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POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÖN PROFESIONAL POLICIAL

ESCUELA DE OFICIALES DE LA PNP

“ALFÉREZ PNP MARIANO SANTOS MATEOS”

TRABAJO APLICATIVO
“LA PENA”

……………………………………………………….
(APELLIDOS Y NOMBRES)

LIMA- PERÚ
2022
DEDICATORIA
A NUESTROS MAESTROS QUIENES SON
NUESTRO EJEMPLO PARA LOGRAR
NUESTRAS METAS, ASÍ COMO SEGUIR UNA
LABOR HONORABLE, Y HONESTA
ENORGULLECIENDO A LA INSTITUCIÓN Y AL
PAÍS.

2
AGRADECIMIENTO
A NUESTROS PADRES POR EDUCARNOS
CON PRINCIPIOS Y VALORES, Y
APOYÁNDONOS EN NUESTRO SUEÑO DE
CONVERTIRNOS EN EFECTIVOS POLICIALES.

3
ÍNDICE

CARÁTULA 01
DEDICATORIA 02
AGRADECIMIENTO 03
ÍNDICE 04
PRESENTACIÓN 05
CAPÍTULO I: ÁREA PROBLEMÁTICA 06
CAPÍTULO II: OBJETIVOS 08
CAPÍTULO III: MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL 09
CAPÍTULO IV: MARCO OPERACIONAL 13
CAPÍTULO V: CONCLUSIONES 21
CAPÍTULO VI: RECOMENDACIONES 22
CAPÍTULO VII: APLICABILIDAD AL CAMPO POLICIAL 23
BIBLIOGRAFÍA 25
ANEXOS 27

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PRESENTACIÓN

El fin del derecho es mantener la armonía social en el estado es por ello que ha
creado normas de conductas las cuales nos dices que está permitido hacer y qué no
como padre de la sociedad el estado decide corregir a sus hijos castigándoseles por
irrumpir estas normas (delitos) imponiéndoles un castigo (sanción o penas).
Es el derecho penal la única rama del derecho que se usa como última instancia y
recurso para poder estudiar los delitos y las penas teniendo como único fin de la
restauración de la persona que rompa la ley a la cual el derecho le otorga el nombre
de delincuente
La pena es el único medio por el cual el delincuente pagara al estado por su
conducta delictiva restringiéndosele derechos como la libertad de tránsito que es
uno de los más importante y esta se divide en teorías las cuales son absolutas
relativas y mixtas de la unión las cuales van a discutir explicar los presupuestos que
condicionan el ejercicio del "ius puniendi" y la finalidad perseguida por el Estado con
la incriminación penal.
El estado no solo corrige al delincuente también trabaja con él en todos los aspectos
con el único fin de que este no vuelva a cometer un delito y si lo hace entonces se
entiende que el estado nunca lo ayudo a recuperarse.
Por su parte el Código Penal de 1991 introdujo notables modificaciones en el
sistema de consecuencias jurídicas del delito. De allí que este espacio normativo
resultó ser el principal escenario de inclusión de innovaciones y cambios que se
promovieron con los sucesivos proyectos legislativos que le antecedieron desde
1984.

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CAPITULO I
AREA PROBLEMÁTICA
La legitimación de la sanción penal se deriva de los fines que persigue en un Estado
de derecho. Dicha legitimación debe abarcar tanto a la pena como a la medida de
seguridad, y tener en cuenta que tanto la pena como la medida de seguridad se
imponen a quien infringe una norma de conducta y, por tanto, a quien tiene
capacidad para infringirla. Esto presupone revisar el concepto de capacidad penal o
imputabilidad, pues si imputabilidad es capacidad para comprender la realidad y
adecuar el comportamiento a dicha comprensión, y toda sanción penal legítima ha
de imponerse a quien tiene dicha capacidad, también las medidas de seguridad han
de ser impuestas solo a imputables. Los verdaderos inimputables son aquellos que
están al margen del derecho penal y a quienes resulta ilegítimo imponer alguna
sanción. En esta línea, la imputabilidad ha de ser vista no solo como presupuesto
del delito, sino como presupuesto de cualquier diálogo que tenga el Estado con el
ciudadano con respecto al delito, al proceso y a la ejecución de la pena.
. Para las teorías absolutas, la pena retribuye o expía la culpabilidad del autor. En la
literatura científica se suele calificar a las teorías absolutas como teorías retributivas,
por entenderse que no buscan prevenir la comisión de delitos. La pena se
desvincularía de su efecto social y se trataría de una simple retribución por un mal
(delito) causado. Así entendidas (lat. absolutus = desvinculado), las teorías
absolutas no serían teorías sobre los fines de la pena sino teorías penales. Ello es
de recibo siempre y cuando el término «fin» se entienda como utilidad social
derivada de la imposición de la pena, ya que incluso la pena concebida como
retribución de la culpabilidad cumple la función de restablecer el orden jurídico y de
realizar justicia. Las teorías absolutas no rechazan la posibilidad de que la pena esté
en condiciones de alcanzar algún fin reparador, resocializador o de neutralización de
delincuentes, pero ello no interesa en su legitimación12. No extraña entonces que
las ideas filosóficas que subyacen a estas teorías conciban al hombre como sujeto
capaz de autodeterminarse a sí mismo, y al Estado como custodio y guardián de la
justicia terrestre y de la moral, cuya tarea se limita a la protección de la libertad
individual. Esto explica que las teorías absolutas de la pena hayan sido defendidas
no solo con argumentos jurídicos, sino también desde postulados religiosos y éticos.

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A lo largo de la evolución histórica de las teorías de la pena, las teorías absolutas
han sido edificadas sobre la base de la expiación o de la retribución.
La prevención especial y su postulado de corregir mediante la pena seduce a
primera vista. Sin embargo, un análisis más detallado aconseja prudencia frente a la
resocialización como idea legitimadora de la pena. Así, por ejemplo, no se entiende
cómo el infractor podrá resocializarse si se le confina a un centro penitenciario en
donde el contacto social es restringido —cuando no nulo— y donde imperan códigos
de conducta (o de supervivencia) que distan mucho del modelo que la
resocialización pregona como válido para la convivencia pacífica y que rigen fuera
de prisión. Si bien es verdad que el trabajo y la educación permiten redimir parte de
la pena y que esto podría ser visto como una preparación para la vida en sociedad,
también lo es que las carencias materiales de los Estados impiden que en la
mayoría de casos el trabajo o estudio al interior del centro penitenciario cumpla
dicho objetivo. La resocialización no deja de ser una hipótesis cuyo fracaso se
comprueba con la reincidencia y cuyo eventual éxito no puede imputarse con
seguridad a la pena sino a la eficacia del sistema de persecución penal. Así lo
demuestra la frecuente comisión de delitos a pesar de que se castigan con penas
severas, como el asesinato, el robo agravado o el secuestro, y que la determinación
de cuánta resocialización necesitaría el sujeto —de lo que depende tanto la
duración de la pena como el tipo de pena que se impondrá— se sustente solo en
conjeturas o posibilidades de reincidencia futura

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CAPÍTULO II
OBJETIVOS
GENERAL
 Explicar los conceptos de pena y sus teorías y la importancia en su aplicación
en la función policial.

ESPECÍFICOS
 Analizar la diferentes penas y los procedimientos que se aplican, así como su
influencia en la labor policial.
 Describir el funcionamiento de cada pena y las teorías, además de su
importancia.
 Exponer las características de las penas, y la manera en la que se aplica a la
vida diaria.

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CAPÍTULO III
MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL
CONCEPTO
La palabra pena proviene del latín poena, que significa castigo, tormento físico,
padecimiento, sufrimiento. Es un “mal” que debe imponerse al culpable o
responsable de la comisión de un delito. Es una figura previamente creada por el
legislador, en forma escrita y estricta, al amparo del “principio de legalidad”, donde
toda persona debe ser castigada si el hecho está previsto en la ley como delito con
anterioridad a la comisión del mismo. Este principio, es el pilar del Derecho Penal,
representado por el apotegma latino: nullum crime, nulla poena sine lege. La pena
“es un castigo consistente en la privación de un bien jurídico por la autoridad
legalmente determinada a quien tras un debido proceso, aparece como responsable
de una infracción del Derecho y a causa de dicha infracción”. Bramont-Arias, dice:
“…las penas buscan la prevención del delito respecto del autor que cometió el ilícito
penal, es decir la prevención de la pena consiste en hacer que el sujeto no vuelva a
delinquir.
FIN DE LA PENA
La pena tiene una función preventiva, con vista a una sola utilidad que es, evitar la
repetición de los delitos procurando que el condenado adquiera la capacidad de
comprender y respetar la ley a fin de posibilitar reinserción social y así parar el golpe
de la criminalidad
GARANTIAS CONSTITUCIONALES RESPECTO DE LA PENA
La constitución prescribe lo siguiente TODA PERSONA TIENE DERECHO:
- A la igualdad ante la ley (art 2 inc 2)
- A las libertades de información (art 2 inc 3)
- A la legítima defensa (art 2 inc 23)
SON GARANTIAS CONSTITUCIONALES:
- Habeas Corpus (art 200inc 1)
- Habeas Data (art 200 inc 3)
- Acción De Amparo (art 200 inc 2)

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DIVISION DE LAS PENAS
DIVISIÓN POR SU NATURALEZA
Las penas se dividen por su naturaleza con arreglo al bien del delincuente que
afectan.
 Las penas corporales o aflictivas: son las que causan dolor, aflicción o
incomodidad al cuerpo humano, tales eran las penas de azotes, flagelación,
rotura de miembros, etc.
 La pena privada de libertad: son las que causan la privación de la libertad
ambulatoria mediante encierro obligación de residencia en un lugar o
prohibición de habitar un lugar determinado en el país
 Las penas pecuniarias: afectan el patrimonio del delincuente. Tienen la
naturaleza los pagos de una cantidad de dinero (multa) y la pérdida de
efectos o instrumentos (comiso o decomiso)
 Las penas impeditivas o privativas: son las que incapacitan para el ejercicio
de derechos cargos o profesiones (inhabilitación) o producen la pérdida del
empleo cargo (destitución) o impiden temporalmente su ejercicio
(suspensión).
 Las penas humillantes: son aquellas que por su efecto degradante o
depresivo afectan el honor de las personas que las padecen.
PENAS PRINCIPALES Y ACCESORIAS
Son aquellas cuya imposición no está subordinada a la aplicación de otra pena.
Según el código penal tienen ese carácter las penas de reclusión, prisión, multa e
inhabilitación son accesorias las penas inherentes otra pena principal. La
accesoriada se manifiesta procesalmente por no ser necesario que las penas de
esta clase se impongan expresamente en la sentencia.
DIVISIONES DE LAS PENAS POR SU DURACIÓN
Las penas son perpetuas o temporales.
 Penas perpetuas: Son perpetuas la que duran por vida, del condenado
pueden tener ese carácter la reclusión la prisión.
 Penas temporales: se aplican por un lapso de tiempo.
PENAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD
Las penas privativas de libertad se presentan como las más actas para que,
razonablemente aplicadas, logren su fin individual. Se dice, por eso, que son penas

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reformadoras. Las penas privativas de la libertad son, por el contrario, las más
costosas para el estado.

TEORIAS DE LA PENA
El principal medio de que dispone el estado como reacción frente al delito es la pena
en el sentido de “restricción de derecho del responsable”. El orden jurídico prevé
además las denominadas “medidas de seguridad” destinadas a paliar situaciones
respecto de las cuales el uso de las penas no resulta plausible. De manera que el
sistema de reacciones penales se integra con dos clases de instrumentos; penas y
medidas de seguridad. Desde la antigüedad se discuten acerca del fin de la pena
fundamentalmente tres concepciones que en sus más variadas combinaciones
continúan hoy caracterizando la discusión, así, para explicar estos remedios
incluidos en la legislación penal se ofrecen estas diversas teorías que parten de
puntos de vista retributivos o preventivos, puros o mixtos que se encargan de
fundamentar de diverso modo y de explicarlo presupuesto que condicionan el
ejercicio “IusPuniendi” y la finalidad perseguida por el estado con la incriminación
penal.
TEORIAS ABSOLUTAS
Teorías absolutas llamadas también teorías clásicas, retributivas o de la justicia;
parten de la existencia de verdades o de valores absolutos considerando así que el
sentido y el fundamento de la pena es solo la justicia
Consideran que el fundamento de la pena a de encontrarse en el delito cometido. La
pena será legítima según ellas, si es la retribución de una lesión cometida
culpablemente. La lesión del orden jurídico cometida libremente presupone un
abuso de libertad que es reprochable, y por lo tanto, culpable. El fundamento de la
pena será exclusivamente la justicia o la necesidad moral.
La utilidad de la pena queda totalmente fuera del fundamento jurídico de la misma.
Solo es legítima la pena justa, aunque no sea útil. De la misma manera una pena útil
pero injusta carece de legitimidad. Los representantes más caracterizados de esta
concepción son Kant y Hegel.
Contra las teorías absolutas (o de la retribución) se argumenta básicamente que: a)
carecen de un fundamento empírico y son, por lo tanto, irracionales, y b) que la
supresión del mal causado por el delito mediante la aplicación de una pena es
puramente ficticia porque en realidad, el mal de la pena suma un mal del delito.

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En favor de las teorías absolutas se puede sostener, sin embargo, que impiden la
utilización del condenado para fines preventivos generales, es decir para intimidar a
la generalidad mediante la aplicación de penas ejemplares al que ha cometido un
delito (finalidad para cuya realización la pena no necesitaría guardar relación de
proporcionalidad con gravedad del mismo) y que, por tanto, no deben estar
condicionadas por la tendencia general a delinquir a la que el autor del delito es
ajeno. En otras palabras, impiden sacrificar al individuo en favor de la generalidad.
Así pues, la pena se justifica por si misma por su necesidad y justicia: si el
delincuente ha cometido un mal es preciso imponerle otro mal que compense aquel
que realizo. La pena será justa cuando la ecuación de males sea una igualdad
perfecta.
La idea de las teorías absolutas se fundamenta en el libre albedrío es decir, de un
hombre con capacidad de decidir libremente entre el bien o el ma. Si la pena ha de
ser expresión del derecho y pura fuerza del estado, obligatoriamente al individuo
ahora si la norma a poder motivar al individuo dicho individuo a su vez tendrá q ser
motivable, lo q supone su capacidad de reconocer su valor. Si el sujeto ase un mal
uso de su libertad, entonces se hace merecedor de una pena. La pena sería una
retribución o un pago por el mal uso que hizo el agente de su libertad pero tal pena
no es cualquiera, sino que es pena justa. Esto es, proporcionada al mal causado por
el delito
Algunos autores sostienen que son aquellas que sostienen que la pena halla su
justificación en sí misma, sin que pueda ser considerada como un medio para fines
ulteriores. "Absoluta" porque en ésta teoría el sentido de la pena es independiente
de su efecto social, se "suelta" de él. El primer punto de vista es:

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CAPÍTULO IV
MARCO OPERACIONAL
TEORÍA RELATIVA
Es la teoría más antigua de derecho penal. Estas se entienden solo al fin de la pena
y le asignan una utilidad social.
Las teorías relativas procuran legitimar la pena mediante la obtención de un
determinado fin de la tendencia, o la tendencia a obtenerlo. Su criterio
legítimamente es la utilidad de la pena si este si este fin consiste en la intimidación
de la generalidad, es decir, en inhibir los impulsos delictivos de autores potenciales
indeterminados, se trataría de una teoría preventivo-general de la pena. Si, por el
contrario, el fin consiste en obrar sobre el autor del delito cometido para que no
reitere su hecho, estaremos ante una teoría preventivo-especial de la pena. La
prevención general no es cuestionada, bajo ciertas circunstancias, en el momento
de la amenaza de la pena: por ejemplo, cuando el Código Penal en su artículo 106
amenaza con privación de la libertad al que matare el problema es diferente cuando
se debe fijar la pena merecida por el autor dentro del máximo y del mínimo; en este
caso las consideraciones preventivo-generales que conduzcan a una pena superior
a la que corresponde por la gravedad del hecho carecen de legitimidad, según la
opinión más acorde de los principios constitucionales. Por otra parte la existencia
empírica de un efecto preventivo-general de las penas ejecutadas, no ha sido hasta
ahora comprobada convincentemente y, además, es difícil que pueda serlo en algún
momento.
El representante más caracterizado de las teorías preventivo-generales es
Feuerbach, quien sostuvo que era una preocupación del estado, que se hace
necesaria por el fin de la sociedad, que aquel que tenga tendencia antijurídica se
vea impedido psicológicamente según estas tendencias. La amenaza de la pena
tendría precisamente esta función de disuadir. Pero ello permite elevar las penas
indefinidamente, pues, cuanto más grave sea el mal amenazado, más fuerte será el

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efecto intimidante. Por este motivo, la prevención general requiere, en todo caso,
limites que no se pueden extraer de su propia lógica y que deben ser, por decirlo
así, externos.
La prevención especial ha sido sostenida en diferentes momentos de la historia del
Derecho penal. Su fundamento es siempre el mismo: la comisión de un delito revela
en el autor la amenaza de futuras lesiones del orden jurídico; por lo tanto, la pena
debe servir para evitar esos futuros delitos, ya que el que se cometió no puede
desaparecer del mundo. Los autores más antiguos sostuvieron que el mal de la
pena debía actuar sobre el autor para que su impulso delictivo se convirtiera en el
contrario, en la inhibición del impulso criminal.
Las teorías relativas de la pena perciben con la punición fines útiles, dirigidos a la
obtención de resultados en la lucha contra el crimen, a fin de reducirlos e idealmente
acabarlos de la faz de la Tierra.
Encierran una ideología basada en el sometiendo de los comunitarios, hacia los
fines del estado, bajo la proposición de políticas totalitarias, que hacen un uso
desproporcionado del iuspuniendi, coartando libertades, penetrando solapadamente,
sobre las esferas individuales de los ciudadanos, una legitimidad que se
ensombrece cuando se reflejan los verdaderos fines que encubren la mascarada
preventiva.
A las teorías relativas se les objeta desde distintos ángulos, desde la teoría del
Estado, desde una cosmovisión fenomenológica y ius naturalista, desde los
postulados kantianos se argumenta que el hombre no puede ser tratado como un
mero medio para fines de otros, desde una perspectiva ético-social, escribe Welzel
que la sola justificación del fin no basta, ya que la finalidad como tal no santifica el
medio, y no también como fin en sí mismo.

TEORÍAS MIXTAS O DE LA UNIÓN


La polémica entre teorías absolutas y relativas de la pena evidencia que existe más
de un fin de la pena ya que ninguna de las mencionadas concepciones agota el
fundamento para su explicación. De allí se derivan teorías de la unión que procuran
articular una síntesis entre las doctrinas en pugna. Parten del supuesto realista de
que no es posible adoptar una fundamentación desde las formar puras
precedentemente señaladas porque ellas ofrecen varios flancos a la crítica. Surgen
así teorías pluridimensionales de la pena que suponen una combinación de fines

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preventivos y retributivos e intentan configurar un sistema que recoja los efectos
más positivos d cada una de las concepciones puras hasta aquí analizadas.
Los intentos para presentar una fundamentación coherente de la pena, que
contemple al mismo tiempo las teorías absolutas y las relativas, son variados.
Además, éstas "teorías de la unión" son dominantes en el Derecho penal
contemporáneo. Algunos autores señalan que su existencia pone en evidencia una
crisis cuya manifestación más evidente es la ausencia de respuestas doctrinarias y
legislativas armónicas para justificar el "iuspuniendi" estatal, "con todas las
consecuencias de inseguridad que de allí se derivan".
Comúnmente las teorías mixtas le asignan al Derecho Penal la función de
protección a la sociedad, sin embargo, tal función no reviste iguales características
en todas las teorías. Pueden reconocerse dos grupos de fundamentaciones:
1. Aquellas que postulan que la protección de la sociedad ha de basarse en la
retribución justa y que los fines de la prevención sólo juegan un papel
complementario dentro del marco de la retribución.
2. Las que sostienen que fundamento de la pena es la defensa de la sociedad, y
a la retribución corresponde únicamente la función de límite máximo de las
exigencias de la prevención, impidiendo que conduzcan a una pena superior
a la merecida por el hecho cometido.
LA TEORÍA ADITIVA DE LA UNIÓN
Esta teoría resalta la idea de justicia (retribución) sobre la de la utilidad (prevención),
aunque acepta que en alguna medida juegue la idea de utilidad de la pena.
Parte de un concepto de culpabilidad como fundamento de la pena y para ello
recoge las ideas retributivas que fundamenta la pena en la culpabilidad. En efecto,
el retribucionismo considera que el castigo presupone la culpabilidad de la persona,
pero, al mismo tiempo se afirma que le hombre es libre y que al delinquir ha hecho
un mal uso de su libertad y, por consiguiente, es culpable y debe ser castigado por
una pena. Esta pena es la pena justa que se encuentra fundamentada en la
culpabilidad. La teoría aditiva de la unión a esa idea de justicia le añade por manera
adición la idea de la pena útil. De manera que la pena se fundamenta en la
culpabilidad, ha de ser la pena justa y, únicamente, dentro de los márgenes de la
pena justa es posible buscar la pena útil. Pero ello, indica Bacigalupo, que para esta
teoría “la utilidad de la pena puede contemplarse legítimamente siempre y cuando
no se requiera ni exceder ni atenuar la pena justa”.

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La polémica entre teorías absolutas y relativas de la pena evidencia que existe más
de un fin de la pena ya que ninguna de las mencionadas concepciones agota el
fundamento para su explicación.

CLASES DE PENAS
 Privativas de Libertad.

Es una sanción legal penal que se impone al sujeto que ha realizado un acto
delictivo, consiste en privar de su libre desplazamiento que todo ciudadano tiene,
por el tiempo que establece la Ley según lo cometido, esta pena impuesta, lo obliga
a permanecer encerrado en un establecimiento de extrema seguridad según lo
cometido, esto puede ser mínima de 2 días, máxima de 35 años y hasta cadena
perpetua según nos indica Nuestro código Penal en su Art. 29
Cadena Perpetua
El Código Penal del año 1991 tenía como pena máxima la privación de la libertad
por 25 años, esto ha ido modificándose progresivamente en el código penal.
En el estado de derecho, solo se puede castigar con la mayor drasticidad el
comportamiento que afecta de manera más grave el bien jurídico más importante,
es decir la vida, sin embargo, esto no se cumple, ya que se aplica por ejemplo en
robo agravado donde no necesariamente hay persona que haya perdido la vida, se
aplica igual para el secuestro y en la actualidad adicionalmente se aplica igual para
delitos de violación a menores de 14 años de edad.
Según el artículo 29 de nuestro Código Penal, la pena privativa de la libertad puede
ser temporal o de cadena perpetua, en el primer caso, pueden tener un mínimo de
02 días y un máximo de 35 años dependiendo del delito cometido.
Para las sentencias a cadena perpetua no hay reducción de penas. "Si se aprueba
la condena en primera instancia, se puede apelar. Pero si es la segunda, ya está
dada la pena".
Son muchos los casos en los que se puede aplicar la pena de cadena perpetua,
pero los más comunes podrían ser:
Por robo: Solo en estos casos:
- Si el autor es integrante de una organización dedicada al crimen organizado.
- Si como consecuencia del robo, se le da muerte o le causan lesiones graves a un
afectado.

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Por sicariato.: En los siguientes casos:
Si se mata a un menor de edad.
Si es por cumplimiento de una organización criminal.
Si participan dos o más sicarios (esto se contaría como crimen organizado).
Si se mata a dos o más personas.
Si se utilizan armas de guerra.
Por secuestro: El secuestro también en un delito grave y se condena con cadena
perpetua en los siguientes casos:
Si se secuestra a un menor de edad o mayor de setenta años.
Si el agraviado sufre discapacidad.
Si el autor le causa lesiones graves o muerte al agraviado.
Por feminicidio. El juez puede declarar cadena perpetua si se adhieren dos o más
de los siguientes agravantes:
Si la víctima era menor de edad. 
Si la víctima estaba en estado de gestación.
SI la víctima tenía alguna discapacidad.
Si la víctima fue sometida para fines de trata de personas.
Si la víctima sufrió previamente una violación sexual o algún acto de mutilación.
Si el autor del delito era el tutor de la víctima. 
Otros motivos. También pueden ser condenados a cadena perpetua aquellos que:
Realicen trata de personas y producto de ello un agravado fallece.
Violación sexual a un menor de 10 años.
Violación sexual a un menor de 14 años, siempre y cuando, el autor del delito sea
su tutor.
Violación sexual de un menor de 14 años seguida de muerte o lesión grave. 
Extorsión de un menor de edad.
Temporales. - El Proyecto de Ley tiene por finalidad incorporar un artículo 29° sobre
duración de la pena privativa de la libertad en el Libro Primero de la Parte General
del Código Penal. Dicho artículo desde la vigencia del Código Penal ha sufrido
diversas modificaciones.
El artículo 29° del Código Penal en su versión original establecía que la pena
privativa de libertad tenía una duración mínima de dos días y una máxima de
veinticinco años. Posteriormente, fue modificado por el Artículo 21 del Decreto Ley
Nº 25475, publicado el 06 de mayo de 1992, el cual fijó que la pena privativa de

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libertad tenía una duración mínima de dos días hasta cadena perpetua. Es decir, el
Decreto Ley N° 25475 introdujo la cadena perpetua en el Código Penal.

Luego, mediante el Artículo 21° de la Ley Nº 26360, publicado el 29 de setiembre de


1994, se hizo la distinción, que la pena privativa de libertad podía ser temporal o de
cadena perpetua y en el caso de la pena temporal la duración mínima se fijó de 2
días hasta una máxima de 25 años.
 Penas Restrictivas de Libertad

Son aquellas penas que no priva totalmente al condenado de su libertad de


movimiento, sin embargo, le imponen algunas limitaciones. Se encuentran
reguladas por el artículo Nº 30 del Código Penal. Son penas que restringen los
derechos de libre tránsito y permanencia en el territorio nacional de los condenados
En esta pena encontramos dos tipos:
La expatriación: es la que se encarga de los ciudadanos nacionales.
Es decir, los ciudadanos pueden ser expulsados de su país hasta por un máximo de
10. Para recibir esta pena, se consideran los delitos contra la seguridad nacional y/o
traición a la patria. Derogada por la Ley 29460 el 26 de noviembre del año 2009 por
nuestro ex presidente Alan García
La expulsión: Se aplica únicamente a extranjeros. Estos pueden ser expulsados del
país hasta por un plazo indeterminado.
En ambos casos, se aplica después que el sentenciado cumple la pena privativa de
su libertad o se le brinda la venia de un beneficio penitenciario que le suprime
restringiéndole su reingreso. En esta pena se les restringe el derecho de libre
movilización o libre tránsito en el territorio.
 Limitativas de Derecho.

Encontramos tres tipos:


1.- Prestación de Servicios a la comunidad: promulgada en la Ley Nº 27030 el 12
de febrero del año 2003 donde se señala que el INSTITUTO NACIONAL
PENITENCIARIO (INPE) es el órgano supervisor y responsable de su ejecución,
coordinando con las empresas receptoras, la prestación de servicios como apoyo en
tareas educativas, trabajos en municipios, etc., realizando jornadas laborales no
remunerativas, es decir, al sentenciado no se le brinda ningún tipo de beneficio
monetario por las labores que realiza, las mismas que son de carácter obligatorio.

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De esta manera el reo será evaluado por la entidad correspondiente y su equipo
disciplinario así como por el INPE los cuales realizan visitas inesperadas a fin de
revisar los horarios de ingreso y salida para corroborar el debido cumplimiento de la
pena emitida, esto será informado a la jurisdicción que corresponda, para luego
remitir al juez el cumplimiento de la sentencia impuesta. Esta pena se encuentra
tipificada en el Art. 34º de nuestro Código Penal, ya que los servicios son asignados
generalmente a las aptitudes del condenado y/o sentenciado.
2.- Limitación de días libres.- La limitación de días libres, se aplica como pena
autónoma sólo en algunos delitos y como pena sustitutiva a la privación de la
libertad cuando ésta no es mayor a 4 años, asimismo, es permitido asociarla al
beneficio penitenciario de la semi libertad. Es importante considerar que la limitación
de días libres tiene carácter punitivo en tanto que la semi libertad es una forma de
atenuación de la ejecución de la pena privativa de libertad, esto implica el
internamiento del sentenciado por un determinado número de horas los días
sábados, domingos y feriados en un establecimiento con fines educativos en una
extensión que, como pena autónoma, puede oscilar entre 10 y 156 jornadas de
limitación semanales. A pesar de la semejanza aparente, se diferencia de la semi
libertad ya que esta es un beneficio penitenciario mientras que la Limitación de días
libres es la Pena misma y también podemos encontrar diferencia en su ejecución, ya
que la semi libertad permite al condenado realizar salidas diurnas con el fin de
realizar actividades de días libres. Está prevista como pena autónoma únicamente
los delitos de Publicación ilícita de correspondencia (Art. 164) y el delito de
apropiación irregular, como por ejemplo quien haga público de documento (Art.
192). Por ello su mayor relevancia está en su aplicación como pena substitutiva e
independientemente a su real afectación “libertad personal” o “el disfrute del tiempo
libre”.
3.- Inhabilitación.- Mediante esta pena se limita al sujeto ciertos derechos de
diferentes profesiones o cargos públicos a su libertad ambulatoria como señala el
Art. 36 señala.
1.- Privación de la función, cargo o comisión que ejercía el condenado, aunque
provenga de condición de elección popular
2.- Incapacidad para mantener mandato, cargo, empleo o comisión de carácter
público.
3.- suspensión de los derechos políticos que señala la sentencia

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4.- Incapacidad para ejercer por cuenta propia o por tercera profesión, comercio,
arte o industria que deben especificarse en la sentencia.
5.- Incapacidad para el ejercicio de la patria potestad, tutela o curatela.
6.- suspensión o la cancelación de la autorización para utilizar armas de fuego
7.- suspensión o cancelación de la autorización para conducir cualquier vehículo
8.- privación de grados policiales, o militares títulos honoríficos u otras distinciones
que correspondan al cargo, profesión, u oficio del que se hubiere servido el agente
para cometer el delito.
Como vemos la inhabilitación puede privar de derecho políticos, sociales,
profesionales, y pueden haber 2 tipos de inhabilitación
Absoluta: se priva de todos los derechos contenidos en el Art. 36
Relativa: se priva de determinados derechos del Art. 36
 Multas

Es la que obliga al sentenciado a pagar al Estado una cierta cantidad de dinero


fijada en días – multas que es el equivalente al ingreso promedio del diario del
condenado y se determina atendiendo a su patrimonio, rentas, remuneraciones,
nivel de gasto y demás signos exteriores de riqueza, se extiende de 10 días como
mínimo y un máximo de 365, los cuales podría ser distinta si así lo dispusiera la Ley,
el importe de día multa no podrá ser menos a 25% ni mayor al 50% del ingreso
diario del sentenciado en cuanto viva solamente de su trabajo, los cuales se harán
ejecutadas dentro de los 10 días de sentenciados, queda a criterio del Juez hacerlo
de manera fraccionada si el sentenciado lo solicita.

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CAPÍTULO V
CONCLUSIONES

 Las penas aplicadas a los infractores deberán ser justas, aunque no sean útiles,
una pena útil pero injusta carecerá de legitimidad.

 Las penas se darán en retribución al delito cometido, es decir depende del delito
la forma en que se reprenderá al infractor.

 Una persona que haya cometido algún delito, luego de cumplir su pena será
libre de reintegrarse a la sociedad, pues con la pena cumplida la deuda con la
sociedad está saldada.

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CAPÍTULO VI
RECOMENDACIONES

- Se recomienda charlas acerca de la relación que tiene el bien jurídico con el


delito.

- Se plantea entrevistas a especialistas jurídicos, para que nos expliquen de


manera detallada lo que implica el delito según el bien jurídico.

- Se proponen exámenes exhaustivos a los alumnos de la PNP, ya que deben


tener amplio conocimiento para poder desempeñar su labor con eficiencia.

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CAPÍTULO VII
APLICABILIDAD AL CAMPO POLICIAL
El monopolio estatal de la actividad punitiva (art. 139.1 Const.) obliga a ensayar un
discurso legitimador que solo puede construirse a partir de la racionalidad de la
pena. La racionalidad de la pena depende de su coherencia con los elementos del
sistema penal que le anteceden en su actuación. Por tanto, la función de la pena
estatal habrá de sintonizar con la función de la norma de conducta, y sobre todo,
con el fin último del derecho penal, a saber, proteger la libertad de actuación de las
personas como presupuesto para el libre desarrollo de la personalidad de todos por
igual. Un discurso legitimador de la pena que asuma este planteamiento como punto
de partida soportará luego ser confrontado con las consecuencias jurídicas que
genera la aplicación de la pena. Las consecuencias naturales de la pena, como la
ausencia del condenado del seno familiar o el placer que experimenta la víctima
cuando se condena a su agresor, quedan al margen del análisis. En la legitimación
de la pena debe discutirse únicamente si, cómo y en qué medida la pena puede
repercutir favorablemente en el aseguramiento de la libertad jurídica y en el
funcionamiento del propio sistema jurídico. La libertad jurídica a la que se hace
referencia no debe entenderse como la libertad formal que se deriva y desprende de
las instituciones legales, pues con ello se corre el riesgo de obviar los graves
defectos estructurales del poder punitivo que hacen de él un sistema arbitrario y
selectivo. La libertad de actuación que la sanción estatal reivindica es la que se
deriva de los valores ético-sociales que guían la convivencia pacífica de las
personas, o, dicho en otras palabras, los valores que permiten que todas las
personas por igual diseñen su proyecto de vida y desarrollen libremente su
personalidad.
En la legitimación de la pena no puede limitarse a una modalidad de pena en
concreto. Debe tenerse presente la totalidad del arsenal punitivo. Este aspecto suele

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pasar desapercibido, como lo demuestra el hecho de que la discusión sobre la pena,
una vez superada la pena de muerte, gire en torno a los fines de la pena privativa de
libertad, y solo en ocasiones excepcionales se incluyan otras penas, como la
restrictiva de libertad, limitativa de derechos y multa. Un análisis que no tenga en
cuenta este detalle no podrá justificar la pena como institución jurídica. Lejos de ello,
correrá el riesgo de encasillar los comportamientos merecedores de pena como
comportamientos merecedores de pena privativa de libertad. Que las teorías de la
pena se hayan preocupado casi en exclusiva de la pena de prisión y hayan
desatendido al resto de modalidades de pena indica, además, que la discusión
sobre la legitimación de la pena se ha centrado en la legitimación de la ejecución de
la pena de prisión. La doctrina mayoritaria entiende que la pena solo podrá
legitimarse si su ejecución es compatible con los estándares de un Estado de
derecho.
Ello es tan correcto como insuficiente: no solo la ejecución de la pena, sino también
su previsión como pena abstracta en los tipos penales y su individualización judicial
debe estar sometida a los fines que se identifiquen como propios de la pena en cada
una de esas etapas. Cuestión distinta es si para la legitimación de la pena como
institución jurídica interesan por igual estas tres etapas (tipificación, individualización
y ejecución), o si por el contrario alguna de ellas cobra especial importancia en
función de la modalidad de pena que se trate. En lo que aquí interesa, la
legitimación de la pena como institución jurídica depende de que sea una reacción
necesaria, idónea y proporcional frente al delito cometido, con independencia de su
concreta modalidad

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ed. Colex, Madrid.

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ANEXOS

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