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Desde la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial de la Nación no se lo conoce más
como “Reglamento de Copropiedad y Administración”, sino como “Reglamento de Propiedad
Horizontal”, esto es porque a los propietarios no se los considerará más condóminos al ser la
Propiedad Horizontal un derecho real nuevo.
En el régimen actual no está claro quién debe redactar el reglamento, ya que la ley 13.512 de
1948 menciona que “el Consorcio deberá acordar un reglamento”, la palabra “acordar” implica que la
redacción no recae en una sola persona sino en los integrantes del consorcio, supuestamente por
asamblea. El Decreto Reglamentario que salió un año después aclaró un poco la situación
otorgándole la facultad de redacción al constructor.
A ser ambas normas (la ley 13.512 y su decreto reglamentario) derogadas por el nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, a partir del 01 de agosto de 2015 el art. 2038 establece que es el titular de
dominio (léase el dueño) o los condóminos quienes deben redactar el reglamento. Aclaro que quién
redacto este artículo cuando habla de los condóminos, se refiere a mi entender, no a los propietarios
del consorcio sino a los condóminos del dominio, o sea en el caso de que existan muchos dueños en
vez de uno solo. Otra interpretación es que lo redacten los dueños de las unidades funcionales, difícil
de plantearse en la realidad.
Con respecto a las cosas comunes dentro del consorcio, el Código nos dice en su art. 2040
que son comunes a todas o algunas unidades funcionales, dando a entender que puede haber
cosas que sean comunes para algunas unidades y que no lo sean para otras, conforme se
determine en el Reglamento. Si no se aclara el uso que se les da se consideran comunes y que
nadie puede alegar exclusividad ni perjudicar o restringir el derecho de los demás (esto refleja la
jurisprudencia vigente).
El Código también establece una diferencia entre partes necesariamente comunes y cosas
“comunes no indispensables”. Entre las cosas necesariamente comunes menciona a: el
terreno, los pasillos, los techos, los cimientos y demás estructuras, los locales e instalaciones
de servicios centrales, ascensores, muros exteriores y divisorios entre las unidades y las
instalaciones para personas discapacitadas. Entre las cosas comunes no indispensables
menciona a: la piscina, el solárium, el gimnasio, el lavadero y el salón de usos múltiples. En ambos
casos el Código menciona este listado a modo de ejemplo tal y como lo hiciera el art. 2 de la ley
13.512.
Quiero aclarar que también se mencionan como partes necesariamente comunes a las
siguientes:
- “las cañerías que conducen fluidos o energía en toda su extensión” “y los cableados hasta
su ingreso en la unidad funcional”.
A la hora de las reparaciones en el Consorcio, en el régimen Veleciano había que ir al reglamento
para ver cuándo le correspondía la reparación al Consorcio y cuándo al propietario. A partir del 01 de
agosto de 2015 se entiende que las reparaciones de cañerías de gas, electricidad o agua le
corresponden al consorcio en toda su extensión y los cables hasta que ingresan a la unidad.
Se consagra así legalmente la doctrina y jurisprudencia que hablan del “cubo de aire”: lo que está
intra muros es común y lo que está dentro del volumen cúbico de la unidad, es propio. Esto impacta
en los arreglos, lo común lo repara y paga el consorcio, lo propio lo repara y paga el propietario.
- “la vivienda para alojamiento del encargado”.
Aquí podría interpretarse que lo que quiere evitarse es que el constructor designe a esta unidad como
propia. El hecho que sea parte común no impide que se alquile, dado que el alquiler de la portería es
un acto de administración y no de disposición por lo que el consorcio que decida alquilar su portería
no estaría cambiando el destino de la vivienda del encargado sino simplemente locándola
temporalmente.
Dado que la interpretación de este inciso se refiere al momento de la inscripción del Reglamento,
también se podría vender pero para ello sería necesaria la unanimidad del consorcio. Esto es factible,
desde luego si no se encuentra actualmente trabajando en el consorcio un encargado con vivienda.
En cuanto a la modificación del reglamento:
El Reglamento sólo puede modificarse con una mayoría de 2/3 del total de propietarios según el art.
2057 (es decir de los dueños, no de los porcentuales dominiales).
Esto es un mínimo pero los reglamentos pueden fijar otros parámetros diferentes –por %- o
superiores.
En cuanto a su contenido
El Reglamento debe contener: Al decir “debe” entiendo que son contenidos obligatorios:
determinación del terreno y de las unidades funcionales y complementarias, enumeración de bienes
propios y cosas y partes comunes, composición del patrimonio del consorcio (que deberá indicarse
puntualmente Ej las expensas, los muebles, etc…), porcentual de la unidad funcional respecto al total
y porcentual de pago de expensas(estos dos porcentuales pueden ser diferentes), uso y goce de las
cosas y bienes del consorcio, destino de las unidades funcionales y de las partes comunes,
facultades especiales de las asambleas (entiendo que esto se refiere –por ejemplo- a la facultad de
imponer multas), determinación del régimen asambleario, determinación de mayorías necesarias para
las distintas decisiones y para modificar el reglamento (puede ser mayor a los 2/3 de propietarios o
puede indicar que es el 66,66% de los porcentuales dominiales), determinación de eventuales
prohibiciones para la disposición o locación de unidades complementarias hacia terceros no
propietarios; designación, facultades, plazo y obligaciones especiales del administrador, fijación del
ejercicio financiero del consorcio y facultades especiales del consejo de administración.
EN CUANTO A LAS NUEVAS FUNCIONES DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
Con el nuevo código, el consejo de administración pasa a tener más atribuciones, de hecho
pasa a existir porque para el régimen actual el consejo no existe en la legislación: lo crean los
reglamentos o las asambleas.
Con las nuevas atribuciones también tiene mayor responsabilidad. Esta mayor responsabilidad puede
espantar a algunos, pero debemos recordar que es preciso tomar intervención dentro del Consorcio.
Un buen consejo de administración debe funcionar como una especie de Defensor del Pueblo, debe
estar integrado por copropietarios imparciales y no alineados con el administrador para funcionar a
modo de contrapeso.
Bien vamos a ver más en detalle la figura del consejo de administración:
Podrá ser designado en Asamblea con las siguientes atribuciones:
- Convocar a Asamblea y Redactar el Orden del Día si por cualquier causa el administrador
omite hacerlo
Controlar los aspectos económicos y financieros del Consorcio
Autorizar al administrador para disponer del fondo de reserva
Ejercer la administración en caso de vacancia o ausencia del administrador y en caso de vacancia
convocar a asamblea dentro de los 30 días para elegir nuevo administrador.
El código aclara que excepto en estos casos, el consejo no sustituye al administrador ni puede
cumplir sus obligaciones.
Con relación al Consejo, el administrador está obligado a:
- Requerir autorización del consejo de administración para expedir certificado de deuda para el
cobro de las expensas y demás contribuciones a fin de iniciar juicio ejecutivo.
Requerir autorización del consejo de administración para disponer del fondo de reserva. Esto está
mencionado en dos artículos: el 2064, de las atribuciones que mencionamos antes del consejo de
propietarios y el 2067 de obligaciones del administrador.
– En caso de renuncia o remoción, entregar al consejo dentro de los 15 días hábiles la
documentación y dinero del Consorcio y su rendición de cuentas documentada.