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¿Qué es la inteligencia emocional y cómo influye en el trabajo?

La inteligencia emocional es sin duda una de las habilidades comunicativas que un buen líder debe
manejar. Saber leer una situación y actuar en consecuencia, buscando la mejor forma de dirigirse a los
demás, es crucial a la hora de construir entornos y equipos de trabajo de alto rendimiento. 
Esta habilidad cobra cada vez más importancia en la actualidad, donde la gran competitividad que hay en
el mercado exige a los profesionales que no solo tengan los conocimientos técnicos necesarios, sino que
también posean capacidades como la empatía, la adaptabilidad y la resolución para entender mejor a los
miembros de su equipo, saber cómo relacionarse con ellos y poder identificar sus necesidades para lograr
una mejor comunicación y una mayor productividad.
¿Quieres saber más acerca de la inteligencia emocional en el trabajo y cómo puede afectar en el
rendimiento del día a día? Te lo explicamos.
¿Qué es la inteligencia emocional?
Según Daniel Goleman, psicólogo e impulsor del concepto de inteligencia emocional, la inteligencia
emocional se compone de:
Autoconocimiento emocional o conocimiento de nuestras emociones y de cómo nos influyen
para, por ejemplo, saber cómo y cuándo es nuestro nuestro mejor momento para tomar
decisiones.
Autocontrol emocional o autorregulación, que nos permite reflexionar sobre nuestras emociones
y dominarlas.
Automotivación o enfocar las emociones a objetivos y metas que nos motiven y nos beneficien.
Empatía para establecer vínculos en las relaciones interpersonales.
Relaciones interpersonales o habilidades sociales, que pueden contribuir a nuestro bienestar
personal y repercutir en un buen desempeño laboral.
Sin duda, la inteligencia emocional se ha convertido en una de las características más valoradas de los
líderes del siglo XXI, en cualquier ámbito y contexto. De hecho, en la actualidad encontramos varios
CEO y altos cargos que muestran lo fundamental que es poseer esta habilidad para liderar con éxito.
Un ejemplo es Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, para quien la seguridad y el bienestar de todos sus
empleados es lo primero. Por ello, se encarga personalmente de cada uno de los incidentes de seguridad
que surgen en sus fábricas y accede al puesto en el que ha tenido lugar el suceso para comprobar de
primera mano qué ha podido fallar. Asimismo, se implica a la hora de atender todas las necesidades de los
empleados que hayan sufrido lesiones.
Otro gran ejemplo de inteligencia emocional en el trabajo es Indra Nooyi, exdirectora ejecutiva de Pepsi.
Indra mandó notas de agradecimiento a los padres de sus ejecutivos. Esta acción causó una increíble
sensación de satisfacción y felicidad entre sus empleados, e incluso algunos declararon que era lo mejor
que les había pasado. Gracias a este y otros gestos de gratitud, lealtad y humanidad, Nooyi alcanzó un
índice de aprobación interno del 75 % y un aumento de las ventas de PepsiCo de hasta un 80 % en los
últimos 12 años. 
 ¿Para qué sirve la inteligencia emocional en el trabajo?
El objetivo de la inteligencia emocional no es controlar nuestras emociones, sino saber manejar las
situaciones en las que aparecen emociones incontrolables, utilizando técnicas y estrategias que nos
permitan reflexionar y pensar cuál es la mejor opción. 
El propio Daniel Goleman explica que, a pesar de la creencia popular, la inteligencia intelectual (IQ) tan
solo representa el 20 % del éxito de una persona. El otro 80 % se lo otorga a la inteligencia
emocional (IE). Por otro lado, y según el estudio de Capgemini, la productividad puede aumentar
hasta un 20 % cuando los miembros de un equipo utilizan correctamente la inteligencia emocional. 
Si nos fijamos en nuestras propias emociones, en el día a día podemos experimentar varias como el
enfado, la rabia, la desconfianza, la tristeza, la euforia, la impotencia, etc., en cualquier momento y a
causa de la relación con otras personas de la empresa.
Para ayudar a mejorar la inteligencia emocional en el trabajo existen diferentes técnicas:
Comunicación asertiva: permite transmitir ideas desde la perspectiva de la autoconfianza y de
una forma clara, a la vez que equilibrada y respetuosa con los demás.
Lenguaje corporal: analizar el propio lenguaje corporal y el ajeno es un gran método para
entender lo que está sucediendo a nivel emocional.
Meditación: ayuda a mejorar el control de las emociones y desarrolla la capacidad de responder
correctamente y con moderación en lugar de reaccionar sin control. 
Diario emocional: escribir un diario emocional puede resultar muy eficaz y práctico para
aprender a reconocer sentimientos y estados de ánimo.
Escucha activa  y sincera: permite conocer a fondo las emociones y preocupaciones de los
demás, así como mejorar las relaciones interpersonales.
Análisis de la situación: no juzgarse a uno mismo y analizar la situación desde un punto de vista
neutro, como si de otra persona se tratara, otorga una perspectiva diferente que permite llegar a
mejores conclusiones.  
A medida que se implantan algunas de estas técnicas u otras, como el ensayo mental o la regulación del
pensamiento o del razonamiento lógico, se puede mejorar mucho la inteligencia emocional. De este
modo, se obtiene una experiencia que poco a poco se va integrando en cada una de nuestras
decisiones, tanto a la hora de reaccionar a los sentimientos propios como a los de los demás. 
Liderazgo e inteligencia emocional
En investigaciones recientes, se ha demostrado que hay una estrecha relación entre la inteligencia
emocional y el desempeño de un trabajo. Asimismo, los estudios señalan que, por lo general, las mujeres
suelen obtener una puntuación más alta en campos como la empatía, las relaciones interpersonales y la
responsabilidad social, tal y como se explica en el libro Liderazgo. El poder de la inteligencia emocional,
de Daniel Goleman.
De hecho, Indra Nooyi subrayó la importancia de no dejar de lado los sentimientos de los demás, como
elemento fundamental para un buen liderazgo, y mencionó que “solo porque eres un director no debes
pensar que ya triunfaste. Debes seguir aprendiendo y mejorando cómo piensas y cómo te diriges a tu
organización”.
Otra gran líder, Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, demostró poseer inteligencia
emocional durante su gestión de la pandemia de la covid-19. Entre sus medidas, decidió rebajar un 20 %
su sueldo y el de sus ministros. También se quiso asegurar de que el confinamiento se cumplía
estrictamente por el bien de los ciudadanos y, como acto empático e inspirador, se mostró a sí misma
trabajando desde casa.
No es la primera vez que Jacinda Ardern demuestra su dominio de las técnicas de inteligencia emocional.
Tras el ataque terrorista que sufrió el país en 2019, Ardern se puso al frente de la situación
mostrando empatía con todos los afectados, a la vez que condenaba con claridad y firmeza los actos
terroristas, sin acudir al odio ni a la furia, e inspiró a todo el país para trabajar juntos y, así, salir
adelante. 
Por otro lado, la primera ministra neozelandesa también enseña su cara más personal a través
de Instagram, donde combina mensajes oficiales con otras publicaciones relacionadas con sus tareas del
día a día, que muestran su labor de una forma cercana y humana.
Aprende a manejar tu inteligencia emocional para liderar a tu equipo
La inteligencia emocional se ha catalogado en los últimos años como la inteligencia del éxito, ya que
las buenas prácticas en el ámbito laboral permiten aumentar la productividad y el rendimiento de los
equipos de trabajo, tal y como demuestran los ejemplos que hemos visto anteriormente, en los que altos
directivos de grandes organizaciones aplican técnicas de inteligencia emocional para aumentar la
satisfacción de sus empleados. 
El liderazgo femenino ha destacado en este ámbito en las últimas décadas, llevando la inteligencia
emocional al ámbito empresarial y promoviendo actitudes muy positivas, algo que ha demostrado que la
inteligencia emocional es una herramienta más para crear equipos de trabajo de éxito. 
En definitiva, trabajar las habilidades, técnicas y conocimientos de inteligencia emocional es
sumamente importante para los líderes del presente y del futuro. Con el objetivo de contribuir al
desarrollo de estas competencias, Banco Santander impulsa Becas Santander, iniciativas de formación
que abordan diferentes  temas entre los cuales se encuentran la inteligencia emocional, habilidades
comunicativas, lenguaje verbal y no verbal, negociación y otros aspectos fundamentales y
directamente relacionados con posiciones de liderazgo. 
¿Quieres desarrollar tus habilidades como líder? Consulta el portal de Becas Santander y encuentra la
formación que mejor se adapte a ti para dar un impulso a tu carrera profesional. ¡Aprovecha la
oportunidad e inscríbete!

Liderazgo femenino: comunicación verbal y no verbal

¿Sabes qué tienen en común la canciller alemana, Angela Merkel, la primera ministra de Nueva
Zelanda, Jacinda Ardern, y la actual presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde?
Además de ser algunas de las líderes más influyentes del mundo, también poseen unas grandes
habilidades de comunicación verbal y no verbal. Gracias a estas habilidades, han conseguido alzar la
voz e impulsar el liderazgo femenino tal y como lo han hecho. 
Saber transmitir un mensaje utilizando no solo las palabras más adecuadas, sino también el
lenguaje corporal, es sumamente importante cuando hablamos de puestos de alta responsabilidad, en los
que la forma de comunicarse puede ser un factor clave para sus receptores e incluso llegar a incidir en la
toma de algunas de sus decisiones. ¿Quieres saber qué es la comunicación verbal y no verbal y cuál es su
influencia en el mensaje que queremos transmitir? Te lo mostramos con ejemplos que seguro que
conocerás. 
¿Qué es la comunicación verbal y no verbal?
La comunicación verbal es todo aquello que expresamos a través de las palabras, mientras que la no
verbal es la información que transmitimos a través de los gestos y del lenguaje corporal. Aunque no lo
parezca, y según las investigaciones del antropólogo Albert Mehrabian, las palabras tan solo
representan un 7 % de la comunicación, mientras que un 55 % tiene que ver con la comunicación
corporal (los movimientos y la proyección del cuerpo) y un 38 % del impacto está relacionado con la
comunicación paraverbal (como el tono de voz). 
La importancia de la comunicación no verbal va tan lejos que incluso puede cambiar la percepción de
toda una conversación, tal y como sucedió en el primer debate televisado de la historia. El 26 de
septiembre de 1960, John F. Kennedy y Richard Nixon debatieron por primera vez en la televisión
estadounidense. Quienes pudieron verlo por televisión procalamaron ganador a Kennedy, mientras
que aquellos que lo escucharon por la radio aseguraron que el ganador había sido Nixon. 
La realidad es que Nixon no aceptó maquillarse y su cara era tan pálida ante las cámaras que parecía estar
enfermo. Por el contrario, Kennedy cuidó su aspecto al detalle y esto le permitió ir un paso por delante
desde el primer minuto, gracias, también, a un lenguaje corporal que mostraba seguridad y serenidad.
Asimismo, el último cambio de presidencia en Estados Unidos es otro claro ejemplo de la importancia de
la comunicación no verbal, tal y como se explica en Análisis no verbal: el momento más sentido de Joe
Biden en su primer discurso como presidente. Del análisis se extrae que Biden proyecta paz y sosiego a
través de un lenguaje corporal apaciguador.   

Tres ejemplos de grandes comunicadoras


Como mencionábamos al principio de este artículo, algunas de las líderes más influyentes, como Angela
Merkel, Jacinda Ardern y Christine Lagarde, tienen cosas en común y es que han demostrado dominar la
comunicación verbal y no verbal en múltiples situaciones. Cada una tiene un estilo diferente, pero las
tres son claros ejemplos de liderazgo femenino.
Angela Merkel: 16 años de liderazgo
La canciller alemana Angela Merkel se ha convertido en una de las mujeres más influyentes de la
historia reciente. Tras 16 años de liderazgo, abandona su puesto con un recorrido destacable; no solo en
Alemania, sino también en Europa, algo que le ha valido para ser considerada por muchos la líder del
continente durante estos últimos años. 
Sus habilidades de comunicación verbal y no verbal han tenido mucho que ver en su imagen de liderazgo.
Su fuerza, firmeza y seguridad son algunos de sus rasgos más reconocidos. Además, su neutralidad y
claridad a la hora de transmitir sus ideas, así como una postura rígida, le permiten confirmar
su posición de liderazgo de una forma contundente.
Su discurso calmado y pausado, acompañado de un lenguaje corporal acorde, le permitió ganarse la
confianza de los votantes alemanes una vez tras otra, ya que veían en ella una política segura de sus
decisiones y que parecía tener claro el camino correcto para los intereses nacionales. 
Jacinda Ardern: un ejemplo de inteligencia emocional
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, es otro claro ejemplo de cómo debe ser
una líder en el siglo XXI. Durante la crisis del coronavirus, demostró una vez más sus capacidades
políticas. Jacinda adoptó medidas como reducir hasta un 20 %  su sueldo y fue la primera en dar ejemplo
sobre el cumplimiento de las estrictas medidas que se impusieron para combatir la covid-19. Estos gestos
la hicieron destacar como una de las mejores líderes internacionales del momento, junto con
sus discursos enfocados en la unión y la empatía y a un gran dominio de la comunicación no verbal.
Su estilo fresco y moderno se aleja de discursos políticos tradicionales, algo que la acerca a los
ciudadanos y le permite conseguir su confianza. Se muestra natural, sin tapujos y, si es necesario, no
teme a exponerse vulnerable y humana ante los demás.
Su mensaje es cercano y cargado de inteligencia emocional, y se presenta más estricta o comprensiva
según requiera la situación. La primera ministra neozelandesa muestra un dominio total de las técnicas
modernas de liderazgo: honestidad, transparencia, acción decisiva y una comunicación no verbal abierta
que permite acercar su mensaje a todo el mundo. 
Christine Lagarde: el poder del carisma
Christine Lagarde es uno de los ejemplos más contundentes del liderazgo femenino del siglo XXI. Tras
convertirse en la primera directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2011, ahora,
como primera presidenta del Banco Central Europeo (BCE), se ha tenido que enfrentar a un nuevo reto:
unir un BCE que estaba totalmente dividido; algo que ha logrado gracias a su posición calmada y su
carisma.
“Aprieta los dientes y sonríe” es una de las frases más populares de Lagarde. La aprendió durante la
época en la que practicaba natación sincronizada que, sin duda, ha marcado su actitud. Algunos de sus
valores más arraigados son la voluntad, el compromiso y la disciplina, los cuales transmite en cada uno
de sus discursos. 
Otra de las características de su comunicación no verbal es su imagen cuidada al detalle, que le permite
transmitir un carisma muy poderoso. Esto, unido a su determinación, hace que las decisiones
económicas más difíciles sean comprendidas y aceptadas, debido a la confianza que transmite.

La influencia de la comunicación no verbal (CNV)


La comunicación verbal y no verbal son totalmente complementarias: ambas se retroalimentan para dotar
a un mensaje de un significado más amplio y comprensible. Sin embargo, como se ha mostrado, la CNV
tiene una influencia mayor de la que muchas personas le otorgan. 
Por esta razón, aquellas personas que desempeñan cargos de alta responsabilidad o que son líderes en
cualquier organización necesitan tener un buen dominio de ambos tipos de comunicación. Considerando
que cualquier cosa que se comunique a través del lenguaje corporal tiene un efecto directo en aquello
que se expresa verbalmente, y teniendo en cuenta que la comunicación es un elemento esencial en
cualquier organización, es necesario saber cómo conectar con los receptores, en todos los ámbitos, para
lograr un proceso eficaz y sin barreras y obtener los objetivos deseados.
Mejora tus habilidades de negociación, comunicación y liderazgo
El poder de la comunicación verbal y no verbal es inmenso. De ahí que Banco Santander, impulse
las Becas Santander, con las que podrás encontrar la formación que se adapte a ti y mejorar tus
habilidades de negociación, comunicación y liderazgo. Algunas de estas becas están dirigidas quienes
quieran desarrollar su potencial a través de las habilidades de comunicación para impulsar sus carreras y
alcanzar puestos de liderazgo. 
¿Sientes que es el momento de dar un impulso a tu carrera profesional? Consulta el portal de Becas
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