. Los actos de discernimiento de los cargos de tutores o curadores, con enumeración de
los inmuebles inventariados y relación de las garantías prestadas, así como cuando la
tutela o curatela acaba, o cesa en el cargo el tutor o curador;
h. Las resoluciones que rehabiliten a los interdictos en el ejercicio de los derechos civiles;
i. Las resoluciones que declaren la nulidad del matrimonio, el divorcio, la separación de
cuerpos y la reconciliación;
j. El acuerdo de separación de patrimonio y su sustitución, la separación de patrimonio no
convencional, las medidas de seguridad correspondiente y su cesación;
k. Las declaraciones de quiebra;
l. Las sentencias de filiación;
m. Los cambios o adicione de nombre;
n. El reconocimiento de hijos;
o. Las adopciones;
27

p. Las naturalizaciones y la pérdida o recuperación de la nacionalidad;


q. Los actos que, en general, modifiquen el estado civil de las personas, resoluciones
judiciales o administrativas susceptibles de inscripción y los demás actos que la ley
señale.

TERCERA SEMANA
SEGUNDA SESION
PERSONAS JURÍDICAS SIN FINES DE LUCRO
Generalidades
En la sociedad moderna, caracterizada por el espíritu de ganancia y maximización de
beneficios, ¿cómo se explica la subsistencia y actual auge de organizaciones que
precisamente niegan el afán de lucro? ¿Qué papel desempeñan la asociación, la fundación y
el comité en una economía social de mercado? ¿Tienen, acaso, cabida en un sistema
económico de esta naturaleza? ¿Responden a las necesidades de los que las conforman o
cumplen un rol social? En última instancia, ¿estamos ante entidades exclusivamente
altruistas y filantrópicas?

Nos embarcamos en la tarea de profundizar acerca del rol que desempeñan las
organizaciones sin fines de lucro. No obstante, su creciente presencia en los diversos sectores
de la actividad económica del país -educación, cultura, salud, agro, artesanía, industria,
asesoría legal, auxilio a los necesitados, religión y política2- las entidades sin fines de lucro
no han merecido mayor atención por parte de la doctrina nacional. El desarrollo de estas
instituciones plantea consideraciones de tipo jurídico, económico, político y social de
singular importancia, en especial un reto al ordenamiento legal vigente. El propósito de este
artículo consiste en desarrollar un marco teórico que pueda informar la legislación de la
materia y servir de base al legislador. En tal virtud analizaremos la noción de "fin no
lucrativo", cuáles son sus características y alcances, cómo garantizar su cumplimiento y en
qué medida sirve como elemento diferenciador respecto de las demás formas organizativas,
evaluaremos la necesidad de la inscripción, las actividades que estas entidades puedan llevar
a cabo (objeto social) y las implicancias del régimen fiscal.

EL FIN NO LUCRATIVO
El común denominador entre la asociación, la fundación y el Comité es la ausencia del
espíritu de ganancia, propio de las sociedades comerciales. En efecto, el art. 80 del C.C.3,
dispone "la asociación es una organización estable de personas naturales o jurídicas, o de
ambas, que a través de una actividad común persigue un fin no lucrativo".

A su tumo, el art. 99 del mismo cuerpo legal define a la fundación como aquella
"organización no lucrativa instituida mediante la afectación de uno o más bienes para la
realización de objetivos de carácter religioso, asistencial, cultural u otros de interés social".
Por último, la primera parte del art. 111 se refiere al comité como "la organización de
personas naturales o jurídicas, o de ambas, dedicada a la recaudación pública de aportes
destinadas a una finalidad altruista".
El fin no lucrativo es, pues, lo que caracteriza a estas figuras jurídicas.
28

a. Fin y objeto social


¿Qué entiende el legislador al hablar de "fin no lucrativo? Aquí ingresamos a terrenos
pantanosos, ya que reina cierto grado de confusión al respecto. En efecto, se suele utilizar
-erróneamente, por cierto- "fin" y "objeto" como sinónimos, cuando lo propio es
distinguirlos.

El fin es el propósito que se persigue mediante o a través de algo, mientras que el objeto,
y en particular, el objeto social es la actividad que desarrolla la persona jurídica. Así pues,
el campo de acción de una persona jurídica puede estar referido a la educación, salud,
minería o compraventa de mercancías en general, éste es su objeto social, pero no dice
nada acerca del propósito que persiguen sus miembros.

El fin para el cual se constituye la persona jurídica es lucrativo, si los accionistas


pretenden obtener ganancias, o no lucrativo, en cuyo caso no habrá distribución de
utilidades. El fin de lucro se da, pues, en la relación persona jurídica- miembros, y no en
cuanto al objeto que ésta desarrolla. Para ilustrar lo expuesto tomemos el caso de un
grupo de ciudadanos dedicados a tareas académicas que deciden promover la cultura de
los jóvenes, para cuyo caso constituyen un centro educativo que bautizan con el nombre
"La Nueva Generación". La entidad lleva a cabo quehaceres educativos, éste es un objeto
social.

La finalidad que persiguen sus fundadores puede ser puramente altruista (por ejemplo, el
fomento de la educación cristiana) o lucrativa como en el caso de las academias
universitarias.

b. Fin no lucrativo
La ausencia del espíritu de ganancia sancionada por el Código Civil implica una
prohibición, cual es: no repartir la utilidad que hubiese entre los miembros de la
asociación, fundación y comité.

El profesor Hansmann en su acucioso estudio enseña que el fin no lucrativo no se agota


allí no más, sino que prohíbe cualquier distribución de ganancia, superávit o incremento
patrimonial a los miembros, administradores, gerentes, directores o individuos que
ejerzan control sobre la asociación, fundación o comité respectivamente. Todo superávit
debe destinarse en su integridad a financiar los servicios para los cuales se constituyó la
organización. Esto no significa que, por ejemplo, una asociación esté prohibida de
generar utilidades o que la fundación deba funcionar a pérdida. Lo único que se proscribe
es la distribución de utilidades a los miembros o funcionarios que administran la
institución.

Tal sería el caso si, por ejemplo, la remuneración de los administradores fuese excesiva, y
no guardase relación con el trabajo realizado; la organización concediese préstamos a sus
miembros o funcionarios pactando una tasa de interés muy por debajo de la usual; o
celebrase contratos muy ventajosos con firmas controladas por los miembros o
funcionarios. Nuestra legislación no contiene expresamente una norma de esta naturaleza.
Cabría argumentar, empero, que el funcionario que se procura algún tipo de beneficio se
está enriqueciendo indebidamente; que, asimismo, estaría incumpliendo el mandato
encomendado, por lo que se haría acreedor de las sanciones prescritas por el
29

artículo 1794 (caso en que el mandatario utilice en su beneficio o destine a otro fin el
dinero o los bienes que debía emplear para el cumplimiento del mandato), etc.

Más adelante retomaremos este punto. Por ahora, basta dejar en claro que la prohibición
de adquirir utilidades debe entenderse referida también a los funcionarios y
administradores de la organización.

c. Prohibición de distribuir el patrimonio en caso de disolución


La prohibición de distribuir utilidades, elemento tipificado del fin no lucrativo, se
extiende más allá de la "vida" de la organización. En efecto, el haber neto resultante de la
disolución de una de estas personas jurídicas debe aplicarse en su integridad a actividades
análogas. El legislador es bien claro al respecto (y los registradores haciendo gala de
juricidad se han encargado de hacer cumplir esta disposición): los miembros no pueden ni
deben obtener beneficios económicos con ocasión de la disolución.

Así lo dispone el art. 98 para las asociaciones, el inciso 6 del art. 104 y art. 109 en el caso
de las fundaciones, y el art. 122 hace lo propio respecto del comité. De esta manera, el
legislador otorga mayor eficacia al propósito no lucrativo propio de estas entidades,
evitando que alguien constituya una asociación, recaude fondos exonerados de tributación
y luego de acumular cierta riqueza liquide la asociación para adjudicarse el haber neto,
burlando así la prohibición de distribuir utilidades y tomando innecesaria la forma
asociativa. Ahora bien, tal como hemos explicado anteriormente, no sólo los miembros
sino también los directores, administradores, funcionarios y personas que ejerzan algún
tipo de control sobre la organización deben estar prohibidos de adquirir el remanente a
que hubiera lugar. En esta línea de pensamiento, al proscribirse cualquier adquisición por
parte de los miembros y/o funcionarios debe determinarse quien se beneficiará con los
bienes resultantes de la disolución. El legislador debe decidir qué grado de discreción le
reconoce a los administradores de una asociación, fundación o comité. Dicho, en otros
términos, si les impone o no restricciones). Una alternativa sería dejar la decisión en
manos de los administradores, quienes determinarían quien o qué entidad resultaría
beneficiada. Otra solución sería disponer que el remanente deba destinarse a actividades
análogas. Hansmann concluye que ambas alternativas tienen sus virtudes: tomando en
cuenta la intención de quienes financiaron la actividad de la organización, los bienes
deberían destinarse a una actividad análoga. Sin embargo, agrega Hansmann,
considerando que la disolución de una institución de esta naturaleza generalmente se debe
a su inoperancia e ineficacia social sería contraproducente mantener esos bienes afectados
de esa manera. Si bien ambas alternativas tienen sus ventajas, el mencionado autor se
inclina por la solución más liberal.

Nuestro legislador por el contrario ha sancionado la solución más restrictiva. La


disolución de una asociación puede deberse, también a la mala gestión de sus
administradores. Dada la perspicacia que nos caracteriza y la dificultad de fiscalizar el
cabal cumplimiento del fin no lucrativo compartimos la posición adoptada por nuestro
codificador.
30

d. Pago de intereses
Debemos preguntarnos ahora si la prohibición de distribuir utilidades proscribe, también,
todo pago como contraprestación por el uso del capital. De primera impresión la
respuesta parece ser en sentido negativo: ¿por qué habría de prohibirse el pago de
intereses por el uso de capital? Debería permitirse tal como se permite el pago de una
remuneración por el trabajo realizado o el pago del precio por los insumas adquiridos. El
tema se torna menos evidente tratándose de préstamos hechos por personas que de una u
otra forma ejercen control sobre la organización. En este caso el ordenamiento legal debe
asegurar que los intereses pagados no excedan lo justo y necesario. De lo expuesto
podemos concluir que el fin no lucrativo, elemento tipificador de la asociación, fundación
y comité, prohíbe distraer el patrimonio de la organización para fines ajenos a la misma,
en particular, cualquier tipo de distribución de ganancias a los miembros,
administradores, funcionarios o individuos que ejerzan algún tipo de control sobre la
organización.

PERSONA JURÍDICA
La persona jurídica son centro de imputación normativa, formas que el Derecho proporciona
para que los seres humanos organicen sus actividades con el propósito de realizar fines que
el ordenamiento jurídico estima dignos de amparo; es por ello que la Persona Jurídica es el
sujeto de derecho constituido por uno o más individuos jurídicamente organizados.

Fernández Sessarego señala que la persona jurídica surge de la necesidad del hombre de
reunirse coexistencialmente con otros para realizar en común ciertos valores que no podría
alcanzar de manera individual.

Kelsen, sostiene su criterio en el sentido que, entre la persona física (natural) y la


persona jurídica (colectiva), no pueden existir diferencias 'esenciales', pues en ambos casos
"se personifica un conjunto de normas jurídicas".

El Derecho atribuye carácter de sujeto no sólo al hombre considerado individualmente, sino


también a los “entes colectivos” llamados personas jurídicas en sentido estricto; la
existencia, capacidad, régimen, derechos, obligaciones y fines de la persona jurídica, se
determinan por las disposiciones del Código Civil o las leyes respectivas (Ley de Sociedades
Ley 26887).

Se acepta en términos generales la existencia de personas jurídicas de derecho público y las


de derecho privado.

CONSTITUCIÓN DE LA PERSONA JURÍDICA.

a. De derecho Público
Código Civil: Artículo 76º Regulación de la persona jurídica. La persona jurídica de
derecho público interno se rige por la ley de su creación.
Realizan fines de utilidad pública, unas son de derecho público externo, como el Estado
y los organismos internacionales y otras de derecho público interno, como los entes
administrativos emanados del Estado, Poder Judicial, Ministerio Público, Ministerio del
Interior, las municipalidades etc.
31

b. De derecho Privado
Código Civil: Artículo 77. La existencia de la persona jurídica de derecho privado
comienza el día de su inscripción en el registro respectivo, salvo disposición distinta de
la ley.

Cumplen fines de utilidad privada, tales como las asociaciones, que son reunión de
personas que generan un ente colectivo distinto de las que lo constituyen, las
fundaciones, son organizaciones no lucrativas, instituida mediante la afectación de uno
más bienes a cierto fin, por acto irrevocable del fundador, y las sociedades que asumen
diversas formas (sociedad anónima, sociedad de responsabilidad limitada, etc).
Según nuestro Código Civil vigente, son personas de Derecho Privado: Las
Asociaciones, las Fundaciones y Comités. Las otras forman de personalidad jurídica
están previstas en otras leyes especiales.
El Derecho atribuye carácter de sujeto no sólo al hombre considerado individualmente,
sino también a los “entes colectivos” llamados personas jurídicas en sentido estricto; la
existencia, capacidad, régimen, derechos, obligaciones y fines de la persona jurídica, se
determinan por las disposiciones del Código Civil o las leyes respectivas (Ley General
de Sociedades Ley 26887).

CUARTA SEMANA
PRIMERA SEMANA

PERSONAS JURÍDICAS

CLASES DE PERSONAS JURÍDICAS

1. Las Personas Jurídicas de Derecho Público


Son aquellas que están dotadas de potestades públicas, se crean por Ley, no pueden
constituirse por escritura pública, se guían por sus propias leyes y normas jurídicas.

 Unas son de derecho público externo, como el Estado y los organismos


internacionales y;

 otras de derecho público interno, como los entes administrativos emanados del
Estado, Poder Judicial, Ministerio Público, Ministerio del Interior, las
municipalidades, poder legislativo, poder ejecutivo, gobiernos regionales, entidades
autónomas como el Banco Central de Reserva, la Defensoría del Pueblo, las
Universidades Públicas, etc.

2. Las Personas Jurídicas de Derecho Privado


Cumplen fines de utilidad privada, a su vez se subdividen en:
1) Las que persiguen fines de lucro; Ejemplo: Sociedad Anónima, Sociedad En
Comandita, la Sociedad de Responsabilidad Limitada, Sociedad Anomia Cerrada -
SAC, etc., esta clase de sociedades están reguladas en la Ley General de Sociedades
- LGS.

2) Las que no persiguen fines de lucro; estas están reguladas en el Código Civil
Peruano de 1984:
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 La Asociación del Art. 80° al 98°.


 La Fundación del Artículo 99° al 110°.
 El Comité del Artículo 111° al 123°.
 Las Comunidades campesinas del Artículo 134° al 139°
 la Asociación, Fundación y Comité no inscritos

PERSONAS JURÍDICAS INSCRITAS

1. Asociación
a. Concepto
Es una organización estable de personas naturales o jurídicas, o de ambas, para
realizar actividades en común, con un propósito no lucrativo. Pueden ser de
carácter religioso, político, científico, deportivo, artístico o de sociabilidad (Clubes
Sociales). Las asociaciones surgen de un acto jurídico y no propiamente de un
contrato; a sus integrantes se les denomina asociados o socios. (Art.80 y 81 del
CC).

b. Características
 Se rigen por su Estatuto el cual deberá expresar lo establecido en el Art. 82° del
Código Civil; asimismo deberá constar por Escritura Pública.
 Debe contar con un patrimonio.
 Cuenta con los libros siguientes: Libro de Registro y Libro de Actas donde constan
los acuerdos.
 Órganos: Asamblea general (órgano superior) y Consejo Directivo.
 Cada socio cuenta con derecho a un voto condicionado al pago de sus aportes.
 Los asociados gozan de derecho de libre adhesión y retiro voluntario (por
petición escrita)

c. Disolución y destino de su patrimonio


Según el Código Civil, las causales de disolución, son:
 Por liquidación, según lo acordado por la Junta de Acreedores, conforme a la
ley de la materia.
De pleno derecho cuando la asociación no puede funcionar según su
Estatuto.
 Por solicitud del Ministerio Publico cuando las actividades de la
asociación resulten contrarias al Orden Público y las buenas
costumbres.
 Por mandato judicial a falta de norma estatutaria.

Sin importar cuál sea la causa de disolución de la asociación, en caso ella se


produzca, debe aplicarse el Art. 98 del Código civil, el mismo que dispone que el
haber neto que resulte de la liquidación sea entregado a las personas designadas en
el estatuto, con exclusión de los asociados. De no ser posible, será la autoridad
judicial la que ordene su aplicación a fines análogos en interés de la comunidad,
dándose preferencia a la provincia en donde tuvo su sede la asociación.

2. LA FUNDACION
a. Concepto
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Es una organización no lucrativa, instituida mediante la afectación de uno o más
bienes para la obtención de fines solidarios, filantrópicos, de servicio a la
comunidad o de interés social V gr. La Fundación por los Niños del Perú, La
Fundación Nobel, etc.

b. Características

 Se constituye por escritura pública o por testamento y se inscriben en el


registro respectivo.
 El acto de constitución de la Fundación, una vez inscrita es irrevocable.
 Carece de titulares que puedan disponer de ella o de su patrimonio a su libre
albedrío.
 En estricto, la fundación es un nuevo sujeto de derecho distinto del
fundador que administra.
 Carece de miembros, cuenta con órganos de administración, pero no tiene
integrantes por ser una persona jurídica cerrada a la afiliación.
 Con relación a los fines de la fundación, ella se caracteriza por ser una
organización que realiza objetivos que favorecen a terceros que no son ni el
fundador ni los administradores.
 Están controladas por el Consejo de Supervigilancia de Fundaciones - CSV.
 El administrador(es) así como sus parientes hasta el cuarto grado de
consanguinidad y segundo de afinidad no pueden celebrar contratos con la
Fundación.

c. Disolución de la Fundación y destino de su patrimonio


 El Consejo de Supervigilancia puede solicitar la disolución de la Fundación,
cuya finalidad resulte de imposible cumplimiento. La disolución es
necesariamente judicial y sólo es conocida por el Poder Judicial. En no pocos
casos la solicitud del Consejo de Supervigilancia es consecuencia del pedido de
los administradores.
 Si el Poder Judicial ordena la disolución debe designarse a los liquidadores
para que, cubiertas las obligaciones de la institución, destinen el haber neto
resultante al fin previsto en el acto constitutivo. Si ello no fuera posible, se
destina, a propuesta del Consejo de Supervigilancia, a incrementar el
patrimonio de otra u otras fundaciones de finalidad análoga o, en su defecto a
la Beneficencia Pública de la localidad en la que la fundación tuvo su sede,
para satisfacer propósitos similares (Art. 110° del Código Civil).

3. EL COMITE
a. Concepto
Es la organización de personas naturales o jurídicas o de ambas, dedicadas a la recaudación
pública de aportes con una finalidad altruista. Ejemplo: Comité de la Cruz Roja.

b. Características
 Se constituyen mediante escritura pública, acta de constitución o documento
privado con legalización notarial de las firmas de sus
34

fundadores; deben contar con un Estatuto e inscribirse en el Registro respectivo


(Art. 111° al 123° del C.C.)
 Su Estatuto ha de contener la denominación, duración y domicilio; el fin
altruista perseguido; el régimen administrativo, la constitución y funcionamiento
de la Asamblea General y del Consejo Directivo (sus órganos); la designación
del funcionario que ha de tener la representación legal; y los demás pactos y
condiciones que establezcan.
 El Ministerio Público vigila, de oficio o a instancia de parte, que los aportes
recaudados por el Comité se conserven y se destinen a la finalidad propuesta,
llegado el caso, puede solicitar la rendición de cuentas, sin perjuicio de la acción
civil o penal a que haya lugar

c. Disolución del Comité y destino de su patrimonio


 El Consejo Directivo procede a la disolución y liquidación del Comité, una vez
cumplida la finalidad propuesta, o si ella no se ha podido alcanzar.
 También el Ministerio Publico puede pedir la disolución del Comité al Juez
Especializado Civil del lugar en que aquel tenga su domicilio, cuando sus
actividades resulten contrarias al orden público o buenas costumbres.

PERSONAS JURÍDICAS NO INSCRITAS

Nociones generales
El Código Civil regula la actividad de la Asociación, el Comité y Fundación No Inscritas
del Art. 124° al 133°, es decir, de aquellas organizaciones de personas que no son
formalmente “personas jurídicas” no obstante actuar como tales en la realidad social.
Por regla general, las asociaciones, fundaciones y comités, deben estar inscritas en el
Registro de Personas Jurídicas de los Registros Públicos, sin embargo, la ley regula la
existencia de las no inscritas, en virtud de su expansión como fenómeno jurídico-social y al
reconocer en ellas una actividad creadora, es decir, una participación efectiva.
Estas organizaciones se mantienen, por tanto, como pluralidad de personas naturales, a las
cuales el Código concede subjetividad jurídica. Este reconocimiento normativo faculta a
dicha pluralidad – sin dejar de ser tal – a celebrar determinados actos jurídicos y a
comparecer en juicio. Al no constituirse como unidad normativa de imputación de
derechos y deberes, el patrimonio de dichas organizaciones no inscritas se mantiene como
un FONDO COMUN sujeto a la disciplina normativa.

1. REGIMEN DE LA ASOCIACIÓN NO INSCRITA


La Asociación no inscrita regula su organización interna y su administración por los
acuerdos de sus miembros, aplicándose las normas de la asociación inscrita en cuanto
fuese aplicable. El Código le reconoce capacidad procesal, pudiendo comparecer en
juicio representada por el Presidente del Consejo Directivo o por quién haga sus veces
(Art. 124º del C.C.).

El Fondo Común
Se denomina “Fondo Común” al conjunto de bienes constituido por los aportes de los
asociados y los bienes que adquiera la asociación no inscrita.
35

El fondo común está destinado a la realización de los objetivos del grupo, mientras el
objetivo subsiste no puede ser dividido, no existe el concepto de cuota y los partícipes
no tienen un derecho separado sobre el todo.

El Código Civil dispone en el Art. 125°, que “mientras esté vigente la Asociación” es,
decir, mientras se mantenga como no inscrita, no se puede pedir la división y partición
de dicho fondo, ni el reembolso de las aportaciones de los asociados. Del mismo modo,
quienes hayan actuado en nombre de la asociación son solidariamente responsables en
el caso en que el fondo común no sea suficiente para afrontar las obligaciones de la
misma (Art. 126).

2. REGIMEN DE LA FUNDACIÓN NO INSCRITA


El Art. 127° del C.C. establece que el Consejo de Supervigilancia, el Ministerio Público
o quien tenga legítimo interés le corresponde tomar las medidas pertinentes para lograr
dicha inscripción.

El Art. 128° del C.C. se refiere a la responsabilidad de los Administradores,


señalándose solidaria con respecto a los bienes afectados a la finalidad propuesta.

El Art. 129º del C.C, señala que una fundación no inscrita en los Registros Públicos (sin
personería jurídica), puede operar con la condición de ser inscrita en los Registros
Públicos.

De no ser posible su inscripción


Los bienes de la fundación no inscrita serán afectados a otras fundaciones de fines
análogos o a otra fundación, preferentemente establecida en el mismo distrito judicial,
por acuerdo de la Sala Civil de la Corte Superior de la sede de la fundación y a solicitud
del Consejo de Supervigilancia de Fundaciones, del Ministerio Público o de quien tiene
legítimo interés (Art. 129º C.C.).

3. REGIMEN DEL COMITÉ NO INSCRITO


El Comité no inscrito se rige por los acuerdos de sus miembros, la representación
judicial recae en el Presidente del Consejo Directivo o quien haga sus veces; asimismo,
los organizadores y quienes se encargan de la gestión de los aportes, son responsables
solidarias de su conservación, de la aplicación a su finalidad y de sus obligaciones
contraídas (Art. 130° del C.C.).

Disolución del comité no inscrito


En el caso en que se haya cumplido la finalidad o que no se haya podido alcanzar, el
Ministerio Público solicita de oficio o a instancia de parte su disolución y rendición
judicial de cuentas. La conservación y destino correcto de los aportes es supervisada por
el Ministerio Público (Art. 132° del C.C.).

TALLER:
Análisis y comentarios de los artículos 80º al 133º del Código Civil.
36

CUARTA SEMANA
SEGUNDA SESIÓN

COMUNIDADES CAMPESINAS Y NATIVAS

COMUNIDADES CAMPESINAS
Concepto
Las Comunidades Campesinas son organizaciones de interés público, con existencia legal
y personería jurídica integradas por familias que habitan y controlan determinados
territorios, ligadas por vínculos ancestrales, sociales, económicos y culturales, expresados
en la propiedad comunal de la tierra, el trabajo comunal, la ayuda mutua, el gobierno
democrático y el desarrollo de actividades multisectoriales, cuyos fines se orientan al
aprovechamiento de su patrimonio para beneficio general y equitativo de los comuneros,
promoviendo el desarrollo integral de sus miembros y del país. Artículo 2, Ley General
de Comunidades Campesinas. Ley Nº 24656.

Son Personas jurídicas sujetas a un régimen especial debido a su particular naturaleza. Su


reconocimiento surge de la constatación en la realidad de la existencia de organizaciones
de personas naturales alrededor de un patrimonio, el cual explotan para su beneficio, el fin
es de carácter especial, pues busca el desarrollo integral de los comuneros, su característica
principal es que solo pueden estar integradas por personas naturales.

De acuerdo a los resultados de los Censos Nacionales 2017 realizado del 23 de octubre al 6
de noviembre de 2017, existen 6,682 comunidades campesinas distribuidas en las 24
departamentos del país, de las cuales el 64 % (4276 comunidades del total) se definen
también como una población originaria o indígena.

a. Características
 Están reguladas por legislación especial.
 Para la existencia legal de las comunidades se requiere, además de la
inscripción en el registro respectivo, su reconocimiento oficial.
 Las tierras de las comunidades son inalienables, imprescriptibles e
inembargables, salvo excepciones establecidas en la Constitución.
 El Poder ejecutivo regula el estatuto de las comunidades, el cual consagra su
autonomía económica y administrativa.
 La Asamblea general es el órgano supremo de la comunidad.
 La comunidad debe contar con un padrón general y un catastro donde consten los
bienes que integran su patrimonio.

b. Derecho a la consulta previa


Según la Ley Nº. 29785, ley del derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u
originarios. Las comunidades campesinas, como pueblos originarios, son sujetos de
derecho a la consulta previa reconocido en el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) en los siguientes casos:
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 Se explotan recursos naturales en su territorio.


 Se emite una ley u ordenanza que los afecta directamente.
 Se realiza una obra de infraestructura que cambiará su modo de vida.
 Se elaboren políticas públicas que busquen atenderlos, entre otro tipo de
políticas.

c. Derechos lingüísticos
De acuerdo al artículo 6 del Decreto Supremo Nº 004-2016-MC publicada en el diario
oficial El Peruano se establece que las personas de comunidades originarias de Perú
tienen los siguientes derechos, entre ellos:
 Usar la lengua indígena u originaria en forma oral y escrita en cualquier espacio
público o privado.
 Ser atendido/a y recibir información oral, escrita o audiovisual en su lengua indígena
u originaria en las entidades públicas y privadas que prestan servicios públicos,
según lo establecido en el artículo 4.1 de la Ley N° 29735.
 Recibir educación en su lengua indígena u originaria en forma oral y escrita en todos
los niveles de educación.

d. Ejemplo de algunas Comunidades Campesinas


 Vicos (Áncash)
 Salinas Huito (Arequipa)
 Ochuro y Tiquihua (Arequipa)
 Tiquihua (Ayacucho)
 Azapampa y Uñas (Junín)

COMUNIDADES NATIVAS
a. Concepto
Son organizaciones que “tienen origen en los grupos tribales de la selva y ceja de selva,
están constituidas por conjuntos de familias vinculadas por los siguientes elementos
principales:
 Idioma o dialecto,
 Caracteres culturales y sociales,
 Tenencia y usufructo común y permanente de un mismo territorio, con asentamiento
nucleado o disperso”. (Art. 8° del D.L. N° 22175).

b. Marco legal
 Constitución Política del Perú-1993.
 Convenio 169 OIT- Aprobado por el Perú con Decreto Ley Nº 26253.
 Decreto Ley Nº 22175 – Ley de Comunidades Nativas y de Desarrollo
Agrario de las Regiones de Selva y Ceja de Selva.
 Decreto Supremo Nº 003-79-AA, “Reglamento de la Ley de Comunidades
Nativas y de Desarrollo Agrario de las Regiones de Selva y Ceja de Selva”.
 Decreto Legislativo Nº 1015 - Modifica el numeral b) del Art. 10 de la Ley Nº
26505.

c. Las comunidades nativas del Perú


Los pueblos indígenas u originarios que presentan el porcentaje más bajo (0,04
%) de comunidades nativas son Resígaro, Quechuas, Marinahua, Jíbaro, Chapra y
Chamicuro (1 comunidad en cada caso); le siguen Arabela, Kakinte,
38

Nahua y Ocaina (2 en cada caso) y concentran el 0,07 %. Fuente: Censo INEI. 2017.
En toda la selva peruana se tienen registradas y censadas 64 tribus y sub tribus de
aborígenes. Los Boras, Kukamas y Yaguas comparten su cultura con el mundo en
medio de una zona de gran biodiversidad.

TALLER
Análisis y comentarios de los artículos 134º al 1139º del Código Civil.

II UNIDAD
QUINTA SEMANA
PRIMERA SESION

EL ACTO JURIDICO

CONCEPTO
El acto jurídico es el acto humano, voluntario, lícito, con “manifestación de voluntad
destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas” (Art. 140 del C.C).

El acto jurídico, es, pues, el hecho jurídico de carácter voluntario y lícito, cuyo efecto es
querido directamente por el agente, y en el cual existe una declaración de voluntad. Como
quiera que este acto voluntario y lícito, por lo general tienen por objeto crear, regular,
modificar o extinguir relaciones jurídicas de contenido o fin patrimonial, muchos autores e
incluso Códigos, prefieren denominarla NEGOCIO JURIDICO en lugar de acto jurídico,
como ocurre con el Código Alemán.

Como quiera que el acto jurídico es un acto humano voluntario, para su validez se requiere
de la Manifestación de Voluntad, sino hay esa manifestación de voluntad, el acto es nulo

Tradicionalmente se define el acto o negocio jurídico como una o más declaraciones (o


manifestaciones) de voluntad, orientadas a producir efectos reconocidos y garantizados por
el ordenamiento jurídico.
De acuerdo con la doctrina tradicional, Carnevali manifiesta que en cada negocio jurídico
se individualizan dos voluntades:

a. La voluntad del acto, es simplemente la conciencia y voluntad que un sujeto tiene de


hacer una determinada declaración en su pura materialidad (palabras, escritos, gestos,
etc.). La voluntad del acto no solamente es característica del acto o negocio jurídico, sino
que es común a todos los otros actos (como a las declaraciones de ciencia, a las
comunicaciones, a las oposiciones, etc.). Si falta la voluntad de la declaración (ejemplo,
una declaración falsificada de otro), el acto jurídico es nulo.

b. La voluntad de los efectos, es la voluntad dirigida a producir efectos idóneos para


regular determinados intereses del declarante. Ejemplo: Juan otorga un
39

testamento, el efecto al cual está dirigida su voluntad es el de dejar la propiedad de un


inmueble a una persona, la propiedad de una nave a otra persona, una suma de dinero a
otra persona, y así vía; tal efecto se produce en cuanto es querido por el testador.

REQUISITOS PARA LA VALIDEZ DEL ACTO JURÍDICO.

De acuerdo al Art. 140º de nuestro Código Civil, los elementos o requisitos esenciales
para la validez de todo acto jurídico son:

1. Plena capacidad de ejercicio, salvo las restricciones contempladas en la ley


Se refiere que toda persona tiene capacidad jurídica para el goce y ejercicio de sus
derechos. La capacidad de ejercicio solo puede ser restringido por ley. Las personas con
discapacidad tienen capacidad de ejercicio en igual condiciones en todos los aspectos de
la vida.
La capacidad es la aptitud legal de toda persona natural y jurídica para adquirir derechos
o ejercerlos válidamente. Se clasifica en:
a. Capacidad jurídica. - denominada capacidad de goce, se basa en el principio del
derecho a la vida consagrada por el Art 2 inc.1 de la Constitución Política.

b. Capacidad de ejercicio. - o de obrar, permite a los titulares de derechos que han


cumplido 18 años no solo disfrutar de su capacidad de ejercicio de sus derechos;
sino también les otorga capacidad política para intervenir en e gobierno del país y
desempeñarse en la administración pública.

2. Objeto física y jurídicamente posible


El objeto del acto debe ser posible y realizable bajo el dominio de los hombres; porque
nadie puede comprometerse a lo imposible (entregar un bien inexistente o
comprometerse donar una parte del planeta marte, etc.)
3. Fin lícito
Es un acto lícito, porque no se concibe un acto jurídico que contravenga el
ordenamiento jurídico. La voluntad del agente debe adecuarse a las normas imperativas,
el orden público y las buenas costumbres, caso contrario el acto es nulo por ilícito. Por
ejemplo, el acto jurídico del matrimonio produce entre los cónyuges los efectos de
filiación, patria potestad. etc.
4. Observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad
Si un acto jurídico requiere para su validez alguna solemnidad prevista por la ley
positiva, ésta tiene que cumplirse necesariamente; de lo contrario, si el acto jurídico no
reviste la formalidad, carece de validez. Por ejemplo, si se reconoce a un hijo
extramatrimonial en un documento privado, contraviniendo el art 390; el acto jurídico
practicado, será nulo.
a. Plena capacidad de ejercicio, salvo las restricciones contempladas en la ley.
b. Objeto física y jurídicamente posible.
c. Fin lícito.
d. Observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
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MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD:
El elemento esencial, básico, fundamental, del acto jurídico es la voluntad de algún modo
manifestada. El profesor Teófilo Idrogo Delgado sostiene que la manifestación de la
voluntad en los actos jurídicos, es la exteriorización de la voluntad que hace un sujeto de
derecho por medio de la declaración.

La manifestación de voluntad con la que se perfecciona un acto jurídico tiene sentido


normativo, es decir, regula los intereses particulares con carácter prescriptivo. Así, en una
compraventa la manifestación de voluntad de las partes es la que dispone que el vendedor
debe transferir la propiedad del bien vendido y el comprador debe pagar el precio pactado;
en un testamento, es la voluntad del testador la que establece cómo deben disponer de su
patrimonio sus herederos o legatarios.

Elementos de la manifestación de voluntad.- Para que exista voluntad jurídica, se


requiere de la concurrencia de elementos internos (discernimiento, intención y libertad)
y externos (manifestación). Con la concurrencia de los elementos internos queda formada
la voluntad real o interna o psicológica, la misma que para producir efectos jurídicos
requiere que sea manifestada.

El discernimiento “es la aptitud para percibir o distinguir las diferencias con relación a
aquello que guarda conformidad con nuestra conveniencia o sentido moral. Es, pues, una
aptitud que nos permite diferenciar lo que nos conviene de lo que no nos conviene, de lo que
nos interesa de lo que no nos interesa, de lo que juzgados bueno de lo que juzgamos malo, y
en general, de lo que nos hace actuar con entendimiento y desarrollar nuestra inteligencia”3.

Efectos jurídicos de la manifestación de voluntad.- La falta de manifestación de


voluntad, produce la nulidad del acto jurídico.

CLASES DE MANIFESTACION:

a. Manifestación expresa
Es expresa cuando se realiza en forma oral, escrita, a través de cualquier medio directo,
manual, mecánico, digital, electrónico, mediante la lengua de señas o algún medio
alternativo de comunicación, incluyendo el uso de ajustes razonables o de los apoyos
requeridos por la persona.

Ahora por internet se puede celebrar cualquier contrato; mediante un operador se puede
comunicar a un banco de datos (una persona mediante su computadora accede a un banco
de datos donde puede encontrar el bien o servicio que quiere adquirir). En la contratación
por internet, las distancias prácticamente desaparecen, el consumidor está a un clic de
distancia del proveedor.

Los actos jurídicos celebrados a través de la electrónica, la informática y la telemática,


determinan el nacimiento de relaciones jurídicas patrimoniales y extrapatrimoniales, que
requiere una adecuada regulación a nivel internacional, control y previsión de sus
consecuencias.

3
VIDAL RAMIREZ Fernando. EL ACTO JURIDICO. GACETA JURIDICA S.A. Sexta Edición. Lima 2005.
41

b. Manifestación tacita
Es tácita cuando la voluntad se infiere indubitablemente de una actitud o conductas
reiteradas en la historia de vida que revelan su existencia.

Es la conducta del agente que practica un determinado acto jurídico y corrobora con los
hechos y circunstancias de una manifestación libre de voluntad.

No puede considerarse que existe manifestación tácita cuando la ley exige declaración
expresa o cuando el agente formula reserva o declaración en contrario.

Veamos algunos ejemplos: si alguien en una librería pide un libro y sin declarar que lo
compra lo subraya o hace anotaciones, o en una licorería pide una botella de vino y sin
manifestar su decisión de comprarla, la abre y prueba el vino, o quien arrienda un bien,
v.gr., por seis meses a cambio de una renta mensual y recibe por adelantado la renta de
diez meses, o presta una calidad de dinero por un año contra el pago de un interés
mensual y recibe por adelantado el interés de dos años, o el caso del copropietario de un
bien que lo vende sin el consentimiento de los demás copropietarios quienes reciben del
vendedor la parte proporcional del precio. De estos hechos concluyentes se induce, sin
lugar a dudas, la voluntad de comprar el libro o el vino, o de prorrogar el contrato de
arrendamiento o el de mutuo, o de vender el derecho que tiene en el bien común. Como
se aprecia, la voluntad tácita se infiere de hechos concluyentes (facta concludentia)
que no admiten otra significación.

FORMALIDAD
Cuando la ley no designa una forma específica para un acto jurídico, los interesados pueden
usar la que juzguen conveniente.
En los casos en que la ley establezca que la manifestación de voluntad deba hacerse a través
de alguna formalidad expresa o requiera de firma, ésta podrá ser generada o comunicada a
través de medios electrónicos, ópticos o cualquier otro análogo.

Tratándose de instrumentos públicos, la autoridad competente deberá dejar constancia del


empleado y conservar una versión íntegra para su ulterior consulta. Los actos jurídicos, en
general, pueden ser formales o no formales. Son formales aquellos actos jurídicos para
cuya existencia o validez es necesaria la manifestación de ciertos caracteres externos, en
vista a producir plenos efectos jurídicos. Ejemplo de esto son los contratos solemnes, que
requieren de una solemnidad propiamente tal, o los contratos reales, que requieren de la
entrega de todas.

CLASES DE LA FORMALIDAD
Las formalidades, tal como las reconoce la doctrina, pueden ser:
1. Formalidades ad-solemnitatem
Se refiere a aquellas formalidades que constituyen requisito de existencia o validez del
acto en cuestión, y ante cuya omisión el acto es nulo, inexistente, o no produce efecto
jurídico alguno. Por ejemplo, en la mayoría de los países, la compraventa de bienes
raíces debe celebrarse en escritura pública, sin la cual se entiende que la venta es nula.
Dichas solemnidades se establecen en consideración a la naturaleza del acto, dada la
importancia que el determinado negocio jurídico tiene para el ordenamiento jurídico
nacional.
42

2. Formalidades habilitantes
Son aquellas formalidades establecidas en consideración de las personas incapaces o
ausentes, en vistas de proteger su patrimonio con ciertas cortapisas legales que impiden
a sus representantes disponer libremente de su patrimonio. Tal es el caso, por ejemplo,
de las restricciones de los guardadores de la venta de bienes raíces de sus pupilos, la
que, en la mayoría de los países, debe hacerse en pública subasta previa autorización de
juez competente. Su omisión implica la nulidad del acto en cuestión.

3. Formalidades ad probationem
Aquellos requisitos externos al acto jurídico que se exigen en consideración a la
acreditación formal de un acto ante la sociedad o las autoridades. Por regla general, se
traduce en la escrituración del determinado acto, como es en el caso de los contratos de
trabajo, donde es de interés del legislador que dichos actos se mantengan escriturados o
registrados, en protección de los trabajadores. Su omisión jamás acarrea la nulidad, sino
que formas distintas de ineficacia de los actos jurídicos, tales como la inadmisibilidad
de la prueba testimonial.

4. Formalidades de publicidad
Aquellas formalidades destinadas a dar publicidad al determinado acto jurídico, y que
por regla general se traducen en la inscripción del negocio en un registro público, de
modo que todas las personas tengan acceso al conocimiento de su contenido y efectos.
Su violación acarrea, como norma general, la inoponibilidad del acto frente a tercero.

EL SILENCIO COMO MANIFESTACIÓN DE VOLUNTAD:


Artículo 142 del Código Civil
El silencio importa manifestación de voluntad cuando la ley o el convenio le atribuyen ese
significado. Así, por ejemplo, en el caso de Derecho de familia, si el hijo ha nacido durante
el matrimonio o dentro de los 365 días siguientes a su disolución y el padre no niega al hijo,
su silencio se interpreta como reconocimiento de la legitimidad del hijo.

QUINTA SEMANA
SEGUNDA SESION

LA REPRESENTACIÓN

La Representación
La representación se encuentra regulado en el Código Civil, artículo 145° “El acto jurídico
puede ser realizado mediante representante, salvo disposición contraria de la ley”.
La facultad de representación la otorga el interesado o la confiere la ley.

Concepto
La representación es la sustitución de la voluntad del representado por otra persona llamada
representante para realizar determinados actos jurídicos en su nombre e interés.
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Los actos jurídicos pueden ser realizados personalmente por el sujeto titular del derecho
subjetivo o por medio de otra persona que actúa en su nombre o bajo cualquier otra forma.

Por la representación una persona (el representante) sustituye a otra (el representado o
principal o parte sustancial) en la celebración de un acto jurídico. El representante
manifiesta su voluntad por cuenta y en interés del representado. Con la representación se
amplían las posibilidades de obrar del representado, quien puede celebrar varios actos
jurídicos al mismo tiempo o sucesivamente en el mismo lugar o en lugares diferentes.

En general, la representación es la institución jurídica por la cual el representante


realiza uno o más actos jurídicos por cuenta y en interés del representado.

Se denomina representante a quien obra por otro; representado a aquél por quien se
obra; y acto representativo, al verificado por el representante con un tercero, con efectos
directos o indirectos para el representado.

El concepto de representación que hemos dado limitando su objeto a la realización de actos


jurídicos se adecua a nuestro ordenamiento jurídico. Sin embargo, la representación excede
ampliamente el ámbito jurídico para comprender también los denominados actos meramente
lícitos (ejemplo, tomar posesión de un bien) y los actos de Derecho Público, como exigir
judicialmente el cumplimiento de una obligación.

Naturaleza jurídica de la representación


En cuanto a la naturaleza jurídica de la representación se discute sobre si es la voluntad del
representado, o la del representante, o la de ambos, la que interviene en la celebración del
acto representativo (realizado entre el representante y el tercero),

Nosotros, de acuerdo a la “teoría de la voluntad del representante acondicionado por el


representado”, propugnada por Hupka, podemos afirmar que la naturaleza jurídica de la
representación, es la manifestación de voluntad del representante pero condicionada por el
representado, en otras palabras, el poder otorgado por el representado es la condición y
límite de la voluntad del representante. El representante no puede excederse de los alcances,
condiciones y límites establecidos por el representado o por la ley.

En realidad, en la celebración del acto representativo, el representante manifiesta su propia


voluntad dentro de los límites establecidos por el representado o por la ley. Este es el criterio
seguido por nuestro Código, que establece que el acto es anulable por vicios en la voluntad
del representante, pero si el contenido del acto es total o previamente determinado por el
representado, el acto es solamente anulable por vicios en la voluntad de éste (Art. 163° el
C.C).
44

CLASES DE REPRESENTACIÓN
a. Representación Legal
En la representación legal, llamada también necesaria, el representante es designado
por la ley para que gestione los intereses de un incapaz. El poder del representante legal
se deriva de la ley. El representante legal tiene autonomía para la gestión de los negocios
del representado; su voluntad no depende de la voluntad del representado. La
representación legal es obligatoria (ejemplos: la patria potestad, la tutela, la curatela).

Con la representación legal, generalmente, se suple la falta de capacidad de obrar de una


persona o se provee al cuidado de los bienes que están faltos de titular o cuyo titular no
está en condiciones de asumir por sí mismo su gobierno.

b. Representación Voluntaria
La representación voluntaria o convencional emana de la voluntad del representado, es
quien establece a su arbitrio las bases y límites de las facultades que confiere al
representante (acto unilateral). Este actúa por decisión del interesado y en estricta
dependencia de su voluntad. La voluntad del representante depende de la voluntad del
representado.

c. Representación Directa
(Art. 160° del C.C.).- En la representación directa o representación propiamente dicha, el
representante (o apoderado) actúa por cuenta, en interés y en nombre del
representado (o poderdante), de tal forma que los efectos del acto realizado entre el
representante y el tercero (acto representativo) entran inmediatamente en la esfera
jurídica del representado.

El representante concluye el acto o negocio jurídico con el tercero, pero permanece ajeno
a la relación, es excluido al inicio de ella. A consecuencia de la directa y automática
vinculación entre representado y tercero, ya que el representante actúa en nombre del
representado, se denomina a este fenómeno representativo como representación directa.

En la esencia de la representación directa está el poder que nace de una relación que
sirve de causa eficiente (ley, contrato, resolución judicial, etc.). Al tercero que realiza el
acto con el representante sólo le interesa comprobar la existencia del poder, sin
importarle la validez o invalidez de la relación causal de la cual se deriva. - La
representación directa puede ser voluntaria o legal.

d. Representación Indirecta
En la representación indirecta (denominada también impropia, oculta o mediata), el
representante actúa por cuenta y en interés del representado, pero en nombre propio.
Frente al tercero, el representante se presenta como parte directamente interesada en la
realización del acto jurídico, cerrándolo en su propio nombre. Los efectos del acto que
realiza con el tercero no entran inmediatamente en la esfera jurídica del representado,
sino que en ejecución del encargo deberá transferirlos mediante otro acto jurídico, Se dan
tres actos sucesivos:
a) del representado con el representante, en cuanto éste recibe el encargo de actuar por
cuenta de aquél:
b) del representante con el tercero, acto al cual es ajeno el representado; y
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e) del representante con el representado por el cual éste recibe de aquél lo que adquirió
por su cuenta.

Resumiendo, en la representación directa el representante actúa por cuenta, en interés y


en nombre del representado, de modo que los efectos del acto que realiza se producen
directa e inmediatamente para el representado. En cambio, en la representación
indirecta, el representante actúa por cuenta y en interés del representado, pero en nombre
propio, cerrando el negocio en su propio nombre.

SEXTA SEMANA
PRIMERA SESIÓN

LA FORMALIDAD DE LA REPRESENTACIÓN.

La forma es el medio a través del cual se exterioriza la voluntad, (manifestada o declarada)


La formalidad se configura por los particulares, requisitos determinados por ley idóneos
para la declaración de la voluntad.

Se afirma que “la forma es el vehículo mediante el cual la voluntad negocial se manifiesta o
la figura exterior del acto que en la vida en relación no es reconocible para los otros sino a
través de la misma forma”, agregando que, “en todo caso, negocio y forma son dos datos
inescindibles y la forma no es otra cosa si no el modo con el acto humano se exterioriza. Tal
modo es libre siempre que la exteriorización absuelva la tarea de hacer objetivamente
reconocible el reglamento de interés propuestos. También se sostiene que la forma “es
entendida como el conjunto de modalidades de externalización a través de las cuales el
negocio jurídico se hace objetivamente perceptible”.

EL PODER
Por poder se puede entender tanto la facultad otorgada por el representado, como la
situación jurídica en la cual se encuentra este último.
Se afirma que “la fuente negocial típica (justamente el poder) se presenta, como un negocio
unilateral al cual corresponde ex lege una condición (suspensiva), cuyo cumplimiento
depende de la voluntad del sujeto que, en definitiva, aparece como el destinatario
necesario”, agregando que ello "mientras pone en evidencia el indefectible carácter
recepticio del acto, indica también el sentido, explicando cómo y por qué el mismo acto sea
relevante (capaz de producir los efectos preliminares que son propios de todos los negocios
sub condicione [...]) solo en el momento en el cual llegue a conocimiento de aquél sujeto”.

En este sentido, “el término “poder” asume el significado técnico de acto jurídico con el
cual un sujeto confiere a otro la capacidad de representación. El poder asume la función
autónoma de atribución de la legitimación representativa”. Por ello, “la doctrina
absolutamente dominante coloca al poder en la categoría de los negocios unilaterales de
autorización que producen sus efectos apenas hayan sido puestos en conocimiento del
destinatario, en virtud de los principios generales”, Con el término “poder”, también se hace
referencia al documento que contiene el acto de apoderamiento.
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Clases de poder
1. El poder es general
El poder general sólo comprende los actos de administración.

Cuando se confiere al representante el poder de realizar todos los actos de gestión de


los intereses patrimoniales del representado a los de una determinada actividad
(BlANCA). Al referirse al contenido del poder general, el artículo bajo comentario
parece basarse en la clásica distinción entre actos de disposición y actos de
administración, ¡y de donde los actos de administración son entendidos como actos
cuya principal finalidad consiste en la conservación del patrimonio administrado;
mientras que aquellos de disposición son aquellos que influyen directamente en el
patrimonio de una persona para modificarlo, sea aumentándolo o disminuyéndolo o
sustituyéndolo.

2. El poder es especial
El poder especial comprende los actos para los cuales ha sido conferido.

Cuando se confieren al representante las facultades de realizar determinados actos


jurídicos, los mismos que se encuentran individualizados o predeterminados en el acto
por medio del cual se confiere el poder. En este caso, debe entenderse que el poder
especial no solo comprende los actos expresamente establecidos en la norma, sino que
también comprende todos los actos necesarios para poder cumplir con aquellos actos
para los cuales el poder ha sido conferido. Si ello no fuera así, la posibilidad de otorgar
un poder especial carecería de sentido, ya que no podría realizarse la razón por la cual
el poder ha sido conferido. De esta forma, entonces, el poder especial comprende a los
actos denominados “instrumentales", entendiéndose por estos a todos aquellos actos,
sea preparatorios o consecuentes cuya realización resulta indispensable para la
completa y exacta realización del encargo (SALOMONI).

REPRESENTACIÓN SIN PODER


En este punto nos remitimos al Artículo 161° “El acto jurídico celebrado por el
representante excediendo los límites de las facultades que se le hubiere conferido,
o violándolas, es ineficaz con relación al representado, sin perjuicio de las
responsabilidades que resulten frente a éste y a terceros”.

Constituyen aquellos supuestos donde estamos frente al ejercicio irregular o anómalo de la


representación por parte de determinada persona, donde excede los límites fijados o vulnera
el contenido de las facultades otorgadas o simple y llanamente se irroga una facultad que no
la tiene y, en base a ello celebra actos jurídicos en nombre e interés de su supuesto
representado. Es por ello que en la doctrina se dice que en estos casos existe una invasión
jurídica en la esfera de accionar del supuesto representado o principal, sin que esté ni nadie
haya autorizado para ello.

En este sentido, el italiano Emilio Betti en su artículo (Teoría general del negocio jurídico)
señala que la "la representación sin poder se produce cuando quién obra en representación
no respeta los límites de los poderes conferidos, o se encuentra en conflicto de intereses
con el representado o actúan traspasando los límites de
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tiempo cuando la representación ha cesado o se comporta como representante sin haberlo


sido nunca".

RATIFICACIÓN DEL ACTO JURÍDICO


La ratificación es el negocio jurídico unilateral mediante el cual el supuesto representado
hace que el negocio jurídico celebrado por el falsus procurator sea eficaz. Con la
ratificación, el negocio jurídico celebrado por el falsus procurator se torna eficaz.

Art. 162 “En los casos previstos por el artículo 161, el acto jurídico puede ser
ratificado por el representado observando la forma prescrita para su celebración.
La ratificación tiene efecto retroactivo, pero queda a salvo el derecho de tercero. ...
El tercero y el que hubiese celebrado el acto jurídico como representante podrán
resolver el acto jurídico antes de la ratificación, sin perjuicio de la indemnización
que corresponda.

La facultad de ratificar se trasmite a los herederos”. El artículo en comentario regula dos


institutos: la ratificación y la posibilidad de resolver el negocio jurídico por mutuo disenso
que tienen el representante y el tercero.

La revocación del poder y sus modalidades


La revocación es el negocio jurídico unilateral mediante el cual el representado priva de
efectos al poder otorgado al representante, eliminando con ello la legitimación que el
representado le había conferido al representante con el poder.

Art. 149.- “El poder puede ser revocado en cualquier momento. “


El artículo bajo comentario regula una de las formas de extinción de la representación, cual
es la revocación; señalando en ese sentido que el poder puede ser revocado en cualquier
momento.

La revocación puede ser:


a. Expresa, cuando el representado manifieste su voluntad explícita en el sentido de hacer
uso de su facultad de revocar el poder que ha conferido.

b. Tácita, cuando el representado, sin manifestar expresamente su voluntad, realice un


acto posterior al otorgamiento del poder que resulte incompatible con el acto de
apoderamiento.

VICIOS DE LA VOLUNTAD EN LA REPRESENTACIÓN

El art. 163 del CC establece: “El acto jurídico es anulable si la voluntad del representante
hubiere sido viciada. Pero cuando el contenido del acto jurídico fuese total o parcialmente
determinado, de modo previo, por el representado, el acto es anulable solamente si la
voluntad de éste fuere viciada respecto de dicho contenido”.

El articulo comentado se refiere al caso en que el contenido del acto jurídico fuese total o
parcialmente determinado de modo previo por el representado. En esta posibilidad hay que
tener en cuenta sí el sí el acto jurídico es anulable totalmente como cuando el tercero ha
actuado con dolo, error, violencia; en el caso que el

dominus, por ejemplo, hubiese otorgado facultades al representante para que venda un
determinado bien y después que él indicara el precio advirtiera que éste es más elevado; o
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cuando el representado engañado por un tercero en el sentido que los artefactos eléctricos
bajaran de precio dentro de pocos días, ordena al representante que los venda, sin darle
explicaciones ni mucho menos especificarle las condiciones.

En este caso es evidente que el acto jurídico será anulable por dos razones: una por no
haber fijado el precio, forma, plazo para el pago, garantías, etc y otro por existir vicio de la
voluntad.

En consecuencia, el artículo tiene por finalidad proteger los intereses del representado. En
el caso de la determinación parcial, tienen que aplicarse las reglas de la nulidad parcial
como.

Poder especial para representación legal


Mediante el poder, una persona (el poderdante) faculta a otra (el apoderado), para
que la represente. El apoderado facultado podrá actuar en nombre del poderdante en actos y
contratos. ... En este caso, el poder debe contar por Escritura Pública precisando los detalles
de la representación.

El poder especial puede ser otorgado mediante documento privado. En una notaría, ante el
juez de manera verbal en audiencia, mediante diligencia o memorial dirigido al juez. Para
efectos de validez el poder debe ser otorgado personalmente por el poderdante ante el juez,
el secretario o el notario.

Taller: estudio de casos.

SEXTA SEMANA
SEGUNDA SESIÓN

INTERPRETACIÓN DEL ACTO JURÍDICO

Concepto
La interpretación consiste en desentrañar el sentido de algo. Todo comportamiento humano
va incorporando sentidos a la realidad. Interpretar un acto jurídico es establecer su
verdadero sentido y alcance. todo acto jurídico debe ser interpretado según el principio de la
"BUENA FE", es decir que la buena fe es la cláusula general de todos los contratos y que
estos se interpretan objetivamente.

La interpretación es una institución esencial ya que pertenece a la teoría general del


derecho, área del saber jurídico que no debe escapar a ningún operador jurídico: llámese
juez, abogado, árbitro y estudiante. Sin embargo, su importancia y trascendencia es tal que
desborda las fronteras jurídicas y llega a las orillas de la vida cotidiana pues queramos o no,
todos vivimos interpretando. Por ejemplo, lo que dicen las personas a nuestro alrededor
(declaraciones), lo que escriben las personas a nuestro alrededor (los textos), las conductas
de las personas que nos rodean (comportamientos). Vivimos constantemente interpretando
los textos, las declaraciones y los comportamientos de nuestros congéneres con el objetivo
49

(advertido o no) de descubrir que es lo que nos quieren comunicar, o sea queremos
descubrir que intención encierran.

Finalidad
El propósito u objetivo de la Interpretación (fin inmediato) es desentrañar el sentido y
significado del Derecho. Ludwig Enneccerus, lo dice de la manera siguiente: “El objetivo
de la Interpretación es el esclarecimiento del sentido propio de una proposición jurídica.

La labor interpretativa del negocio jurídico, entonces, opera con la reconstrucción de “lo
querido” (art. 168 CC) o de “la común intención de las partes” (art. 1362, si se trata de
contratos), y el itinerario sería a través del principio de la buena fe (regulado en cada
artículo mencionado, respectivamente), de la interpretación ' sistemática (art. 169 CC) y de
la interpretación teleológica (art. 170 CC). Evidentemente, no se trata de un numerus
clausus y cabría aplicar otros criterios interpretativos: no hay impedimento legal para ello.
En el caso de la contratación en masa, tenemos el criterio objetivo señalado en el art. 1401
del CC, que estaría dentro de lo que se llama “integración del contrato”.

Se advierte que “la interpretación de los contratos, así como de los negocios en general está
dirigida, a la constatación de lo que constituye la intención efectiva de las partes
(autorregulación de los propios intereses), más allá del sentido literal de las expresiones
usadas. Sin embargo, esta fase a menudo denominada “subjetiva” o “cognitiva”, en cuanto
básica y prioritaria, representa solo un aspecto del procedimiento interpretativo del negocio
y no agota (o no puede agotar) la actividad hermenéutica requerida por la ley al respecto. En
efecto, cuando esta primera indagación no haya tenido un éxito positivo y subsista aún la
duda sobre el alcance real de la declaración, se aplican una serie de reglas interpretativas
suplementarias

Sistemas de Interpretación
Por regla el otorgante del acto jurídico declara lo que quiere no lo que no quiere. Su
declamación lo realiza mediante palabras, escritos, comportamientos mímicos, gestuales,
etc. La declaración es el continente, el vehículo mediante el cual se exterioriza la voluntad y
esta es el contenido, lo exteriorizado comunicado mediante la declaración. El acto jurídico
se forma con la voluntad declarada

Interpretación en el código civil


Nuestro código civil adopta como principio general, rector, de interpretación el sistema
objetivo, lo que está bien, puesto que toda interpretación tiene que empezar por el análisis de
la declaración o declaraciones de voluntad con la que se forma el acto jurídico, pero en
modo alguno puede desdeñar el sistema subjetivo como un principio subsidiario, porque la
voluntad real del agente no solamente se evidencia con la declaración con la cual se forma el
acto jurídico, sino también con los comportamientos compatibles con tal declaración, sean
anteriores, o coetáneas o sucesivos, e inclusive con el silencio de las partes, sus necesidades,
sus posibilidades, el ambiente social en el cual se desenvuelven. Si el código adoptara el
criterio objetivista a ultranza, sin ninguna atenuación, sería un pobre código puesto
solamente al servicio de la parte más fuerte, propiciaría la usura, la expoliación de la parte
débil, el dolo.
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Bajo el Código Civil peruano de 1984, el acto jurídico ha sido definido como "la
manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones
jurídicas" (art. ... 1) La regla de interpretación de la voluntad declarada y de la común
intención de las partes (arts. 168° y 1362° c.c.).la interpretación aún dentro de la
normatividad del Código Civil peruano es una operación necesaria, inclusive, cuando las
palabras no son ni oscuras ni ambiguas.

El tema de la interpretación de los contratos implica, dentro de la normatividad legal


contenida en el Código Civil peruano de 1984, ubicar a los mismos (como categoría
general) dentro de la disciplina de los actos jurídicos, dado que en nuestro ordenamiento
jurídico se considera a aquéllos como una especie integrarte del género conformado por
éstos, siéndoles aplicables a los mismos las disposiciones establecidas para el común de
dicho género.

Sin embargo, debemos empezar por aclarar que, si bien encontramos reglas legales de
interpretación para los actos jurídicos establecidas en el Título IV, del Libro 11, del Código
Civil (arts. 168°, 169° y 170°), las cuales constituyen normas hermenéuticas de
interpretación que tienen que ser aplicadas a cualquier contrato, en tanto éste es un acto
jurídico, existe también una norma específica que rige la vida del contrato durante todo el
“iter negocial”, como es el artículo 1362° del Código Civil, que contiene otra norma
hermenéutica de interpretación, esta vez exclusiva de los contratos

Destinatarios de las normas de Interpretación del Acto Jurídico


Por el hecho mismo de la incorporación de las normas de interpretación al Código Civil con
el carácter de imperativas, sus destinatarios son las partes celebrantes del acto jurídico, y
aún los terceros, los jueces y también los árbitros.

Clases de Interpretación del Acto Jurídico


1. La interpretación objetiva
Es aquella actividad hermenéutica dirigida a desentrañar la común intención de las
partes que celebraron el contrato, lo cual involucra no sólo lo manifestado o declarado
(texto) sino también aquellos comportamientos previos y posteriores (extratextual) al
acto negocial. Presumiéndose iuris tantum que lo declarado es lo realmente querido.

2. La interpretación sistemática
Es aquel método hermenéutico que entiende al contrato no como una suma de cláusulas
sino como un conjunto orgánico lo cual involucra que al momento de interpretarse un
contrato no deba buscarse desentrañar la intención negocial de las partes por medio de
una sola cláusula soslayándose las demás, pues ello traería inexactitudes respecto de lo
que verdaderamente han querido las partes en el contrato, sino que deben contrastarse
las unas por medio de las otras a fin de evitar y/o eliminar las posibles ambigüedades
que provocaría justamente el interpretárselas de manera independientemente.
El criterio sistemático solo tiene lugar luego de haberse buscado la “común intención
de las partes” y observado la “buena fe”. El criterio sistemático rige también en caso se
trate de interpretar dos o más actos jurídicos vinculados entre sí.
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3. La interpretación finalista
Es aquel método hermenéutico, que se aplica luego de haber utilizado los previos
(común intención de las partes, buena fe y sistemático) y que tiene como objetivo,
primero, aclarar las dudas o ambigüedades que aún persistan y luego encaminar el
propósito práctico de las partes a la celebración del tipo negocial que tuvieron en mente
celebrar. La buena fe es una sola, en consecuencia, tanto su aspecto subjetivo (creencia)
como su aspecto objetivo (comportamiento) deberán concurrir copulativamente para
que se pueda alegar, valga la redundancia, la buena fe y, de ese modo, el ordenamiento
jurídico pueda tutelar el derecho del tercero.

El estado de ignorancia del tercero solo será legítimo (buena fe subjetiva) en la medida
en que el comportamiento que lo acompañe sea el correcto (buena fe objetiva) lo cual
involucra, en primer lugar, que tercero actué con diligencia, ósea que haya practicado
todos los actos necesarios tendientes a buscar la información relevante acerca de la
situación jurídica que lo afecta (por ejemplos ir a registros públicos y verificar que el
inmueble que pretende adquirir no cuente con cargas y gravámenes) acto seguido, en
ese momento, su estado de ignorancia podrá considerarse legítimo configurándose así
finalmente la buena fe.

En nuestro código civil, a lo largo de varios de sus libros, se hace mención a la buena fe
por lo que se puede inferir que la intención del legislador haya sido que la buena sea
elevada a la categoría de principio orientador que los sujetos de derechos deban seguir
en las relaciones jurídicas que establezcan los unos con los otros.

En la negociación, celebración y ejecución de los contratos les será exigible a las partes
tanto la buena fe subjetiva como la objetiva pues ambas son indesligables la una de la
otra.

4. La interpretación contra proferentem


Es aquel, presente tanto en el civil law como en el common law, que tiene como
objetivo tutelar a aquella parte que no redactó las cláusulas de un contrato por adhesión
o con arreglo a cláusulas generales de contratación, sino que simple y llanamente las
aceptó en bloque, mediante una presunción consistente en que las de dudas o
ambigüedades producto de la redacción del predisponente se interpreten en favor del
adherente. La interpretación contra proferentem, no debe descartar otros criterios
tales como la buena, fe, el sistemático, teleológico, etc. La interpretación contra
proferentem, siguiendo a Leyva Saavedra, presenta tres requisitos: 1. que la cláusula
sea dudosa, ambigua u oscura; 2. que la oscuridad, ambigüedad o duda sean imputables
al predisponente; 3. que tanto la oscuridad como la ambigüedad o duda no se hayan
podido resolver utilizando otros criterios de interpretación.

TALLER: Estudio de casos


52

SETIMA SEMANA
EXAMEN PARCIAL I

OCTAVA SEMANA
PRIMERA SESION

MODALIDADES DEL ACTO JURIDICO

CONCEPTO
Las modalidades del acto jurídico son ciertos elementos accidentales que modifican los
efectos normales del acto, ya tornando incierta la existencia de dichos efectos (condición),
ya limitando en el tiempo esos efectos (plazo), ya limitando la ventaja económica del
beneficiario de un acto de liberalidad (cargo).

En consecuencia, las modalidades del acto jurídico son tres: Condición, Plazo y Cargo o
Modo.
53

LA CONDICIÓN
Definición
La condición es el evento futuro e incierto (natural o humano), establecido arbitrariamente
por la voluntad del agente (conditio facti), de cuya verificación se hace depender el
surgimiento (condición suspensiva) o la cesación (condición resolutoria) de la eficacia de
un acto jurídico, o de una o algunas de sus cláusulas o estipulaciones.

CARACTERÍSTICAS
1. La Incertidumbre
La incertidumbre es la que determina el estado dependencia, pues no se sabe si la
condición se cumplirá o no se cumplirá de tal modo que es incierta la existencia o la
extinción de las consecuencias del acto.

La incertidumbre puede ser objetiva o subjetiva. En su aceptación objetiva, la


incertidumbre no depende del conocimiento del agente, sino, de la misma
naturaleza del evento puesto como condición; el evento es de realización insegura para
todos. En su noción subjetiva el cumplimiento de la condición es inseguro solamente
para los otorgantes del acto; se admite el hecho pasado cuya existencia ignoren las
partes, puede ser condición.

El código peruano nos dice expresamente si opta por la acepción objetiva o subjetiva de
condición, pero no es por eso, sin interpretación alguna, podemos aplicar a raja tabla el
principio: ubi lex non distinguit, nec nos distinguere debemus para sostener que el
código acoge ambas teorías sobre la incertidumbre: la objetiva y subjetiva, lo cual, a
nuestro entender no estaría mal. Pero, el código al establecer por principio que la
condición es irretyroactiva (art. 177) –son irretroactivos los hechos futuros, no los
pasados– y al hablar de plazo para la condición negativa (art. 175, implícitamente está
exigiendo que la condición debe consistir en un hecho venidero incierto para todos y no
solamente para los otorgantes del acto.

2. La Futuridad
La futuridad es una característica de la condición que está en estrecha vinculación con
la incertidumbre. El hecho puesto como condición para que sea incierto debe ser futuro.
(Es un hecho que va ocurrir en el futuro).
El hecho presente o pasado puede ser desconocido, pero no es incierto. Aunque las
partes ignoren que el hecho ya ocurrió (incertidumbre subjetiva) el acto produce sus
efectos desde su celebración. Hay incertidumbre objetiva de la condición solamente
cuando se trate de un evento futuro. Si el evento ya se ha realizado o está ocurriendo en
el presente, aun cuando las partes lo ignoren el acto jurídico se constituye válidamente
como un acto puro porque no existe incertidumbre sobre su eficacia ab initio.

CLASES DE CONDICIONES

1 Condición suspensiva y condición resolutoria


a. La condición suspensiva o inicial es aquella de la cual depende la eficacia del
acto; en otras palabras, los efectos del acto quedan supeditados a la realización del
hecho previsto como condición. Ejemplo, te dono mi automóvil si te recibes de
abogado.
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b. Se habla de condición resolutoria cuando el acto produce normalmente los


efectos que le son propios, pero cesa de producirlos si se verifica la condición.
Ejemplo, te concedo el uso de mi departamento mientras no tenga otro hijo.

La distinción entre condición suspensiva y resolutoria es clara. La condición es


suspensiva cuando la eficacia del acto queda supeditada a la realización del evento
previsto, y es resolutoria si al verificarse el evento, al acto pierde eficacia. En la
suspensiva está pendiente la eficacia y la resolutoria está pendiente la ineficacia del
acto. No se puede confundir la situación del acreedor bajo condición suspensiva con la
del deudor bajo condición resolutoria.

2.. Condiciones Propias y Condiciones Impropias


a. Las condiciones propias consisten en eventos inciertos, futuros, posibles y lícitos.
(cuando el hecho o el evento es posible de verificarse, aunque no es de inevitable
producción, y cuando el hecho no está prohibido legalmente)
b. En cambio, las condiciones impropias son eventos o sucesos necesarios,
imposibles, ilícitos, presentes o pasados. (en este caso, el hecho puesto como
condición es físicamente imposible, o necesaria, o legalmente inadmisible).
Ejemplo, Andrés donará un automóvil a José si este último viaja a las galaxias de
Tauro; como se observa en este ejemplo la condición es imposible de cumplirse.

En las condiciones legales falta la arbitrariedad, y en las necesarias, imposibles, de presente o


de pasado, falta la incertidumbre.

1. Potestativa, Casual y Mixta

Esta clasificación se hace en base al tipo de evento que sirve como causa eficiente
de la condición.

a. La condición potestativa (condición facultativa) depende de la voluntad de una


de las partes de la relación jurídica (te presto mil si quiero; te doy cien si haces
testamento a favor de nombre; vendo mi casa si decido trasladarme a otra ciudad).

Pero en otros casos la condición es potestativa al deudor u obligado, en este


supuesto el acto jurídico es absolutamente nulo, por ejemplo, me obligo a vender a
B mi casa si es que así lo deseo.

b. La condición casual es cuando la verificación del evento depende de la pura


casualidad o de la voluntad de un tercero (si no hay sequía; si tu abuelo vive hasta
cien años; si tu hijo llega a ser abogado).

c. La condición mixta es cuando su cumplimiento depende en parte de la voluntad de


uno de los interesados y en parle de factores extraños (Te dono cien si viajas a
Roma, cosa que no depende solamente de tu deseo de viajar; si obtengo ganancias
de tal negocio, lo que no depende solamente de mi deseo de realizar el negocio).
55

2. Condición Positiva y Condición Negativa

La condición puede ser positiva o negativa según que el evento puesto como condición
comporte o no una modificación de la realidad existente.
a. La condición positiva consiste en que se verifique un hecho que modifique el
estado actual de la realidad, sin importar la forma gramatical en que es expresada
(ejemplos: te doy cien si apruebas todos los cursos, o te doy cien si no te
desaprueban en ningún curso; te doy cien si contraes matrimonio).

b. La condición negativa consiste en que no se verifique un hecho, de tal modo que


no cambie el estado actual de la realidad (ejemplos: te dono este bien si Juan no
contrae matrimonio; te doy cien si permaneces soltero; te doy cien si te quedas con
el único hijo que tienes).

Para la condición negativa se puede establecer un límite dentro del cual debe.
producirse su cumplimiento, pero si tal limite no se ha previsto, se considera cumplida
cuando ya no es posible que se produzca la modificación del estado de tacto
contemplado (D. 45,1,115).

3. Condición Simple y Condición Compleja


a. La condición simple consiste en un suceso único (ejemplo, si te dan la beca). La
condición compleja está integrada por varios sucesos (ejemplo, te doy el préstamo
si te quedas a vivir en Lima, reconoces a tu hijo y aceptas el trabajo que te ofrezco).

b. Cuando la condición es compleja, los efectos del acto jurídico se producirán


condición suspensiva) o cesarán (condición resolutoria) cuando se han realizado
todos los sucesos puestos como condición.

Si varios sucesos se ponen alternativamente como condición, no hay condición


compuesta sino simple, basta que se verifique uno de ellos (te vendo el fundo si optas el
título de ingeniero agrónomo o de veterinario).

4. Condición Perpleja
La condición perpleja es la que tiene una contradicción interna que no permite
establecer lo que quiere el declarante. Hace ininteligible y contradictoria consigo misma
la declaración de voluntad al extremo de privar al acto de un apreciable contenido
volitivo. Si no se puede establecer, con una interpretación razonable, cuál fue la
voluntad del sujeto se invalida el acto. Por ejemplo, te instituyo mi heredero si mueres
antes que yo.

5. Expresas y Tácitas
La incorporación de la condición en el acto jurídico puede ser expresa o tácita. No es
necesario que la condición se declare expresamente, siempre que se infiera
indubitablemente de la actitud o circunstancias de comportamiento de los agentes que se
quiso el acto sub condicio (artículo 141°). De allí que la existencia de la condición no se
presume, sino que debe ser probada por quien la invoca.

OCTAVA SEMANA
56
SEGUNDA SESIÓN

EL PLAZO

CONCEPTO
El plazo o término indica el momento desde el cual se inicia o finaliza la eficacia del acto
jurídico.
El plazo como modalidad es el evento futuro y cierto de cuyo acaecimiento se hace
depender el nacimiento, la exigibilidad o la finalización de los efectos del acto jurídico.
El plazo es el lapso desde el cual comienza la existencia o el ejercicio de las consecuencias
del acto y hasta el cual duran esas consecuencias. Al día en que comienza el plazo se le
denomina dies a quo, y al día en que termina se le llana dies ad quem. El plazo
transcurre entre un término inicial y un término final.

CLASES
1.. Plazo Suspensivo y Plazo Resolutorio

a. El plazo suspensivo o inicial o dies a quo es cuando se suspende el nacimiento o la


exigencia de todos o de algunos de los efectos del acto jurídico hasta la llegada de un
determinado momento o fecha. Por ejemplo, se celebra un contrato de arrendamiento
el seis de junio, precisando que el contrato tendrá efecto a partir del veintiocho de
julio. En este caso el contrato se perfecciona el seis de junio, pero su eficacia se
retarda hasta el veintiocho de julio.
b. El plazo resolutorio o final o extintivo o dies ad quem consiste en una fecha a
partir de la cual los efectos del acto cesan de producirse. Limita en el tiempo la
eficacia del acto; el transcurso del tiempo indicado hace cesar la eficacia del acto. El
acto es eficaz desde que es perfeccionado, pero cesa de tener efectos una vez llega el
término final, razón por la que se le denomina también resolutorio. Por ejemplo, un
contrato de arrendamiento celebrado por el plazo de dos años, dejará de tener eficacia
al vencimiento del segundo año desde su perfeccionamiento.
El término inicial suspende la eficacia del acto y el término final pone fin a tal
eficacia.

2.. Plazo Cierto y Plazo Incierto

a. Es cierto cuando se sabe con precisión la fecha en que debe ocurrir el vencimiento
del plazo, dies certus an et quando (día cierto que ocurrirá y cuándo ocurrirá), por
ejemplo, la obligación de pagar una cantidad de dinero el día 28 de julio próximo.
b. El plazo es incierto cuando no se sabe en qué momento ocurrirá el acontecimiento
previsto como límite final. Aquí se habla de dies certus an incertus quando. Es
cierto que el evento puesto como plazo ocurrirá, pero es incierto el momento en que
tendrá lugar, por ejemplo, el día en que muera Ticio.

3. Plazo Potestativo
El plazo es potestativo cuando su determinación ha quedado a la sola voluntad del
deudor (plazo meramente potestativo) o a un comportamiento voluntario en el cual el
sujeto tenga un cierto interés (plazo potestativo propio). Si el deudor no fija plazo, lo
determinará el juez.
57

4. Plazo convencional.-
Es aquel señalado por las partes, de acuerdo a sus posibilidades y necesidades. Se
origina ern la decisión libremente del creador o los creadores de un acto jurídico.

5. Plazo legal.-
Es el plazo determinado expresamente por Ley, y que se aplica para cumplir la voluntad
de las partes cuando ellas hubieran omitido establecer el plazo.

6. Plazo judicial.-
Es el plazo determinado por el juez, observando lo dispuesto en el Código. La
determinación judicial se requiere cuando se suscita una controversia al respecto.

BENEFICIO DEL PLAZO


Artículo 179º.- El plazo suspensivo se presume establecido en beneficio del
deudor, a no ser que el tenor del instrumento o de otras circunstancias, resultase
haberse puesto a favor del acreedor o de ambos.

En cuanto al beneficio del plazo suspensivo, el Código Civil conserva el sistema del
Derecho romano, que consagra en este punto el favor debitoris, presumiendo que el plazo
se ha concedido en beneficio de éste, salvo que se pruebe haber sido establecido del
acreedor o de ambos. Si el plazo es en beneficio del deudor, éste puede pagar antes del
cumplimiento del plazo, pero el acreedor no puede exigirlo sino al vencimiento. Si el plazo
se ha estipulado en beneficio del acreedor, éste puede exigir el cumplimiento de la
obligación antes del vencimiento.

Por ejemplo, Pedro conviene con Pablo en el pago de una deuda de cincuenta mil soles el
10 de setiembre del 2021. Esto no quiere decir que el deudor no tenga la facultad de pagar
antes del10 de setiembre del 2021; este puede hacerlo antes de que se cumpla el plazo
pactado en cualquier fecha. De lo que se concluye que el plazo se presume en beneficio del
deudor.

CADUCIDAD DEL PLAZO


Artículo 181.- El deudor pierde el derecho a utilizar el plazo:
Cuando resulta insolvente después de contraída la obligación, salvo que garantice la deuda.
Se presume la insolvencia del deudor si dentro de los quince días de su emplazamiento
judicial, no garantiza la deuda o no señala bienes libres de gravamen por valor suficiente
para el cumplimiento de su prestación.

Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que se hubiese comprometido. Cuando las
garantías disminuyeren por acto propio del deudor, o desaparecieren por causa no imputable
a éste, a menos que sean inmediatamente sustituidas por otras equivalentes, a satisfacción del
acreedor.

La pérdida del derecho al plazo por las causales indicadas en los incisos precedentes, se
declara a petición del interesado y se tramita como proceso sumarísimo. Son especialmente
procedentes las medidas cautelares destinadas a asegurar la satisfacción del crédito.
58

El acreedor no puede pedir el cumplimiento de la obligación antes de que expire el plazo,


salvo que éste se haya establecido en su favor, o salvo que hayan sucedido hechos que
determinan la caducidad del plazo. Esto último ocurre cuando el deudor pierde o
disminuye considerablemente su patrimonio, que es el que respalda el crédito, de tal modo
que ya no hay la seguridad que cumplirá con su prestación, razón por la que el art. 181 sale
en defensa del derecho del acreedor, declarando la caducidad del plazo a fin de que pueda
exigir la efectividad de su crédito, sin esperar que el plazo esté vencido.

COMPUTO DEL PLAZO


En el cómputo del plazo debe observarse las siguientes prescripciones señaladas en el Art.
183 del CC:

En el plazo civil se computa de acuerdo l calendario gregoriano, es decir sin tomar en


cuenta los días hábiles, inhábiles (feriados, festivos, etc.) computándose
indiscriminadamente. Así el plazo para la inscripción de partida de nacimiento es de 30
día, el último día es el vencimiento.

El plazo señalado, por día se computa por días naturales, de media noche a media noche y
no se cuenta el día de la realización del acto, pero sí el día de su vencimiento: de esta
manera, si se celebra el acto jurídico el primero de enero con el plazo de cinco días, la
obligación será exigible el día seis de enero, de tal modo que hayan transcurrido cinco días
enteros.

Cuando el plazo se señala por meses, se cumple en el mes del vencimiento y en el día de
éste correspondiente a la fecha del mes inicial a la concertación del acto jurídico: así, por
ejemplo, si el acto jurídico se celebra el dos de junio con el plazo de un mes, el
vencimiento tendrá lugar el dos de julio del 2020.

Igual sucede con el plazo señalado por años: si la fecha de celebración del acto jurídico es
el dos de junio de 1992, por el plazo de tres años, la exigibilidad de la obligación será a
partir del dos de junio de 1995.

Cuando el vencimiento del plazo es un día festivo, dicho vencimiento tendrá lugar el
primer día siguiente que no sea festivo.

EL CARGO

CONCEPTO
El modo (del latín modus = medida), cargo, carga o encargo, consiste en una obligación
accesoria que, sólo en los actos gratuitos de liberalidad Ínter vivos o mortis causa, puede
ser impuesta por el disponente a cargo del destinatario de la liberalidad, consistente en dar
hacer o no hacer algo en favor del disponente o de un tercero o del beneficiario mismo, o
de emplear de una determinada manera el bien objeto de la disposición. (El cargo consiste
en el encargo que hace una persona a otra para que realice algo a cambio de recibir
gratuitamente un bien)
La palabra "carga" es utilizada aquí en su sentido vulgar. En su sentido técnico jurídico, la
carga consiste en una obligación vinculada a la titularidad de determinados bienes
(ejemplo la servidumbre).
59

El cargo tiene un carácter doble, por su naturaleza constituye una obligación y, como tal,
su cumplimiento puede ser exigido, incluso coercitivamente, y al mismo tiempo es una
obligación accesoria al derecho que adquiere el destinatario de una liberalidad; éste no
puede adquirir la liberalidad sin asumir la obligación en que consiste el cargo.

Los sujetos vinculados al acto modal son:


a. El autor de la liberalidad (o disponente), o sea, el que realiza el acto de disposición a
título gratuito (donante, testador);
b. El beneficiario de la liberalidad (donatario, heredero, legatario), obligado a cumplir el
cargo; y
c. El beneficiario del cargo.

El modo solamente deriva de la voluntad del disponente no puede derivar de la voluntad


de otras personas ni de la ley. Siempre es expreso, no puede ser tácito.

TRANSMISIBILIDAD DEL CARGO


Artículo 188.- “La obligación de cumplir los cargos impuestos para la adquisición
de un derecho pasa a los herederos del que fue gravado con ellos, a no ser que
sólo pudiesen ser cumplidos por él, como inherentes a su persona.
En este caso, si el gravado muere sin cumplir los cargos, la adquisición del
derecho queda sin efecto, volviendo los bienes al imponente de los cargos o a
sus herederos”.

La obligación de cumplir el cargo, como toda obligación, se trasmite a los herederos,


excepto cuando se trata de una obligación inherente a la persona del deudor (intuito
personae), lo prohíbe la ley, o se ha pactado lo contrario (art. 188,660 y 218).

Conforme al art. 188, si el beneficiario de la liberalidad fallece antes de haber cumplido el


cargo, sus herederos deben satisfacer la obligación si ella no es inherente a la persona. Si el
cargo consiste en una obligación intuito personae y el beneficiario muere sin cumplirla,
los bienes objeto de la liberalidad revierten al imponente del cargo o sus herederos.

Por ejemplo, se dona un bien a un abogado con el cargo de que él personalmente defienda
al donante en un proceso judicial; el abogado muere sin haber cumplido el encargo; sus
herederos deben devolver al donante o a sus herederos el bien materia de la donación.

EXIGIBILIDAD DEL CARGO


Artículo 185.- El cumplimiento del cargo puede ser exigido por el imponente o por
el beneficiario. Cuando el cumplimiento del cargo sea de interés social, su
ejecución puede ser exigida por la entidad a la que concierna.

Del tenor literal del art. 185 del CC, se concluye que el cargo puede exigirse judicialmente,
en ciertos casos por el imponente del cargo quien en un acto de liberalidad ha dispuesto
una prestación en beneficio del gravado u obligado, ya sea intervivos o mortis causa.
60

En el cargo hay tres personas: el autor de la liberalidad, que es quien impone el cargo; el
beneficiado con la liberalidad, que es el obligado a realizar el cargo; y el beneficiario, que
puede ser el propio autor o un tercero. Los que tienen derecho a la exigibilidad del cargo
pueden ejercer la acción o el sujeto a cuyo favor se estableció la obligación modal.
(ejemplo se dona un predio, imponiendo al donatario la carga de pagar una pequeña
pensión a favor de una persona del afecto del donante).

CARGO ILÍCITO O IMPOSIBLE


Artículo 189°.- Si el hecho que constituye el cargo es ilícito o imposible, o llega a
serlo, el acto jurídico subsiste sin cargo alguno.

Como sabemos, la relación entre la liberalidad y el modo es de subordinación: el modo es


accesorio respecto de la liberalidad. Aquí es de aplicación el principio que dice que lo
accesorio sigue la suerte de lo principal, pero no al contrario, por lo que, si la estipulación
que contiene el cargo o modo se invalida, esto no afecta para nada al acto jurídico que
permanece como un acto puro. La imposibilidad o ilicitud del cargo puede ser inicial o
sobrevenida, pero en ambos supuestos la nulidad del cargo no afecta la validez del acto.
Por ello, el art. 189 establece que en caso de que el modo impuesto sea ilícito o imposible,
o llegara a serlo, el acto jurídico subsiste sin cargo alguno.

NOVENA SEMANA
PRIMERA SESIÓN

SIMULACIÓN DEL ACTO JURÍDICO

GENERALIDADES
La palabra simulación proviene del latín simulare, que significa fingir, hacer aparece una
cosa distinta de la realidad. El diccionario de la Lengua Española Real Academia, define a la
simulación como la “alteración aparente de la causa, la índole o el objeto verdadero de un
acto o contrato”. Agrega que simular es representar una cosa fingiendo o imitando lo que no
es.
En la vida diaria, por diversas razones, el ser humano simula, miente. Simula estar enfermo
para no concurrir a una cita o para evitar un castigo; simula tener talento, carácter,
conocimientos con el fin de acceder a un puesto de trabajo; disimula defectos, fracasos,
vicios, enfermedades, etc.

Concepto.
Podemos definir a la simulación como uno de los vicios generados deliberadamente por la
voluntad de las partes que en ella intervienen, y consiste en aparentar la existencia de un acto
jurídico que en realidad no existe o que es de distinta naturaleza del que aparece o que son
distintas las personas en él interesadas.

Simulación se define también como la “alteración aparente de la causa, la índole o el objeto


verdadero de un acto o contrato”. Agrega que simular es representar una cosa fingiendo o
imitando lo que no es.
61

En el ámbito de los actos jurídicos, la simulación es muy frecuente. Se usa para engañar a
terceros con los más diversos fines: aparentar solvencia o insolvencia económica, defraudar
a los acreedores, engañar a un pariente pedigüeño (demasiado aficionado a pedir), eludir
prohibiciones legales, protegerse contra la delincuencia, evitar herir susceptibilidades, evitar
el pago de impuestos, beneficiar a unos hijos antes que, a otros, facilitar la realización de
ciertos negocios, etc.

CARACTERÍSTICAS DE LA SIMULACIÓN.
1. Disconformidad entre la voluntad interna y la voluntad manifestada. - Es
decir, a sabiendas de la existencia de dos realidades diferentes, ambas conocidas: la
verdadera y la falsamente querida, una de las cuales esta ordenada a no tener eficacia
jurídicamente reconocida.

2. Concierto entre las partes para producir el acto simulado.- .


La simulación no puede realizarse sin la previa disposición de un medio que preexista o
coexista con el negocio simulado: se trata del acuerdo simulatorio. Este acuerdo es la
inteligencia entre los partícipes de la simulación (a veces con el necesario concurso de
terceros) para crear la apariencia, para crear una estructura negocial valida, pero vacía
(total o parcialmente, en más o menos de Lo declarado) de voluntad de resultado, porque
la auto reglamentación de intereses manifestados de la figura negocial no coincide con los
intereses -todos o parte de ellos finalmente apetecidos.

3. Propósito de engañar a los terceros.


Como la simulación se dirige a producir un acto jurídico aparente, el propósito de
engañar le es inherente aun cuando sea un engaño no reprobado por la ley, Como los
simulantes están concertados el engaño va dirigido a los terceros.

CLASES DE SIMULACIÓN
1. Simulación Absoluta
Un acto jurídico es absolutamente simulado si, existiendo solo en apariencia, carece de un
contenido serio y real. Las partes no quieren el acto, sino tan solo la ilusión exterior que
él mismo produce. Ejemplo: Pedro simula vender su casa a Juan para evitar un embargo;
aquí las partes no quieren realizar la venta, solo simular para hacer creer que el hecho fue
verdadero

2. Simulación Relativa
Se presenta ésta cuando las partes efectivamente concuerdan en un determinado efecto
jurídico a producirse, que sin embargo no aparece, sino que está oculto detrás del
aparentemente expresado.

Por la simulación relativa exteriormente se declara celebrar un determinado acto


que no es más que una apariencia con la cual se oculta su verdadero carácter, ejemplo, se
declara celebrar un contrato de compraventa, cuando en realidad es una donación.

3. Simulación total y parcial


a. La simulación absoluta es siempre total
Por cuanto afecta al acto en su integridad. No produce ningún efecto entre las partes.
62

b. La simulación relativa puede ser total o parcial.


1) La simulación relativa total
Afecta a la integridad del acto, por ejemplo, un anticipo de herencia es ocultado con
una compraventa.

2) La simulación relativa parcial


Recae solamente sobre algunas estipulaciones del acto. Esto sucede cuando el acto
contiene unas estipulaciones que son verdaderas y otras que son falsas, v.gr.,
cuando se simula fecha (antedatando o postrando el acto), precios (consignándose
uno más bajo o más alto del realmente pactado), condiciones, plazos, cargos. Las
estipulaciones simuladas son inválidas, pero el acto jurídico es válido y eficaz
conforme a la voluntad real de las partes. Por ejemplo, en una compra venta en la
que se ha simulado un precio menor con el fin de evadir el pago de impuestos,
descubierta la verdad, la compraventa es válida, pero las partes tendrán que
ajustarse al precio real, pagando el impuesto correspondiente.

4. Simulación licita e ilícita


La simulación puede ser utilizada por las partes con fines lícitos o ilícitos. Las personas
tienen derecho de celebrar sus actos jurídicos en la forma que mejor les parezca, si desean
pueden ocultar bajo una apariencia, la verdadera naturaleza del acto que realizan, pero
estos derechos solo pueden ser reconocido a condición de que el acto no encierre el
propósito de causar daños a terceros o la violación de normas imperativas, el orden
público o las buenas costumbres.
La simulación es lícita, cuando no tiene por fin perjudicar a terceros o transgredir normas
imperativas, el orden público o las buenas costumbres. Se funda en razones honestas. Ej.
La venta simulada del patrimonio, para evitar ser víctima de la delincuencia o
simplemente para aparentar una condición económica modesta para evitar el acoso o la
malsana curiosidad ajena o en su caso la adquisición simulada de bienes, para aparentar
una gran capacidad adquisitiva a fin de ser admirado o poder acceder a un empleo.

ACTO SIMULADO
En principio son simulables la mayoría de actos jurídicos sobre derechos patrimoniales
disponibles. En general todo contrato es simulable cuando está en juego solamente los
intereses de los contratantes. No son simulables los actos sobre derechos indisponibles como
los derechos de familia, en los que no sólo están en juego los intereses de los declarantes,
sino, además, intereses sociales de protección del bien común.

La razón por la que la simulación opera con naturalidad en el campo de los actos
patrimoniales, radica en el hecho de que, en estos actos, la autonomía de los particulares
goza de la mayor amplitud de poder; lo que no sucede, en cambio, en actos jurídicos como
los de Derecho de Familia, para los cuales, el ordenamiento jurídico por razones superiores
de interés social, orden público o moral, pone límites muy precisos a la libertad de los
particulares. No son simulables el matrimonio, el reconocimiento de hijo, la adopción, el
divorcio, la separación de cuerpos, etc.

El acto jurídico es simulado cuando las partes, con el fin de engañar a terceros, se han
puesto de acuerdo (acuerdo simulatorio) para crearlo (o modificarlo o
63

extinguirlo) con un valor exterior aparente, destinado a no producir efectos entre ellas, ya
porque no quieren realizar acto jurídico real alguno, ya porque con la apariencia quieren
ocultar la verdadera naturaleza o contenido del acto que celebran. Por ejemplo, se simula
realizar una compra-venta, pero en realidad es una donación; se simula donar a Pedro
cuando en realidad el donatario es Juan; se simula vender por 100 cuando el precio
efectivo es de 150.

EFECTOS DEL ACTO JURÍDICO SIMULADO


1. Cuando el acto jurídico simulado es lícito puede generar plenos efectos frente a terceros,
mas no así entre las partes. La simulación que tiene como fin engañar a los terceros o es
contrario a las normas imperativas, al orden público o a las buenas costumbres es
reprobado por el derecho, por tanto, su eficacia se verá oponible, de ello nos ocuparemos
a continuación.

2. Efectos de la simulación absoluta entre las partes


Si el acto jurídico ha sido simulado con simulación absoluta, en la que existe sólo un acto
aparente, irreal, que carece de contenido, pues la voluntad de las partes quedó contenida
únicamente en el acuerdo simulatorio convenido precisamente para no producir un acto
verdadero, el acto jurídico así simulado no produce eficacia alguna.

El acto simulado es un negocio ficticio querido y realizado por las partes para engañar a
terceros, pero no para que produzca efectos entre ellas. Los otorgantes quieren la
declaración, pero su contenido, por lo que no pueden exigir su cumplimiento. Es decir, el
acto simulado no produce ningún efecto entre las partes, por la razón de que no es
efectivamente sino sólo fingidamente querido.

La carencia de efectos entre las partes del acto simulado es independientemente de su


licitud o ilicitud. Un acto ficticio, desprovisto de contenido, aun cuando sea lícito, no
puede producir efectos para los otorgantes, porque tal fue su común intención al
otorgarlo. Con mayor razón si el acto simulado es ilícito, no produce los efectos entre las
partes, ni para nadie. Si la simulación es lícita sólo podrá ser invocada por las partes, los
terceros quedan desprovistos de la acción por no tener legitimidad para obrar.

3. Efectos de la simulación relativa entre las partes.


Este negocio simulado tendrá efectos entre las partes, siempre que concurran los
requisitos de validez y no perjudique el derecho del tercero. Así, el negocio jurídico
disimulado (oculto y real) vincula efectivamente a las partes siempre y cuando concurran
sus requisitos de validez. Además, el negocio jurídico disimulado no debe afectar el
derecho del tercero. Aquí se tutela el interés de los terceros en hacer prevalecer la
realidad (negocio disimulado) sobre la apariencia (negocio simulado). Es irrelevante si el
negocio simulado (aparente y fingido) no reúne los requisitos de validez.

4. Efectos de la simulación parcial entre las partes


Cuando la simulación sea parcial, esto es, cuando las partes no esconden el carácter total
del negocio que realizan bajo la apariencia de otro negocio diferentes, sino solamente
ciertos aspectos mediante estipulaciones o cláusulas que hacen referencia a datos
inexactos, tienen efectos entre ellas los datos
64

exactos, ocultados, por ser los efectivamente queridos, siempre que sean lícitos y no
afecten los derechos de terceros. El que transfiere el derecho sólo se obliga aparentemente
con el interpuesto, pero en la inteligencia de obligarse hacia el tercero, frente al cual
adquiere los derechos y asume las obligaciones resultantes del acto

5. Efectos entre simulantes y terceros adquirentes del titular aparente


Las relaciones entre simulantes y terceros se basan en el principio de la oponibilidad de la
simulación por los simulantes a los terceros de buena fe. La simulación, mientras no sea
descubierta, es irrelevante para los terceros. Por principio, el acto simulado es válido y
eficaz frente a los terceros. Si la simulación es relativa, descubierto el acto disimulado
será válido éste.

6. Entre los simulantes y el acreedor del simulante enajenante


Los terceros legitimados tienen legitimidad para obrar. En efecto, negocio simulado es
ineficaz respecto de aquellos terceros cuyos derechos son perjudicados. La norma
pretende evitar el daño que se quiere producir a los terceros. Cuando el negocio simulado
disminuya el activo o aumento el pasivo del deudor, los acreedores están facultados para
solicitar la ineficacia del negocio. De la misma manera, el heredero perjudicado por un
negocio simulado concluido por su causante y el cónyuge perjudicado por un negocio
simulado celebrado por el otro cónyuge, están legitimados para pedir la nulidad.

7. Efectos entre los simulantes y los terceros acreedores del titular aparente
El acto jurídico simulado es válido y eficaz frente a los terceros acreedores del
adquirente (titular aparente). El acreedor de buena fe del simulante adquirente tiene un
interés opuesto al del acreedor del simulante enajenante. Su interés es el de hacer
prevalecer la apariencia sobre la realidad, a fin de poder satisfacer su crédito con la
ejecución forzada del bien que aparentemente ha ingresado al patrimonio de su
deudor.
Los autores de la simulación no pueden oponer ésta a los terceros acreedores del titular
aparente, pero, por el contrario, los terceros acreedores del enajenante simulado pueden
hacer valer la simulación en relación a las partes cuando ella perjudica sus derechos.

8. Efectos entre acreedores de ambas partes simulantes


Al existir un conflicto entre los acreedores del simulante enajenante y acreedores del
simulante adquirente (titular aparente), se presenta las siguientes situaciones.

a. Si ambos acreedores en conflicto son de fecha anterior a la simulación, será preferido


al acreedor del enajenante por ser la víctima de la simulación; el acreedor del
adquirente nada pierde, pues, no contaba en el activo de su deudor con los bienes
adquiridos después en forma ficticia.

b. Si ambos acreedores son de fecha posterior a la simulación, será preferido el


acreedor del titular aparente que ya contó en el patrimonio de su deudor con los
bienes ingresados en forma simulada, mientras que el acreedor del simulante
enajenante no contaba ya con esos bienes en el patrimonio de su deudor.
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c. Si los acreedores del enajenante son anteriores a la simulación y los del propietario
aparente son posteriores, se da preferencia a las víctimas de la simulación sobre los
acreedores del propietario aparente. Esto aun cuando hayan iniciado de buena fe la
ejecución forzada, sucumben en el conflicto con los acreedores del simulante
enajene, cuyo crédito es anterior al acto simulado.

NOVENA SEMANA
SEGUNDA
SESIÓN

FRAUDE DEL ACTO JURIDICO

NOCIÓN DE FRAUDE
La palabra "fraude" viene de las locuciones latinas: fraus, fraudis que significan
falsedad, engaño, malicia, abuso de confianza que produce un daño por lo que es indicativo
de mala fe, de conducta ilícita, es decir, no tiene un significado inequívoco, unas veces
indica astucia y artificio, otras el engaño, y en una acepción más amplia una conducta
desleal; en fin, toda acción contraria a la verdad y a la rectitud; que perjudica a la persona
contra quien se comete. Una conducta fraudulenta persigue frustrar los fines de la ley o
perjudicar los derechos de un tercero.

Concepto
Teófilo Idrogo señala "Por medio del fraude, el deudor realiza actos jurídicos reales y
legales disponiendo u ocultando sus bienes a título oneroso o gratuito para burlar a la ley o
perjudicar los derechos de sus acreedores". Se trata de una acción voluntaria y con mala fe
del deudor para reducir su patrimonio en perjuicio de sus acreedores o del Estado,
transgrediéndose normas imperativas, transfiere sus bienes porque el dinero es más de
ocultar que lo bienes muebles o inmuebles, que están amenazados por futuras medidas
cautelares por parte de los acreedores.

El fraude es un vicio voluntario del acto jurídico y consiste en la sustracción maliciosa del
deudor al cumplimiento de las normas legales y de sus acreedores, quedando en estado de
insolvencia.
Se trata de una acción voluntaria y con mala fe del deudor para reducir su patrimonio en
perjuicio de sus acreedores o del Estado, transgrediéndose normas imperativas, transfiere sus
bienes porque el dinero es más de ocultar que lo bienes muebles o inmuebles, que están
amenazados por futuras medidas cautelares por parte de los acreedores.

En términos generales, existe fraude cuando a través de un acto jurídico idóneo y lícito en
virtud de una ley que lo permite o autoriza, se busca eludir el cumplimiento de otra norma
imperativa. El fraude mediante el acto jurídico, o acto jurídico fraudulento, se da cuando una
persona enajena sus bienes a fin de protegerlos de la ejecución de sus acreedores. En este
caso, la enajenación es real, es decir no es ficticia como sucede cuando está de por medio la
simulación. Lo que busca el deudor es un estado de insolvencia para no pagar la deuda.
66

CLASIFICACIÓN DEL FRAUDE


1. Fraude a la Ley
Por el fraude a la ley se evade la aplicación de una ley (ley defraudada) amparándose en
otra ley (ley de cobertura) que sólo de modo aparente protege el acto realizado caso en el
cual debe aplicarse la ley que se ha tratado de eludir o si ello no es posible, anular el acto,
independientemente de que con este se haya o no causado daño.
Con el acto realizado en fraude la ley se persigue obtener un resultado similar o igual al
prohibido por una norma imperativa apoyándose en otra norma que no es prohibitiva.
Nuestro código no contiene un artículo que lo declara expresamente, pero en todo caso
está previsto en el art. V del T.P del C.C. que la letra dice" Es nulo todo acto jurídico
contrario a las leyes que interesan al orden público o las buenas costumbres", que
puede servir de apoyo textual para declarar la nulidad de un acto jurídico realizado en
fraude de la ley.

2. Fraude de los Acreedores


El fraude a los acreedores hace referencia a los actos celebrados por el deudor con los
cuales renuncie a derechos, o disminuya su patrimonio conocido, provocando o
agravando su estado de insolvencia, en perjuicio de sus acreedores, presentes o futuros,
que se ven impedidos de obtener la satisfacción total o parcial de sus créditos.
El estado de insolvencia consiste en un desequilibrio patrimonial en el que el pasivo es
mayor que el activo, por tanto, el insolvente, no cuenta con bienes en su patrimonio para
afrontar y cumplir con sus obligaciones (deudas)
Por ejemplo, ha ido regalando o transfiriendo sus fincas a nombre de otra persona con el
objeto de que cuando llegara la fecha del vencimiento de la deuda no dispusiera de bienes
con los que pagar al acreedor. El acreedor dispone de una acción para declarar
fraudulentas tales donaciones, al objeto de que retornen al patrimonio del deudor los
bienes que no deberían haber salido de él.
La conducta fraudulenta del deudor que deliberadamente persigue eludir el cumplimiento
de sus obligaciones en perjuicio de sus acreedores puede manifestarse de diversas
formas:
a. El acto simulado, es el medio torticero utilizado por el deudor para impedir que el
acreedor cobre.

b. Deudor, Acreedor de un Tercero, Cuando el deudor no ejerce acciones que le


compete contra el acreedor, privando a sus propios acreedores de ver incorporado ese
crédito a su patrimonio. O cuando terceros promueven acciones contra el deudor y
éste no se defiende poniendo, así, en peligro la integridad de su patrimonio que a la
postre perjudicaría a sus acreedores, es decir, que con su inacción o pasividad, en el
ejercicio o defensa de sus derechos evita crearse un patrimonio o adquirir nuevos
bienes o que su patrimonio se mantenga en su integridad, con el propósito de que no
existan bienes que puedan ser realizados por su acreedor.

c. El deudor puede enajenar o gravar realmente sus bienes o renunciar a


derechos, frustrando de este modo la posibilidad de cobro de sus acreedores. El
acto jurídico en fraude de la ley adolece de invalides absoluta, es nulo sin importar
sin con él se causó o no daño. En cambio, el acto jurídico celebrado
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en fraude de los acreedores, para ser declarado ineficaz vía acción revocatoria o
pauliana es necesario que con él se haya causado perjuicio al acreedor accionante.
El acto jurídico en fraude a la ley no se encuentra expresamente señalado en nuestra
codificación civil. En cambio, el acto jurídico celebrado en fraude el acreedor se
encuentra codificado en el Artículo 195º del Código Civil.

LA ACCIÓN PAULIANA:
Cuando se produce el fraude al acreedor, por parte del deudor, mediante la disposición de su
patrimonio en perjuicio del primero, es posible que éste plantee la acción revocatoria o
pauliana, o de ineficacia del acto jurídico de disposición.

El acreedor se legitima para impugnar aquellos actos del deudor que son lesivos de su
derecho de crédito. Un requisito indispensable para el planteamiento de la acción es la
prueba del daño, es decir la imposibilidad del cobro. El acreedor debe probar que el deudor
no dispone de otro medio para hacer efectivo el cobro del crédito.

Para León Barandiarán por la acción revocatoria o pauliana el acreedor obra en nombre
propio y demanda que quede sin efecto el acto realizado por su deudor, por el que disminuye
su patrimonio que lo convierta en insolvente y por lo tanto carece de medios para pagar la
deuda.

Ejemplo Tobías es acreedor de Tirso; este último dona el único bien de que es propietario a
Benigno y de esa manera no tiene como pagar a Tobías. Este, entonces solicita que se
revoque el acto celebrado con Benigno, que es un tercero, para poder hacerse pago con el
bien que debe reingresar o retornar a poder de Tirso que es el deudor. En la acción
revocatoria o pauliana, el demandante es el acreedor y los demandados son el deudor y el
tercero.

Como ya señalamos, el acreedor debe probar, además del daño o imposibilidad del cobro, la
mala fe del deudor y del tercero. De esta manera se protege frente a la acción revocatoria de
los acreedores, a aquellos terceros de buena fe que contrataron con el deudor.

REQUISITOS
a. Existencia de un crédito
Todo titular de la acción pauliana debe ser acreedor, es decir, tener una relación directa
con el deudor a fin de que pueda ejercer la acción de ineficacia de los actos
fraudulentos.

b. Perjuicio al acreedor
Esto significa que el patrimonio del acreedor disminuye, por los actos fraudulentos del
deudor, ya sea a título gratuito o a título oneroso.

c. Fraude del deudor


Consiste en la conciencia plena que tiene el deudor de los perjuicios que está causando a
su acreedor, es decir, es la actitud de mala fe del deudor frente a sus acreedores para
causarles daño, al concertar actos jurídicos con terceros, para quedar sin patrimonio
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d. Concurrencia de los requisitos


Para el ejercicio de la acción pauliana los requisitos deben ser concurrentes y estar
necesariamente vinculado el crédito al acto fraudulento, ya sea anterior o posterior al
mismo.

e. Fecha del crédito


El código civil ha establecido que para hacer uso de la acción pauliana o revocatoria,
cuando se trata de un acto jurídico oneroso, el crédito tiene que ser anterior al acto de
disminución patrimonial, que el tercero haya tenido conocimiento del perjuicio de los
derechos de su acreedor o cuando el deudor y el tercero hubiesen celebrado un acto
jurídico antes del surgimiento del crédito, cuya ineficacia se solicita con el propósito de
perjudicar la satisfacción del crédito del futuro acreedor.

EFECTOS DE LA ACCIÓN PAULIANA


En primer lugar, quienes han participado en el acto fraudulento del deudor o se han
beneficiado directamente con dicho acto deben restituir al patrimonio de aquellos bienes
recibidos, hasta el monto de la acreencia. Asimismo, los intervinientes en dicho fraude
deberán de indemnizar a los acreedores por los daños y perjuicios ocasionados a estos.
Inoponibilidad, es decir, que los terceros sub adquirientes no pueden oponer el acto jurídico
a los acreedores defraudados, para quienes dicho acto, se tiene por no celebrado respecto a
ellos. Por esta razón, se dice que la acción revocatoria o pauliana, es una acción de ineficacia
del acto jurídico.

DECIMA SEMANA
PRIMERA SESION

VICIOS DE LA VOLUNTAD

GENERALIDADES
La voluntad generadora del acto jurídico, que es la voluntad jurídica que definió Aguiar, es
la voluntad sana y manifestada que genera, modifica, transforma y extingue derechos y que
es el resultado de la conjugación de los elementos que dan lugar a la formación de la
voluntad interna (como son el discernimiento, la intención y la libertad) y de su elemento
externo, que viene a ser la manifestación en cualquiera de sus modalidades.

Cuando esta conjunción de elementos se rompe por la presencia de fatores perturbadores o


distorsionadores surge una voluntad viciada, porque no existe ya la necesaria correlación
entre lo que quiere el sujeto y la voluntad que exterioriza. Se presentan, así, los llamados
vicios de la voluntad clasificados, tradicionalmente, como error, dolo, violencia e
intimidación.

Los vicios de la voluntad vienen a ser, pues, los factores perturbadores o distorsionadores
que impiden que la voluntad interna se forme de manera sana. Pueden presentarse en el
sujeto de manera consciente, como en la violencia o en la intimidación, o inconsciente,
como en el error o en el dolo, impidiéndole la necesaria, correlación entre lo que quiere y lo
que manifiesta.
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Concepto
Los vicios de la voluntad son situaciones que inducen al sujeto a declarar una voluntad que
no corresponde a sus verdaderas intenciones. Lo ideal es que en la celebración de un acto
jurídico exista correspondencia entre lo deseado y lo expresado, entre la voluntad y lo
manifestado. La voluntad o el consentimiento pueden ser viciados por error solo o violencia.

Clasificación
1. El Error
Constituye un desencuentro entre lo que es el objeto materia de conocimiento y de juicio,
y el conocimiento que se adquiere de él. Todo error constituye una negación de lo que es,
o afirmación de lo que no es. Es un factor perturbador inconsciente que distorsiona el
proceso formativo de la voluntad jurídica, ya en el aspecto relativo a la voluntad interna,
en cuyo caso se configura el denominado error-vicio, o ya en lo que se refiere a la
exteriorización de la voluntad interna, en cuyo caso se configura el denominado error en
la declaración, que el Código Civil legisla claramente diferenciados en el articulado, pero
bajo el título común de Vicios de la voluntad.

La categoría del error comprende dos tipos de errores.


a. El error vicio
Es una condición de ignorancia o de falsa representación de la realidad en la cual
incurre espontáneamente una parte, que se representa mentalmente el contrato de
manera diversa de cómo es en la realidad. Puede ser:
1) Error esencial, cuando de no haber mediado el sujeto no hubiera celebrado el
acto jurídico. Puede ser de hecho y de derecho.
2) El error indiferente, viene a ser, un simple accidente en el acto jurídico y, por
ello, no alcanza a viciarlo para justificar su nulidad, sino que puede dar lugar, tan
solo, a efectos rectificatorios. Al igual que el error esencial, puede ser de hecho y
de derecho.
3) El error de hecho, o error facti consiste en la ausencia de conocimiento o en
el conocimiento equivocado que recae en cualquier clase de objetos, en su
sustancia o en sus cualidades esenciales, así como en las personas o en sus
cualidades de una operación de cálculo o en la apreciación de una cantidad, o en
el motivo mismo que induce a la celebración del acto jurídico.
4) El error de derecho, es la ausencia de conocimiento o de conocimiento
equivocado referido a una norma jurídica y, por ello, tiene un ámbito de
aplicación especifico que lo diferencia sustancialmente del error de hecho, según
criterio que viene desde el Derecho Romano.
Ejemplo: si una apersona celebra un contrato con un menor de edad creyendo que
negocia con u mayor de edad, comete un error de hecho; pero si dicha persona, a
sabiendas de que está negociando con un menor de edad, supone que puede
pretermitir las formalidades legales protectoras de los incapaces, incurre en un
error de derecho. Otro ejemplo, quien compra un objeto arqueológico para
revenderlo, ignorando que la ley prohíbe su tráfico, no podrá invocar su
ignorancia de la ley para incorporarlo a su patrimonio per si podrá invocar esa
misma ignorancia para anular el acto de la adquisición.
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b. El error obstativo
Es un error en la declaración, o cuando la declaración ha sido inexactamente
transmitida. Este error ocasiona una divergencia entre la manifestación del acuerdo y
la voluntad real de la parte, debido a una externalización o transmisión del acuerdo
mismo. El CC equipara el tratamiento jurídico del error obstativo con el error vicio
(artículo 208). Considera:

1) El error en la naturaleza del acto, conocido como error in negotio, se


configura cuando los sujetos que lo celebran manifiestan celebrar un acto jurídico
distinto del que quieren celebrar y para el que han formado su voluntad interna.
Ejemplo de Pothier: “si alguno cree venderme una cosa, y yo creo recibirla título
de préstamo o como regalo, no hay en ese caso ni venta, ni préstamo, ni
donación”.

2) El error en el objeto principal de la declaración, también llamado error


in ipso corpore rei o, simplemente, error in corpore, se configura cuando la
declaración del sujeto que celebrar el acto jurídico no es coincidente con el objeto
al que la dirige, pues su voluntad interna la ha formado respecto de un objeto
distinto y cuya identidad confunde. Ejemplo: como cuando alguien quiere
comprar un caballo y por la declaración la otra parte entiende que lo que quiere
adquirir es un burro.

3) El error en la identificación de la persona, se configura cuando la


declaración se dirige a persona distinta de la persona con la cual se quiere
celebrar el acto, o a la que se le quiere dirigir la declaración si se trata de un acto
unilateral recepticio. No se trata de un error en las cualidades personales, de un
error in personam. Sino de un error sobre la identificación, de un error in
nómine. La doctrina lo reconoce siempre como un error en la declaración.
Ejemplo: si alguien dona una cantidad de dinero a una persona, y esta no es la
persona indicada por el donante, se trata de un error esencial, que es causal de
anulabilidad del acto jurídico, porque ha sido de conocimiento de la otra parte o
se han cumplido cualquiera de los casos previstos en el art.203 del CC.

4) El error en la transmisión de la declaración, se configura cuando la


manifestación de la voluntad es trasmitida inexactamente por la persona
encargada de hacerla. En este error no incurre el manifestante de la voluntad sino
persona distinta. Ejemplo de Stolfi: el error en la transmisión de la declaración
consiste en una equivocación cometida por la persona o el funcionario a los
cuales se ha recurrido para hacer conocer una voluntad propia al otro interesado,
pues el nuncio que debía referir el precio a francos suizos lo ha referido a francos
franceses, o el cartero ha entregado al encargado al médico Ticio la oferta
dirigida a un comerciante del mismo nombre, o se ha encargado transmitir “no
acepto” pero la transmisión se hizo si la primera palabra y el destinatario creyó
en la aceptación al no tomar conocimiento de la inadmisión de la propuesta.

En el caso del error vicio, la declaración es querida, aunque sea en base a una voluntad
distinta a la hipotética, mientras en el caso del error obstativo esta es del
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todo divergente de la voluntad. El legislador ha conminado a la misma sanción, que es la


anulabilidad del negocio.

En palabras más simples: en el error obstativo se declara mal lo bien querido; en el error
vicio, en cambio; se declara bien lo mal querido (Espinoza Espinoza, 2008, p. 391).
Siguiendo a una doctrina peruana, los tipos de errores esenciales son:
a. Error en la propia esencia o cualidad del objeto del acto (error in negotio)
b. Error en las cualidades personales de la otra parte (error in qualitate personae)
c. Error de derecho (error iuris) (Espinoza Espinoza, 2008, pp. 396-397).

DECIMA PRIMERA SEMANA


SEGUNDA SESION

2. El Dolo
Es el vicio de la voluntad mediante el cual se provoca deliberadamente el error. El Dolo
es la intencionalidad de engaño en la realización del acto jurídico y debe ser de tal
magnitud que haya tenido como resultado que la otra parte celebre el acto. Según
Fernando Vidal Ramírez, el dolo es también un factor perturbador inconsciente del
proceso formativo de la voluntad jurídica que afecta a la función cognoscitiva del sujeto
y, por tanto, distorsiona su voluntad interna.

Clasificación
Tiene connotaciones propias en el Derecho Civil. Así podemos señalar que para el
Derecho Civil hay algunas clasificaciones del Dolo que se deben considerar para su
interpretación:

a. Dolo principal e incidental: El dolo principal es el engaño o astucia que determina


la voluntad del sujeto al que va dirigido; en cambio el incidental, no logra determinar
la voluntad de la víctima, que igual hubiera celebrado el acto jurídico, pero lo hace en
condiciones más perjudiciales.
b. Dolo directo e indirecto: Es directo cuando el engaño proviene de alguna de las
partes que intervienen en el acto jurídico; y, es indirecto si la astucia maliciosa
proviene de un tercero que no es parte en el acto.
c. Dolo positivo y negativo: El dolo positivo lo constituyen las conductas efectivas
del autor del engaño tendientes a torcer o forzar la voluntad de la víctima; en cambio
el dolo negativo está constituido por las omisiones dolosas con ocultamientos
voluntarios o conscientes que determinen la voluntad de la otra parte.

3. La Violencia e Intimidación
a. La violencia
Concepto
Para José León Barandiarán, la violencia física representa la fuerza apabullante
utilizada contra el que hace la declaración, de tal suerte que no hay voluntad alguna de
su parte, en vista que no existe el consentimiento espontáneamente prestado. Se trata
en si de un acto físico en virtud del cual se obliga a una persona hacer lo que no quiere
o se impide hacer lo que quiere.
72

Para Vidal Ramírez, consiste en una fuerza irresistible, apabullante, incontenible, por
la cual, físicamente, se doblega al sujeto de manera tal que, en realidad, se elimina su
voluntad.

Es la coacción ejercida sobre una persona para obligarla a realizar un acto que no
quiere. Se trata de una fuerza física o moral que infunda temor y que obligue a la
realización del acto jurídico.

Según una doctrina nacional, la violencia física es simplemente violencia. Supone,


pues, que mediante el uso de la fuerza se doblegue al sujeto y se anule su voluntad,
como sería el caso de tomar la mano de una persona por la fuerza y hacerla escribir su
nombre y firmar, o estampar sus huellas digitales, que, por demás, es la única hipótesis
posible de obtener una declaración mediante la violencia absoluta. En este caso, hay
una fuerza irresistible, apabullante, que conduce la mano, lo que no debe confundirse
con los maltratos físicos que se puede infligir a una persona para que suscriba un
documento, o coloque sus huellas digitales, pues ello constituye intimidación y no
violencia física, jurídicamente hablando. (Vidal Ramírez, 2011, pp. 216-217).

La violencia se concibe como aquella fuerza irresistible que elimina la voluntad del
sujeto derecho obligándolo a celebrar un negocio jurídico. La fuerza irresistible puede
provenir de una de las partes del negocio o un tercero. Asimismo, para algunos
doctrinarios al eliminarse la voluntad ya no se estaría en presencia de un vicio sino de
un acto nulo.

b. La intimidación
Concepto
La intimidación consiste en infundir un temor en el sujeto para por ese medio obtener
una manifestación de voluntad forzada, en cuanto es consecuencia de haber cedido
ante la amenaza que le infunde en temor, por eso, constituye un genuino vicio de la
voluntad.

Al contrario de lo que ocurre con la violencia física, que desplaza la voluntad por lo
que el acto “no es” del sujeto, la violencia moral o intimidación infunde un temor
sobre el sujeto quien, cediendo a ese temor, se aviene declarar una voluntad que no
responde a una decisión libre y espontánea. (Vidal Ramírez, 2011, pp. 221).

La intimidación es una conducta antijurídica -acto ilícito-, que consiste en influir sobre
el fuero interno del agente causándole miedo o temor, amenazándolo con un mal
futuro que debe ser inminente y grave. De esta manera, presionando la voluntad o el
ánimo del agente, es decir, el aspecto psíquico del mismo, se logra que declare algo de
una manera distinta a la querida, o al declarar que quiere, cuando nunca ha querido así
ni de otra manera. (Lohmann Luca de Tena, 1994, p. 506).

Esta amenaza debe ser creíble, o sea debe ser idónea para impresionar al contratante
amenazado. Para ello se debe valorar si la amenaza impresiona a una persona sensata,
pero al mismo tiempo induce a construir el modelo de
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una persona medianamente sensata teniendo en cuenta una serie de variables que se
asemejen al modelo de la situación de la situación en que concretamente se halla la
misma víctima. (Morales Hervias, 2011, p. 237).

En materia de contratación telefónica, puede ocurrir que la intimidación se haya


producido dentro de la misma conversación (vale decir, que ese temor respecto del mal
inminente y grave que le pueda ocurrir al agente se haya infundido en la propia
conversación telefónica que dio origen al contrato), de modo tal que todas estas
situaciones se produzcan utilizando el medio de comunicación al cual nos estamos
refiriendo. Ello resultaría plenamente factible, en la medida que para intimidar no
resulta necesario que quien intimida se encuentre frente a frente con su víctima.
Bastaría, pues, utilizar la línea telefónica para infundir el mencionado temor. Es más:
nos atrevemos a decir que, cuando de intimidación se trata, resulta más usual que
dicha situación ilícita se produzca por teléfono, debido a que permite en muchos casos
reservar el anonimato de la persona que intimida. (Castillo Freyre y Horna, 2003, p.
16).

Por tanto, entendemos por intimidación a aquella amenaza ilícita dirigida a una de las
partes del negocio de sufrir un daño en su patrimonio o entre los miembros de su
familia con el objetivo de celebrar un negocio jurídico. Se diferenciaría de la violencia
en que aquí la voluntad no es anulada, pero si corrompida por influencia externa.

Elementos de la intimidación
La intimidación para configurarse requiere de los siguientes elementos:
a) amenaza;
b) el mal; y,
c) el temor.
Estos elementos deben conjugarse con las pautas establecidas para que el juez califique
la intimidación, como la edad, el sexo, la condición de la persona y otras
circunstancias atendible señaladas en el propio C.C.

El temoí íeveíencial
El temor reverencial es la “sujeción psicológica de un sujeto hacia otro, determinada
por las respectivas posiciones en el contexto familiar, profesional o, genéricamente,
social. Quien tiene temor reverencial puede ser inducido a contratar: pero el contrato
no merece anulación porque la disciplina de la violencia afecta una conducta (dolosa
o culposa) y no un simple modo de ser social”. Sería el caso del empleado de oficina
que compra un bien a su jefe, a fin de evitar la situación incómoda de darle una
negativa. También se le define como “el temor que el sujeto alimenta, con
prescindencia de amenazas externas específicas, frente a una persona que se presenta
ante él, por las más vaíiadas íazones, familiaíes y sociales, como
gíavemente seveía y píestante”. (Espinoza Espinoza, 2008, p. 457).

Para autorizada doctrina italiana, el temor es una perturbación del sujeto. Este puede
consistir en un temor en sentido propio, o sea en el temor de un peligro o también en el
temor reverencial. Este debe ser distinto respecto de la intimidación moral, o sea
respecto de la amenaza tácita del sujeto de valerse de su posición o de sus medios
para perjudicar a la víctima en caso del
74

rehusamiento a contratar. La relevancia reconocida de la jurisprudencia a la


intimidación moral se justifica en cuanto tal intimidación constituye también una
forma de violencia que hace inviable la tutela jurídica de quien la ejercita o se vale de
ella. (Bianca, 1987, pp. 622-623).

Por tanto, entendemos por temor reverencial a aquella influencia provocada en una de
las partes del negocio que tiene la condición de débil, inferior o de menor jerarquía
respecto de la otra parte que tiene la condición de fuerte, superior y de mayor
jerarquía. Aquella practica un acto en favor de este debido a la “sujeción psicológica”
que su condición alimenta. Esta situación no dará lugar a la anulación del acto.

Diferencias entre Simulación y Fraude


1. El fraude supone realización de actos reales, serios, no aparentes; las partes desean
la realización del acto de disposición y la producción de sus efectos. La acción de
simulación presupone un acto aparente que las partes no quieren que produzca efectos
entre ellos.

2. En el fraude no interviene testaferro. En la simulación por lo general se simula el


acto mediante un tercero.

3. En el fraude, el objetivo es perjudicar a un tercero, ya sea evadiendo astutamente la


aplicación de la ley o enajenando los bienes para burlar las expectativas de los
acreedores, en cambio, en la simulación el objetivo no siempre es causar perjuicio
a terceros, menos burlar los efectos de una ley, haciendo uso de otra.

Diferencias entre Error y Dolo


La doctrina es unánime en conceptuar el dolo como toda maniobra encaminada a provocar
un engañó e inducir a error.
El dolo, al igual que el error, es un vicio de la voluntad que en determinadas
circunstancias puede ser causa de anulación del acto jurídico.

1. El dolo se diferencia del error en que en este último el vicio nace del propio declarante
equivocado sin participación de ningún otro sujeto; en tanto que el dolo, el vicio es
causado por otro sujeto del acto mediante una acción o una omisión pendiente a inducir
al primero que cometa el error, por eso se dice que el dolo es un error provocado por
uno de los celebrantes o un tercero, contra el declarante se trata pues de un engaño
contra el que manifiesta su voluntad.

2. Al ser intencional el dolo obliga a indemnizar a la parte engañada, mientras que el error
al ser involuntario puede determinar resarcimiento de daños materiales pero un ningún
caso indemnización.

Diferencias entre Violencia e Intimidación


1. La Violencia es un acto físico sobre el agente mientras que la intimidación es un acto
psicológico sobre el mismo.
2. La violencia es una fuerza irresistible contra la que el agente no puede actuar mientras
que la intimidación puede ser resistida o en algún momento atenuada por el agente.
75

DECIMA PRIMERA SEMANA


PRIMERA SESION

NULIDAD DEL ACTO JURÍDICO


El Código vigente ha seguido a la teoría de la nulidad del acto jurídico sostenida por
distinguidos juristas, cuya doctrina es la más aceptada; en este sentido Teófilo Idrogo
Delgado, sostiene:
“Que un acto jurídico es nulo cuando no puede producir los efectos jurídicos
deseados por las partes, por faltarle algún requisito esencial que señala la ley privándole de
su eficacia. La nulidad de un acto jurídico supone su existencia, porque no puede anularse lo
que no existe. Allí radica la diferencia con un acto inexistente, además que la nulidad de un
acto es más extensa, porque los actos existentes son muy excepcionales y se encuentran
subsumidos en la teoría de la nulidad.

CAUSALES DE NULIDAD
1. Nulidad por ausencia de manifestación de voluntad del agente.

De conformidad con lo establecido por el inciso 1 del artículo 219 del Código Civil, el
acto jurídico es nulo cuando falta la manifestación de voluntad del agente.

Sin lugar a dudas, esta causal de nulidad mantiene vigencia absoluta en cuanto a los
diversos medios tecnológicos utilizados en la contratación contemporánea, dado que ante
la ausencia de manifestación de voluntad por parte del agente no podríamos estar en
presencia de acto jurídico ni de contrato alguno (ya que el contrato es un acto jurídico).

Frente a la ausencia de manifestación de voluntad en cualquiera de los dos agentes o


partes que se encuentran en comunicación inmediata, a través de la línea telefónica, es
evidente que se producirá la nulidad del acto. Los contratos se celebran por el acuerdo de
voluntades, y en la medida que no exista dicho acuerdo por ausencia de manifestación de
voluntad de una parte, o de ambas, simplemente no habrá contrato.

2. Nulidad por incapacidad absoluta.


Los actos practicados por personas absolutamente incapaces que no tienen capacidad de
ejercicio, son nulos; átales como los actos practicados por los menores de edad de 16
años, o los que se encuentren privados de discernimiento, los sordomudos, los
ciegosordos y los ciegomudos que no pueden expresar su voluntad de manera indubitable.
Estas personas están privadas de capacidad por mandato del art. 43 del CC.

Es en esta causal de nulidad de los actos jurídicos en donde consideramos que se


presentan serios inconvenientes con relación a los contratos celebrados a través de
medios informáticos.

Así, salvo el tema de la contratación epistolar (que, dicho sea de paso, siempre ha sido
porcentualmente poco significativo), los contratos anteriores a la aparición del teléfono se
celebraban casi en su totalidad entre personas que se encontraban frente a frente, en un
mismo lugar. En tales situaciones, al verse las caras, ambas
76

podían conocer las características físicas de su contraparte, y de esta manera saber, por
ejemplo, si se trataba de un menor de edad o de un enfermo mental.

En esta medida, no debía resultar muy difícil para una parte saber si se encontraba
tratando con un adulto, con un joven o con un niño; es decir, si la persona que tenía al
frente, de acuerdo con la edad, era o no un sujeto con capacidad de ejercicio.

En tal sentido, consideramos que cada vez cobra mayor vigencia lo dispuesto por el
artículo 1358° del Código Civil: “Los incapaces no privados de discernimiento pueden
celebrar contratos relacionados con las necesidades ordinarias de su vida diaria.”

Es necesario precisar que esta norma comprende tanto a los incapaces absolutos (cuyos
actos resultan generalmente nulos) como a los incapaces relativos (cuyos actos resultan,
por lo general, anulables).

Decíamos hace un momento que la contratación tradicional se ha caracterizado por el


hecho de que las partes se veían la cara, por encontrarse una frente a la otra y en un
mismo lugar.

Sabemos que en nuestros días ello no es necesariamente así, y que muchos actos cada vez
más se celebran a través de todos los medios informáticos que ofrece la tecnología
moderna, en los cuales las partes no se ven la cara, en los cuales la mayoría de veces se
contrata a distancia y donde los contratantes ni siquiera se conocen.

La realidad hace que, frente a este tipo de acto, el Derecho no pueda estar preguntándose
y analizando si alguien es capaz o no. La velocidad de la sociedad moderna impide que
ello sea así, y lo que antes era relevante para consideraciones jurídicas hoy simplemente
no lo es.

3. Nulidad por objeto física o jurídicamente imposible o indeterminable.

De conformidad con el artículo 219 (inciso 3) del Código Civil, el acto jurídico es nulo
cuando su objeto es física o jurídicamente imposible o cuando es indeterminable.
Consideramos que este punto resulta de meridiana aplicación a toda la contratación, más
allá de los medios que sirvan a efectos de contratar, en la medida que aquí lo relevante es
la imposibilidad jurídica o la indeterminabilidad del objeto, causales de nulidad cuya
presencia es independiente del medio que se utilice para contratar.

Ejemplos: Vender el planeta mercurio, será físicamente imposible venderla. Será el acto
jurídicamente imposible cuando el objeto del acto no puede llegar a cumplirse por existir
una prohibición legal expresa, tal como la contenida en el art. 312 CC que dispone que
los cónyuges no pueden celebrar contratos entre sí respecto de los bienes de la sociedad.
77

4. Nulidad por fin ilícito.


Como se recuerda, el artículo 219° (inciso 4) establece que el acto jurídico es nulo
cuando su fin es ilícito. Sobre este punto podríamos formular similares comentarios a los
efectuados con relación al acápite precedente.

En este caso, la nulidad absoluta se refiere a los actos jurídicos contrarios a la moral y las
buenas costumbres, no como causa sino como objetivo; como ocurre en el fraude donde
se aprecia la ilicitud.

5. Nulidad por simulación absoluta.


De conformidad con lo establecido por el artículo 219 (inciso 5), el acto jurídico es nulo
cuando adolece de simulación absoluta. Con relación al tema de la simulación absoluta, sí
habría que decir algunas cosas.

En principio, la simulación debería ser un tema aplicable a la generalidad de actos


jurídicos o contratos; y no estamos diciendo que no lo sea, pues es claro que sí lo es.

Sin embargo, generalmente ocurre que, cuando aludimos a la simulación, de común


estamos frente a algún documento en el cual las partes que han disimulado ese acto lo han
traducido por escrito, con la finalidad de que el mismo tenga o surta efectos respecto de
terceras personas con las cuales, quienes han simulado el acto, desean generar
determinadas consecuencias.

Es más: prácticamente no imaginamos mayor utilidad en el hecho de recurrir a simular un


acto y que esta simulación solo sea verbal, sin constar en escrito alguno.

En razón de estas consideraciones, el tema de la simulación no reviste mayor


trascendencia en los contratos celebrados por teléfono.

6. Nulidad por no revestir la forma prescrita bajo sanción de nulidad.


El artículo 219 (inciso 6) prescribe que el acto jurídico es nulo cuando no reviste la forma
prescrita bajo sanción de nulidad.

Cuando los actos jurídicos exigen la observancia de una formalidad, las partes
intervinientes están obligadas a cumplirla.

En principio, la inmensa mayoría de contratos que se celebran en nuestra sociedad son de


carácter consensual; vale decir, que para su celebración solamente se requiere del
consentimiento de las partes. Así, es suficiente que dicho consentimiento se efectúe de
manera verbal para el contrato se haya celebrado.

Para un número reducido de contratos, la ley sigue estableciendo requisitos de forma.


Ellos son los contratos formales: aquellos para cuya celebración se requiere, además del
consentimiento, el cumplimiento de una formalidad; o, dicho de una manera más propia,
aquellos en los cuales el consentimiento se expresa a través de una determinada
formalidad.
78

7. Nulidad derivada del mandato de la ley.


Conforme al artículo 219 (inciso 7), el acto jurídico es nulo cuando la ley lo declara nulo.

Evidentemente, esta causal de nulidad no se alterará, y tampoco tendrá relevancia para tal
efecto que el contrato se haya celebrado por algún medio informático moderno (en el
caso que nos ocupa, el teléfono).

8. Nulidad por estar comprendido en el artículo V del Título Preliminar.


De conformidad con lo prescrito por el artículo 219 (inciso 8), el acto jurídico es nulo en
el caso del artículo V del Título Preliminar, salvo que la ley establezca sanción diversa.

Por su parte, el artículo V del Título Preliminar establece que es nulo el acto jurídico
contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres.
Ejemplo celebrar un contrato de arrendamiento o para realizar una guerra de guerrillas.
En este caso se está violando normas de orden público porque se pretende atentar contra
el orden legítimamente constituido, en consecuencia, el acto jurídico es nulo.

EFECTOS DE LA NULIDAD
Una vez que se declara la nulidad absoluta, el acto jurídico realizado no tiene validez y se
retrotrae a su estado anterior, esto es que tiene efectos retroactivos.
En cuanto a los efectos hay que considerar a las partes y a los terceros:

a. Efectos respecto a las partes


Consentida y ejecutoriada una sentencia declarativa de nulidad, le priva de los efectos
jurídicos al acto incurso en la causal o causales, que sancionan la nulidad.

En este caso de la nulidad absoluta hay que tener en cuenta si el acto ya se ha ejecutado
o todavía no ha tenido ejecución.
- Si se has ejecutado el acto, hace desaparecer todos los efectos producidos,
volviéndose a su estado anterior, con si no se hubiera practicado el acto jurídico y
opera con carácter retroactivo; en consecuencia, las partes quedan recíprocamente
obligadas a restituir lo que hayan recibido.

- Si el acto jurídico todavía no se ejecutado, una vez que se declara la nulidad ya no


se puede exigirse su cumplimiento.

b. Los terceros
Los actos jurídicos no perjudican los derechos adquiridos a título oneroso y se buena fe
de los terceros adquirientes. Nuestro Código ha sentado su posición en la simulación y
en el fraude.

DECIMA PRIMERA SEMANA


SEGUNDA SESION

LA ANULABILIDAD DEL ACTO JURÍDICO.


79
Consiste en que el acto jurídico puede ser privado de su eficacia por adolecer de un vicio
concerniente a la capacidad del agente, o derivado de las circunstancias que pudieran influir
sobre su voluntad, perturbando su consentimiento; el vicio y las circunstancias deben ser
acreditados a instancia de las partes que han intervenido en el acto jurídico y que les causó el
perjuicio.

CAUSALES DE ANULABILIDAD

1. Anulabilidad por incapacidad relativa del agente.

De acuerdo con lo establecido por el artículo 221° (inciso 1), el acto jurídico es anulable
por incapacidad relativa del agente.

El art. 44 del CC dispone que son relativamente incapaces: Los mayores de dieciséis años
y menores de dieciocho años de edad, los retardados mentales, los que adolecen de
deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad, los pródigos, los que incurren
en mala gestión, los ebrios habituales, los toxicómanos y los que sufren pena que lleva
anexa la interdicción civil.

Evidentemente, a pesar de todas las dificultades contemporáneas, es mucho más fácil


identificar a un niño como menor de edad que hacerlo con relación a un adolescente.
Asimismo, es casi imposible identificar a simple vista o trato personal a un pródigo, a un
mal gestor, a un ebrio habitual (que no esté en estado de ebriedad o aun estándolo, porque
esta situación no implica que sea un ebrio habitual), a un toxicómano o a alguien que
sufra pena que lleve anexa la interdicción civil.

Demás está decir que, si ello ya resulta casi imposible personalmente, podremos imaginar
cómo aumentarían las dificultades si esta persona se encontrara del otro lado de la línea
telefónica.

2. Anulabilidad por vicio de la voluntad.


Los vicios de la voluntad (error, dolo, violencia, o intimidación), producen anulabilidad
del acto jurídico que se ha practicado en esas condiciones. Art 221 inc 2 del CC)

a. Anulabilidad por error.

Si el error resulta ser una fuente o causa frecuente de anulación de actos jurídicos por
actos celebrados entre personas presentes (es decir, entre personas que se encuentran
en un mismo lugar al momento de la celebración del acto), será evidente que este vicio
de la voluntad se presentará con mayor asiduidad en los contratos celebrados por
teléfono.

En efecto, la contratación por teléfono acentúa de por sí la posibilidad de incurrir en


error, en cualquiera de los supuestos que sobre este vicio de la voluntad contempla el
Código Civil.
80

Con respeto al error in quantitati (es decir, el error sobre la cantidad), sí tendría
relevancia el tema de contratar por teléfono, en la medida que tal vez el agente que
incurre en error vicie su voluntad al no tener la posibilidad de efectuar una
consideración adecuada de la magnitud de los bienes sobre los cuales está contratando
(y no nos referimos naturalmente al simple cálculo o cómputo que se pudiera hacer
sobre los bienes materia del contrato).

En cuanto al error en el motivo, podemos decir que este tema no tiene mayor relación
con la contratación por teléfono; aquí, da exactamente lo mismo el medio que se
emplee para la contratación, pues el motivo será susceptible de viciarse en cualquiera
de ellos.

Mientras menos elementos de juicio se tengan respecto del actuar de la otra parte,
menos posibilidades habrá de considerar que el error ha sido susceptible de ser
conocido por aquel sujeto que no incurrió en error.

Así, el hecho de no ser cognoscible el error trae como correlato que el mismo tampoco
sea esencial; lo cual, a su vez, lleva a que no se den los supuestos de error vicio
contemplados en el artículo 201 del Código Civil y,
consecuentemente, que el acto no sea susceptible de anulación.

b. Anulabilidad por dolo.

El dolo es el error en que una parte incurre inducida por la otra.

Incluso, hemos dicho que el dolo hace muchas veces que un error no esencial
constituya causa de anulabilidad de un acto jurídico. En buena cuenta, los errores, sean
esenciales o no, adquieren relevancia cuando son cometidos por dolo o engaño de la
contraparte.

Para muchas personas resulta fácil engañar o inducir al engaño a otras.

Debemos señalar que a la contratación telefónica resulta plenamente aplicable lo


dispuesto por el artículo 210 del Código Civil. Dicha norma establece que el dolo es
causa de anulación del acto jurídico cuando el engaño usado por una de las partes haya
sido tal que sin él la otra parte no hubiera celebrado el acto.

c. Anulabilidad por intimidación.

La intimidación como conducta antijurídica influye sobre el agente causándole miedo


o temor, con la amenaza de un mal futuro inminente o grave, presionando su voluntad
o ánimo para declarar algo que no quiere.

Ello resultaría plenamente factible, en la medida que para intimidar no resulta


necesario que quien intimida se encuentre frente a frente con su víctima.

Bastaría, pues, utilizar la línea telefónica para infundir el mencionado temor. Es más:
nos atrevemos a decir que, cuando de intimidación se trata, resulta más usual que
dicha situación ilícita se produzca por teléfono, debido a que permite en muchos casos
reservar el anonimato de la persona que intimida.
81

Es necesario señalar, además que la intimidación puede también ser hecha por un
tercero, con conocimiento del eventual beneficiario del acto celebrado con este vicio
(pues de lo contrario, el acto no sería anulable).

Adicionalmente, podemos decir que el teléfono es un medio idóneo para


intimidar, ya que la intimidación no implica, como sabemos, violencia física, sino
acciones dirigidas contra la mente o el pensamiento de la víctima.

Además, el plazo que la ley peruana otorga a la víctima de un vicio de la voluntad para
intentar la anulación del acto es muy breve; pues, tal como lo establece el artículo
2001 (inciso 4) del Código Civil, la acción de anulabilidad prescribe, salvo disposición
diversa de la ley, a los dos años (entendidos, naturalmente, desde el momento de la
celebración del acto), término al cual se llegará en muchos casos de manera
inadvertida.

d. Anulabilidad por violencia.

Cualquiera sea el caso, nos lleva a señalar que la violencia tiene, necesariamente, que
implicar contacto personal entre la víctima y el agente causante de la violencia o de un
tercero que actúe en concordancia con dicho agente; caso contrario nos
encontraríamos dentro del ámbito de la intimidación y no de la violencia.

En tal sentido, podría ocurrir que, antes o coetáneamente al momento en que la víctima
declara su voluntad, esta haya sufrido actos de violencia dirigidos por su contraparte o
un tercero, pero, más allá del contacto físico que implica la realización de estos actos
violentos, la declaración que conduce a celebrar el contrato se haya producido
telefónicamente.

Es obvio que en muchos casos el delincuente que emplea violencia para hacer celebrar
a su víctima un acto jurídico no será quien actúe por si mismo, sino que en la mayoría
de veces se valdrá de terceros para conseguir tales fines. De este modo, es probable
que se obligue a la víctima, inmediatamente después de haber sufrido daños corporales
o al estar sufriéndolos, a llamar por teléfono al autor intelectual de dichos actos para
manifestar su voluntad de contratar o celebrar aquel negocio perjudicial a sus
intereses que beneficiará al mencionado delincuente.

Vemos, pues, como la violencia física puede jugar un papel de interrelación con los
contratos celebrados por teléfono.

3. Anulabilidad por simulación relativa.

Como se recuerda, en virtud de lo establecido por el inciso 3 del artículo 221, el acto
jurídico es anulable por simulación cuando el acto real que lo contiene perjudica el
derecho de tercero. Esto quiere decir contrario sensu, que si la simulación no
perjudica al derecho de tercero no es causal de anulabilidad.
82

Hemos mencionado, hace un momento, que el tema de la simulación adquiere relevancia


en la medida que dicho acto conste en un documento que sirva o tenga utilidad para
oponer la simulación frente a los terceros ante quienes se quiera acreditar algo ficticio
como si fuera real.

4. Anulabilidad derivada del mandato de la ley.

Como se recuerda, en virtud de lo prescrito por el inciso 4 del artículo 221 del Código
Civil, el acto jurídico es anulable cuando la ley así lo declara.

Sobre este particular nos abstenemos de efectuar mayores comentarios, ya que la citada
disposición resulta aplicable a todos los actos jurídicos, independientemente del
medio que empleen las partes para celebrarlos.

EXAMEN PARCIAL II

DECIMA TERCERA SEMANA


PRIMERA SESIÓN

LA CONFIRMACIÓN DEL ACTO JURÍDICO


1. Concepto.

La confirmación es un acto jurídico en virtud del cual se convalida otro acto jurídico,
anulable, por adolecer de un vicio o causal de nulidad relativa.

Confirmación o convalidación es el acto por el cual se da validez a otro, que el deudor


puede atacar por acción de anulabilidad (nulidad relativa). Difiere de la transacción, pues
ésta supone de las partes un abandono recíproco de derechos o pretensiones, en tanto que
la confirmación emana de una sola de las partes, que renuncia a su derecho a atacar la
convención, sin estipular nada en su provecho.

También difiere del simple reconocimiento. “Lógicamente el simple reconocimiento


tiene por fin y por efecto únicamente constatar la existencia de una obligación y ello no
implica necesariamente la voluntad de cambiarla, de fortificarla, en tanto que la
confirmación, como lo acabamos de decir, tiene por finalidad y por efecto reparar los
vicios que pueden afectar a la obligación y hacerlos desaparecer” (Demolombe).

Tampoco es confundible con la novación. “El efecto de la novación es crear una


obligación nueva que reemplaza a la antigua; la confirmación, al contrario, tiene por
objeto solamente reparar los vicios de la obligación a la cual ella concierne” (Aubry y
Rau).

El término ratificación se suele emplear como sinónimo de convalidación. Pero también


es empleable en otra acepción especial, como aprobación que uno presta a un acto
celebrado por otro, en nombre del primero; ratihabitio mandato a equiparatur.
83

El acto confirmado es intachable, pero no produce efectos contra terceros. En el siguiente


caso: Pedro vendió su casa a José siendo menor de edad y cuando alcanza la mayoría de
edad la misma casa la vende a Manuel; en este caso la segunda venta es la que tiene
valor, por cuanto la primera está afectada de nulidad; pero si antes de celebrar la segunda
venta procede a confirmar a José, la última será anulable y tendrá que indemnizar a
Manuel.

2. Características.
a. La confirmación es un acto unilateral recepticio, porque solo lo puede
celebrar la parte a quien corresponde la acción anuladora y porque su
manifestación de voluntad la dirige a quienes tienen interés en el
mantenimiento del acto anulable.
b. Es un acto abdicativo porque implica renuncia al ejercicio de la acción
anuladora.
c. La confirmación es un acto irrevocable, porque tiene la finalidad de convalidar un
acto anulable.
d. Es un acto declarativo, porque su finalidad convalidatoria produce efectos ex tunc
respecto del acto confirmado al que le permite producir sus efectos de manera
retroactiva, definitiva y a plenitud.

3. Clases de la confirmación

a. Formal
Es formal cuando la manifestación de voluntad confirmatoria, además de ser
expresa, está revestida de formalidades.
El Código Civil ha previsto como acto confirmatorio formal cuando es celebrado
con las formalidades prescritas en sus art.230 y 232, pero cuya formalidad tiene
solo el carácter de ad probationem, de ahí que consideremos que la forma de la
confirmación expresa es voluntaria.

El Código Civil admite la confirmación no formal, aunque también con


manifestación de voluntad expresa. Así, por ejemplo, para la celebración de una
compraventa las partes pueden adoptar la forma que estimen conveniente y, si la
celebración por escritura pública y la compra venta debe ser otorgado mediante
escritura pública, pero, de no cumplirse con esta formalidad, el acto confirmatorio
subsiste y puede ser probado por medio s probatorios distintos.

b. No formal
La confirmación no formal es la que se realiza mediante una manifestación de
voluntad que puede ser expresa o tácita, pero que no consta documentalmente pues
no está revistada de formalidades. En ella se puede utilizar cualquier medio directo
para dar a conocer la voluntad confirmatoria, pero también puede darse a conocer
mediante hechos que inequívocamente la pongan de manifiesto. Puede ser:

1) Confirmación no formal expresa.


Supone pues una manifestación de voluntad confirmatoria mediante un medio
directo consistente en la ejecución total o parcial del acto jurídico anulable por
la parte a la que corresponde el ejercicio de la acción
84

anulatoria, siempre que esté en conocimiento de la causal que puede dar mérito
a la anulación. El medio directo es el que permite conceptuar la manifestación
de voluntad como expresa. La confirmación expresa es la que se realiza por
escrito.

2) Confirmación no formal tácita


Supone también una manifestación de voluntad confirmatoria mediante un
medio indirecto consistente en la existencia de hechos que inequívocamente
pongan de manifiesto la voluntad de confirmar el acto contra el cual puede
hacerse valer la acción anulatoria, con los que se configura la facta
concludencia que hemos utilizado para conceptuar la manifestación de
voluntad tácita. Así, por ejemplo, sí A adquiere de B una casa con una
apariencia de material noble cuando es de adobe; y a pesar de conocer el vicio
que invalida el acto, antes de impugnar la compra inicia los trabajos de
reconstrucción, en este caso tácitamente está confirmando el acto anulable.

4. Requisitos.
Para la validez de la confirmación de los actos jurídicos anulables se requiere:
a. Que la causal de anulabilidad haya desaparecido
b. Que la persona que va a confirmar el acto jurídico tenga plena capacidad civil
c. Que la persona que convalida el acto tenga conocimiento del vicio que afecta el
acto y que exprese su voluntad de hacerlo desaparecer renunciando a la causal de
anulabilidad.
d. Que el instrumento de la confirmación debe contener las mismas solemnidades del
documento que se confirma (art. 232 del CC)

Para la validez de la confirmación se requiere que ella no contenga el defecto del cual
depura al acto; o sea, que haya desaparecido la incapacidad del agente, esté descubierto
el error o el dolo, haya cesado la violencia, se tenga conocimiento de la simulación o el
fraude, según los casos. Tampoco el acto confirmatorio debe contener otro defecto,
considerado como causa de nulidad

5. Efectos de la confirmación
La confirmación tiene por finalidad hacer que el acto anulable surta sus efectos ab
initio, de manera plena y definitiva, y estos son, en esencia ¿, los efectos fundamentales
interpartes. Por eso, los efectos de la confirmación deben analizarse respecto a los
terceros, pues la consideración a ellos es la más importante, máxime si los efectos
interpartes se reducen a mantener los que ya venía produciendo el acto que se confirma.

Precisamente en relación a los terceros, el Código Civil advierte, como regla general en
el artículo 230: “Que, salvo el derecho de tercero, el acto anulable puede ser confirmado
(…)”. Por eso, como bien lo conceptuó el maestro León Barandiarán, el acto
confirmatorio no es oponible a terceros, pero siempre que se trate de un tercero
adquiriente de un derecho a titulo singular, pues los sucesores a titulo universal del
confirmante no pueden invocar, en este caso, su calidad de terceros.
85

Por eso, consideramos que la regla general debe ser interpretada, simplemente, en
protección del legítimo derecho del tercero adquiriente a titulo singular. La hipótesis lo
explica León Barandiarán con el ejemplo de la venta de un inmueble que realiza un
menor a primus y luego, llegado a la mayoría de edad, ese mismo inmueble lo vende a
secundus y después confirma la primera venta. Como explicó el maestro, la
confirmación de la primera venta no puede perjudicar a secundus y este puede
oponerse a la confirmación del acto practicado con primus.

DECIMA TERCERA SEMANA


SEGUNDA SESION

LA RESPONSABILIDAD CIVIL

ACTOS ILICITOS

Actos ilícitos dañosos

En este sentido, se afirma que la antijuridicidad es un presupuesto de la protección


resarcitoria “que la legislación no requiere”. del mismo modo, se sostiene que, desde una
perspectiva funcional, “el abandono de la antijuricidad o ilicitud es, tanto a nivel normativo
como a nivel lógico, coherente con una visión que pretende negar la presencia de la
función punitiva como una función de la responsabilidad civil en términos generales y
absolutos.

Un sector de la doctrina nacional niega que la antijuricidad o ilicitud sea un elemento de la


responsabilidad civil. así, quien parte de la premisa de que la ilicitud “sólo puede existir
demediar culpa de un sujeto” y, si la teoría del “hecho ilícito” sólo se explica en función
de la culpa, la ilicitud deja de ser un elemento constitutivo de la responsabilidad civil; por
cuanto, de acuerdo a la sistemática del código debe entenderse abandonado el principio
“ninguna responsabilidad sin culpa”. como regla única y exclusiva de responsabilidad.
.
En este sentido, se afirma que la antijuridicidad es un presupuesto de la protección
resarcitoria “que la legislación no requiere”. del mismo modo, se sostiene que, desde una
perspectiva funcional, “el abandono de la antijuricidad o ilicitud es, tanto a nivel
normativo como a nivel lógico, coherente con una visión que pretende negar la presencia
de la función punitiva como una función de la responsabilidad civil en términos generales
y absolutos”.

Ilicitud en el Ordenamiento Jurídico Peruano.

Si bien el Código Civil Peruano no cuenta con un reconocimiento normativo específico de


la ilicitud (o antijuricidad), como lo hace el § 823 BGB, cuando hace referencia a la
“forma antijurídica”, o el artículo 2043 del Code que alude al “daño injusto”, no se debe
llegar forzosamente a la conclusión que la ilicitud no es un elemento constitutivo del
supuesto de la responsabilidad civil.
86

En efecto, nuestro modelo legislativo, concretamente el artículo 1969 del Código Civil, se
alinea al artículo 1382 del Code, al no calificar la forma en la cual se produce el daño. Por
ello, un sector autorizado del formante doctrinario francés afirma:
“La oposición a la doctrina mayoritaria que hace de la ilicitud un elemento de la culpa civil
se refiere, en nuestra opinión, a la terminología empleada y no al fondo del derecho. De
todas formas, sea que se denomine: “desviación de la conducta” o ilícito”, todos los
autores reconocen que el desconocimiento de una norma impuesta por el derecho es
indispensable para la construcción de la culpa. El desacuerdo Señalado deviene, por
consiguiente, superficial y sin consecuencias reales sobre la definición de la culpa, la que
se configura en definitiva como la violación de una norma o de un deber que se le ha
impuesto al agente”
.
De estas líneas se entiende que esta reflexión se hace respecto a la responsabilidad
civil por hecho propio culposo.
Por ello, en esta línea de pensamiento, se sostiene que cuando se trata de responsabilidad
por las cosas o por los hechos ajenos, así como en la responsabilidad por riesgo, uno debe
“liberarse de toda exigencia de ilicitud del hecho al origen del daño”
.
Por otro lado, autorizada doctrina italiana afirma que “la ofensa al derecho ajeno no tiene
necesidad de ulteriores elementos más allá del criterio de imputación: el uno y el otro son
suficientes para calificar la conducta como antijurídica.

Es en cambio, la eventual presencia de una causa de justificación que, discriminando al


autor, limpia la conducta de la antijuricidad. En estos términos, la antijuricidad, de
elemento constitutivo que puede aparecer cuando se la evoca en la descripción del acto
ilícito, se adscribe, en puridad, a los elementos impeditivos de éste. Es la no antijuricidad
la que emerge como requisito autónomo y, por ello, como elemento impeditivo de la
responsabilidad”.

Soy de distinta percepción: la presencia de la ilicitud es un elemento de cualquier supuesto


de responsabilidad civil, sea objetiva o subjetiva. En efecto, la ilicitud se configura al
transgredir, justamente, la “norma impuesta por el derecho” (artículo 1970 del Código
Civil, por citar sólo un ejemplo) y, en determinados supuestos, al contravenir los valores de
la convivencia o, dicho en otras palabras, cuando se presenta una situación de injusticia
(como en supuestos por fraude a la ley o abuso de derecho). Por ello, la tipicidad en los
supuestos contenidos en el artículo 1971 del Código Civil se debe a que la ilicitud es un
elemento que configura la responsabilidad civil.

LA RESPONSABILIDAD CIVIL

Generalidades
Definir a la responsabilidad civil no ha sido ni es uno de los temas favoritos en la doctrina.
Algunos autores han tratado de soslayar este aspecto, que consideramos importante,
dedicándose de plano al estudio de las diversas teorías sobre la responsabilidad civil, sus
funciones, sus elementos; haciendo énfasis en las nuevas tendencias y en el derecho
comparado sobre la materia; y en el mejor de los casos han tocado el tema de manera muy
escueta.
87

Lo expresado en el párrafo anterior se pone de manifiesto en la siguiente afirmación: “Si


existe un tema que se sienta uno tentado a abordarlo sin definirlo, es desde luego el de la
responsabilidad civil”. Nosotros trataremos de resistir esa tentación e intentaremos definir
a la responsabilidad civil, partiendo de lo ya expresado por algunos autores.

Concepciones
1. Jorge Mosset Iturraspeafirma que “la responsabilidad civil no es otra cosa que el deber
de indemnizar los daños causados culposamente a otro”.
2. Jacques Henriot, citado por Mosset, nos brinda un concepto mucho más amplio
indicando que la responsabilidad “no es sino el deber de reparar un daño originado en la
violación de un derecho ajeno”.

3. Geneieve Viney, también citado por Mosset expone que “la expresión responsabilidad
civil designa en el lenguaje jurídico actual, el conjunto de reglas que obligan al autor de
un daño causado a otro a reparar el perjuicio, ofreciendo a la víctima una
compensación”.

4. La colombiana Visser del Pino, quien sostiene que la responsabilidad civil es “la
obligación que surge en cabeza de una persona de reparar un daño a otro, como
consecuencia de la comisión de un hecho ilícito, doloso o culposo, o por el
incumplimiento de una obligación”.

Las definiciones formuladas por Mosset y Visser del Pino consideran a la culpa como
único factor de atribución; sin embargo, en la actualidad se consideran a otros factores que
coexisten con la culpa, entre ellos tenemos al riesgo en sus diversas variantes – riesgo
adicional, riesgo creado, riesgo beneficio y riesgo empresa- que va ganando terreno en la
doctrina y las legislaciones; por lo que dichas concepciones, de corte subjetivo,
actualmente resultan muy restringidas, pues dejan fuera a todos los casos de
responsabilidad objetiva.

Se habla de responsabilidad civil porque supone un perjuicio o un daño privado, no social,


donde la víctima es un particular y no toda la sociedad y en este sentido la víctima del daño
no tendrá que castigar al autor del daño, sino únicamente le pedirá reparación. Debemos
tener en cuenta también que, en algunos casos, frente a un daño, no solamente tiene el
deber de responder su autor, sino también un tercero que tiene alguna relación con el autor
del daño, tenemos por ello la responsabilidad por hecho ajeno y la responsabilidad por el
hecho de las cosas.

Habiendo analizado el tema y partiendo de las nociones que nos brinda la doctrina,
podemos concluir diciendo que la responsabilidad civil puede ser definida: “como
la obligación que tiene un sujeto de derecho, sea por imputación objetiva o
subjetiva, de reparar un daño causado a otro por la violación de una obligación
convencional o legal, resultante de hecho propio, ajeno o de las cosas”.

Elementos de la reparación civil


Los elementos esenciales de la responsabilidad civil que hemos venido analizando:
1. La existencia de un daño causado a otro,
2. La obligación de repararlo,
88

3. El sujeto de derecho como único susceptible de adquirir obligaciones,


descartando a las cosas y a los animales,
4. El daño como resultado de la violación de una obligación convencional, que es materia
del régimen de responsabilidad civil contractual,
5. El daño como resultado de la violación de una obligación legal u obligación de no dañar
a nadie, “alterum non laedere”, que es materia del régimen de responsabilidad civil
extracontractual,
6. El daño como resultado de un hecho propio, ajeno o de las cosas; es decir que la
definición propuesta comprende tanto la responsabilidad directa (por hecho propio) y la
responsabilidad indirecta (por hecho ajeno o de las cosas); y,
7. El factor de atribución, que puede ser de naturaleza objetiva o subjetiva.

RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL.


Al abordar este tema podemos identificar hasta cuatro posiciones distintas: la tesis dualista,
la tesis monista, la tesis de la unicidad y la tesis de la unificación. No es objeto de este
trabajo profundizar en el tema, sin embargo, es necesario analizarlo e incluso adoptar una
posición, toda vez que nuestro campo de estudio es solamente la responsabilidad civil
extracontractual.

1. La Tesis Dualista.
Ésta sostiene que la responsabilidad contractual es absolutamente distinta de la
responsabilidad extracontractual.

El fundamento esencial de esta teoría es su concepción de una dualidad de culpas, es


decir que, para sus defensores, existe una culpa contractual y una culpa extracontractual,
ambas totalmente distintas, “la culpa contractual supone una obligación concreta,
preexistente, formada por la convención de las partes y que resulta violada por una de
ellas; la culpa extracontractual es independiente de una obligación preexistente y
consiste en la violación no de una obligación concreta, sino de un deber genérico de no
dañar. De allí que la culpa contractual es simplemente un efecto de la obligación y, en
cambio, la culpa extracontractual es fuente de una obligación nueva” o dicho de otro
modo y desde la óptica del daño, “a veces el acto lesivo aparece como consecuencia de
una obligación anterior, y otras veces el acto lesivo constituye la fuente de una
obligación nueva”.

2. La Tesis Monista.
Denominada también teoría de la unidad, sostiene que no existe diferencia esencial
alguna entre la responsabilidad contractual y la responsabilidad extracontractual, como
tampoco existe dos tipos de culpa.
La teoría de la unidad, en contra de la tesis dualista, propugna la unidad de la
responsabilidad civil partiendo de la unidad de la culpa y definiéndola como “la
violación de una obligación preexistente, sea ésta una obligación convencional, sea una
obligación legal”

Analizando más ampliamente el tema, esta tesis sostiene la unidad explicando que
“cuando se examinan los elementos constitutivos de la responsabilidad, se advierte que,
en la esfera delictual y en la esfera contractual, las soluciones son idénticas. En uno y
otro caso deben reunir tres requisitos para que exista
89

responsabilidad: un daño, una culpa, un vínculo de causa efecto entre la culpa y el


daño”.

Esta posición doctrinaria también es tan radical como la primera, lo cual se verifica en
el pensamiento de su defensor Marcel Planiol: “la existencia de una verdadera y
esencial diferencia entre las dos responsabilidades parece más un capricho sin motivo y
un absurdo legislativo.

3. La Tesis de la Unicidad.
Se sitúa en una posición intermedia entre la dualista y la monista, y postula una
concepción unitaria de responsabilidad civil pero un doble régimen de responsabilidad.
Los defensores de esta teoría basan su posición en dos fundamentos distintos; de allí que
nacen, dentro de la unicidad, dos corrientes de pensamientos también distintos:

Una defendida por el argentino Llambías quien encuentra el fundamento de la unicidad


de la responsabilidad civil en la unidad de culpa, porque “la culpa es una noción
unívoca que el derecho trata diversamente a través de dos diferentes regímenes de
responsabilidad, según que esa culpa sea considerada en la inejecución de los contratos
o en la comisión de hechos ilícitos” por lo tanto, “hay una sola culpa y un doble
régimen de responsabilidad culposa”

La otra corriente, defendida por el español de Cupis y el argentino Mosset Iturraspe y a


la cual se adhiere Jorge Bustamante Alsina, sostiene que el fundamento de la unicidad
de la responsabilidad civil no es la culpa sino la unicidad del fenómeno resarcitorio que
conduce a través del elemento del daño. Explica esta corriente que “la culpa es un factor
de imputabilidad que determina en algunos sectores de la responsabilidad el deber de
reparar el daño y por mucho que haya sido importante la culpa en el régimen de la
responsabilidad civil durante el siglo anterior y comienzos del presente (refiriéndose a
los siglos XIX y XX) ya no lo es tanto hoy día. En efecto, el daño es el presupuesto
central de la responsabilidad civil; de ahí que puede hablarse de un derecho de daños o
de una responsabilidad por daños”. Y si entendemos que el daño es el presupuesto
principal, su consecuencia lógica, común y relevante en ambos órdenes, sistemas o
regímenes de responsabilidad civil, es la necesidad de repararlo; de allí que se habla de
la unicidad del fenómeno resarcitorio.

4. La Tesis de la Unificación.
Esta teoría es contraria a la teoría de la unicidad y se resume en la siguiente afirmación:
“hoy día existe en nuestra doctrina una suerte de consenso en el sentido de que no
resulta posible precisar con rigor cuales son las razones legitimantes de la separación
entre la responsabilidad contractual y la extracontractual, que ambas tienen la misma
naturaleza y que por lo tanto no se justifica la dualidad de sistemas (...) Pero la
tendencia doctrinal mayoritaria, puesta de resalto en los pronunciamiento de jornadas y
congresos científicos, ha sido siempre y reiteradamente, la de propiciar la unificación de
los regímenes sobre responsabilidad contractual y extracontractual”.
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La unificación de los sistemas de responsabilidad civil encuentra su razón de ser en los


mismos fundamentos de la tesis de la unicidad, pero haciendo énfasis en que las
diferencias entre regímenes son sólo accesorias y lo importante es la existencia de una
unidad genérica porque “en ambas cosas estamos frente a la violación de una obligación
preexistente: si se trata de la responsabilidad extracontractual la obligación preexistente
es legal, y si estamos en el ámbito contractual la obligación preexistente será una
convencional”.

Nuestra posición.
Luego de habernos ocupado, aunque muy ligeramente, de las cuatro tesis que tratan el
tema, adoptaremos una posición doctrinal que servirá de sustento para nuestra tesis; pues,
como lo dijimos, nuestro campo de estudio es únicamente la responsabilidad
extracontractual.

En consecuencia, nos reafirmamos en la tesis de la unicidad que postula una concepción genérica y
un doble régimen de responsabilidad. Por ello analizaremos en seguida las semejanzas y las
diferencias entre los sistemas de responsabilidad contractual y extracontractual.

DECIMA CUARTA SEMANA


PRIMERA SESION

Semejanzas y Diferencias entre los regímenes de responsabilidad civil


contractual y extracontractual y los problemas prácticos que acarrea su
distinción.

En cuanto a su origen.
La semejanza radica en que en ambos sistemas la responsabilidad surge por la violación de
una obligación preexistente.

La diferencia está en la naturaleza de la obligación preexistente que ha sido violada; en la


responsabilidad contractual se trata de una obligación de carácter contractual, es decir,
cuando “entre las partes existe un contrato o una relación contractual y los daños son
debido al incumplimiento o cumplimiento defectuoso de los que es estrictamente materia
del contrato”4[38], se trata pues de una obligación determinada, concreta o específica;
mientras que en la responsabilidad extracontractual se trata de la violación “de deberes
generales de conducta o de la regla general alterum non laedere”5[39] En consecuencia
“si se trata de la responsabilidad extracontractual la obligación preexistente es legal, y si
estamos en el ámbito contractual la obligación preexistente será convencional”

En cuanto al factor de atribución.


Ambos regímenes son semejantes porque en los dos, para que exista responsabilidad, debe
existir un factor de atribución en virtud del cual el
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responsable tenga la obligación de responder, pues debe haber “alguna buena razón para
obligar a una persona a cubrir los daños” sufridos por el damnificado.
Pero en la responsabilidad contractual el factor de atribución “es eminentemente subjetivo
y consiste en la imputabilidad con culpa del deudor en la inejecución del contrato”. En
cambio, en la responsabilidad extracontractual coexiste el factor de atribución subjetivo:
culpa, con el factor de atribución objetivo en sus diversos matices: riesgo adicional, riesgo
creado, riesgo beneficio y riesgo empresa, que los estudiaremos en un capítulo aparte.

En cuanto al daño causado y al fenómeno resarcitorio

El daño es un elemento común a ambos regímenes “es el presupuesto central de la


responsabilidad civil” y como consecuencia lógica, también ambos regímenes persiguen
repararlo. “La razón de la indemnización no es la existencia de un contrato (...) sino la
presencia de un daño que debe ser reparado”.

Sin embargo, en la responsabilidad contractual el autor del daño es una persona capaz,
porque para incumplir o cumplir defectuosamente un contrato, primero ha tenido que
celebrarlo válidamente y “para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración
de voluntad, es necesario, entre otros requisitos que sea legalmente capaz”. En cambio, en
la responsabilidad extracontractual el autor del hecho puede ser un incapaz, de allí que “se
establecen algunas responsabilidades por los hechos de los incapaces”

En cuanto al fenómeno resarcitorio, de modo general, se dice que en la responsabilidad


contractual se hace una distinción, si el daño ha sido causado con culpa, el deudor solo
responderá por los daños que pudo prever al momento de la celebración del contrato, y si
el daño es causado con dolo, el deudor debe responder por todos los daños; mientras que
en la responsabilidad extracontractual no es posible efectuar esa distinción, en
consecuencia “se responde de todos los daños ocasionados”, tanto por “los que sean
consecuencia inmediata (...) y mediata del acto ejecutado”.

¿Por otro lado, siguiendo con el fenómeno resarcitorio, en la responsabilidad contractual


puede darse el llamado “tarifamiento anticipado del monto de los daños y perjuicios”, o
sea, las partes al celebrar el contrato pueden acordar, por medio de una cláusula penal, el
monto de la indemnización en caso de incumplimiento o cumplimiento defectuoso del
contrato, “ello es factible en mérito del principio de autonomía de la voluntad en
materia contractual” ; sin embargo en la responsabilidad extracontractual no es
factible un acuerdo anticipado.

Finalmente, en caso de pluralidad de responsables, en materia contractual la


responsabilidad “es en principio simplemente mancomunada”, es decir que cada
responsable sólo está obligado a responder por su cuota parte o en proporción a su parte,
salvo que la solidaridad resulte del contrato o por mandato de la ley. En cambio, en materia
extracontractual, el principio que rige es el de la responsabilidad solidaria, es decir que el
damnificado puede accionar contra todos o contra cualquier responsable por el total de la
indemnización; o, como lo manifiesta Visser “cada uno es solidariamente responsable de
todo el perjuicio”.
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En cuanto al plazo prescriptorio.


¿La prescripción “es una de las instituciones jurídicas más necesarias para el orden social”
y se sustenta en el principio de seguridad jurídica; por ello “si el titular de un derecho
durante considerable tiempo transcurrido no hace efectiva su pretensión ejercitando la
acción correspondiente para que el órgano jurisdiccional lo declare y lo haga efectivo, la
ley no debe ya franquearle la posibilidad de su ejercicio”

La responsabilidad civil contractual y extracontractual no escapa a este principio, pues la


acción que busca se declare y haga efectiva la reparación de un daño causado, en ambos
casos, prescribe por el transcurso del tiempo.

La diferencia entre los dos regímenes radica en que la acción de daños y perjuicios
resultantes de un incumplimiento contractual prescribe a los diez años, si se trata de acción
personal o real y a los siete, si versa sobre actos simulados. Mientras que en materia
extracontractual la acción prescribe a los dos años.

Problemas prácticos en la distinción de ambos regímenes.


¿Cuándo tratamos de distinguir los regímenes de responsabilidad contractual y
extracontractual, tal como ha manifestado Pier Giusseppe Monateri, “es el régimen jurídico
sustantivo de fondo el que está en tela de juicio”; sin embargo, los problemas prácticos en
esta distinción son normalmente de orden procesal, pues debemos tener en cuenta que
ambos regímenes dan lugar a acciones distintas. Para aclarar la idea, Diez-Picazo plantea la
siguiente situación: “cuando la acción se plantea como extracontractual y el tribunal
sentenciador entiende que la responsabilidad que rige la materia es la contractual (o
viceversa), ¿debe el tribunal sentenciador rechazar la demanda para evitar, en otro caso,
incidir en vicio de la incongruencia?”

¿En este caso, dice el referido autor, que “los procesalistas son concordes en que la acción
se califica por la pretensión que se ejercitó o petitum, pero también por la causa
pretendí” ; entendiendo por causa pretendí, según la teoría de la substanciación,
los fundamentos de hecho de la demanda; lo cual implica que el Juez la debe calificar y
resolver a través de los hechos, dejando de lado la fundamentación jurídica, en virtud del
“principio de la teoría de la substanciación en la demanda y de la libre búsqueda y
aplicación de la norma por los tribunales”.

Los llamados casos difíciles que pueden presentarse son, en realidad, innumerables; pero
los más frecuentes y más abordados por los tratadistas son: lesiones corporales o muerte y
daños en las cosas causados en la ejecución de relaciones contractuales, tal es el caso de los
accidentes de vehículos que se dedican al transporte de pasajeros o de carga, accidentes de
trabajo, daños producidos con ocasión de servicios profesionales. En estos casos estamos
ante la concurrencia de acciones de resarcimiento originadas en contratos y a la vez en el
deber general de no dañar a otro, concurrencia que la doctrina la ha denominado
“yuxtaposición de responsabilidades contractual y extracontractual”.

Frente a esta concurrencia de responsabilidades o de normas, Diez-Picazo propone la


solución que, en nuestro parecer, es la más acertada: “las acciones pueden ejercitarse
alternativa o subsidiariamente u optando por una u otra e incluso proporcionando los
hechos al juzgador para que éste aplique las normas (...) que
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más se acomoden a ellas, todo en favor de la víctima y para el logro de un resarcimiento


del daño lo más completo posible”.

Finalmente, exponemos en forma resumida la posición del jurista peruano Fernando de


Trazegnies, quien refiriéndose a los casos difíciles y usando sus acostumbradas metáforas,
afirma: “De ninguna manera puede decirse que estas regiones – responsabilidad
contractual y extracontractual- se superponen y que algunas situaciones son oriundas de
ambas etnias jurídicas. Los hechos de la responsabilidad tienen que tener pasaporte
contractual o pasaporte extracontractual: el que tiene dos pasaportes es un impostor o es un
aprovechador a quien debe privársele de uno o de otro”. “Todo ello parece indicarnos que
quizá no estamos propiamente ante una población de frontera sino ante una nación distinta
dentro de la responsabilidad civil que habita entre la contractual y la extracontractual, y
que requiere que sea oficialmente reconocida: la nación de los accidentes”. “Se requiere
fragmentar aún más el campo de estudio”.

De lo expuesto hasta aquí se advierte que aún hay mucho camino por recorrer respecto de
los temas analizados y se nos abre la posibilidad de aportar nuevos planteamientos que
sirvan para el enriquecimiento intelectual a fin de concretizar aquella vieja noción: El
derecho es el arte de lo bueno y lo justo.

LA RESPONSABILIDAD CIVIL SU ORIGEN PUEDE SER CONTRACTUAL O


EXTRACONTRACTUAL
La responsabilidad civil contractual es una sanción convenida por las partes para el caso
de que una de ellas incumpla sus obligaciones.

El concepto de responsabilidad extracontractual es más amplio, ya que incluye las


indemnizaciones derivadas de daños o lesiones que el perjudicado no tuviera el deber de
soportar. En el derecho comunitario se conoce como responsabilidad cuasidelictual,
término que ayuda a entender el concepto.

Así, la indemnización de un accidente de tráfico es de este tipo ya que, aunque no hay


ningún contrato, el responsable debe indemnizar a la víctima por los daños y perjuicios que
le ha causado.

¿Qué es la responsabilidad civil?


La Responsabilidad Civil va a ser definida como: "el conjunto de consecuencias jurídicas a
las que los particulares se someten por el hecho de haber asumido una situación jurídica de
desventaja sea de forma voluntaria o por efectos de la ley.

Definida por la legislación civil, en la que se dice que las obligaciones nacerán de:
1. La ley
2. Los contratos y cuasicontratos
3. Los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o
negligencia.
4. Conviene precisar que el hecho de determinados actos u omisiones ilícitos conlleven
responsabilidad penal, no determina que esta sea incompatible con el derecho civil.
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Elementos de la responsabilidad civil


La responsabilidad civil exige la concurrencia de tres elementos:

a. Elementos personales.
Se trata de la persona que provoca el daño y la que lo padece.
La primera es responsable civilmente de la reparación, restitución o
indemnización frente a la segunda.

b. Lesión
La lesión puede tener forma de incumplimiento contractual o de daño. Además, puede
afectar a la persona o al patrimonio del perjudicado.
En el caso de la responsabilidad civil contractual se pueden establecer penalidades a la
hora de indemnizar la lesión.
Y en el caso de la extracontractual, será el juez el encargado de valorar la lesión.

c. Relación de causalidad
Es necesario que entre la acción u omisión de quien provoca el daño y la propia lesión
exista una relación de causalidad. Así, nadie tiene por qué responder de daños
fortuitos (salvo que su deber sea evitarlos) o de aquellos imprevisibles o inevitables.
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Consecuencias de la responsabilidad civil


Si se determina la concurrencia de responsabilidad civil, el responsable deberá
restituir el bien lesionado o reparar el daño causado. Cuando la restitución o reparación
sean imposibles procederá una indemnización.

Elementos de la responsabilidad civil extracontractual para penalistas: Daño


y culpa
 La acción o hecho dañoso
 El daño producido
 La relación de causalidad entre la acción y el daño, y
 Los factores de atribución

La imputabilidad extracontractual:
Proviene de la comisión de un delito o cuasidelito civil, es decir, de un hecho ilícito,
intencional o no, que ha inferido injuria o daño a la persona o propiedad de otro. Esta
supone la ausencia de obligación, es decir, se produce entre personas jurídicamente
extrañas, y es por ello que el hecho ilícito es que crea la obligación de reparar el daño.

Daños no reparables:
Suponen una obligación previa, que en la responsabilidad contractual nace del contrato y
en la responsabilidad extracontractual de la ley (obligación genérica de no causar daño), y
en ambas la culpa estaría constituida por un mismo hecho, el cual es la violación de esta
obligación.

Responsabilidad indirecta:
La doctrina moderna señala que básicamente existen elementos comunes a ambos tipos de
responsabilidad y que de consecuencia conviene abandonar las distinciones arbitrarias.
Así, por ejemplo, el autor Santos Briz señala como elementos comunes:
a. La acción u omisión infractora del contrato o productora del acto ilícito.
b. La antijuridicidad de la misma y causas que la excluyen.
c. La culpa del agente (factor de atribución).
d. La producción de un daño
e. Relación causal entre la acción u omisión y el daño.

DECIMA CUARTA SEMANA


SEGUNDA SESIÓN

LA RESPONSABILIDAD POR RIESGO


El sistema objetivo en el código civil peruano, menciona el riesgo creado; bienes y
actividades que sean riesgosas o peligrosas y niveles de riesgo.

Elementos:
a. Uso de mecanismos peligrosos
b. Que se cause un daño
c. Que haya una relación de causa, efecto entre el uso del mecanismo y el daño causado.
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En el articulo Nº 1757 señala el hecho de las cosas y actividades riesgosas: Toda persona
responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas o peligrosas por su
naturaleza, por sus medios empleados o por las circunstancias de su realización.

Concurrencia de responsabilidades:
Las obligaciones se clasifican habitualmente como de medios y de resultados, y esto tiene
una gran importancia al determinar la responsabilidad civil contractual.

El incumplimiento, que es uno de los requisitos básicos para que la responsabilidad se


produzca, dependerá de la clase de obligación.

Cuando una norma o un contrato obligan a una persona a alguna cosa determinada, sea esta
una acción o una abstención (hacer o no hacer algo), esta obligación se considera de
resultado. Tal es el caso de un transportista que se obliga a llevar determinada mercancía a
un destino en particular. Aquí la responsabilidad es prácticamente automática, pues la
víctima solo debe probar que el resultado no ha sido alcanzado, y entonces el demandado
no podrá escapar a dicha responsabilidad, excepto si puede probar que el perjuicio
proviene de una causa ajena; por ejemplo, que se debe a un caso fortuito o de fuerza
mayor.

Cláusula de irresponsabilidad:
Se ocupa de dar una solución a la víctima de un daño determinado: relaciona al causante y
la víctima del hecho dañoso, el factor de atribución, el modo de reparar y el monto; define
los sujetos legitimados (obligados a reparar y los que merecen reparación) y en qué
consistirá la reparación.

Diferenciación civil, penal y moral:


Es importante distinguir la responsabilidad civil de la responsabilidad penal ya que esta
última tiene por finalidad designar a la persona que deberá responder por los daños o
perjuicios causados a la sociedad en su totalidad, no a un individuo en particular.

A la vez todas estas especies de responsabilidad jurídica deben distinguirse de la


Responsabilidad moral en la cual los responsables no responden de sus actos ante la
sociedad, ante su propia conciencia.

Para la responsabilidad penal los daños o perjuicios tienen un carácter social, pues son
considerados atentados contra el orden público suficientemente graves como para ser
fuertemente reprobados y ser erigidos en infracciones. Las sanciones penales tienen una
función esencialmente punitiva y represiva, y solo buscan la prevención de manera
accesoria (ya sea a través de la intimidación y la disuasión, o a través de la rehabilitación
del culpable, de su reeducación o de su reinserción social.

La responsabilidad civil intenta asegurar a las víctimas la reparación de los daños


privados que le han sido causados, y trata de poner las cosas en el estado en que se
encontraban antes del daño y restablecer el equilibrio que ha desaparecido entre los
miembros del grupo. Por estas razones, la sanción de la responsabilidad civil es, en
principio, indemnizatoria y no represiva.
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Es importante mencionar que ambas ramas jurídicas pueden coexistir en un mismo hecho.
Es decir, puede aplicarse una pena privativa de libertad, sin perjuicio de la responsabilidad
civil que pudiera acarrear haber incurrido en un hecho lícito o ilícito.

A modo de conclusión de la responsabilidad civil:


Debe ser concebida como el conjunto de consecuencias jurídicas de contenido económico
o patrimonial por el hecho de haber asumido una situación jurídica subjetiva de desventaja:

1. Desde que se asume un deber, una carga o un estado de sujeción.


2. El deber implica una situación jurídica de desventaja consistente en la realización de
una conducta para lograr la satisfacción del interés del acreedor.
3. La carga es una situación jurídica subjetiva de desventaja que consiste en un
comportamiento de apoyo al cumplimiento de la prestación, es decir, es un
presupuesto para el ejercicio de un derecho o una conducta necesaria de colaboración.
4. La sujeción es una situación jurídica subjetiva estática por la que un sujeto se somete a
los efectos de la conducta ejercida por otro.
5. La función es el propósito o utilidad de una institución.
6. Las funciones de la Responsabilidad Civil pueden ser diversas según nos encontremos
en un Sistema de Responsabilidad Civil por inejecución de obligaciones o en un
Sistema de Responsabilidad Civil Extracontractual.
7. Cuando nos encontramos en un Sistema de Responsabilidad Civil por Inejecución de
Obligaciones las funciones pueden presentarse de modo diverso según nos
encontremos en una etapa de cumplimiento o en una de incumplimiento.
8. El daño moral no puede ser estandarizado. Para determinar su valor, el juez deberá
tomar todas las consideraciones pertinentes y utilizar las pruebas presentadas por las
partes a fin de decidir lo más justo. Se debe tener en cuenta que no se trata de castigar
al responsable, sino de apaciguar las heridas causadas a la víctima. Bajo ese
pensamiento, se debe considerar además la condición económica del responsable, ya
que el derecho no busca convertir a éste en una víctima más.
9. En cuanto a si se trata de un daño resarcible en materia contractual o extracontractual,
carece de sentido la interrogante, toda vez que ello depende del bien que se afecte con
la acción antijurídica, teniendo en consideración que el ordenamiento legal peruano
prevé en ambos casos el resarcimiento.

Taller de estudios de casos.

DECIMA QUINTA SEMANA


EXPOSICIONES DE TRABAJAOS APLICATIVOS

DECIMA SEXTA SEMANA


EXAMENES FINALALES DE
SEMESTRE (EF)

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