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Antiinflamatorios no esteroides,
AINE
Los fármacos antiinflamatorios no esteroides o AINE son medicamentos que se usan para tratar
tanto el dolor como la inflamación.
Si se los usa en dosis completas de manera regular, los AINEs ayudan a bloquear las acciones de las
sustancias químicas del cuerpo que se encargan de mediar la inflamación asociada a muchas
formas de artritis.
Dolor agudo
Se considera como dolor agudo una respuesta normal, fisiológica y predecible del organismo
frente a una agresión química, física o traumática. Por tanto, dolor agudo es aquel que persiste
mientras dura el proceso de curación o cicatrización de los tejidos. En este sentido, un dolor cuya
duración excede de 3 ó 6 meses puede considerarse como crónico. Bonica propone hablar de
dolor agudo y crónico en función de la duración y de la cantidad de patología subyacente, de
manera que los procesos de corta duración con mucha patología subyacente coincidirían con
dolor agudo y los procesos dolorosos de mayor duración y menor patología subyacente se
enmarcarían como dolor crónico.1
Entre las características del dolor agudo podemos mencionar las siguientes: 1
Dolor crónico
Es el que persiste más de 3 a 6 meses desde el momento de la agresión tisular. Entre las
características del dolor crónico podemos destacar las siguientes:1
En un estudio transversal realizado por teléfono en una muestra de 1.957 sujetos realizado en
población española, se objetivó que la prevalencia de dolor en el último mes fue de un 19,9% y la
de dolor crónico de un 16,6% con una mayor prevalencia en mujeres. La duración del dolor era de
aproximadamente de 10 años y un 43,4% de los sujetos notificaron tener dolor de moderado a
intenso, un 35% con dolor intenso a pesar de que un 69,2% de los sujetos estaban tomando
tratamiento para el alivio del dolor. El dolor estuvo presente en más de una localización en 45,4%,
siendo las localizaciones más frecuentes las piernas y/o articulaciones.2
Un 30% ha estado de baja a lo largo de su vida laboral a consecuencia de su dolor, un 22% de los
pacientes que sufren dolor crónico pierden su empleo y un 4% se ve obligado a cambiar de
puesto de trabajo.3 Es uno de los principales motivos de consulta médica, y especialmente en
Atención Primaria, ocasiona un importante gasto y consumo de recursos.1 De hecho, el dolor es la
segunda causa de consulta en Atención Primaria y más del 50% de las consultas están
relacionadas con el dolor crónico.4 En España, se estima que los costes asociados al dolor crónico,
directos e indirectos, son de 16.000 millones de euros anuales, representando el 2,5% del PIB. 3
Síntoma
Intensidad Proporcional
Evolución Transitoria
Función biológica Sí
Se asocia con Ansiedad
Ver información sobre la nueva clasificación del dolor crónico según la CIE-11.
– Visceral
El dolor visceral es el que proviene de órganos internos como el corazón y grandes vasos, los
pulmones y las vías respiratorias, el aparato digestivo, el hígado, vesícula biliar, los órganos
urológicos, como riñones y vías excretoras, y el aparato reproductor. Tradicionalmente, el dolor
somático se entiende como una forma de protección del organismo; sin embargo, en el caso del
dolor visceral, su contribución a la protección del individuo está menos clara. Algunos órganos
internos son insensibles al dolor y, en otras ocasiones, el dolor en vísceras como el hígado
aparece cuando existe una lesión muy importante y extensa, que puede comprometer la vida,
siendo ya demasiado tarde para adoptar medidas curativas.
1. En primer lugar, hay que destacar que no todas las vísceras son capaces de generar dolor; de hecho,
el hígado, los riñones, el parénquima pulmonar y la mayoría de las vísceras sólidas no son capaces de
generar sensaciones dolorosas.
2. No siempre se asocia a estímulos nocivos o agresivos. Por ejemplo, algunos estímulos lesivos, como
cortes o quemaduras, pueden no provocar dolor y estímulos no nocivos, como la distensión, pueden
resultar dolorosos.
3. El dolor visceral se caracteriza por ser difuso y estar mal localizado.
4. Se acompaña de dolor referido en otras localizaciones.
5. Es capaz de desencadenar respuestas reflejas vegetativas y motoras.
Dolor neuropático
El dolor neuropático se define como el dolor que aparece como consecuencia directa de una
lesión o enfermedad que afecta al sistema somatosensorial.
El dolor neuropático es una descripción clínica que requiere la presencia de una enfermedad o
lesión demostrable que satisfaga los criterios diagnósticos neurológicos. La presencia de signos y
síntomas solos no justifica el término de dolor neuropático.
Cuando se produce una enfermedad o lesión en el sistema de somatosensorial se inician una serie
de cambios en el sistema de conducción del dolor que actúan como amplificadores del mismo.
Entre los mecanismos implicados en el dolor neuropático se conocen los siguientes:
1. Actividad ectópica.
2. Sensibilización periférica.
3. Sensibilización central.
4. Disminución de la modulación inhibitoria.
5. Activación de la microglía.
Dolor psicogénico
Se considera como dolor psicógeno el que no puede ser atribuido a una causa orgánica. En la
clasificación DSM-IV-TR se incluye en la categoría F45.4 como trastorno por dolor con los
siguientes criterios diagnósticos:
El síntoma principal del cuadro clínico es el dolor localizado en una o más zonas de cuerpo de
suficiente gravedad como para merecer atención médica.
El dolor provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo.
Se estima que los factores psicológicos desempeñan un papel importante en el inicio, la gravedad, la
exacerbación o la persistencia del dolor.
El síntoma o déficit no es simulado ni producido intencionadamente, a diferencia de lo que ocurre en
la simulación y en el trastorno facticio.
El dolor no se explica mejor por la presencia de un trastorno del estado de ánimo, un trastorno de
ansiedad o un trastorno psicótico y no cumple los criterios de dispareunia.
Dolor oncológico
El dolor oncológico es un síntoma complejo, que cambia a lo largo del tiempo y que es el
resultado final de varios mecanismos de dolor. Abarca mecanismos inflamatorios, neuropáticos,
isquémicos y compresivos en diversos lugares.
El dolor oncológico, a su vez, puede ser agudo o crónico. Además de la propia enfermedad,
existen otros factores que pueden influir en la percepción del dolor oncológico como:
Otro factor a tener en cuenta en el caso del dolor oncológico es la presencia de dolor irruptivo. Se
considera como dolor irruptivo un recrudecimiento del dolor superpuesto a un patrón de dolor de
base estable en pacientes tratados con opiáceos mayores. El dolor irruptivo puede ser secundario
a causas reconocibles como caminar o toser, sobre todo, en presencia de metástasis óseas. En
otras ocasiones puede no estar asociado a ninguna causa (siendo por ello incidental y volicional.
O desencadenado por causas conocidas, pero no voluntarias, por ejemplo toser o respirar (siendo
entonces incidental no volicional). El dolor incidental secundario a alguna actividad puede ser más
previsible y, por lo tanto, puede tratarse con alguna antelación, pero habitualmente condiciona
una disminución importante en la actividad y calidad de vida del paciente. El dolor irruptivo sin
causa reconocible es más imprevisible y, por tanto, más difícil de tratar satisfactoriamente (no
incidental).
Dolor no oncológico
También se llama dolor no maligno o benigno e incluye todos aquellos dolores que no son
secundarios a un proceso oncológico o a sus tratamientos.
Sistema nervioso
Sistema musculoesquelético
La importancia del dolor musculoesquelético, al margen de que es el que con mayor frecuencia
vemos en las unidades del dolor, es el enorme impacto socioeconómico que implica. De hecho, el
dolor musculoesquelético supone una carga económica que se coloca inmediatamente detrás de
la carga que supone la enfermedad cardiovascular.
Cuando clasificamos el dolor en función de su intensidad, debemos ser conscientes de que nos
basamos en la información aportada por el paciente y que ésta siempre es subjetiva.
La Escala Visual Analógica (EVA) es la escala más utilizada para medir el dolor. Se representa,
habitualmente, como una línea horizontal de 100 mm con anclajes en ambos extremos que van
desde ausencia de dolor hasta el peor dolor imaginable.
Leve
Moderado
Intenso
DOLOR DE ESPALDA
DOLOR REUMATOLÓGICO
DOLOR TRAUMATOLÓGICO
DOLOR ONCOLÓGICO
DOLOR NEUROPÁTICO
DOLOR GINECOLÓGICO
DOLOR ABDOMINAL
DOLOR POSTOPERATORIO
CEFALEAS Y MIGRAÑAS
Video 1
Los inhibidores de la COX-2 son un tipo de AINE que tienen menos probabilidades de causar
úlceras o hemorragias. Los COX-2 están asociados a complicaciones cardiovasculares. Hable con su
médico para establecer su riesgo de toxicidad cardiovascular.
Lista de AINE:
NOMBRE GENÉRICO
Diclofenac de sodio
Etodolac
Fenoprofen de calcio
Flurbiprofeno
Ibuprofeno
Indometacina
Ketoprofeno
Meclofenamato de sodio
Mefenamic ácido
Meloxicam
Nabumetone
Naproxeno
Naproxeno de sodio
Oxaprozin
Piroxicam
Sulindac
Tolmetin de sodio
Inhibidores de la COX-2
(Una categoría nueva de AINE)
Celecoxib
Salicilatos
(Una subcategoría de AINE)
Salicilatos acetilados
Compuestos con aspirina:
Anacin, Ascriptin, Bayer, Bufferin, Ecotrin, Excedrin
Salicilatos no acetilados
NOMBRE GENÉRICO
Salicitato de magnesio
Ar
Los AINE pueden provocar problemas gástricos, tales como dolor de estómago, pirosis, distensión
abdominal, estreñimiento, diarrea, náuseas y vómitos.
La aspirina, también conocida como ácido acetil salicílico, o AAS, pertenece a una familia de
fármacos llamados salicilatos.
Si se consumen grandes cantidades durante un período, se logra un alivio parcial del dolor, calor,
enrojecimiento e hinchazón asociados con la inflamación de muchas formas de artritis.
La supervisión cuidadosa del médico y el farmacéutico le ayudarán a obtener los mejores
resultados con la menor cantidad de efectos colaterales.
Presentación líquida
Comprimidos con protección
Comprimidos recubiertos especiales (capa entérica) para proteger el estómago
Supositorios
Muchos remedios comunes para el dolor y el resfriado contienen aspirina. Si ya está tomando
aspirina, consulte a su médico antes de tomar cualquiera de estos otros medicamentos.
¿Cuáles son los efectos colaterales de la aspirina?
Al igual que todos los medicamentos, la aspirina puede tener algunos efectos adversos
indeseables. Si usted toma aspirina regularmente, es importante que consulte a su médico. Si toma
cantidades superiores a las recomendadas por un médico, la aspirina puede ser peligrosa. Los
posibles efectos de la aspirina a cualquier dosis incluyen:
o Cólicos abdominales o estomacales, dolor, o malestar
o Pirosis o indigestión
o Náuseas o vómitos
Las úlceras y las hemorragias internas pueden ocurrir sin signos previos, por lo tanto es importante
que le realicen controles regulares.
Se conoce que la aspirina interfiere con la actividad de las plaquetas en el proceso de la
coagulación de la sangre.
La función renal puede resultar reducida.
Los salicilatos no acetilados son similares a la aspirina pero no contienen el componente acetil.
Sus efectos antiinflamatorios pueden ser menores que los de la aspirina; y probablemente
provoquen menos efectos colaterales.
Ejemplos; Salsalato, trilisato, disalcid, salicilato de sodio, salicilato de magnesio.
Efectos colaterales: Reacciones alérgicas en la piel y náuseas. Si se toman en exceso puede
producirse toxicidad al salicilato al igual que con AAS, como zumbido en los oídos. Los salicilatos
no acetilados tienden a tener menos efectos en el estómago, riñón y plaquetas