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ESCUELA DE OFICIALES
SILABO DESARROLLADO
CÓDIGO CIVIL
I. DATOS GENERALES
PROGRAMA : PROCESO REGULAR.
EJE CURRICULAR : Formación Profesional Policial.
AREA EDUCATIVA Formación Básica.
AREA COGNITIVA : Ciencias Jurídicas.
AÑO DE ESTUDIO : PRIMER AÑO.
HORAS SEMESTRALES : 64 horas académicas.
HORAS SEMANALES : 04.
CRÉDITOS : 03.
PERIODO ACADEMICO : 2022-II.
II. SUMILLA
III. OBJETIVOS
A. OBJETIVO GENERAL
Proporcionar conocimientos sobre aspectos del Derecho Civil que se correlacionan
con el ejercicio de la función policial.
B. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
IV. CONTENIDOS
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I UNIDAD
EL DERECHO CIVIL
Primera Sesión
PRIMERA Concepto básico de: Derecho, Derecho Privado, Derecho
SEMANA Civil.
12AGO2022 • Segunda Sesión
(04 horas) La Constitución Política del Perú y los derechos fundamentales
de la persona
Código Civil: Principios del Título Preliminar
Primera Sesión
DERECHOS DE LAS PERSONAS
Clases de personas: Personas Naturales: Principio y derechos
SEGUNDA de las Personas
SEMANA Nombre, Domicilio. Capacidad e Incapacidad de ejercicio.
19AGO2022 Taller: Análisis y comentario de los Art.19° al 46°.
(04 horas) Segunda Sesión
Ausencia: Desaparición y Declaración de Ausencia,
Primera Sesión
Fin de la persona: Muerte, Declaración de muerta
presunta, Reconocimiento de Existencia,
TERCERA Registro del Estado Civil: atribuciones y funciones de la
SEMANA RENIEC.
26AGO2022 Taller: Análisis y comentario de los Art.63° al 75°.
(04 horas) Segunda Sesión
Personas Jurídicas sin fines de lucro:
Disposiciones Generales, el fin no lucrativo. - personas
jurídicas. - constitución de las personas jurídicas.
Primera Sesión
CUARTA Personas Jurídicas: clases. - personas jurídicas inscritas.
SEMANA Asociación, Fundación Comité.-
02SET2022 personas jurídicas no inscritas
(04 horas) Taller: Análisis y comentario de los Art.111° al 126°.
Segunda Sesión
Comunidades campesinas y nativas: Disposiciones
generales.
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II UNIDAD
EL ACTO JURÍDICO
Primera Sesión
El acto jurídico. Concepto. Requisitos para su validez La
QUINTA manifestación de voluntad, clases. Formalidad: Clases. El
SEMANA silencio.
09SET2022 Segunda Sesión
(04 horas) La Representación, concepto, clases: Legal,
Convencional o voluntaria, Directa e Indirecta.
Primera Sesión
La Formalidad de la Representación. El Poder: Clases.
Representación sin Poder. Ratificación del Acto Jurídico. La
revocación del Poder, y sus modalidades
Vicios de la voluntad en la representación.- Poder.-
SEXTA Poder especial para representación legal.
SEMANA Taller: Estudio de casos.
16SET2022 Segunda Sesión
(04 horas) Interpretación del Acto Jurídico. Concepto. Finalidad- Sistemas
de Interpretación. Interpretación en el Código Civil
Destinatarios de las normas de Interpretación del Acto
Jurídico. Clases de Interpretación del Acto Jurídico
SÉTIMA
SEMANA EXAMEN PARCIAL I
23SET2022
(04 horas)
III UNIDAD
Primera Sesión
Modalidades del Acto Jurídico. Concepto. La Condición.
OCTAVA Concepto.- Características.- Clasificación.
SEMANA Segunda Sesión
30SET2022 El Plazo. Concepto. Clases. Beneficio. Caducidad.
(04 horas) Cómputo.
El Cargo. Concepto. Transmisibilidad. exigibilidad.
Imposibilidad e ilicitud.
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Primera Sesión
Simulación del Acto Jurídico. Concepto.
Características. Clases
NOVENA Acto simulado. Efectos del acto jurídico simulado.
SEMANA Segunda Sesión
07OCT2022
Fraude del Acto Jurídico. Concepto. Clases.
(04 horas)
Acción Pauliana o Revocatoria. Requisitos.
Efectos.
IV UNIDAD
Primera Sesión
DÉCIMA Vicios de la Voluntad. Concepto. Clasificación: Error
SEMANA Concepto. Clases.
14OCT2022 Segunda Sesión
(04 horas) Dolo. Concepto. Clases. Violencia.
Concepto. Requisitos
Intimidación: elementos
Diferencias entre Simulación y Fraude.
Diferencias entre Error y Dolo.
Diferencias entre Intimidación y Violencia
DÉCIMA V UNIDAD
PRIMERA Primera Sesión.
SEMANA Nulidad del Acto Jurídico. Noción. Efectos
21OCT2022 Segunda Sesión
(04 horas) Anulabilidad del Acto Jurídico. Causales.
DÉCIMA
SEGUNDA
SEMANA EXAMEN PARCIAL II
28OCT2022
(04 horas)
Primera Sesión
DÉCIMA Confirmación del Acto Jurídico. Concepto.
TERCERA Características. Clases. Requisitos
SEMANA Segunda Sesión
04NOV2022 Actos Ilícitos. Concepto. Responsabilidad Civil.-
(04 horas) Elementos. Responsabilidad Contractual y
Responsabilidad Extracontractual.
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DÉCIMA
QUINTA SUSTENTACION, ENVIO DE LOS TRABAJOS
SEMANA AC AL EQUESA AREAAI-EO-PNP. TRABAJOS
18NOV2022 COLABORATIVO
(04 horas)
DÉCIMO
SEXTA EXAMENES FINALES DE SEMESTRE (AF)
SEMANA
25NOV2022
(04 horas)
V. PROCEDIMIENTOS DIDÁCTICOS
EQUIPOS:
Retroproyector, video grabadora, computador, proyector multimedia.
MATERIALES:
Proveerá Separatas a los educandos, así como empleará transparencias o
videos para reforzar las técnicas de enseñanza.
VII. EVALUACIÓN
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1. Talleres, Exposiciones.
2. Dos exámenes escritos parciales (8ª y 13ª semana), enmarcados en los
modelos de la Prueba Objetiva, pudiendo, además, contener preguntas tipo
desarrollo y situación problema, en las que prime el empleo de la
capacidad reflexiva, la correlación de criterios, el análisis y el pensamiento
lógico.
3. Un trabajo de investigación monográfica que se valorará en su forma y
contenido.
Promedio General:
I UNIDAD
PRIMERA
SEMANA
PRIMERA SESION
EL DERECHO CIVIL
1. CONCEPTO DE DERECHO
Para algunos tratadistas Derecho significa: Pedro Flores Polo.- Es el conjunto de normas
previstas de sanciones que rigen las relaciones de los hombres en la sociedad; es por ello que
la sociabilidad del hombre nacida de su propia naturaleza, la exigencia de regular su
conducta mediante normas y el deber de ser orientado hacia valores; así como Miguel
Reale, teoría tridimensional del derecho, considera como integración de tres elementos,
(hecho, valor y norma), por tanto son elementos integrantes de una definición del derecho; la
conducta social del hombre como persona, la necesidad de regularla mediante un sistema de
normas y los valores hacia los cuales debe orientarse esa conducta.
2. EL DERECHO PÚBLICO
Es el conjunto de normas que regulan la organización, actividad y fines del Estado y demás
entes públicos en sí y sus relaciones (relaciones entre Estados y entre entidades oficiales)
con los particulares, destinados a la tutela o defensa del ser humano y al cumplimiento de los
intereses generales de la comunidad.
3. EL DERECHO PRIVADO
Es un conjunto de normas jurídicas, cuyo objetivo consiste en regular los intereses
particulares de los individuos, a través de los códigos y leyes que al efecto se dicten.
Para, el tratadista Dr. ALBERTO VASQUEZ RIOS; Es la disciplina que cubre todas las
fases de la vida del hombre, desde cuándo es concebido hasta su muerte, cubriendo en dicho
lapso los actos jurídicos, los contratos, la constitución familiar, en sus relaciones con los
demás hombres y de éstos con las cosas, cuya expresión elocuente de esta última relación es
la propiedad privada1.
Según el diccionario jurídico; el Derecho Civil es la parte fundamental del Derecho Privado
que comprende las normas relativas al Estado y capacidad de las personas, la familia, el
patrimonio, la transmisión de los bienes, los contratos y las obligaciones.
PRIMERA SEMANA
SEGUNDA SESION
1
VASQUEZ RIOS, Alberto. DERECHO DE LAS PERSONAS. Tomo I. Editorial San Marcos. Lima 2005. Pag. 24
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TITULO I
DE LA PERSONA y LA SOCIEDAD
Artículo 1º.-
La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la
sociedad y del Estado.
Artículo 2º.-
Artículo 3º.-
La enumeración de los derechos establecidos en este capítulo no excluye los demás que la
Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que se fundan en la dignidad del
hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado democrático de derecho y de
la forma republicana de gobierno.
CÓDIGO CIVIL
TITULO PRELIMINAR
Artículo V.- Orden público, buenas costumbres y nulidad del acto jurídico
Es nulo el acto jurídico contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas
costumbres.
SEGUNDA SEMANA
PRIMERA SESION
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DERECHOS DE LAS PERSONAS
1. Clases de personas. - Según el Código existen dos (02) clases de personas: Persona
Natural y Persona Jurídica.
Según nuestro Código Civil las personas naturales son "todos los individuos de la especie
humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición".
La existencia legal de la persona natural comienza al nacer y termina con la muerte.
Estos requisitos se tornan significativos en muchas instancias legales como los relativos
a la herencia.
3.1. Derecho a la vida. - El derecho a la vida es el derecho primordial entre todos los
derechos de la persona y el presupuesto indispensable de todos los demás. El
derecho a la vida consiste en que cada ser humano tiene el derecho de no ser
muerto, sino por causas naturales. No es un derecho sobre la vida en el sentido de
que la persona pueda disponer de ella según su parecer V. Gr. El suicidio y la
eutanasia, los cuales no están comprendidos en el derecho a la vida, sino que son
incompatibles con el mismo.
3.8. Derecho la integridad. - Es un concepto que tiene que ver con la unidad
inseparable de cada ser humano. La Constitución reconoce la integridad moral,
psíquica y física.
4. El Nombre
Es un atributo esencial de las personas, tanto naturales como jurídicas y sirve para
identificarlos y diferenciarlos de otras personas.
El nombre comprende dos elementos:
a. El nombre patronímico o apellido; proviene del padre y de la madre, estos
nombres son hereditarios.
Los hijos matrimoniales (hijos nacidos dentro del matrimonio) lleven el primer
apellido del padre y el primer apellido de la madre. Art. 20° del C.C.
Al hijo extra matrimonial (nacido fuera del matrimonio) le corresponde el apellido del
padre que le haya reconocido. Si es reconocido por ambos, lleva el primer apellido de
los dos (padre y madre). Art. 21° del C.C.
El adoptado lleva los apellidos del adoptante o adoptantes. El Art. 22° del C.C.
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El Artículo 19° del Código Civil dice: "Toda persona tiene el derecho y el deber de
llevar un nombre".
a. Protegiendo cuando es contestado (negado), nadie puede ser impedido del uso de su
nombre, toda persona tiene derecho a exigir que se le designe por su nombre;
cuando se vulnera este derecho, puede pedir la cesación del hecho violatorio y la
indemnización que corresponda. - Art. 26 del C.C.
b. Protección cuando hay usurpación de nombre. - Nadie puede usar nombre que no le
corresponde. El que es perjudicado por la usurpación de su nombre, tiene acción
para hacerla cesar y obtener la indemnización que corresponda. Art. 28 del C.C.
7. Cambio de nombre
Por regla general el nombre es personal, permanente e inalterable, nadie puede cambiar
de nombre o apellido ni añadir otro a los suyos, salvo motivos justificados y mediante
autorización judicial debidamente publicada e inscrita. Art. 29 del C.C, el cambio o
adición del nombre no altera la condición civil de quién lo obtiene ni constituye prueba
de filiación.
El Art. 31° del C.C establece que cuando una persona es perjudicada con el cambio de
nombre, tendrá derecho a impugnarlo judicialmente, quedará sin efecto la resolución
que autorizó el cambio de nombre, esta impugnación se hará dentro del término de un
año a partir del día de la publicación.
8. El seudónimo
Cuando adquiere la importancia del nombre, goza de la misma protección jurídica
dispensada a éste. Art. 32 C.C.
El seudónimo es una identificación que la propia persona escoge para ser conocido por
ese nombre, generalmente en el ámbito literario o artístico; es el “nombre de arte” o
“nombre de guerra”. No es siempre una forma de ocultar su
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personalidad, sino más bien, un modo de escindirla (separar), separando la del artista o
autor de la individualidad ordinaria del sujeto.
9. Domicilio
El domicilio es el lugar donde permanentemente vive una persona o una familia; en otras
palabras, es el centro de las relaciones jurídicas de una persona, su sede legal.
Por regla general, toda persona debe tener un domicilio para hacer viable las relaciones
contractuales y las relaciones con efectos jurídicos, así por ejemplo, sirve para las
notificaciones con efectos legales, para determinar la competencia y jurisdicción del Juez;
para el pago de impuestos, etc.
Clases de Domicilio:
a. Domicilio natural. - Este domicilio es aquel que el individuo adquiere por el hecho
de nacer; v. gr., como una consecuencia de la patria potestad.
La capacidad de ejercicio solo puede ser restringida por ley. Las personas con
discapacidad tienen capacidad de ejercicio en igualdad de condiciones en todos los
aspectos de la vida.”
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VASQUEZ RIOS Alberto. Ob. Cit. Tomo I Pág. 105
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Esta capacidad tiene trascendencia para los efectos de los negocios jurídicos; esta es la
capacidad que reclama el Inc. 1 del Art. 140° del Código Civil, cuando se refiere que
tiene “Plena capacidad de ejercicio, salvo las restricciones contempladas en la ley.”
Por regla general, la capacidad de ejercicio se adquiere al cumplir 18 años de edad, sin
embargo, existen casos en que, sin tener 18 años, se adquiere esta capacidad; estas
excepciones son:
1. Los mayores de 16 años cuando hayan contraído matrimonio civil. (Art. 46 del
C.C.).
2. Por obtener título oficial que le autorice ejercer una profesión u oficio (Art. 46 del
C.C.).
3. En caso de la mujer, cesa la incapacidad, tratándose de mayores de 14 años a partir
del nacimiento del hijo, para realizar los siguientes actos:
3.1. Inscribir el nacimiento y reconocer a sus hijos e hijas.
3.2. Demandar por gastos de embarazo y parto.
3.3. Demandar y ser parte en los procesos de tenencia, alimentos y
régimen de visitas a favor de sus hijos e hijas.
3.4. Demandar y ser parte en los procesos de filiación extramatrimonial de sus
hijos e hijas.
3.5. Celebrar conciliaciones extrajudiciales a favor de sus hijos e hijas.
3.6. Solicitar su inscripción en el Registro Único de Identificación de Personas
Naturales, tramitar la expedición y obtener su Documento Nacional de
Identidad.
3.7. Impugnar judicialmente la paternidad.
Clases de incapacidad
Incapacidad de goce e incapacidad de ejercicio.
a. Incapacidad de goce
La incapacidad de goce solo es excepcional y relativa, por lo tanto, la
incapacidad de goce nunca puede ser total o absoluta.
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Los actos practicados por estos incapaces son nulos (Art. 43° C.C). El Código Civil
fija los siguientes supuestos:
Menores de 16, salvo para aquellos actos determinados por ley.- Los
derechos de menores de 16 años, los representan sus padres o quienes ejercen la
patria potestad o en su defecto, sus tutores; esta incapacidad se prueba con la
partida de nacimiento.
Los casos excepcionales, son: El menor que ha cumplido 14 años, puede recurrir
al Juez por sí mismo, contra los actos de su tutor, para oponerse o
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pedir su remoción (Art. 530° del C.C); el menor mayor de 10 años, debe prestar su
asentimiento para ser adoptado (Art. 378 inc. 4 del C.C.); el menor capaz del
discernimiento puede aceptar donaciones, legados y herencias voluntarias, siempre
que sean puras y simples, sin intervención de sus padres, también puede ejercer
derechos estrictamente personales (Art. 455°); el menor capaz de discernimiento
responde por los daños y perjuicios que causa (Art. 458º del C.C, modificado por
Ley 27184); los incapaces no privados del discernimiento pueden celebrar contratos
relacionados con las necesidades ordinarias de su vida (Art. 1358°.
Los que incurren en mala gestión. - Son las personas que no cuentan con
suficiente racionalidad para llevar a cabo sus negocios y que por esta causa han
perdido más de la mitad de sus bienes raíces o capitales, teniendo cónyuge,
ascendientes o descendientes, es la falta de eficiencia en los negocios.
Los que sufren pena que lleva anexa la interdicción civil.- Interdicción
civil es el estado de una persona a la que judicialmente se ha declarado incapaz,
por la privación de ejercer ciertos derechos, bien por razón de
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El Decreto Legislativo 1384 que modifica el artículo 45 del Código Civil define
que son los Ajustes razonables y apoyo “Toda persona con discapacidad
que requiera ajustes razonables o apoyo para el ejercicio de su capacidad jurídica
puede solicitarlos o designarlos de acuerdo a su libre elección.”
Los apoyos son formas de asistencia libremente elegidos por una persona mayor
de edad para facilitar el ejercicio de sus derechos, incluyendo el apoyo en la
comunicación, en la comprensión de los actos jurídicos y de las consecuencias
de estos, y la manifestación e interpretación de la voluntad de quien requiere el
apoyo.
SEGUNDA SEMANA
SEGUNDA SESION
AUSENCIA
Es un fenómeno jurídico que se manifiesta por el hecho que una persona no está presente en
el lugar de su domicilio en condiciones que dan un entorno de incertidumbre sobre diversos
aspectos de su esfera jurídica incluyendo sus relaciones personales, familiares y
patrimoniales e, incluso sobre su existencia. La ausencia así entendida, es la falta de
presencia en un lugar donde la persona jurídicamente debería encontrarse aunada a
determinadas condiciones que, según el caso, generan diversos efectos jurídicos.
Declaración de ausencia
Artículo 49°.- Declaración judicial de ausencia
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Transcurridos dos años desde que se tuvo la última noticia del desaparecido, cualquiera que
tenga legítimo interés o el Ministerio Público pueden solicitar la declaración judicial de
ausencia.
Es competente el juez del último domicilio que tuvo el desaparecido o el del lugar donde se
encuentre la mayor parte de sus bienes.
Los que toman posesión temporal de los bienes, no pueden enajenarlos, ni gravarlos, salvo
causa de necesidad o utilidad, previa autorización judicial en la medida de lo indispensable
(Arts. 52º y 56° del C.C).
Efectos de la desaparición
El Artículo 47°.- Nombramiento de curador por desaparición
Cuando una persona no se halla en el lugar de su domicilio y han transcurrido más de
sesenta días sin noticias sobre su paradero, cualquier familiar hasta el cuarto grado de
consanguinidad o afinidad, excluyendo el más próximo al más remoto, pueden solicitar la
designación de curador interino. También puede solicitarlo quien invoque legítimo interés
en los negocios o asuntos del desaparecido, con citación de
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los familiares conocidos y del Ministerio Público. La solicitud se tramita como proceso no
contencioso.
El domicilio genera una presunción iuris tantun (la ley presume), en el sentido que a la
persona se le va a encontrar siempre en su domicilio, cuando esta presunción se rompe, se
presume la desaparición de la persona; según el Art. 47º del C.C., esta ausencia debe ser
mayor de sesenta (60) días sin noticias de su paradero y sin que haya dejado representante o
mandatario.
Cuando ello ocurre, cualquier familiar hasta el cuarto grado de consanguinidad o afinidad,
puede solicitar ante el Juez Especializado en lo Civil del último domicilio o del lugar donde
están sus bienes, la designación de un “curador interino”, para que cuide del patrimonio
del desaparecido; también lo pueden solicitar los que tengan interés en el negocio o el
Ministerio Público.
FIN DE LA PERSONA
MUERTE
La muerte jurídicamente es el hecho biológico por el cual dejan de funcionar las partes
vitales del organismo de la persona, el cerebro, corazón, y consecuentemente todas las
células del organismo.
El Art. 61° del C.C. se refiere a la muerte total y por lo tanto esta muerte pone fin a la
persona.
Los derechos personalísimos (título de abogado, por ejemplo) se extinguen con la muerte del
titular, no puede ser heredados, solo son transmisibles los derechos patrimoniales.
La muerte, como el nacimiento, constituyen hechos jurídicos, ya que ambos producen
efectos para el derecho. La muerte, en general, pone fin al ser humano y con ella la persona
humana pasa a convertirse de sujeto de derecho, en objeto de derecho.
Nuestro Código Sanitario definió la muerte haciéndola equivalente a la muerte clínica (D.L.
Nº 17505, del 18.03.1969) en su art. 36 que dice: “La muerte se produce por la cesación de
los grandes sistemas funcionales, considerando que el fin de la vida, productora de
consecuencias jurídicas, no corresponde a la verdad biológica”
El presente artículo tiene por finalidad solucionar situaciones inciertas respecto de la vida o
fallecimiento de una persona que no se encuentra presente, o mejor dicho, se halla
desaparecida, del lugar de su domicilio durante un tiempo prolongado como lo menciona la
norma. Tiene por objeto tutelar el interés de la persona desaparecida; el interés de los
terceros, principalmente de aquellos que tengan derechos eventuales en la sucesión del
desaparecido; y, el interés general de la sociedad de que no haya bienes y derechos
abandonados.
Los efectos jurídicos que produce la declaración de muerte presunta son: En la esfera
patrimonial cesan las relaciones jurídicas que se extinguirían por la muerte (el matrimonio,
obligaciones alimentarias), contratos, puesto que la muerte presunta, tiene como efecto
principal, ponerle fin a la persona; cesan los efectos de la declaración judicial de ausencia si
la hubiera; se abre la sucesión del muerto presunto a favor de sus herederos, etc.
RECONOCIMIENTO DE EXISTENCIA
El art. 67 el CC, se refiere a la Vía procesal de reconocimiento de existencia: “La
existencia de la persona cuya muerte hubiera sido judicialmente declarada, puede
ser reconocida a solicitud de ella, de cualquier interesado, o del Ministerio Público.
La pretensión se tramita como proceso no contencioso, con citación de quienes
solicitaron la declaración de muerte presunta”.
Es el caso, por ejemplo, que por catástrofes producidas por la naturaleza (maremotos,
tempestades), las personas son aisladas a tierras lejanas, pero después de algunos años
regresan vivos.
Funciones de la RENIEC
Son funciones del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil:
a. Planear, organizar, dirigir, normar y racionalizar las inscripciones de su
competencia;
b. Registrar los nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones y demás actos que
modifiquen el estado civil de las personas, así como las resoluciones judiciales o
administrativas que a ellos se refieran susceptibles de inscripción y los demás actos que
señale la ley;
c. Emitir las constancias de inscripción correspondientes;
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TERCERA SEMANA
SEGUNDA SESION
PERSONAS JURÍDICAS SIN FINES DE LUCRO
Generalidades
En la sociedad moderna, caracterizada por el espíritu de ganancia y maximización de
beneficios, ¿cómo se explica la subsistencia y actual auge de organizaciones que
precisamente niegan el afán de lucro? ¿Qué papel desempeñan la asociación, la fundación y
el comité en una economía social de mercado? ¿Tienen, acaso, cabida en un sistema
económico de esta naturaleza? ¿Responden a las necesidades de los que las conforman o
cumplen un rol social? En última instancia, ¿estamos ante entidades exclusivamente
altruistas y filantrópicas?
Nos embarcamos en la tarea de profundizar acerca del rol que desempeñan las
organizaciones sin fines de lucro. No obstante, su creciente presencia en los diversos sectores
de la actividad económica del país -educación, cultura, salud, agro, artesanía, industria,
asesoría legal, auxilio a los necesitados, religión y política2- las entidades sin fines de lucro
no han merecido mayor atención por parte de la doctrina nacional. El desarrollo de estas
instituciones plantea consideraciones de tipo jurídico, económico, político y social de
singular importancia, en especial un reto al ordenamiento legal vigente. El propósito de este
artículo consiste en desarrollar un marco teórico que pueda informar la legislación de la
materia y servir de base al legislador. En tal virtud analizaremos la noción de "fin no
lucrativo", cuáles son sus características y alcances, cómo garantizar su cumplimiento y en
qué medida sirve como elemento diferenciador respecto de las demás formas organizativas,
evaluaremos la necesidad de la inscripción, las actividades que estas entidades puedan llevar
a cabo (objeto social) y las implicancias del régimen fiscal.
EL FIN NO LUCRATIVO
El común denominador entre la asociación, la fundación y el Comité es la ausencia del
espíritu de ganancia, propio de las sociedades comerciales. En efecto, el art. 80 del C.C.3,
dispone "la asociación es una organización estable de personas naturales o jurídicas, o de
ambas, que a través de una actividad común persigue un fin no lucrativo".
A su tumo, el art. 99 del mismo cuerpo legal define a la fundación como aquella
"organización no lucrativa instituida mediante la afectación de uno o más bienes para la
realización de objetivos de carácter religioso, asistencial, cultural u otros de interés social".
Por último, la primera parte del art. 111 se refiere al comité como "la organización de
personas naturales o jurídicas, o de ambas, dedicada a la recaudación pública de aportes
destinadas a una finalidad altruista".
El fin no lucrativo es, pues, lo que caracteriza a estas figuras jurídicas.
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El fin es el propósito que se persigue mediante o a través de algo, mientras que el objeto,
y en particular, el objeto social es la actividad que desarrolla la persona jurídica. Así pues,
el campo de acción de una persona jurídica puede estar referido a la educación, salud,
minería o compraventa de mercancías en general, éste es su objeto social, pero no dice
nada acerca del propósito que persiguen sus miembros.
La finalidad que persiguen sus fundadores puede ser puramente altruista (por ejemplo, el
fomento de la educación cristiana) o lucrativa como en el caso de las academias
universitarias.
b. Fin no lucrativo
La ausencia del espíritu de ganancia sancionada por el Código Civil implica una
prohibición, cual es: no repartir la utilidad que hubiese entre los miembros de la
asociación, fundación y comité.
Tal sería el caso si, por ejemplo, la remuneración de los administradores fuese excesiva, y
no guardase relación con el trabajo realizado; la organización concediese préstamos a sus
miembros o funcionarios pactando una tasa de interés muy por debajo de la usual; o
celebrase contratos muy ventajosos con firmas controladas por los miembros o
funcionarios. Nuestra legislación no contiene expresamente una norma de esta naturaleza.
Cabría argumentar, empero, que el funcionario que se procura algún tipo de beneficio se
está enriqueciendo indebidamente; que, asimismo, estaría incumpliendo el mandato
encomendado, por lo que se haría acreedor de las sanciones prescritas por el
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artículo 1794 (caso en que el mandatario utilice en su beneficio o destine a otro fin el
dinero o los bienes que debía emplear para el cumplimiento del mandato), etc.
Más adelante retomaremos este punto. Por ahora, basta dejar en claro que la prohibición
de adquirir utilidades debe entenderse referida también a los funcionarios y
administradores de la organización.
Así lo dispone el art. 98 para las asociaciones, el inciso 6 del art. 104 y art. 109 en el caso
de las fundaciones, y el art. 122 hace lo propio respecto del comité. De esta manera, el
legislador otorga mayor eficacia al propósito no lucrativo propio de estas entidades,
evitando que alguien constituya una asociación, recaude fondos exonerados de tributación
y luego de acumular cierta riqueza liquide la asociación para adjudicarse el haber neto,
burlando así la prohibición de distribuir utilidades y tomando innecesaria la forma
asociativa. Ahora bien, tal como hemos explicado anteriormente, no sólo los miembros
sino también los directores, administradores, funcionarios y personas que ejerzan algún
tipo de control sobre la organización deben estar prohibidos de adquirir el remanente a
que hubiera lugar. En esta línea de pensamiento, al proscribirse cualquier adquisición por
parte de los miembros y/o funcionarios debe determinarse quien se beneficiará con los
bienes resultantes de la disolución. El legislador debe decidir qué grado de discreción le
reconoce a los administradores de una asociación, fundación o comité. Dicho, en otros
términos, si les impone o no restricciones). Una alternativa sería dejar la decisión en
manos de los administradores, quienes determinarían quien o qué entidad resultaría
beneficiada. Otra solución sería disponer que el remanente deba destinarse a actividades
análogas. Hansmann concluye que ambas alternativas tienen sus virtudes: tomando en
cuenta la intención de quienes financiaron la actividad de la organización, los bienes
deberían destinarse a una actividad análoga. Sin embargo, agrega Hansmann,
considerando que la disolución de una institución de esta naturaleza generalmente se debe
a su inoperancia e ineficacia social sería contraproducente mantener esos bienes afectados
de esa manera. Si bien ambas alternativas tienen sus ventajas, el mencionado autor se
inclina por la solución más liberal.
d. Pago de intereses
Debemos preguntarnos ahora si la prohibición de distribuir utilidades proscribe, también,
todo pago como contraprestación por el uso del capital. De primera impresión la
respuesta parece ser en sentido negativo: ¿por qué habría de prohibirse el pago de
intereses por el uso de capital? Debería permitirse tal como se permite el pago de una
remuneración por el trabajo realizado o el pago del precio por los insumas adquiridos. El
tema se torna menos evidente tratándose de préstamos hechos por personas que de una u
otra forma ejercen control sobre la organización. En este caso el ordenamiento legal debe
asegurar que los intereses pagados no excedan lo justo y necesario. De lo expuesto
podemos concluir que el fin no lucrativo, elemento tipificador de la asociación, fundación
y comité, prohíbe distraer el patrimonio de la organización para fines ajenos a la misma,
en particular, cualquier tipo de distribución de ganancias a los miembros,
administradores, funcionarios o individuos que ejerzan algún tipo de control sobre la
organización.
PERSONA JURÍDICA
La persona jurídica son centro de imputación normativa, formas que el Derecho proporciona
para que los seres humanos organicen sus actividades con el propósito de realizar fines que
el ordenamiento jurídico estima dignos de amparo; es por ello que la Persona Jurídica es el
sujeto de derecho constituido por uno o más individuos jurídicamente organizados.
Fernández Sessarego señala que la persona jurídica surge de la necesidad del hombre de
reunirse coexistencialmente con otros para realizar en común ciertos valores que no podría
alcanzar de manera individual.
a. De derecho Público
Código Civil: Artículo 76º Regulación de la persona jurídica. La persona jurídica de
derecho público interno se rige por la ley de su creación.
Realizan fines de utilidad pública, unas son de derecho público externo, como el Estado
y los organismos internacionales y otras de derecho público interno, como los entes
administrativos emanados del Estado, Poder Judicial, Ministerio Público, Ministerio del
Interior, las municipalidades etc.
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b. De derecho Privado
Código Civil: Artículo 77. La existencia de la persona jurídica de derecho privado
comienza el día de su inscripción en el registro respectivo, salvo disposición distinta de
la ley.
Cumplen fines de utilidad privada, tales como las asociaciones, que son reunión de
personas que generan un ente colectivo distinto de las que lo constituyen, las
fundaciones, son organizaciones no lucrativas, instituida mediante la afectación de uno
más bienes a cierto fin, por acto irrevocable del fundador, y las sociedades que asumen
diversas formas (sociedad anónima, sociedad de responsabilidad limitada, etc).
Según nuestro Código Civil vigente, son personas de Derecho Privado: Las
Asociaciones, las Fundaciones y Comités. Las otras forman de personalidad jurídica
están previstas en otras leyes especiales.
El Derecho atribuye carácter de sujeto no sólo al hombre considerado individualmente,
sino también a los “entes colectivos” llamados personas jurídicas en sentido estricto; la
existencia, capacidad, régimen, derechos, obligaciones y fines de la persona jurídica, se
determinan por las disposiciones del Código Civil o las leyes respectivas (Ley General
de Sociedades Ley 26887).
CUARTA SEMANA
PRIMERA SEMANA
PERSONAS JURÍDICAS
otras de derecho público interno, como los entes administrativos emanados del
Estado, Poder Judicial, Ministerio Público, Ministerio del Interior, las
municipalidades, poder legislativo, poder ejecutivo, gobiernos regionales, entidades
autónomas como el Banco Central de Reserva, la Defensoría del Pueblo, las
Universidades Públicas, etc.
2) Las que no persiguen fines de lucro; estas están reguladas en el Código Civil
Peruano de 1984:
32
1. Asociación
a. Concepto
Es una organización estable de personas naturales o jurídicas, o de ambas, para
realizar actividades en común, con un propósito no lucrativo. Pueden ser de
carácter religioso, político, científico, deportivo, artístico o de sociabilidad (Clubes
Sociales). Las asociaciones surgen de un acto jurídico y no propiamente de un
contrato; a sus integrantes se les denomina asociados o socios. (Art.80 y 81 del
CC).
b. Características
Se rigen por su Estatuto el cual deberá expresar lo establecido en el Art. 82° del
Código Civil; asimismo deberá constar por Escritura Pública.
Debe contar con un patrimonio.
Cuenta con los libros siguientes: Libro de Registro y Libro de Actas donde constan
los acuerdos.
Órganos: Asamblea general (órgano superior) y Consejo Directivo.
Cada socio cuenta con derecho a un voto condicionado al pago de sus aportes.
Los asociados gozan de derecho de libre adhesión y retiro voluntario (por
petición escrita)
2. LA FUNDACION
a. Concepto
33
Es una organización no lucrativa, instituida mediante la afectación de uno o más
bienes para la obtención de fines solidarios, filantrópicos, de servicio a la
comunidad o de interés social V gr. La Fundación por los Niños del Perú, La
Fundación Nobel, etc.
b. Características
3. EL COMITE
a. Concepto
Es la organización de personas naturales o jurídicas o de ambas, dedicadas a la recaudación
pública de aportes con una finalidad altruista. Ejemplo: Comité de la Cruz Roja.
b. Características
Se constituyen mediante escritura pública, acta de constitución o documento
privado con legalización notarial de las firmas de sus
34
Nociones generales
El Código Civil regula la actividad de la Asociación, el Comité y Fundación No Inscritas
del Art. 124° al 133°, es decir, de aquellas organizaciones de personas que no son
formalmente “personas jurídicas” no obstante actuar como tales en la realidad social.
Por regla general, las asociaciones, fundaciones y comités, deben estar inscritas en el
Registro de Personas Jurídicas de los Registros Públicos, sin embargo, la ley regula la
existencia de las no inscritas, en virtud de su expansión como fenómeno jurídico-social y al
reconocer en ellas una actividad creadora, es decir, una participación efectiva.
Estas organizaciones se mantienen, por tanto, como pluralidad de personas naturales, a las
cuales el Código concede subjetividad jurídica. Este reconocimiento normativo faculta a
dicha pluralidad – sin dejar de ser tal – a celebrar determinados actos jurídicos y a
comparecer en juicio. Al no constituirse como unidad normativa de imputación de
derechos y deberes, el patrimonio de dichas organizaciones no inscritas se mantiene como
un FONDO COMUN sujeto a la disciplina normativa.
El Fondo Común
Se denomina “Fondo Común” al conjunto de bienes constituido por los aportes de los
asociados y los bienes que adquiera la asociación no inscrita.
35
El fondo común está destinado a la realización de los objetivos del grupo, mientras el
objetivo subsiste no puede ser dividido, no existe el concepto de cuota y los partícipes
no tienen un derecho separado sobre el todo.
El Código Civil dispone en el Art. 125°, que “mientras esté vigente la Asociación” es,
decir, mientras se mantenga como no inscrita, no se puede pedir la división y partición
de dicho fondo, ni el reembolso de las aportaciones de los asociados. Del mismo modo,
quienes hayan actuado en nombre de la asociación son solidariamente responsables en
el caso en que el fondo común no sea suficiente para afrontar las obligaciones de la
misma (Art. 126).
El Art. 129º del C.C, señala que una fundación no inscrita en los Registros Públicos (sin
personería jurídica), puede operar con la condición de ser inscrita en los Registros
Públicos.
TALLER:
Análisis y comentarios de los artículos 80º al 133º del Código Civil.
36
CUARTA SEMANA
SEGUNDA SESIÓN
COMUNIDADES CAMPESINAS
Concepto
Las Comunidades Campesinas son organizaciones de interés público, con existencia legal
y personería jurídica integradas por familias que habitan y controlan determinados
territorios, ligadas por vínculos ancestrales, sociales, económicos y culturales, expresados
en la propiedad comunal de la tierra, el trabajo comunal, la ayuda mutua, el gobierno
democrático y el desarrollo de actividades multisectoriales, cuyos fines se orientan al
aprovechamiento de su patrimonio para beneficio general y equitativo de los comuneros,
promoviendo el desarrollo integral de sus miembros y del país. Artículo 2, Ley General
de Comunidades Campesinas. Ley Nº 24656.
De acuerdo a los resultados de los Censos Nacionales 2017 realizado del 23 de octubre al 6
de noviembre de 2017, existen 6,682 comunidades campesinas distribuidas en las 24
departamentos del país, de las cuales el 64 % (4276 comunidades del total) se definen
también como una población originaria o indígena.
a. Características
Están reguladas por legislación especial.
Para la existencia legal de las comunidades se requiere, además de la
inscripción en el registro respectivo, su reconocimiento oficial.
Las tierras de las comunidades son inalienables, imprescriptibles e
inembargables, salvo excepciones establecidas en la Constitución.
El Poder ejecutivo regula el estatuto de las comunidades, el cual consagra su
autonomía económica y administrativa.
La Asamblea general es el órgano supremo de la comunidad.
La comunidad debe contar con un padrón general y un catastro donde consten los
bienes que integran su patrimonio.
c. Derechos lingüísticos
De acuerdo al artículo 6 del Decreto Supremo Nº 004-2016-MC publicada en el diario
oficial El Peruano se establece que las personas de comunidades originarias de Perú
tienen los siguientes derechos, entre ellos:
Usar la lengua indígena u originaria en forma oral y escrita en cualquier espacio
público o privado.
Ser atendido/a y recibir información oral, escrita o audiovisual en su lengua indígena
u originaria en las entidades públicas y privadas que prestan servicios públicos,
según lo establecido en el artículo 4.1 de la Ley N° 29735.
Recibir educación en su lengua indígena u originaria en forma oral y escrita en todos
los niveles de educación.
COMUNIDADES NATIVAS
a. Concepto
Son organizaciones que “tienen origen en los grupos tribales de la selva y ceja de selva,
están constituidas por conjuntos de familias vinculadas por los siguientes elementos
principales:
Idioma o dialecto,
Caracteres culturales y sociales,
Tenencia y usufructo común y permanente de un mismo territorio, con asentamiento
nucleado o disperso”. (Art. 8° del D.L. N° 22175).
b. Marco legal
Constitución Política del Perú-1993.
Convenio 169 OIT- Aprobado por el Perú con Decreto Ley Nº 26253.
Decreto Ley Nº 22175 – Ley de Comunidades Nativas y de Desarrollo
Agrario de las Regiones de Selva y Ceja de Selva.
Decreto Supremo Nº 003-79-AA, “Reglamento de la Ley de Comunidades
Nativas y de Desarrollo Agrario de las Regiones de Selva y Ceja de Selva”.
Decreto Legislativo Nº 1015 - Modifica el numeral b) del Art. 10 de la Ley Nº
26505.
Nahua y Ocaina (2 en cada caso) y concentran el 0,07 %. Fuente: Censo INEI. 2017.
En toda la selva peruana se tienen registradas y censadas 64 tribus y sub tribus de
aborígenes. Los Boras, Kukamas y Yaguas comparten su cultura con el mundo en
medio de una zona de gran biodiversidad.
TALLER
Análisis y comentarios de los artículos 134º al 1139º del Código Civil.
II UNIDAD
QUINTA SEMANA
PRIMERA SESION
EL ACTO JURIDICO
CONCEPTO
El acto jurídico es el acto humano, voluntario, lícito, con “manifestación de voluntad
destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas” (Art. 140 del C.C).
El acto jurídico, es, pues, el hecho jurídico de carácter voluntario y lícito, cuyo efecto es
querido directamente por el agente, y en el cual existe una declaración de voluntad. Como
quiera que este acto voluntario y lícito, por lo general tienen por objeto crear, regular,
modificar o extinguir relaciones jurídicas de contenido o fin patrimonial, muchos autores e
incluso Códigos, prefieren denominarla NEGOCIO JURIDICO en lugar de acto jurídico,
como ocurre con el Código Alemán.
Como quiera que el acto jurídico es un acto humano voluntario, para su validez se requiere
de la Manifestación de Voluntad, sino hay esa manifestación de voluntad, el acto es nulo
De acuerdo al Art. 140º de nuestro Código Civil, los elementos o requisitos esenciales
para la validez de todo acto jurídico son:
MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD:
El elemento esencial, básico, fundamental, del acto jurídico es la voluntad de algún modo
manifestada. El profesor Teófilo Idrogo Delgado sostiene que la manifestación de la
voluntad en los actos jurídicos, es la exteriorización de la voluntad que hace un sujeto de
derecho por medio de la declaración.
El discernimiento “es la aptitud para percibir o distinguir las diferencias con relación a
aquello que guarda conformidad con nuestra conveniencia o sentido moral. Es, pues, una
aptitud que nos permite diferenciar lo que nos conviene de lo que no nos conviene, de lo que
nos interesa de lo que no nos interesa, de lo que juzgados bueno de lo que juzgamos malo, y
en general, de lo que nos hace actuar con entendimiento y desarrollar nuestra inteligencia”3.
CLASES DE MANIFESTACION:
a. Manifestación expresa
Es expresa cuando se realiza en forma oral, escrita, a través de cualquier medio directo,
manual, mecánico, digital, electrónico, mediante la lengua de señas o algún medio
alternativo de comunicación, incluyendo el uso de ajustes razonables o de los apoyos
requeridos por la persona.
Ahora por internet se puede celebrar cualquier contrato; mediante un operador se puede
comunicar a un banco de datos (una persona mediante su computadora accede a un banco
de datos donde puede encontrar el bien o servicio que quiere adquirir). En la contratación
por internet, las distancias prácticamente desaparecen, el consumidor está a un clic de
distancia del proveedor.
3
VIDAL RAMIREZ Fernando. EL ACTO JURIDICO. GACETA JURIDICA S.A. Sexta Edición. Lima 2005.
41
b. Manifestación tacita
Es tácita cuando la voluntad se infiere indubitablemente de una actitud o conductas
reiteradas en la historia de vida que revelan su existencia.
Es la conducta del agente que practica un determinado acto jurídico y corrobora con los
hechos y circunstancias de una manifestación libre de voluntad.
No puede considerarse que existe manifestación tácita cuando la ley exige declaración
expresa o cuando el agente formula reserva o declaración en contrario.
Veamos algunos ejemplos: si alguien en una librería pide un libro y sin declarar que lo
compra lo subraya o hace anotaciones, o en una licorería pide una botella de vino y sin
manifestar su decisión de comprarla, la abre y prueba el vino, o quien arrienda un bien,
v.gr., por seis meses a cambio de una renta mensual y recibe por adelantado la renta de
diez meses, o presta una calidad de dinero por un año contra el pago de un interés
mensual y recibe por adelantado el interés de dos años, o el caso del copropietario de un
bien que lo vende sin el consentimiento de los demás copropietarios quienes reciben del
vendedor la parte proporcional del precio. De estos hechos concluyentes se induce, sin
lugar a dudas, la voluntad de comprar el libro o el vino, o de prorrogar el contrato de
arrendamiento o el de mutuo, o de vender el derecho que tiene en el bien común. Como
se aprecia, la voluntad tácita se infiere de hechos concluyentes (facta concludentia)
que no admiten otra significación.
FORMALIDAD
Cuando la ley no designa una forma específica para un acto jurídico, los interesados pueden
usar la que juzguen conveniente.
En los casos en que la ley establezca que la manifestación de voluntad deba hacerse a través
de alguna formalidad expresa o requiera de firma, ésta podrá ser generada o comunicada a
través de medios electrónicos, ópticos o cualquier otro análogo.
CLASES DE LA FORMALIDAD
Las formalidades, tal como las reconoce la doctrina, pueden ser:
1. Formalidades ad-solemnitatem
Se refiere a aquellas formalidades que constituyen requisito de existencia o validez del
acto en cuestión, y ante cuya omisión el acto es nulo, inexistente, o no produce efecto
jurídico alguno. Por ejemplo, en la mayoría de los países, la compraventa de bienes
raíces debe celebrarse en escritura pública, sin la cual se entiende que la venta es nula.
Dichas solemnidades se establecen en consideración a la naturaleza del acto, dada la
importancia que el determinado negocio jurídico tiene para el ordenamiento jurídico
nacional.
42
2. Formalidades habilitantes
Son aquellas formalidades establecidas en consideración de las personas incapaces o
ausentes, en vistas de proteger su patrimonio con ciertas cortapisas legales que impiden
a sus representantes disponer libremente de su patrimonio. Tal es el caso, por ejemplo,
de las restricciones de los guardadores de la venta de bienes raíces de sus pupilos, la
que, en la mayoría de los países, debe hacerse en pública subasta previa autorización de
juez competente. Su omisión implica la nulidad del acto en cuestión.
3. Formalidades ad probationem
Aquellos requisitos externos al acto jurídico que se exigen en consideración a la
acreditación formal de un acto ante la sociedad o las autoridades. Por regla general, se
traduce en la escrituración del determinado acto, como es en el caso de los contratos de
trabajo, donde es de interés del legislador que dichos actos se mantengan escriturados o
registrados, en protección de los trabajadores. Su omisión jamás acarrea la nulidad, sino
que formas distintas de ineficacia de los actos jurídicos, tales como la inadmisibilidad
de la prueba testimonial.
4. Formalidades de publicidad
Aquellas formalidades destinadas a dar publicidad al determinado acto jurídico, y que
por regla general se traducen en la inscripción del negocio en un registro público, de
modo que todas las personas tengan acceso al conocimiento de su contenido y efectos.
Su violación acarrea, como norma general, la inoponibilidad del acto frente a tercero.
QUINTA SEMANA
SEGUNDA SESION
LA REPRESENTACIÓN
La Representación
La representación se encuentra regulado en el Código Civil, artículo 145° “El acto jurídico
puede ser realizado mediante representante, salvo disposición contraria de la ley”.
La facultad de representación la otorga el interesado o la confiere la ley.
Concepto
La representación es la sustitución de la voluntad del representado por otra persona llamada
representante para realizar determinados actos jurídicos en su nombre e interés.
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Los actos jurídicos pueden ser realizados personalmente por el sujeto titular del derecho
subjetivo o por medio de otra persona que actúa en su nombre o bajo cualquier otra forma.
Por la representación una persona (el representante) sustituye a otra (el representado o
principal o parte sustancial) en la celebración de un acto jurídico. El representante
manifiesta su voluntad por cuenta y en interés del representado. Con la representación se
amplían las posibilidades de obrar del representado, quien puede celebrar varios actos
jurídicos al mismo tiempo o sucesivamente en el mismo lugar o en lugares diferentes.
Se denomina representante a quien obra por otro; representado a aquél por quien se
obra; y acto representativo, al verificado por el representante con un tercero, con efectos
directos o indirectos para el representado.
CLASES DE REPRESENTACIÓN
a. Representación Legal
En la representación legal, llamada también necesaria, el representante es designado
por la ley para que gestione los intereses de un incapaz. El poder del representante legal
se deriva de la ley. El representante legal tiene autonomía para la gestión de los negocios
del representado; su voluntad no depende de la voluntad del representado. La
representación legal es obligatoria (ejemplos: la patria potestad, la tutela, la curatela).
b. Representación Voluntaria
La representación voluntaria o convencional emana de la voluntad del representado, es
quien establece a su arbitrio las bases y límites de las facultades que confiere al
representante (acto unilateral). Este actúa por decisión del interesado y en estricta
dependencia de su voluntad. La voluntad del representante depende de la voluntad del
representado.
c. Representación Directa
(Art. 160° del C.C.).- En la representación directa o representación propiamente dicha, el
representante (o apoderado) actúa por cuenta, en interés y en nombre del
representado (o poderdante), de tal forma que los efectos del acto realizado entre el
representante y el tercero (acto representativo) entran inmediatamente en la esfera
jurídica del representado.
El representante concluye el acto o negocio jurídico con el tercero, pero permanece ajeno
a la relación, es excluido al inicio de ella. A consecuencia de la directa y automática
vinculación entre representado y tercero, ya que el representante actúa en nombre del
representado, se denomina a este fenómeno representativo como representación directa.
En la esencia de la representación directa está el poder que nace de una relación que
sirve de causa eficiente (ley, contrato, resolución judicial, etc.). Al tercero que realiza el
acto con el representante sólo le interesa comprobar la existencia del poder, sin
importarle la validez o invalidez de la relación causal de la cual se deriva. - La
representación directa puede ser voluntaria o legal.
d. Representación Indirecta
En la representación indirecta (denominada también impropia, oculta o mediata), el
representante actúa por cuenta y en interés del representado, pero en nombre propio.
Frente al tercero, el representante se presenta como parte directamente interesada en la
realización del acto jurídico, cerrándolo en su propio nombre. Los efectos del acto que
realiza con el tercero no entran inmediatamente en la esfera jurídica del representado,
sino que en ejecución del encargo deberá transferirlos mediante otro acto jurídico, Se dan
tres actos sucesivos:
a) del representado con el representante, en cuanto éste recibe el encargo de actuar por
cuenta de aquél:
b) del representante con el tercero, acto al cual es ajeno el representado; y
45
e) del representante con el representado por el cual éste recibe de aquél lo que adquirió
por su cuenta.
SEXTA SEMANA
PRIMERA SESIÓN
LA FORMALIDAD DE LA REPRESENTACIÓN.
Se afirma que “la forma es el vehículo mediante el cual la voluntad negocial se manifiesta o
la figura exterior del acto que en la vida en relación no es reconocible para los otros sino a
través de la misma forma”, agregando que, “en todo caso, negocio y forma son dos datos
inescindibles y la forma no es otra cosa si no el modo con el acto humano se exterioriza. Tal
modo es libre siempre que la exteriorización absuelva la tarea de hacer objetivamente
reconocible el reglamento de interés propuestos. También se sostiene que la forma “es
entendida como el conjunto de modalidades de externalización a través de las cuales el
negocio jurídico se hace objetivamente perceptible”.
EL PODER
Por poder se puede entender tanto la facultad otorgada por el representado, como la
situación jurídica en la cual se encuentra este último.
Se afirma que “la fuente negocial típica (justamente el poder) se presenta, como un negocio
unilateral al cual corresponde ex lege una condición (suspensiva), cuyo cumplimiento
depende de la voluntad del sujeto que, en definitiva, aparece como el destinatario
necesario”, agregando que ello "mientras pone en evidencia el indefectible carácter
recepticio del acto, indica también el sentido, explicando cómo y por qué el mismo acto sea
relevante (capaz de producir los efectos preliminares que son propios de todos los negocios
sub condicione [...]) solo en el momento en el cual llegue a conocimiento de aquél sujeto”.
En este sentido, “el término “poder” asume el significado técnico de acto jurídico con el
cual un sujeto confiere a otro la capacidad de representación. El poder asume la función
autónoma de atribución de la legitimación representativa”. Por ello, “la doctrina
absolutamente dominante coloca al poder en la categoría de los negocios unilaterales de
autorización que producen sus efectos apenas hayan sido puestos en conocimiento del
destinatario, en virtud de los principios generales”, Con el término “poder”, también se hace
referencia al documento que contiene el acto de apoderamiento.
46
Clases de poder
1. El poder es general
El poder general sólo comprende los actos de administración.
2. El poder es especial
El poder especial comprende los actos para los cuales ha sido conferido.
En este sentido, el italiano Emilio Betti en su artículo (Teoría general del negocio jurídico)
señala que la "la representación sin poder se produce cuando quién obra en representación
no respeta los límites de los poderes conferidos, o se encuentra en conflicto de intereses
con el representado o actúan traspasando los límites de
47
Art. 162 “En los casos previstos por el artículo 161, el acto jurídico puede ser
ratificado por el representado observando la forma prescrita para su celebración.
La ratificación tiene efecto retroactivo, pero queda a salvo el derecho de tercero. ...
El tercero y el que hubiese celebrado el acto jurídico como representante podrán
resolver el acto jurídico antes de la ratificación, sin perjuicio de la indemnización
que corresponda.
El art. 163 del CC establece: “El acto jurídico es anulable si la voluntad del representante
hubiere sido viciada. Pero cuando el contenido del acto jurídico fuese total o parcialmente
determinado, de modo previo, por el representado, el acto es anulable solamente si la
voluntad de éste fuere viciada respecto de dicho contenido”.
El articulo comentado se refiere al caso en que el contenido del acto jurídico fuese total o
parcialmente determinado de modo previo por el representado. En esta posibilidad hay que
tener en cuenta sí el sí el acto jurídico es anulable totalmente como cuando el tercero ha
actuado con dolo, error, violencia; en el caso que el
dominus, por ejemplo, hubiese otorgado facultades al representante para que venda un
determinado bien y después que él indicara el precio advirtiera que éste es más elevado; o
48
cuando el representado engañado por un tercero en el sentido que los artefactos eléctricos
bajaran de precio dentro de pocos días, ordena al representante que los venda, sin darle
explicaciones ni mucho menos especificarle las condiciones.
En este caso es evidente que el acto jurídico será anulable por dos razones: una por no
haber fijado el precio, forma, plazo para el pago, garantías, etc y otro por existir vicio de la
voluntad.
En consecuencia, el artículo tiene por finalidad proteger los intereses del representado. En
el caso de la determinación parcial, tienen que aplicarse las reglas de la nulidad parcial
como.
El poder especial puede ser otorgado mediante documento privado. En una notaría, ante el
juez de manera verbal en audiencia, mediante diligencia o memorial dirigido al juez. Para
efectos de validez el poder debe ser otorgado personalmente por el poderdante ante el juez,
el secretario o el notario.
SEXTA SEMANA
SEGUNDA SESIÓN
Concepto
La interpretación consiste en desentrañar el sentido de algo. Todo comportamiento humano
va incorporando sentidos a la realidad. Interpretar un acto jurídico es establecer su
verdadero sentido y alcance. todo acto jurídico debe ser interpretado según el principio de la
"BUENA FE", es decir que la buena fe es la cláusula general de todos los contratos y que
estos se interpretan objetivamente.
(advertido o no) de descubrir que es lo que nos quieren comunicar, o sea queremos
descubrir que intención encierran.
Finalidad
El propósito u objetivo de la Interpretación (fin inmediato) es desentrañar el sentido y
significado del Derecho. Ludwig Enneccerus, lo dice de la manera siguiente: “El objetivo
de la Interpretación es el esclarecimiento del sentido propio de una proposición jurídica.
La labor interpretativa del negocio jurídico, entonces, opera con la reconstrucción de “lo
querido” (art. 168 CC) o de “la común intención de las partes” (art. 1362, si se trata de
contratos), y el itinerario sería a través del principio de la buena fe (regulado en cada
artículo mencionado, respectivamente), de la interpretación ' sistemática (art. 169 CC) y de
la interpretación teleológica (art. 170 CC). Evidentemente, no se trata de un numerus
clausus y cabría aplicar otros criterios interpretativos: no hay impedimento legal para ello.
En el caso de la contratación en masa, tenemos el criterio objetivo señalado en el art. 1401
del CC, que estaría dentro de lo que se llama “integración del contrato”.
Se advierte que “la interpretación de los contratos, así como de los negocios en general está
dirigida, a la constatación de lo que constituye la intención efectiva de las partes
(autorregulación de los propios intereses), más allá del sentido literal de las expresiones
usadas. Sin embargo, esta fase a menudo denominada “subjetiva” o “cognitiva”, en cuanto
básica y prioritaria, representa solo un aspecto del procedimiento interpretativo del negocio
y no agota (o no puede agotar) la actividad hermenéutica requerida por la ley al respecto. En
efecto, cuando esta primera indagación no haya tenido un éxito positivo y subsista aún la
duda sobre el alcance real de la declaración, se aplican una serie de reglas interpretativas
suplementarias
Sistemas de Interpretación
Por regla el otorgante del acto jurídico declara lo que quiere no lo que no quiere. Su
declamación lo realiza mediante palabras, escritos, comportamientos mímicos, gestuales,
etc. La declaración es el continente, el vehículo mediante el cual se exterioriza la voluntad y
esta es el contenido, lo exteriorizado comunicado mediante la declaración. El acto jurídico
se forma con la voluntad declarada
Bajo el Código Civil peruano de 1984, el acto jurídico ha sido definido como "la
manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones
jurídicas" (art. ... 1) La regla de interpretación de la voluntad declarada y de la común
intención de las partes (arts. 168° y 1362° c.c.).la interpretación aún dentro de la
normatividad del Código Civil peruano es una operación necesaria, inclusive, cuando las
palabras no son ni oscuras ni ambiguas.
Sin embargo, debemos empezar por aclarar que, si bien encontramos reglas legales de
interpretación para los actos jurídicos establecidas en el Título IV, del Libro 11, del Código
Civil (arts. 168°, 169° y 170°), las cuales constituyen normas hermenéuticas de
interpretación que tienen que ser aplicadas a cualquier contrato, en tanto éste es un acto
jurídico, existe también una norma específica que rige la vida del contrato durante todo el
“iter negocial”, como es el artículo 1362° del Código Civil, que contiene otra norma
hermenéutica de interpretación, esta vez exclusiva de los contratos
2. La interpretación sistemática
Es aquel método hermenéutico que entiende al contrato no como una suma de cláusulas
sino como un conjunto orgánico lo cual involucra que al momento de interpretarse un
contrato no deba buscarse desentrañar la intención negocial de las partes por medio de
una sola cláusula soslayándose las demás, pues ello traería inexactitudes respecto de lo
que verdaderamente han querido las partes en el contrato, sino que deben contrastarse
las unas por medio de las otras a fin de evitar y/o eliminar las posibles ambigüedades
que provocaría justamente el interpretárselas de manera independientemente.
El criterio sistemático solo tiene lugar luego de haberse buscado la “común intención
de las partes” y observado la “buena fe”. El criterio sistemático rige también en caso se
trate de interpretar dos o más actos jurídicos vinculados entre sí.
51
3. La interpretación finalista
Es aquel método hermenéutico, que se aplica luego de haber utilizado los previos
(común intención de las partes, buena fe y sistemático) y que tiene como objetivo,
primero, aclarar las dudas o ambigüedades que aún persistan y luego encaminar el
propósito práctico de las partes a la celebración del tipo negocial que tuvieron en mente
celebrar. La buena fe es una sola, en consecuencia, tanto su aspecto subjetivo (creencia)
como su aspecto objetivo (comportamiento) deberán concurrir copulativamente para
que se pueda alegar, valga la redundancia, la buena fe y, de ese modo, el ordenamiento
jurídico pueda tutelar el derecho del tercero.
El estado de ignorancia del tercero solo será legítimo (buena fe subjetiva) en la medida
en que el comportamiento que lo acompañe sea el correcto (buena fe objetiva) lo cual
involucra, en primer lugar, que tercero actué con diligencia, ósea que haya practicado
todos los actos necesarios tendientes a buscar la información relevante acerca de la
situación jurídica que lo afecta (por ejemplos ir a registros públicos y verificar que el
inmueble que pretende adquirir no cuente con cargas y gravámenes) acto seguido, en
ese momento, su estado de ignorancia podrá considerarse legítimo configurándose así
finalmente la buena fe.
En nuestro código civil, a lo largo de varios de sus libros, se hace mención a la buena fe
por lo que se puede inferir que la intención del legislador haya sido que la buena sea
elevada a la categoría de principio orientador que los sujetos de derechos deban seguir
en las relaciones jurídicas que establezcan los unos con los otros.
En la negociación, celebración y ejecución de los contratos les será exigible a las partes
tanto la buena fe subjetiva como la objetiva pues ambas son indesligables la una de la
otra.
SETIMA SEMANA
EXAMEN PARCIAL I
OCTAVA SEMANA
PRIMERA SESION
CONCEPTO
Las modalidades del acto jurídico son ciertos elementos accidentales que modifican los
efectos normales del acto, ya tornando incierta la existencia de dichos efectos (condición),
ya limitando en el tiempo esos efectos (plazo), ya limitando la ventaja económica del
beneficiario de un acto de liberalidad (cargo).
En consecuencia, las modalidades del acto jurídico son tres: Condición, Plazo y Cargo o
Modo.
53
LA CONDICIÓN
Definición
La condición es el evento futuro e incierto (natural o humano), establecido arbitrariamente
por la voluntad del agente (conditio facti), de cuya verificación se hace depender el
surgimiento (condición suspensiva) o la cesación (condición resolutoria) de la eficacia de
un acto jurídico, o de una o algunas de sus cláusulas o estipulaciones.
CARACTERÍSTICAS
1. La Incertidumbre
La incertidumbre es la que determina el estado dependencia, pues no se sabe si la
condición se cumplirá o no se cumplirá de tal modo que es incierta la existencia o la
extinción de las consecuencias del acto.
El código peruano nos dice expresamente si opta por la acepción objetiva o subjetiva de
condición, pero no es por eso, sin interpretación alguna, podemos aplicar a raja tabla el
principio: ubi lex non distinguit, nec nos distinguere debemus para sostener que el
código acoge ambas teorías sobre la incertidumbre: la objetiva y subjetiva, lo cual, a
nuestro entender no estaría mal. Pero, el código al establecer por principio que la
condición es irretyroactiva (art. 177) –son irretroactivos los hechos futuros, no los
pasados– y al hablar de plazo para la condición negativa (art. 175, implícitamente está
exigiendo que la condición debe consistir en un hecho venidero incierto para todos y no
solamente para los otorgantes del acto.
2. La Futuridad
La futuridad es una característica de la condición que está en estrecha vinculación con
la incertidumbre. El hecho puesto como condición para que sea incierto debe ser futuro.
(Es un hecho que va ocurrir en el futuro).
El hecho presente o pasado puede ser desconocido, pero no es incierto. Aunque las
partes ignoren que el hecho ya ocurrió (incertidumbre subjetiva) el acto produce sus
efectos desde su celebración. Hay incertidumbre objetiva de la condición solamente
cuando se trate de un evento futuro. Si el evento ya se ha realizado o está ocurriendo en
el presente, aun cuando las partes lo ignoren el acto jurídico se constituye válidamente
como un acto puro porque no existe incertidumbre sobre su eficacia ab initio.
CLASES DE CONDICIONES
Esta clasificación se hace en base al tipo de evento que sirve como causa eficiente
de la condición.
La condición puede ser positiva o negativa según que el evento puesto como condición
comporte o no una modificación de la realidad existente.
a. La condición positiva consiste en que se verifique un hecho que modifique el
estado actual de la realidad, sin importar la forma gramatical en que es expresada
(ejemplos: te doy cien si apruebas todos los cursos, o te doy cien si no te
desaprueban en ningún curso; te doy cien si contraes matrimonio).
Para la condición negativa se puede establecer un límite dentro del cual debe.
producirse su cumplimiento, pero si tal limite no se ha previsto, se considera cumplida
cuando ya no es posible que se produzca la modificación del estado de tacto
contemplado (D. 45,1,115).
4. Condición Perpleja
La condición perpleja es la que tiene una contradicción interna que no permite
establecer lo que quiere el declarante. Hace ininteligible y contradictoria consigo misma
la declaración de voluntad al extremo de privar al acto de un apreciable contenido
volitivo. Si no se puede establecer, con una interpretación razonable, cuál fue la
voluntad del sujeto se invalida el acto. Por ejemplo, te instituyo mi heredero si mueres
antes que yo.
5. Expresas y Tácitas
La incorporación de la condición en el acto jurídico puede ser expresa o tácita. No es
necesario que la condición se declare expresamente, siempre que se infiera
indubitablemente de la actitud o circunstancias de comportamiento de los agentes que se
quiso el acto sub condicio (artículo 141°). De allí que la existencia de la condición no se
presume, sino que debe ser probada por quien la invoca.
OCTAVA SEMANA
56
SEGUNDA SESIÓN
EL PLAZO
CONCEPTO
El plazo o término indica el momento desde el cual se inicia o finaliza la eficacia del acto
jurídico.
El plazo como modalidad es el evento futuro y cierto de cuyo acaecimiento se hace
depender el nacimiento, la exigibilidad o la finalización de los efectos del acto jurídico.
El plazo es el lapso desde el cual comienza la existencia o el ejercicio de las consecuencias
del acto y hasta el cual duran esas consecuencias. Al día en que comienza el plazo se le
denomina dies a quo, y al día en que termina se le llana dies ad quem. El plazo
transcurre entre un término inicial y un término final.
CLASES
1.. Plazo Suspensivo y Plazo Resolutorio
a. Es cierto cuando se sabe con precisión la fecha en que debe ocurrir el vencimiento
del plazo, dies certus an et quando (día cierto que ocurrirá y cuándo ocurrirá), por
ejemplo, la obligación de pagar una cantidad de dinero el día 28 de julio próximo.
b. El plazo es incierto cuando no se sabe en qué momento ocurrirá el acontecimiento
previsto como límite final. Aquí se habla de dies certus an incertus quando. Es
cierto que el evento puesto como plazo ocurrirá, pero es incierto el momento en que
tendrá lugar, por ejemplo, el día en que muera Ticio.
3. Plazo Potestativo
El plazo es potestativo cuando su determinación ha quedado a la sola voluntad del
deudor (plazo meramente potestativo) o a un comportamiento voluntario en el cual el
sujeto tenga un cierto interés (plazo potestativo propio). Si el deudor no fija plazo, lo
determinará el juez.
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4. Plazo convencional.-
Es aquel señalado por las partes, de acuerdo a sus posibilidades y necesidades. Se
origina ern la decisión libremente del creador o los creadores de un acto jurídico.
5. Plazo legal.-
Es el plazo determinado expresamente por Ley, y que se aplica para cumplir la voluntad
de las partes cuando ellas hubieran omitido establecer el plazo.
6. Plazo judicial.-
Es el plazo determinado por el juez, observando lo dispuesto en el Código. La
determinación judicial se requiere cuando se suscita una controversia al respecto.
En cuanto al beneficio del plazo suspensivo, el Código Civil conserva el sistema del
Derecho romano, que consagra en este punto el favor debitoris, presumiendo que el plazo
se ha concedido en beneficio de éste, salvo que se pruebe haber sido establecido del
acreedor o de ambos. Si el plazo es en beneficio del deudor, éste puede pagar antes del
cumplimiento del plazo, pero el acreedor no puede exigirlo sino al vencimiento. Si el plazo
se ha estipulado en beneficio del acreedor, éste puede exigir el cumplimiento de la
obligación antes del vencimiento.
Por ejemplo, Pedro conviene con Pablo en el pago de una deuda de cincuenta mil soles el
10 de setiembre del 2021. Esto no quiere decir que el deudor no tenga la facultad de pagar
antes del10 de setiembre del 2021; este puede hacerlo antes de que se cumpla el plazo
pactado en cualquier fecha. De lo que se concluye que el plazo se presume en beneficio del
deudor.
Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que se hubiese comprometido. Cuando las
garantías disminuyeren por acto propio del deudor, o desaparecieren por causa no imputable
a éste, a menos que sean inmediatamente sustituidas por otras equivalentes, a satisfacción del
acreedor.
La pérdida del derecho al plazo por las causales indicadas en los incisos precedentes, se
declara a petición del interesado y se tramita como proceso sumarísimo. Son especialmente
procedentes las medidas cautelares destinadas a asegurar la satisfacción del crédito.
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El plazo señalado, por día se computa por días naturales, de media noche a media noche y
no se cuenta el día de la realización del acto, pero sí el día de su vencimiento: de esta
manera, si se celebra el acto jurídico el primero de enero con el plazo de cinco días, la
obligación será exigible el día seis de enero, de tal modo que hayan transcurrido cinco días
enteros.
Cuando el plazo se señala por meses, se cumple en el mes del vencimiento y en el día de
éste correspondiente a la fecha del mes inicial a la concertación del acto jurídico: así, por
ejemplo, si el acto jurídico se celebra el dos de junio con el plazo de un mes, el
vencimiento tendrá lugar el dos de julio del 2020.
Igual sucede con el plazo señalado por años: si la fecha de celebración del acto jurídico es
el dos de junio de 1992, por el plazo de tres años, la exigibilidad de la obligación será a
partir del dos de junio de 1995.
Cuando el vencimiento del plazo es un día festivo, dicho vencimiento tendrá lugar el
primer día siguiente que no sea festivo.
EL CARGO
CONCEPTO
El modo (del latín modus = medida), cargo, carga o encargo, consiste en una obligación
accesoria que, sólo en los actos gratuitos de liberalidad Ínter vivos o mortis causa, puede
ser impuesta por el disponente a cargo del destinatario de la liberalidad, consistente en dar
hacer o no hacer algo en favor del disponente o de un tercero o del beneficiario mismo, o
de emplear de una determinada manera el bien objeto de la disposición. (El cargo consiste
en el encargo que hace una persona a otra para que realice algo a cambio de recibir
gratuitamente un bien)
La palabra "carga" es utilizada aquí en su sentido vulgar. En su sentido técnico jurídico, la
carga consiste en una obligación vinculada a la titularidad de determinados bienes
(ejemplo la servidumbre).
59
El cargo tiene un carácter doble, por su naturaleza constituye una obligación y, como tal,
su cumplimiento puede ser exigido, incluso coercitivamente, y al mismo tiempo es una
obligación accesoria al derecho que adquiere el destinatario de una liberalidad; éste no
puede adquirir la liberalidad sin asumir la obligación en que consiste el cargo.
Por ejemplo, se dona un bien a un abogado con el cargo de que él personalmente defienda
al donante en un proceso judicial; el abogado muere sin haber cumplido el encargo; sus
herederos deben devolver al donante o a sus herederos el bien materia de la donación.
Del tenor literal del art. 185 del CC, se concluye que el cargo puede exigirse judicialmente,
en ciertos casos por el imponente del cargo quien en un acto de liberalidad ha dispuesto
una prestación en beneficio del gravado u obligado, ya sea intervivos o mortis causa.
60
En el cargo hay tres personas: el autor de la liberalidad, que es quien impone el cargo; el
beneficiado con la liberalidad, que es el obligado a realizar el cargo; y el beneficiario, que
puede ser el propio autor o un tercero. Los que tienen derecho a la exigibilidad del cargo
pueden ejercer la acción o el sujeto a cuyo favor se estableció la obligación modal.
(ejemplo se dona un predio, imponiendo al donatario la carga de pagar una pequeña
pensión a favor de una persona del afecto del donante).
NOVENA SEMANA
PRIMERA SESIÓN
GENERALIDADES
La palabra simulación proviene del latín simulare, que significa fingir, hacer aparece una
cosa distinta de la realidad. El diccionario de la Lengua Española Real Academia, define a la
simulación como la “alteración aparente de la causa, la índole o el objeto verdadero de un
acto o contrato”. Agrega que simular es representar una cosa fingiendo o imitando lo que no
es.
En la vida diaria, por diversas razones, el ser humano simula, miente. Simula estar enfermo
para no concurrir a una cita o para evitar un castigo; simula tener talento, carácter,
conocimientos con el fin de acceder a un puesto de trabajo; disimula defectos, fracasos,
vicios, enfermedades, etc.
Concepto.
Podemos definir a la simulación como uno de los vicios generados deliberadamente por la
voluntad de las partes que en ella intervienen, y consiste en aparentar la existencia de un acto
jurídico que en realidad no existe o que es de distinta naturaleza del que aparece o que son
distintas las personas en él interesadas.
En el ámbito de los actos jurídicos, la simulación es muy frecuente. Se usa para engañar a
terceros con los más diversos fines: aparentar solvencia o insolvencia económica, defraudar
a los acreedores, engañar a un pariente pedigüeño (demasiado aficionado a pedir), eludir
prohibiciones legales, protegerse contra la delincuencia, evitar herir susceptibilidades, evitar
el pago de impuestos, beneficiar a unos hijos antes que, a otros, facilitar la realización de
ciertos negocios, etc.
CARACTERÍSTICAS DE LA SIMULACIÓN.
1. Disconformidad entre la voluntad interna y la voluntad manifestada. - Es
decir, a sabiendas de la existencia de dos realidades diferentes, ambas conocidas: la
verdadera y la falsamente querida, una de las cuales esta ordenada a no tener eficacia
jurídicamente reconocida.
CLASES DE SIMULACIÓN
1. Simulación Absoluta
Un acto jurídico es absolutamente simulado si, existiendo solo en apariencia, carece de un
contenido serio y real. Las partes no quieren el acto, sino tan solo la ilusión exterior que
él mismo produce. Ejemplo: Pedro simula vender su casa a Juan para evitar un embargo;
aquí las partes no quieren realizar la venta, solo simular para hacer creer que el hecho fue
verdadero
2. Simulación Relativa
Se presenta ésta cuando las partes efectivamente concuerdan en un determinado efecto
jurídico a producirse, que sin embargo no aparece, sino que está oculto detrás del
aparentemente expresado.
ACTO SIMULADO
En principio son simulables la mayoría de actos jurídicos sobre derechos patrimoniales
disponibles. En general todo contrato es simulable cuando está en juego solamente los
intereses de los contratantes. No son simulables los actos sobre derechos indisponibles como
los derechos de familia, en los que no sólo están en juego los intereses de los declarantes,
sino, además, intereses sociales de protección del bien común.
La razón por la que la simulación opera con naturalidad en el campo de los actos
patrimoniales, radica en el hecho de que, en estos actos, la autonomía de los particulares
goza de la mayor amplitud de poder; lo que no sucede, en cambio, en actos jurídicos como
los de Derecho de Familia, para los cuales, el ordenamiento jurídico por razones superiores
de interés social, orden público o moral, pone límites muy precisos a la libertad de los
particulares. No son simulables el matrimonio, el reconocimiento de hijo, la adopción, el
divorcio, la separación de cuerpos, etc.
El acto jurídico es simulado cuando las partes, con el fin de engañar a terceros, se han
puesto de acuerdo (acuerdo simulatorio) para crearlo (o modificarlo o
63
extinguirlo) con un valor exterior aparente, destinado a no producir efectos entre ellas, ya
porque no quieren realizar acto jurídico real alguno, ya porque con la apariencia quieren
ocultar la verdadera naturaleza o contenido del acto que celebran. Por ejemplo, se simula
realizar una compra-venta, pero en realidad es una donación; se simula donar a Pedro
cuando en realidad el donatario es Juan; se simula vender por 100 cuando el precio
efectivo es de 150.
El acto simulado es un negocio ficticio querido y realizado por las partes para engañar a
terceros, pero no para que produzca efectos entre ellas. Los otorgantes quieren la
declaración, pero su contenido, por lo que no pueden exigir su cumplimiento. Es decir, el
acto simulado no produce ningún efecto entre las partes, por la razón de que no es
efectivamente sino sólo fingidamente querido.
exactos, ocultados, por ser los efectivamente queridos, siempre que sean lícitos y no
afecten los derechos de terceros. El que transfiere el derecho sólo se obliga aparentemente
con el interpuesto, pero en la inteligencia de obligarse hacia el tercero, frente al cual
adquiere los derechos y asume las obligaciones resultantes del acto
7. Efectos entre los simulantes y los terceros acreedores del titular aparente
El acto jurídico simulado es válido y eficaz frente a los terceros acreedores del
adquirente (titular aparente). El acreedor de buena fe del simulante adquirente tiene un
interés opuesto al del acreedor del simulante enajenante. Su interés es el de hacer
prevalecer la apariencia sobre la realidad, a fin de poder satisfacer su crédito con la
ejecución forzada del bien que aparentemente ha ingresado al patrimonio de su
deudor.
Los autores de la simulación no pueden oponer ésta a los terceros acreedores del titular
aparente, pero, por el contrario, los terceros acreedores del enajenante simulado pueden
hacer valer la simulación en relación a las partes cuando ella perjudica sus derechos.
c. Si los acreedores del enajenante son anteriores a la simulación y los del propietario
aparente son posteriores, se da preferencia a las víctimas de la simulación sobre los
acreedores del propietario aparente. Esto aun cuando hayan iniciado de buena fe la
ejecución forzada, sucumben en el conflicto con los acreedores del simulante
enajene, cuyo crédito es anterior al acto simulado.
NOVENA SEMANA
SEGUNDA
SESIÓN
NOCIÓN DE FRAUDE
La palabra "fraude" viene de las locuciones latinas: fraus, fraudis que significan
falsedad, engaño, malicia, abuso de confianza que produce un daño por lo que es indicativo
de mala fe, de conducta ilícita, es decir, no tiene un significado inequívoco, unas veces
indica astucia y artificio, otras el engaño, y en una acepción más amplia una conducta
desleal; en fin, toda acción contraria a la verdad y a la rectitud; que perjudica a la persona
contra quien se comete. Una conducta fraudulenta persigue frustrar los fines de la ley o
perjudicar los derechos de un tercero.
Concepto
Teófilo Idrogo señala "Por medio del fraude, el deudor realiza actos jurídicos reales y
legales disponiendo u ocultando sus bienes a título oneroso o gratuito para burlar a la ley o
perjudicar los derechos de sus acreedores". Se trata de una acción voluntaria y con mala fe
del deudor para reducir su patrimonio en perjuicio de sus acreedores o del Estado,
transgrediéndose normas imperativas, transfiere sus bienes porque el dinero es más de
ocultar que lo bienes muebles o inmuebles, que están amenazados por futuras medidas
cautelares por parte de los acreedores.
El fraude es un vicio voluntario del acto jurídico y consiste en la sustracción maliciosa del
deudor al cumplimiento de las normas legales y de sus acreedores, quedando en estado de
insolvencia.
Se trata de una acción voluntaria y con mala fe del deudor para reducir su patrimonio en
perjuicio de sus acreedores o del Estado, transgrediéndose normas imperativas, transfiere sus
bienes porque el dinero es más de ocultar que lo bienes muebles o inmuebles, que están
amenazados por futuras medidas cautelares por parte de los acreedores.
En términos generales, existe fraude cuando a través de un acto jurídico idóneo y lícito en
virtud de una ley que lo permite o autoriza, se busca eludir el cumplimiento de otra norma
imperativa. El fraude mediante el acto jurídico, o acto jurídico fraudulento, se da cuando una
persona enajena sus bienes a fin de protegerlos de la ejecución de sus acreedores. En este
caso, la enajenación es real, es decir no es ficticia como sucede cuando está de por medio la
simulación. Lo que busca el deudor es un estado de insolvencia para no pagar la deuda.
66
en fraude de los acreedores, para ser declarado ineficaz vía acción revocatoria o
pauliana es necesario que con él se haya causado perjuicio al acreedor accionante.
El acto jurídico en fraude a la ley no se encuentra expresamente señalado en nuestra
codificación civil. En cambio, el acto jurídico celebrado en fraude el acreedor se
encuentra codificado en el Artículo 195º del Código Civil.
LA ACCIÓN PAULIANA:
Cuando se produce el fraude al acreedor, por parte del deudor, mediante la disposición de su
patrimonio en perjuicio del primero, es posible que éste plantee la acción revocatoria o
pauliana, o de ineficacia del acto jurídico de disposición.
El acreedor se legitima para impugnar aquellos actos del deudor que son lesivos de su
derecho de crédito. Un requisito indispensable para el planteamiento de la acción es la
prueba del daño, es decir la imposibilidad del cobro. El acreedor debe probar que el deudor
no dispone de otro medio para hacer efectivo el cobro del crédito.
Para León Barandiarán por la acción revocatoria o pauliana el acreedor obra en nombre
propio y demanda que quede sin efecto el acto realizado por su deudor, por el que disminuye
su patrimonio que lo convierta en insolvente y por lo tanto carece de medios para pagar la
deuda.
Ejemplo Tobías es acreedor de Tirso; este último dona el único bien de que es propietario a
Benigno y de esa manera no tiene como pagar a Tobías. Este, entonces solicita que se
revoque el acto celebrado con Benigno, que es un tercero, para poder hacerse pago con el
bien que debe reingresar o retornar a poder de Tirso que es el deudor. En la acción
revocatoria o pauliana, el demandante es el acreedor y los demandados son el deudor y el
tercero.
Como ya señalamos, el acreedor debe probar, además del daño o imposibilidad del cobro, la
mala fe del deudor y del tercero. De esta manera se protege frente a la acción revocatoria de
los acreedores, a aquellos terceros de buena fe que contrataron con el deudor.
REQUISITOS
a. Existencia de un crédito
Todo titular de la acción pauliana debe ser acreedor, es decir, tener una relación directa
con el deudor a fin de que pueda ejercer la acción de ineficacia de los actos
fraudulentos.
b. Perjuicio al acreedor
Esto significa que el patrimonio del acreedor disminuye, por los actos fraudulentos del
deudor, ya sea a título gratuito o a título oneroso.
DECIMA SEMANA
PRIMERA SESION
VICIOS DE LA VOLUNTAD
GENERALIDADES
La voluntad generadora del acto jurídico, que es la voluntad jurídica que definió Aguiar, es
la voluntad sana y manifestada que genera, modifica, transforma y extingue derechos y que
es el resultado de la conjugación de los elementos que dan lugar a la formación de la
voluntad interna (como son el discernimiento, la intención y la libertad) y de su elemento
externo, que viene a ser la manifestación en cualquiera de sus modalidades.
Los vicios de la voluntad vienen a ser, pues, los factores perturbadores o distorsionadores
que impiden que la voluntad interna se forme de manera sana. Pueden presentarse en el
sujeto de manera consciente, como en la violencia o en la intimidación, o inconsciente,
como en el error o en el dolo, impidiéndole la necesaria, correlación entre lo que quiere y lo
que manifiesta.
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Concepto
Los vicios de la voluntad son situaciones que inducen al sujeto a declarar una voluntad que
no corresponde a sus verdaderas intenciones. Lo ideal es que en la celebración de un acto
jurídico exista correspondencia entre lo deseado y lo expresado, entre la voluntad y lo
manifestado. La voluntad o el consentimiento pueden ser viciados por error solo o violencia.
Clasificación
1. El Error
Constituye un desencuentro entre lo que es el objeto materia de conocimiento y de juicio,
y el conocimiento que se adquiere de él. Todo error constituye una negación de lo que es,
o afirmación de lo que no es. Es un factor perturbador inconsciente que distorsiona el
proceso formativo de la voluntad jurídica, ya en el aspecto relativo a la voluntad interna,
en cuyo caso se configura el denominado error-vicio, o ya en lo que se refiere a la
exteriorización de la voluntad interna, en cuyo caso se configura el denominado error en
la declaración, que el Código Civil legisla claramente diferenciados en el articulado, pero
bajo el título común de Vicios de la voluntad.
b. El error obstativo
Es un error en la declaración, o cuando la declaración ha sido inexactamente
transmitida. Este error ocasiona una divergencia entre la manifestación del acuerdo y
la voluntad real de la parte, debido a una externalización o transmisión del acuerdo
mismo. El CC equipara el tratamiento jurídico del error obstativo con el error vicio
(artículo 208). Considera:
En el caso del error vicio, la declaración es querida, aunque sea en base a una voluntad
distinta a la hipotética, mientras en el caso del error obstativo esta es del
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En palabras más simples: en el error obstativo se declara mal lo bien querido; en el error
vicio, en cambio; se declara bien lo mal querido (Espinoza Espinoza, 2008, p. 391).
Siguiendo a una doctrina peruana, los tipos de errores esenciales son:
a. Error en la propia esencia o cualidad del objeto del acto (error in negotio)
b. Error en las cualidades personales de la otra parte (error in qualitate personae)
c. Error de derecho (error iuris) (Espinoza Espinoza, 2008, pp. 396-397).
2. El Dolo
Es el vicio de la voluntad mediante el cual se provoca deliberadamente el error. El Dolo
es la intencionalidad de engaño en la realización del acto jurídico y debe ser de tal
magnitud que haya tenido como resultado que la otra parte celebre el acto. Según
Fernando Vidal Ramírez, el dolo es también un factor perturbador inconsciente del
proceso formativo de la voluntad jurídica que afecta a la función cognoscitiva del sujeto
y, por tanto, distorsiona su voluntad interna.
Clasificación
Tiene connotaciones propias en el Derecho Civil. Así podemos señalar que para el
Derecho Civil hay algunas clasificaciones del Dolo que se deben considerar para su
interpretación:
3. La Violencia e Intimidación
a. La violencia
Concepto
Para José León Barandiarán, la violencia física representa la fuerza apabullante
utilizada contra el que hace la declaración, de tal suerte que no hay voluntad alguna de
su parte, en vista que no existe el consentimiento espontáneamente prestado. Se trata
en si de un acto físico en virtud del cual se obliga a una persona hacer lo que no quiere
o se impide hacer lo que quiere.
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Para Vidal Ramírez, consiste en una fuerza irresistible, apabullante, incontenible, por
la cual, físicamente, se doblega al sujeto de manera tal que, en realidad, se elimina su
voluntad.
Es la coacción ejercida sobre una persona para obligarla a realizar un acto que no
quiere. Se trata de una fuerza física o moral que infunda temor y que obligue a la
realización del acto jurídico.
La violencia se concibe como aquella fuerza irresistible que elimina la voluntad del
sujeto derecho obligándolo a celebrar un negocio jurídico. La fuerza irresistible puede
provenir de una de las partes del negocio o un tercero. Asimismo, para algunos
doctrinarios al eliminarse la voluntad ya no se estaría en presencia de un vicio sino de
un acto nulo.
b. La intimidación
Concepto
La intimidación consiste en infundir un temor en el sujeto para por ese medio obtener
una manifestación de voluntad forzada, en cuanto es consecuencia de haber cedido
ante la amenaza que le infunde en temor, por eso, constituye un genuino vicio de la
voluntad.
Al contrario de lo que ocurre con la violencia física, que desplaza la voluntad por lo
que el acto “no es” del sujeto, la violencia moral o intimidación infunde un temor
sobre el sujeto quien, cediendo a ese temor, se aviene declarar una voluntad que no
responde a una decisión libre y espontánea. (Vidal Ramírez, 2011, pp. 221).
La intimidación es una conducta antijurídica -acto ilícito-, que consiste en influir sobre
el fuero interno del agente causándole miedo o temor, amenazándolo con un mal
futuro que debe ser inminente y grave. De esta manera, presionando la voluntad o el
ánimo del agente, es decir, el aspecto psíquico del mismo, se logra que declare algo de
una manera distinta a la querida, o al declarar que quiere, cuando nunca ha querido así
ni de otra manera. (Lohmann Luca de Tena, 1994, p. 506).
Esta amenaza debe ser creíble, o sea debe ser idónea para impresionar al contratante
amenazado. Para ello se debe valorar si la amenaza impresiona a una persona sensata,
pero al mismo tiempo induce a construir el modelo de
73
una persona medianamente sensata teniendo en cuenta una serie de variables que se
asemejen al modelo de la situación de la situación en que concretamente se halla la
misma víctima. (Morales Hervias, 2011, p. 237).
Por tanto, entendemos por intimidación a aquella amenaza ilícita dirigida a una de las
partes del negocio de sufrir un daño en su patrimonio o entre los miembros de su
familia con el objetivo de celebrar un negocio jurídico. Se diferenciaría de la violencia
en que aquí la voluntad no es anulada, pero si corrompida por influencia externa.
Elementos de la intimidación
La intimidación para configurarse requiere de los siguientes elementos:
a) amenaza;
b) el mal; y,
c) el temor.
Estos elementos deben conjugarse con las pautas establecidas para que el juez califique
la intimidación, como la edad, el sexo, la condición de la persona y otras
circunstancias atendible señaladas en el propio C.C.
El temoí íeveíencial
El temor reverencial es la “sujeción psicológica de un sujeto hacia otro, determinada
por las respectivas posiciones en el contexto familiar, profesional o, genéricamente,
social. Quien tiene temor reverencial puede ser inducido a contratar: pero el contrato
no merece anulación porque la disciplina de la violencia afecta una conducta (dolosa
o culposa) y no un simple modo de ser social”. Sería el caso del empleado de oficina
que compra un bien a su jefe, a fin de evitar la situación incómoda de darle una
negativa. También se le define como “el temor que el sujeto alimenta, con
prescindencia de amenazas externas específicas, frente a una persona que se presenta
ante él, por las más vaíiadas íazones, familiaíes y sociales, como
gíavemente seveía y píestante”. (Espinoza Espinoza, 2008, p. 457).
Para autorizada doctrina italiana, el temor es una perturbación del sujeto. Este puede
consistir en un temor en sentido propio, o sea en el temor de un peligro o también en el
temor reverencial. Este debe ser distinto respecto de la intimidación moral, o sea
respecto de la amenaza tácita del sujeto de valerse de su posición o de sus medios
para perjudicar a la víctima en caso del
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Por tanto, entendemos por temor reverencial a aquella influencia provocada en una de
las partes del negocio que tiene la condición de débil, inferior o de menor jerarquía
respecto de la otra parte que tiene la condición de fuerte, superior y de mayor
jerarquía. Aquella practica un acto en favor de este debido a la “sujeción psicológica”
que su condición alimenta. Esta situación no dará lugar a la anulación del acto.
1. El dolo se diferencia del error en que en este último el vicio nace del propio declarante
equivocado sin participación de ningún otro sujeto; en tanto que el dolo, el vicio es
causado por otro sujeto del acto mediante una acción o una omisión pendiente a inducir
al primero que cometa el error, por eso se dice que el dolo es un error provocado por
uno de los celebrantes o un tercero, contra el declarante se trata pues de un engaño
contra el que manifiesta su voluntad.
2. Al ser intencional el dolo obliga a indemnizar a la parte engañada, mientras que el error
al ser involuntario puede determinar resarcimiento de daños materiales pero un ningún
caso indemnización.
CAUSALES DE NULIDAD
1. Nulidad por ausencia de manifestación de voluntad del agente.
De conformidad con lo establecido por el inciso 1 del artículo 219 del Código Civil, el
acto jurídico es nulo cuando falta la manifestación de voluntad del agente.
Sin lugar a dudas, esta causal de nulidad mantiene vigencia absoluta en cuanto a los
diversos medios tecnológicos utilizados en la contratación contemporánea, dado que ante
la ausencia de manifestación de voluntad por parte del agente no podríamos estar en
presencia de acto jurídico ni de contrato alguno (ya que el contrato es un acto jurídico).
Así, salvo el tema de la contratación epistolar (que, dicho sea de paso, siempre ha sido
porcentualmente poco significativo), los contratos anteriores a la aparición del teléfono se
celebraban casi en su totalidad entre personas que se encontraban frente a frente, en un
mismo lugar. En tales situaciones, al verse las caras, ambas
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podían conocer las características físicas de su contraparte, y de esta manera saber, por
ejemplo, si se trataba de un menor de edad o de un enfermo mental.
En esta medida, no debía resultar muy difícil para una parte saber si se encontraba
tratando con un adulto, con un joven o con un niño; es decir, si la persona que tenía al
frente, de acuerdo con la edad, era o no un sujeto con capacidad de ejercicio.
En tal sentido, consideramos que cada vez cobra mayor vigencia lo dispuesto por el
artículo 1358° del Código Civil: “Los incapaces no privados de discernimiento pueden
celebrar contratos relacionados con las necesidades ordinarias de su vida diaria.”
Es necesario precisar que esta norma comprende tanto a los incapaces absolutos (cuyos
actos resultan generalmente nulos) como a los incapaces relativos (cuyos actos resultan,
por lo general, anulables).
Sabemos que en nuestros días ello no es necesariamente así, y que muchos actos cada vez
más se celebran a través de todos los medios informáticos que ofrece la tecnología
moderna, en los cuales las partes no se ven la cara, en los cuales la mayoría de veces se
contrata a distancia y donde los contratantes ni siquiera se conocen.
La realidad hace que, frente a este tipo de acto, el Derecho no pueda estar preguntándose
y analizando si alguien es capaz o no. La velocidad de la sociedad moderna impide que
ello sea así, y lo que antes era relevante para consideraciones jurídicas hoy simplemente
no lo es.
De conformidad con el artículo 219 (inciso 3) del Código Civil, el acto jurídico es nulo
cuando su objeto es física o jurídicamente imposible o cuando es indeterminable.
Consideramos que este punto resulta de meridiana aplicación a toda la contratación, más
allá de los medios que sirvan a efectos de contratar, en la medida que aquí lo relevante es
la imposibilidad jurídica o la indeterminabilidad del objeto, causales de nulidad cuya
presencia es independiente del medio que se utilice para contratar.
Ejemplos: Vender el planeta mercurio, será físicamente imposible venderla. Será el acto
jurídicamente imposible cuando el objeto del acto no puede llegar a cumplirse por existir
una prohibición legal expresa, tal como la contenida en el art. 312 CC que dispone que
los cónyuges no pueden celebrar contratos entre sí respecto de los bienes de la sociedad.
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En este caso, la nulidad absoluta se refiere a los actos jurídicos contrarios a la moral y las
buenas costumbres, no como causa sino como objetivo; como ocurre en el fraude donde
se aprecia la ilicitud.
Cuando los actos jurídicos exigen la observancia de una formalidad, las partes
intervinientes están obligadas a cumplirla.
Evidentemente, esta causal de nulidad no se alterará, y tampoco tendrá relevancia para tal
efecto que el contrato se haya celebrado por algún medio informático moderno (en el
caso que nos ocupa, el teléfono).
Por su parte, el artículo V del Título Preliminar establece que es nulo el acto jurídico
contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres.
Ejemplo celebrar un contrato de arrendamiento o para realizar una guerra de guerrillas.
En este caso se está violando normas de orden público porque se pretende atentar contra
el orden legítimamente constituido, en consecuencia, el acto jurídico es nulo.
EFECTOS DE LA NULIDAD
Una vez que se declara la nulidad absoluta, el acto jurídico realizado no tiene validez y se
retrotrae a su estado anterior, esto es que tiene efectos retroactivos.
En cuanto a los efectos hay que considerar a las partes y a los terceros:
En este caso de la nulidad absoluta hay que tener en cuenta si el acto ya se ha ejecutado
o todavía no ha tenido ejecución.
- Si se has ejecutado el acto, hace desaparecer todos los efectos producidos,
volviéndose a su estado anterior, con si no se hubiera practicado el acto jurídico y
opera con carácter retroactivo; en consecuencia, las partes quedan recíprocamente
obligadas a restituir lo que hayan recibido.
b. Los terceros
Los actos jurídicos no perjudican los derechos adquiridos a título oneroso y se buena fe
de los terceros adquirientes. Nuestro Código ha sentado su posición en la simulación y
en el fraude.
CAUSALES DE ANULABILIDAD
De acuerdo con lo establecido por el artículo 221° (inciso 1), el acto jurídico es anulable
por incapacidad relativa del agente.
El art. 44 del CC dispone que son relativamente incapaces: Los mayores de dieciséis años
y menores de dieciocho años de edad, los retardados mentales, los que adolecen de
deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad, los pródigos, los que incurren
en mala gestión, los ebrios habituales, los toxicómanos y los que sufren pena que lleva
anexa la interdicción civil.
Demás está decir que, si ello ya resulta casi imposible personalmente, podremos imaginar
cómo aumentarían las dificultades si esta persona se encontrara del otro lado de la línea
telefónica.
Si el error resulta ser una fuente o causa frecuente de anulación de actos jurídicos por
actos celebrados entre personas presentes (es decir, entre personas que se encuentran
en un mismo lugar al momento de la celebración del acto), será evidente que este vicio
de la voluntad se presentará con mayor asiduidad en los contratos celebrados por
teléfono.
Con respeto al error in quantitati (es decir, el error sobre la cantidad), sí tendría
relevancia el tema de contratar por teléfono, en la medida que tal vez el agente que
incurre en error vicie su voluntad al no tener la posibilidad de efectuar una
consideración adecuada de la magnitud de los bienes sobre los cuales está contratando
(y no nos referimos naturalmente al simple cálculo o cómputo que se pudiera hacer
sobre los bienes materia del contrato).
En cuanto al error en el motivo, podemos decir que este tema no tiene mayor relación
con la contratación por teléfono; aquí, da exactamente lo mismo el medio que se
emplee para la contratación, pues el motivo será susceptible de viciarse en cualquiera
de ellos.
Mientras menos elementos de juicio se tengan respecto del actuar de la otra parte,
menos posibilidades habrá de considerar que el error ha sido susceptible de ser
conocido por aquel sujeto que no incurrió en error.
Así, el hecho de no ser cognoscible el error trae como correlato que el mismo tampoco
sea esencial; lo cual, a su vez, lleva a que no se den los supuestos de error vicio
contemplados en el artículo 201 del Código Civil y,
consecuentemente, que el acto no sea susceptible de anulación.
Incluso, hemos dicho que el dolo hace muchas veces que un error no esencial
constituya causa de anulabilidad de un acto jurídico. En buena cuenta, los errores, sean
esenciales o no, adquieren relevancia cuando son cometidos por dolo o engaño de la
contraparte.
Bastaría, pues, utilizar la línea telefónica para infundir el mencionado temor. Es más:
nos atrevemos a decir que, cuando de intimidación se trata, resulta más usual que
dicha situación ilícita se produzca por teléfono, debido a que permite en muchos casos
reservar el anonimato de la persona que intimida.
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Es necesario señalar, además que la intimidación puede también ser hecha por un
tercero, con conocimiento del eventual beneficiario del acto celebrado con este vicio
(pues de lo contrario, el acto no sería anulable).
Además, el plazo que la ley peruana otorga a la víctima de un vicio de la voluntad para
intentar la anulación del acto es muy breve; pues, tal como lo establece el artículo
2001 (inciso 4) del Código Civil, la acción de anulabilidad prescribe, salvo disposición
diversa de la ley, a los dos años (entendidos, naturalmente, desde el momento de la
celebración del acto), término al cual se llegará en muchos casos de manera
inadvertida.
Cualquiera sea el caso, nos lleva a señalar que la violencia tiene, necesariamente, que
implicar contacto personal entre la víctima y el agente causante de la violencia o de un
tercero que actúe en concordancia con dicho agente; caso contrario nos
encontraríamos dentro del ámbito de la intimidación y no de la violencia.
En tal sentido, podría ocurrir que, antes o coetáneamente al momento en que la víctima
declara su voluntad, esta haya sufrido actos de violencia dirigidos por su contraparte o
un tercero, pero, más allá del contacto físico que implica la realización de estos actos
violentos, la declaración que conduce a celebrar el contrato se haya producido
telefónicamente.
Es obvio que en muchos casos el delincuente que emplea violencia para hacer celebrar
a su víctima un acto jurídico no será quien actúe por si mismo, sino que en la mayoría
de veces se valdrá de terceros para conseguir tales fines. De este modo, es probable
que se obligue a la víctima, inmediatamente después de haber sufrido daños corporales
o al estar sufriéndolos, a llamar por teléfono al autor intelectual de dichos actos para
manifestar su voluntad de contratar o celebrar aquel negocio perjudicial a sus
intereses que beneficiará al mencionado delincuente.
Vemos, pues, como la violencia física puede jugar un papel de interrelación con los
contratos celebrados por teléfono.
Como se recuerda, en virtud de lo establecido por el inciso 3 del artículo 221, el acto
jurídico es anulable por simulación cuando el acto real que lo contiene perjudica el
derecho de tercero. Esto quiere decir contrario sensu, que si la simulación no
perjudica al derecho de tercero no es causal de anulabilidad.
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Como se recuerda, en virtud de lo prescrito por el inciso 4 del artículo 221 del Código
Civil, el acto jurídico es anulable cuando la ley así lo declara.
Sobre este particular nos abstenemos de efectuar mayores comentarios, ya que la citada
disposición resulta aplicable a todos los actos jurídicos, independientemente del
medio que empleen las partes para celebrarlos.
EXAMEN PARCIAL II
La confirmación es un acto jurídico en virtud del cual se convalida otro acto jurídico,
anulable, por adolecer de un vicio o causal de nulidad relativa.
2. Características.
a. La confirmación es un acto unilateral recepticio, porque solo lo puede
celebrar la parte a quien corresponde la acción anuladora y porque su
manifestación de voluntad la dirige a quienes tienen interés en el
mantenimiento del acto anulable.
b. Es un acto abdicativo porque implica renuncia al ejercicio de la acción
anuladora.
c. La confirmación es un acto irrevocable, porque tiene la finalidad de convalidar un
acto anulable.
d. Es un acto declarativo, porque su finalidad convalidatoria produce efectos ex tunc
respecto del acto confirmado al que le permite producir sus efectos de manera
retroactiva, definitiva y a plenitud.
3. Clases de la confirmación
a. Formal
Es formal cuando la manifestación de voluntad confirmatoria, además de ser
expresa, está revestida de formalidades.
El Código Civil ha previsto como acto confirmatorio formal cuando es celebrado
con las formalidades prescritas en sus art.230 y 232, pero cuya formalidad tiene
solo el carácter de ad probationem, de ahí que consideremos que la forma de la
confirmación expresa es voluntaria.
b. No formal
La confirmación no formal es la que se realiza mediante una manifestación de
voluntad que puede ser expresa o tácita, pero que no consta documentalmente pues
no está revistada de formalidades. En ella se puede utilizar cualquier medio directo
para dar a conocer la voluntad confirmatoria, pero también puede darse a conocer
mediante hechos que inequívocamente la pongan de manifiesto. Puede ser:
anulatoria, siempre que esté en conocimiento de la causal que puede dar mérito
a la anulación. El medio directo es el que permite conceptuar la manifestación
de voluntad como expresa. La confirmación expresa es la que se realiza por
escrito.
4. Requisitos.
Para la validez de la confirmación de los actos jurídicos anulables se requiere:
a. Que la causal de anulabilidad haya desaparecido
b. Que la persona que va a confirmar el acto jurídico tenga plena capacidad civil
c. Que la persona que convalida el acto tenga conocimiento del vicio que afecta el
acto y que exprese su voluntad de hacerlo desaparecer renunciando a la causal de
anulabilidad.
d. Que el instrumento de la confirmación debe contener las mismas solemnidades del
documento que se confirma (art. 232 del CC)
Para la validez de la confirmación se requiere que ella no contenga el defecto del cual
depura al acto; o sea, que haya desaparecido la incapacidad del agente, esté descubierto
el error o el dolo, haya cesado la violencia, se tenga conocimiento de la simulación o el
fraude, según los casos. Tampoco el acto confirmatorio debe contener otro defecto,
considerado como causa de nulidad
5. Efectos de la confirmación
La confirmación tiene por finalidad hacer que el acto anulable surta sus efectos ab
initio, de manera plena y definitiva, y estos son, en esencia ¿, los efectos fundamentales
interpartes. Por eso, los efectos de la confirmación deben analizarse respecto a los
terceros, pues la consideración a ellos es la más importante, máxime si los efectos
interpartes se reducen a mantener los que ya venía produciendo el acto que se confirma.
Precisamente en relación a los terceros, el Código Civil advierte, como regla general en
el artículo 230: “Que, salvo el derecho de tercero, el acto anulable puede ser confirmado
(…)”. Por eso, como bien lo conceptuó el maestro León Barandiarán, el acto
confirmatorio no es oponible a terceros, pero siempre que se trate de un tercero
adquiriente de un derecho a titulo singular, pues los sucesores a titulo universal del
confirmante no pueden invocar, en este caso, su calidad de terceros.
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Por eso, consideramos que la regla general debe ser interpretada, simplemente, en
protección del legítimo derecho del tercero adquiriente a titulo singular. La hipótesis lo
explica León Barandiarán con el ejemplo de la venta de un inmueble que realiza un
menor a primus y luego, llegado a la mayoría de edad, ese mismo inmueble lo vende a
secundus y después confirma la primera venta. Como explicó el maestro, la
confirmación de la primera venta no puede perjudicar a secundus y este puede
oponerse a la confirmación del acto practicado con primus.
LA RESPONSABILIDAD CIVIL
ACTOS ILICITOS
En efecto, nuestro modelo legislativo, concretamente el artículo 1969 del Código Civil, se
alinea al artículo 1382 del Code, al no calificar la forma en la cual se produce el daño. Por
ello, un sector autorizado del formante doctrinario francés afirma:
“La oposición a la doctrina mayoritaria que hace de la ilicitud un elemento de la culpa civil
se refiere, en nuestra opinión, a la terminología empleada y no al fondo del derecho. De
todas formas, sea que se denomine: “desviación de la conducta” o ilícito”, todos los
autores reconocen que el desconocimiento de una norma impuesta por el derecho es
indispensable para la construcción de la culpa. El desacuerdo Señalado deviene, por
consiguiente, superficial y sin consecuencias reales sobre la definición de la culpa, la que
se configura en definitiva como la violación de una norma o de un deber que se le ha
impuesto al agente”
.
De estas líneas se entiende que esta reflexión se hace respecto a la responsabilidad
civil por hecho propio culposo.
Por ello, en esta línea de pensamiento, se sostiene que cuando se trata de responsabilidad
por las cosas o por los hechos ajenos, así como en la responsabilidad por riesgo, uno debe
“liberarse de toda exigencia de ilicitud del hecho al origen del daño”
.
Por otro lado, autorizada doctrina italiana afirma que “la ofensa al derecho ajeno no tiene
necesidad de ulteriores elementos más allá del criterio de imputación: el uno y el otro son
suficientes para calificar la conducta como antijurídica.
LA RESPONSABILIDAD CIVIL
Generalidades
Definir a la responsabilidad civil no ha sido ni es uno de los temas favoritos en la doctrina.
Algunos autores han tratado de soslayar este aspecto, que consideramos importante,
dedicándose de plano al estudio de las diversas teorías sobre la responsabilidad civil, sus
funciones, sus elementos; haciendo énfasis en las nuevas tendencias y en el derecho
comparado sobre la materia; y en el mejor de los casos han tocado el tema de manera muy
escueta.
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Concepciones
1. Jorge Mosset Iturraspeafirma que “la responsabilidad civil no es otra cosa que el deber
de indemnizar los daños causados culposamente a otro”.
2. Jacques Henriot, citado por Mosset, nos brinda un concepto mucho más amplio
indicando que la responsabilidad “no es sino el deber de reparar un daño originado en la
violación de un derecho ajeno”.
3. Geneieve Viney, también citado por Mosset expone que “la expresión responsabilidad
civil designa en el lenguaje jurídico actual, el conjunto de reglas que obligan al autor de
un daño causado a otro a reparar el perjuicio, ofreciendo a la víctima una
compensación”.
4. La colombiana Visser del Pino, quien sostiene que la responsabilidad civil es “la
obligación que surge en cabeza de una persona de reparar un daño a otro, como
consecuencia de la comisión de un hecho ilícito, doloso o culposo, o por el
incumplimiento de una obligación”.
Las definiciones formuladas por Mosset y Visser del Pino consideran a la culpa como
único factor de atribución; sin embargo, en la actualidad se consideran a otros factores que
coexisten con la culpa, entre ellos tenemos al riesgo en sus diversas variantes – riesgo
adicional, riesgo creado, riesgo beneficio y riesgo empresa- que va ganando terreno en la
doctrina y las legislaciones; por lo que dichas concepciones, de corte subjetivo,
actualmente resultan muy restringidas, pues dejan fuera a todos los casos de
responsabilidad objetiva.
Habiendo analizado el tema y partiendo de las nociones que nos brinda la doctrina,
podemos concluir diciendo que la responsabilidad civil puede ser definida: “como
la obligación que tiene un sujeto de derecho, sea por imputación objetiva o
subjetiva, de reparar un daño causado a otro por la violación de una obligación
convencional o legal, resultante de hecho propio, ajeno o de las cosas”.
1. La Tesis Dualista.
Ésta sostiene que la responsabilidad contractual es absolutamente distinta de la
responsabilidad extracontractual.
2. La Tesis Monista.
Denominada también teoría de la unidad, sostiene que no existe diferencia esencial
alguna entre la responsabilidad contractual y la responsabilidad extracontractual, como
tampoco existe dos tipos de culpa.
La teoría de la unidad, en contra de la tesis dualista, propugna la unidad de la
responsabilidad civil partiendo de la unidad de la culpa y definiéndola como “la
violación de una obligación preexistente, sea ésta una obligación convencional, sea una
obligación legal”
Analizando más ampliamente el tema, esta tesis sostiene la unidad explicando que
“cuando se examinan los elementos constitutivos de la responsabilidad, se advierte que,
en la esfera delictual y en la esfera contractual, las soluciones son idénticas. En uno y
otro caso deben reunir tres requisitos para que exista
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Esta posición doctrinaria también es tan radical como la primera, lo cual se verifica en
el pensamiento de su defensor Marcel Planiol: “la existencia de una verdadera y
esencial diferencia entre las dos responsabilidades parece más un capricho sin motivo y
un absurdo legislativo.
3. La Tesis de la Unicidad.
Se sitúa en una posición intermedia entre la dualista y la monista, y postula una
concepción unitaria de responsabilidad civil pero un doble régimen de responsabilidad.
Los defensores de esta teoría basan su posición en dos fundamentos distintos; de allí que
nacen, dentro de la unicidad, dos corrientes de pensamientos también distintos:
4. La Tesis de la Unificación.
Esta teoría es contraria a la teoría de la unicidad y se resume en la siguiente afirmación:
“hoy día existe en nuestra doctrina una suerte de consenso en el sentido de que no
resulta posible precisar con rigor cuales son las razones legitimantes de la separación
entre la responsabilidad contractual y la extracontractual, que ambas tienen la misma
naturaleza y que por lo tanto no se justifica la dualidad de sistemas (...) Pero la
tendencia doctrinal mayoritaria, puesta de resalto en los pronunciamiento de jornadas y
congresos científicos, ha sido siempre y reiteradamente, la de propiciar la unificación de
los regímenes sobre responsabilidad contractual y extracontractual”.
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Nuestra posición.
Luego de habernos ocupado, aunque muy ligeramente, de las cuatro tesis que tratan el
tema, adoptaremos una posición doctrinal que servirá de sustento para nuestra tesis; pues,
como lo dijimos, nuestro campo de estudio es únicamente la responsabilidad
extracontractual.
En consecuencia, nos reafirmamos en la tesis de la unicidad que postula una concepción genérica y
un doble régimen de responsabilidad. Por ello analizaremos en seguida las semejanzas y las
diferencias entre los sistemas de responsabilidad contractual y extracontractual.
En cuanto a su origen.
La semejanza radica en que en ambos sistemas la responsabilidad surge por la violación de
una obligación preexistente.
responsable tenga la obligación de responder, pues debe haber “alguna buena razón para
obligar a una persona a cubrir los daños” sufridos por el damnificado.
Pero en la responsabilidad contractual el factor de atribución “es eminentemente subjetivo
y consiste en la imputabilidad con culpa del deudor en la inejecución del contrato”. En
cambio, en la responsabilidad extracontractual coexiste el factor de atribución subjetivo:
culpa, con el factor de atribución objetivo en sus diversos matices: riesgo adicional, riesgo
creado, riesgo beneficio y riesgo empresa, que los estudiaremos en un capítulo aparte.
Sin embargo, en la responsabilidad contractual el autor del daño es una persona capaz,
porque para incumplir o cumplir defectuosamente un contrato, primero ha tenido que
celebrarlo válidamente y “para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración
de voluntad, es necesario, entre otros requisitos que sea legalmente capaz”. En cambio, en
la responsabilidad extracontractual el autor del hecho puede ser un incapaz, de allí que “se
establecen algunas responsabilidades por los hechos de los incapaces”
La diferencia entre los dos regímenes radica en que la acción de daños y perjuicios
resultantes de un incumplimiento contractual prescribe a los diez años, si se trata de acción
personal o real y a los siete, si versa sobre actos simulados. Mientras que en materia
extracontractual la acción prescribe a los dos años.
¿En este caso, dice el referido autor, que “los procesalistas son concordes en que la acción
se califica por la pretensión que se ejercitó o petitum, pero también por la causa
pretendí” ; entendiendo por causa pretendí, según la teoría de la substanciación,
los fundamentos de hecho de la demanda; lo cual implica que el Juez la debe calificar y
resolver a través de los hechos, dejando de lado la fundamentación jurídica, en virtud del
“principio de la teoría de la substanciación en la demanda y de la libre búsqueda y
aplicación de la norma por los tribunales”.
Los llamados casos difíciles que pueden presentarse son, en realidad, innumerables; pero
los más frecuentes y más abordados por los tratadistas son: lesiones corporales o muerte y
daños en las cosas causados en la ejecución de relaciones contractuales, tal es el caso de los
accidentes de vehículos que se dedican al transporte de pasajeros o de carga, accidentes de
trabajo, daños producidos con ocasión de servicios profesionales. En estos casos estamos
ante la concurrencia de acciones de resarcimiento originadas en contratos y a la vez en el
deber general de no dañar a otro, concurrencia que la doctrina la ha denominado
“yuxtaposición de responsabilidades contractual y extracontractual”.
De lo expuesto hasta aquí se advierte que aún hay mucho camino por recorrer respecto de
los temas analizados y se nos abre la posibilidad de aportar nuevos planteamientos que
sirvan para el enriquecimiento intelectual a fin de concretizar aquella vieja noción: El
derecho es el arte de lo bueno y lo justo.
Definida por la legislación civil, en la que se dice que las obligaciones nacerán de:
1. La ley
2. Los contratos y cuasicontratos
3. Los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o
negligencia.
4. Conviene precisar que el hecho de determinados actos u omisiones ilícitos conlleven
responsabilidad penal, no determina que esta sea incompatible con el derecho civil.
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a. Elementos personales.
Se trata de la persona que provoca el daño y la que lo padece.
La primera es responsable civilmente de la reparación, restitución o
indemnización frente a la segunda.
b. Lesión
La lesión puede tener forma de incumplimiento contractual o de daño. Además, puede
afectar a la persona o al patrimonio del perjudicado.
En el caso de la responsabilidad civil contractual se pueden establecer penalidades a la
hora de indemnizar la lesión.
Y en el caso de la extracontractual, será el juez el encargado de valorar la lesión.
c. Relación de causalidad
Es necesario que entre la acción u omisión de quien provoca el daño y la propia lesión
exista una relación de causalidad. Así, nadie tiene por qué responder de daños
fortuitos (salvo que su deber sea evitarlos) o de aquellos imprevisibles o inevitables.
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La imputabilidad extracontractual:
Proviene de la comisión de un delito o cuasidelito civil, es decir, de un hecho ilícito,
intencional o no, que ha inferido injuria o daño a la persona o propiedad de otro. Esta
supone la ausencia de obligación, es decir, se produce entre personas jurídicamente
extrañas, y es por ello que el hecho ilícito es que crea la obligación de reparar el daño.
Daños no reparables:
Suponen una obligación previa, que en la responsabilidad contractual nace del contrato y
en la responsabilidad extracontractual de la ley (obligación genérica de no causar daño), y
en ambas la culpa estaría constituida por un mismo hecho, el cual es la violación de esta
obligación.
Responsabilidad indirecta:
La doctrina moderna señala que básicamente existen elementos comunes a ambos tipos de
responsabilidad y que de consecuencia conviene abandonar las distinciones arbitrarias.
Así, por ejemplo, el autor Santos Briz señala como elementos comunes:
a. La acción u omisión infractora del contrato o productora del acto ilícito.
b. La antijuridicidad de la misma y causas que la excluyen.
c. La culpa del agente (factor de atribución).
d. La producción de un daño
e. Relación causal entre la acción u omisión y el daño.
Elementos:
a. Uso de mecanismos peligrosos
b. Que se cause un daño
c. Que haya una relación de causa, efecto entre el uso del mecanismo y el daño causado.
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En el articulo Nº 1757 señala el hecho de las cosas y actividades riesgosas: Toda persona
responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas o peligrosas por su
naturaleza, por sus medios empleados o por las circunstancias de su realización.
Concurrencia de responsabilidades:
Las obligaciones se clasifican habitualmente como de medios y de resultados, y esto tiene
una gran importancia al determinar la responsabilidad civil contractual.
Cuando una norma o un contrato obligan a una persona a alguna cosa determinada, sea esta
una acción o una abstención (hacer o no hacer algo), esta obligación se considera de
resultado. Tal es el caso de un transportista que se obliga a llevar determinada mercancía a
un destino en particular. Aquí la responsabilidad es prácticamente automática, pues la
víctima solo debe probar que el resultado no ha sido alcanzado, y entonces el demandado
no podrá escapar a dicha responsabilidad, excepto si puede probar que el perjuicio
proviene de una causa ajena; por ejemplo, que se debe a un caso fortuito o de fuerza
mayor.
Cláusula de irresponsabilidad:
Se ocupa de dar una solución a la víctima de un daño determinado: relaciona al causante y
la víctima del hecho dañoso, el factor de atribución, el modo de reparar y el monto; define
los sujetos legitimados (obligados a reparar y los que merecen reparación) y en qué
consistirá la reparación.
Para la responsabilidad penal los daños o perjuicios tienen un carácter social, pues son
considerados atentados contra el orden público suficientemente graves como para ser
fuertemente reprobados y ser erigidos en infracciones. Las sanciones penales tienen una
función esencialmente punitiva y represiva, y solo buscan la prevención de manera
accesoria (ya sea a través de la intimidación y la disuasión, o a través de la rehabilitación
del culpable, de su reeducación o de su reinserción social.
Es importante mencionar que ambas ramas jurídicas pueden coexistir en un mismo hecho.
Es decir, puede aplicarse una pena privativa de libertad, sin perjuicio de la responsabilidad
civil que pudiera acarrear haber incurrido en un hecho lícito o ilícito.