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EL INFORME DE EVALUACIÓN
Cuando hablamos del informe de evaluación solemos asociarlo al momento final del proceso
de evaluación, pero esto no es así. Si nos fijamos desde una perspectiva metodológica, esta
asociación es inexacta. ¿Por qué? El informe final es un documento de muy lenta elaboración,
debe comenzar a definirse al inicio de la evaluación, cuando se tienen las primeras reuniones
con el cliente (personas beneficiarias del producto que se ofrece), el evaluador debe tener este
informe en mente casi de forma permanente, aunque no de la misma manera en todos los
momentos de la evaluación. Ejemplo: cuando estamos metidas en el proceso de recogida de
información, en el trabajo de campo, no es tan fácil tener el informe en mente, porque este
trabajo este proceso requiere mucho esfuerzo y no permite pensar a la vez en otras cosas. Sin
embargo, cuando pasa el momento intermedio de la evaluación, si es cuando comienza a
constituirse en el reto más importante del evaluador, es su máxima preocupación.
¿Qué aporta un informe de evaluación frente a una investigación de tipo aplicada? B. Mac
Donald: los informes de evaluación responden a una serie de preguntas y problemas en un
tiempo relativamente corto, abordando éstas de una forma directa e incluyendo
formulaciones concretas de la problemática y a su vez recomendaciones más que conclusiones
del propio estudio.
El informe es un documento dinámico, útil para la negociación y la recogida de datos, con
connotaciones claramente formativas, que debe representar el pensamiento de actores e
implicados, ser producto de la interacción entre evaluados y evaluador, que haga emerger
recomendaciones viables y que, a través de un lenguaje sencillo, preciso y riguroso, se
convierta en un elemento adecuado de comunicación para las distintas audiencias.
Los informes son para el evaluador el elemento que concreta la negociación/el acuerdo que ha
establecido con el cliente en primera instancia. Desde la perspectiva de la evaluación se
concibe como el elemento resultante del proceso evaluador, pero a la vez como un documento
dinámico hasta que llega a construirse el que damos el nombre de informe final. Es decir, lo
normal es que
tengamos informes parciales (que se construyen o elaboran en todo el proceso, desde el inicio
de la evaluación, algunos autores lo han denominado informes de progreso, realizados en
momentos intermedios de la evaluación) para después tener un informe final, que resulta de
todos esos informes parciales.
La elaboración del informe no es un ejercicio de generalización de los datos, sino más bien un
proceso de compilación de las piezas de un puzzle dentro de una estructura más general.
2. CARACTERÍSTICAS
Distinguimos dos tipos de características:
a) Técnicas: Un informe ha de ser:
Personalizado: Identifica la audiencia. Considera al destinatario y se adecua en la
forma, en el tamaño y en el lenguaje.
Pertinente: Coherente con los propósitos de la evaluación y coherente entre las
partes, de manera que estén conectadas y sin contradicciones entre sí. Recoge los
aspectos más significativos de los datos obtenidos y elimina la información menos
significativa.
Valorativo: interpreta la información obtenida de la evaluación de acuerdo con la
ideación acordada. Realizado por las personas que se haya acordado que llevarán a
cabo la interpretación, ya que no se trata de que se pronuncien en términos de
verdad, sino de atribuir valor, y éste siempre tendrá que construirse de forma
intersubjetiva.
Claro, preciso, sencillo y comprensible: descripción precisa, lo más exacta posible.
Descripciones sencillas: simples, no dobles, sin artificios ni elementos superfluos.
Evitar expresiones complejas. Escrito de forma directa. Descripción comprensible: que
se comprenda fácilmente. Puede ayudarse la comprensión con gráficos o ilustraciones
y ejemplos que ayuden a relacionar los resultados con las circunstancias prácticas. Con
definición de los términos técnicos que se utilicen.
Oportuno: en el tiempo previsto: entregado en el tiempo que puedan aprovecharse
mejor los resultados. Evitar la dilación excesiva. Si se retrasa mucho el envío se pierde
sobremanera la perspectiva de la evaluación. Si no se usan los resultados es un cúmulo
de recursos innecesario. De acuerdo con el calendario previamente elaborado,
revisado en el transcurso de su realización y, si hace falta, ajustado. Si tiene que
ajustarse al calendario, hay que informar a los receptores y pensar alternativas: cómo
reducir la muestra de población, revisar el contenido de los instrumentos y entregar
previamente informes parciales.
Planificado: descripción del objeto de evaluación (por ejemplo: objeto, subobjetos,
indicadores), de la finalidad evaluadora, de los procedimientos utilizados (fuentes,
técnicas e instrumentos) y de los resultados de la evaluación, de forma que los
receptores puedan entender rápidamente lo que se ha hecho, para qué se ha hecho,
qué información se ha obtenido, a qué conclusiones se ha llegado y qué propuestas se
llevan a cabo.
Diversificado: descripción justificada de las fuentes, técnicas e instrumentos que se
han utilizado en función de la información que ha querido medirse. Con información
que haya sido triangulada en las fuentes, técnicas o instrumentos para poder
compararla y hacerla más fiable.
Contextualizado: descripción del contexto escolar en el que se ha producido la
evaluación, indicando las circunstancias que pueden explicar las situaciones o los datos
recogidos, los factores contextuales de interés (historia, registros, documentos,
rutinas, acciones previas, etc.) y, si es el caso, con la notación de las interferencias o los
elementos que han podido proporcionar una ayuda especial.
Fundamentado: las conclusiones tienen que estar fundamentadas explícitamente,
basadas en la información recopilada. Los datos de las conclusiones tienen que
extraerse de los instrumentos y fuentes, que es preciso poderlas contrastar siempre
entre sí, evitando fundamentar las conclusiones en una sola fuente, técnica o
instrumento.
Objetivo: recoge las diferentes perspectivas. No se recogen únicamente aspectos de la
realidad que son tangenciales o deformados. Que pueda objetivarse si se analiza de la
realidad y se tratan los datos intersubjetivamente. Con datos numéricos que facilitan
la comprensión.
b) Sociales y éticas:
Completa y franca: el informe pone de manifiesto honestamente todas las cuestiones
que se han planteado en el proceso evaluador, sin ocultaciones o tergiversaciones que
respondan a intereses sectoriales o de oportunidad. Si es el caso, siempre tiene que
recogerse la opinión discrepante/contraria. El informador no tiene que retrasar el
envío ni endulzar el contenido. Si no tenemos evidencia suficiente para formar el juicio
sobre una situación que afecta sustancialmente a algunos componentes, tenemos que
abstenernos de formar juicio y expresarlo.
Equilibrada: destaca al mismo tiempo los aspectos positivos y los negativos. Informa
de los aciertos y carencias, para que puedan implementarse los primeros y modificarse
los segundos. Presenta valoraciones positivas y también se recogen aspectos o
situaciones inadecuadas.
Negociada: formula las valoraciones con la participación de todos los afectados. Parte
del dialogo y la reflexión sobre los resultados entre los implicados. Incluye diferentes
perspectivas para formular juicios de valor intersubjetivos.
Respetuosa: con las personas implicadas y sus legítimos intereses. Hay que evitar
juicios de valor referidos a las actuaciones de las personas y las descalificaciones
personales.
Pero también podemos considerar como características del informe de evaluación que son:
Canales de comunicación. Los informes son dinámicos, se convierten en un elemento
de la recogida de datos por métodos como la observación, entrevistas, etc. Además,
supone un elemento de negociación con los participantes y con el propio cliente. El
informe incluye “informaciones” o datos que los distintos participantes han
manifestado y que una vez que han dado su conformidad de que sea utilizada
públicamente, deben dar su aprobación a la interpretación que se hace de ella.
Representación de los hechos y pensamientos de los participantes. Además de ser la
representación de los hechos que han tenido lugar, lo son también no solo de las
opiniones de los participantes que forman parte de la evaluación, sino que también de
sus pensamientos. Es decir, supone un compromiso y un reto para el evaluador, pues
no recae toda la responsabilidad en la emisión de juicios por parte del que evalúa, sino
todo lo contrario, puesto que el cliente no solo busca un juicio experto, sino también
escuchar u oír a los participantes, sus voces, etc. Esto es muy importante porque
favorece las correcciones o mejoras que se hagan de lo que estamos evaluando.
Fuente de recomendaciones. Las recomendaciones forman parte del contenido propio
de la evaluación, pero no siempre las recomendaciones son un apartado específico del
informe. En cualquier caso, lo que si es cierto es que el evaluador tiene como tarea
fundamental que la evaluación sea de utilidad tanto para los clientes como para los
participantes, y esta utilidad parte por ofrecer modificaciones o mejoras de lo que se
evalúa (lo realizan las personas que participan, pero el evaluador debe contribuir o
garantizar que esto suceda). En este sentido muchos autores manifiestan la falta de
incidencia en cuanto a las decisiones que se toman después de lo que se ha sugerido
en la evaluación. Es por esto importante que, aunque el evaluador sea la persona que
formalice las recomendaciones, están deben realizarse entre la discusión del evaluador
con el cliente y los participantes.
Reto más importante: que lo que se recoja en el informe de evaluación sea válido, que
no aparezcan sesgados hacia ningún grupo particular, es decir, que la construcción del
argumento entre las percepciones de todos los actores implicados.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS: la siguiente tabla puede resultar útil como guía en casos concretos:
Uno de los aspectos más importantes es la adaptación del informe al público. Por ejemplo:
- Informe dirigido a responsables políticos, el criterio que debe guiar la elaboración del
informe: rentabilidad, eficacia y utilidad del programa. El foco del informe debe recaer en los
resultados obtenidos y en las conclusiones.
- Si va dirigido a la comunidad científica, evidentemente debemos desarrollar más
ampliamente todo el proceso metodológico. En este caso el lenguaje y el estilo utilizado será
especializado. Criterio: la rigurosidad y exhaustividad metodológica.
- Si va dirigido a futuros aplicadores tendrá un discurso claro y adaptado a las características
de este público. Los contenidos se centrarán más en aspectos técnicos sobre el proceso de
implementación del programa. Las conclusiones y recomendaciones guiarán futuras
aplicaciones del programa. Criterio: la viabilidad.
- En el caso de los destinatarios del programa se requiere un lenguaje sencillo y claro sobre los
logros alcanzados por ellos. Criterio: educabilidad y rentabilidad personal.