Está en la página 1de 11

BLOQUE 1. UNIDAD 1: LA MATERIA VIVA.

LOS BIOELEMENTOS, EL AGUA Y


LAS SALES MINERALES.

1. Introducción
A la hora de abordar el estudio de cualquier disciplina es esencial comenzar por los fundamentos, cuyo
conocimiento nos permitirá comprender mejor el resto de los conceptos. En el caso de la Biología, la
comprensión de la estructura y funcionamiento de los seres vivos debe ir precedida, necesariamente, por la
comprensión de la estructura y funcionamiento de sus componentes químicos. Estos componentes siguen
las mismas leyes físicas y químicas que rigen el comportamiento de la materia, por lo que su estudio guarda
una estrecha relación con esas ciencias.

A lo largo del siglo XIX, los nuevos descubrimientos en el campo de la Química orgánica fomentaron el
interés de los científicos por determinar la composición molecular de los seres vivos. Cuando en 1828, el
químico alemán Friedrich Wohler consiguió sintetizar en el laboratorio un compuesto biológico (urea) a
partir de compuestos inorgánicos, se puso de manifiesto que la llamada «actividad vital», considerada hasta
ese momento una fuerza misteriosa, podía explicarse en términos físico-químicos. Los seres vivos, por tanto,
podían y debían ser estudiados químicamente, como cualquier otro objeto material.

En 1903 Neuberg propuso el término bioquímica para designar la rama de la Biología encargada de estudiar
la estructura y función de los componentes químicos de los organismos vivos.

2. Composición de los seres vivos: bioelementos y biomoléculas


La materia constituyente de los seres vivos está compuesta por moléculas, también denominadas
biomoléculas, formadas a su vez por la unión de átomos de ciertos elementos químicos. Estos elementos
presentes en las biomoléculas reciben el nombre de bioelementos o elementos biogénicos, de los que
existen unos 70 diferentes.

Todos los bioelementos están incluidos en la tabla periódica, es decir, no hay elementos especiales o
distintos a los que se encuentran en las moléculas que conforman la materia general del universo. No son,
por tanto, elementos químicos exclusivos de los seres vivos.

Sin embargo, los bioelementos mayoritarios no coinciden (salvo el oxígeno) con los elementos químicos más
abundantes en la corteza. Así, mientras que el O, el Si, el Al y el Fe son los elementos más comunes en la
composición del planeta, los bioelementos que se encuentran en mayor proporción en las moléculas
biológicas son el C, el H, el O, el N, el P y el S.

La razón por la que el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, el fósforo y el azufre componen los
bioelementos mayoritarios de las moléculas biológicas reside, precisamente, en las propiedades que
presentan:

a) Los seis elementos tienen capas electrónicas externas incompletas. De este modo pueden formar enlaces
covalentes fácilmente y dar lugar a las biomoléculas que constituirán las estructuras biológicas y llevarán a
cabo las funciones vitales.

b) Poseen un número atómico bajo, por lo que los electrones compartidos en la formación de los enlaces se
hallan próximos al núcleo y las moléculas originadas son estables.
c) Dado que el oxígeno y el nitrógeno son elementos electronegativos, muchas biomoléculas son polares y
por ello solubles en agua, requisito imprescindible para que tengan lugar las reacciones biológicas
fundamentales de la actividad vital.

d) Por último, los bioelementos mayoritarios pueden incorporarse fácilmente a los seres vivos desde el
medio externo, ya que se encuentran en moléculas (CO2,H2O, nitratos) que pueden ser captadas de manera
sencilla. Este hecho asegura el intercambio constante de materia entre los organismos vivos y su medio
ambiente.

Entre los bioelementos, el carbono desempeña un papel fundamental. Tiene cuatro orbitales con electrones
desapareados que se disponen en una estructura tetraédrica. La existencia de los electrones desapareados
hace posible la formación de enlaces covalentes con otros átomos de carbono, lo que origina cadenas
estables cuya morfología y tamaño variables les permite adquirir, a su vez, estructuras espaciales complejas.
Estas moléculas, características de los organismos vivos, son también
responsables de algunas de sus propiedades más importantes.

Los cuatro electrones de la capa externa pueden formar cuatro enlaces


covalentes fuertes con otros átomos. Por otra parte, los átomos de
carbono pueden formar enlaces covalentes con otros átomos distintos,
dando lugar a grupos funcionales que, al interaccionar entre sí,
constituyen la base química de la actividad vital. Los principales grupos
funcionales determinarán los tipos de compuestos. Los más frecuentes
en los seres vivos son:

CLASIFICACION DE LOS BIOELEMENTOS.


Se han descrito 70 bioelementos, 25 de los cuales están presentes en todos los seres vivos y el resto sólo
aparece en determinados grupos. Según la proporción en que se encuentran en la materia viva se clasifican
en:

→ Bioelementos primarios o mayoritarios. Se trata de un grupo formado por los seis bioelementos
antes mencionados (C, H, O, N, P y S), que constituyen, aproximadamente, el 99% del total de la
materia viva y son los componentes fundamentales de las biomoléculas.
→ Bioelementos secundarios. Forman parte de todos los organismos vivos, aunque en menor
proporción que los anteriores. Se incluyen en este grupo el Na+, el K+, el Ca+2, el Mg+2y el Cl-.
→ Oligoelementos. Aunque se encuentran en proporciones inferiores al 0,1 %, estos elementos son
imprescindibles, pues desempeñan funciones esenciales en diferentes procesos bioquímicos y
fisiológicos. Algunos oligoelementos, como el Fe, el Cu, el Zn, el Mn, el I, el Ni y el Co, aparecen en la
mayoría de los organismos y otros, como el Si, el F, el Cr, el Li, el B, el Mo y el Al, sólo están
presentes en grupos concretos
BIOMOLÉCULAS
Los elementos biogénicos se unen por enlaces químicos para formar las moléculas constituyentes de los
organismos vivos, que reciben el nombre de biomoléculas o principios inmediatos. Mediante diferentes
técnicas de análisis basadas en métodos físicos, como la filtración, la destilación, la centrifugación y la
decantación, es posible separar las biomoléculas de un ser vivo sin que sufran alteración alguna.

A pesar de la enorme variedad


de biomoléculas (se calcula que
una célula animal o vegetal
contiene más de 10000
moléculas distintas), casi todas
pueden incluirse en dos
grandes grupos: biomoléculas
inorgánicas, como el agua y
algunas sales minerales y
biomoléculas orgánicas,
exclusivas de los seres vivos.

3. El agua. Propiedades fisicoquímicas y funciones biológicas.


La vida, en la forma en que la conocemos, depende para su existencia de la presencia de agua, y ella
constituye la mayor parte de la composición de los seres vivos. Pero el porcentaje de agua no es el mismo en
todos los seres vivos. Este varía dependiendo de:

1) La especie: los organismos acuáticos tienen más cantidad que los terrestres.
2) El porcentaje de agua varía también en función de la edad del organismo; en el caso del ser
humano, cuyo contenido medio, 63 %, tiene en la niñez un 78 %, y en la ancianidad ese contenido
baja a un 60 %.
3) Tipo de tejido u órgano: Cuanto más activo es un tejido mayor es su contenido en agua, de modo
que los esqueletos son los órganos con menor cantidad.

La variación más importante en el contenido en agua de los seres vivos está en función de la actividad
biológica que desarrollan las células. Así, las esporas y semillas, que están en estado latente, con escasísima
actividad metabólica, contienen un 10 % agua; el tejido óseo de un adulto tiene un 22 % de agua, y el tejido
nervioso, que presenta una gran actividad biológica, tiene un alto contenido en agua.

El agua se distribuye en el organismo en medios intracelulares e intercelulares, o en fluidos circulantes


como sangre y la linfa.

Se puede obtener el agua directamente del medio ambiente (agua exógena) o generarla a partir de otras
moléculas mediante diferentes reacciones bioquímicas (agua endógena o metabólica.

3.1 Estructura química del agua

La molécula del agua está formada por dos átomos de


hidrógeno unidos a un átomo de oxígeno mediante sendos
enlaces covalentes polares.

A pesar de ser eléctricamente neutra (su carga total es cero)


la molécula de agua es dipolar, ya que posee una región
electropositiva y otra electronegativa. Esto es debido a que el átomo de oxígeno al ser más electronegativo
que el átomo de hidrógeno, atrae con más fuerza a los electrones compartidos de cada enlace. Por tanto, el
enlace O-H está polarizado, apareciendo una densidad de carga negativa (-) en el oxígeno y una densidad de
carga positiva (+) en el hidrógeno, mostrándose como un dipolo permanente cuyo polo negativo apunta al
átomo de oxígeno y cuyo polo positivo se encuentra sobre la bisectriz del ángulo formado por los enlaces O-
H.

La geometría triangular que posee la molécula de agua, de manera que los átomos de hidrógeno forman
respecto al oxigeno un ángulo de 104,5º es consecuencia de que el oxígeno tiene cuatro electrones más sin
compartir.

La estructura dipolar de la molécula de agua hace que éstas puedan atraerse entre sí, porque el oxígeno de
una molécula puede interaccionar con el hidrógeno de otra estableciendo lo que se denomina enlace o
puente de hidrógeno, que es una interacción débil en comparación con un enlace covalente o iónico, pero
que tiene una energía mayor que otras interacciones débiles entre átomos.

Una molécula de agua puede llegar a formar hasta cuatro puentes de hidrógeno
con otras moléculas, por lo que en el agua líquida se forma una extensa red o
malla mantenida por estos enlaces, que están continuamente formándose y
rompiéndose pues la duración de estos enlaces es menor de una millonésima de
segundo. Pero cuando el agua se congela, estos enlaces se hacen permanentes, y
el agua adquiere una estructura cristalina fija que ocupa un mayor volumen que
la malla oscilante del agua líquida y por eso la densidad del hielo es menor que la
del agua líquida.

Cuando esta estructura se mantiene formando esta especie de red o retículo es


porque se ha hecho hielo.

3.2 Propiedades físico-químicas


La estructura de la molécula de agua determina en gran medida su idoneidad para la vida. Entre las
propiedades del agua se pueden citar:

→ Elevado calor específico (capacidad de almacenar energía calorífica para un aumento determinado
de la temperatura, equivalente a 1000 cal/ºC/l), ya que los enlaces de hidrógeno son abundantes.
→ Elevado calor de vaporización: A 100°C se necesitan 540 calorías para elevar en un grado la
temperatura de un gramo de agua de modo que supere el punto de ebullición y se convierta en
vapor.
→ En estado líquido de 0 a 100 grados que permite un amplio margen para distintas formas de vida.
→ Gran cohesión entre sus moléculas que hacen que el agua sea casi incompresible.
→ Su polaridad y su constante dieléctrica (tendencia a disminuir las atracciones interiónicas), que
provoca la separación de los compuestos iónicos en iones individuales rodeados por moléculas de
agua (solvatados). La constante dieléctrica del agua facilita su acción disolvente al debilitar las
uniones iónicas entre las sales como el cloruro sódico.
→ Comportamiento anómalo por debajo de 4 °C, esto determina la formación de una estructura
estable de las moléculas del agua al separarse y mantenerse unidas mediante enlaces de hidrógeno.
A la temperatura de solidificación del agua, O °C, se forma una especie de retículo espacial, con lo
que disminuye su densidad y hace que el hielo flote sobre el agua líquida y proteja a los organismos
acuáticos.
→ Elevada tensión superficial: a causa de la unión entre las moléculas del agua forman una película
que impide el hundimiento de algunos objetos, como, por ejemplo, los seres vivos que caminan
sobre el agua.
→ Bajo grado de ionización. El producto iónico del agua a 25 grados es:[H+] [OH-] =1x10-14; el
pequeño volumen del átomo de hidrógeno y su atracción por el oxígeno dificulta la ionización.
3.3 Funciones biológicas
Las propiedades del agua, que dependen de la estructura de su molécula, determinan el papel fundamental
del agua en los seres vivos. Entre sus funciones destacaremos:

1) Gran capacidad disolvente para sustancias polares como ácidos, bases y sales y para las sustancias
orgánicas que presentan una acusada polaridad como los glúcidos. Las sustancias solubles en agua
se denominan hidrofílicas, mientras que las moléculas insolubles en agua, como las grasas, se llaman
hidrofóbicas. Hay sustancias constituidas por grupos hidrofílicos y grupos hidrofóbicos, a estas
moléculas se llaman anfipáticas.
2) El agua actúa como amortiguador térmico. Los enlaces de hidrógeno entre las moléculas del agua
tienden a dificultar su movimiento, de modo que para una determinada cantidad de calor la
temperatura del agua sube o baja muy lentamente; esto tiene suma importancia para los seres que
viven en el agua y en general para todas las células, pues se impiden cambios bruscos de
temperatura en el medio celular y extracelular, aunque se produzca un cambio apreciable en su
entorno. El elevado calor específico del agua y su elevado calor de vaporización (el sudor y las
esencias resultan refrescantes al evaporarse) permiten a los seres vivos tener una temperatura
interna constante y que se lleven a cabo muchas de las reacciones orgánicas que tienen lugar en un
corto intervalo de temperatura.
3) Actúa como transportador de sustancias tanto alimenticias como de desecho, dentro del organismo
y entre éste y su medio; conviene destacar la función transportadora del agua como componente
mayoritario de la savia en las metafitas y de los fluidos como linfa y sangre de los metazoos
4) Aporta flexibilidad y elasticidad a los seres vivos, a la vez que actúa como lubricante amortiguando
el roce entre los órganos (recordar la importancia del líquido sinovial en las articulaciones)
5) Favorece la circulación y la turgencia en los seres vivos a causa de la capilaridad, que facilita el
ascenso de los líquidos por tubos muy finos y superficies próximas, y la imbibición al absorber agua
e hincharse ciertas sustancias. Los fenómenos de capilaridad tienen vital importancia en el ascenso
de la savia por los tubos conductores de las plantas y en el inicio de la germinación de las semillas.
Debido a que las fuerzas de atracción entre las moléculas de agua y el vidrio son mayores que las de
las moléculas de agua entre sí, el líquido asciende por las paredes del capilar.
6) Facilita la estabilidad del pH en el medio orgánico, dado su bajo grado de ionización al mantener un
equilibrio químico dinámico porque se contrarrestan la tendencia a ionizarse las moléculas del agua
con la tendencia a reunirse:
2H2O « H3O+ + OH-
7) El agua interviene en muchas reacciones metabólicas fundamentales como la hidrólisis ,la
fotosíntesis y la respiración. Se puede afirmar que muchas de las propiedades biológicas de
macromoléculas celulares, como proteínas y ácidos nucleicos, se deben a sus interacciones con las
moléculas del agua presente en el medio que las rodean.

FUNCIONES BIOLÓGICAS PROPIEDADES


Da volumen a las células y turgencia a las plantas. Fuerte cohesión molecular
Permite deformaciones en el citoplasma celular.
Actúa como esqueleto hidrostático en invertebrados
Función mecánica amortiguadora en articulaciones de vertebrados.
Contribuye a la ascensión de la savia bruta a través de los vasos leñosos Elevada fuerza de adhesión
Permite el desplazamiento de algunos organismos, como insectos, Elevada tensión superficial
sobre la superficie de medios acuáticos
Permite la vida acuática en climas fríos Densidad máx en estado líquido
Termorreguladora Elevado calor específico
Elevado calor de vaporización
Principal disolvente biológico Elevada constante dieléctrica
Permite el transporte de sustancias
Es el modo en el que se verifican la mayoría de las reacciones químicas
Interviene en las reacciones de hidrólisis
Facilita la estabilidad del pH en el medio orgánico Bajo grado de ionización

4. Las sales minerales: tipos y funciones biológicas


En los seres vivos el estado líquido está constituido por dispersiones de muchos tipos de moléculas dispersas
o solutos y un solo tipo de fase dispersante o disolvente, que es el agua. Los solutos pueden ser de bajo peso
molecular (se denominan cristaloides) como, por ejemplo, el cloruro sódico (PM = 58,5) y la glucosa (PM =
180); o pueden ser de elevado peso molecular del orden de varios miles (se denominan coloides), como, por
ejemplo, las proteínas de tipo albúmina (PM entre 30.000 y 100.000). Las dispersiones de solutos de bajo
peso molecular se denominan disoluciones verdaderas o simplemente disoluciones, y las de elevado peso
molecular se denominan dispersiones coloidales.

Existen también dispersiones coloidales hidrófobas, en las que las partículas dispersas no son afines al agua;
pero estas dispersiones no son estables, sino que las partículas dispersas tienden a reunirse y formar una
fase separada del agua. Las dispersiones hidrófobas pueden estabilizarse formando las llamadas emulsiones
cuando actúan sustancias que impiden la unión entre partículas dispersas. Así están presentes las grasas en
la leche, y son algunas proteínas las que estabilizan la emulsión.

Las sales minerales se pueden encontrar de dos tipos: solubles en agua e insolubles.

4.1 Sales minerales solubles en agua


En las disoluciones, las sales minerales solubles en agua (sales hidrosolubles), se encuentran disociadas en
sus iones y forman parte de los medios internos intracelulares y extracelulares.

• Los iones con carga negativa o aniones más frecuentes en la materia viva son: los cloruros (Cl-), los
fosfatos (PO43-), los fosfatos monoácidos (HPO42-), los carbonatos (CO3 2-), los bicarbonatos
(HCO3-) y los nitratos (NO3-).
• Los iones con carga positiva o cationes más abundantes en la materia viva son: el sodio (Na+), el
calcio (Ca2+), el magnesio (Mg2+), el hierro (Fe2+ y Fe3+) y el potasio (K+).
Las sales minerales hidrosolubles, a través de sus iones, cumplen diversas funciones de tipo general,
colaborando en el mantenimiento de la homeostasis o equilibrio del medio interno, o de tipo específico, que
dependen del sistema biológico en el que se encuentran. Además pueden asociarse con otras moléculas
orgánicas, como lípidos, proteínas o glúcidos.

Algunas funciones de las sales solubles son:

- Regulación del equilibrio ácido-base.


El agua pura posee la capacidad de disociarse en iones, lo que hace que en realidad sea una mezcla
de tres especies: agua molecular (H2O), protones hidratados (H3O+) e iones hidroxilo (OH-).

2 H2O « H3O+ + OH-

Esta disociación es muy débil en el agua pura, y el producto iónico a 25° C es:

Kw = [H+] [OH-]= 1,0 x 10-14

Este producto iónico es constante, lo cual significa que un incremento en la concentración de uno de
los iones supondría una disminución en la concentración del otro, para mantener constante el
producto mencionado.
Como en el agua pura la concentración de hidrogeniones y de hidroxilos es la misma, eso significa
que la concentración de hidrogeniones es de 1,0 x 10-7.
Cuando el agua contiene cualquier sustancia disuelta, puede alterarse la concentración de
hidrogeniones, y entonces se utilizan los términos de acidez y alcalinidad. Una disolución acuosa es
ácida cuando la concentración de hidrogeniones es mayor de 1,0 x 10-7; es alcalina cuando la
concentración de hidrogeniones es menor de 1,0 x 10-7, y es neutra cuando la concentración de
hidrogeniones es 1,0 x 10-7
Para simplificar los cálculos y las notaciones, Sorënsen ideó expresar dichas concentraciones
utilizando logaritmos, y así definió el pH como el logaritmo cambiado de signo de la concentración
de hidrogeniones. Según esto:
-disolución neutra: pH = 7
-disolución ácida: pH < 7
-disolución alcalina o básica: pH > 7

En general, hay que decir que la vida se desarrolla a valores de pH próximos a la neutralidad. En los
organismos es conveniente que el pH de sus fluidos no cambie bruscamente, pues eso podría
ocasionar el cambio de estructura de muchas biomoléculas o la alteración de muchas reacciones
químicas. Para ello, en las soluciones acuosas de los seres vivos están presentes los llamados
sistemas tampón o amortiguadores de pH.
Dichos sistemas se basan en las propiedades de los ácidos débiles, o sea, ácidos que no se disocian
totalmente, de manera que a un intervalo de pH determinado actúan como dadores o aceptores de
hidrogeniones sin que cambie apenas el pH del medio. Entre los tampones más comunes en los
seres vivos, podemos citar el tampón bicarbonato y el tampón fosfato.
El tampón bicarbonato es común en los líquidos intercelulares. Mantienen el pH en valores
próximos a 7,4 gracias al equilibrio entre el ion bicarbonato y el ácido carbónico, que a su vez se
disocia en dióxido de carbono y agua:
HCO3- + H+ « H2CO3 « CO2 + H2O
Si aumenta la concentración de hidrogeniones en el medio por cualquier proceso químico, el
equilibrio se desplaza a la derecha, y se elimina al exterior del organismo el exceso de dióxido de
carbono producido. Si por el contrario disminuye la concentración de hidrogeniones del medio, el
equilibrio se desplaza a la izquierda, para lo cual se toma dióxido de carbono del medio exterior.
El tampón fosfato se encuentra en los líquidos intracelulares, y mantiene el pH en torno a 6,86
debido al equilibrio entre los fosfatos monobásico y dibásico: IMAGEN
En la figura se aprecia cómo varía el pH de una disolución de un ácido débil cuando se le añade una
base (OH-). Se observa que existe una zona donde el pH del sistema varía poco cuando se le añaden
cantidades de OH- y H+. En ello se basa el funcionamiento de los amortiguadores del pH o tampones

- Regulación de fenómenos osmóticos.


Las sales minerales en disolución son las principales
causantes de uno de los fenómenos fisicoquímicos de
mayor importancia biológica: la aparición de
presiones osmóticas. Entendemos por ósmosis el
paso de un disolvente a través de una membrana
semipermeable que separa dos disoluciones de
distinta concentración, lo que tiende a igualar ambas
disoluciones.
Las membranas celulares pueden considerarse semipermeables. Si comparamos dos disoluciones,
éstas pueden ser entre sí isotónicas si poseen la misma concentración o anisotónicas si las
concentraciones son diferentes, una es hipotónica y otra hipertónica.
El agua pasará de los medios hipotónicos a los hipertónicos, ejerciendo una presión sobre la
membrana llamada presión osmótica.

El fenómeno de la ósmosis puede provocar intercambios de agua entre el interior y el exterior de la


célula. Si el medio externo es hipertónico la célula pierde agua, se contrae, pero el resultado es
distinto según se trate de células animales o vegetales. Las células animales se contraen; en la
vegetales, al contraerse, se despega la membrana plasmática de la pared, lo que provoca la rotura
de la célula o plasmolisis.

Si, por el contrario, el medio externo es hipotónico, el agua entra en la célula, ésta se hincha, y el
resultado varía también con el tipo de célula. Las células animales estallan, sufren plasmolisis;
mientras que las vegetales y bacterianas no se rompen al estar rodeadas por una pared rígida, sino
que presentan turgencia. De este modo, las sales disueltas son responsables de los intercambios
hídricos de las células con el medio extracelular.

Todos los seres vivos, sean acuáticos o terrestres, están obligados a la osmorregulación o regulación
de la presión osmótica. Muchos de ellos han conseguido sobrevivir en medios hipotónicos o
hipertónicos mediante mecanismos físicos o químicos que evitan los cambios de presión osmótica
en su medio interno.
- Difusión: Es la repartición homogénea de las partículas de un fluido (gas o líquido) en el seno de
otro, al ponerlo en contacto. Este proceso se debe al constante movimiento en que se encuentran
las partículas de líquidos y gases. La absorción o disolución del oxígeno en el agua es un ejemplo de
difusión.

- Mantener el grado de salinidad en los organismos: Las concentraciones iónicas de sales minerales
se mantienen constantes, dentro de unos ciertos límites, en los distintos organismos. En un mismo
organismo las concentraciones pueden variar de unos compartimentos a otros; por ejemplo, en el
interior celular la concentración salina varía considerablemente con respecto al plasma
sanguíneo.

Asimismo existen diferencias importantes en las concentraciones de unos organismos a otros:

- Regular la actividad enzimática: La presencia de determinados iones activa o inhibe reacciones


bioquímicas, asociándose a la sustancia reaccionante o a las enzimas.
- Generar potenciales eléctricos: Los iones que se encuentran en el interior de las células no son los
mismos que los del medio externo; por esto, a ambos lados de la membrana existe una diferencia de
cargas eléctricas. Esta irregular distribución de iones provoca la existencia de un potencial de
membrana que ejerce una fuerza sobre cualquier molécula con carga eléctrica.

4.2 Sales minerales precipitadas


Además de las sales disueltas en los seres vivos, existen sales minerales insolubles que se encuentran en
estado sólido, son las llamadas sales minerales precipitadas que forman los huesos del esqueleto, los
caparazones de CaCO3 en moluscos, de sílice en algas diatomeas, protozoos y en tallos vegetales; también
constituyen productos de excreción como el oxalato de calcio en vegetales y los cálculos renales en
animales.

Cuando las partículas dispersas o solutos tienen un elevado peso molecular su tamaño está comprendido
entre 10-5 cm. y 10-7 cm. se habla de dispersiones coloidales, formadas principalmente por sustancias
orgánicas, como las proteínas, los ácidos nucleicos, lípidos y los polisacáridos .Las dispersiones coloidales
concentradas reciben el nombre de geles, y las diluidas se llaman soles.

La mayoría de los líquidos de los seres vivos son dispersiones coloidales de ahí que sea importante ver
algunas de sus propiedades:

→ Efecto Tyndall: Aunque las dispersiones coloidales son transparentes, cuando se iluminan
lateralmente sobre un fondo oscuro se observa cierta turbidez, ya que las partículas coloidales,
debido a su tamaño, difunden la luz.
→ Movimiento Browniano: El estado líquido de la fase dispersante implica el continuo movimiento de
sus componentes moleculares. Este movimiento, arbitrario y desordenado, es característico de las
partículas coloidales, al ser desplazadas por las moléculas de la fase dispersante. El movimiento
browniano ayuda a que las partículas coloidales se mantengan suspendidas en el medio sin
sedimentar. Gracias al efecto Tyndall, este movimiento es observable con el microscopio.
→ Sedimentación: Las partículas coloidales se mantienen en suspensión, pero es posible su
sedimentación (floculación) cuando se someten a un fuerte campo gravitatorio. La
ultracentrifugación de una dispersión coloidal permite el depósito de las partículas, cuya masa
molecular puede averiguarse valorando el tiempo que tardan en sedimentar y el número de
revoluciones alcanzado por la ultracentrífuga.
→ Elevada viscosidad: La viscosidad es la resistencia de un fluido al movimiento de las moléculas que lo
integran. Las dispersiones coloidales son muy viscosas, al contener moléculas de gran tamaño, y su
viscosidad se incrementa a medida que aumenta la masa molecular o el número de partículas
coloidales. Los coloides en estado de gel son más viscosos que los que presentan estado de sol.
→ Elevada adsorción: La adsorción es la capacidad de atracción que ejerce la superficie de un sólido
sobre las moléculas de un líquido o un gas. Las partículas coloidales tienen un gran poder
adsorbente sobre otras moléculas presentes en las dispersiones, lo que facilita la verificación de
reacciones químicas.
→ Diálisis: Es el proceso de separación de las moléculas que integran una dispersión coloidal en
función de su tamaño a través de una membrana semipermeable. Esta membrana permite el paso
de moléculas de pequeño tamaño (sales minerales, iones) y de agua e impide el de las
macromoléculas o partículas coloidales. La membrana celular actúa como una membrana de diálisis
que permite el intercambio de sustancias entre el interior y el exterior celular e impide la salida de
las macromoléculas que quedan en el interior.
La hemodiálisis es el tratamiento empleado para depurar la sangre en casos de insuficiencia renal
crónica mediante el uso de un filtro o hemodializador y un líquido de diálisis generado por un riñón
artificial. Las membranas utilizadas permiten el paso de moléculas de pequeño tamaño presentes en
la sangre al líquido de diálisis. De este modo se reducen los niveles de agua, sales minerales o urea
sanguínea, que no pueden ser excretados por el riñón enfermo en cantidad suficiente.
→ Electroforesis: Es el transporte de las partículas coloidales gracias a la acción de un campo eléctrico
a través de un gel. Generalmente se utiliza para separar las distintas proteínas que se extraen juntas
en un tejido. La velocidad es mayor cuanto más alta sea su carga eléctrica global y cuanto menor sea
su tamaño (peso molecular). Se suelen utilizar geles de almidón o de poliacrilamida.

En resumen, las dispersiones coloidales se diferencian de las disoluciones verdaderas en que las partículas
de estas últimas no forman geles, su viscosidad es en general baja, no son adsorbentes, son ópticamente
vacías, no sedimentan por ultracentrifugación y no se pueden separar los solutos por electroforesis.

También podría gustarte