Está en la página 1de 87

BOLETÍN DE JURISPRUDENCIA DE LA CÁMARA FEDERAL DE CASACIÓN

PENAL (C.F.C.P.) -PANDEMIA COVID 19-


PERIODO DICIEMBRE 2020

I. INDICE TEMÁTICO
I. FALLOS TRASCENDENTES DE LA CÁMARA FEDERAL DE CASACIÓN PENAL 8
A. PRISIÓN PREVENTIVA 8
1. Prisión preventiva. Excarcelación concedida. Recurso fiscal. Inadmisible. Decisión fundada.
Condena no firme. Inexistencia de riesgos procesales. Arraigo constatado. Cumplimiento de
las obligaciones impuestas. Código Procesal Penal Federal. 8
PRADAS, Luis Martín 8
2. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria provisoria. Hacer lugar al recurso de la defensa.
Pandemia Covid 19. Omisión de análisis fundado en relación a la condición de riesgo del
condenado. Art. 210 C.P.P.F. Devolver para nuevo pronunciamiento. 8
ARCE, Miguel Eduardo 10
3. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Rechazar recurso. Decisión fundada. Ley 24.660.
Atención médica garantizada. Hijos al resguardo de su progenitora y abuelos. No procedencia
de medidas alternativas. Pandemia Covid-19. Encomendar al tribunal el cumplimiento de las
medidas de prevención, salud e higiene. 10
SALAS SALINAS, Daniel Alejandro 11
4. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Inadmisible. Inexistencia de cuestión federal y
arbitrariedad. Protocolos de prevención de contagio y propagación en el establecimiento
carcelario. Guardia médica y enfermería las 24 horas. Provisión de medicamentos
permanente. Riesgos procesales. Pandemia Covid-19. Acordadas 3/20 y 9/20 CFCP.
Encomendar al tribunal el cumplimiento de las medidas de prevención, salud e higiene. 11
CRUZ, Jorge Luis 12
5. Prisión preventiva. Procesamiento con prisión preventiva revocado y falta de mérito. Hacer
lugar a los recursos de la querella y del ministerio público. Lesa humanidad. Falta de
fundamentación. Valoración fragmentaria de la prueba. Errónea interpretación de las reglas
de la participación. Estar al procesamiento del juez federal. 12
SALICE, Alejandro Federico y otro 14
6. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Rechazar recurso. Delito de lesa humanidad.
Pandemia Covid-19. Cuadro clínico favorable. Atención médica garantizada. No cumplimiento
de requisito etario. Art. 32 de la ley 24.660. Unidad carcelaria con subpoblación. Acordada
9/20 CFCP. Riesgos procesales. Rebeldía anterior. Encomendar el cumplimiento de las
medidas de prevención, salud e higiene. 14
SANDOVAL, Mario Alfredo 16
7. Prisión preventiva. Excarcelación. Prisión domiciliaria en subsidio. Hacer lugar parcialmente
al recurso de casación, anular el punto II de la resolución impugnada que dispuso rechazar
arresto domiciliario y remitir para que se dicte un nuevo pronunciamiento. Riesgos
procesales. Dictamen Fiscal favorable. Ausencia de contradictorio. Decisión arbitraria. Medias
alternativas art. 210 CPPF. 16
TEJERINA, Anahí Rosana 18

1
8. Prisión preventiva. Excarcelación. Riesgos procesales. Hacer lugar al recurso de la defensa.
Anular la decisión. Remitir para nuevo pronunciamiento. 18
CORDOBA, Oscar Matías 19
9. Prisión preventiva. Excarcelación. Inadmisible. Recurso de la defensa. Imputado en arresto
domiciliario. Delitos de lesa humanidad. Riesgos procesales. Gravedad del hecho. Derecho al
recurso garantizado. Plazo razonable del encarcelamiento preventivo. 19
TORRALVO, Ricardo Oscar 20
10. Arresto domiciliario concedido. Recurso fiscal. Causa que volvió de CSJN. Delitos de lesa
humanidad. Doctrina CSJN. Situación actual del imputado. Actualización de informes médicos
y psicosociales previo a resolver. Hacer lugar al recurso, anular la resolución recurrida. 20
LÓPEZ, Enrique Andrés 20
11. Prisión preventiva. Excarcelación. Recurso inadmisible. Riesgos procesales. Código
Procesal Penal Federal. Pandemia Covid-19. Falta de demostración de peligro cierto y
concreto para la salud. 20
GALARZA, Martín Osvaldo 21
B. EJECUCIÓN PENAL 22
1. Ejecución penal. Sanciones disciplinarias. Recurso inadmisible. Inexistencia de cuestión
federal. Decisión no arbitraria. Planteo de nulidad improcedente. Doble conforme. 22
SOSA, Marina Fabiana 23
2. Ejecución penal. Estímulo educativo. Art. 140, incs. “a” y “b”, Ley 24.660. Recurso
inadmisible. Petición orientada al dictado de una declaración genérica. Inexistencia de
arbitrariedad. 23
RUIZ, Ernesto Adrián 24
3. Ejecución penal. Expulsión anticipada. Rechazar recurso. Art. 64, inc. “a”, Ley 25.871.
Ausencia de cumplimiento del requisito temporal. Invocación genérica del contexto de
pandemia Covid 19. Encomendar. Acordada 3/20 CFCP. 24
LÓPEZ GARAY, Geremías Lisario 25
4. Ejecución penal. Nulidad de la Resolución de Tratamiento. Rechazar recurso. Concepto.
Sentencia fundada. Art. 3, Ley 24.660. Principio acusatorio. Falta de dictamen fiscal favorable.
25
SAVIOLI, Ariel Enrique 26
5. Ejecución penal. Cómputo de pena. Observación. Rechazar recurso. Excarcelación en
términos de libertad condicional previo a firmeza de sentencia condenatoria. Sentencia
fundada. 26
MAIDANA, Sergio Gabriel 27
6. Ejecución penal. Estímulo educativo. Recurso de la defensa. Nulidad. Hacer lugar, anular y
devolver para un nuevo pronunciamiento. Ausencia de contradictorio. 27
BAMBA, Santos Eliberto 28
7. Ejecución penal. Prisión domiciliaria. Rechazo. Padre de niños menores de edad. Interés
superior del niño. Decisión fundada. Niños contenidos y cuidados por su tío y su progenitora.
Encomendar al tribunal el cumplimiento de medidas de prevención, salud e higiene. 28
MONTAÑO CHAMBI, Primo 29

2
8. Ejecución penal. Libertad asistida. Hacer lugar al recurso, casar la decisión y remitir para
que se conceda la libertad asistida. Art. 54, ley 24.660. Cumplimiento temporal. Principio de
progresividad y resocialización. Vencimiento próximo de la pena. 29
ACOSTA, Ezequiel Adalberto 30
9. Ejecución penal. Unificación de penas. Recurso de la defensa. Rechazo. Recurso infundado.
Condena anterior agotada. 30
BRESSI ESCALANTE, Daniel Raúl 31
10. Ejecución penal. Libertad condicional. Rechazo de planteo de inconstitucionalidad de los
arts. 56 bis de la ley 24.660 -según la ley 27.375- y 14, inc. 10, CP. Rechazar recurso. Alcance
de la opinión fiscal favorable. Constitucionalidad de la ley 24.660 -según ley 27.375-. Régimen
preparatorio para la liberación. No afectación de derechos y garantías constitucionales. 31
MOLINA, Juan Ramón 33
11. Ejecución penal. Libertad asistida denegada. Hacer lugar al recurso de la defensa. Falta de
debido control jurisdiccional de informes de autoridad penitenciaria -art. 3, Ley 24.660-.
Fundamentación aparente. Arbitrariedad. Reenviar para nuevo pronunciamiento. 33
GALLICET, Hugo Raúl 34
12. Ejecución Penal. Prisión domiciliaria. Recurso inadmisible. Inexistencia de agravio federal.
Pandemia Covid-19. Acordada 3/20 CFCP. Encomendar al tribunal el cumplimiento de las
medidas de prevención, salud e higiene. 34
MARTÍNEZ, Juan Carlos 34
13. Ejecución Penal. Libertad asistida rechazada. Recurso defensa. Informes SPF negativos.
Pronóstico desfavorable de reinserción social. Sentencia fundada. Recurso inadmisible. 35
JAZYNKA, Lucas Ezequiel 35
14. Ejecución penal. Cómputo de pena. Hacer lugar, anular y reenviar para nuevo
pronunciamiento. Posición fiscal favorable. Cómputo de tiempo de detención de otro
proceso. 35
BELLO, Pablo Ariel 36
15. Ejecución penal. Prisión domiciliaria. Recurso inadmisible. Inexistencia de cuestión federal
y arbitrariedad. Decisión fundada. Arts. 10 inc. f, C.P., y 32 inc. f, Ley 24.660. 36
HARO CASTILLO, Jhonny Celestino 37
16. Ejecución penal. Modificación del monto de la pena impuesta y de las condiciones de su
cumplimiento. Art. 504 CPPN. Hacer lugar, anular y reenviar para que se dicte nuevo
pronunciamiento. Decisión arbitraria. Posición de garante del Estado respecto a las personas
privadas de libertad. Obligación de reparar. Víctimas de violaciones derechos humanos.
Padecimientos sufridos en el establecimiento carcelario. Interés superior del niño.
Cumplimiento de condena por hechos cometidos cuando era menor de edad. Dictamen fiscal
favorable. Art. 2 de la “Ley de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de Delitos” (Ley
27.372). 37
SILVERO YBARRA, Juan Carlos 40
17. Ejecución penal. Libertad condicional. Rechazo de planteo de inconstitucionalidad del art.
14, inc. 10, CP -según la ley 27.375-. Rechazar recurso. Constitucionalidad de la norma.
Régimen preparatorio para la liberación. No afectación de derechos y garantías
constitucionales. 40
HOLGUIN RODRÍGUEZ, María Altagracia 41

3
18. Ejecución penal. Unificación de condenas. Hacer lugar, anular la decisión y remitir para
nuevo pronunciamiento. Omisión de audiencia de visu. Ausencia de dictamen fiscal. Falta de
previo debate entre partes. Sistema acusatorio. 41
CASTAÑO, Fernando Fabián 42
19. Ejecución penal. Salidas transitorias. Hacer lugar, anular y remitir para que se dicte nuevo
pronunciamiento. Decisión arbitraria. Pandemia Covid-19. Emergencia sanitaria.
Incorporación al beneficio solicitado corresponde ser tratado. Requerir informes. 42
PALOMEQUE, Ariel Román 42
C. HABEAS CORPUS 43
1. Habeas corpus. Rechazo. Vinculación familiar. Pandemia Covid-19. Videollamadas. Falta de
demostración de agravamiento de las condiciones de detención. Ley 23.098. 43
MARTÍNEZ ROJAS, Juan Mariano 43
2. Habeas Corpus correctivo. Rechazar recurso. Decodificador para televisión. Régimen de
visitas. Accionante incluido en el Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados.
Inexistencia de agravamiento de las condiciones de detención. Ley 23.098. Falta de realización
de audiencia del art. 14. Agravio meramente formal. 44
PÉREZ CORRADI, Ibar Esteban 44
D. SENTENCIAS DEFINITIVAS 45
1. Sentencia definitiva. Condena. Imposición de severidades. Recurso defensa. Valoración de
la prueba. Registros fílmicos. Insuficiencia probatoria. Duda. Absolución. Hacer lugar al
recurso, anular la sentencia y absolver al imputado -por mayoría-. 45
ESCHETINI SUELDO, Pablo Sebastián 46
2. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Rechazar. Comercio de
estupefacientes. Valoración probatoria. Art. 5, inc. c, ley 23.737. Elementos del tipo. 46
SALAS MARTÍNEZ, Silvestre 47
3. Sentencia definitiva. Condena. Privación ilegítima de la libertad por abuso funcional. Art.
144 bis, inciso 1º, del CP. Hacer lugar, anular en lo que respecta únicamente a la participación
legal y reenviar el legajo al a quo a efectos de que adecúe el punto 3 de la misma. Valoración
probatoria. Calificación legal. Valoración de hechos ya juzgados en otra causa como indicio de
ilicitud. Principio de congruencia. Fallo “Sircovich”, CSJN. Modificación de la participación del
delito- secundario a coautoría-. Derecho de defensa en juicio. 48
SALDANIO, Marcelo y OTROS 50
4. Sentencia definitiva. Condena. Juicio abreviado. Transporte de estupefacientes. Valoración
probatoria. Participación necesaria. Art. 11, inc. “c”, ley 23.737. Pena. Multa. Planteo de
inconstitucionalidad. Art. 21 CP. 51
MARTINEZ, Christian Ariel 52
5. Sentencia definitiva. Condena. Rechazar recurso. Transporte de estupefaciente. Denuncia
anónima. Valoración probatoria. Art. 5, inc. “c”, ley 23.737. Dolo. Ultraitencionalidad. Delito
consumado. Art. 12 CP. 53
ROAS, Reinaldo Esteban 54
6. Sentencia definitiva. Condena. Delitos de lesa humanidad. Rechazar recurso. Calificación
legal. Legalidad. Extinción acción penal. Prescripción. Plazo razonable. Congruencia.
Valoración probatoria. Responsabilidad penal. Concurso material. Constitucionalidad de la
pena de prisión perpetua. Mensuración de la pena. 54

4
MADRIGAL, Arturo y otros 57
7. Sentencia definitiva. Condena. Homicidio- art. 79, CP-. Recurso de la defensa. Rechazar.
Decisión fundada. Ausencia de los extremos exigidos por el art. 34, inc. 6, del CP. Valoración
probatoria. 57
CARABAJAL, Jesús Francisco 58
8. Sentencia definitiva. Condena. Juicio abreviado. Reincidencia. Recurso de la defensa. Hacer
lugar, anular la declaración de reincidencia y remitir para que se dicte un nuevo
pronunciamiento. Principio acusatorio resguardado. Decisión infunda. Deber de fundamentar.
58
SOSA, Segundo Sergio 59
9. Sentencia definitiva. Condena transporte de estupefacientes en concurso real con
resistencia a la autoridad. Recurso defensa. Valoración probatoria. Calificación legal aplicable.
Consumación del delito. Graduación de la pena. Sentencia fundada. Rechazar el recurso. 59
TARRAGA, Diego Aníbal 60
10. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Recurso fiscal. Inadmisible. Decisión fundada. Ley
27.430. Ley penal más benigna. 60
GRABYA S.R.L. y otro 61
11. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Rechazo. Planteo de nulidad.
Principio de congruencia garantizado. Ausencia de perjuicio. Derecho de defensa. Transporte
de estupefaciente. Delito imposible. Tenencia de estupefaciente con fines de
comercialización. Valoración probatoria. Figura prevista en el art. 14, primer párrafo, de la ley
23.737. No acreditación de sustancia inequívocamente para consumo personal. 61
VELAZQUE MOYANO, Segundo Fabio 63
12. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Recurso fiscal. Inadmisible. Suspensión del juicio
art. 77 CPPN. Incapacidad mental sobreviniente irreversible. Aplicación del inc. 5° del art. 336
CPPN. 63
MARQUIEGUI, Leandro Edgar 64
13. Sentencia definitiva. Juicio abreviado. Condena comercio de estupefacientes.
Inconstitucionalidad del art. 1º Ley 27.032. Recurso fiscal. Interpretación arbitraria del
artículo tachado de inconstitucional. Hacer lugar al recurso, anular la sentencia, apartar al
magistrado actuante y remitir al tribunal que corresponda a fin de que fije la pena de multa -
por mayoría-. 65
VARELA FLORES, Norberto Washington y otro 65
14. Sentencia definitiva. Recurso de la defensa. Planteo de nulidad. Intervención telefónica.
Rechazo. Asociación ilícita. Planteo inconstitucionalidad art. 210 CP. Rechazo. Imposición de
pena por delitos cometidos por menores de edad. Sistema penal juvenil. Convención sobre los
derechos del Niño. 66
PEÑA, Alicia y otros 67
15. Sentencia definitiva. Condena. Juicio abreviado. Declaración de reincidencia. Art. 50, CP.
Hacer lugar, revocar y remitir para que dicte nuevo pronunciamiento. Vulneración derecho
defensa. Omisión traslado a las partes. Decisión arbitraria. 68
PEÑA, Paulo Nahuel 69
16. Sentencia definitiva. Condena. Recursos de las defensas. Nulidades. Allanamiento.
Querella anónima. Contestación de la demanda por extemporánea. Suspensión del debate

5
por más de diez días. Actuación del Magistrado. Valoración probatoria. Calificación legal.
Trata de personas con fines de explotación sexual, agravado por los medios comisivos
empleados, por la pluralidad de víctimas y participantes y por haberse consumado la
explotación sexual. Decomiso de dinero y activos depositados. Indemnización civil. Sentencia
fundada. Rechazar recursos. 69
TOMASI SILVIO ANGEL Y OTROS 71
17. Sentencia definitiva. Condena. Admisinistración fraudulenta en perjuicio del Estado.
Partícipe necesario. Confirmar. Absolución. Estrago culposo. Confirmar. Apartamiento del rol
de querellante de la Oficina Anticorrupción. 72
DE VIDO, Julio Miguel y otro 73
18. Sentencia definitiva. Lesa humanidad. Condena. Absolución. Recursos de las defensas.
Recursos del fiscal y querellante. Imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad. Delitos
de asociación ilícita, aborto doloso, allanamiento ilegal y abuso deshonesto. Plan sistemático
de represión. Rechazo planteos de nulidad de la defensa. Identificación de los acusados al
inicio del debate. Acordada 1/12 CFCP. Ampliación de la acusación durante el debate. Valor
probatorio y verosimilitud de testimonios. Asociación ilícita. Autoría mediata. Tormentos.
Delitos contra la integridad sexual. Perspectiva de género. Control de la prueba.
Incorporación por lectura. Participación de un juez federal. Decisión arbitraria. Anulación de
la calificación legal de encubrimiento. Rechazo planteo de nulidad de las causas realizadas en
el marco de la ley 20.840. 73
MENÉNDEZ, Luciano Benjamín 76
E. OTROS TEMAS 77
1. Constitucionalidad de la Ley 27.304. Figura del “arrepenitdo”. Rechazar recursos de las
defensas. Legitimación para recurrir. Principio de Igualdad. Prinicpio de Legalidad. Garantía
constitucional de prohibición contra la autoincriminación. Nulidades. Registro de
declaraciones de imputados colaboradores por “medio técnico idóneo”. 77
DE VIDO, Julio Miguel y otros 80
2. Suspensión de juicio a prueba concedida. Recurso querella. Oportunidad para solicitar el
instituto. Extemporaneidad. Hacer lugar al recurso, anular la decisión impugnada -por
mayoría-. 80
ATKINSON, Guillermo y otros 81
3. Pedido de extinción de la acción penal abstracto. Recurso defensa. Suspensión de juicio a
prueba concedida. Resolución de la Sala 3 CFCP que ordena al Tribunal tratar la extinción de
la acción. Ley 27.260. Alteración cronológica de las cuestiones debatidas. Irregularidad en el
procedimiento. Hacer lugar al recurso, anular la decisión impugnada. 81
ATKINSON, Guillermo y otros 81
4. Extradición. Recurso de la defensa. Rechazo. Constitucionalidad de la Resolución n° 135/20
de Cancillería Nacional Argentina. Postergación del traslado. Pandemia Covid-19. Resguardo
de la salud de la persona a ser trasladada. 81
VALERO VALERO, Edgar Alejandro 82
5. Nulidad. Planteo de la defensa. Rechazo. Planteo improcedente. Observancia de las formas
establecidas por la ley. Defensa técnica eficaz garantizada. 82
SALA, Viviana 83

6
6. Suspensión de ejecución de la pena privativa de libertad. Art. 77 C.P.P.N. Lesa humanidad.
Hacer lugar al recurso de la defensa. Ausencia de controversia entre lo solicitado por la
defensa y el Ministerio Público Fiscal. Reenviar para nuevo pronunciamiento. 83
PIZARRO, Raúl Enrique 85
7. Determinación de pena. Hacer lugar, anular y reenviar para nuevo pronunciamiento.
Decisión arbitraria. Exceso jurisdiccional. Magistrada se apartó de la decisión de esta Sala I.
Omisión del estudio integral y armónico de la totalidad de las constancias del caso. 85
CARDOZO COLMAN, Elva 86
8. Recurso Extraordinario Federal. Recurso contra resolución que rechazó la impugnación
contra condena. Tramitación completa según Código Procesal Penal Federal. Revisión por
casación horizontal en trámite. Artículo 364 Código Procesal Penal Federal. No hacer lugar al
recurso. 86
RODRÍGUEZ, Maribel Carina 86

7
I. FALLOS TRASCENDENTES DE LA CÁMARA FEDERAL DE CASACIÓN PENAL

A. PRISIÓN PREVENTIVA

1. Prisión preventiva. Excarcelación concedida. Recurso fiscal. Inadmisible. Decisión


fundada. Condena no firme. Inexistencia de riesgos procesales. Arraigo constatado.
Cumplimiento de las obligaciones impuestas. Código Procesal Penal Federal.
Corresponde declarar inadmisible el recurso deducido por el representante del Ministerio
Público Fiscal contra la decisión que resolvió conceder la excarcelación Luis Martín Pradas,
bajo caución juratoria, en tanto no surge de la resolución impugnada vicio alguno de
fundamentación que lleve a su descalificación por vía de la doctrina de la arbitrariedad
(Fallos: 306:362 y 314:451, entre muchos otros); o de la verificación de graves defectos del
pronunciamiento (Fallos: 314:791; 321:1328; 322:1605). Para así decidir, el tribunal de
mérito compulsó los elementos obrantes en la causa y evaluó la situación del imputado con
ajuste a lo dispuesto en los artículos 316, 317 y 319 del CPPN y 221 y 222 del CPPF,
concluyendo que no subsisten, en la presente, concretos riesgos procesales. Consecuente
con esa línea argumental, señaló que la prisión de una persona que no ha recibido condena
firme debe ser, por definición, excepcional y evidenciarse el peligro de fuga por fuertes
indicios. Consideró que nada de eso se infiere en el presente caso, en función de que Pradas
cuenta con domicilio de arraigo donde vive su madre. En igual sentido evaluó que, conforme
surge del legajo de ingreso a la unidad de detención, el nombrado ha observado el
cumplimiento de los reglamentos carcelarios y no posee sanciones disciplinarias. El tribunal
de la anterior instancia concluyó que, no encontrándose acreditados los extremos
sostenidos por el órgano acusador para mantener restringida la libertad ambulatoria del
causante, el cual ha sufrido en este proceso un encierro de casi seis años (conf. Certificación
Actuarial 5 años 9 meses y 19 días), correspondía sin más ordenar la libertad bajo la forma
de excarcelación bajo caución juratoria. En conclusión, la decisión revisada es el resultado
de un razonable examen de las normas legales y, al mismo tiempo, se encuentra a resguardo
de cualquier crítica en cuanto a la inexistencia de riesgos procesales relevados por el a quo.
Dres. Mahiques, Yacobucci y Slokar.
PRADAS, Luis Martín
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2029/20 Resolución del 1/12/20
Causa N° FBB 12000007/2011/TO4/31/1/CFC9

2. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria provisoria. Hacer lugar al recurso de la defensa.


Pandemia Covid 19. Omisión de análisis fundado en relación a la condición de riesgo del
condenado. Art. 210 C.P.P.F. Devolver para nuevo pronunciamiento.
Corresponde, por mayoría, hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa
publica oficial de Miguel Eduardo Arce, anular la resolución recurrida -dejar sin efecto la
prisión domiciliaria provisoria concedida al nombrado- y, en consecuencia, devolver las
actuaciones al tribunal de origen para que dicte una nueva resolución con arreglo a los
lineamientos aquí sentados. Ello así, por cuanto que, sin perjuicio de las consideraciones
8
realizadas por el tribunal de la anterior instancia en relación a la emergencia sanitaria, las
cuales sustentaran oportunamente la concesión del arresto domiciliario en favor de Miguel
Eduardo Arce, en el caso puntual omitió todo tipo de análisis fundado en relación a la
condición de riesgo que presenta el nombrado ante la situación epidemiológica (COVID),
limitándose a señalar que luego de cuatro meses del dictado de esa resolución, se habían
modificado favorablemente las circunstancias sanitarias tanto a nivel provincial, como en el
establecimiento penitenciario donde el nombrado se encuentra alojado, tras la
implementación de una serie de protocolos y medidas sanitarias. Al conceder el arresto
domiciliario oportunamente solicitado por la defensa de Arce, el a quo resaltó que por su
edad, así como por las patologías que padece, se encuentra dentro del grupo de mayor
vulnerabilidad frente a un eventual contagio de coronavirus dentro del penal, pasando por
alto -en esta oportunidad- dichos extremos y limitándose a efectuar afirmaciones de
carácter abstracto sin ninguna referencia específica a la situación de Miguel Eduardo Arce.
A fin de sustentar su decisión, el tribunal no adoptó ninguna medida tendiente a constatar
si Arce, en relación a los antecedentes médicos que padece, puede ser tratado
adecuadamente en la unidad penitenciaria de alojamiento. La verificación de tales extremos
fue solicitada por la defensa, sin perjuicio de lo cual, el a quo revocó el beneficio concedido
sin que consten gestiones tendientes a darle intervención a especialistas del Cuerpo Médico
Forense. El tribunal a quo no explicitó la insuficiencia de la medida alternativa impuesta al
imputado de conformidad con lo establecido en el art. 210 del Código Procesal Penal
Federal, más aun teniendo en cuenta el carácter dinámico de la pandemia declarada a causa
del virus COVID-19. La resolución recurrida no cuenta con fundamentos mínimos,
necesarios y suficientes para ser considerado un acto jurisdiccional válido en los términos
del art. 123 del CPPN. La disidencia postuló la inadmisibilidad del recurso, por cuanto la
defensa de Miguel Eduardo Arce no logró demostrar la existencia de un agravio federal
debidamente fundado, toda vez que se limitó a invocar defectos de fundamentación en la
resolución impugnada, a partir de una discrepancia sobre la interpretación de las
circunstancias concretas del caso que el tribunal a quo consideró relevantes para revocar la
prisión domiciliaria que fuera concedida en fecha 30 de marzo del año en curso. Las
discrepancias valorativas expuestas por la parte recurrente sólo reflejan que no se
comparten los fundamentos brindados por el tribunal de la anterior instancia, más esa
circunstancia no configura un agravio fundado en la doctrina de la arbitrariedad (Fallos:
306:362 y 314:451, entre muchos otros), en los graves defectos del pronunciamiento
(Fallos: 314:791; 321:1328 y 322:1605), o en alguna cuestión federal (Fallos: 328:1108). Los
jueces del tribunal oral efectuaron en la oportunidad una revisión de las condiciones y
circunstancias que enmarcan la petición de arresto domiciliario para el cumplimiento de la
pena de 6 años oportunamente impuesta a Arce, en virtud del dinamismo que reviste la
situación epidemiológica. Todo ello, además, teniendo en consideración el estado actual
del servicio sanitario del complejo penitenciario y las patologías del nombrado, que lo
incluyen en grupo de riesgo ante un eventual contagio del virus de COVID-19, extremo que
fue valorado también al momento de conceder la morigeración de la detención. Dres.
Figueroa -en disidencia-, Petrone y Barroetaveña.

9
ARCE, Miguel Eduardo
Magistrados: Figueroa, Petrone, Barroetaveña.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1681/20 Resolución del 01/12/20
Causa N° FMZ 14282/2016/3/CFC13

3. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Rechazar recurso. Decisión fundada. Ley


24.660. Atención médica garantizada. Hijos al resguardo de su progenitora y abuelos. No
procedencia de medidas alternativas. Pandemia Covid-19. Encomendar al tribunal el
cumplimiento de las medidas de prevención, salud e higiene.
Corresponde rechazar el recurso deducido por la defensa contra la resolución que no hizo
lugar al pedido de arresto domiciliario, pues el a quo fundó su decisión en un ajustado
análisis de las normas que regulan el arresto domiciliario, y evaluó correctamente el estado
de salud del encausado en el actual contexto excepcional, derivado de la pandemia. En este
punto, el a quo destacó que de los informes médicos incorporados a la causa no surgían
acreditados los extremos exigidos por el art. 32 inc. a) de la ley 24.660 y evaluó que la
afección del interno se encontraba adecuadamente tratada y no le impedía permanecer
alojado en la unidad penitenciaria. En lo tocante a la causal prevista en el art. 32 inc. f) de
la ley 24.660, destacó el tribunal a quo, que, de acuerdo con el informe de la Dirección de
Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia de San Juan, los hijos menores del encausado
se encuentran bajo el cuidado de su madre, de los abuelos paternos y del abuelo materno,
quien convive con los niños desde el mes de enero de este año. Valoró asimismo que desde
el punto de vista socioeconómico las necesidades básicas de los menores se encuentran
cubierta y que los tres niños se hallan escolarizados, que cuentan con asistencia de salud y
que sus carnets de vacunación se encuentran completos. Con esa evidencia, se descartó
que los hijos de Salas Salinas se encuentren en una situación de desamparo o de inseguridad
material o moral que habilite la concesión del beneficio solicitado. Por último, en atención
al planteo subsidiario del impugnante de que se le conceda a su asistido alguna medida de
coerción menos lesiva de las previstas en el art. 210 del CPPF, corresponde remitirse a lo
resuelto por esta Sala el pasado 10 de septiembre en la causa Nº FMZ
59239/2018/TO1/19/CFC2, caratulada Salas Salinas, Daniel Alejandro s/ recurso de
casación, Reg. nro.: 1301/20, oportunidad en la cual se evaluó, con ajuste a lo dispuesto en
los arts. 316, 317 y 319 del Código Procesal Penal de la Nación y 210 y 221 del Código
Procesal Penal Federal, los concretos riesgos procesales verificados en la causa que
impedirían el otorgamiento de lo solicitado. Sin perjuicio de ello, deberá encomendar a las
autoridades de la unidad carcelaria de alojamiento, arbitren los medios necesarios
tendientes a dar cumplimiento y a extremar las medidas de prevención, salud e higiene. La
disidencia señaló que correspondía atender a la nulidad de la resolución en crisis, por
cuanto el a quo ha decidido la cuestión sin haber dado intervención a la Defensoría Pública
de Menores e Incapaces para que se pronuncie respecto del mejor interés de los menores,
lo cual resultaba ineludible a los fines de garantizar el invocado interés superior de los niños.
En virtud de ello, postuló hacer lugar al recurso de casación, anular la resolución en crisis y
reenviar las actuaciones al tribunal de procedencia a fin de que -con la previa intervención

10
de todas las partes- se dictara un nuevo pronunciamiento. Dres. Mahiques, Yacobucci y
Slokar -en disidencia-.
SALAS SALINAS, Daniel Alejandro
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2031/20 Resolución del 1/12/20
Causa N° FMZ 59239/2018/TO1/18/CFC5

4. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Inadmisible. Inexistencia de cuestión federal y


arbitrariedad. Protocolos de prevención de contagio y propagación en el establecimiento
carcelario. Guardia médica y enfermería las 24 horas. Provisión de medicamentos
permanente. Riesgos procesales. Pandemia Covid-19. Acordadas 3/20 y 9/20 CFCP.
Encomendar al tribunal el cumplimiento de las medidas de prevención, salud e higiene.
Corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por la defensa pública
oficial de Jorge Luis Cruz contra la decisión del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de
La Plata, provincia de Buenos Aires, que dispuso no hacer lugar al pedido de arresto
domiciliario del nombrado (artículo 32 de la ley 24.660 -texto según ley 26472- y 10 del
Código Penal, ambos a contrario sensu y 210, 221 y 222 del Código Procesal Penal de la
Nación. Ello así, por cuanto las discrepancias valorativas expuestas por la parte
impugnadora sólo reflejan que no se comparten los fundamentos brindados por el tribunal
a quo, más esa circunstancia no configura un agravio fundado en la doctrina de la
arbitrariedad (Fallos: 306:362 y 314:451, entre muchos otros), en los graves defectos del
pronunciamiento (Fallos: 314:791; 321:1328 y 322:1605), o en alguna cuestión federal
(Fallos: 328:1108); por lo que no corresponde la intervención de la jurisdicción de esta
Cámara. El aludido tribunal, en consonancia con el criterio postulado por el representante
del Ministerio Público Fiscal de la instancia anterior, valoró la necesidad de mantener la
modalidad de detención dispuesta respecto del nombrado y destacó que el 6 de abril
próximo pasado resolvió de forma desfavorable sobre un pedido de prisión domiciliaria del
imputado Cruz y consideró que continuaban vigentes las circunstancias oportunamente
ponderadas. También señaló que esta Sala I resolvió declarar inadmisible el recurso
interpuesto por la defensa contra esa decisión (cfr. legajo FLP 38163/2016/TO1/12/CFC23,
caratulado “CRUZ, Jorge Luis s/ recurso de casación”, rta. el 21/04/20). Seguidamente,
precisó que las autoridades competentes en la materia están adoptando medidas para
contrarrestar las complicaciones que la contracción del virus pudiera generar y aseguran la
posibilidad de mantener plenamente vigentes los protocolos de prevención de contagio y
propagación en el establecimiento carcelario. Agregó a ello que de los informes remitidos
por el Hospital Penitenciario Federal I de Ezeiza se desprende que cuenta con servicio
médico de diversas especialidades para la atención de los imputados, con personal médico
de guardia y enfermería las 24 horas, los 365 días del año, para las urgencias y/o
emergencias médicas y provisión de medicamentos permanente. Por último, precisó que
“(l)a situación de Cruz no encuadra en ninguno de los supuestos del art. 32 de la ley 24660
o del art. 10 del Código Penal [y] que la opinión plasmada no ha de modificarse a partir del
análisis del caso a la luz de lo previsto en los arts. 210, 221 y 222 del Código Procesal Penal
Federal, en tanto, el riesgo de que Cruz se sustraiga del accionar de la justicia y, en

11
particular, del cumplimiento de la pena no firme impuesta por este Tribunal Oral el 17 de
febrero de 2020, de once (11) años de prisión, no puede -por el momento- ser neutralizado
o minimizado con una medida menos lesiva […]”.En tal sentido, las alegaciones de la parte
expuestas en el recurso en trato traslucen una disconformidad con el análisis efectuado por
el tribunal sobre la cuestión, sin lograr conmover, a través de los argumentos expuestos, los
fundamentos antes señalados. Ello, sin perjuicio de que la cuestión aquí debatida pueda ser
reeditada, teniendo en cuenta la evolución del estado de salud del nombrado y el carácter
dinámico de la pandemia antes mencionada. No obstante lo antes expuesto, corresponde
encomendar al tribunal a quo, que continúe el seguimiento dispuesto a la unidad carcelaria
donde Jorge Luis Cruz se encuentra detenido, en los términos de la Acordada 3/20 de esta
CFCP y el punto 4) de la Acordada 9/20 de esta CFCP y “Guía de actuación para la prevención
y control del COVID- 19 en el SPF” (DI- 2020-58-APN-SPF#MJ, del 26/03/2020). Dres.
Barroetaveña, Figueroa y Petrone.
CRUZ, Jorge Luis
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1697/20 Resolución del 2/12/20
Causa N° FLP 38163/2016/TO1/12/CFC26

5. Prisión preventiva. Procesamiento con prisión preventiva revocado y falta de mérito.


Hacer lugar a los recursos de la querella y del ministerio público. Lesa humanidad. Falta
de fundamentación. Valoración fragmentaria de la prueba. Errónea interpretación de las
reglas de la participación. Estar al procesamiento del juez federal.
Corresponde hacer lugar a los recursos interpuestos por la querella y el Ministerio Público
Fiscal, dejar sin efecto el decisorio recurrido en cuanto dispone la falta de mérito para
procesar o sobreseer a Alejandro Federico Salice y Roberto Horacio Sifón y, por mayoría,
estar al procesamiento dictado por el juez federal, remitiéndose las actuaciones a la Sala I
de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de esta ciudad,
para que tome conocimiento de lo aquí resuelto y, por su intermedio, se devuelvan al juez
federal de primera instancia a fin de que, con la debida celeridad, continúe con la
tramitación del proceso según su estado. Ello así, por cuanto el análisis efectuado por el
tribunal a quo en su fallo carece de una ajustada y suficiente fundamentación y los jueces
persisten en su omisión de examinar armónicamente las pautas destacadas en el decisorio
del 4 de diciembre de 2019, no satisfaciendo, por ende, la exigencia de validez de los
pronunciamientos jurisdiccionales que impone siempre la aplicación razonada del derecho
vigente con adecuada referencia a las constancias de la causa. En efecto, aquellos
lineamientos demandaban, cuanto menos, la exposición de alguna consideración adicional
a las ya efectuadas; más, en la ocasión, mis colegas de la instancia anterior se limitaron a
memorar los reglamentos militares y a insistir en su análisis original, apoyados en los
mismos pilares, para arribar a la conclusión de que no podían ni sobreseer ni confirmar el
procesamiento dispuesto en la etapa preliminar, por lo que correspondía, en su opinión, el
dictado de la falta mérito. Sin embargo, al echar mano a esta decisión intermedia, era
necesario orientar al juez federal acerca de cómo proseguir con las actuaciones, pues el
instituto previsto en el art. 309 del CPPN sólo se inclina por una conclusión no afirmativa

12
acerca de la existencia o inexistencia de la imputación, siendo “…su consecuencia… un
simple corolario del deber de sujeción del imputado al proceso” (cfr. D´Albora, Francisco J.,
p. 532/3). La mera referencia a: “… debiéndose profundizar la investigación en base a los
parámetros señalados en la presente resolución”, efectuada sin hacer ninguna precisión a
qué elementos estaban ausentes, no alcanza para satisfacer esa finalidad, pues, de lo
contrario, el temperamento adoptado parecería encubrir -y en esto coincido con el señor
Fiscal General de la Cámara Federal de Casación en su presentación en el término de oficina-
un fallo liberatorio, trayendo como consecuencia la paralización del proceso y el riesgo de
que, al permanecer esta falta de definición sobre la situación procesal de los imputados por
tiempo indeterminado, se prive a las víctimas y a la sociedad del debido esclarecimiento del
hecho y de la posibilidad oportuna de enjuiciamiento de los responsables por un delito
catalogado como de lesa humanidad, aparejando una grave responsabilidad para el Estado
argentino. De ser así -y descartado por el momento el sobreseimiento-, los elementos de
prueba arrimados por la acusación y recogidos por el fallo de grado y que conforman la
acreditación fáctica y de responsabilidad en relación a ambos imputados, ya estarían
reunidos con el grado de probabilidad que se exige para esta etapa del proceso y, por lo
tanto, su discusión y dilucidación en otros términos y en igualdad de condiciones entre los
contendientes, correspondería a la siguiente fase, que es la que realmente debe darse en
un proceso penal, público y contradictorio. La pauta de que no se consagre un parámetro
de responsabilidad objetiva no imposibilita de modo alguno sopesar críticamente las
competencias, roles y funciones que cada uno de los acusados cumplía en la Unidad
investigada, sobre todo si se afirma que se los puede ubicar “… en forma aislada” en el lugar
-sic del fallo recurrido- y, por lo tanto, abordar el examen de las consideraciones efectuadas
por el juez instructor. Tampoco impide justipreciar la calidad de aquellos aportes y su
incidencia en la comisión de los hechos investigados a efectos de emitir un juicio crítico
sobre la razonabilidad del concreto y particular título imputativo que se esgrime en contra
de cada uno de los acusados, tanto en orden a su mérito como al grado de intervención que
eventualmente es cabe en ellos. Tal examen pormenorizado y circunscripto a la función que
desempeñaba personalmente cada uno de ellos, nuevamente, ha sido omitido por los
jueces de la Cámara Federal, soslayándose el elemento histórico de contexto y la
ponderación de las referencias expuestas al efecto por Mittelbach y Cesio y, de otro tanto,
las declaraciones de Juan Carlos Scarpati, Marcela Patricia Quiroga y Paula Ogando, como
también la del Coronel García y los dichos en indagatoria prestados por Enrique José Del
Pino, todos ellos examinados y sopesados al momento de dictar el auto de procesamiento
que fue revocado. Tales pruebas, evaluadas en forma conglobada y armónica como señalan
las acusaciones, habían sido relevantes a ojos del instructor para sostener la imputación
formulada. En el pronunciamiento impugnado no se ha hecho examen alguno respecto de
la extensión y el valor jurídico que el magistrado de grado les otorgó a los presuntos aportes
efectuados por los acusados en la Unidad Militar Grupo de Artillería 1 que estuvo a cargo
del Área 114, bajo cuya dependencia funcionó el Centro Clandestino de Detención
denominado “Sheraton”, ni las consideraciones efectuadas en punto al sustrato subjetivo
que sustenta la imputación enrostrada a Salice y Sifón. La vinculación del CCD y ese grupo
de Artillería no estaba en absoluto controvertida y, en ese contexto, como señala la
representante del Ministerio Público Fiscal, era razonable asignarles relevancia a los aportes

13
de los imputados en el plan represivo, al menos con el grado de participación mencionado
por los acusadores en todas las instancias (incluida ésta). Las objeciones señaladas por los
impugnantes en sus recursos, en cuanto a que no se puede descartar a esta altura de la
investigación que los nombrados, al liderar ciertas áreas (Logística y Finanzas) con marcada
incidencia en la época en que se cometieron los hechos investigados en ese centro
clandestino de detención y tortura podrían haber participado en ellos, tendrán de mi parte
favorable acogida. Ello así, habida cuenta de que, como se sostiene en las piezas acusatorias
y en el fallo del juez federal de grado, Salice y Sifón podrían haber actuado de modo
coordinado con los demás jefes de la plana mayor del Ejército en ese vínculo con la
subcomisaría de Villa Insuperable y con las personas que allí actuaban de modo clandestino;
es decir, como eslabones entrelazados para permitir el funcionamiento del actuar ilegal que
allí se desarrollaba. El pronunciamiento puesto en crisis no resulta ser una derivación
razonada del derecho vigente con apego a las constancias de la causa y a la jurisprudencia
imperante en la materia. La disidencia parcial señaló que correspondía hacer lugar a los
recursos de casación interpuestos por el Ministerio Público Fiscal y la parte querellante y,
en consecuencia, dejar sin efecto el pronunciamiento recurrido (puntos dispositivos I y II) y
remitir las presentes actuaciones al "a quo" para que tome conocimiento de lo aquí resuelto
y, por su intermedio, se devuelvan al juez federal de primera instancia a fin de que, con la
debida celeridad, continúe con la tramitación del proceso según su estado. Dres. Carbajo,
Borinsky -en disidencia parcial- y Hornos.
SALICE, Alejandro Federico y otro
Magistrados: Borinsky, Carbajo y Hornos.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Registro N° 2433/20 Resolución del 02/12/20
Causa N° CFP 12544/2013/24

6. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Rechazar recurso. Delito de lesa humanidad.


Pandemia Covid-19. Cuadro clínico favorable. Atención médica garantizada. No
cumplimiento de requisito etario. Art. 32 de la ley 24.660. Unidad carcelaria con
subpoblación. Acordada 9/20 CFCP. Riesgos procesales. Rebeldía anterior. Encomendar el
cumplimiento de las medidas de prevención, salud e higiene.
Corresponde rechazar el recurso deducido contra la decisión que no hizo lugar al pedido de
arresto domiciliario, pues se advierte que el tribunal fundó su decisión en la necesidad del
mantenimiento de la modalidad de detención aquí cuestionada, en línea también con lo
argumentado por el Ministerio Público Fiscal y las partes querellantes. Al respecto, cabe
poner de resalto lo indicado en oportunidad de sufragar de forma concordante y en modo
reciente en este mismo legajo in re “Sandoval, Mario Alfredo s/ recurso de casación”
(incidente CFC175, rto. el 26/6/20, reg. N° 603/20), como así también en hipótesis análogas
al sub lite, en orden a que “en los alcances de la Acordada N° 9/20 de esta Cámara, operan
en la especie pautas de estricta ponderación que exigen ‘meritar con extrema prudencia y
carácter sumamente restrictivo la aplicabilidad de estas disposiciones en supuestos de
delitos graves, conforme normas constitucionales, convencionales y de derecho interno,
según la interpretación que el órgano jurisdiccional haga en cada caso’”. También supe
señalar acerca de la precitada acordada del pleno de esta Cámara, que la instrumentación

14
de medidas alternativas desde el basamento humanitario en respuesta al llamamiento
formulado por múltiples organizaciones internacionales, debe guardar un criterio racional
y ordenado, y tener alcance restrictivo frente a atentados de gravedad -como los de mayor
magnitud, tal como encierra la especie- en donde, además, cabe considerar especialmente
la posición de las víctimas. En la especie, se advierte que el cuadro clínico de Sandoval ha
evolucionado favorablemente, pues tal como fue informado por las autoridades
penitenciarias, fue dado de alta del Hospital Churruca y derivado a la Unidad 34 del SPF el
14 de septiembre ppdo. Allí recibe seguimiento desde diversas especialidades por las
patologías que presenta y permanece bajo control periódico de su salud, con los
tratamientos médicos correspondientes. En ese marco, resulta menester resaltar también
que el sector donde está alojado se encuentra subpoblado, de acuerdo a lo que surge del
informe del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación sobre los presos con
riesgo de salud a partir del CORONAVIRUS-COVID 19 en la órbita del Servicio Penitenciario
Federal (recibido en esta Cámara el 26 de marzo ppdo.) que indica -entre otros factores- la
tasa de ocupación en las unidades carcelarias, registrando la Unidad N° 34, ya para el
momento de la elaboración del informe, uno de los guarismos más bajos (64,29%). Más
aún: en la actualidad se encuentran alojadas 63 personas, con una capacidad operativa para
112, habiendo bajado al 56,25% la tasa de ocupación (cfr.
https://reporteestadisticas.spf.gob.ar, al 9/12/20). Por otra parte, se impone remarcar que
el incuso Sandoval -que a la fecha cuenta con 67 años de edad y siquiera reúne la exigencia
etaria (cfr. arts. 10, inc. “d” del CP y 32, inc. “d” de la Ley 24.660)- se encuentra detenido
desde el 15 de diciembre de 2019 y procesado por el tramo de la causa ESMA N° 2791
radicado ante el a quo el pasado 25 de marzo del corriente año (art. 354, CPPN), como
partícipe necesario del delito de privación ilegal de la libertad agravada por haber cometido
sin las formalidades establecidas por la ley y con exceso en sus funciones, con relación con
el hecho cometido en perjuicio de Hernán Abriata. Ello sumado a que, tal como lo remarcó
la parte querellante en esta instancia, el encartado se mantuvo prófugo durante años en
Francia, desde donde fue extraditado hace un año. En consecuencia, en hipótesis como el
sub lite no puede prescindirse de una ponderación de las distintas pautas aquí asentadas, a
fin de ajustarse a los compromisos internacionales asumidos por el estado argentino, en
particular, el que llama a erradicar la impunidad (cfr. Corte IDH, Caso “La Cantuta vs. Perú”,
sentencia del 29 de noviembre de 2006, Serie C n° 162, parág. 167). Sin perjuicio de lo
expuesto, deberá encomendarse al a quo que disponga lo pertinente para que la Unidad
Carcelaria donde se encuentra detenido, arbitre los medios necesarios para dar
cumplimiento y extremar las medidas de prevención, salud e higiene, como así también
continuar brindando -en tiempo y forma- la debida atención médica al imputado; de
conformidad con lo establecido en las Acordadas N° 3/20 y 9/20 de esta Cámara, con más
la Resolución N° 4/20 de la CIDH que establece las Directrices Interamericanas sobre los
“Derechos Humanos de las personas con COVID-19”. El voto concurrente sostuvo que, aun
cuando las circunstancias personales del impugnante lo sitúen en una hipotética y genérica
situación de peligro frente a los efectos que pudiera tener la pandemia de COVID-19 en el
ámbito penitenciario, la sola pertenencia a un grupo de riesgo no configura per se, un
supuesto de peligro concreto que amerite la concesión del instituto solicitado. Indicó que
dicho peligro efectivo se presentaría cuando se advierta una proximidad concreta e

15
inminente de grave afectación a la salud e integridad psicofísica del interno -en los términos
de la emergencia sanitaria-, circunstancia que debe ser invocada y demostrada por quien la
alega. Señaló que, en el presente, la parte recurrente no demostró cuál sería el peligro
concreto y actual corrido por el interno ni medió evidencia de aquello. En ese marco,
destacó que, sin perjuicio de que el interno se hallaría genéricamente dentro de la población
de riesgo, es posible afirmar que los mecanismos preventivos y sanitarios adoptados dentro
de la unidad carcelaria donde cumple su detención, guardan adecuado correlato con los
criterios sugeridos en las Acordadas N° 3/20 y 9/20 de este cuerpo. Agregó que, en el caso,
incluso ha quedado comprobado que el interno fue correctamente atendido en el ámbito
de la competencia y a través de la asistencia prestada por el Servicio Penitenciario. La
disidencia parcial dejó asentada su opinión sobre la razonabilidad del arresto domiciliario
mientras persistan los riesgos concretos para su salud. Dres. Slokar, Mahiques -voto
concurrente- y Yacobucci -en disidencia parcial-.
SANDOVAL, Mario Alfredo
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 2078/20 Resolución del 9/12/20
Causa N° CFP 14217/2003/TO8/1/CFC210

7. Prisión preventiva. Excarcelación. Prisión domiciliaria en subsidio. Hacer lugar


parcialmente al recurso de casación, anular el punto II de la resolución impugnada que
dispuso rechazar arresto domiciliario y remitir para que se dicte un nuevo
pronunciamiento. Riesgos procesales. Dictamen Fiscal favorable. Ausencia de
contradictorio. Decisión arbitraria. Medias alternativas art. 210 CPPF.
Corresponde hacer lugar parcialmente al recurso de casación interpuesto por la defensa
pública oficial, anular el punto II de la resolución impugnada y en consecuencia, remitir las
actuaciones a su origen de fin de que se dicte un nuevo pronunciamiento con arreglo a la
doctrina aquí sentada. Los argumentos expuestos por el tribunal en torno a la existencia de
riesgo de fuga en virtud de las circunstancias del caso, del avance de la causa, del delito
materia de acusación y la pena con la que se encuentra conminado, así como de las
circunstancias analizadas en relación con la encartada, no logran ser conmovidas por la
parte recurrente. En torno a la petición subsidiaria de morigeración de la detención
efectuada por la defensa de la imputada Tejerina, cabe señalar que si bien el voto
mayoritario destacó que los juzgadores no deben ser obligados a aceptar las tesis fiscales
cuando consideran motivadamente que son equivocadas, lo cierto es que, en el caso traído
a estudio, los fundamentos expuestos en el fallo no alcanzan a demostrar la arbitrariedad
de la postura fiscal, sino que tan sólo evidencian su discrepancia con la solución propuesta
por la representante de la vindicta pública, sin demostrar que el dictamen no cumpla con
los lineamientos previstos por el art. 69 del CPPN. Sin perjuicio de que los magistrados a
quo, al momento de rechazar la petición, hicieron alusión al riesgo de fuga existente
respecto de la encartada, como así también a la preminencia que se dará a la realización de
la audiencia y al hecho de no advertir una vulneración al interés superior del niño en el caso
concreto; lo cierto es que omitieron explicitar crítica y fundadamente las razones por las
cuales consideraron que la conclusión vertida por la Auxiliar Fiscal Federal -en relación a la

16
posible aplicación de las medidas previstas por el art. 210 del CPPF- no resultaría una
derivación razonada de los elementos a evaluar en el caso. Además, se verifica que la
ausencia de contradictorio invalida el procedimiento de toma de decisión en el marco del
presente incidente, máxime teniendo en cuenta que -conforme lo normado por el
mencionado art. 210 del CPPF- son las partes acusadoras quienes se encuentran legitimadas
activamente para solicitar al juez la “imposición, individual o combinada” de las medidas de
coerción allí previstas. Advierto que el fallo recurrido exhibe un vacío argumental en punto
a la opinión favorable de la titular de la vindicta pública que fue expresamente manifestada
en autos, por lo que la resolución cuestionada no cuenta con fundamentos mínimos,
necesarios y suficientes para ser considerada un acto jurisdiccional válido en los términos
del art. 123 del CPPN. El voto concurrente señaló que respecto a la petición subsidiaria de
morigeración de la detención se advierte a partir de la lectura del voto mayoritario del
tribunal que se pronunció en contra de conceder el arresto domiciliario, que los extremos
valorados refieren mayoritariamente a la existencia de riesgo de fuga, sin dar cuenta de los
motivos por los cuales ese riesgo no se encontraría neutralizado (o no podría ser
neutralizado) por otras medidas de control a imponer a la imputada durante un eventual
cumplimiento de su detención en la modalidad domiciliaria. Ello, además, como fuera
incluso postulado por la representante del Ministerio Público Fiscal. Los jueces del a quo se
limitaron a reiterar aquellos elementos que habían previamente analizado al considerar que
correspondía mantener la detención cautelar, sin brindar argumentos específicos que se
correspondan con el análisis de viabilidad de un instituto diferente. El único elemento
específico que los magistrados evaluaron en relación al pedido de arresto domiciliario fue
la situación referida a los tres hijos menores de la imputada Anahí Tejerina, limitándose a
referir dónde reside cada uno de ellos. Ello, para concluir que no se encuentran en una
situación de vulnerabilidad extrema o desamparo por estar al cuidado de sus respectivas
familias paternas (uno de ellos, con su padre) y que por lo tanto no se encuentra afectado
el interés superior del niño en el caso. Conforme surge de las actuaciones de este legajo, y
ha sido concretamente mencionado por el a quo, los hijos menores de Tejerina, M.B. (5),
J.F.E. (3) y D.F. (4), se encuentran viviendo separados de su madre y, además, separados
entre sí, por encontrarse al cuidado de tres familias distintas (sus familias paternas). Ello
evidencia el cuadro de desmembramiento familiar que resulta como consecuencia de la
detención de la imputada que, vale recordar, ya ha superado los dos años y ha sido
prorrogada por seis meses. Esta situación concreta ha sido omitida por los jueces del
tribunal que conformaron el voto mayoritario, del mismo modo que ha omitido relevar y
analizar las posibilidades concretas de vinculación de los menores con su madre y entre sí y
el impacto que, en los hechos, ha tenido y tiene la prolongada detención de Tejerina en sus
hijos menores. De tal suerte, del examen de la resolución en crisis advierto que las
conclusiones del tribunal han omitido valorar los extremos particulares referidos al
beneficio que el arresto domiciliario implicaría para la vinculación materno filial y para el
desarrollo de los menores afectados, extremos que por lo demás, motivaron la opinión
favorable de la asesora de menores e incapaces en torno a la cuestión en trato. Se evidencia
que el tribunal no ponderó adecuadamente que el grupo familiar se verá beneficiado con la
presencia de su madre en el domicilio, la vulnerabilidad de los menores, a lo que se suma
la imposibilidad de efectuar visitas presenciales debido a la pandemia, que es un factor

17
fundamental que debía ser considerado a fin de resolver el presente caso. En el sub examine
el tribunal no ha brindado motivos suficientes por los cuales las circunstancias expuestas
por la defensa de Tejerina no encuadran dentro de los supuestos previstos por las normas
que rigen el instituto de la detención domiciliaria –arts. 10 del CP y 32 de la Ley 24660-, a la
vez que no ha dado abordaje al caso de acuerdo con el paradigma del derecho convencional
de los Derechos Humanos, concretamente, en cuanto al resguardo del interés superior del
niño. Dres. Petrone, Figueroa-voto concurrente- y Barroetaveña.
TEJERINA, Anahí Rosana
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1726/20 Resolución del 9/12/20
Causa N° FSA 20364/2018/TO1/1/CFC2

8. Prisión preventiva. Excarcelación. Riesgos procesales. Hacer lugar al recurso de la


defensa. Anular la decisión. Remitir para nuevo pronunciamiento.
Corresponde hacer lugar al recurso interpuesto por la defensa, anular la resolución
recurrida -que revocó la concesión de la excarcelación- y remitir la causa a su origen a fin
de que se dicte un nuevo pronunciamiento, por cuanto carece de los fundamentos
necesarios para constituir un acto jurisdiccional válido, de conformidad con lo normado por
el art. 123 del CPPN. Ello así toda vez que no se advierte un estudio concreto y razonado de
todas las constancias de la causa, así como tampoco se brindó respuesta a las cuestiones
conducentes planteadas por la parte recurrente. Es que, al adentrarse en el estudio de los
riesgos procesales, si bien el a quo consideró que gravitaba negativamente sobre el
imputado el hecho que se le endilga, la pena en expectativa con la que se conmina el delito
y la imposibilidad de condenación condicional, nada dijo respecto del arraigo constatado
por el juez instructor. Asimismo, no sopesó de manera alguna la situación fáctica que
efectivamente se presenta en el caso y que se encuentra vinculada con la libertad de la que
Córdoba goza desde el mes de abril del año en curso. En efecto, la Cámara no indagó
respecto al cumplimiento o no de la comparecencia que se le había fijado al momento de
concederse su excarcelación, aun cuando habían trascurrido más de cuatro meses desde
que se había hecho efectiva. Si bien es cierto que la calificación legal de los hechos por los
que se encuentra imputado excede los parámetros establecidos en los arts. 312, 316 y 317
del CPPN, se debió haber indagado, desde una perspectiva empírica, la existencia de riesgos
procesales que justifiquen la revocación de la excarcelación dispuesta, circunstancia que no
ha ocurrido. Así, más allá de estándares formales, no se ha realizado un análisis
pormenorizado de las circunstancias concretas del caso que, podrían resultar pertinentes
para su correcta solución. La disidencia parcial entendió que correspondía casar la decisión
impugnada y estar a lo decidido por el juez de grado pues con posterioridad a la decisión
que concedió la excarcelación, fue dictado el procesamiento sin prisión preventiva y dicha
resolución no fue apelada por el representante del Ministerio Público Fiscal. Asimismo, en
la misma fecha la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario dictó la resolución venida en
recurso, confirmó el procesamiento sin prisión preventiva recaído, habiendo quedado firme
esa decisión. Dres. Yacobucci, Mahiques y Slokar -en disidencia parcial-.

18
CORDOBA, Oscar Matías
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2107/20 Resolución del 11/12/20
Causa N° FRO 34041/2019/1/CFC1

9. Prisión preventiva. Excarcelación. Inadmisible. Recurso de la defensa. Imputado en


arresto domiciliario. Delitos de lesa humanidad. Riesgos procesales. Gravedad del hecho.
Derecho al recurso garantizado. Plazo razonable del encarcelamiento preventivo.
Corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por la defensa
particular de Ricardo Oscar Torralvo, contra la decisión de la Cámara Federal de Apelaciones
de la Rosario, Provincia de Santa Fe, que resolvió “Confirmar la resolución del 30 de marzo
de 2020 en cuanto rechazó el pedido de excarcelación solicitado por el defensor de Ricardo
Oscar Torralvo”. Ricardo Oscar Torralvo se encuentra procesado con prisión preventiva por
haber sido considerado partícipe necesario en delitos de lesa humanidad por hechos
ocurridos entre noviembre de 1974 y mediados de 1976. La defensa particular invoca que
el pronunciamiento cuestionado no logró demostrar el peligro de fuga ni el
entorpecimiento de la investigación. También alude a los principios “pro homine” y de
razonabilidad, y destaca que su defendido tiene 81 años y vive con su esposa. Sin embargo,
el defensor no ha logrado demostrar la existencia de un agravio federal debidamente
fundado, toda vez que se ha limitado a invocar defectos de fundamentación en la resolución
impugnada, a partir de una discrepancia sobre la interpretación de las circunstancias
concretas del caso que el a quo consideró relevantes para confirmar el rechazo de la
excarcelación solicitada en favor de Ricardo Oscar Torralvo. En este sentido, en la anterior
instancia se destacó que existen numerosas medidas de prueba que se encuentran
produciéndose (conforme artículo 222 del C.P.P.F.)”, se valoró “la complejidad de la causa,
que tiene un gran número de imputados y víctimas, encontrándose en la etapa de
instrucción” y concluyeron que “existen indicios suficientes en base a los hechos por los que
fue intimado -modalidad en que se llevaron a cabo- y por los que fue procesado, para fundar
la grave sospecha de que Ricardo Oscar Torralvo podría entorpecer la investigación”.
Asimismo, se tuvo en cuenta que el imputado se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria
y que el plazo de encarcelamiento preventivo luce razonable, toda vez que el encartado se
encuentra detenido desde el 18 de marzo de 2019. El a quo realizó un examen integral de
la normativa aplicable, las particularidades del caso y las circunstancias actuales, teniendo
en cuenta la concurrencia de riesgos procesales en el sub lite que legitiman el
mantenimiento de la medida cautelar, sin que la parte impugnante haya logrado demostrar
en esta instancia la arbitrariedad que invoca. El pronunciamiento impugnado dictado por la
Cámara Federal de Apelaciones de Rosario, provincia de Santa Fe, -que confirmó la
resolución de magistrado federal de primera instancia-, ha satisfecho el “derecho al
recurso” y a la doble instancia reconocido en el art. 8.2.h de la C.A.D.H. y en el precedente
“Herrera Ulloa vs. Costa Rica”, Serie C Nº 107 dictado por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Por su parte el magistrado Hornos dejó a salvo su opinión en cuanto a
que a la Cámara Federal de Casación Penal en efecto le compete la intervención en
cuestiones como la aquí planteada, en la que la resolución recurrida resulta restrictiva de la

19
libertad y, correlativamente, susceptible de ocasionar un perjuicio de imposible reparación
ulterior. Por lo expuesto, y sin que ello implique en modo alguno abrir juicio sobre el fondo
de la cuestión presentada, corresponde continuar con el trámite previsto y fijar audiencia
para que las partes informen. Dres. Borinsky, Carbajo y Hornos -en disidencia-.
TORRALVO, Ricardo Oscar
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal – Sala IV
Reg. Nº 2511/20 Resolución del 14/12/20
Causa N° FRO 13174/2013/11/CFC1

10. Arresto domiciliario concedido. Recurso fiscal. Causa que volvió de CSJN. Delitos de
lesa humanidad. Doctrina CSJN. Situación actual del imputado. Actualización de informes
médicos y psicosociales previo a resolver. Hacer lugar al recurso, anular la resolución
recurrida.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por el representante del
Ministerio Público Fiscal, anular la resolución recurrida y disponer que se dicte un nuevo
resolutorio con ajuste a los lineamientos que surgen de este pronunciamiento. Que, en su
intervención en el marco de la presente causa, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
dejó sin efecto la sentencia apelada y mando a dictar un nuevo pronunciamiento. De esta
manera, al aplicarse el criterio sentado por el Alto Tribunal al caso de autos, se aprecia que
la resolución atacada no dio fundamentos suficientes de adecuación legal del arresto
domiciliario concedido y, dado el tiempo transcurrido, la situación actual del enjuiciado y
su entorno familiar no está reflejada en autos. A tales fines se ha de dejar sin efecto el
pronunciamiento recurrido y ordenar que previo a que se resuelva el pedido que dio origen
a la incidencia, se practiquen todos los informes médicos y psicosociales necesarios. Dres.
Catucci, Yacobucci y Slokar -votos concurrentes-.
LÓPEZ, Enrique Andrés
Magistrados: Catucci, Yacobucci y Slokar
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 15/12/20
Registro Nº 2424/20
Causa Nº CFP 188/2000/TO1/8/CFC7

11. Prisión preventiva. Excarcelación. Recurso inadmisible. Riesgos procesales. Código


Procesal Penal Federal. Pandemia Covid-19. Falta de demostración de peligro cierto y
concreto para la salud.
Corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto, pues la defensa no ha
logrado rebatir todos y cada uno de los argumentos expuestos en la resolución que se
recurre. Asimismo, el pronunciamiento atacado ha sido dictado por la Cámara de
Apelaciones en su carácter de órgano revisor de las resoluciones emanadas de los
magistrados, es decir que en el caso existe doble conformidad judicial. Además, la defensa
tampoco logró demostrar la existencia de una cuestión federal que permita habilitar la
competencia de esta Cámara como tribunal intermedio, conforme la doctrina sentada por
la Corte Suprema de Justicia de la Nación en “Di Nunzio” (Fallos 328:1108). Así, la resolución

20
impugnada está suficientemente fundada en cuanto a la persistencia de los riesgos
procesales, satisfaciéndose de ese modo las exigencias de ultima ratio establecidas para la
imposición y el mantenimiento de la medida de coerción cuestionada (cfr. arts. 280, 316,
317 y 319 del C.P.P.N.; 210, 221 y 222 del C.P.P.F., implementado por el art. 1 de la
Resolución 2/19 de la Comisión Bicameral de Monitoreo e Implementación del Código
Procesal Penal Federal, B.O.: 13 de noviembre de 2019). El recurrente plantea “la total falta
de tratamiento sobre las deficiencias estructurales respecto de la sobrepoblación carcelaria
y el estado de emergencia en que se halla el Servicio Penitenciario Federal” a lo que añade
el contexto de la emergencia sanitaria por Covid-19. Sin embargo, no demuestra el real
alcance de su agravio, en primer término porque “los jueces no están obligados a tratar
todos y cada uno de los argumentos de las partes, sino sólo aquéllos que estimen
pertinentes para la resolución del caso” (Fallos: 300:522, 1163; 301:602; 302:1191, entre
muchos otros) y en segundo lugar, porque en el caso, el impugnante no aborda la cuestión
con anclaje en las concretas circunstancias de la causa y específicamente en las condiciones
de su asistido demostrando un peligro cierto y concreto en la salud o su integridad física.
Aun cuando el estado de salud de un interno lo ubique en una hipotética y genérica
situación de peligro frente a los efectos que pudiera tener la pandemia de COVID-19 en el
ámbito penitenciario –cosa que no se da en el caso-, esa sola pertenencia a un grupo de
riesgo no configura per se un supuesto de peligro concreto que amerite la concesión del
instituto solicitado. Más aún, en el caso no se alega, ni hay evidencia de que aquel peligro
cierto concreto o inminente ocurra, como tampoco de que el riesgo sanitario no pueda ser,
por el momento, contenido y adecuadamente atendido en el lugar de detención. La
disidencia señaló que pudiendo constituir los agravios invocados por la parte recurrente
algunas de las causales previstas en el art. 456 CPPN en función del art. 210 CPPF y,
encontrándose prima facie involucrada una cuestión de naturaleza federal, de conformidad
con lo dispuesto por el art. 463 del rito, corresponde sustanciar el trámite del planteo
casatorio y, en consecuencia fijar la audiencia prevista por el art. 465 bis del ordenamiento
legal citado, lo que de ningún modo implica anticipar criterio respecto de la materia
impugnada. Dres. Yacobucci y Mahiques -voto conjunto- y Slokar -en disidencia-.
GALARZA, Martín Osvaldo
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2142/20 Resolución del 15/12/20
Causa N° FCT 1511/2018/12/CFC3

12. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Recurso inadmisible. Pandemia Covid-19.


Falta de demostración de agravio federal. Riesgos procesales. Falta de acreditación de
peligro concreto. Pandemia Covid-19. Delito grave. Acordada 9/20 CFCP.
Corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por la defensa, atento
a que la resolución impugnada -en cuanto denegó el arresto domiciliario de Troncoso-
cuenta con los fundamentos necesarios para ser considerada como un acto jurisdiccional
válido (art. 123 del CPPN), que el recurrente no se hizo cargo de rebatir de modo concreto
y adecuado las cuestiones allí abordadas y que no se encuentra debidamente introducida
la existencia de cuestión federal. Es que, si bien los planteos cuestionan la denegatoria del

21
arresto domiciliario y ello resulta equiparable a sentencia definitiva -ya que puede ocasionar
un perjuicio de imposible reparación ulterior al afectar un derecho que exige tutela judicial
inmediata (Fallos: 310:1835; 310:2245; 311:358; 314:791; 316:1934, 328:1108, 329:679,
entre otros)-, lo cierto es que el ejercicio de la jurisdicción revisora de esta alzada debe
habilitarse cuando medie una cuestión federal debidamente fundada, de conformidad con
la doctrina sentada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa “Di Nunzio”
(Fallos: 328:1108). En el caso, la defensa no ha logrado demostrar la existencia de un agravio
federal, toda vez que la crítica se limitó a expresar un mero disenso con la fundamentación
de la resolución impugnada, pero sin acreditar los yerros que invoca. Más aún, no surge de
la sentencia recurrida vicio alguno de fundamentación que lleve a su descalificación por vía
de la doctrina de la arbitrariedad o de la verificación de graves defectos del
pronunciamiento. El tribunal de origen ha realizado una debida ponderación entre los
riesgos procesales que se infieren del otorgamiento del arresto pretendido y la información
médica que surge de los instrumentos recabados en la incidencia. Si bien Troncoso padece
obesidad tipo II y probable patología asmática, lo cierto es que dichas circunstancias
objetivas sólo lo sitúan en una hipotética situación de riesgo frente a los efectos que pudiera
tener la pandemia de COVID-19, pero no configura per se el supuesto de peligro concreto
que se requiere como condición para la concesión del instituto solicitado. A ello, se agrega
la gravedad del delito por el cual se encuentra imputado, circunstancia que hace aplicable
al caso la regla Nº 3º de la Acordada Nº 9/20 de esta Cámara Federal de Casación Penal. La
disidencia señaló que pudiendo constituir los agravios invocados por la parte recurrente
alguna de las causales previstas en el art. 456 CPPN y encontrándose prima facie involucrada
una cuestión de naturaleza federal, de conformidad con lo dispuesto por el art. 463 del rito,
corresponde sustanciar el trámite del planteo casatorio y, en consecuencia, fijar la
audiencia prevista por el art. 465 bis del ordenamiento legal citado, lo que de ningún modo
implica anticipar criterio sobre la materia impugnada. Dres. Yacobucci, Slokar -en
disidencia- y Mahiques.
TRONCOSO, Héctor Horacio
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2149/20 Resolución del 15/12/20
Causa N° FMZ 24995/2018/TO2/17/1/CFC1

B. EJECUCIÓN PENAL

1. Ejecución penal. Sanciones disciplinarias. Recurso inadmisible. Inexistencia de cuestión


federal. Decisión no arbitraria. Planteo de nulidad improcedente. Doble conforme.
Corresponde declarar inadmisible el recurso interpuesto por la defensa contra la resolución
que confirmó la decisión dictada por el Juzgado Federal Nro. 2 de San Martín que rechazó
los planteos de nulidad introducidos por la defensa de Marina Fabiana Sosa y convalidó las
sanciones disciplinarias aplicadas a la nombrada, por la Unidad 31 del Servicio Penitenciario
Federal, en el marco de los sumarios N°39/19 y N°173/19. En efecto, no se verifica en la

22
resolución impugnada vicio alguno de fundamentación que lleve a su descalificación por vía
de la doctrina de la arbitrariedad, ni tampoco la defensa demostró la existencia de una
cuestión federal suficiente que permita habilitar la competencia de esta Cámara como
tribunal intermedio (CSJN, Fallos 328:1108). Las sanciones impugnadas estuvieron
debidamente fundadas en los testimonios de los agentes del Servicio Penitenciario respecto
de quienes no se advirtieron motivos que hicieran dudar de su veracidad. Con más, en punto
a la imposibilidad de controlar la prueba de cargo basada en los testimonios de los agentes
penitenciarios, la a quo, destacó cómo en uno de los casos sometido a revisión, esa prueba
provenía no solo de los testimonios de los agentes, sino del análisis a la información extraída
de uno de los teléfonos secuestrados. Siendo ello así, el recurso interpuesto carece de la
debida fundamentación, pues lejos de contener una refutación pormenorizada y concreta
de los fundamentos de la decisión recurrida, está construido sobre la base de afirmaciones
dirigidas a impugnar, en general, el régimen disciplinario que se aplica a los detenidos
alojados en establecimientos del Servicio Penitenciario. Por lo demás, con la intervención
de la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín, se garantizó el “doble conforme”
previsto en el artículo 8°, aparatado 2) h), de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos. La disidencia señaló que, pudiendo constituir los agravios invocados por la parte
recurrente alguna de las causales previstas en el art. 456 CPPN y encontrándose prima facie
involucrada una cuestión de naturaleza federal, de conformidad con lo dispuesto por el art.
463 del rito, correspondía sustanciar el trámite del planteo casatorio y, en consecuencia,
fijar la audiencia del 465 del ordenamiento de rito, lo que de ningún modo implicaba
anticipar criterio sobre la materia impugnada. Dres. Mahiques, Slokar -en disidencia- y
Yacobucci.
SOSA, Marina Fabiana
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2050/20 Resolución del 2/12/20
Causa N° FSM 13345/2017/37/CFC12

2. Ejecución penal. Estímulo educativo. Art. 140, incs. “a” y “b”, Ley 24.660. Recurso
inadmisible. Petición orientada al dictado de una declaración genérica. Inexistencia de
arbitrariedad.
Corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por la defensa pública
oficial de Ernesto Adrián Ruíz, contra la decisión del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°
1 de Córdoba que resolvió no hacer lugar a la aplicación del art. 140, incisos “a” y “b” de la
ley 24.660. Ello así, por cuanto la solicitud presentada, al no haber sido formulada mediante
la alusión a los períodos o fases de la progresividad contemplada en la ley de ejecución
penal, se trata de una petición orientada al dictado de una declaración genérica con el
objeto de avanzar en la progresividad del sistema penitenciario, sin señalar concretamente
el modo en que la evolución del interno dentro del ámbito carcelario podría redundar en la
aplicación de alguno de los institutos liberatorios del régimen de progresividad de la pena.
Así, he sostenido que “…sólo es posible analizar si la reducción temporal prevista en el art.
140 de la ley nº 24.660 resulta aplicable a un caso específico, en relación con la procedencia
de cada uno de los institutos que en concreto se encuentran allí regulados, y una vez

23
efectuado el análisis global de su situación, a partir de las constancias destinadas a acreditar
las posibilidades de reinserción social que puedan pronosticarse respecto de quien lo solicite,
de acuerdo a la finalidad resocializadora que emerge de todo el instrumento legal…” (cfr.
causa nº FRE 2462/2016/TO1/7/CFC1, caratulada “Acuña, Ángel Salvador s/ incidente de
estímulo educativo”, reg. nº 1215/18 del 26 de octubre de 2018, de ésta Sala, y sus citas, y
causa CFP 9978/2017/TO1/6/CFC2 “Figueroa, Maximiliano Jorge Isaac s/ recurso de
casación, reg. 2240/19, rta. el 20/12/2019). Si bien la parte recurrente solicitó una
reducción de plazos para el acceso a la libertad asistida, lo cierto es que el vencimiento de
la condena operará el día 7 de septiembre de 2025, por lo que las razones expuestas por la
defensa en esta instancia no logran conmover el mencionado criterio. Las divergencias
valorativas expuestas por la parte recurrente, más allá de demostrar que no se comparten
los fundamentos brindados por el tribunal de la anterior instancia, no configuran un agravio
fundado en la doctrina de la arbitrariedad (Fallos: 306:362 y 314:451, entre muchos otros)
o en los graves defectos del pronunciamiento (Fallos: 314:791; 321:1328 y 322:1605). Dres.
Petrone, Barroetaveña y Figueroa.
RUIZ, Ernesto Adrián
Magistrados: Figueroa, Petrone, Barroetaveña.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1688/20 Resolución del 02/12/20
Causa N° FCB 14853/2019/TO1/1/1/CFC1

3. Ejecución penal. Expulsión anticipada. Rechazar recurso. Art. 64, inc. “a”, Ley 25.871.
Ausencia de cumplimiento del requisito temporal. Invocación genérica del contexto de
pandemia Covid 19. Encomendar. Acordada 3/20 CFCP.
Corresponde rechazar el recurso de casación interpuesto por la defensa de Geremías Lisario
López Garay contra la decisión del juez a cargo de la ejecución de la pena del Tribunal Oral
en lo Criminal Federal Nro. 2 de Mendoza, provincia homónima, que resolvió tener presente
la nueva solicitud de expulsión planteada por la Defensa del interno, agregarla a la causa y
atento a no reunir el requisito temporal estar a lo ya resuelto a fs. 56 en fecha 18/12/19; y
encomendar al tribunal a quo disponga a la unidad carcelaria donde el nombrado se
encuentra detenido, que arbitre los medios necesarios tendientes a dar cumplimiento y
extremar las medidas de prevención, salud e higiene en los términos de la Acordada 3/20
de esta CFCP y lo dispuesto por la autoridad de salud provincial. Ello así, por cuanto, de
acuerdo con el art. 64 inc. “a” de la ley 25.871 –Ley de Migraciones-, los actos
administrativos de expulsión firmes y consentidos dictados respecto de extranjeros que se
encuentren en situación irregular se ejecutarán, de modo inmediato, cuando la persona
privada de libertad hubiera cumplido los supuestos establecidos en los acápites I y II del
artículo 17 de la ley 24.660. En el caso de López Garay, esto sería un tiempo equivalente a
la mitad de la condena impuesta, además de no tener otra causa abierta en la que interese
su detención. El requirente no ha cumplido aún el tiempo exigido para que se ordene su
extrañamiento, pues como bien señaló el tribunal de procedencia en su decisión del día
18/12/19, el lapso temporal se cumplirá el 27/11/21. Ahora bien, sin perjuicio de lo dicho,
dada la índole de los motivos esgrimidos al formular el requerimiento, corresponde analizar
si éstos otorgan justificación para excepcionar al caso concreto de la regla citada de la ley

24
de migraciones. La defensa arguyó como razones de sustento de su solicitud la circunstancia
de que López Garay padecería cáncer linfático, que por su edad -57 años- se encontraría
cercano al grupo de personas que fue indicado por la autoridad sanitaria como de mayor
riesgo frente a la pandemia, de la falta de contacto con sus familiares por residir éstos en la
República del Perú, y finalmente el propio contexto de pandemia en el marco del encierro
carcelario. Sin embargo, más allá de lo alegado, no obran en la causa elementos de
convicción, que permitan concluir que el interno se encuentra incluido entre aquellas
personas que enfrentan mayor riesgo ante un eventual contagio por COVID-19, o que
indiquen que su permanencia en el establecimiento penitenciario en cual se encuentra
alojado importe un trato indigno, inhumano o cruel. La genérica invocación del contexto de
pandemia es, como motivo, insuficiente para modificar la modalidad de encierro ordenada.
Dres. Carbajo y Borinsky.
LÓPEZ GARAY, Geremías Lisario
Magistrados: Borinsky y Carbajo.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Registro N° 2450/20 Resolución del 03/12/20
Causa N° FMZ 39137/2016/TO1/7/1/CFC4

4. Ejecución penal. Nulidad de la Resolución de Tratamiento. Rechazar recurso. Concepto.


Sentencia fundada. Art. 3, Ley 24.660. Principio acusatorio. Falta de dictamen fiscal
favorable.
Corresponde rechazar el recurso de casación interpuesto por la Defensa Pública Oficial de
Ariel Enrique Savioli contra la decisión de la jueza de ejecución del Tribunal Oral en lo
Criminal Federal Nro. 2 de Córdoba, que dispuso no hacer lugar a la solicitud de nulidad del
Acta N° 334/2020, y poner en conocimiento del Servicio Penitenciario de Córdoba -
Complejo Carcelario N° 1- que se deberá mantener la fecha de actualización tratamental
para el mes de noviembre del corriente año. Ello así, por cuanto el a quo realizó un examen
adecuado de las constancias de la causa para rechazar la nulidad de la Resolución de
Tratamiento nro. 334/2020 dictada por las autoridades del Servicio Penitenciario de
Córdoba. En efecto, la señora jueza a cargo de la ejecución de la pena del Tribunal Oral en
lo Criminal Federal nro. 2 de Córdoba, a fin de resolver tuvo en cuenta que la mencionada
decisión consideró a Savioli como “condenado”, cuando previamente se encontraba
anotado como “procesado”. La magistrada también ponderó que se lo incorporó a la fase
de afianzamiento y su concepto se elevó de “regular” a “bueno”. Recordó que el Servicio
Penitenciario de Córdoba fundamentó su propuesta de tratamiento en que Ariel Enrique
Savioli, quien posee conducta ejemplar diez (10), cuenta con detenciones previas por delitos
similares y que “…si bien se advierte cierta identificación y habitualidad con lo delictivo, se
observan posibilidades de realizar un abordaje de su accionar transgresor en torno a las
consecuencias a nivel personal y familiar”. Asimismo, indicó que la resolución mencionada
se fundó en las recomendaciones de las distintas áreas de tratamiento. El tribunal a quo, a
los efectos de rechazar la solicitud de la defensa, ejerció el debido control de los informes
labrados por la autoridad penitenciaria, conforme lo dispuesto en el art. 3 de la ley 24.660.
En consecuencia, la parte impugnante no logró demostrar en esta instancia la arbitrariedad
que invoca. Con relación a la alegada violación al principio acusatorio señalado por la

25
defensa de Savioli, el aludido principio, derivado del debido proceso legal (art. 18 de la C.N.),
no resulta de aplicación al caso de autos, en tanto presupone la existencia de un dictamen
fiscal favorable a la pretensión de la defensa debidamente fundado en el derecho aplicable
a los hechos comprobados en la causa (art. 69 del C.P.P.N.). En el caso, la defensa peticionó
que “Se ordene la incorporación de Savioli al período de prueba, o en su defecto a la fase de
confianza del período de tratamiento, como así también la elevación de concepto a ‘muy
bueno’”, mientras que, al contestar la vista conferida, el representante del Ministerio
Público Fiscal ante la instancia previa solicitó que “se efectúe una valoración legal e integral
de la respuesta de tratamiento de Ariel Enrique Savioli, hasta la fecha, en donde además se
tenga en cuenta las previsiones del art. 81 del anexo IV del decreto reglamentario
provincial”. De lo expuesto, se advierte que la pretensión expresada por las partes no fue la
misma. Dres. Borinsky y Hornos.
SAVIOLI, Ariel Enrique
Magistrados: Borinsky y Hornos.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Registro N° 2445/20.4 Resolución del 03/12/20
Causa N° FCB 6299/2015/TO1/4/2/CFC4

5. Ejecución penal. Cómputo de pena. Observación. Rechazar recurso. Excarcelación en


términos de libertad condicional previo a firmeza de sentencia condenatoria. Sentencia
fundada.
Corresponde rechazar el recurso de casación interpuesto por la Defensa Pública Oficial de
Sergio Gabriel Maidana contra la decisión de la jueza a cargo de la ejecución de la pena del
Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 6 de la ciudad de Buenos Aires, que resolvió no
hacer lugar a la observación del cómputo de pena practicado el 19 de octubre de 2020 con
relación al nombrado y, consecuentemente, aprobarlo en todo cuanto determina. Ello así,
por cuanto la cuestión planteada en el presente caso, en cuanto se impugna la decisión del
tribunal a quo que rechazó la observación del cómputo de pena que no consideró el tiempo
que Maidana permaneció excarcelado en los términos de la libertad condicional (art. 317,
inc. 5 del C.P.P.N.) previo a la firmeza de la sentencia condenatoria, resulta análoga a las
examinadas y resueltas por ésta Sala IV en el marco de diversos antecedentes (cfr. en lo
pertinente y aplicable, Sala IV, C.F.C.P., votos del suscripto en las causas: FSM
2362/2011/TO1/11/CFC2, caratulada “López, César Rubén s/recurso de casacion”, reg.
751/16, rta. el 14/06/16; FSM 43007665/2012/TO1/10/CFC7, caratulada “Tola Franco,
Ignacio s/ recurso de casación”, Reg. nro. 1474/17, rta. el 20/10/2017; CCC
26222/2017/TO1/2/CFC1, caratulada “Lobo, Cristian Daniel s/ recurso de casación”, Reg.
nro. 554/18, rta. el 30/05/2018 -integrada de manera unipersonal por el suscripto-; FSM
16/2013/TO1/67/CFC20, caratulada “Acevedo, Juan Carlos s/ recurso de casación”, Reg.
nro. 907/19, rta. el 15/05/2019 y CFP 9190/2016/TO1/4/CFC1, caratulada “González Ulloa,
Juan Carlos s/ recurso de casación”, Reg. nro. 121/20 del 19/02/2020, decisiones contra las
que no se interpuso recurso extraordinario federal, entre muchas otras). Los precedentes
citados no fueron refutados por la impugnante. El tribunal a quo realizó un examen integral
de la normativa aplicable y las circunstancias del caso a los efectos de rechazar la solicitud

26
de la defensa, sin que la parte impugnante haya logrado demostrar en esta instancia la
arbitrariedad que invoca. Dres. Borinsky, Carbajo y Hornos.
MAIDANA, Sergio Gabriel
Magistrados: Borinsky, Carbajo y Hornos.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Registro N° 2447/20.4 Resolución del 03/12/20
Causa N° CFP 8840/2017/TO1/CFC1

6. Ejecución penal. Estímulo educativo. Recurso de la defensa. Nulidad. Hacer lugar,


anular y devolver para un nuevo pronunciamiento. Ausencia de contradictorio.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto, anular la resolución recurrida
(que dispuso REDUCIR un total de CINCO (5) MESES los plazos para su avance en la
progresividad del régimen penitenciario) y devolver las actuaciones a su origen para que,
previa intervención de todas las partes, se dicte un nuevo pronunciamiento. Es que, debe
observarse que la resolución traída a estudio se encuentra afectada por un vicio de nulidad,
toda vez que en la especie no se facilitó la intervención previa a la defensa para evaluar y
postular su criterio en orden a las cuestiones alegadas por el Ministerio Público Fiscal (cfr.
causa n° FRE 12292/2017/TO1/9/CFC2, caratulada: “Franco Vázquez, Macarena Jorgelina
s/recurso de casación”, reg. n° 1249/20, rta. 08/09/20). Así, la decisión emanada del órgano
jurisdiccional no se encontró precedida de un contradictorio, siendo que se ha privado a la
defensa de la posibilidad de contestar y expresar su punto de vista en orden a las
circunstancias introducidas por la vindicta pública. Esta defectuosa sustanciación, que
culminó en el rechazo de la petición solicitada, debe fulminarse con la sanción de nulidad
por afectación del derecho de defensa en juicio (arts. 168 CPPN y 18 CN). El voto
concurrente sostuvo que no surgen de las constancias de la causa, elementos suficientes
que permitan determinar el alcance y la significación académica otorgados a cada módulo,
y establecer, de ese modo, si se equipara cada uno, individualmente, a un ciclo lectivo, o,
por el contrario, y tal como consignó el a quo, éstos deben valorarse como un único ciclo
lectivo anual. Resulta entonces ineludible que el tribunal cuente con la información
completa acerca del plan de estudio o planificación anual de materias objeto de análisis, en
tanto a los efectos de la reducción prevista en la norma citada, se debe asignar una correcta
calificación a los módulos completados por el encausado. La disidencia postuló el rechazo
el recurso deducido. Al respecto, consideró que, en relación al agravio vinculado con la
errónea interpretación de la ley sustantiva que habría realizado el a quo, que el imputado
Bamba, tal como se encuentra acreditado en autos, curso y aprobó los Módulos I y ́ II del
Ciclo Básico de Educación Secundaria durante el ciclo lectivo del año 2019. El art. 140 de la
ley 24.660 –modificada por ley 26.695— establece un sistema de reducciones temporales
para el avance entre las distintas fases y períodos del sistema progresivo de la pena, con el
fin de estimular el acceso a la educación en las personas privadas de la libertad, en pos del
principio de reinserción social que rige la práctica penitenciaria en virtud del art. 1 de esa
misma norma y de los arts. 10.3 y 5.6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, respectivamente. Indicó que la
reducción a la que hace referencia el inc. a) del art. 140 de la ley 24.660 –un mes por ciclo
lectivo anual-, solamente puede llevarse a cabo cuando el módulo cursado y aprobado

27
tenga una duración anual como en el presente caso, por ello, es correcta la interpretación
y aplicación de la norma efectuada por el tribunal al descontar un mes por los módulos I y
II del ciclo básico del nivel secundario cursados y aprobados por Bamba en un “ciclo lectivo
anual”. De tal modo, entendió que el tribunal valoró correctamente la situación de Bamba
al conceder 5 meses de reducción de los plazos requeridos para el avance a través de las
distintas fases y períodos de la progresividad del sistema penitenciario. Dres. Yacobucci -en
disidencia-, Slokar y Mahiques -voto concurrente-.
BAMBA, Santos Eliberto
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2055/20 Resolución del 3/12/20
Causa N° FTU 9917/2016/TO1/15/CFC4

7. Ejecución penal. Prisión domiciliaria. Rechazo. Padre de niños menores de edad. Interés
superior del niño. Decisión fundada. Niños contenidos y cuidados por su tío y su
progenitora. Encomendar al tribunal el cumplimiento de medidas de prevención, salud e
higiene.
Corresponde rechazar el recurso de casación interpuesto por la defensa pues la resolución
del a quo resulta fundada y coherente, también, con la situación actual relacionada con la
propagación del virus Covid-19. La defensa solicitó la prisión domiciliaria alegando motivos
familiares (sus dos hijos, C.M.C y F.K.E.M., de 6 y 8 años de edad), toda vez que se necesita
la presencia del nombrado en el domicilio mencionado por la defensa, para que reasuma el
rol paternal. Arguyó que mantener a su asistido en alojamiento intramuros, lo ubica como
población vulnerable frente al riesgo por contagio por COVID.19, dada la actual situación
pandémica. Sobre este puntual argumento el a quo puso de resalto que “si bien la situación
familiar de Montaño Chambi se vio afectada desde el momento de su detención, conforme
se desprende del informe social confeccionado por la Licenciada Ma. Rosario Soria (DCAEP),
los menores encuentran sustento, contención y cuidado por parte de su tío, hermano del
causante, a lo que se suma el aporte material y afectivo que realiza la madre de sus hijos
(vide informe social); quién está en contacto permanente con ellos y los visita cada vez que
puede, siendo estas situaciones que, lamentablemente, se reiteran desde la privación de
libertad de un integrante de la familia”. Así, el a quo precisó los motivos por los cuales
corresponde concluir que no se verifica que los menores -de 6 y 8 años de edad- se
encuentren en el estado de desamparo ni que se haya vulnerado el Interés Superior del
Niño, no existiendo así argumentos suficientes que permitan modificar la modalidad de
cumplimiento de la pena impuesta a Montaño chambi. En consecuencia el caso no presenta
aspectos que permitan evaluar la posible vulneración del invocado Interés Superior del
Niño- en los términos del artículo 3.1 del C.D.N.- respecto de los ́ hijos menores de edad del
encausado, que se evidencien en el caso como especial derivación de las actuales
condiciones de la detención que cumple; amén de las indudables complicaciones que
representa para los niños que su padre se encuentre encarcelado. Por último, el “a quo”
valoró que el interno, desde el punto de vista de la emergencia sanitaria, no es considerado
bajo ningún punto de vista persona de riesgo, por no tener una patología de las enumeradas
en el art. 3° de la RESOL-2020-627-APN-MS y no desprendiéndose del informe realizado por

28
los galenos de la unidad de detención, indicador alguno que nos permita dar un tratamiento
diferenciado frente a esta pandemia. Sin perjuicio de lo expuesto, se encomendará al a quo
que solicite a la Unidad Carcelaria donde se encuentra detenido, que arbitre todos los
medios necesarios para extremar las medidas de aislamiento, prevención e higiene que
garantice el derecho a la salud del encausado dentro del establecimiento penitenciario.
Dres. Hornos y Carbajo.
MONTAÑO CHAMBI, Primo
Magistrados: Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2477/20 Resolución del 9/12/2020
Causa N° FLP 73896/2018/TO1/37/CFC10

8. Ejecución penal. Libertad asistida. Hacer lugar al recurso, casar la decisión y remitir para
que se conceda la libertad asistida. Art. 54, ley 24.660. Cumplimiento temporal. Principio
de progresividad y resocialización. Vencimiento próximo de la pena.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa y, en
consecuencia, casar la resolución recurrida, y remitirla causa al tribunal de origen a fin de
que tome todos los recaudos que permitan descartar –por el momento la presencia de
COVID-19 en el causante, así como es su círculo familiar con el objeto de mejor coadyuvar
a las medidas de prevención adoptadas por el Poder Ejecutivo y con la urgencia que el caso
requiere fijar las pautas y condiciones para conceder la libertad asistida a Ezequiel
Adalberto Acosta. Ello así, pues, en las particulares circunstancias del caso, los elementos
valorados por la jueza a quo no se ajustan a lo previsto en el artículo 54 de la ley de ejecución
de la pena (conforme redacción 24.660), para denegar la solicitud efectuada, pues de
ningún modo puede inferirse de la lectura de la resolución recurrida que el nombrado
constituya un grave peligro para sí o para terceros, único supuesto que permitiría a la jueza
adoptar una decisión en aquél sentido. Al respecto, cabe señalar que la intención del
legislador al incorporar el instituto de la libertad asistida, ha sido la de evitar que un
condenado obtenga la libertad por agotamiento de la condena sin haber pasado
previamente por un periodo de libertad bajo ciertas condiciones. Para ello, la ley de
ejecución de la pena, en su artículo 6º, consagra el principio de la progresividad (que es una
de las formas en que se materializa el mandato constitucional de "readaptación social"). En
este contexto resultaría contrario al principio de resocialización (ley 24.660, arts. 1º y 6º)
interpretar que en la ley de ejecución se estableció un supuesto en el cual el egreso
definitivo de la persona privada de la libertad no se produzca hasta el vencimiento de la
pena. En efecto, por tratarse de un instituto necesario para lograr el objetivo de reinserción
social, la libertad asistida sólo puede ser denegada cuando constituya “…un grave riesgo
para el condenado o para la sociedad.”. Ahora bien, en la normativa de referencia se
establece sólo un requisito positivo para la concesión de la libertad asistida, cual es el
cumplimiento de la pena mediante encierro carcelario hasta seis meses antes de la fecha
de vencimiento fijada. Y la regla para concesión de dicho beneficio tiene una excepción
negativa vinculada a la peligrosidad para sí o para terceros que puede traer aparejada la
libertad del interno. En lo que respecta a los informes emanados de la autoridad
penitenciaria he sostenido reiteradamente que actúan simplemente como asesores del

29
tribunal, no son vinculantes para el juez y que a él le corresponde controlar su razonabilidad
en virtud del principio de judicialización de la etapa ejecutiva de la pena, el cual implica que
la ejecución de la pena privativa de libertad, y consecuentemente, las decisiones que al
respecto tomara la autoridad penitenciaria deben quedar sometidas al control judicial
permanente. En este sentido, le asiste razón a la defensa en cuanto afirma que la resolución
recurrida se basa en cuestiones vinculadas a la personalidad del nombrado a partir de una
interpretación segmentada de los informes penitenciarios, omitiendo valorar los progresos
que evidenció Acosta desde que se encuentra privado de su libertad en otras áreas. El voto
concurrente destacó que, conforme surge de la decisión a estudio, la pena de Ezequiel
Adalberto Acosta se agotará el próximo 15 de diciembre de 2020 y por ello, en las
particulares circunstancias del caso, pierde virtualidad rechazar la pretensión de la defensa.
Dres. Hornos y Borinsky -voto concurrente-.
ACOSTA, Ezequiel Adalberto
Magistrados: Borinsky y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2467/20 Resolución del 9/12/20
Causa N° FCB 14625/2013/TO1/2/CFC2

9. Ejecución penal. Unificación de penas. Recurso de la defensa. Rechazo. Recurso


infundado. Condena anterior agotada.
Corresponde rechazar el recurso de casación interpuesto por la defensa contra la decisión
del a quo que no hizo lugar al planteo de unificación de penas pretendida, pues no
demuestra que los argumentos expuestos por el tribunal de la anterior instancia importen
una errónea aplicación al caso de lo dispuesto en el artículo 58, primer párrafo, segunda
regla, del C.P., por cuanto al momento de la comisión de la conducta delictiva que dio lugar
a la segunda de las sentencias mencionadas, la condena anterior se encontraba agotada;
habiéndose declarado inadmisible el recurso extraordinario interpuesto oportunamente
por la defensa, sin que se invoque que contra dicho pronunciamiento se hubiese
interpuesto el pertinente recurso de queja ante la CSJN. En este escenario, la defensa se
apoya en afirmaciones abstractas que no han sido adecuadamente fundadas, en cuanto
solo sostiene que el pronunciamiento de esta Sala mediante el que se rechazó el recurso de
casación oportunamente incoado respecto de aquella primera condena -no obstante que
ya había sido objeto del recurso extraordinario interpuesto por su defensa y declarado
inadmisible por esta Sala-, fue asimismo impugnado mediante un recurso extraordinario
interpuesto in pauperis por el recurrente. Dicha afirmación, deviene por demás insuficiente,
por carecer de un adecuado sustento en el análisis de las constancias del respectivo proceso
a la luz de las disposiciones legales pertinentes, que no fueron siquiera mencionadas.
Tampoco procede en el caso la segunda hipótesis planteada ante esta instancia, en tanto el
artículo 58 del Código Penal establece que “Las reglas precedentes se aplicarán también en
el caso en que después de una condena pronunciada por sentencia firme se deba juzgar a
la misma persona que esté cumpliendo pena por otro hecho distinto; o cuando se hubieren
dictado dos o más sentencias firmes con violación de dichas reglas…”. Esta regla
excepcional, entonces, toma en cuenta dos circunstancias: la vigencia de la primera
condena y la fecha del nuevo hecho, por lo que cometido el nuevo hecho antes de

30
extinguirse la primera pena por su cumplimiento, ya rige el artículo 58, aunque el curso del
proceso por el nuevo delito exceda temporalmente a la duración de la primera pena. De
manera que la única diferencia se encuentra entre los supuestos de hechos anteriores a la
primera condena o posteriores a la primera condena pero que se esté cumpliendo en ese
momento. Lo que debe producirse antes de que la anterior condena esté ya cumplida, es
decir: mientras la persona se esté cumpliendo pena, es el nuevo delito y no la nueva
condena. En consecuencia, no demuestra tampoco que en el caso se verifique un supuesto
de unificación de penas, dado que al momento de cometerse el delito que dio lugar a la
segunda de las condenas pronunciadas, la pena impuesta en la primera ya se encontraba
extinguida. El voto concurrente remarcó que la defensa se limita a invocar en su respaldo -
de modo genérico- la actividad recursiva que su asistido habría intentado mucho años
después de dictado y confirmado ese pronunciamiento primigenio, pero sin desarrollar una
crítica suficiente y razonada que avale su postura. La parte procura cuestionar el paso en
autoridad de cosa juzgada de esa condena pretérita mediante el simple señalamiento de la
interposición y posterior desistimiento de una impugnación extraordinaria, ocurridos
muchos años después de que el imputado resultara condenado con la convalidación del
fallo efectuada por esta sede, de haber recuperado la libertad en esas actuaciones, de haber
transcurrido la fecha de vencimiento de esa condena e, incluso, de haber cometido un
segundo hecho delictivo y de haber sido nuevamente sentenciado por dicho suceso. La
asistencia técnica sólo indicó que Bressi Escalante no habría sido notificado personalmente
de la decisión de esta Sala IV que rechazó el recurso de casación deducido en su favor contra
aquella primera condena, lo que habría motivado al imputado a deducir “un recurso
extraordinario in pauperis” y luego optar por desistir de esa vía a fin de que dicha sentencia
adquiriera firmeza; alegación que desatiende que la defensa del imputado impugnó aquel
rechazo casatorio mediante un recurso extraordinario que resultó denegado. Dres. Hornos,
Borinsky -voto concurrente- y Carbajo.
BRESSI ESCALANTE, Daniel Raúl
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2478/20 Resolución del 9/12/20
Causa N° FMZ 248/2016/TO1/27/CFC8

10. Ejecución penal. Libertad condicional. Rechazo de planteo de inconstitucionalidad de


los arts. 56 bis de la ley 24.660 -según la ley 27.375- y 14, inc. 10, CP. Rechazar recurso.
Alcance de la opinión fiscal favorable. Constitucionalidad de la ley 24.660 -según ley
27.375-. Régimen preparatorio para la liberación. No afectación de derechos y garantías
constitucionales.
Corresponde rechazar el recurso deducido, contra la decisión que no hizo lugar al planteo
de inconstitucionalidad de los arts. 56 bis de la ley 24.660 -según texto ley 27.375- y 14 inc.
10 del CP, articulado por la defensa de Juan Ramón Molina, y denegó la incorporación del
nombrado al régimen de libertad condicional. En primer lugar, cabe apuntar que la opinión
favorable del Fiscal ante esta Cámara Federal de Casación, aún desde la perspectiva de las
reglas propias del sistema acusatorio, no puede ser en modo alguno determinante, cuando
de lo que se trata es de analizar la constitucionalidad y legalidad normativa y, por lo demás,

31
sus argumentos no encuentran fundamento definitorio sobre el tema. Así las cosas, con
relación al fin de reinserción social de las penas y la progresividad como medio a través del
cual se alcanza ese fin, no se advierte que el instituto establecido en el art. 56 quater impida
su conquista. En efecto, el régimen preparatorio para la liberación consiste en un período
de preparación y otro de salidas, las que se realizarán primero con acompañamiento y luego
sin supervisión. Así, se observa que la específica normativa aplicable al encausado tiene por
norte su resocialización a través de un sistema que es en sí mismo progresivo. En este punto,
corresponde remarcar que la libertad condicional es una forma, entre otras, de receptar el
principio de readaptación social de los condenados. Por lo tanto, no es el único medio o
instituto posible para cumplir ese objetivo, ni ese mecanismo resulta excluyente y exclusivo
a esos fines, de modo que implique en su peculiaridad, un derecho constitucionalmente
reconocido como tal. En consecuencia, la legislación local tiene bajo su competencia
seleccionar los instrumentos concretos orientados a ese fin, sin entrar en contradicción con
las reglas convencionales sobre la cuestión. Por otra parte, también incumbe desestimar el
planteo de la defensa relativo a que la restricción al acceso a la libertad condicional implica
desligarse de la conducta del condenado durante la ejecución de la pena y a su evolución
individual en el tratamiento penitenciario. Esa consideración omite apreciar las
regulaciones de la propia norma del régimen preparatorio para la liberación, pues en su
misma sistemática establece que “siempre que el condenado hubiera observado con
regularidad los reglamentos carcelarios y, previo informe de la dirección del
establecimiento y de peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su
reinserción social”. En referencia al principio de igualdad y al establecimiento de diferentes
regímenes penitenciarios, se observa que el criterio adoptado por el parlamentario ha sido
el delito por el que la persona resulta condenada (art. 14 del CP y art. 56 bis de la ley 24.660)
lo cual no luce arbitrario o indebido. En efecto, se trata de un elemento objetivo que el
legislador ha previsto en función de la peculiaridad, gravedad y lesividad que representan
cierto tipo de injustos. En este punto hay una fundamentación directamente vinculada con
la responsabilidad por el hecho, pues este último concepto –en términos constitucionales y
penales- exterioriza la naturaleza e intensidad del injusto que marca la extensión de la
culpabilidad del sujeto al que se le atribuye. En este caso, la culpabilidad por el hecho –
injusto- es la base con la que se determina la peculiaridad del régimen aplicable que no
expresa, por lo antes señalado, la neutralización o aniquilamiento de la orientación
resocializadora. Y eso no implica acoger criterios relativos a la peligrosidad de la persona, lo
que podría resultar incompatible con un Estado de Derecho Constitucional. Antes bien, se
trata de la valoración que de los delitos ha hecho el órgano encargado de sancionar las leyes
y que no se muestra irrazonable ni contrario a las garantías constitucionales del condenado.
El voto concurrente afirmó que la defensa se ha limitado a invocar supuestos defectos de
fundamentación en la resolución a partir de una discrepancia acerca de la interpretación de
la normativa aplicable, que, de su parte, el a quo evaluó correctamente, atendiendo a las
particulares circunstancias fácticas de la situación procesal de Molina, y conforme a la
normativa legal que regula los institutos del régimen progresivo de ejecución de la pena. La
disidencia sostuvo que la posición asumida por el representante del Ministerio Público
Fiscal ante esta instancia –el que alcanza a cubrir la exigencia de fundamentación-, más allá
de su acierto o no sella la suerte favorable de la solicitud y limita la jurisdicción para adoptar

32
una solución más gravosa (cfr. mutatis mutandi, causas, no FMZ
43371/2017/TO1/5/1/CFC1, caratulada: “Vegas Rodriguez, Yasmin Ayelén s/recurso de
casación” (reg. no 469/20, rta. 10/6/2020; entre otras). Dres. Mahiques – voto concurrente-
, Yacobucci y Slokar -en disidencia-.
MOLINA, Juan Ramón
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 2092/20 Resolución del 10/12/20
Causa N° FPO 11390/2018/TO2/4/3/1/CFC3

11. Ejecución penal. Libertad asistida denegada. Hacer lugar al recurso de la defensa. Falta
de debido control jurisdiccional de informes de autoridad penitenciaria -art. 3, Ley 24.660-
. Fundamentación aparente. Arbitrariedad. Reenviar para nuevo pronunciamiento.
Corresponde, por mayoría, hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa de
Hugo Raúl Gallicet, anular la resolución impugnada -rechazo de pedido de libertad asistida-
y reenviar las actuaciones al tribunal de origen a fin de que dicte un nuevo pronunciamiento.
Ello así, por cuanto del análisis integral de la resolución en crisis y de la totalidad de las
constancias incorporadas al legajo, se advierte que, al momento de resolver, el señor juez
de ejecución no ha efectuado el debido control jurisdiccional de los informes emanados por
la autoridad penitenciaria (art. 3 ley 24.660). De la resolución impugnada se desprende que
con fecha 29/03/2021, Gallicet agotará la pena oportunamente impuesta, y que en el caso
en fecha 29 de septiembre de 2020 se ha cumplido con el requisito temporal previsto a los
efectos de la concesión de la libertad asistida conforme el art. 54 de la ley 24.660. Aunado
a ello, el a quo ha omitido analizar debidamente los elementos conducentes para la solución
del sub examine y se limitó a reproducir los informes desfavorables. Por lo tanto, la
resolución impugnada no resulta una derivación razonada del derecho vigente con
aplicación a las circunstancias comprobadas en la causa, ya que presenta una
fundamentación tan solo aparente, equiparable a la ausencia de fundamentación, lo que
configura un supuesto de arbitrariedad de sentencia (Fallos: 338:435; 338:68; 331:1090;
331:36; 330:4983; 330:4903, entre muchos otros). La disidencia sostuvo que si bien la
defensa tildó la decisión de arbitraria, no ha logrado demostrar tal circunstancia, toda vez
que se ha limitado a aducir defectos de fundamentación en la resolución impugnada solo a
partir de una discrepancia sobre la interpretación de las circunstancias concretas del caso,
en particular de aquellas que el a quo considero relevantes y determinantes para rechazar
lo peticionado. El juez de ejecución valoró razonablemente la situación del interno, con
sustento en las constancias de la causa y los informes elaborados en relación con el instituto
bajo análisis, concluyendo fundadamente en la imposibilidad del imputado de acceder al
régimen pretendido. Sin perjuicio de lo expuesto, atento a la emergencia sanitaria en curso,
corresponde encomendar al tribunal a quo que requiera al establecimiento penitenciario
donde Hugo Raúl Gallicet se encuentra alojado que arbitre los medios necesarios para dar
cumplimiento y extremar las medidas de prevención, salud e higiene en los términos de la
Acordada 3/20 de esta C.F.C.P. y las de la autoridad sanitaria provincial. Dres. Carbajo -en
disidencia-, Borinsky y Hornos.

33
GALLICET, Hugo Raúl
Magistrados: Borinsky, Carbajo y Hornos.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Registro N° 2492/20 Resolución del 10/12/20
Causa N° FPA 18077/2015/TO1/8/2/CFC2

12. Ejecución Penal. Prisión domiciliaria. Recurso inadmisible. Inexistencia de agravio


federal. Pandemia Covid-19. Acordada 3/20 CFCP. Encomendar al tribunal el
cumplimiento de las medidas de prevención, salud e higiene.
Corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por la defensa contra
la decisión de anterior instancia que rechazó la detención domiciliaria solicitada,
encomendar al tribunal a quo que disponga a la unidad carcelaria donde Juan Carlos
Martínez se encuentra detenido, que arbitre los medios necesarios tendientes a dar
cumplimiento y extremar las medidas de prevención, salud e higiene en los términos de la
Acordada 3/20 de esta C.F.C.P. Ello así, pues el “a quo” ponderó en el caso la situación
procesal en el que se encuentra el encartado (condena a 5 años y 8 meses de prisión, en
orden al delito de tráfico de sustancias estupefacientes bajo la modalidad de transporte,
tenencia ilegítima de tres armas de guerra de uso civil condicionado y un arma de uso civil,
todas ellas en concurso ideal entre sí y tenencia ilegítima de un arma de guerra de uso civil
condicional), en el marco de un Juicio Abreviado previsto por el artículo 431 bis del C.P.P.N.,
su particular situación frente al COVID-19 (conforme patologías que presenta según
reciente informe médico actualizado recibido del establecimiento carcelario en el marco de
la presente incidencia), que detalló que el defendido se encuentra bajo tratamiento en el
establecimiento carcelario, con seguimiento del cuadro que padecía, provisión de la
medicación indicada por infectólogo extramuros, con curaciones diarias por el Servicio de
Asistencia Médica, y la implementación de los protocolos vigentes en la materia, por parte
de la unidad donde se encuentra alojado el nombrado (Unidad 14 –Cárcel de Esquel-), para
disponer que, por el momento, de conformidad con lo dictaminado por el Ministerio Público
Fiscal, no corresponde disponer su detención domiciliaria. Por consiguiente, la petición no
se sustenta en ninguna de las causales legalmente establecidas para acceder a la solicitud
de arresto domiciliario intentada, ni tampoco se presenta una situación excepcional que
amerite contemplarse desde una perspectiva más amplia. Por otro lado, las críticas de la
defensa expresan discrepancias valorativas que, más allá de revelar la existencia de una
fundamentación del decisorio cuestionado que no comparte sobre la aplicación del derecho
a las circunstancias del caso, no configuran un agravio fundado en la doctrina de la
arbitrariedad (Fallos: 306:362 y 314:451, entre muchos otros), en los graves defectos del
pronunciamiento (Fallos: 314:791; 321:1328; 322:1605), o en alguna cuestión federal
(Fallos: 328:1108); por lo que no corresponde la intervención de la jurisdicción de este
Tribunal. Dres. Borinsky y Carbajo.
MARTÍNEZ, Juan Carlos
Magistrados: Borinsky y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. Nº 2509/20 Resolución del 14/12/20
Causa N° FGR 34310/2018/TO1/16/1/CFC1

34
13. Ejecución Penal. Libertad asistida rechazada. Recurso defensa. Informes SPF
negativos. Pronóstico desfavorable de reinserción social. Sentencia fundada. Recurso
inadmisible.
Corresponde declarar inadmisible el recurso interpuesto por la defensa. Que, en primer
lugar, es preciso recordar que Lucas Ezequiel Jazynka fue condenado por el Juzgado Criminal
y Correccional Federal n° 9 por sentencia de fecha 21 de septiembre del corriente, que se
encuentra firme, a la pena de diez meses de prisión de efectivo cumplimiento por ser autor
penalmente responsable de los delitos previstos en los artículos 149 bis, 205 y 239 del
Código Penal, todos en concurso ideal. Que, en la misma línea expuesta por el Fiscal
General, la magistrada interviniente explicó fundadamente las razones por las cuales
entendió que los informes remitidos por las autoridades del Servicio Penitenciario Federal
no resultan arbitrarios o infundados sino que están precedidos de razonables argumentos
que resultan contestes entre sí, por lo que no encontró motivos para apartarse de las
conclusiones allí expuestas, expidiéndose por unanimidad de forma negativa sobre a la
viabilidad del domicilio aportado y a la concesión del beneficio reclamado. En la resolución
se puso de relieve que ante “…la inestabilidad laboral del nombrado, la escasa contención
familiar, la falta de una residencia fija antes de su detención vivía en situación de calle, la
carencia de otros lazos familiares, su problemática con las adicciones específicamente la
marihuana, cocaína y bebidas alcohólicas, su incursión reiterada en el delito, el riesgo que
implicaría el contacto con su madre puesto que aún padece los síntomas del virus Covid 19
y su delicada situación económica, es que entiendo que el egreso anticipado de Jazynka
podría redundar en un riesgo grave no solo para la sociedad, sino también para el
nombrado.”. En definitiva, por cuanto el detalle y estudio contenido en la resolución
atacada no pudo ser sorteado por la defensa, el fallo mantiene su incolumidad, y porque de
ellos surge que el condenado no presenta ninguna condición favorable de reinserción social
anticipada, el recurso de casación deducido debe ser declarado inadmisible. Dres. Catucci,
Gemignani y Riggi -votos concurrentes-.
JAZYNKA, Lucas Ezequiel
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 15/12/20
Causa Nº CFP 1475/2020/TO1/4/CFC3

14. Ejecución penal. Cómputo de pena. Hacer lugar, anular y reenviar para nuevo
pronunciamiento. Posición fiscal favorable. Cómputo de tiempo de detención de otro
proceso.
Corresponde hacer lugar, sin costas, al recurso interpuesto por la defensa, anular la
resolución recurrida -por cuanto no hizo lugar al planteo relacionado con el computo de
pena efectuado- y, reenviar a su procedencia a fin de que, se dicte un nuevo
pronunciamiento de acuerdo a la doctrina aquí establecida (arts. 471, 530 y ccds. CPPN).
Ello así, toda vez que la posición asumida por el representante del Ministerio Público Fiscal
ante esta instancia en su dictamen (que solicitó que se compute el tiempo de detención
sufrido en un proceso paralelo en trámite sea computado en la pena a imponerse en estas

35
actuaciones) -el que alcanza a cubrir la exigencia de fundamentación, más allá de su acierto
o no- sella la suerte favorable de la solicitud y limita la jurisdicción para adoptar una solución
más gravosa. El voto concurrente señaló que en función de los lineamientos que guían el
Código Procesal Penal Federal (ley 27.063, texto ordenado por Decreto 118/2019) y por
estricta aplicación de los principios de benignidad e igualdad ante la ley, expresados en la
resolución 2/2019 de la Comisión Bicameral de Monitoreo e Implementación del Código
Procesal Penal Federal, que hacen operativa la preeminencia de la postura fiscal en materias
que resultan disponibles para las partes, y más allá de la opinión que sostenga respecto al
tema en cuestión, se debe acoger favorablemente el remedio casatorio de la defensa. Dres.
Slokar y Yacobucci -voto concurrente-.
BELLO, Pablo Ariel
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2154/20 Resolución del 15/12/20
Causa N° CFP 6661/2018/TO1/6/CFC2

15. Ejecución penal. Prisión domiciliaria. Recurso inadmisible. Inexistencia de cuestión


federal y arbitrariedad. Decisión fundada. Arts. 10 inc. f, C.P., y 32 inc. f, Ley 24.660.
Corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por la defensa pública
oficial de Jhonny Celestino Haro Castillo, contra la decisión del Tribunal Oral en lo Criminal
Federal nº 2 de Córdoba que dispuso no hacer lugar a la solicitud de prisión domiciliaria a
favor del nombrado. Ello así, por cuanto las alegaciones de la parte recurrente expuestas
en el recurso en trato traslucen una disconformidad con el análisis efectuado por los jueces
del tribunal oral sobre la cuestión, sin embargo esa circunstancia no configura un agravio
fundado en la doctrina de la arbitrariedad (Fallos: 306:362 y 314:451, entre muchos otros),
en los graves defectos del pronunciamiento (Fallos: 314:791; 321:1328 y 322:1605), o en
alguna cuestión federal (Fallos: 328:1108); por lo que no corresponde la intervención de la
jurisdicción de esta Cámara. Contrariamente a lo alegado por la defensa en su recurso, se
advierte que el temperamento recurrido no contiene transgresiones o defectos lógicos sino
que, por el contrario, se analizaron los elementos de convicción mínimos necesarios para el
adecuado tratamiento de la cuestión, con especial consideración de la totalidad de las
circunstancias que rodean al caso y la situación particular de los menores invocada. A fin de
denegar el arresto domiciliario solicitado por Haro Castillo, el juez del tribunal a quo
ponderó que “no sólo no se da la situación fáctica que haga procedente el beneficio
solicitado, pues se trata de menores de 10 y 15 años, que se encuentran en buen estado de
salud, a cargo de su abuela paterna y la pareja de ésta, que les brinda contención. Los niños
se encuentran escolarizados, en la escuela Santo Cristo, por lo que el fundamento legal
invocado cae en la propia letra de la ley. Y mantienen vínculo afectivo y económico con su
madre, Cristina Floriano quien los visita los fines de semana y aporta el sustento económico
producto de su trabajo “cama adentro” cuidando adultos mayores”. Las alegaciones de la
parte expuestas en el recurso en trato traslucen una disconformidad con el análisis
efectuado por el tribunal sobre la cuestión, sin lograr conmover, a través de los argumentos
expuestos, los fundamentos antes señalados. Dra. Figueroa, Petrone y Barroetaveña.

36
HARO CASTILLO, Jhonny Celestino
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Reg. N° 1787/20 Resolución del 16/12/20
Causa N° FCB 28956/2019/TO1/1/1/CFC1

16. Ejecución penal. Modificación del monto de la pena impuesta y de las condiciones de
su cumplimiento. Art. 504 CPPN. Hacer lugar, anular y reenviar para que se dicte nuevo
pronunciamiento. Decisión arbitraria. Posición de garante del Estado respecto a las
personas privadas de libertad. Obligación de reparar. Víctimas de violaciones derechos
humanos. Padecimientos sufridos en el establecimiento carcelario. Interés superior del
niño. Cumplimiento de condena por hechos cometidos cuando era menor de edad.
Dictamen fiscal favorable. Art. 2 de la “Ley de Derechos y Garantías de las Personas
Víctimas de Delitos” (Ley 27.372).
Corresponde, por mayoría, hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa
oficial de Juan Carlos Silvero Ybarra, anular la decisión recurrida- que dispuso no hacer lugar
al pedido formulado por el nombrado de modificación del monto de la pena impuesta como
así tampoco al avance en el camino de la progresividad que le permita acceder al beneficio
de la libertad condicional- y remitir las actuaciones al a quo a fin de que dicte un nuevo
pronunciamiento. En cumplimiento de los estándares convencionales y constitucionales, he
sostenido como precepto fundamental que todas las personas privadas de libertad gozan
de los derechos humanos durante todo el período del encierro, y hasta la ejecución de su
pena (arts. 18, 43 y 75 inc. 22 CN; 1, 2, 7, 8 y 25 CADH; 2, 9, 10 y 14 PIDCyP; 1, 2, 4 Convención
sobre los Derechos del Niño); que sirve como lineamiento a tener en cuenta al momento de
analizar un caso como el que nos ocupa (ver, mi voto en la causa nro. 32, caratulada “Beltrán
Flores, Rosemary y otros”, reg. 20928 del 30/4/2013 de esta Sala I, y en la causa FLP
78552/2018/CFC1 caratulada: “INTERNAS CPF IV s/habeas corpus”, reg. 712/19 rta. 6/5/19
entre otros). En virtud de tener por reconocida la posición de garante que tiene el Estado
respecto a las personas privadas de libertad -en razón de que las autoridades penitenciarias
ejercen un control total sobre éstas-, corresponde abocarse a la obligación estatal de
reparación de daños por la violación de derechos. A la luz del derecho internacional y,
particularmente, la jurisprudencia de la Corte Interamericana, existen formas muy diversas
mediante las cuales los Estados pueden dar cumplimiento a la obligación de reparar a las
personas que han sido víctimas de violaciones a sus derechos humanos. Asimismo, he
sostenido que de nuestro sistema jurídico y de las relaciones de supremacía, resulta que las
niñas, niños y adolescentes tienen todos los derechos convencionales y constitucionales,
correspondiente a cualquier sujeto de derecho –adultos o niños- y que además disponen
de un plus por su situación de vulnerabilidad en razón de la edad, por lo que deben ser
sometidos a jurisdicción y trato especial, siempre se debe respetar el “interés superior del
niño”, las garantías del debido proceso ya sea en el momento de la detención, en el
desarrollo, en el cumplimiento de penas, con la imposición de medidas educativas o en
internación, debiendo ser oído, tomándose en cuenta su opinión en el momento de tomar
decisiones ya sean de índole judicial o administrativa, cuando les afecten a sus derechos,
porque de lo contrario el Estado incurre en responsabilidad internacional por ante los

37
organismos encargados del cumplimiento de dichos tratados (causa nro. 14.087 “Mendoza,
César Alberto y otros s/ recurso de revisión“, rta. 21/8/2012, reg. 20349, Sala II). La decisión
del juez a quo es arbitraria en tanto omitió llevar a cabo una ponderación de la
responsabilidad del Estado y la incidencia que el deber de garante tiene en los derechos que
le asisten al condenado. Cabe destacar que la solicitud de la defensa cuenta con el acuerdo
del Sr. Fiscal, quien sostuvo que corresponde que se pondere los padecimientos sufridos
por Silvero Ybarra en el establecimiento carcelario. En efecto, el suceso denunciado por
Silvero Ybarra y el daño provocado surgen de las constancias de la causa nro. 31260/2014
“Ramos, Raúl Fernando y otros s/ inf. Art. 144 ter 1° párrafo- según ley 14.616 acompañadas
ad effectum videndi, y los mismos no han sido cuestionados por las partes. La ocurrencia de
los daños causados a Silvero Ybarra en el ámbito penitenciario, en circunstancias en que se
encontraba cumpliendo una condena dictada por hechos cometidos cuando era menor de
edad, es jurídicamente indiscutible aun cuando, a la fecha, no haya sido dictada una
sentencia condenatoria contra los autores del hecho. En efecto, la materialidad del hecho
denunciado por Silvero Ybarra es incuestionable, porque se constataron oficialmente las
graves lesiones sufridas por el imputado, como así también que ellas fueron producidas
mientras se encontraba detenido en una unidad carcelaria. El plexo normativo descripto en
el acápite anterior del presente sufragio (esto es: la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, las Reglas mínimas para el
tratamiento de los reclusos, los Principios básicos para el tratamiento de los reclusos, el
Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma
de detención o prisión, los Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas
Privadas de Libertad en las Américas y la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o
Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, por citar algunos, y las recomendaciones de los
respetivos órganos de aplicación, así como fallos de la Corte Interamericana sobre Derechos
Humanos) obliga a los Estados parte, a través de sus tres poderes, a tomar todas las medidas
necesarias para impedir que se produzcan hechos como los sufridos por Silvero Ybarra, así
como a considerar sus consecuencias cuando se lleven a cabo. Entiendo que la acreditación,
en el caso sub júdice, de la imposición de golpes y violencia sexual al encausado y la
vulneración a su integridad físico-psíquica en ocasión de hallarse detenido en el Servicio
Penitenciario Federal, debe traducirse en una modificación de la pena impuesta que le
restaba cumplir en virtud de aquel proceso, como medida de reparación consecuencia de
la enorme lesión al Estado constitucional de Derecho que dicha realidad puso al
descubierto. El encartado Juan Carlos Silvero Ybarra ha sufrido un daño en su integridad
física y psíquica asimilable a tortura u otro trato o pena cruel, inhumano o degradante
estando alojado en el Servicio Penitenciario Federal y, en respeto a la jurisprudencia de la
Corte Interamericana que dispuso que la reparación del daño requiere, siempre que sea
posible, la plena restitución y que, de no ser esto posible -como en el presente caso-, se
debe determinar las medidas que garanticen los derechos conculcados, eviten nuevas
violaciones y reparen las consecuencias que las infracciones produjeron, así como
establecer la indemnización que compense por los daños ocasionados entiendo que
corresponde hacer lugar a la modificación del monto de la pena impuesta al encartado a la
luz del art. 504 CPPN. Por último, si bien en estas actuaciones previo a la adopción del
temperamento atacado, se informó y recabó la opinión de la víctima Walter Elbio Poletti

38
acerca de la petición de la defensa, corresponde que el a quo cumplimente el mismo
recaudo respecto de aquellas personas que pudieran revestir tal carácter en el marco de las
causas nº 5456 y 5570 del registro del Tribunal Oral de Menores Nº 2, en función de lo
previsto en el artículo 2 de la “Ley de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de
Delitos” (Ley 27.372). El voto concurrente señaló que ante la opinión favorable del fiscal y
a la luz del principio acusatorio, se exige por parte del juez la explicitación desagregada
minuciosamente de los motivos de peso que lo llevan a apartarse de la voluntad coincidente
de las partes. Ello, por cuanto el dictamen en favor del representante del Ministerio Público
Fiscal, si bien no priva de la jurisdicción al magistrado para analizar la pertinencia del planteo
en cuestión, le reclama que explicite aquellas razones que lo alejan de las conclusiones a las
que aquel arriba, quedando siempre para el decisor la facultad de contravenir cuando la
propuesta no constituya una derivación razonada del derecho vigente o de los hechos de la
causa. Se advierte además que en el presente las partes no han discutido la exégesis de la
norma que entendieron aplicable al caso -art. 504 del CPPN-y coincidieron en una solución
plausible a la vista de las disposiciones constitucionales y convencionales. Ese acuerdo, bajo
los lineamientos antes establecidos, aparece con una preeminencia tal sobre la decisión del
magistrado que le reclama que específicamente de a conocer los argumentos que sustentan
en la especie su apartamiento; razones éstas que, adelanto, no se desprenden del decisorio
atacado. El magistrado a quo no brinda razones suficientes para sostener que la propuesta
esgrimida en la especie por el Fiscal General, en la medida en que no contiene una
pretensión encontrada con el recurrente, no sea derivación razonada del derecho de
aplicación al caso o de los sucesos ventilados en el expediente. El juez a quo se limitó a
efectuar afirmaciones genéricas en apoyo de su postura, sin referencia ni tratamiento
concreto de las particularidades que sustentaron los argumentos brindados por el Fiscal
General al expedir su opinión favorable acerca de la solicitud en trato. La disidencia expresó
que el recurso de casación interpuesto por la defensa resulta inadmisible, ello así, porque
el recurrente no ha alcanzado a rebatir los argumentos brindados por el magistrado a cargo
de la ejecución penal para denegar los planteos defensistas. Pero además, porque la
modificación de la pena impuesta y el avance en la progresividad para acceder al beneficio
de la libertad condicional pretendido a modo de compensación derivada de una supuesta
responsabilidad del Estado, carece de todo sustento fático y legal, en la medida en que los
sucesos violentos que Silvero Ybarra habría padecido, aún no fueron juzgados ni
sentenciados, sino que se encuentran en plena etapa de investigación. Amén de la
verosimilitud que tales acontecimientos pudieran haber alcanzado en dicha causa, tanto los
eventos allí denunciados como las posibles responsabilidades deberán ser dilucidados en
un eventual juicio oral y público, extremo que demuestra que en la actualidad no sólo
resulta imposible tenerlos por acreditados con certeza, sino que además tampoco aparece
como factible afirmar la responsabilidad del Estado por su incierta ocurrencia. Cuando
decimos que la pretensión del recurrente carece de sustento legal, no lo hacemos
solamente por las circunstancias apuntadas precedentemente, sino porque además el art.
504 del CPPN invocado, no contempla casos como el que se pretende aquí traer a colación.
La modificación de una pena o eventualmente la posibilidad de dejarla sin efecto, sólo
puede operar, o bien por la entrada en vigencia de una ley penal más benigna, o bien “por
otra razón legal”; pero siempre vinculada a una situación que puede presentarse por alguna

39
modificación normativa, y que nada tiene que ver con la coyuntura que la defensa plantea
en el presente caso. Por lo demás, y atento a los agravios traídos a esta instancia, no
podemos dejar de advertir que hemos sostenido en reiteradas oportunidades que el
dictamen del representante del Ministerio Público Fiscal no resulta vinculante para el juez
a cargo del control de la ejecución de la pena privativa de la libertad, quedando el
requerimiento de la defensa inexorablemente sometido al escrutinio jurisdiccional. Dres.
Figueroa, Petrone- voto concurrente y Riggi- voto en disidencia-.
SILVERO YBARRA, Juan Carlos
Magistrados: Figueroa, Petrone y Riggi.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Reg. N° 1790/20 Resolución del 16/12/20
Causa N° FSM 49004962/2012/TO1/2/2/CFC3

17. Ejecución penal. Libertad condicional. Rechazo de planteo de inconstitucionalidad del


art. 14, inc. 10, CP -según la ley 27.375-. Rechazar recurso. Constitucionalidad de la norma.
Régimen preparatorio para la liberación. No afectación de derechos y garantías
constitucionales.
Corresponde rechazar el recurso deducido por la defensa contra la decisión que no hizo
lugar al planteo de inconstitucionalidad del art. 14, 10 CP, segundo párrafo -según ley
27.375-. En primer lugar, debe recordarse que, si bien es cierto que las normas en cuestión
impiden que la nombrada pueda acceder a la libertad condicional; la ley 27.375 ha
establecido un sistema de ejecución de la pena privativa de la libertad diferenciado para el
supuesto en el que se encuentra la encausada, que consiste en el llamado “régimen
preparatorio para la liberación” que se encuentra regulado en el art. 56 quáter de la ley
24.660. Así las cosas, con relación al fin de reinserción social de las penas (art. 1, Ley 24.660;
arts. 18 y 75.22, CN; art. 5.6, CADH; art. 10, 3 PIDCyP) y la progresividad como medio a
través del cual se alcanza ese fin (art. 6, Ley 24.660), no se advierte que el instituto
establecido en el art. 56 quáter impida su conquista. Por otra parte, corresponde remarcar
que la libertad condicional es una forma, entre otras, de receptar el principio de
readaptación social de los condenados. Por lo tanto, no es el único medio o instituto posible
para cumplir ese objetivo, ni ese mecanismo resulta excluyente y exclusivo a esos fines, de
modo que implique en su peculiaridad, un derecho constitucionalmente reconocido como
tal. En consecuencia, la legislación local tiene bajo su competencia seleccionar los
instrumentos concretos orientados a ese fin, sin entrar en contradicción con las reglas
convencionales sobre la cuestión. En referencia al principio de igualdad y al establecimiento
de diferentes regímenes penitenciarios, se observa que el criterio ha sido el delito por el
que la persona resulta condenada (art. 14 del CP y art. 56 bis de la ley 24.660) lo cual no
luce arbitrario o indebido. En efecto, se trata de un elemento objetivo que el legislador ha
previsto en función de la peculiaridad, gravedad y lesividad que representan cierto tipo de
injustos. Precisamente, en este punto hay una fundamentación directamente vinculada con
la responsabilidad por el hecho, pues este último concepto –en términos constitucionales y
penales- exterioriza la naturaleza e intensidad del injusto que marca la extensión de la
culpabilidad del sujeto al que se le atribuye. En este caso, la culpabilidad por el hecho –
injusto- es la base con la que se determina la peculiaridad del régimen aplicable que no

40
expresa, por lo antes señalado, la neutralización o aniquilamiento de la orientación
resocializadora. Por último, vale referir que, atento a la aplicación en el caso de la ley
27.375, cuyos cuestionamientos de índole constitucional han sido acertadamente
rechazados por el a quo, va de suyo la improcedencia del instituto de la libertad condicional,
toda vez que los arts. 14 inc. 10 del CP y art. 56 bis de la ley 24.660 impiden su concesión.
La disidencia sostuvo que realizada la deliberación y sellada la suerte del recurso con el
criterio concordante de los distinguidos colegas, solo resta destacar que la ausencia de
tratamiento de argumentos brindados en orden a las cuestiones planteadas, sumado a la
inexistencia de una decisión fundada sobre la aplicación al sub lite de normas que, a todo
evento, hubieran otorgado apoyo al reclamo, evidencia un manifiesto defecto de la
resolución censurada en los términos establecidos por la doctrina del cimero tribunal
(Fallos: 314:1366 y 1434; 318:2678; 326:1969; 331:2077, entre otros), todo lo que autoriza
al progreso de la impugnación intentada. Dres. Yacobucci, Slokar -en disidencia- y
Mahiques.
HOLGUIN RODRÍGUEZ, María Altagracia
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2178/20 Resolución del 17/12/20
Causa N° FCR 723/2018/TO2/27/1/CFC5

18. Ejecución penal. Unificación de condenas. Hacer lugar, anular la decisión y remitir para
nuevo pronunciamiento. Omisión de audiencia de visu. Ausencia de dictamen fiscal. Falta
de previo debate entre partes. Sistema acusatorio.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa de Castaño,
anular la resolución impugnada y remitir las actuaciones a su origen para que se proceda a
realizar un nuevo trámite de unificación en los términos del art. 58 del C.P., en tanto el
tribunal no realizó, de manera previa a la unificación de las sanciones, una audiencia de
visu, lo que conllevó una vulneración al derecho de audiencia previa a la aplicación de una
sanción como la aquí cuestionada. La falta de la fijación de una nueva audiencia de visu
antes de disponer la pena única impide a los jueces conocer la situación actual del
condenado para poder fundamentarla adecuadamente. En el caso, resultaba imperativo ya
que desde el dictado de la sentencia condenatoria hasta la unificación de las penas
transcurrió casi un año. Por otra parte, el representante del Ministerio Público Fiscal omitió
expedirse sobre el monto de pena que debía aplicarse "dejando a criterio del sentenciante"
la determinación de la pena única a imponer. Ello condujo a que el tribunal determinara -
de forma unilateral- el monto de pena que impuso, sin que existiera sobre el punto
pretensión punitiva en concreto y un previo debate entre las partes. Así, no puede tenerse
por válido al acto jurisdiccional impugnado, en atención a las nuevas disposiciones que rigen
el proceso penal signado por un modelo de enjuiciamiento de matriz netamente acusatorio
y la preservación de los principios de benignidad e igualdad de trato a los justiciables. Obiter
dictum, cabe remarcar un yerro del tribunal en tanto la cuestión plantea un supuesto de
unificación de condenas, y no de penas. Dado que entre los sucesos juzgados media una
relación de concurso material, en tanto todos los hechos se cometieron antes de que
quedara firme la primera sentencia, se trata de una hipótesis de unificación de condenas.

41
En consecuencia, el procedimiento de unificación seguido por el tribunal resultó igualmente
improcedente. El voto concurrente agregó que el momento procesal oportuno para
disponer la unificación de condenas era el dictado de la segunda condena. No obstante, el
tribunal difirió la cuestión al momento de la resolución de cómputo de pena, disponiendo
la unificación diez meses después. A más de lo expuesto, se tuvo por aprobado el cómputo
correspondiente sin que hubiera existido una notificación previa a las partes. Dres.
Mahiques, Yacobucci -voto concurrente- y Slokar.
CASTAÑO, Fernando Fabián
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2208/20 Resolución del 18/12/20
Causa N° FTU 14771/2016/TO1/CFC1

19. Ejecución penal. Salidas transitorias. Hacer lugar, anular y remitir para que se dicte
nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Pandemia Covid-19. Emergencia sanitaria.
Incorporación al beneficio solicitado corresponde ser tratado. Requerir informes.
Corresponde declarar abstracto el tratamiento de los agravios en torno al cese de la prisión
preventiva y la morigeración de condiciones de detención; hacer lugar parcialmente al
recurso de casación interpuesto por la defensa de Ariel Román Palomeque, anular la
resolución recurrida únicamente en lo que respecta al rechazo de la incorporación al
régimen de salidas transitorias y remitir las presentes actuaciones al tribunal de origen a los
fines de que se dicte una nueva decisión de conformidad con los lineamientos expuestos.
Atento a que el planteo en estudio respecto de la denegatoria del cese de prisión preventiva
y la morigeración de condiciones de detención ha perdido virtualidad, la cuestión sometida
a inspección jurisdiccional, en lo que respecta a dicho punto, se ha tornado abstracta, lo
que así debe declararse. En torno a la denegatoria de la incorporación al régimen de salidas
transitorias, he de adelantar que asiste razón al recurrente en cuanto a que la resolución
puesta en crisis presenta aspectos que resienten su motivación y, por ende, la descalifican
como acto jurisdiccional válido. Ello por cuanto, más allá de la situación coyuntural que se
vive actualmente en relación a la pandemia del COVID-19, la incorporación al beneficio
solicitado, amén de que su efectivización dependa de que se reanuden esas salidas,
corresponde que sea tratada. Por tanto, el argumento del a quo en cuanto a que no cabe
analizar los extremos relativos al cumplimiento de los requisitos necesarios para obtener el
beneficio solicitado debiendo prevalecer la situación de emergencia sanitaria, no resulta
suficiente por sí solo para no resolver la cuestión planteada. En ese sentido, considero que
la resolución recurrida no cuenta con los fundamentos mínimos, necesarios y suficientes
para ser considerada un acto jurisdiccional válido en los términos del art. 123 del CPPN, por
lo que no puede ser convalidada. En efecto, corresponde al a quo valorar el escenario a la
luz de la nueva situación procesal del encartado toda vez que la condena ha quedado firme
y, en su caso, requerir los informes que puedan ser ordenados en consecuencia. Dres.
Petrone, Barroetaveña y Figueroa.
PALOMEQUE, Ariel Román
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I

42
Registro N° 1860/20 Resolución del 21/12/20
Causa N° CFP 16131/2016/TO1/12/CFC8

C. HABEAS CORPUS

1. Habeas corpus. Rechazo. Vinculación familiar. Pandemia Covid-19. Videollamadas.


Falta de demostración de agravamiento de las condiciones de detención. Ley 23.098.
Corresponde rechazar el recurso de casación interpuesto por la defensa contra la decisión
de rechazar la acción de habeas corpus presentada, y encomendar al tribunal que supervise
las condiciones en que Martínez Rojas mantiene contacto familiar, de acuerdo con la
evolución de la pandemia originada por el Covid-19 y teniendo en cuenta el contexto de
emergencia sanitaria vigente. La defensa invoca un agravamiento de las condiciones de
detención del nombrado, pero no lo demuestra, pues se limita a exponer su propio enfoque
sobre el punto y, correlativamente, sobre el modo en que la cuestión debatida debió ser
resuelta. En efecto, aduce una afectación del derecho del interno al contacto familiar y, en
esta inteligencia, pone en cuestión la suficiencia de las video- llamadas que el encartado
mantiene con su familia. Dicha crítica luce infundada porque sólo encuentra sustento en
una discrepancia con los términos en que el detenido pretende hacer uso del sistema de
video-llamadas que, en su tesitura, supone que ello ocurra en un día específico, a una hora
particular, durante un lapso superior al establecido y con una periodicidad determinada. La
parte tampoco efectuó crítica alguna sobre el modo en que el complejo penitenciario
federal organiza y ejecuta en el contexto actual el “Protocolo de Vinculación Familiar y
Social a través del Sistema de Videollamadas”. La disidencia señaló que las decisiones que
involucren a los vínculos de las personas privadas de su libertad o que importen el
alejamiento de su núcleo familiar y social pueden configurar un supuesto de agravamiento
de las condiciones de detención. En esta concepción subyace la idea de que el alejamiento
del detenido de sus vínculos y de su lugar de pertenencia atenta contra el fin de
resocialización y el principio de intrascendencia de la pena (artículos 5.6 y 5.3 de la C.A.D.H).
La ausencia de realización del trámite previsto en el procedimiento de habeas corpus, con
la correspondiente audiencia oral y la producción de medidas probatorias pertinentes
imposibilitó procurar una solución que garantice los derechos involucrados. La audiencia de
Habeas Corpus directa e inmediata se constituye en la garantía más eficaz para el análisis
amplio y desde toda perspectiva de las cuestiones en juego, dándole al privado de la libertad
la oportunidad con pleno acceso a Justicia de expresar el sentido y el alcance del derecho y
la pretensión que reclama. Dres. Borinsky, Hornos –en disidencia- y Carbajo.
MARTÍNEZ ROJAS, Juan Mariano
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2493/20 Resolución del 10/12/20
Causa N° FSM 36815/2020/1/CFC1

43
2. Habeas Corpus correctivo. Rechazar recurso. Decodificador para televisión. Régimen de
visitas. Accionante incluido en el Programa Nacional de Protección a Testigos e
Imputados. Inexistencia de agravamiento de las condiciones de detención. Ley 23.098.
Falta de realización de audiencia del art. 14. Agravio meramente formal.
Corresponde rechazar el recurso deducido por la Defensa de Pérez Corradi, contra la
decisión que no hizo lugar a la acción de habeas corpus, en tanto no se advierte ni ha
logrado demostrar el accionante un agravamiento actual de las condiciones en que cumplen
su detención. En el caso, el accionante se encuentra incluido en el Programa Nacional de
Protección a Testigos e Imputados del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la
Nación. Es por ello, que resulta aplicable a su vida y alojamiento dentro del establecimiento
penitenciario determinadas medidas distintas a las del resto de la población carcelaria,
como ha quedado descripto en la resolución recurrida, por ejemplo, en lo que concierne a
la coordinación para el traslado de sus visitas y al modo en el que estas se realizan. Ambas
peticiones (el decodificador y la visita) están siendo procesadas de conformidad por la
administración penitenciaria, que se encuentran sujetas a las particularidades del caso
concreto y al contexto actual, por lo que no se advierte agravamiento en las condiciones de
su detención. De esta manera se encuentra, al menos por el momento, razonablemente
equilibrado y proporcionado el ejercicio de los derechos que reclama el accionante con la
especial situación de control y protección de su vida e integridad física que el Programa de
Protección de Testigos e Imputados, en el que voluntariamente participa, requiere. Todo
ello conforme a una armónica interpretación de las cuestiones en juego y teniendo
especialmente en consideración los puntuales reclamos que viene realizando. Por último,
cabe señalar que, en el caso, no se advierte el modo en que la falta de realización de la
audiencia prevista en el art. 14 de la ley 23.098 constituye un agravio concreto que exceda
lo formal; por lo tanto, corresponde rechazar el planteo de la Defensa. El voto concurrente
añadió que la decisión del tribunal a quo que confirmó el rechazo de la acción de habeas
corpus interpuesta no presenta fisuras de logicidad y constituye una derivación razonada
del derecho vigente con ajuste a las concretas circunstancias de autos. El impugnante no ha
logrado poner en evidencia mediante su presentación recursiva acto lesivo u omisión de
autoridad pública que implique restricción de la libertad o una agravación ilegítima de las
condiciones de detención de su asistido en los términos de la ley 23.098; extremos que,
teniendo en consideración las particulares circunstancias del presente caso, tampoco se
advierten. Destacó que la defensa se ha ceñido a exponer su propia perspectiva sobre el
caso y el modo en que a su juicio debió ser resuelto; sin embargo, no ha desarrollado en su
recurso de casación una crítica concreta y razonada de cada uno de los argumentos
expuestos en ambas instancias, dejando entrever una disconformidad que carece de
aptitud para demostrar los defectos que invoca. Dres. Hornos y Borinsky -voto concurrente-
PÉREZ CORRADI, Ibar Esteban
Magistrados: Borinsky y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2531/20 Resolución del 15/12/20
Causa N° FSM 37684/2020/CFC1

44
D. SENTENCIAS DEFINITIVAS

1. Sentencia definitiva. Condena. Imposición de severidades. Recurso defensa. Valoración


de la prueba. Registros fílmicos. Insuficiencia probatoria. Duda. Absolución. Hacer lugar
al recurso, anular la sentencia y absolver al imputado -por mayoría-.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación deducido por la defensa; anular la sentencia
en cuanto fuera objeto de impugnación y, en consecuencia, absolver a Pablo Sebastián
Eschetini Sueldo en los términos del art. 3 del Código Procesal Penal de la Nación. Que, tras
un estudio pormenorizado de la causa, se adelanta que no habrá de compartirse el
temperamento adoptado. En efecto, analizado detenidamente el material fílmico solicitado
como medida para mejor proveer, consideramos que aquel lejos está de tener la elocuencia
atribuida por los magistrados de la anterior instancia, al menos no la tiene en el sentido que
se le pretendió asignar. Es que, de una reiterada y minuciosa observación del suceso aquí
juzgado se aprecia la gravedad de los hechos que se suscitaban en el interior del Módulo 3,
Pabellón 3, entre dos grupos de internos. Y es precisamente en ese contexto en el que se
produce inexorablemente el hecho que provoca la situación visualizada, lo que genera la
necesidad de intervenir, actuar y ejercer una mínima violencia que permita contener y
culminar la misma a los fines de restablecer el orden y la disciplina. Sustenta ello, lo
observado de la filmación en donde minutos antes del ingreso de la requisa, Maldonado se
encontraba en una actitud agresiva -como los restantes internos- arrojando elementos
contundentes hacia el otro grupo, blandiendo en su mano un palo y con una manta utilizada
para protegerse, siendo que al irrumpir el grupo de contención, se refugió en un sector a la
izquierda, no pudiéndose percibir nada más respecto del nombrado, pues la cámara fija que
grabó los hechos no capta dicho ángulo. Por este motivo, se entiende desacertado el
argumento esgrimido por el a quo en punto a la feroz golpiza propinada por el agente de la
requisa a un interno que se encontraba indefenso en el piso cuando no ha sido posible
visualizar con suficiente precisión lo afirmado y más aun teniendo en cuenta que, segundos
antes, portaba y blandía un palo en su mano. Tampoco se comparte la afirmación de que
Maldonado quedó directamente noqueado en el piso, cuando en rigor, lo que se aprecia -
aunque escuetamente de la filmación- es al individuo en el suelo reducido a manos de otro
agente de la requisa. Por otra parte, el tribunal de grado estimó que las lesiones que
presentaba la víctima resultaban ser propias de las severidades impartidas por Eschetini.
Sin embargo, de las constancias obrantes en autos, se encuentran agregados los certificados
médicos de varios internos que dieron cuenta de heridas cortantes y hematomas múltiples
similares a las de Maldonado y compatibles con la violenta pelea que se suscitaba entre los
dos bandos, resultando inentendible la disquisición que efectuara el a quo en este punto.
Por último, no puede dejar de ponderarse la carencia de elementos probatorios para
sustentar que el agente de requisa que se visualiza en la filmación sea el aquí condenado
Eschetini Sueldo, más allá de sus propios dichos. En este sentido, corresponde recordar que
el imputado primigeniamente reconoció ser dicho sujeto tanto ante el Director de la Unidad
como en su declaración espontánea de fs. 74/77, circunstancia que luego fue negada en las
dos oportunidades en las que prestó declaración indagatoria. Así pues, nos encontramos
ante un cuadro de insuficiencia probatoria respecto de si precisamente era Eschetini Sueldo
el agente observado. Por su parte, el voto en disidencia, resaltó que la medida del empleo

45
de la fuerza en casos como el de autos podría ser entendida, según la necesidad,
desprendida de la gravedad del episodio, pero en el presente, al ingreso del personal de
seguridad, la revuelta se había aquietado y no se advirtió ninguna conducta agresiva hacia
los guardias. En consecuencia, la agresión a Maldonado, según se ha visto excedió el marco
del restablecimiento de la disciplina interna e ingresó en el campo penal. Por ende y porque
no se observa arbitrariedad en la valoración probatoria efectuada en el fallo, se comparte
la decisión condenatoria. Dres. Riggi, Gemignani -votos concurrentes- y Catucci -en
disidencia-.
ESCHETINI SUELDO, Pablo Sebastián
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 01/12/20
Causa Nº FSM 49004995/2012/TO1/CFC1

2. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Rechazar. Comercio de


estupefacientes. Valoración probatoria. Art. 5, inc. c, ley 23.737. Elementos del tipo.
Corresponde rechazar el recurso deducido y confirmar la condena dictada en autos. En
cuanto a la materialidad del hecho enrostrado a Fernando Ruiz, cabe señalar que, a
diferencia de lo sostenido por la defensa, no fue asentada exclusivamente sobre la
circunstancia del secuestro de sustancia estupefaciente en poder de Salas minutos después
de haberse retirado del domicilio del primero, sino sobre la base de la valoración conjunta
de todo el plexo probatorio reunido en las actuaciones, que incluye los resultados obtenidos
a partir de las tareas desplegadas por la prevención y las escuchas telefónicas pertinentes.
En función de la valoración de la prueba que realizara el tribunal de origen se advierte que
las críticas del impugnante no pueden prosperar. Ello así, en tanto se cuenta con un
contundente cuadro probatorio que va desde las tareas de prevención que indicaban que
Fernando Ruiz comercializaba estupefacientes en su domicilio particular y en el
Polideportivo donde cumplía funciones laborales, pasando por las escuchas telefónicas que
lo involucraban -dando soporte a su relación con el imputado Salas- y culminando con el
secuestro de sustancia estupefaciente y una balanza en poder de Salas minutos después de
cargar un bolso a la salida de la casa de Ruiz, y el posterior allanamiento realizado en el
domicilio del nombrado. La defensa intentada en torno a que Fernando Ruiz no fue hallado
en poder de sustancia estupefaciente carece de asidero pues, además de los 16 papeles
para armar cigarrillos, se encontraron billetes de baja denominación, elementos que, en el
contexto de la investigación, dan cuenta de la actividad de narcotráfico. Lo expuesto,
además, debe conectarse con la circunstancia de haber sido efectivizado el allanamiento y
detención de Fernando Ruiz cuatro días después del secuestro de la sustancia hallada en
poder de Salas, de lo que el nombrado habría tomado efectivo conocimiento según surge
de las escuchas pertinentes -cuyo tratamiento será abordado en los acápites siguientes-.
Todos estos elementos permiten inferir su inserción –y no su ajenidad- en las actividades
de narcotráfico. La conducta endilgada al imputado se asienta en los resultados de la
investigación desarrollada en el marco de estos actuados. Esos elementos, analizados de
forma conglobada y de acuerdo con criterios heurísticos, de congruencia y consistencia
exigidos por la doctrina del fallo “Casal”, permiten concluir de forma certera respecto de la

46
responsabilidad penal del imputado por el comercio de estupefacientes (arts. 5 inc. c de la
ley 23.737). La prueba pasada en el debate ha sido adecuadamente ponderada en términos
de logicidad y eficacia normativa por el a quo, y es suficiente para demostrar que el material
estupefaciente hallado en el vehículo en el que Salas circulaba había sido comercializado
momentos antes en el domicilio de Ruiz Alaniz. En otro orden, cabe apuntar que la conducta
de Fernando Ruiz encuadra subjetivamente en el tipo penal escogido. Ello se deriva de
exteriorizaciones objetivadas u objetivables que permiten una inferencia sobre su
significado, esto es, el conocimiento y la voluntad de realizar la conducta prevista en el art.
5 inc. d de la ley 23.737. De cara a lo expuesto, resultan significativas las expresiones
vertidas por la testigo Marcela Montecino, en orden a que el 23 de enero de 2018 visualizó
a Silvestre Salas ingresando con las manos vacías al domicilio de Fernando Ruiz y saliendo
con un bolso y una aspiradora que colocó en el baúl del vehículo en el que circulaba y del
que -en función del reporte de la prevención- fue secuestrada minutos después sustancia
estupefaciente. A ello también debe sumarse la evaluación de que se trataba de una
importante cantidad de sustancia (1.202 kg. de cannabis sativa), la forma en la que se
encontraba acondicionada (ladrillos), y el secuestro de una balanza del interior del
automóvil, todos ellos indicadores que unívocamente aluden al fin de comercialización de
la sustancia secuestrada. También debe ser relevado que tanto en el allanamiento realizado
en el domicilio de Fernando Ruiz como al momento de la detención fue secuestrado en su
poder gran cantidad de dinero de baja denominación, como así también que le fueron
secuestrados 16 librillos para armar cigarrillos. En función de lo expuesto, la relación del
acusado con el material estupefaciente secuestrado, su campo de disponibilidad sobre el
mismo y el presupuesto de imputación subjetiva fundamental -dolo- encuentran en el
desarrollo del fallo criterios adecuados a las reglas de la razonabilidad, experiencia,
habitualidad y sentido común que constituyen aspectos de la sana crítica. Todo ello, por lo
demás, emerge de pruebas contrastables que sirven de sostenimiento a esas aseveraciones.
De los argumentos esbozados en la sentencia no se advierte la arbitrariedad invocada por
el recurrente. Entiendo, pues, que los fundamentos sobre los que se asentara la imputación
de autoría de Ruiz Alaniz lucen suficientes, de conformidad a las reglas de la sana crítica
racional, a los fines de acreditar su intervención en el hecho. Dres. Yacobucci, Slokar y
Mahiques.
SALAS MARTÍNEZ, Silvestre
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2047/20 Resolución del 2/12/20
Causa N° FMZ 264/2018/TO1/2/CFC1

47
3. Sentencia definitiva. Condena. Privación ilegítima de la libertad por abuso funcional.
Art. 144 bis, inciso 1º, del CP. Hacer lugar, anular en lo que respecta únicamente a la
participación legal y reenviar el legajo al a quo a efectos de que adecúe el punto 3 de la
misma. Valoración probatoria. Calificación legal. Valoración de hechos ya juzgados en otra
causa como indicio de ilicitud. Principio de congruencia. Fallo “Sircovich”, CSJN.
Modificación de la participación del delito- secundario a coautoría-. Derecho de defensa
en juicio.
Corresponde, por unanimidad, rechazar el recurso de casación interpuesto por el Sr.
Defensor Público Oficial de Marcelo Claudio Saldanio, Armando Miguel Montoya y Antonio
Juan Terlikar, con costas; por mayoría, hacer lugar al recurso de casación interpuesto por el
Sr. Defensor particular de Claudio González Galzerano; anular la sentencia del Tribunal Oral
en lo Criminal Federal n° 1 de Córdoba, en lo que respecta únicamente a la participación de
Walter Claudio González Galzerano, y reenviar el legajo al a quo a efectos de que adecúe el
punto 3 de la misma sobre la base de los lineamientos aquí señalados. -arts. 471, 530 y
ccdtes. del CPPN-.Con relación al agravio del Defensor Oficial de los encausados Saldanio,
Montoya y Terlikar relativo a los comportamientos son atípicos (o, a todo evento,
justificados), cabe señalar que esta idea resulta, sin embargo, equivocada. En efecto –y tal
como acertadamente lo postula el Sr. Fiscal ante esta instancia- la hipótesis del recurrente
restringe indebidamente el ámbito de protección de la norma aplicable al caso y el bien
jurídico por ella tutelado, pues se sustenta en una valoración parcial y sesgada de la libertad
ambulatoria. La privación abusiva de la libertad (artículo 144 bis, inciso 1º, primer supuesto
del Código Penal) tiene como finalidad “la protección de garantías constitucionales (…)
frente a los abusos de poder de los funcionarios públicos”, es decir que “preserva la legalidad
de detención”, y la determinación de su acción típica (más allá de los recaudos específicos
del sujeto activo) se rige por los principios generales del tipo básico de privación ilegítima
de la libertad, es decir, el artículo 141 del Código Penal. Con respecto a esto último, debe
destacarse que la norma protege “la libertad de la persona para actuar físicamente, contra
esa libertad se puede atentar impidiendo el libre movimiento corporal o la libre locomoción.
La anulación de cualquier manifestación de la libertad personal queda, pues, comprendida
en el tipo (…) no es preciso que la víctima esté atada, amarrada o encerrada (…) el delito
subsiste aun cuando el hecho importe una restricción de la libertad ambulatoria en el sentido
de que el sujeto conserve esa libertad dentro de ciertos límites” (cfr. D’Alessio –director-;
Divito -coordinador-: “Código Penal. Comentado y Anotado”, Parte Especial, La Ley, Buenos
Aires, 2007, págs. 246/254 y 296/298, y sus citas). Más allá de la propia idea del impugnante
no existe ningún elemento en la causa que permita contradecir lo que objetivamente
significan las actas de detención y la actuación estatal de la que éstas fueron reflejo. La
efectiva detención -y la privación de la libertad que es su necesaria consecuencia- de los
choferes afectados quedó corroborada documentalmente no sólo en las respectivas actas
de detención y notificación de derechos, sino también en el procedimiento que siguió en
sede policial, en el que se ratificó esa situación. A diferencia de lo que pretende el defensor,
las circunstancias comprobadas de la causa no parecen dar cuenta de la concurrencia de
meras formalidades burocráticas desligadas de cualquier situación vinculada con la
privación de libertad de los choferes, sino justamente todo lo contrario. En cuanto al agravio
concerniente a que aun si se aceptara que los choferes fueron efectivamente privados de

48
su libertad, ello no alcanzaría para configurar el ilícito penal en cuestión pues faltaría de
todos modos el elemento subjetivo, ya que –en su idea- “no hubo un uso abusivo de las
facultades conferidas por ley”, pues en todos los casos habría concurrido “una causa legal
que motivó la intervención” de los imputados, deben distinguirse las circunstancias que
pueden eventualmente motivar prima facie la actuación policial en el marco de un
operativo de control vehicular como los llevados a cabo en los casos de autos –vgr. por
posibles infracciones aduaneras-, de la concreta acción llevada a cabo por los encausados
de privar de su libertad a los choferes de los camiones, sin que exista motivo legal para ello.
Es decir que en los casos en estudio, aun cuando hubiese concurrido un motivo legal de
“intervención”, ello en modo alguno justificaba la detención de los choferes, acción que –
como ya se vio- el impugnante pretende justificar a partir del endeble argumento del
labrado de actas de detención por “ignorancia”, “defectuosa formación de los agentes” o
“excesiva formalidad”. Esta importante distinción –que el impugnante no toma
debidamente en cuenta- ha sido correctamente graficada por el criterio de actuación
informado por el juzgado que estuvo de turno en cada uno de los procedimientos, conforme
el cual, ante una posible infracción aduanera, correspondía el secuestro de la mercadería y
la identificación del supuesto infractor, quien debía seguir en libertad. En el mismo sentido,
acierta el tribunal de previa intervención al afirmar que “el hecho de que privaran de libertad
a los transportistas de una carga que, aún en eventual infracción no les era propia, descarta
la posible sospecha de la comisión de un delito flagrante que pudiera autorizar a
detenerlos”. Por otro lado, el agravio relativo a que resulta arbitrario que el tribunal de
previa instancia tome en cuenta y valore los hechos que fueran motivo de juzgamiento y
condena en la ya citada causa “Bonggi” también debe ser rechazado. En tal sentido, las
“claras diferencias” que el recurrente invoca no constituyen un motivo idóneo para
impugnar la valoración de los hechos ya juzgados como un indicio más de la ilicitud de los
comportamientos de los aquí encartados. Por otra parte, el defensor no toma en cuenta –y
mucho menos refuta- las explicaciones del tribunal a quo en cuanto a que si bien en esta
causa no se comprobó la finalidad económica de las conductas ello no podía ser óbice para
tomar en cuenta los hechos de la causa “Bonggi” como una prueba más de los ilícitos bajo
análisis. Los hechos juzgados en la causa de cita constituyen un parámetro valorativo que
no puede soslayarse, dado que los aquí imputados participaron en ellos también en
condición de policías, ocurrieron en época coetánea a los aquí juzgados, y consistieron
asimismo en operativos abusivos llevados a cabo por los imputados dentro del contexto de
un modo de actuar ilegal extendido en el tiempo y de ciertos rasgos comunes, tales como –
haciendo propias las palabras de los judicantes de previa instancia- “mostrar la capacidad
de la fuerza para generar inconvenientes a los comerciantes de la ciudad de Córdoba, como
paso previo al pedido de coimas”. En lo atinente al recurso de la defensa particular de
Walter Claudio González Galzerano por entender que ha existido violación al principio de
congruencia por falta de correlación entre acusación y sentencia; y encontrar vulneradas
las garantías de defensa en juicio, debido proceso legal, principios acusatorio y
contradictorio, cabe señalar que la modificación de la participación del delito por la que
fuera acusado por el representante del Ministerio Público Fiscal por una más gravosa (esto
es de secundaria a coautoría), por haber sido adoptada de manera novedosa e
intempestiva para la parte, ha importado la violación del derecho de defensa en juicio. Cabe

49
tener presente el criterio expuesto en el precedente “Sircovich, Jorge Oscar”, oportunidad
en que el más Alto Tribunal haciendo suyos los fundamentos brindados por el Procurador
General, recordó que “el cambio de calificación adoptado por el tribunal será conforme el
art. 18 de la Constitución Nacional a condición de que no haya desbaratado la estrategia
defensiva del imputado, impidiéndole formular sus descargos” (Fallos 329:4634) y que para
que el principio de congruencia no se encuentre afectado, resulta decisivo que la sentencia
recaiga sobre los mismos hechos que fueron base de la acusación, y que se hubiese
asegurado a la defensa la posibilidad de rebatirlos en el debate. En este caso particular, si
bien no se refiere expresamente a un cambio de subsunción jurídica del hecho atribuido,
entiendo que la doctrina allí sentada deviene aplicable al caso. Ello así ya que el cambio de
participación cuestionado –de secundario a coautoría- importó una modificación esencial
en la escala penal aplicable de manera más gravosa para el imputado. Así entiendo que
asiste razón al recurrente en cuanto invoca una violación al derecho de defensa, pues el
cambio de participación analizado pudo haber privado a la parte de discutir en el momento
procesal oportuno la entidad que correspondía asignar al aporte imputado. En ese sentido,
la sorpresa no radica en la imposibilidad de la parte de poder adelantar una discusión
jurídica, sino en la pertinencia de ello, dado que desde su lugar en el proceso, solo necesitó
dar respuesta a la forma de participación seleccionada por el acusador, sin que se le pueda
exigir, en este caso concreto, que exponga argumentos adicionales sobre una eventual
consideración distinta y más gravosa que pueda adoptar el juzgador por sí. La disidencia
señaló que con relación al agravio de la defensa de González Galzerano relativo a la
afectación al principio de congruencia , cabe señalar que en su planteo, el defensor señala
que el tribunal a quo “modificó circunstancias de hecho de la plataforma fáctica” e
incorporó “circunstancias de hecho que no le fueran oportunamente reprochadas al
acusado”; sin embargo, más allá de tales asertos el impugnante no explica concretamente
en qué consistirían las modificaciones y circunstancias fácticas novedosas -y supuestamente
sorpresivas para su parte- que denuncia. A partir de tal defecto de fundamentación, la
posterior alegación del recurrente, relativa a que el tribunal a quo “alteró arbitrariamente
los límites de la acusación” carece de todo sustento. A partir del examen de las constancias
de autos debe afirmarse que la descripción fáctica de los hechos atribuidos al encartado
González Galzerano se mantuvo inalterada a través de los distintos actos esenciales del
proceso. Más importante aún es señalar que en esos mismos términos fueron descriptos
los hechos objeto de condena, sin modificaciones ni variaciones, más allá de la distinta
valoración jurídica que, en lo atinente a la participación criminal, le asignara a tales
comportamientos el tribunal de instancia anterior. Dres. Petrone, Barroetaveña y Figueroa-
disidencia parcial-.
SALDANIO, Marcelo y OTROS
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1732/20 Resolución del 9/12/20
Causa N° FSA 32020539/2010/TO1/CFC1

50
4. Sentencia definitiva. Condena. Juicio abreviado. Transporte de estupefacientes.
Valoración probatoria. Participación necesaria. Art. 11, inc. “c”, ley 23.737. Pena. Multa.
Planteo de inconstitucionalidad. Art. 21 CP.
Corresponde rechazar el recurso interpuesto y confirma la sentencia dictada en autos. En
primer lugar, cabe referir que el imputado firmó un acuerdo de juicio abreviado en el cual
reconoció su participación en el hecho calificado como transporte de estupefacientes
agravado por el número de intervinientes a título de coautor (art. 45, CP y arts. 5 inc. c y 11
inc. c, ley 23.737) y el tribunal de origen modificó la participación endilgada condenando,
en definitiva, por la de cómplice necesario del transporte de estupefacientes agravado en
grado de tentativa. Con relación a los cuestionamientos sobre la participación del acusado,
cabe señalar que, de la prueba recolectada en autos se observa que está debidamente
acreditada la participación de Beterette –al menos- a título de partícipe necesario. Ello, en
tanto su actuación fue fundamental a los efectos de organizar el transporte de
estupefacientes, configurándolo con su intervención tras un fin pre determinado con el que
se adecuó y solidarizó a través de actos carentes de neutralidad frente al injusto. Por otro
lado, respecto de lo esbozado por el imputado en torno a que correspondía dejar sin efecto
la figura agravada del art. 11 inc. c de la ley 23.737, cabe recordar que, además de la
condena respecto de Martínez por su intervención como chofer del vehículo encargado del
transporte de la mercadería ilícita, el a quo condenó a título de partícipe primario a
Achuccaro y cuya figura apareció en función de las escuchas telefónicas y una reunión con
Martínez. Así, se observa que hubo un mayor disvalor en la acción en tanto estuvo
planificada entre –al menos- los tres condenados en estos actuados. Se afirma lo anterior
sobre la base de que actuaron con distintas funciones y, con ello, incurrieron en una mayor
puesta en peligro del bien jurídico, que es lo que fundamenta la aplicación de la agravante.
Con relación a los agravios de la pena, cabe referir que la importante cantidad de sustancia
estupefaciente secuestrada justifica el apartamiento del mínimo legal aplicable. Esto es, el
disvalor de la acción en concreto, expresado en los 1278,6 kg de sustancia estupefaciente
secuestrada, dan motivos suficientes para la imposición de 4 años de prisión en función del
peligro causado. Por otro lado, con respecto al agravio introducido en el término de oficina
por la defensa en torno a que no correspondía el apartamiento del mínimo legal, conforme
lo que había sido acordado con el fiscal, debe atenderse que, en el acuerdo de juicio
abreviado, se había pactado la pena de 6 años de prisión y multa de 60 unidades fijas por el
delito de transporte de estupefacientes agravado por la intervención de tres o más
personas a título de coautor. Fue el tribunal de origen el que se apartó de lo estipulado e
impuso una calificación legal y una atribución penal más benigna, esto es, el delito en
carácter de conato y a título de partícipe necesario. Sentado ello, lo cierto es que el tribunal
–dentro del marco de sus facultades- impuso una calificación y una pena más beneficiosa
en relación con la pactada y que se desconoce si el fiscal hubiera decidido mantener la
imposición del mínimo legal en función del cambio dispuesto por el a quo, de forma tal que
no resulta adecuado inferir que, con los cambios introducidos por el tribunal de origen,
debía mantenerse la imposición del mínimo de la escala penal aplicable en definitiva al
imputado. Por otro lado, observo que el monto de la pena de multa impuesta luce
proporcional a la gravedad de la conducta que fuera reprochada en la sentencia impugnada
(transporte de 1278,6 kg. de marihuana) y a la afectación del bien jurídico protegido, la

51
salud pública. Ello, más aún teniendo en cuenta que se fijaron 30 unidades fijas como pena
de multa cuando el mínimo resultaba ser mayor. Respecto a los cuestionamientos al
mecanismo de multa y las alegadas violaciones a principios constitucionales, cabe señalar
que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido que las leyes debidamente
sancionadas y promulgadas llevan en principio la presunción de validez (Fallos: 263:309) y
que la declaración de inconstitucionalidad de las leyes es un acto de suma gravedad
institucional y ultima ratio del orden jurídico, ejerciéndose únicamente cuando la
repugnancia con la cláusula constitucional es manifiesta y la incompatibilidad inconciliable
(Fallos: 303:625). En referencia a las objeciones formuladas por la defensa en orden a la
circunstancia de haber quedado la determinación de cada unidad fija en la órbita del Poder
Ejecutivo, se debe reseñar que nuestro más alto Tribunal ha sostenido de manera
inalterable la validez de las facultades reglamentarias que el artículo 99, inc. 2º de la
Constitución Nacional confiere al Poder Ejecutivo, sin la cual buena parte de las leyes no
podrían tornarse operativas. En otro orden de ideas, respecto del argumento defensista
relacionado con la imposibilidad de pago de la multa impuesta y que ello equivaldrá a una
prisión por deudas y a una violación al principio de igualdad, cabe señalar que se trata de
un planteo meramente conjetural en tanto corresponderá atender la situación económica
del encartado al momento de ejecución de la pena de multa, de conformidad a lo normado
por el art. 21 CP, en cuanto prevé una serie de posibilidades que tienen por fin reducir al
mínimo la sustitución a cualquier forma de cumplimiento que importe privación de libertad,
como ser satisfacción de la multa sobre los bienes, sueldos u otros ingresos del condenado,
su sustitución por trabajo libre -siempre que se presente ocasión para ello-, como también
el pago en cuotas, en los montos y fechas adecuados a la condición económica del
condenado. El voto concurrente remarcó que, en las circunstancias de la especie,
concordaba en que no se advertían defectos de logicidad de la pieza sentencial ni
transgresiones al correcto razonamiento que pudieran dar sustento a las respuestas
pretendidas por el encausado sobre los cuestionamientos que formuló en la presentación
in pauperis. De otra parte, con relación sobre los extremos de la crítica impugnaticia
plasmada en el recurso de casación contra la pena de multa impuesta y la magnitud de la
pena de prisión que fuese refrendada en la presentación en término de oficina, se remitía
a las consideraciones pertinentes plasmadas con posterioridad en los pronunciamientos
recaídos en las causas nº FSA 7065/2017/TO1/2/CFC1, caratulada: "Quispe Mamani,
Emeliana s/ recurso de casación" (reg. nº 372/19, rta. 19/3/19) y nºFCB
57893/2017/TO1/CFC1, caratulada: “Luque, Cesar Augusto s/recurso de casación” (reg. nº
609/19, rta. 15/4/19). Dres. Yacobucci, Slokar -voto concurrente- y Mahiques.
MARTINEZ, Christian Ariel
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 2076/20 Resolución del 9/10/20
Causa N° FRE 3208/2018/TO1/CFC2

52
5. Sentencia definitiva. Condena. Rechazar recurso. Transporte de estupefaciente.
Denuncia anónima. Valoración probatoria. Art. 5, inc. “c”, ley 23.737. Dolo.
Ultraitencionalidad. Delito consumado. Art. 12 CP.
Corresponde rechazar el recurso interpuesto y confirmar la sentencia condenatoria dictada.
En lo que atañe al agravio relativo a la denuncia anónima que dio origen a las actuaciones,
corresponde evocar que “la reserva de identidad del denunciante y aún el aporte anónimo
de datos, pueden constituir desde una perspectiva político criminal herramientas útiles y
legítimas a fin estimular la colaboración de los individuos con la autoridad pública en la
orientación de pesquisas encaminadas a la prevención o represión de ilícitos” (cfr. causa nº
46.531, caratulada Duarte, Cynthia Yanina s/ recurso de casación, rta. 15/04/2012). La Corte
Suprema de Justicia de la Nación ha convalidado, en varias oportunidades, pesquisas
iniciadas a partir de una denuncia anónima exigiendo la existencia de elementos objetivos
idóneos en el marco de una investigación en marcha para tener por válidas las medidas
intrusivas dispuestas (cfr. Fallos: 341:207; Fallos: 341:1237; Fallos: 341:150). En el presente
caso, la llamada anónima debe ser considerada como un anoticiamiento válidamente
aportado a la autoridad policial, quien actuó conforme lo dispuesto por el fiscal y ante la
posible comisión de un hecho ilícito. El dato aportado anónimamente no constituyó un
medio de prueba, sino un indicio acerca de información de que había otros elementos de
prueba, que una vez verificados, permitieron continuar la investigación preliminar y la
intervención judicial. Respecto a la alegación sobre la arbitrariedad de la sentencia por la
falta de comprobación de la relación de disponibilidad de Roas para con el material
estupefaciente incautado y del elemento tipo subjetivo requerido por el delito atribuido, se
evidencia que, a partir de los testimonios aportados en el debate, debidamente merituados
con el resto del material convictivo incorporado, los jueces tuvieron por acreditada la
relación de disponibilidad consciente del imputado respecto del material estupefaciente
que trasladaba. Remarcaron el hecho de que el secuestro de la droga se produjo en el
interior del vehículo de su propiedad cuando éste lo conducía, lo que evidenciaba que se
encontraba dentro de su esfera de custodia. Los magistrados señalaron que las
circunstancias que rodearon la actuación de Roas y su propia reacción al momento de ser
interceptado por la fuerza policial, permitían inferir el dolo fundado en el conocimiento de
la ilicitud del objeto transportado. Puntualizaron que Roas adoptó una actitud elusiva al
advertir la presencia policial ya que intentó evadirse de la zona, siendo interceptado por los
vehículos que le cerraron el camino. En particular, se tuvo en consideración la forma en que
estaba estibada la droga dentro del baúl del vehículo propiedad de Roas, la cantidad y
calidad del estupefaciente hallado, como indicadores de su accionar doloso, que verifican
además la ultraintención requerida en el tipo penal del art. 5 inc. c de la ley 23.737. La gran
cantidad de estupefaciente hallado en el baúl del auto, acondicionado de un modo notorio,
incluso afuera del bolso incautado y bajo unas mantas, evidenciaron que Roas no podía
desconocer el contenido de los paquetes que transportaba ni su aporte a la cadena de
tráfico. Con relación al planteo de que el accionar quedó tentado, cabe apuntar en que al
momento en que el imputado fue detenido por la policía, el delito de transporte de
estupefacientes, ya se había perfeccionado. Ello es así, pues la figura del art. 5, inc. “c”, de
la ley 23.737, requiere solo que se desplace el estupefaciente de un lugar hacia otro, sin que
importe que la droga llegue al destino final, o incluso cuando este sea desconocido. Por otro

53
lado, sobre la validez constitucional del artículo 12 del Código Penal me he pronunciado en
la causa Juárez, Diego Armando s/ recurso de casación, nº 41.933, Sala II, T.Cas. Pen. Prov.
Buenos Aires, en el sentido de que “la privación de derechos civiles no es una pena sino un
accesorio indispensable, que no tiene objeto represivo sino tutelar, desde que subsana un
estado de incapacidad”. En sentido análogo se pronunció la Corte Suprema de Justicia de la
Nación en las causas CSJN 3341/2015/RH1, González Castillo, Cristián Maximiliano y otro s/
robo con arma de fuego y FCB 94020002/2013/TO01/CS001, caratulada Bonggi, Claudia
Pedro y otros s/ extorsión, privación ilegal libertad agravada (art. 142 inc. 4), abuso de
autoridad y violación deberes funcionario público (art. 248), asociación ilícita y tenencia
simple, resueltas el 11 de mayo de 2017, al negar que “… las consecuencias legales
impuestas a los condenados a penas privativas de la libertad superiores a tres años puedan
ser calificadas como un trato inhumano o contrario a la dignidad del hombre” (consid. 6º
del primer fallo citado). Dres. Mahiques, Slokar y Yacobucci.
ROAS, Reinaldo Esteban
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 2090/20 Resolución del 10/12/20
Causa N° FLP 1508/2019/TO1/CFC2

6. Sentencia definitiva. Condena. Delitos de lesa humanidad. Rechazar recurso.


Calificación legal. Legalidad. Extinción acción penal. Prescripción. Plazo razonable.
Congruencia. Valoración probatoria. Responsabilidad penal. Concurso material.
Constitucionalidad de la pena de prisión perpetua. Mensuración de la pena.
Corresponde declarar abstracto el tratamiento del recurso de casación interpuesto a favor
de Miguel Raúl Gentil; rechazar, por mayoría, el recurso de casación interpuesto por la
defensa oficial respecto de Arturo Madrigal; y rechazar, por unanimidad, el recurso de
casación interpuesto por la defensa oficial respecto de Virtom Modesto Mendíaz, Joaquín
Guil y Diego Alejandro Varas. Respecto al agravio vinculado con la alegada ausencia de
fundamentación del veredicto en lo concerniente al encuadre de los hechos investigados
como delitos de lesa humanidad, de adverso a lo señalado por la defensa, de la lectura del
pronunciamiento recurrido se advierte que el juzgador ha motivado de manera completa y
pormenorizada la decisión de caracterizar los hechos objeto de investigación como delitos
contra la humanidad. Se observa que el tribunal estructuró su veredicto partiendo del
marco histórico-político general describiendo con meduloso detalle el esquema de poder
implementado y su articulación local para luego profundizar en el accionar desplegado por
los procesados en esa matriz delictiva. Luego concluyó, con razonable criterio –y con ajuste
a la nítida línea jurisprudencial y doctrinaria trazada a nivel nacional e internacional -, que
los hechos juzgados constituyen crímenes de lesa humanidad, lo que deja huérfano de
sustento el entendible esfuerzo de la defensa por categorizarlos como delitos comunes y,
en consecuencia, considerarlos prescriptos por el transcurso del tiempo. Con relación al
agravio relativo a la afectación del principio de legalidad, irretroactividad de la ley penal y
extinción de la acción penal por encontrarse prescripta la acción penal, corresponde señalar
que la respuesta a los cuestionamientos surge de un somero repaso de los fallos aplicables,
más precisamente de la nítida línea jurisprudencial trazada por nuestro más alto Tribunal

54
en los precedentes "Priebke" (Fallos: 318:2148) “Arancibia Clavel’ (Fallos: 327:3312),
“Simón” (Fallos: 328:2056) y “Mazzeo” (Fallos: 330:3248). De tal modo, la doctrina que fluye
de los precedentes analizados sella definitivamente la suerte de los agravios introducidos
por la parte recurrente vinculados con la invocada extinción de la acción penal –o su
insubsistencia-, en estos actuados. Por otro lado, no tendrán favorable recepción de mi
parte los planteos de la defensa contra el punto dispositivo VIII de la sentencia impugnada
por el que Arturo Madrigal fue condenado a la pena de cuatro (4) años de prisión,
inhabilitación absoluta y accesorias legales por igual tiempo que el de la condena y costas.
No puede soslayarse que, tal como quedó probado, cada uno de los aquí imputados, desde
el lugar que ocupaba, armonizaron entre sí un círculo de organización que permitió la
fijación del injusto realizado colectivamente, pues sus aportes formaron parte de un plan
que tenía como objetivo secuestrar y asesinar a quienes eran caracterizados como
enemigos a eliminar. De acuerdo con la referida estructura represiva y jerarquía, se advierte
que cada uno de los imputados desarrolló roles y funciones determinadas, en una suerte de
división de trabajo con ejecución del hecho fraccionada a través de aportes individuales,
que integrados los unos con los otros, completaron el suceso. En consecuencia, el cuadro
fáctico y la descripción material del hecho por el que se atribuyó responsabilidad penal
permitió determinar el rol que le cupo a Arturo Madrigal, y su aporte, lo que permite
sustentar el veredicto condenatorio dictado a su respecto, razón por la cual tampoco tendrá
favorable recepción el pedido realizado por su defensa de manera subsidiaria. En cuanto a
la responsabilidad del imputado Diego Alejandro Varas, los entendibles reclamos de la
defensa constituyen una mera discrepancia con el veredicto impugnado, pero no logran
conmover la profusa y correctamente valorada prueba de cargo que sustentó el juicio de
reproche aquí analizado, razón por la cual los agravios relacionados con la participación del
imputado en los hechos en los que resultó víctima Raúl Benjamín Osores habrán de ser
rechazados. Respecto a los coimputados Mendíaz y Guil se concluye que, de adverso a lo
argumentado por el defensor, el tribunal de mérito ha valorado en cada caso una
multiplicidad de elementos de convicción que permitieron atribuir a los causantes
responsabilidad penal, en cada uno de esos sucesos. Las genéricas quejas de la parte
impugnadora acerca de la indeterminación de la acusación –que plasma en su recurso y
reitera en su presentación en término de oficina-, lucen inatendibles a poco que se repare
en el completo análisis desarrollado en la instancia anterior, del cual se desprende con
prístina claridad el quehacer delictivo de cada uno de los justiciables en el marco de la
función que ejercían en el aparato estatal al momento de los sucesos juzgados, y que se
inscriben en el más amplio y abarcador plan sistemático instaurado a nivel nacional y
provincial, conforme lo ya explicado in extenso al inicio de esta ponencia. En definitiva, el
eje del embate consistente en señalar que el único fundamento de las condenas
cuestionadas lo constituye la mera constatación del cargo jerárquico desempeñado por
cada uno de los causantes a la fecha de ocurrencia de los hechos investigados, luce
abstracta y desvinculada del pronunciamiento cuya inspección convoca este acuerdo y de
cuya lectura, iteramos, se concluye que la atribución de responsabilidad penal a cada
imputado se encuentra a resguardo del genérico embate que le dirige la defensa. Por
último, -y por análogos motivos-, tampoco puede tener favorable recepción la queja
introducida por la defensa en su presentación en término de oficina donde invoca –también

55
de modo genérico-, una presunta imposibilidad de sus defendidos de ofrecer prueba de
descargo, en tanto omite la defensa explicar puntualmente cuáles fueron las pruebas que
se vio privada de introducir y, más importante aún, de qué modo su producción hubiera
permitido modificar las conclusiones a las que arribó el tribunal juzgador, requisito
ineludible para el progreso del cuestionamiento. Por lo demás, tampoco luce fundado el
embate centrado en la alegada inobservancia de la ley sustantiva en que habría incurrido el
tribunal de la instancia anterior al condenar a los causantes por la comisión de delitos que
se hicieron concursar materialmente entre sí. En efecto, la categorización de las conductas
reprochadas como constitutivas de delitos de lesa humanidad, -extremo suficientemente
analizado en el acápite A)- no obsta a que las distintas conductas atribuidas a los procesados
y encuadradas en aquella categoría de ilícitos concurran a su vez materialmente entre sí. En
definitiva, no explica la defensa cuál sería el fundamento legal por el cual varios hechos
independientes entre sí atribuidos a un mismo imputado, por la sola circunstancia de
tratarse de delitos tipificados de lesa humanidad deberían concursar –exclusivamente- de
manera ideal. La invocada necesidad de excepcionar las reglas concursales previstas en el
ordenamiento sustantivo, en tanto desligada de una mínima motivación que permita
comprender el real alcance del agravio, también debe ser rechazada. El planteo de
inconstitucionalidad de la pena de prisión perpetua introducido por las defensas en
oportunidad de efectuar sus presentaciones en término de oficina es una reiteración del
mismo planteo expuesto en la instancia de juicio y que fue rechazado con suficientes y
acertados argumentos –ver fs. 7724/7726-, no logrando la defensa conmover los
fundamentos brindados oportunamente para fundar su rechazo, lo cual de por sí sella
negativamente la suerte del reclamo. De otro lado, dable es destacar que sobre la cuestión
en examen, todas las Salas de esta Cámara, en situaciones análogas a la presente, tuvieron
oportunidad de afirmar la constitucionalidad de la pena de prisión perpetua. No surge
expresamente de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos (cfr. arts. 5, inciso 6
de la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH) y 10, inciso 3 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos -PIDCyP-) incorporados a nuestro
ordenamiento constitucional, que las previsiones allí establecidas, que tienen por finalidad
la reforma y readaptación social del condenado, se hallen en pugna con la aplicación de la
prisión perpetua, siempre que se respete lo establecido en el art. 18 de la Carta Magna. En
cuanto a los cuestionamientos relativos a la imposición de la pena de prisión perpetua en
razón de la edad y salud de los condenados, se ha dicho en los precedentes citados que
tales críticas no encuentran apoyo en el ordenamiento jurídico actual, en el cual el sistema
de ejecución de la pena previsto en la Ley 24660 (B.O. 16/07/96) se desarrolla a partir de
un régimen de progresividad que permite a los condenados recuperar su libertad anticipada
a partir de diversos institutos. Por lo demás, no se advierte que la penalidad impuesta en el
art. 80, CP, resulte arbitraria o desproporcionada, tomando en cuenta la magnitud del
injusto, la naturaleza y gravedad de los hechos juzgados, y el contexto en que se sucedieron,
tratándose en todos los casos de gravísimas violaciones a los derechos humanos; así como
el grado de culpabilidad que les cupo a los aquí imputados. La pena de prisión perpetua, en
el caso, responde a los parámetros exigidos por el principio de proporcionalidad entre la
lesión producida por la conducta del autor y el castigo. La selección de las sanciones penales
aplicadas a los causantes se encuentra a salvo del embate que le dirige el recurrente y que,

56
por tal razón, deben ser convalidadas. La disidencia parcial señaló que respecto a la
responsabilidad del imputado Madrigal de la lectura del pasaje pertinente de la sentencia
condenatoria se advierte que asiste razón a la defensa en tanto no constan allí cuáles fueron
puntualmente los elementos de prueba que llevaron al tribunal a sostener la imputación
respecto de este procesado. Los dos presupuestos en los que se asienta el reproche penal
formulado a Madrigal –liberación de la zona y omisión de investigar-, no aparecen
cabalmente demostrados, al menos con el grado de certeza que requiere esta etapa
procesal. Respecto de Arturo Madrigal debió aplicarse un temperamento liberatorio como
cabal consecuencia de la vigencia del principio in dubio pro reo preceptuado en el artículo
3° del catálogo procesal penal. Basta que el estado de duda se presente en algún tópico de
la construcción de la imputación, responsabilidad, y/o culpabilidad, para que deba dictarse
sentencia absolutoria. Es que el estado de inocencia del que goza todo imputado hasta el
momento del dictado de una condena no es un estado que deba ser construido, sino que,
por el contrario, el mismo debe ser destruido por la prueba de cargo aportada durante el
proceso. La extrema gravedad de los sucesos sometidos a juzgamiento no exime al tribunal
sentenciador de realizar – respecto de cada hecho reprochado al acusado-, el análisis
conglobado de todos y cada uno de los elementos de prueba producidos en el debate,
desarrollando así la tarea intelectual que debe seguir el órgano jurisdiccional respetando
los principios lógicos que la rigen, para dotar al pronunciamiento de la debida motivación
que exigen los artículos 123 y 404 inc. 2°, CPPN. Deber de fundamentación que, por cierto,
luce ausente respecto de los hechos que se reprochan a Arturo Madrigal en este legajo,
razón por la cual habremos de postular a su respecto que se haga lugar al recurso
interpuesto por su defensa, se revoque la condena dictada a su respecto y se lo absuelva
libremente de culpa y cargo. Dres. Petrone, Figueroa y Barroetaveña- disidencia parcial-.
MADRIGAL, Arturo y otros
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Reg. N° 1745/20 Resolución del 10/12/2020
Causa N° FSA 73000740/2004/TO1/CFC3 - CFC6

7. Sentencia definitiva. Condena. Homicidio- art. 79, CP-. Recurso de la defensa. Rechazar.
Decisión fundada. Ausencia de los extremos exigidos por el art. 34, inc. 6, del CP.
Valoración probatoria.
Corresponde rechazar el recurso de casación interpuesto por la defensa de Jesús Francisco
Carabajal contra la resolución del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Resistencia que
dispuso condenar al nombrado como autor penalmente responsable del delito de homicidio
a la pena de ocho años de prisión y las accesorias legales. Con costas (arts. 12, 19, 29, 45 y
79 de Código Penal, art. 531 del CPPN). Ello así, por cuanto los agravios efectuados en la
presentación casatoria, constituyen una reedición de los planteos que ya fueron
correctamente tratados por el a quo, no habiendo logrado demostrar la parte el vicio que
alega. En lo que respecta al agravio relativo a la adecuación justificante del accionar
endilgado a Carabajal dentro de la eximente de la antijuridicidad contenida en el art. 34,
inc. 6º, del CP, he de rechazar el planteo efectuado toda vez que la plataforma fáctica tenida
por acreditada, la que asimismo fue objeto de revisión en el acápite anterior, echa por tierra

57
la subsunción pretendida por la defensa atento a que las circunstancias de hecho alegadas
por esa parte han sido descartadas y en consecuencia, no se ha probado el accionar
justificado del encartado. Sobre el punto cabe recordar que el tribunal desechó el planteo
frente a la ausencia de los extremos exigidos por el art. 34, inc. 6, del CP para la
configuración de la justificante. Cabe concluir que del examen de todas las circunstancias
apuntadas por los sentenciantes, no se advierte fisura lógica en el razonamiento practicado,
por cuanto cada una de las aseveraciones y conclusiones elaboradas por los señores jueces
guardan correlato directo en el plexo probatorio obrante en autos. Tal como acertadamente
lo afirma el tribunal de instancia anterior, la versión del encartado, según la cual habría
actuado o bien en legítima defensa o bien en un supuesto de exceso de la misma, no
encuentra sustento probatorio ni lógico. Conforme el cuadro probatorio reunido en autos,
y en coincidencia con lo afirmado por el tribunal a quo, corresponde concluir que la versión
del encartado Carabajal no resiste el menor análisis y, en consecuencia, el agravio debe ser
rechazado. Finalmente, en torno al pretendido exceso en la legitima defensa entiendo que
tampoco corresponde sobre la base de que la falta de un accionar justificado, resulta ser
premisa inevitable para su eventual estudio.
CARABAJAL, Jesús Francisco
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1758/20 Resolución del 11/12/20
Causa N° FRE 6012/2019/TO1/CFC1

8. Sentencia definitiva. Condena. Juicio abreviado. Reincidencia. Recurso de la defensa.


Hacer lugar, anular la declaración de reincidencia y remitir para que se dicte un nuevo
pronunciamiento. Principio acusatorio resguardado. Decisión infunda. Deber de
fundamentar.
Corresponde hacer lugar al recurso interpuesto, anular el punto dispositivo 2º) de la
resolución recurrida -en cuanto declaró reincidente a Sosa- y remitir las actuaciones a su
origen, a fin de que se dicte un nuevo pronunciamiento. En primer lugar, se debe señalar
que, según surge del acta del acuerdo de juicio abreviado celebrado en el sub examine, el
fiscal general requirió la condena de Segundo Sergio Sosa por el delito de tenencia simple
de estupefacientes a la pena de “[…] UN AÑO Y SEIS MESES DE PRISIÓN DE EFECTIVO
CUMPLIMIENTO Y MULTA DE DOS MIL QUINIENTOS PESOS ($2500.-), ACCESORIAS LEGALES
Y COSTAS, (…)”. De seguido, el representante del Ministerio Público Fiscal solicitó que: “…en
caso de corresponder, declare la calidad de reincidente del imputado y se unifiquen las
penas que pudieran pesar sobre el mismo”. Finalmente cabe también resaltar que se dejó
constancia en el citado instrumento que: “…tanto el imputado Segundo Sergio Sosa como
su Defensa prestan conformidad con la sanción requerida por este Ministerio Público
Fiscal”. De lo expuesto se colige que el reclamo defensista en punto a la existencia de un
pronunciamiento extraño a la jurisdicción del tribunal de juicio y el correspondiente
avasallamiento del principio acusatorio no se encuentra debidamente motivado. Por otra
parte, asiste razón a la defensa en cuanto a que la sentencia impugnada carece de
fundamentación alguna que sustente la declaración de reincidencia que fuera dispuesta
mediante el punto dispositivo segundo de la parte resolutiva. En este orden, constituye

58
doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación la obligación de los magistrados de
fundar sus decisiones, deber que sirve no sólo a la publicidad y control republicano, sino
que también persigue la exclusión de decisiones irregulares o arbitrarias y pone límite a la
libre discrecionalidad del juez, en tanto exige que el fallo judicial sea una derivación
razonada del derecho vigente en relación con las circunstancias comprobadas en la causa
(Fallos: 236:27; 240:160, entre tantos otros). El voto concurrente remarcó que, respecto al
agravio relativo a que la declaración de reincidencia fue dictada de oficio por el tribunal,
procedía su rechazo pues esa posibilidad estaba inserta en el acuerdo de juicio abreviado
que consintiera el imputado y su defensa. Argumentó que la parte recurrente asumió
libremente las pautas del acuerdo y que ahora se pretendía ignorar. En torno a la falta de
fundamentación de la sentencia con relación a la reincidencia, sostuvo que, de la resolución
recurrida no surgía si Sosa ha estado privado de su libertad en calidad de condenado –pena-
previo a cometer el hecho por el que fuera responsabilizado en estos actuados y, de esta
forma, esa Alzada no se encontraba en condiciones de proceder a la revisión de la sentencia
en este punto, por no estar expresados los presupuestos que motivaron esa decisión. El
voto en minoría afirmó que, si bien coincidía en que la declaración de reincidencia de
Segundo Sergio Sosa no está debidamente fundada, entendía que la invalidez de la
resolución impugnada fincaba en la errónea aplicación del derecho sustantivo. Señaló que
el código penal vigente impuso a través de la sanción de la ley 23.057 el sistema de la
reincidencia real, que requiere el cumplimiento de la pena anterior, aunque sea parcial.
Agregó que de las constancias de la causa surgía que Sosa no cumplió pena en calidad de
condenado, previo a cometer el delito aquí juzgado. En razón de ello, propició hacer lugar
al recurso interpuesto, casar la sentencia en el punto que declara reincidente a Segundo
Sergio Sosa y dejar sin efecto tal declaración. Dres. Slokar, Mahiques -por su voto- y
Yacobucci -voto concurrente-.
SOSA, Segundo Sergio
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2126/20 Resolución del 14/12/20
Causa N° FMZ 42494/2018/TO1/3/CFC2

9. Sentencia definitiva. Condena transporte de estupefacientes en concurso real con


resistencia a la autoridad. Recurso defensa. Valoración probatoria. Calificación legal
aplicable. Consumación del delito. Graduación de la pena. Sentencia fundada. Rechazar
el recurso.
Corresponde rechazar el recurso interpuesto por la defensa. Que, el señor magistrado de la
instancia anterior arribó a la decisión puesta en crisis luego de realizar un análisis crítico,
razonado y circunstanciado de las constancias del proceso, que le permitió llegar a la certeza
requerida para sustentar una sentencia de condena. Es que de la lectura de la sentencia
impugnada es posible tomar conocimiento de los hechos y razones que llevaron al tribunal
a resolver del modo en que lo hizo, de forma tal que las críticas que formula la defensa no
pasan de ser un mero disenso con la correcta valoración de la prueba efectuada por el
tribunal de grado y que no demuestran el yerro de la decisión. De ese modo, se desprende
que el a quo no ha considerado en forma fragmentaria ni aislada los elementos de juicio;

59
tampoco ha incurrido en omisiones ni falencias respecto de la verificación de hechos
conducentes para la solución del litigio, o prescindido de una visión en conjunto y de la
necesaria correlación de los testimonios entre sí y de ellos con otras pruebas y elementos
indiciarios. De adverso, se advierte que el pronunciamiento impugnado se apoya en una
selección y valoración de la prueba ajustadas a las reglas de la sana crítica racional. En otro
orden de ideas, corresponde destacar que la calificación legal bajo la cual el a quo encuadró
la conducta -transporte de estupefacientes en concurso real con resistencia a la autoridad-
resulta ajustada a derecho y acorde a las constancias verificadas en autos. Las probanzas
allegadas al proceso indican que tanto objetiva como subjetivamente se ha consumado una
traslación de estupefacientes hasta un sitio distinto al del punto inicial de la salida, con
independencia de que este lugar se trate del destino final al que el imputado pretendió
hacer llegar el tóxico. Este último extremo como se dijo no está contenido dentro del verbo
típico que concentra la materialidad física y psíquica del delito, por lo que una
interpretación en sentido contrario importaría un ejercicio por parte del órgano
jurisdiccional de facultades propias del ámbito de creación de las leyes, al incorporar a la
normativa penal requisitos del tipo que no han sido expresamente previstos por el
legislador. Por otra parte, se advierte que, al momento de graduar la sanción, el magistrado
a quo respetó la escala legal aplicable, valorando atenuantes y agravantes, por lo que la
desproporcionalidad y arbitrariedad alegadas no pueden prosperar. Dres. Riggi, Catucci y
Gemignani -votos concurrentes-.
TARRAGA, Diego Aníbal
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 15/12/20
Causa Nº FSA 14347/2018/TO1/CFC1

10. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Recurso fiscal. Inadmisible. Decisión fundada.


Ley 27.430. Ley penal más benigna.
Corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por el representante
del Ministerio Público Fiscal, contra la decisión de la Sala I de la Cámara Federal de
Apelaciones de La Plata, que confirmó la resolución del Juzgado Federal Nº 2 de Lomas de
Zamora que dispuso sobreseer a Adolfo Antonio Giannitti, en orden al delito de Evasión
Tributaria previsto y penado en el Art. 1º de la Ley Penal Tributaria Nº 27.430, en relación a
los periodos, del mes de abril del 2010 a junio del 2010, y conforme por los artículos 334 y
336 del C.P.P.N.; declarar extinta la acción por prescripción, en orden al delito de Evasión
Tributaria previsto y penado por el Art. 2º de la Ley Nº 27.430, en relación a los periodos,
del mes de julio del 2.010 a junio del 2.011, respecto del Sr. Giannitti, Adolfo Antonio, y en
consecuencia dictar su sobreseimiento; y sobreseer a Adolfo Antonio Giannitti, en orden al
delito de Evasión Tributaria previsto y penado por el artículo1º de la Ley N° 27.430, respecto
a los periodos denunciados en la presente Causa nro. FLP 40159/2016, con la declaración
de que el presente proceso no afecta el buen nombre y honor de que hubiere gozado,
(artículos 334 y 336, inciso 3° y último párrafo, del Código Procesal Penal de la Nación). Ello
así, por cuanto si bien el recurso de casación ha sido interpuesto contra una resolución de
carácter definitivo (art. 457 del CPPN), la impugnación se ha limitado a cuestionar una

60
fundamentación que no comparte, sin lograr controvertir el criterio esgrimido en el fallo
cuestionado, que se ajusta a lo resuelto por esta Sala en las causas nº FMP
61007576/2008/TO1/CFC1, “Panadero, Pedro Oscar s/recurso de casación”, Registro nº
1292/18 del 2/11/2018; nº FRO 51000822/2010/TO1/3/CFC1, “Isso, Claudio Fabián y otro
s/ recurso de casación”, Registro nº 1255/18 del 31/10/2018; y nº FCR 1160/2016/CFC1,
“Leiva, Silvia Anahí s/ recurso de casación”, Registro nº 1254/18 del 31/10/2018 -entre
otras-; en las que se interpretó que la Ley 27430 constituye ley penal más benigna que debe
ser aplicada retroactivamente por imperio constitucional (cfr. arts. 9 Convención Americana
sobre Derechos Humanos -CADH-, 15.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos -PIDCyP-, y 75, inc. 22, de la Constitución Nacional -CN-) y de las prescripciones
legales pertinentes (cfr. art. 2 del Código Penal -CP-). A ello, se agrega que no se
introdujeron argumentos o una crítica razonada que logre conmover la decisión adoptada
por la Cámara de mérito; máxime teniendo en consideración que el auto impugnado se
encuentra fundado, circunstancia que impide que sea descalificado como acto jurisdiccional
válido (Fallos: 293:294; 299:226; 300:92; 303:449 y 303:888, entre otros). En ese orden,
cabe concluir que sólo se evidencia una opinión diversa sobre la cuestión debatida y
resuelta por la instancia anterior, sin demostrar que haya existido un apartamiento de la
solución normativa y doctrinaria prevista para el caso o que se avizoren deficiencias de
razonamiento o fundamentación, lo que impide la procedencia de la vía deducida. Dres.
Figueroa, Petrone y Barroetaveña.
GRABYA S.R.L. y otro
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Reg. N° 1768/20 Resolución del 15/12/2020
Causa N° FLP 40159/2016/CFC1

11. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Rechazo. Planteo de nulidad.


Principio de congruencia garantizado. Ausencia de perjuicio. Derecho de defensa.
Transporte de estupefaciente. Delito imposible. Tenencia de estupefaciente con fines de
comercialización. Valoración probatoria. Figura prevista en el art. 14, primer párrafo, de
la ley 23.737. No acreditación de sustancia inequívocamente para consumo personal.
Corresponde rechazar el recurso deducido por la defensa contra la condena dictada. En
relación a la nulidad pretendida, se advierte que las críticas del recurrente constituyen -en
esencia- la reedición de cuestiones ya planteadas ante la instancia previa, las cuales fueron
tratadas y resueltas por el a quo con fundamentos suficientes que el interesado no logra
rebatir. La parte prescinde de explicar qué defensas concretas se habría visto impedida de
desplegar ni demuestra, en consecuencia, la existencia de un perjuicio que funde su
pretensión anulatoria. No existe vulneración al principio de congruencia en aquellos casos
en que del análisis de las actuaciones se desprende que los sucesos que le fueran
enrostrados al imputado desde el inicio de estas actuaciones son los mismos que los
contenidos en el requerimiento fiscal de elevación a juicio y en el alegato posterior al juicio,
de manera tal que la plataforma fáctica se mantenga inalterada. Como así también que no
existe violación al derecho de defensa en juicio si el imputado contó a lo largo de todo el
proceso y durante la audiencia de debate con la posibilidad de ejercer su defensa material

61
y técnica de las imputaciones que pesaban en su contra. La parte recurrente no cuestiona
la sustancialidad del hecho, sino que alega, sobre la base de una discordancia en la fecha
del suceso atribuido por la fiscalía, una supuesta afectación al principio de congruencia. Sin
embargo, no pone en evidencia que, a partir de dicha circunstancia, haya tenido lugar algún
desbaratamiento en su estrategia de defensa. Respecto a los cuestionamientos sobre la
intervención delictiva y la responsabilidad penal atribuidas a Pablo Herrero Suárez en
relación al traslado del estupefaciente desde la ciudad de Mendoza hacia la localidad de
San Rafael, dicha crítica debe ser desestimada toda vez que deriva de un análisis
fragmentario de las pruebas de cargo producidas en autos y, correlativamente, de una
apreciación aislada y parcializada de cada una de ellas en aras de poner en tela de juicio su
eficacia. Por el contrario, el análisis integral y conjunto del cuadro probatorio con el que
cuenta la causa, conduce a la conclusión opuesta, toda vez que los elementos de juicio
introducidos al debate, valorados según las reglas de la sana crítica racional (art. 398 del
C.P.P.N.) permiten arribar a un estado de certeza respecto de la efectiva acreditación de la
intervención en el hecho ilícito imputado. Sobre el particular, se advierte que la
circunstancia de que Herrero Suárez no haya dejado de propia mano la encomienda en
dicha terminal carece de relevancia a la hora de determinar su responsabilidad penal en las
circunstancias concretas que presenta el caso. En esta dirección, cobra particular relevancia
el modus operandi empleado por el nombrado en forma coordinada con Fabio Velazque
Moyano y Claudia Esquivel Lizardez, el cual implicaba el envío de dinero por parte de estos
dos últimos y de sustancia estupefaciente por parte de Herrero Suárez, valiéndose todos
ellos de encomiendas remitidas a nombre de interpósitas personas. Así, desde San Rafael
se utilizaba el nombre de Lucía Lizardez -madre de Claudia Esquivel Lizardez- En síntesis, el
análisis de la sentencia dictada por el a quo permite advertir que la conclusión incriminante
resulta ser el fruto de una valoración amplia y crítica del conjunto del material probatorio
reunido en la causa, por lo que puede ser afirmado, con el grado de certeza apodíctica que
requiere todo pronunciamiento condenatorio, que la intervención delictiva y la
responsabilidad atribuidas a Pablo Herrero Suárez por el suceso examinado se encuentran
plenamente probadas. Respecto al planteo de un supuesto de delito imposible, presenta un
déficit de fundamentación que trae aparejada su consecuente desestimación. En efecto, sin
abrir juicio sobre las particularidades vinculadas al concepto de “agente provocador”, lo
cierto es que el recurrente invoca dicha figura, pero no alcanza a demostrar cómo sus
defendidos habrían sido inducidos o instigados a actuar, cuando Herrero Suárez -al enviar
la encomienda- y Esquivez Lizardez junto a Velazque Moyano -al retirarla- obraron
voluntariamente conforme a un plan criminal por ellos compartido y sin ninguna influencia
sobre su persona por parte de las fuerzas de seguridad. La defensa no pone en tela de juicio
que actuaron con ajuste a un plan común por el acordaron el traslado de la droga desde la
ciudad de Mendoza hasta el departamento de San Rafael y que suponía una división de
tareas en la materialización de la acción típica, en cuya virtud el comportamiento
desplegado por Herrero Suárez implicó la ejecución de una conducta idónea para afectar el
bien jurídico protegido que, con el envío de la encomienda con la droga, ya se había
consumado de modo previo al despliegue del operativo que derivó en la interceptación del
paquete. Por otra parte, con relación a la crítica contra la calificación de la tenencia de 68
gramos de cocaína atribuida a de Claudia Esquivel Lizardez y Fabio Velazque Moyano bajo

62
la figura prevista en el art. 5, inc. “c”, de la ley 23.737, cabe señalar que dicho agravio
tampoco recibirá favorable recepción, toda vez que el tribunal oral estableció la coautoría
penalmente responsable del nombrado sobre la base de un cuadro cargoso contundente
que, cabe destacar, no fue motivo de concreto cuestionamiento por parte de la defensa.
Del mismo modo, la parte tampoco logra demostrar la existencia de yerro en razonamiento
seguido por el tribunal previo al calificar la conducta antedicha como constitutiva del delito
de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización (art. 5, inc. “c”, de la ley
23.737). En efecto, las pruebas permiten sostener que los imputados tenían bajo su esfera
de poder la cocaína encontrada junto a otros elementos compatibles para el
fraccionamiento y acondicionamiento del estupefaciente, como recortes de nylon y cinta
de embalar, ocultos en una bolsa, entre las ramas de un árbol de pomelo en el patio de su
vivienda. Conjuntamente, el contenido de las comunicaciones sopesadas da cuenta de la
inmersión de los encausados en el tráfico de estupefacientes y descartan un supuesto
desconocimiento a su respecto. Por otra parte, sobre el cuestionamiento del encuadre
típico de la tenencia de marihuana endilgada a Pablo Herrero Suárez bajo la figura prevista
en el art. 14, primer párrafo, de la ley 23.737, se advierte que la defensa no ha logrado
refutar el razonamiento seguido por el colegiado de la instancia anterior a la hora de fundar
el encuadre típico aquí impugnado. No alcanza a demostrar que la tenencia de la droga
imputada a su asistido fuera inequívocamente para consumo personal. El voto concurrente
sostuvo que no se advierte violación alguna al principio de congruencia ya que la plataforma
fáctica del suceso investigado es la misma que constituyó la base de la acusación fiscal y,
luego, la descripta por el tribunal al calificar las conductas. A lo dicho se aduna que la
defensa tampoco explicó el perjuicio alegado, en tanto no desarrolló concretas
circunstancias que le habrían impedido ejercer el derecho constitucional de defensa en
juicio ante la acusación efectuada contra los imputados en las distintas instancias del
proceso. En consecuencia, su mera invocación abstracta, sin evidenciarlas en las constancias
de la causa, resulta insuficiente para apartarse de lo resuelto por la instancia anterior. Dres.
Borinsky, Carbajo y Hornos -voto concurrente-.
VELAZQUE MOYANO, Segundo Fabio
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2547/20 Resolución del 16/12/20
Causa N° FMZ 50522/2017/TO1/2/CFC1

12. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Recurso fiscal. Inadmisible. Suspensión del


juicio art. 77 CPPN. Incapacidad mental sobreviniente irreversible. Aplicación del inc. 5°
del art. 336 CPPN.
Corresponde declarar inadmisible el recurso del representante del Ministerio Público Fiscal
contra la decisión del a quo -que dispuso sobreseer a Marquiegui con la declaración que su
formación no afecta el buen nombre y honor del que hubiere gozado (arts. 336 inc. 1°, 339
inc. 2o y 343 del CPPN)- pues el temperamento adoptado resulta pertinente, con la
aclaración de que el sobreseimiento debe ser dictado en los términos del art. 336 inc. 5 del
código de rito. No aparece controvertida la suspensión de juicio a prueba en los términos
del art. 77 CPPN, sino las consecuencias que de ella se derivan y en particular, el curso de

63
acción procesal que se debe adoptar en supuestos en que la incapacidad mental
sobreviniente es de carácter irreversible. El a quo sostuvo que los peritos son contestes en
la caracterización de la patología crónica, progresiva e irreversible que padece Marquiegui.
Esta circunstancia para el tribunal configura un impedimento procesal que encuadra en la
excepción de falta de acción prevista en el art. 339 inc. 2 del CPPN. Si bien es cierto que la
norma no prevé taxativamente el supuesto planteado, la interpretación del texto legal
realizada por el a quo resulta adecuada a los principios de trato humanitario y pro homine.
En el caso del art. 77 CPPN, el motivo de la suspensión es la comprobación de una
incapacidad mental sobreviniente, y su duración se encuentra supeditada a la extinción de
aquella circunstancia que motivó la suspensión, es decir, la incapacidad mental. Sin
embargo, en casos como el presente donde el cuadro clínico de incapacidad debidamente
constatado fue calificado de irreversible, deviene necesario realizar una interpretación
conforme los principios enunciados que, a su vez, favorezca la adopción de un criterio
procesal que cierre definitiva e irrevocablemente el proceso con relación al imputado, en
los términos del art. 335 CPPN. Una solución en contrario implicaría que la suspensión del
proceso quede supeditada a una circunstancia de imposible o muy improbable concreción,
con la consiguiente vigencia ficticia e in aeternum de la acción penal contra el imputado. El
tribunal a quo, concluyó que la solución adecuada es el sobreseimiento en los términos del
336 inc. 1; sin embargo, yerra el tribunal, pues el caso en estudio guarda más relación con
los supuestos de inimputabilidad, inculpabilidad o de excusa absolutoria, previstos en el art.
336, inc. 5to, que con un supuesto de extinción de la acción penal. En efecto, la incapacidad
mental sobreviniente no extingue de ningún modo la acción penal; ésta se mantiene vigente
pero con la particularidad de que la persona sometida a proceso o cumpliendo pena no
puede comprender sus alcances. Del mismo modo que corresponde sobreseer a quien no
pudo comprender la criminalidad de sus actos, y por tanto, motivarse por la norma, cabe la
misma solución respecto del condenado cuya incapacidad mental no le permite internalizar
el sentido y la finalidad de la pena impuesta. El voto concurrente resaltó que de los informes
surge que el cuadro de deterioro cognitivo resulta “progresivo e irreversible” lo que impide
su reincorporación futura al proceso. Por ello, los argumentos del impugnante no logran
demostrar un concreto agravio por la decisión adoptada. La disidencia señaló que ha de
estarse al trámite previsto en los arts. 464, 465 y cctes. del ceremonial. Dres. Mahiques,
Yacobucci y Slokar -en disidencia-.
MARQUIEGUI, Leandro Edgar
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2168/20 Resolución del 16/12/20
Causa N° FMP 93003277/2001/TO1/6/1/CFC3

64
13. Sentencia definitiva. Juicio abreviado. Condena comercio de estupefacientes.
Inconstitucionalidad del art. 1º Ley 27.032. Recurso fiscal. Interpretación arbitraria del
artículo tachado de inconstitucional. Hacer lugar al recurso, anular la sentencia, apartar
al magistrado actuante y remitir al tribunal que corresponda a fin de que fije la pena de
multa -por mayoría-.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación articulado por el representante del
Ministerio Público Fiscal, anular la sentencia en lo que ha sido materia de recurso, y por
mayoría apartar al magistrado actuante debiendo remitirse las actuaciones al tribunal que
corresponda a fin de que dicte sentencia fijando la pena de multa según los términos
expresados en este pronunciamiento. Que, sostener como se lee en la sentencia
impugnada, que la multa en unidades fijas prevista por la ley queda limitada a los casos de
desviación de precursores químicos y excluir de su texto los supuestos reprimidos por el art.
5º de la ley 23.737, como es el de este caso, es una afirmación arbitraria, alejada de la letra
de la ley aplicable y en el presente, aún de la convenida por las partes en el procedimiento
de juicio abreviado. La primera regla de interpretación legal son las palabras de la ley que
en el caso son claras, razón por la cual no corresponde reparar en el texto del Poder
Ejecutivo Nacional, menos aún cuando es en las cámaras legislativas donde el texto legal se
enriquece con los debates sobre los cuales se asienta en definitiva el texto que se sanciona,
razón por la cual resulta inoperante retener el mensaje del Poder Ejecutivo Nacional y
obviar el texto de la ley vigente cuya observancia está prevista en el artículo 2º del Código
Civil y Comercial de la Nación. Es decir que lo decidido carece de sustento válido para
declarar la inconstitucionalidad de una norma penal como lo es la 27.302 que sustituyó
expresamente la pena de multa prevista en el artículo 5 de la ley 27.737. Y en cuanto al
argumento de la desproporcionalidad de la ley por no contemplar la posibilidad económica
de los procesados, claramente se advierte el absurdo de someter el poder punitivo del
Estado en una ley de orden público como es la actuada en autos, a la posibilidad de los
enjuiciados de abonar las penas de multa. Precisamente, poner en discusión el valor de lo
decidido por el Congreso y aprobado con forma de ley (en los términos obrantes en la
resolución de la Corte citada precedentemente) por su discordancia con el contenido del
proyecto inicial, no es un argumento propio de un miembro del Poder Judicial de la Nación
como para prescindir de la norma legal aplicable. La disidencia parcial, por su parte, disintió
únicamente en lo relativo a la remisión de la causa y propuso que sea devuelta al tribunal
de procedencia. Dres. Catucci, Gemignani -en disidencia parcial- y Riggi -voto concurrente-
VARELA FLORES, Norberto Washington y otro
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 16/12/20
Causa Nº FMZ 48150/2017/TO1/CFC1

65
14. Sentencia definitiva. Recurso de la defensa. Planteo de nulidad. Intervención
telefónica. Rechazo. Asociación ilícita. Planteo inconstitucionalidad art. 210 CP. Rechazo.
Imposición de pena por delitos cometidos por menores de edad. Sistema penal juvenil.
Convención sobre los derechos del Niño.
Corresponde rechazar los recursos de casación interpuestos por el Defensor Público Oficial
de Menores e Incapaces; por la defensa pública oficial y la particular contra la decisión del
a quo de declarar penalmente responsable e imponer pena a los acusados que eran
menores de edad al momento de los hechos y condenar a los restantes imputados. En
primer lugar, no corresponde declarar las nulidades sino cuando la irregularidad denunciada
ha podido realmente influir en contra de las partes y lesionar su interés, situación que no
acontece en el presente. En cuanto a la intervención del abonado de telefonía celular, el
art. 236 Código Procesal Penal Nacional, dispone expresamente que la resolución del juez
que ordene la intervención judicial deberá ser siempre fundada. En el caso, la orden por la
que se dispuso la intervención en las comunicaciones se adecuó a los estándares
establecidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación para la evaluación de la
motivación de medidas como las que son materia de examen. No se requiere una semiplena
prueba de culpabilidad para proceder a las escuchas sino que bastan circunstancias
concretas que avalen la sospecha. En el caso la intervención telefónica se presentaba como
imprescindible a fin de establecer la vinculación y actividad de la persona sindicada como
integrante de una organización delictiva; por ello aparece sustentada en criterios de
razonabilidad, en la medida que no se advertía una medida menos intrusiva para continuar
con la investigación. Por otra parte, la selección de la figura asociativa ilícita tiene adecuado
sustento en los numerosos y contundentes elementos de prueba, que permiten afirmar la
concurrencia de todos los elementos exigidos por el artículo 210 del C.P. Tanto el número
de integrantes; la existencia de un acuerdo previo y colectivo de voluntades de delinquir; la
estructura organizada del grupo y cierto grado de permanencia en el tiempo del mismo se
hallan presentes en el plexo probatorio expuesto en la sentencia. En efecto, entre los meses
de junio y agosto de 2016, un grupo de individuos, menores y mayores de edad, integraron
una organización o banda con el fin de planificar y concretar delitos indeterminados. Eran
personas que se conocían entre sí, quienes acordaron cometer secuestros extorsivos, robo
de automotores y a mano armada, para lo cual contaban con una logística que incluía la
provisión de armas de fuego y de vehículos previamente sustraídos. La doctrina judicial de
la C.S.J.N. (Stancanelli, Néstor y otro”, Fallos, 324:3952) aclaró que la asociación ilícita
supone la existencia de un acuerdo previo de voluntades, no necesariamente expreso pero
al menos tácito. Y que la finalidad de dicho acuerdo tiene que ser, como se verifica en la
presente causa, la de planificar y ejecutar una pluralidad de actos calificados por la ley como
delitos del derecho penal. La inconstitucionalidad de la figura de asociación ilícita prevista
en el art. 210 del C.P., en los términos en que fue planteada resulta inadmisible, teniendo
en consideración que el anticipo de la reacción penal de esta figura penal no se concentra
en la finalidad de evitar futuros daños a determinados bienes -la vida, la libertad, el
patrimonio-, sino que busca la protección de un bien jurídico propio. La tranquilidad o el
orden público que se perturba con la asociación de individuos con aspiraciones espurias
constituyen el objetivo principal de tutela de este delito. La acción típica es la de formar
parte de la asociación, lo cual significa integrar una reunión o congregación de personas.

66
Solo es necesario que los miembros realicen acciones efectivas para el fomento o
mantenimiento de su actividad, no bastando que sólo quieran pertenecer a ésta. Y debe
comprobarse que existió un acuerdo previo con cierta permanencia en el tiempo dado que
la pluralidad de delitos que tendrá por fin cometer la exige justamente una actividad
temporalmente extendida. Por último, una correcta interpretación del alcance del art. 4°
de la Ley nº 22.278 requiere que no se pierda de vista que, de acuerdo al art. 37 de la
Convención sobre los Derechos del Niño, la privación de libertad debe operar como medida
de último recurso y por el tiempo más breve posible; y que, conforme lo establece el art.
40, el objeto del derecho sustantivo y adjetivo en la materia tiene que estar enderezado a
promover “el fomento de su sentido de la dignidad y el valor”, “el respeto del niño por los
derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros”, teniendo en cuenta la edad
del joven y “la importancia de promover la reintegración del niño y de que éste asuma una
función constructiva en la sociedad”. La redacción del art. 4° de la ley citada, desprovisto
del marco prescriptivo supranacional, conduciría a la declaración de inconstitucionalidad de
dicha norma. No obstante, es posible determinar racionalmente los alcances del poder
estatal en el derecho penal juvenil, si esa norma es interpretada desde los parámetros
consignados en la Convención del Niño y los documentos internacionales relacionados con
la materia. La decisión del a quo de imponer una sanción a los imputados por delitos
cometidos como menores de dieciocho años resulta adecuada. Entendieron que los jóvenes
alcanzaron la mayoría de edad, han sido tratados tutelarmente por más de un año, de lo
que se cuenta con información sobre su conducta o desempeño (ver art. 8 del Régimen
Penal de Minoridad -ley 22.278-), habiéndoselos considerado responsables de diversos
delitos graves. Concluyeron que resulta necesaria la imposición de pena habida cuenta de
la reiteración delictiva y la naturaleza de los hechos atribuidos que hacen imperativo
prolongar su tratamiento penitenciario con miras a lograr que cada uno de ellos “[…]
adquiera la capacidad de respetar y comprender la ley, así como también la gravedad de
sus actos y de la sanción impuesta, procurando su adecuada reinserción social […]” (art. 1
de la ley 24.660). El fallo considera que esta conclusión se ve reforzada por los distintos
informes ambientales arrimados al expediente que en todos los casos marcan la carencia o
insuficiencia de un adecuado marco de contención que opere en el sentido antes indicado,
ello sin perjuicio de la favorable evolución que en cada caso pueda advertirse. Explicaron
que si bien la reducción de la pena, prevista en la escala de la tentativa es facultativa,
también es cierto que no puede desconocerse que ésta tiene su génesis en el principio
constitucional que exige que la pena no pueda superar la medida de la culpabilidad. Dres.
Mahiques, Yacobucci y Slokar.
PEÑA, Alicia y otros
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2174/20 Resolución del 16/12/20
Causa N° FSM 33201/2016/T01/CFC13

67
15. Sentencia definitiva. Condena. Juicio abreviado. Declaración de reincidencia. Art. 50,
CP. Hacer lugar, revocar y remitir para que dicte nuevo pronunciamiento. Vulneración
derecho defensa. Omisión traslado a las partes. Decisión arbitraria.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa pública oficial de
Paulo Nahuel Peña; revocar el punto II de la resolución recurrida, sólo en lo que atañe a la
declaración de reincidencia, y remitir al tribunal de origen para que, previa sustanciación y
de conformidad con los lineamientos aquí sentados, dicte un nuevo pronunciamiento. De
la exégesis del artículo 50 del Código Penal se desprende que el instituto de la reincidencia
constituye el reconocimiento de un estado que adquiere la persona que habiendo cumplido
total o parcialmente una pena privativa de la libertad comete un nuevo delito conminado
con la misma especie de sanción. A más de ello, debemos resaltar que de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 5 del CP, “(L)as penas que este Código establece son las siguientes:
reclusión, prisión, multa e inhabilitación”. Por lo tanto, no corresponde que el instituto
normado en el art. 50 del CP, sea considerado una pena en los términos del art. 431 bis, inc.
5 del CPPN. Por estos motivos, la reincidencia no resulta una circunstancia que pueda ser
materia de acuerdo entre las partes. Es un estado que, siempre que se verifiquen los
requisitos exigidos por la ley debe ser reconocido por el juez interviniente mediante un acto
meramente declarativo. En el caso particular se cumplió con el procedimiento normado en
el artículo 431 bis del CPPN: el margen de disposición de las partes estuvo circunscrito a la
conformidad del imputado, asistido por su defensor, sobre la existencia del hecho, la
participación que le cupo en éste, la calificación legal en la que se adecuó su conducta y el
expreso pedido de pena, correspondiendo iterar que Peña prestó su conformidad en cuanto
a estos tópicos al suscribir el acuerdo de juicio abreviado que fue homologado por el
tribunal a quo. Es por ello que el agravio vinculado a la imposibilidad de declarar reincidente
al imputado si aquella declaración no fue pactada previamente por las partes en el marco
del acuerdo de juicio abreviado, no puede prosperar. Sin perjuicio de lo expuesto,
advertimos que el tribunal de mérito, al declarar reincidente a Paulo Nahuel Peña no
dispuso oír a las partes por la posible aplicación del art. 50 del CP, en función de una
condena que registraba el imputado. Sobre este punto, en atención a los concretos datos
incorporados durante el proceso, no puede soslayarse que el máximo Tribunal se expidió
respecto de un caso similar fijando como criterio, por remisión al dictamen del Procurador
Fiscal, que “(e)l Código Procesal Penal de la Nación reglamenta, para la etapa de ejecución
penal, un procedimiento para la evaluación, concesión, rechazo y revocación de la libertad
condicional que resulta propicio para resolver la cuestión de la reincidencia: un
procedimiento contradictorio, en el que el tribunal cuenta con amplias atribuciones de
producción probatoria sobre las condiciones de cumplimiento de la condena actual y sus
antecedentes, y cuya decisión es impugnable por la vía del recurso de casación (cf. artículos
491 y 505-510 del Código Procesal Penal de la Nación).” (cfr. en lo pertinente y aplicable,
CSJN 25/2013 (49-M)/CS1, “Mayo, Miguel Ángel”, del 21/04/15). Entendemos que la
verificación de los presupuestos requeridos para declarar la reincidencia debe formar parte
de un procedimiento que incluya la posibilidad de controvertirlos en su aspecto legal y
fáctico. Sentado ello, consideramos que el tribunal de mérito debió conferir traslado a las
partes para que dictaminen acerca de la procedencia del instituto en cuestión, motivo por
el cual se vulneró el derecho de defensa del imputado Paulo Nahuel Peña, por lo que

68
corresponde revocar la declaración de reincidencia dictada en el punto II de la resolución
recurrida. Asimismo, advertimos que la declaración de reincidencia adolece de una
adecuada fundamentación, en tanto el tribunal a quo no ha indicado (a excepción de la
certificación de fecha 14 de diciembre de 2017) las circunstancias que rodearon la
aplicación de la pena dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal n° 4 de San Martín,
las cuales otorgarían la calidad de reincidente a Paulo Nahuel Peña. No surge de la sentencia
recurrida si el imputado cumplió condena en encierro y, en su caso, por cuanto tiempo y
entre qué fechas; datos que permitirían dilucidar si la declaración de reincidencia cumple
con los requisitos establecidos en el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación antes
citado. De tal modo, la remisión a la certificación resulta insuficiente a los efectos de tener
por probada tal circunstancia. De tal suerte, esta falencia desatiende el concreto mandato
de motivación que debe contener la decisión jurisdiccional de acuerdo a las exigencias
previstas en los arts. 123 y 404 inc. 2 del código adjetivo, para que las partes conozcan las
razones por las cuales la judicatura toma una resolución determinada, y de ahí en más poder
efectuar las críticas que estimen corresponder.
PEÑA, Paulo Nahuel
Magistrado: Barroetaveña.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Reg. N° 1794/20 Resolución del 16/12/20
Causa N° FSM 62687/2015/2

16. Sentencia definitiva. Condena. Recursos de las defensas. Nulidades. Allanamiento.


Querella anónima. Contestación de la demanda por extemporánea. Suspensión del
debate por más de diez días. Actuación del Magistrado. Valoración probatoria.
Calificación legal. Trata de personas con fines de explotación sexual, agravado por los
medios comisivos empleados, por la pluralidad de víctimas y participantes y por haberse
consumado la explotación sexual. Decomiso de dinero y activos depositados.
Indemnización civil. Sentencia fundada. Rechazar recursos.
Corresponde rechazar –por unanimidad- los recursos de casación interpuestos por las
defensas de Horacio Alejandro Saran, Delia Graciela Tomasi, Gerardo Ketterer y Silvio
Tomasi. En cuanto a las nulidades del allanamiento en horario nocturno, de la querella
anónima y del rechazo por extemporánea de la contestación de la demanda civil, analizadas
las cuestiones, habremos de convalidar el criterio del a quo en este punto y, en
consecuencia, ninguna de las nulidades a las que se hizo referencia tendrán acogida
favorable. En primer término, cabe destacar que efectivamente se advierte de la
descripción efectuada, y tal como fue considerado por el magistrado de juicio, los planteos
no son más que una reedición de aquéllos efectuados durante la instrucción los cuales
tuvieron debida respuesta. Entonces solo podemos concluir que las cuestiones fueron
presentadas y debidamente resueltas en el momento oportuno y habida cuenta que no se
advierte que en el caso exista una arbitrariedad o una afectación al debido proceso, este
nuevo intento deviene extemporáneo. Respecto de la nulidad de las declaraciones de las
testigos de identidad reservada A1 y A2, el planteo no habrá de prosperar, puesto que surge
de las constancias del expediente que los dichos de las víctimas resultan contestes con otras
pruebas incorporadas al debate de modo que la pretensión de las defensas en este aspecto

69
no tendrá favorable acogida. En relación a la violación al derecho de defensa por verse
impedidos de controlar la prueba de cargo, se destacó que durante el debate consintieron
expresamente la incorporación por lectura de los testimonios en cámara gesell de las
víctimas, sus transcripciones y grabaciones -cfr. audiencia de fecha 5 de junio de 2019-,
advirtiéndose así una clara violación a la doctrina de los actos propios. En resumen, el
pretendido agravio sobre el cual las defensas intentar sustentar una afectación a la defensa
en juicio carece de sustancia. Con respecto a la solicitud de la nulidad del testimonio de los
profesionales que declararon en el juicio por no haber sido relevados del secreto
profesional previsto por el artículo 244 C.P.P.N., este planteo tampoco puede prosperar en
tanto las profesionales del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de Víctimas
de Trata de Personas actuaron en el marco de esta causa como auxiliares de la justicia, en
cumplimiento de su función, de modo que como fue expresado por el juez no se encuentran
comprometidas por el secreto profesional en los términos de la norma invocada, lo que
priva de todo sustento al agravio. Sobre la nulidad del testimonio de la Licenciada Bauni por
falsedad, en realidad, no fue más que un yerro que fue aclarado y subsanado durante su
declaración en el debate que no acarreó perjuicio concreto alguno y por ello no merece
mayor análisis. Las defensas solicitaron la nulidad del debate por incumplimiento del
artículo 365 del Código Procesal Penal de la Nación; sin embargo, este planteo tampoco
habrá de prosperar. Primeramente, porque no se advierte el perjuicio ni tampoco la parte
demuestra en qué medida se vio afectada la defensa en juicio de sus asistidos. Y luego, por
cuanto notamos nuevamente que el planteo aquí introducido por los recurrentes deja al
descubierto otra contradicción en su actuar, pues consintieron la suspensión del debate y
su reanudación en la fecha que posteriormente cuestionan. Es decir, que también aplica
aquí la doctrina de los actos propios ya citada. Por otro lado, los planteos referidos a la
actuación del magistrado durante el debate, parten en censurar comportamientos que
exhibirían una ausencia o falta de atención por parte de este en algunos actos ocurridos
durante las audiencias lo que habría -para los recurrentes- incidido negativamente en sus
expectativas, en sus derechos a ser oídos por el Juez y en el de obtener una debida
respuesta a sus pretensiones. En definitiva, al tratarse de un agravio expuesto en forma
genérica, sin la indicación de las defensas o pretensiones de las que se vieron privadas los
recurrentes, el planteo de nulidad no puede prosperar. Respecto de la materialidad de los
hechos, Horacio Alejandro Saran, Graciela Delia Tomasi, Silvio Angel Tomasi y Gerardo
Alberto Ketterer se organizaron e idearon un sistema de captación y recibimiento de
mujeres con el objetivo ulterior de procurar su explotación sexual y, de esa manera, obtener
un cuantioso beneficio económico. Cada uno de ellos cumplió una función específica,
aunque conocida por los otros integrantes dentro de ese sistema. La maniobra constó de
tres momentos: 1) la captación de las víctimas, 2) el recibimiento en el local “Río Cabaña” y
3) la explotación sexual para obtener un beneficio económico. Con base en esa secuencia,
tuvo por acreditado que Horacio Alejandro Sarán, Graciela Delia Tomasi, Silvio Ángel Tomasi
y Gerardo Alberto Ketterer participaron en la captación, recibimiento y explotación sexual
para obtener beneficio económico de la totalidad de las víctimas arriba mencionadas. Si
bien las mujeres tenían libertad de movimiento, pues cada día entraban y salían del local
“Río Cabaña”; en realidad, “no tenían libertad para decidir” pues “se trata de mujeres con
verdaderas dificultades para insertarse de forma regular en el mercado laboral, entre otras

70
cosas, por su poca formación y medios para ello”. Respecto del encuadre legal, Horacio
Alejandro Sarán, Graciela Delia Tomasi, Silvio Ángel Tomasi y Gerardo Alberto Ketterer
deben responder como coautores penalmente responsables del delito de trata de personas
con fines de explotación sexual, agravado por los medios comisivos empleados, por la
pluralidad de víctimas y participantes y por haberse consumado la explotación sexual, ello
en quince (15) hechos que concurren todos ellos materialmente entre sí. A su vez, ello
concurre en forma real con el delito de trata de personas con fines de explotación sexual,
agravado por pluralidad de víctimas y participantes, en dos hechos que concurren
materialmente entre sí y, a su vez, concurren realmente con el delito de explotación
económica de la prostitución ajena en dos (2) oportunidades; todo ello en concurso ideal
con el delito de sostenimiento, administración y regenteo de casa de tolerancia (arts. 12,
29 inc. 3°, 40, 41, 45, 54, 55, 145 ter, incisos 1, 4 y 5, en función del 145 bis -según ley 26.842-
, arts. 145 bis, incisos 1 y 2, -según ley 26.364-, art. 127 -según ley 26.842- del Código Penal
y art. 17 de la ley 12.331 y 530 y 531 del Código Procesal Penal de la Nación). Podemos
concluir que las críticas formuladas por las defensas particulares no rebaten los sólidos
argumentos brindados por el magistrado de juicio ni alcanzan a controvertir las pruebas
debidamente valoradas; por el contrario, solo exhiben sus discrepancias con la
fundamentación de la sentencia y con el resultado alcanzado, sin lograr demostrar –ni
advertirse- la vulneración de las garantías constitucionales invocadas. En relación al
decomiso de la totalidad del dinero en efectivo, bonos y acciones obrantes en la cuenta N°
1047709 del Banque Syz SA con asiento en la Confederación Suiza -que oportunamente
había sido embargada-, cuyos titulares y únicos beneficiarios son Horacio Alejandro Sarán y
Graciela Delia Tomasi. Ello en tanto fue informado por el Ministerio Público de la República
y Cantón de Ginebra que precisamente los titulares de la cuenta refirieron expresamente
que los fondos procedían de sus “actividades profesionales en Argentina, es decir del
arrendamiento de varios bienes inmuebles de los que son propietarios, así como de la
explotación de un bar llamado ´Río Cabaña´”, por lo que concluyó que ese dinero forma
parte del producido del delito imputado. Opinamos que el análisis de las circunstancias del
caso demuestra que el tribunal a quo efectuó una correcta aplicación de la ley ya que se
han cumplido las exigencias normativas que permiten la aplicación de la medida de
decomiso resuelta de conformidad a lo dispuesto en el artículo 23 del Código Penal. De la
lectura de la sentencia y analizadas las constancias de la causa se desprende que el
magistrado ha brindado argumentos, con soporte en la ley aplicable al caso, para otorgar la
reparación económica a las víctimas y detalló medulosamente el método que aplicó para el
cálculo en cada caso particular. Dres. Riggi, Catucci y Gemignani -votos concurrentes-.
TOMASI SILVIO ANGEL Y OTROS
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 16/12/20
Causa Nº CFP 6023/2013/TO1/CFC17

71
17. Sentencia definitiva. Condena. Admisinistración fraudulenta en perjuicio del Estado.
Partícipe necesario. Confirmar. Absolución. Estrago culposo. Confirmar. Apartamiento del
rol de querellante de la Oficina Anticorrupción.
Corresponde confirmar la sentencia dictada por el Tribunal Oral Federal 4 de esta Ciudad,
que condenara al encausado a la pena de 5 años y 8 meses de prisión, inhabilitación
especial perpetua, accesorias legales y costas, como partícipe necesario del delito de
administración fraudulenta en perjuicio del Estado, toda vez que se encuentra acreditado
que el nombrado, en su carácter de Ministro de Planificación y autoridad de aplicación del
contrato de concesión para la explotación del servicio de trenes de la línea
Sarmiento, prestó una colaboración esencial para que los empresarios de la firma
concesionaria -TBA- llevaran adelante la administración infiel de los bienes del Estado
otorgados en concesión.; y confirmar lo resuelto por el mencionado Tribunal Oral Federal,
que había absuelto al nombrado en el estrago culposo acaecido el día 22 de febrero de
2012. En ese marco, el a quo, resaltó de forma detallada todas las maniobras delictivas
cometidas por los representantes de la empresa adjudicataria de los bienes materiales
ferroviarios otorgados a su administración, mejora y conservación, y que a pesar de haber
llegado al conocimiento del ex ministerio a través de diversas alertas, éste no adoptó ningún
temperamento que evitara la continuidad del perjuicio provocado a los bienes públicos. A
diferencia de lo sostenido por la defensa, el contrato de concesión y los decretos,
establecían los deberes de vigilancia y la exigencia de observar, informar, fiscalizar y hacer
cumplir las obligaciones al concesionario en resguardo de los bienes públicos concedidos,
como así también de garantizar la protección de los usuarios, y evitar resultados dañosos y
lesivos como los aquí investigados. El encausado era la máxima autoridad a cargo de la
protección de los bienes públicos en cuestión, resultando insuficiente escudarse detrás de
su posición jerárquica y una alegada lejanía causal con los bienes materiales confiados a su
competencia funcional para sustraerse de sus funciones primordiales y de los deberes
institucionales asumidos. Asimismo, entendieron ajustada a derecho la absolución por
ambos hechos del otro acusado. Corresponde apartar a la Oficina Anticorrupción de su rol
de parte querellante, declarando inoficioso expedirse sobre el recurso que oportunamente
interpusiera, en virtud del desistimiento expreso formulado el día 30 de octubre de 2020
de continuar ejerciendo su condición de parte querellante en el marco de las presentes
actuaciones. La disidencia parcial entendió que el ex Ministro también debía ser
condenando por el estrago culposo acaecido el día 22 de febrero de 2012, toda vez que en
su carácter de Ministro de Planificación, superior jerárquico de los Secretarios de
Transporte que se sucedieron en el cargo desde el 2003 al 2012 , cuya responsabilidad en
la tragedia investigada fue fehacientemente acreditada, y como máxima autoridad en
materia de transporte ferroviario, autoridad de aplicación del contrato de concesión de TBA
y con competencia primaria, obligatoria y necesaria para velar y hacer cumplir dicho
contrato en las materias objeto de este juicio – mantenimiento y seguridad de los usuarios-
, conocía perfectamente el estado de situación calamitosa del material rodante producto
de la nefasta política llevada adelante persistentemente por la empresa y la operación del
servicio en condiciones de absoluta ineficacia y falta de seguridad para los usuarios, por lo
que en estas condici ones deliberadamente permitió y avaló que continuara
desarrollándose la actividad ferroviaria sin adoptar a los largo de nueve años que

72
precedieron a la tragedia ninguna medida para reencausar el servicio.
Dres. Riggi, Catucci y Hornos –en disidencia parcial-.
DE VIDO, Julio Miguel y otro
Magistrados: Riggi, Catucci y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala III
Registro N° 2632 Resolución del 22/12/20
Causa N° CFP 1710/2012/TO2/17/CFC4

18. Sentencia definitiva. Lesa humanidad. Condena. Absolución. Recursos de las defensas.
Recursos del fiscal y querellante. Imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad.
Delitos de asociación ilícita, aborto doloso, allanamiento ilegal y abuso deshonesto. Plan
sistemático de represión. Rechazo planteos de nulidad de la defensa. Identificación de los
acusados al inicio del debate. Acordada 1/12 CFCP. Ampliación de la acusación durante el
debate. Valor probatorio y verosimilitud de testimonios. Asociación ilícita. Autoría
mediata. Tormentos. Delitos contra la integridad sexual. Perspectiva de género. Control
de la prueba. Incorporación por lectura. Participación de un juez federal. Decisión
arbitraria. Anulación de la calificación legal de encubrimiento. Rechazo planteo de nulidad
de las causas realizadas en el marco de la ley 20.840.
Corresponde desestimar los agravios de las defensas relativos a la extinción de la acción
penal por prescripción, en tanto la doctrina sentada por la CSJN en el fallo “Arancibia Clavel”
sigue vigente y los argumentos del recurrente no han logrado rebatir lo sentado por el
Máximo Tribunal. También deben desestimarse los argumentos de la defensa vinculados a
cuestionar la inclusión de los delitos de asociación ilícita, aborto doloso, allanamiento ilegal
y abuso deshonesto dentro de los delitos de lesa humanidad; es que todo acto dirigido a
“perseguir y exterminar opositores políticos” puede encuadrar dentro de ese tipo de delitos
y es, a ésta última definición, a la que puede atenderse para legitimar la consideración que
se hace sobre los delitos particulares cuya caracterización ataca la defensa. Por otra parte,
el dato histórico de que el gobierno militar a la fecha de los sucesos imputados no hubiera
tomado el gobierno de facto no impide su encuadramiento dentro de la categoría
estudiada, pues lo que debe tenerse en cuenta es la existencia de un ataque generalizado
por parte de una organización o aprobado por el Estado, lo cual ya sucedía de forma previa
al 24/03/1976. Asimismo, el planto de nulidad por la identificación de los imputados
realizada al inicio del debate ha de ser desechado, en tanto el art. 374 del código adjetivo
establece que el tribunal debe comprobar la presencia de los imputados en la sala de
audiencias y el art. 378 dispone que luego de la apertura del debate y resueltas las
cuestiones incidentales, se les recibirá declaración. De esta forma, de no haberse realizado
al inicio iba a efectuarse inmediatamente después y, necesariamente, de forma previa a la
declaración de los testigos; además la responsabilidad de los imputados no se fundamenta
con exclusividad en la identificación que los testigos-víctimas pudieran haber realizado al
momento de la audiencia. Debe rechazarse también lo alegado por la defensa en todo lo
que hace a la nulidad de las declaraciones testimoniales y la pretendida inconstitucionalidad
de la Acordada nº 1/12 de esta Cámara. En esta causa, en donde las imputaciones son -
esencialmente- por privaciones ilegítimas de la libertad, aplicación de tormentos y delitos
contra la integridad sexual, la personalidad de las víctimas se encuentra especialmente

73
afectada y es por ello que luce adecuado que en el debate se tomen las medidas necesarias
para proteger a los damnificados y evitar -dentro de lo posible- su revictimización. La
Acordada 1/12 de esta Cámara sólo representa una orientación de buenas prácticas que no
tiene eficacia para restringir la efectiva operatividad de derechos de los imputados. Los
agravios vinculados a la ampliación de la acusación realizada en el momento del debate
también deben ser desestimados, en tanto esta se produjo a raíz del conocimiento que se
tuvo de los hechos en función de lo declarado por las testigos en las audiencias de juicio.
Por ello, se encuentra habilitada la evolución de la pretensión acusatoria, siempre que se
respeten las reglas del debido proceso que, en este caso, es la posibilidad de contradictorio
por parte de la defensa. En cuanto al valor probatorio y la verosimilitud de las declaraciones
testimoniales, la singularidad en casos de crímenes como los aquí juzgados, viene impuesta
por la planificada actividad de eliminación de toda otra traza que diera cuenta de lo
acontecido. El paso del tiempo entre los sucesos y la instancia del debate, precisamente, es
lo que justifica la consulta de anotaciones o la ayuda de psicólogos para rememorar lo
padecido hace cuarenta años, que motiva la queja de la recurrente. La defensa no indica en
qué sentido la profesional terapéutica habría condicionado los testimonios o en qué
aspecto habrían sido falsos o mendaces. En lo que hace a la participación de los condenados
el fallo describe el marco político en que se sucedieron los hechos juzgados para luego
avanzar en la determinación de la asociación ilícita. No implica que todo miembro de las
fuerzas militares, de seguridad o del aparato administrativo de cualquiera de los poderes
del Estado formara parte de una asociación ilícita, por el solo hecho de integrarse en la
estructura de esas instituciones. Para caracterizar las relaciones, vínculos y fines bajo
estudio desde el punto de vista de la asociación ilícita deben considerarse aquellos aspectos
que pudieran trascender el marco natural de planificación estatal administrativa. Hay que
evaluar si esa actuación funcionalmente estructurada va más allá de la organización
connaturalmente planificada y, en consecuencia, se adapta y constituye merced a la
concurrencia de voluntades con el fin determinante de una agresión generalizada. En el
particular caso del acusado Catalán, los comportamientos atribuidos en su función judicial
expresan una clara adaptación y vínculo con los mecanismos ilícitos de represión. El tribunal
ha demostrado que había un esquema básico de actuación coordinada. La posición como
juez le exigía el cumplimiento de particulares deberes institucionales dentro de la
tramitación de aquellos expedientes seguidos en el marco de la llamada Ley de Seguridad
Nacional. A su vez, corresponde hacer lugar parcialmente al recurso del acusador público
con relación a Roberto Catalán en lo que refiere a la calificación como encubrimiento
respecto de todos los casos a él endilgados, anular parcialmente el punto dispositivo
correspondiente, con los alcances establecidos en este pronunciamiento y reenviar al
origen para que -previa sustanciación- se dicte un nuevo pronunciamiento. Al respecto, el
segundo voto, resaltó un arbitrario tratamiento respecto de la intervención de Catalán en
los hechos tal como ya había sido acusado en las etapas procesales pertinentes. El tribunal
de juicio debió expedirse sobre los tópicos indicados por el recurrente; esos extremos (las
declaraciones testimoniales de las víctimas que indicaron su presencia -en algunos casos-
durante las declaraciones tomadas bajo torturas, y también en ocasión de que fueran
llevadas a declarar al Juzgado Federal, como durante los traslados y dentro del Instituto de
Rehabilitación Social) y especialmente la circunstancia de que estuvo durante la época de

74
los hechos por los que fue condenado a cargo del único juzgado federal de la provincia, ya
habían sido invocados por la vindicta pública al momento de acusar al mentado en carácter
de autor material y partícipe necesario -según el caso- de los delitos de tormentos y
homicidio en perjuicio de las víctimas. A su vez, la arbitrariedad se concreta también a partir
de la contradicción que se observa en el mismo voto mayoritario que, a la par de escoger la
figura prevista en el art. 277 del código de fondo, asevera: “era la máxima autoridad judicial
de la provincia y su contribución al terrorismo de Estado fue la de otorgar apariencia de
legalidad a las conductas ilícitas que ordenaban los altos mandos militares y efectuaban sus
subordinados”. Sobre este punto, el tercer voto resaltó que la sentencia resulta arbitraria y
contiene una errónea subsunción legal. El razonamiento a través del cual la mayoría
seleccionó esa figura fue el resultado de un análisis fragmentado del plexo probatorio,
descontextualizado del marco fáctico que caracterizó al circuito clandestino represivo
instaurado en la Provincia de La Rioja, y que la misma sentencia describe al fundar la
existencia de una asociación ilícita. Por otra parte, el imputado Bernaus, fue condenado en
carácter de autor mediato en razón de criterios normativos fundados en su esfera de
competencia -a la fecha de los hechos era el Jefe de la delegación de La Rioja de la Policía
Federal-. El reproche penal que se le esgrime, se basa en las funciones que tenía al momento
de los hechos y no por su participación empírica o de propia mano respecto de cada víctima
en particular; pues tenía dentro de su esfera de atribuciones tanto el control del personal
policial bajo su mando como aquello que sucediera en la sede de dicha fuerza; a ello, se
suma que algunos testigos ubicaron al imputado en el lugar de los hechos y teniendo
intervención directa en los sucesos. En el caso de la víctima D.J.Q., el escenario de
sometimiento y exposición apuntado, debe ser comprendido desde una perspectiva de
género que permite, por eso, inferir de parte del acusado la representación dolosa de una
consecuente ofensa a la integridad sexual. Repárese que, en la medida que la afectación de
la libertad de D.J.Q. habilitaba en su concreción el padecimiento de tormentos dentro del
ámbito de competencia -objetiva/subjetiva- de Bernaus, quedaba también integrada la
lesión de la libertad sexual de la víctima. Por su parte, todos los hechos de tormentos por
los que fue condenado Chiarello se sucedieron en el IRS donde la presencia del imputado
ha sido probada no sólo a través de las declaraciones testimoniales de las víctimas sino
también de otros sujetos detenidos en dicho establecimiento que tuvieron conocimiento
de los sucesos; a lo que se suma el hecho de que pertenecía a la Gendarmería Nacional que
era de una las fuerzas con fuerte presencia y control dentro del IRS. Los tormentos no son
únicamente hechos de agresión física sino que también incluyen, por supuesto, el trato
denigrante que sufrieron las víctimas mientras estuvieron privadas de su libertad. Trato que
implicara celdas cerradas, tener que pedir permiso para ir al baño, expresiones referidas a
que había que matar a los detenidos y escuchar las agresiones físicas que sufrían otras
víctimas. En lo que hace al imputado Moliné, estaba alcanzado por una doble línea de
deberes institucionales: por un lado, en función de su cargo en el Ejército y, por el otro,
como profesional de la salud. Entonces, en ese doble rol institucional, entraba en su ámbito
de incumbencia el resguardo de quienes estando detenidos ilegalmente eran sometidos a
tormentos. En el caso del acusado Gay, el agravio de la defensa se relaciona con la
incorporación por lectura del testimonio de la víctima en función de su fallecimiento. Así, lo
vinculado a su responsabilidad por los tormentos padecidos por la víctima Ocampo no

75
encuentra otro soporte más que en los dichos de ésta, sobre los cuales la defensa no tuvo
oportunidad útil de ejercer el derecho otorgado al acusado de interrogar a los testigos de
cargo. En consecuencia, por el rango que revestía a la época y no estando probado que
Ocampo estuviera detenido bajo su competencia o dominio, no resulta suficiente atender
a su mera pertenencia a esa dependencia. Por tanto, por mayoría, corresponde disponer su
absolución por este hecho. El segundo voto, difirió y señaló que, sobre la base del accionar
desplegado y el rol que desempeñaba al momento de los hechos, el a quo comprobó
fundadamente el aporte concreto y necesario tanto dentro de la asociación ilícita de la que
formaba parte como para la perpetración de los tormentos infringidos sobre la víctima
Ocampo. En lo atinente a los recursos de los acusadores, en cuanto cuestionan la absolución
de Rearte, corresponde, por mayoría, su rechazo. En resguardo del principio de
congruencia, no se puede integrar la privación ilegítima de la libertad al momento de alegar
pues implica un cambio en la plataforma fáctica oportunamente endilgada. No resulta lo
mismo imponer tormentos a la víctima que ser responsable, a su vez, de su privación
ilegítima de la libertad. La acusación realizada en los alegatos es, en este punto,
inconsistente con el requerimiento de elevación a juicio y es por ello que el recurso fiscal
en este aspecto debe ser desestimado. En cuanto a los agravios relacionados por el delito
de torturas agravadas y asociación ilícita, la propia víctima -Machicote- declaró en el debate
y, en esa exposición, según recuerda el tribunal de juicio, no lo señaló como uno de los
individuos que le propinó las torturas. El dato fáctico del cargo –Cabo-, sin correlato en
prueba testimonial o documental que involucre al imputado en los hechos atribuidos,
impide fundar legalmente una decisión condenatoria. En consecuencia, el acusador público
ha fallado en demostrar el agravio presentado. El segundo voto dejó asentada su disidencia
en este punto, pues entendió que asiste razón a los acusadores público y privados, ya que
resulta arbitraria la sentencia en torno a la vulneración al principio de congruencia en tanto
se advierte que la defensa tuvo oportunidad de contestar la calificación de los hechos
realizada en los alegatos del fiscal, de modo tal que ello no resultó sorpresivo en detrimento
del ejercicio de su ministerio. Por último, el pedido de nulidad de las causas realizadas en el
marco de la ley 20.840 efectuado por el representante del Ministerio Público Fiscal debe
ser rechazado. El código adjetivo prevé el recurso de revisión como el medio adecuado si lo
que se pretende es el dictado de una sentencia de nulidad (art. 479 y 485 CPPN). Ese es el
camino previsto procesalmente y no el pedido de nulidad de las actuaciones en el marco de
otra causa que no tuvo como objeto de disputa los expedientes cuya anulación se requiere.
Ello no se modifica por el hecho de que dichas causas hayan sido utilizadas como medio de
prueba en el sub lite pues ello no implica que hayan sido materia de debate. De esta forma,
no se encuentra habilitada la competencia de este tribunal respecto de dichos expedientes
que solamente se integraron al juicio con fines probatorios. Dres. Yacobucci, Slokar y
Mahiques.
MENÉNDEZ, Luciano Benjamín
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2300/20 Resolución del 28/12/20
Causa N° FCB 71001828/2000/TO1/56/CFC14

76
E. OTROS TEMAS

1. Constitucionalidad de la Ley 27.304. Figura del “arrepenitdo”. Rechazar recursos de las


defensas. Legitimación para recurrir. Principio de Igualdad. Prinicpio de Legalidad.
Garantía constitucional de prohibición contra la autoincriminación. Nulidades. Registro
de declaraciones de imputados colaboradores por “medio técnico idóneo”.
Corresponde, por mayoría, rechazar los recursos de casación interpuestos por las defensas
de Julio Miguel De Vido, Hernán Camilo Gómez y Juan Carlos Lascurain, con costas en la
instancia (arts. 470, 471 a contrario sensu, 530 y 531 del CPPN). En orden a la legitimación
de los impugnadores para recurrir la decisión sometida a inspección jurisdiccional, sin
perjuicio de que ninguno de los presentantes fue alcanzado por la aplicación de la norma
que reputan inconstitucional -como bien lo expuso la Cámara a quo-, todos plantearon de
modo suficiente el problema y el agravio constitucional que la decisión les causa (Fallos:
307:440; 327:1513 y sus citas, entre otros). El cimero Tribunal de Justicia de la República ha
expresado que la garantía del debido proceso ampara a los recurrentes en los casos en que
los acontecimientos cuestionados, aunque en apariencia habrían ocurrido fuera del ámbito
de protección de sus derechos, resultan relacionados con su situación (cfr. mutatis
mutandis "Rayford", considerando 3°, Fallos: 308:733 y “Quaranta”, Fallos: 333:1674). El
agravio vinculado a la violación del principio constitucional de igualdad ante la ley no tendrá
recepción favorable. Debe verificarse un perjuicio concreto al reclamante por la alegada
violación constitucional y, en el caso, la denunciada desigualdad de trato que establecería
la mencionada ley entre quienes estarían más involucrados en la organización y los que
ocuparían roles menores en nada cambia el hecho de que cualesquiera de ellos podría
aportar información en contra de los intereses de su defendido. El criterio esencial de
distinción es el “aporte de información” y no el lugar que cada imputado ocupa dentro de
la organización supuestamente criminal, con lo cual el reproche ético que el defensor
formula en cuanto al mensaje que estaría comunicando la norma al permitir mayores
beneficios a quienes estarían más implicados, no sólo no guarda relación con los intereses
que defiende, sino que resulta ajeno a la incumbencia del Poder Judicial. Si en pos de lograr
la finalidad de la ley -para disminuir los niveles de impunidad en los casos de organizaciones
delictivas complejas- los legisladores analizaron y cedieron en la posibilidad de que se
beneficie algún imputado que hubiera merecido mayor reproche, ese es un debate -que de
hecho se dio profundamente en el recinto propio del ámbito legislativo, pero que en nada
se relaciona con el control sobre la razonabilidad de la categoría “arrepentido” creada por
la ley. Una categoría creada en base a parámetros objetivos que coloca a todos los que
cumplan determinados requisitos en un mismo grupo y que es acorde a los fines que
procura no resulta irrazonable a la luz de la doctrina establecida, en la materia, por el alto
Tribunal. La inconstitucionalidad reclamada por la parte parecería, en realidad, ser la
expresión de su desacuerdo con el hecho de que no todos los imputados puedan pertenecer
a aquel grupo, pero precisamente allí radica el parámetro del distingo, que es
perfectamente válido y acorde a los fines perseguidos y, por ende, razonable. La distinción
se basa en la realización de una conducta -aporte de información- por parte de los

77
imputados, quienes pueden válidamente no brindarla. Quien no posea información
relevante a los fines de la ley no podrá ingresar a la categoría por no cumplir tal recaudo
objetivo, el que, insistimos, no resulta caprichoso ni discriminatorio. Y, en segundo lugar, el
criterio sobre el que se apoya la distinción se relaciona directamente con el propósito o
finalidad de la ley, plasmado y discutido de manera profusa en el ámbito legislativo, de lo
que se colige que la norma en trato supera el estándar de razonabilidad establecido por la
Corte Suprema de Justicia, conclusión que sella la suerte del agravio planteado .No resulta
acertada la afirmación de las defensas en cuanto a que la Cámara a quo no dio respuesta a
los planteos formulados, ya que en el punto III.3.b de su resolución explicó por qué no se
veía menoscabada la garantía que prohíbe que los imputados se vean forzados a
autoincriminarse. Analizaron el alcance de la garantía contenida en el art. 18, CN y la
voluntariedad de la elección para declarar como “arrepentido”, no sólo por contar con
asistencia letrada -como criticó una de las partes- sino por todos los mecanismos de control
previstos para evitar cualquier circunstancia de la que se pueda inferir un vicio en la
voluntad (art. 10, Ley 27304). No se discute aquí la validez de confesiones obtenidas de
manera ilegítima bajo torturas -propio del sistema inquisitivo- ni de manera forzosa, ni por
personal de fuerzas de seguridad sin que el imputado tenga conocimiento de sus derechos,
sino que estamos ante un instituto claramente reglado en el que el imputado, con
conocimiento acabado del hecho que se le atribuye, asistencia letrada y en pleno ejercicio
de sus derechos -entre el que se encuentra callar- decide declarar y aportar información útil
a la investigación que lo involucra a él y a otras personas, las que necesariamente deben
tener una responsabilidad igual o mayor a la de aquél. Además, la misma ley prevé los
mecanismos para asegurar y verificar la voluntariedad de la declaración, no sólo por la
presencia y asesoramiento de un defensor para celebrar el acuerdo de colaboración, sino
porque el pacto arribado entre el imputado y el fiscal debe presentarse al juez para su
homologación y en la audiencia que prevé el art. 10 claramente se establece que “El juez
escuchará a las partes y se asegurará [de] que el imputado arrepentido tenga debido
conocimiento de los alcances y las consecuencias del acuerdo suscripto. El juez aprobará el
acuerdo si el imputado arrepentido hubiera actuado voluntariamente y se hubieran
cumplido los demás requisitos previstos en los términos del artículo 41 ter del Código Penal
y de la presente ley”. No se presenta en el caso un condicionamiento prohibido que afecte
la voluntad del colaborador, ni existe una amenaza ilegítima que con su declaración
pretenda evitar, por lo que mal puede afirmarse que aun de manera sutil el mecanismo
vicie su voluntad. Contrariamente, la razón de ser del acuerdo y la aceptación por el
imputado radica en que, con su celebración, sopesa la posibilidad de obtener un beneficio
que no tendría en caso contrario, vinculado básicamente a la reducción de la pena que
hipotéticamente podría imponérsele. La posibilidad de acceder a la libertad durante el
proceso -cuestionada por las defensas como el instrumento para inducir a la colaboración-
es una opción que prevé expresamente la ley pero que, en modo alguno, resulta de
aplicación automática por la mera declaración, ya que el juez no debe prescindir del examen
de los peligros procesales, en cada caso, a los fines de resolver. No es posible confundir los
hechos que originaron el inicio de la presente investigación -que por motivos obvios
constituyen el objeto sobre el que declaran los imputados colaboradores- con el hecho,
acción o conducta que generaría la responsabilidad penal del art. 276 bis, CP. En todos los

78
casos tanto los testigos, peritos o intérpretes (art. 275 del CP) como los imputados
colaboradores (en el caso de la Ley 27304) declaran sobre hechos pretéritos, sucedidos,
obviamente, con antelación al momento de prestar declaración pero el tipo penal, que las
defensas cuestionan, pune el hecho de la declaración en sí mismo cuando se proporciona
información falsa en forma maliciosa. En este tipo penal- 276 bis CP-, el momento de
comisión del hecho sobre el que se ancla el principio de legalidad es el de prestar
declaración. Y ello es así porque como en el caso del art. 275 del mismo código –en todo
cuanto pueda ser tomado como parámetro-, se trata de un delito que se consuma de
manera instantánea al momento de producirse la deposición, cuestión sobre la que
prácticamente existe unanimidad en la doctrina. Es por esta razón que debe determinarse
cuál es la ley vigente al momento en que los imputados colaboradores prestaron
declaración y, en la presente, resulta que es precisamente la Ley 27304 (BO 2/11/16), por
lo que corresponde su aplicación por imperio estricto del principio de legalidad,
circunstancia que, por sí misma, resulta suficiente para rechazar los agravios planteados en
relación a este punto. Sin embargo, no podemos dejar de soslayar que las defensas no
incorporaron a sus argumentaciones un razonamiento que vincule la conjetural violación al
principio que prohíbe la retroactividad de la ley penal -ya que ninguna invocó una lesión
actual- con un perjuicio concreto a sus representados. Todas las críticas vinculadas a la
resolución que dictó la Cámara a quo en el incidente 9608/2018/59/CA35 son ajenas a esta
incidencia y, por ende, improcedente -en principio- su tratamiento, ello de acuerdo a un
lógico orden procesal en cuanto al objeto de estudio en cada uno de los incidentes que se
tramitan en función de los planteos de las partes. Este incidente que lleva el numeral 100
versa sobre la inconstitucionalidad de la Ley 27304 y no sobre nulidades procesales. Sin
perjuicio de lo expuesto, dando respuesta a los reclamos efectuados, corresponde señalar
que la ausencia de registro de las declaraciones de los imputados colaboradores por un
“medio técnico idóneo” (art. 6 de la Ley 27304) que la defensa interpreta como una
exigencia de filmación o registro audiovisual, no se encuentra fulminada con la nulidad
pretendida. Los recaudos para el registro tienen por finalidad garantizar “su evaluación
posterior” como indica el propio texto de la norma, de modo que si el medio utilizado en el
caso posibilita ese examen, no existiría, en principio, vulneración al derecho de defensa y a
la facultad de controlar esa prueba. Vista la existencia de un registro –más allá de su
formato- de las declaraciones a las que venimos aludiendo que posibilitaría su evaluación
posterior, no corresponde declaración de nulidad alguna, restando, en su caso, determinar
su peso de convicción al momento de valorar la prueba –que no resulta ocioso recordar se
rige por el principio de libertad probatoria- a la luz del método de la sana critica racional,
observando las reglas de la lógica y las máximas de la experiencia. Las defensas no logran
demostrar -al menos en esta etapa- el agravio constitucional concreto que la omisión de un
registro visual y auditivo de las declaraciones les causa, ya que tanto con un registro escrito
como con uno visual o auditivo es posible efectuar, en principio, un control posterior. La
disidencia señaló que corresponde hacer lugar parcialmente a los recursos de casación
deducidos por las defensas; declarar la inconstitucionalidad de los artículos 2º y 4º de la ley
27.304, por ser incompatibles con la vigencia de las garantías de prohibición de la
autoincriminación, presunción de inocencia, del derecho de defensa en juicio y del debido
proceso (artículos 18 y 75 inciso 22 de la Constitución Nacional, 5, 26 DADDH, 11 DUDH, 7,

79
8.1, 8.2.g., 8.3 CADH, 9.1, 9.3, 14.1, 14.2 y 14.3.g. PIDCyP); revocar la resolución recurrida y
disponer la nulidad de las declaraciones prestadas en los términos de la ley 27.304 en la
presente causa nº 9608/2018 y de los actos de éstas derivados, por violación al principio de
irretroactividad de la ley penal más gravosa y por las deficiencias procesales de instrucción
al no formalizar con medios técnicos idóneos las declaraciones de los imputados
colaboradores, lesionando la igualdad procesal de partes y armas y el derecho de defensa,
remitiendo a origen a sus efectos (artículos 18 y 75 inciso 22 de la Constitución Nacional, 26
DADDH, 11.2 DUDH, 9 CADH, 15.1 PIDCyP, 470, 471, 474, 475, 530 y 531 del CPPN). Dres.
Barroetaveña, Figueroa- en disidencia-, y Petrone.
DE VIDO, Julio Miguel y otros
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1663/20 Resolución del 30/11/20
Causa N° CFP 9608/2018/100

2. Suspensión de juicio a prueba concedida. Recurso querella. Oportunidad para solicitar


el instituto. Extemporaneidad. Hacer lugar al recurso, anular la decisión impugnada -por
mayoría-.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación presentado por la querella, anular el
pronunciamiento impugnado a fin de que el Tribunal de mérito, con la celeridad requerida,
continúe con la tramitación de la causa. Que, según consta en el expediente bajo estudio,
el día 21 de marzo de 2019, el Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 1 fijó audiencia de
debate oral y público a llevarse a cabo los días 10, 17 y 22 de abril del corriente. Con
posterioridad, la convocatoria al primer día fue dejada sin efecto y la audiencia del segundo
día fue convertida a los efectos del artículo 293 del CPPN en virtud de las presentaciones
realizadas por las defensas de los imputados solicitando se conceda la suspensión de juicio
a prueba. Entonces, en virtud de las constancias reseñadas, la solicitud y concesión del
instituto de la suspensión de juicio a prueba fue extemporánea, ya que el límite temporal
se encuentra en la fijación de la fecha de debate. Si bien no pasa inadvertido que en nuestro
ordenamiento procesal no se encuentra previsto ni desde cuándo ni hasta qué estadio
procesal puede solicitarse, lo cierto es que la propuesta encuentra sustento en la
naturaleza, efectos y fines del instituto en estudio. El límite referido, tiene por objetivo
evitar que se desnaturalicen los fines del beneficio. No se trata de una decisión caprichosa
ni arbitraria sino más bien se dirige a evitar que el instituto conlleve a colapsar a los
Tribunales en vez de colaborar en su descongestión. En resumen, el tribunal antecesor
concedió el beneficio solicitado de la suspensión de juicio a prueba luego de la fijación de
audiencia de debate, es decir de manera extemporánea, por lo cual la resolución queda
fulminada de nulidad absoluta por apartarse de las normas procesales en juego (art. 471
del CPPN) y no cumplir con el requisito de motivación exigido por el artículo 463 del CPPN.
La disidencia señaló que, respecto a la admisibilidad del recurso interpuesto por la querella,
el artículo 76 bis párrafo 3º indica que si esa parte no está conforme con la reparación
patrimonial ofrecida debe acudir al fuero civil. Es decir que aún en el caso que en el aspecto
citado se encuentre agraviado, tampoco puede impugnar lo decidido. Esta es la letra de la
ley y su observancia es de rigor. No puedo dejar de destacar que en el caso bajo examen se

80
ha concedido una suspensión del juicio a prueba contra legem, pues los delitos investigados
están establecidos en los artículos 863 y 864 del Código Aduanero y en el artículo 302 del
Código Penal que tienen previstas en forma conjunta con la pena de prisión, la de
inhabilitación. Pena esta última que prohíbe según el mismo texto legal de cita, en su
párrafo 8º, conceder el instituto en cuestión. Dres. Gemignani, Riggi -votos concurrentes- y
Catucci -en disidencia-.
ATKINSON, Guillermo y otros
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 01/12/20
Causa Nº CPE 990000274/2011/TO1/11/CFC3

3. Pedido de extinción de la acción penal abstracto. Recurso defensa. Suspensión de juicio


a prueba concedida. Resolución de la Sala 3 CFCP que ordena al Tribunal tratar la extinción
de la acción. Ley 27.260. Alteración cronológica de las cuestiones debatidas. Irregularidad
en el procedimiento. Hacer lugar al recurso, anular la decisión impugnada.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación presentado por la defensa particular, anular
el pronunciamiento impugnado a fin de que el tribunal de mérito, con la celeridad
requerida, dicte un nuevo pronunciamiento. Que, es pertinente memorar que, conforme
surge de las constancias de la causa, esta Sala III, por mayoría y con una integración
parcialmente diferente, el día 9 de mayo de 2019, ordenó que el tribunal antecesor
teniendo en cuenta lo resuelto por la CFCP se pronuncie en relación a si se cumplen con los
requisitos exigidos por la Ley 27.260 respecto a la solicitud de extinción de la acción penal
seguida con Atkinson. Que, parece fácil concluir que se incurrió en una alteración
cronológica de las cuestiones en debate, ya que la eventual declaración de extinción de la
acción penal, si correspondiere, naturalmente hubiera cancelado toda posibilidad de entrar
a analizar la procedencia, o no, de la suspensión del juicio a prueba. Es por eso que, ante la
existencia de una evidente irregularidad en el procedimiento (art. 456 inc. 2° del CPPN)
corresponde declarar la nulidad de lo decidido por el TOPE N° 1 y enviar las actuaciones a
dicho órgano a fin de que se expida acerca de la viabilidad, o no, del planteo de extinción
de la acción penal articulado en el presente incidente. Dres. Gemignani, Riggi y Catucci -
votos concurrentes-
ATKINSON, Guillermo y otros
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 01/12/20
Causa Nº CPE 990000274/2011/TO1/10/CFC4

4. Extradición. Recurso de la defensa. Rechazo. Constitucionalidad de la Resolución n°


135/20 de Cancillería Nacional Argentina. Postergación del traslado. Pandemia Covid-19.
Resguardo de la salud de la persona a ser trasladada.
Corresponde rechazar los recursos de casación e inconstitucionalidad articulados por la
defensa de Valero Valero; declarar la constitucionalidad de la Resolución nº 135/20 del
Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y confirmar el

81
pronunciamiento recurrido. Ello así, pues el planteo de inconstitucionalidad no está
debidamente fundado. Si bien el artículo 9, inciso 2, del Tratado de Extradición suscripto
por la República Argentina y la Federación de Rusia dispone que “…en caso de que la
extradición fuere concedida por la parte requerida, la persona reclamada será entregada a
la Parte requirente en el plazo de treinta (30) días contados a partir del día en que fue
notificada de dicha decisión…”, y que el artículo 38 de la ley 24.767 establece que “…el
Estado requirente deberá efectuar el traslado de la persona reclamada en un plazo de
treinta días corridos a partir de la comunicación oficial…”, por medio de la resolución nro.
135/20 del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación,
se han postergado los referidos plazos a raíz de la pandemia mundial del Covid- 19. Dicha
resolución, debe ser analizada a la luz de las recomendaciones efectuadas por la
Organización Mundial de la Salud con motivo de la pandemia mundial COVID -19. Conforme
a ello debe prevalecer siempre el resguardo de la salud de las personas a ser trasladadas a
otros países, lo que importa, entonces, la necesidad de que se posterguen aquellos
traslados o que, en su caso, sean garantizados por los Estados requirentes los extremos
sanitarios para concretar esos viajes. La resolución nro. 135/20 de la Cancillería Nacional
Argentina no contradice, sino que recepta la normativa establecida en la ley 24.767 de
Cooperación Internacional en Materia Penal y en el Tratado de Extradición suscripto por la
República Argentina y la Federación de Rusia, que establece taxativamente la posibilidad de
postergar la entrega de la persona requerida en situaciones como las que están
aconteciendo hoy en día a nivel mundial. Por otro lado, la resolución 135-20 no establece
plazo para que el Estado solicitante del extraditable conteste sobre si posee los medios para
buscar a la persona solicitada con los recaudos pertinentes y garantizar así las cuestiones
sanitarias. El voto concurrente resaltó que la impugnante no ha logrado demostrar que la
resolución ministerial impugnada resulte irrazonable, en el particular contexto de la
pandemia originada por el COVID-19 en el que fue dictada, ni violatoria de principios o
garantías constitucionales ni convencionales. Tampoco ha logrado evidenciar que el Estado
requirente haya perdido interés en la extradición de su asistido ni que la interpretación y
aplicación de las normas en juego efectuada por el “a quo” resulte arbitraria ni errónea y,
por consiguiente, tampoco que corresponda disponer la inmediata soltura de Valero Valero,
fin último de la pretensión de la impugnante. Dres. Hornos y Borinsky –voto concurrente-.
VALERO VALERO, Edgar Alejandro
Magistrados: Borinsky y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2456/20 Resolución del 4/12/20
Causa N° CFP 6713/2019/3/CFC2

5. Nulidad. Planteo de la defensa. Rechazo. Planteo improcedente. Observancia de las


formas establecidas por la ley. Defensa técnica eficaz garantizada.
Corresponde rechazar el planteo de nulidad presentado por la Defensa contra la decisión
de esta Sala que hizo lugar al recurso deducido por el Sr. Fiscal, anuló la decisión recurrida
en cuanto confirmó el sobreseimiento de Viviana Sala, y reenvío las actuaciones al a quo a
sus efectos. En primer lugar, debe recordarse que los pronunciamientos dictados por la
Cámara Federal de Casación Penal no son susceptibles, como regla, de recurso de nulidad,

82
revocatoria, o reconsideración, siendo recurribles -en principio- sólo por la vía
extraordinaria federal prevista en el artículo 14 de la ley 48. Los principios de progresividad
y preclusión impiden que el juicio se retrotraiga a etapas ya superadas cuando los actos
procesales han sido cumplidos observando las formas que la ley establece. Esos principios
reconocen su primer fundamento en razones de seguridad jurídica y en la necesidad de
lograr una administración de justicia rápida dentro de lo razonable, evitando que los
procesos se prolonguen indefinidamente (Cfr. Fallos: 329:1447; 326:1149). Sentado ello
debe descartarse que en el presente caso se hubieran inobservado las formas que la ley
establece. En efecto, se observa que Viviana Sala estuvo debidamente defendida durante
toda la actuación ante esta Cámara Federal de Casación Penal por la Defensa Pública Oficial
ante esta instancia, que se presentó en la oportunidad prevista por los arts. 465, cuarto
párrafo y 466 del CPPN y contestó los agravios interpuestos por el Ministerio Público Fiscal
en la impugnación cursada contra su defendida; cumpliéndose así con la obligación de los
tribunales de garantizar una adecuada asistencia letrada que permita ejercer una defensa
eficaz (Fallos: 330:4925, 330:3526, 329:1794 328:3012; entre otros). Las discrepancias,
referidas por la defensa en su presentación, respecto de la estrategia llevada a cabo por la
defensa no resultan suficientes para demostrar que el caso se hubiera configurado una
vulneración a las garantías constitucionales invocadas y en esos términos no se observan
motivos que permitan declarar la nulidad de la sentencia que fue válidamente dictada. Dres.
Hornos, Borinsky y Carbajo -voto conjunto-.
SALA, Viviana
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2495/20 Resolución del 11/12/20
Causa N° CFP 6522/2011/251/ES1

6. Suspensión de ejecución de la pena privativa de libertad. Art. 77 C.P.P.N. Lesa


humanidad. Hacer lugar al recurso de la defensa. Ausencia de controversia entre lo
solicitado por la defensa y el Ministerio Público Fiscal. Reenviar para nuevo
pronunciamiento.
Corresponde, por mayoría, hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa de
Raúl Enrique Pizarro y, en consecuencia, anular la resolución recurrida -rechazo de pedido
de suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad- y reenviar las presentes
actuaciones al tribunal a quo a fin de que dicte un nuevo pronunciamiento ajustado a
derecho y a las constancias de la causa. Ello así, por cuanto no se ha verificado controversia
entre lo solicitado por la defensa de Raúl Enrique Pizarro y el representante del Ministerio
Público Fiscal de la instancia anterior. Por lo expuesto, en las particulares circunstancias del
caso, sumado a que los querellantes en este incidente no se han expresado al respecto ante
el a quo (cfr. Sistema de Gestión Judicial Lex 100), conduce a un escenario de ausencia de
contradictorio entre las partes que, tal como fuera sostenido por esta Sala IV en múltiples
circunstancias -excarcelaciones, pedido fiscal de pena en juicio, arrestos domiciliarios,
prescripción, etc.-, impide la convalidación del fallo impugnado. El voto concurrente agregó
que la ley es clara en cuanto a que, ante la comprobada incapacidad de una persona, debe
suspenderse sin más el trámite del proceso a su respecto. No es posible obviar que esta

83
previsión, incluida en el artículo 77 del C.P.P.N., constituye una proyección del principio de
culpabilidad y del derecho de defensa dentro del marco del proceso. En este sentido, la
imposibilidad de participación en las actuaciones como consecuencia del deterioro
psicofísico del imputado configura un obstáculo que impide su prosecución, pues, de otro
modo, se violentarían sus derechos como sujeto del procedimiento instrumentalizándoselo
a los efectos de obtener una decisión definitiva que excluye su efectiva y real participación.
La falta de controversia entre las acusaciones y la defensa no puede ser obviada por el
tribunal a quo y demanda por parte de los magistrados, cuanto menos, un pormenorizado
y riguroso análisis que eche por tierra aquella posición. Tal circunstancia no se deduce del
voto mayoritario del decisorio cuestionado, pues rechaza la petición de la defensa a partir
de un examen parcial y aislado de algunos de los elementos técnicos descriptos en los
informes de los especialistas del Cuerpo Médico Forense. La disidencia sostuvo que la
recurrente no ha logrado rebatir los fundamentos del fallo que recurre. Para decidir como
lo hizo, el a quo indicó que el peritaje psiquiátrico elaborado por el Cuerpo Médico Forense
de la Justicia Nacional en diciembre de 2017 evidenció que “...el encausado de 87 años de
edad en aquel entonces, conservaba su capacidad judicativa, orientado en su persona sin
alteraciones en el pensamiento, con déficits cognitivos de grado leve a moderado
‘compatible con el ciclo nonagenario que cursa’”; y consignó que aquél reporte “no difiere,
en lo sustancial, del remitido a estos estrados el día 25/6/20, oportunidad en la que los
peritos psicólogos advirtieron que el encausado ‘logró un nivel de adecuación formal frente
a los requerimientos formulados’, descartando desajustes en su procesamiento psíquico con
prevalencia del ‘manejo concreto de la realidad’, señalando que los déficits cognitivos de
grado leve a moderado, resultaban derivados de su edad y nivel evolutivo; conclusión
compartida por los especialistas en psiquiatría”. Esas observaciones -que, por lo demás,
pueden cotejarse con las constancias incorporadas al Sistema Informático de Gestión
Judicial Lex-100- dan respaldo a la decisión adoptada y no fueron desacreditadas por la
defensa. Ésta, en efecto, apoya sus objeciones en el informe ampliatorio presentado el
17/7/2020 a instancias del tribunal de la instancia anterior, que había solicitado al cuerpo
de galenos una opinión concreta acerca de “si el imputado se encuentra en condiciones
físicas y psíquicas de seguir el curso del proceso en su contra”. Y si bien los profesionales del
Cuerpo Médico Forense consignaron en esa oportunidad que Pizarro “no se encuentra en
condiciones físicas ni psíquicas de seguir el curso del proceso en su contra”, tales
conclusiones no se compadecen con la evaluación clínica y psiquiátrica antes reseñada, de
la que en efecto se desprende que Pizarro padece un déficit cognitivo leve a moderado,
propio de su edad, y que retiene suficientemente las capacidades necesarias para afrontar
el juicio en su contra, particularmente teniendo en cuenta la etapa procesal,
eminentemente técnica, en la que éste se encuentra. Las sucesivas observaciones volcadas
en el informe fueron consignadas como expresiones sueltas, descontextualizadas y, sobre
todo, desprovistas de la justificación técnico-científica que habitualmente respalda este
tipo de informes, y que permiten ilustrar cabalmente a los tribunales sobre las
circunstancias de las que dan cuenta. La conclusión que se impone, entonces, es que el
dictamen médico incorporado al legajo resulta inhábil para fundar tanto una decisión como
la que pretende la defensa, como la posición asentada por el Ministerio Público Fiscal, que
en las circunstancias apuntadas se revela carente de motivación suficiente (art. 69 del

84
C.P.P.N., contrario sensu). La suspensión del avance del proceso seguido contra una persona
que ha sido condenada en juicio oral y público por la comisión de gravísimos crímenes
contra la humanidad perpetrados durante la última dictadura constituye una decisión que
demanda máxima delicadeza, y que bajo ningún punto de vista puede tomarse de manera
automática o irreflexiva. Dres. Hornos -en disidencia-, Borinsky y Carbajo -voto concurrente-
PIZARRO, Raúl Enrique
Magistrados: Borinsky, Carbajo y Hornos.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Registro N° 2502/20.4 Resolución del 11/12/20
Causa N° FMP 13000001/2007/TO1/71/CFC74

7. Determinación de pena. Hacer lugar, anular y reenviar para nuevo pronunciamiento.


Decisión arbitraria. Exceso jurisdiccional. Magistrada se apartó de la decisión de esta Sala
I. Omisión del estudio integral y armónico de la totalidad de las constancias del caso.
Corresponde hacer lugar al recurso de la defensa oficial, anular la resolución recurrida y, en
consecuencia reenviar las actuaciones al tribunal de mérito para que dicte un nuevo
pronunciamiento de conformidad con los lineamientos sentados. Sin perjuicio del criterio
sostenido por la suscripta en torno al determinismo fiscal, lo cierto es que frente al alcance
del reenvío dispuesto por esta Sala el pasado 20 de diciembre de 2019, en donde por
mayoría se indicó, entre otros aspectos, que la decisión jurisdiccional debía limitarse al
alcance establecido por la pretensión punitiva del órgano acusador -expresada como una
unidad del Ministerio Público Fiscal, ya sea por el alegato del representante fiscal ante el
tribunal oral o ante esta instancia-, se observa que la resolución ahora traída a estudio -
nuevamente- presenta defectos que resienten su fundamentación en torno al extremo
referido. En consonancia del examen de las constancias del caso surge que la magistrada a
quo se apartó, nuevamente, de la opinión expresada por el acusador público, relativa a la
participación de la encartada en el hecho y el monto de la pena solicitado. De la lectura de
la decisión recurrida, surge que la magistrada de instancia anterior se apartó de la decisión
de esta Sala I, al omitir el estudio integral y armónico de la totalidad de las constancias del
caso bajo análisis (ver, en lo pertinente, mi voto en la causa FRO 4807/2018/TO1/8/3/CFC3,
“ACOSTA, Romina Aneley s/ recurso de casación”, rta. 16/7/2020, reg. 856/20, y en la causa
FSM 43816/2018/TO1/14/1/CFC5 “SENA, Silvia Beatriz s/ casación”, Rta. 25/8/2020, reg.
1091/20). Ello me conduce a considerar que la resolución recurrida no cuenta con
fundamentos mínimos, necesarios y suficientes para ser reputada como acto jurisdiccional
válido en los términos del art. 123 del CPPN. Por último, en razón de lo aquí resuelto el
tratamiento del planteo subsidiario de la defensa, referido a la libertad de la encartada, se
ha tornado inoficioso. El voto concurrente señaló que la luz de la voluntad legislativa
expresada en esta materia a través de la sanción del Código Procesal Penal Federal -CPPF-
(Leyes 27063 y 27482, Dto. 118/19, B.O. 08/02/2019), adquiere nueva relevancia el criterio
expuesto en el voto minoritario de los jueces Lorenzetti y Zaffaroni en los precedentes
“Amodio” (Fallos: 330:2658) y “Godoy” (Fallos: 331:2827), respecto de la imposibilidad de
excederse en el ejercicio de la jurisdicción al fijar una pena superior a la solicitada por el
acusador. De otra parte, en lo vinculado con la modalidad de ejecución de la pena, hemos
señalado -con cita de jurisprudencia del Alto Tribunal (Fallos: 329:3006)-, que no sólo debe

85
fundarse la decisión de aplicar una condenación condicional, sino también la opción inversa
-es decir, la decisión de aplicar una pena de prisión de cumplimiento efectivo, en casos
donde la condenación condicional podría ser aplicada-, puesto que de otro modo se estaría
privando al penado de la posibilidad de conocer los pronósticos negativos que impiden
otorgarle un trato más favorable. Adicionalmente, pero no menos importante, es menester
señalar que debe armonizarse correctamente la pena a la medida de la culpabilidad,
tomándose en cuenta, asimismo, que como determinación de la pena debe entenderse no
sólo la fijación de la sanción aplicable sino también su forma de cumplimiento. En estas
condiciones se observa que la judicante no brindó fundamentos que permitan justificar la
decisión de imponer a Elva Cardozo Colman una pena de cumplimiento efectivo; por lo
tanto, tal decisión no es susceptible de ser reputada como un acto jurisdiccional valido.
Dres. Figueroa, Petrone y Barroetaveña- voto concurrente-
CARDOZO COLMAN, Elva
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Reg. N° 1776/20 Resolución del 15/12/2020
Causa N° FCR 26651/2018/TO1/CFC3

8. Recurso Extraordinario Federal. Recurso contra resolución que rechazó la impugnación


contra condena. Tramitación completa según Código Procesal Penal Federal. Revisión por
casación horizontal en trámite. Artículo 364 Código Procesal Penal Federal. No hacer lugar
al recurso.
Corresponde no hacer lugar al recurso extraordinario interpuesto por la defensa. Que, en
efecto, el recurso extraordinario deducido por la defensa pública oficial no cumple los
requisitos previstos en los artículos 14 y 15 de la ley 48. Ello así, por cuanto la defensa
pública oficial impugnó la sentencia dictada por esta Sala que declaró la autoría y
responsabilidad de Maribel Carina Rodríguez (“casación horizontal”-legajo FSA
12570/2019/5-) en los términos del artículo 364 del C.P.P.F. Que al dictar sentencia en el
presente legajo se aclaró expresamente que “…una vez cumplido el trámite y resueltas estas
actuaciones, encontrándose la sentencia completa, se remitirá el legajo a los magistrados
con funciones de revisión que resulten desinsaculados”, disponiéndose en su consecuencia,
en el punto dispositivo II: “REMITIR las presentes actuaciones a la Oficina Judicial para que
se tramite la impugnación presentada en su oportunidad (conf. FSA 12570/2019/5) para lo
cual se desinsacule la Sala que deberá intervenir.”. Que en tales condiciones el fallo
impugnado no puede asimilarse a una sentencia definitiva, requisito insoslayable para el
tratamiento de la vía extraordinaria. Dres. Riggi, Gemignani y Catucci -votos concurrentes-.
RODRÍGUEZ, Maribel Carina
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal
Registro Nº 39/2020 Resolución del 16/12/20
Causa Nº FSA 12570/2019/7

86
87

También podría gustarte