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El entrenamiento 

intermitente
El objetivo del entrenamiento deportivo no es otro más que valerse de los principios
adaptativos del organismo para dar lugar a la supercompensación de las distintas
variables fisiológicas. En los trabajos de resistencia, posiblemente las dos variables más
importantes sean el umbral anaeróbico y el consumo máximo de oxígeno, como así
también su relación con los diferentes sistemas energéticos. En otras palabras: para
mejorar la resistencia, hay que mejorar el suministro de energía.

El entrenamiento intermitente, que consiste en fases de alta muy alta intensidad y de


corta duración intercaladas con pausas incompletas, permite mejorar estas variables
haciendo que los distintos sistemas de energía sean requeridos en diferentes
ocasiones.Durante la fase activa, la frecuencia cardíaca tiende a aumentar, aunque no
podrá descender del todo en la fase pasiva, gracias a su corta duración. Esta
metodología es la que permite al trabajo intermitente conseguir que el deportista trabaje
por más tiempo en una zona de consumo máximo de oxígeno.

Por otro lado, y debido a los altos índices de velocidad que se manifiestan sobre todo en
las primeras repeticiones, el entrenamiento intermitente permite mejorar tanto la
potencia como la capacidad anaeróbica. Este es, sin lugar a dudas, otro de los ítems por
los cuales el trabajo intermitente se ha hecho tan popular en los deportes colectivos, en
especial el fútbol, donde estas cualidades son tan necesarias y la disposición temporal es
tan limitante.

Otra importante adaptación producida por el entrenamiento intermitente se da en las


fibras FT o rápidas. Debido al corto tiempo otorgado a la recuperación, las fibras
blancas mejoran su desempeño en condiciones adversas mejorando así su resistencia a
la fatiga.

Finalmente, las ventajas del método son diversas: permite un mayor trabajo en zonas de
alta intensidad, se ajusta a distintas demandas energéticas, tiene gran transferencia a los
deportes colectivos, permite una adaptación muscular más específica y hasta resulta un
método de entrenamiento más motivante. Claro que nunca debemos olvidar que ningún
método es definitivo, y que una planificación justa y equilibrada sabrá trabajar con todas
las herramientas a su disposición para obtener el éxito deportivo.
Aclaración sobre el entrenamiento
"intermitente"
 
Resumen
     Cada vez que aparece una metodología de entrenamiento deportiva, se desencadenan invariablemente dos problemas
aparentemente inevitables: gran entusiasmo hacia ese nuevo método, como si fuera una panacea o varilla mágica que promete
grandes resultados, que todo lo promete, como también grandes confusiones en cuanto a la técnica de su empleo y/ o saber
encasillarlo desde el punto de vista terminológico. Por lo tanto aquí se tiene la intensión de aclarar algunos puntos con relación
al Entrenamiento Intermitente.
    Palabras clave: Intervalltraining. Entrenamiento fraccionado. Entrenamiento intermitente. Efectos del entrenamiento.

Introducción
    A fines de la década de los años cuarenta del siglo pasado apareció el recordado
entrenamiento "a lo Zatopek", con una metodología que se pensó que iría a revolucionar a todo
el deporte. Es cierto que hubo cambios, pero no en la magnitud en que se esperaba, y además,
por aplicársele en circunstancias que no se debía, también provocó inesperados o sorpresivos
fracasos.

    La pérdida del equilibrio volvió a tener lugar unas décadas más tarde con el sistema del
entrenador neozelandés Arthur Lydiard y el alemán Dr. Ernest van Aaken, los cuales
preconizaron la realización de grandes kilometrajes semanales para los atletas, carrera continua
-especialmente por parte del último nombrado-, y no importa la especialidad que se trate. Se
estableció con ello una falsa relación entre las distancias a recorrer y el rendimiento del
deportista: ¡cuanto más se corre, tanto más se mejora el rendimiento! Si bien hasta cierto
punto hubo progresos, las exageraciones (¡250 - 300 kilómetros por semana!) provocaron
serias lesiones a nivel artro muscular: periostitis, tendinitis como también reiterados
vaciamientos glucogénicos no compensados, lo que finalmente provocó el abandono del
deporte por parte de talentosos corredores que habrían brillado en sus respectivas
especialidades.

    Por este motivo es necesario aclarar lo que es el Entrenamiento Intermitente (E. I.), dado
que no toda corrida en alta intensidad, que se repite varias veces y con pausas recuperatorias,
se debe designar de esta forma, en otras palabras: no todo entrenamiento efectuado con esta
técnica de trabajo es E. I.

Entrenamiento Fraccionado e Intermitente

    No existe en la actualidad una idea clara con relación a la diferencia entre ambos métodos.
Es la misma confusión, y en esto hay que ser reiterativos, la que existió por los años cincuenta,
en el cual se consideraba que todo entrenamiento que tenía interrupciones o fases de
recuperación, como por ejemplo desde uno hasta treinta minutos, eso era "intervalltraining". No
se comprendió que esta metodología de trabajo era una de las tantas que comprendía el
Entrenamiento Fraccionado. Mediante la metodología creada por el corredor checoeslovaco Emil
Zatopek, se hacían varios esfuerzos submaximales entre 68 y 85 segundos -400 metros- los
cuales tenían su acento en las fases de recuperación, de características "activas" desde el punto
de vista cardio respiratorio, en otras palabras, según las explicaciones de esa época, el
beneficio de dicho entrenamiento se daba en la pausa -la cual no debía prolongarse por encima
de los 90 segundos- y no tanto en la propia corrida. Debido a ello es que se le designó como
"intervalltraining" o "entrenamiento de intervalos". Luego, una década más adelante, Roskamm,
Reindell y Gerschller (los dos primeros cardiólogos, el tercero entrenador), después de
exhaustivos estudios de laboratorio modificaron la metodología del corredor checo reduciéndola
a corridas de 100 a 200 metros, pero con la misma orientación biofuncional, es decir, cardio
respiratoria. Esta técnica de trabajo no ha perdido vigencia en absoluto, dado que, aplicado
correctamente, sigue ofreciendo excelentes beneficios para los deportistas fondistas.

    El "entrenamiento de intervalos" está orientado hacia las especialidades aeróbicas, como las
carreras de 1500 metros hasta la maratón. Estas cargas de trabajo deben ser realizadas dentro
de cierto margen de intensidad, las cuales designamos actualmente como "fraccionado o
intervalado aeróbico". Por su magnitud en la unidad de tiempo, compromete de manera
prevalente el mecanismo oxidativo, es decir, la producción de energía desde fuente
mitocondrial, e inclusive, efectuándose hasta el límite del comienzo del mecanismo
prevalentemente anaeróbico, posibilita el incremento del VO2 max. Pero estas mismas
distancias, recorridas a mayor intensidad, por encima del VO2 max. -110 a 120% de dicho
parámetro y dependiendo del trecho fraccionado- ya dejan de impactar con tanto énfasis sobre
esta área celular y lo hacen en la esfera citoplasmática, extra -mitocondrial, es decir, sobre el
mecanismo glucolítico - anaeróbico - lactácido (Keul, 1989; Hollmann, 1990). Esta es la "piedra
de toque" para la velocidad prolongada como ser 200, 400, 800 metros para el atletismo, 50,
100 y 200 en la natación. Esto constituye el Entrenamiento Fraccionado o Intervalado
Anaeróbico. De acuerdo a lo expuesto, el Entrenamiento Fraccionado consiste en fraccionar las
distancias competitivas con cargas o intensidades que estén íntimamente vinculadas con el
ritmo de carrera, con las posibilidades del deportista o atleta para determinada distancia, con
márgenes porcentuales de velocidad que se concretan sobre el ámbito aeróbico para los
fondistas y el anaeróbico en la velocidad prolongada: ¡aún con las mismas distancias
fraccionadas! ("De la aeróbico a lo anaeróbico" www.efdeportes.com).

    ¿Cuál es la confusión existente en la actualidad? En que, de la misma forma que hace


cincuenta años a todo trabajo con interrupciones se le consideraba como "intervalltraining", en
la actualidad al entrenamiento que consiste en una sucesión o repetición de esfuerzos se
considera como "intermitente", no importa el trecho que se trate. Ello puede ser cierto desde el
punto de vista gramatical. Por ejemplo, la Enciclopedia Larousse considera "intermitente: que
se interrumpe y prosigue a intervalos". Pero desde el punto de vista técnico metodológico
dentro del deporte, el E. I. tiene sus diferencias con relación a la consideración enciclopédica.

    En el E. I. no existe fraccionamiento alguno con relación a la distancia y velocidad


competitiva. Aquí se trata de esfuerzos breves, que no superan los 4 a 6 segundos, realizados
en alta intensidad, como mínimo el 90% de la máxima capacidad del deportista para ese tiempo
o trecho, no importa la especialidad cíclica que se trate. Las pausas entre cada corrida oscilan
entre los 20 y 25 segundos.

    En realidad esta metodología de trabajo no es nada nueva. Paavo Nurmi ya realizaba algo
bastante parecido por la década de los años veinte del siglo pasado y obviamente con una
inspiración empírica. Lauri Pihkala, el cual sin ser el entrenador del gran corredor finlandés, sí
estuvo vinculado de alguna forma con su metodología de trabajo, explicaba que Nurmi, en la
sesión de la tarde -este se entrenaba dos y tres veces por día- trotaba lentamente sobre el
césped con alternancia de corridas tipo "sprint" entre 60 y 80 metros.

    A fines de la década de los años cincuenta, el entrenador neozelandés Arthur Lydiard ya
sistematizó este trabajo. Ejemplos de ello han sido Peter Snell y Murray Halberg: ambos
campeones olímpicos en Roma (1960); el primero de ellos en los 800, mientras que el segundo
en los 5000 metros. De acuerdo a esta metodología, Peter Snell realizaba 4 a 5 vueltas de pista
mientras que Halberg 10 a 12, en la cual alternaban 50 metros de alta velocidad por 50 de trote
bien lento. A esto los norteamericanos designaron en su momento como "wind sprints".

    El Entrenamiento Fraccionado Aeróbico o "intervalltraining" compromete el mecanismo


aeróbico muscular. El Fraccionado Anaeróbico -es decir, cargas de trabajo entre los 100 y 600
metros realizados en alta intensidad- la dinámica del trabajo provoca de forma prevalente una
elevada lactacidemia y acidosis orgánica, necesaria para encarar las disciplinas anaeróbica
lactácidas, como ser las tipificadas por los 400 y 800 metros del atletismo. Pero ¿cuál es el
objetivo del E. I? Llamativamente combina el mecanismo anaeróbico alactácido -es decir, los
fosfágenos- con el oxidativo o aeróbico.

    Existen disciplinas deportivas en las cuales es necesario evitar la acidosis muscular, o más
explícitamente, "esquivar" la glucólisis anaeróbica vía lactato, y hacerla, en cambio, hacia el
piruvato y mitocondria. De acuerdo a ello, con el E. I. se potencian los siguientes aspectos:

 Incremento del VO2max.


 Se evita una lactacidemia elevada.

 No se modifica el pH.

 Se incrementa la velocidad y/o potencia de las fibras musculares del tipo II.

 Se incrementa el metabolismo de la glucosa desde estas mismas fibras musculares,


situación que no se presenta con el Fraccionado o Intervalado Aeróbico, el cual permite
hacerlo de manera prevalente con las fibras I.

    Debido a que la intensidad de cada corrida es alta, se pone en función de forma acelerada el
mecanismo glucolítico, pero como la duración de la misma es relativamente breve, este proceso
metabólico no alcanza sus máximas posibilidades y por consiguiente la lactacidemia varía en
poca magnitud. Durante la pausa la frecuencia cardiaca desciende ligeramente, lo que permite
durante el transcurso del trabajo -15, 20, 25 minutos totales de duración- mantener tanto los
niveles del consumo de oxígeno y con solo pequeñas variaciones de la lactacidemia. En realidad
se produce un "steady - state" de lactato, es decir, un buen balance en su producción y
remoción. Obviamente la misma se incrementa hasta alcanzar la debida "posición" de equilibrio.
Ello es obvio debido a que la duración total del entrenamiento demuestra la neta prevalencia de
los mecanismos oxidativos. La variación de 1mMol x L -1 durante todo el desarrollo del trabajo,
no varía sensiblemente este estado de equilibrio (Heck, 1989).

    La duración total del entrenamiento y la intensidad, se determina teniendo en cuenta que a
misma velocidad de corrida y duración de la pausa, la magnitud de la frecuencia cardíaca y la
lactacidemia -obviamente esto último a nivel sanguíneo- se deben de mantener relativamente
constantes.

    De todas maneras es necesario aclarar que no se está en contra de los trabajos fraccionados
realizados en alta intensidad dado que produce excelentes beneficios, especialmente teniendo
en cuenta a las disciplinas deportivas que se estructuran sobre la velocidad prolongada e
inclusive con mejoras en el VO2max.

    Se puede determinar básicamente, que por las características técnicas del Entrenamiento
Intermitente, proporciona gran utilidad para los deportes de conjunto, pero de manera
secundaria para los deportes cíclicos, como ser las carreras atléticas.

    Resumiendo:

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