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Jonathan Abello L.
Nuestro código civil, respecto del derecho de uso, sigue la tendencia de permitir al
usuario servirse de la cosa (derecho de uso en sentido estricto), y además apropiarse
parcialmente de los frutos (derecho de goce).2
Sin perjuicio de ello, en materia constitucional, existe reserva legal para para
imponer restricciones, obligaciones y privaciones al dominio, por lo que al no contener la
norma, una atribución del carácter de real para este derecho, necesariamente deberíamos
calificarlo como un derecho personal (cuestión muy discutible), cuyo ejercicio debe ser
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Guzmán Brito, Alejandro. Derecho Privado romano. Tomo I. P. 610.
2
Alessandri, Somarriva, Vodanovic (2005), Tratado de los Derechos Reales, Sexta edición, tomo I, Editorial
Jurídica de Chile, Santiago de Chile.
respetado por todos los demás copropietarios. La calificación de derecho personal, es
igualmente sostenida por Álvaro Olivares Santiago.3
A la luz de la ley 19.537, era fácil entender que el titular del derecho que se ejercía
sobre este bien común, era una persona, ya que su art. 13 señalaba que “[…] podrán
asignarse en uso y goce exclusivo a uno o más copropietarios […]”. Sin embargo, la nueva
norma, que contiene una disposición en similares términos en su art. 28, dispone una
nueva complicación, al establecer en su art. 30 que “Toda asignación en uso y goce
exclusivo podrá ser pura y simple o sujeta a modalidades y deberá singularizar la unidad a
la cual corresponda.”
Esta relación que existe entre el derecho de uso y goce exclusivo y la unidad de
dominio sin atención a un titular determinado, se debilita a lo largo de varias normas de la
ley, ya que aparte del art. 28 de la ley 21.442, también se refieren al copropietario titular,
los art. 14 inc. 6 N° 13, 29 y el 60 inc. 3 y 4. A mayor abundamiento, la ley en su art. 15,
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Olivares Santiago, Álvaro. Derecho de uso y goce exclusivo sobre bienes de dominio común en el sistema de
copropiedad inmobiliaria chileno. Revista de derecho inmobiliario, Año 4, N°1, 2020. Editorial Metropolitana.
establece la asignación de estacionamientos de uso y goce exclusivo a personas con
discapacidad, acreditando previamente dicha condición, cuestión que se contrapone a la
idea de relacionar el derecho con la unidad del condominio. Sin perjuicio de ello, el art. 1
A) b) de la ley, se refiere específicamente a la asignación de uso y goce exclusivo a ciertas
unidades, dejando fuera cualquier referencia a su titular, reforzando así el principio
planteado previamente.
Inscripción de la asignación
La venta del derecho de uso y goce exclusivo, al igual que en la norma anterior, no
es un acto constitutivo, sin perjuicio de ello la norma establece una regla especial en
materia de condominios de viviendas sociales nuevos, donde la escritura de compraventa
de las viviendas deberá incluir la transferencia o la asignación en uso y goce exclusivo del
estacionamiento que le corresponde a dicha unidad, sin perjuicio de la posibilidad que el
propietario posteriormente transfiera su estacionamiento a otro copropietario del
condominio o renuncia a él; en este último caso, la asamblea de copropietarios podrá
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Los estacionamientos que correspondan a la cuota mínima obligatoria deberán singularizarse en el plano a
que se refiere el artículo 49 y solo podrán enajenarse o adjudicarse en uso y goce exclusivo en favor de
personas que adquieran o hayan adquirido una o más unidades en el condominio. Los estacionamientos que
excedan la cuota mínima obligatoria serán de libre enajenación.
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Los derechos de cada copropietario en los bienes de dominio común son inseparables del dominio
exclusivo de su respectiva unidad y, por tanto, esos derechos se entenderán comprendidos en la
transferencia del dominio, gravamen o embargo de dicha unidad. Lo anterior se aplicará igualmente respecto
de los derechos de uso y goce exclusivos que se le asignen sobre los bienes de dominio común.
asignar a otro copropietario el derecho de uso y goce exclusivo sobre dicho
estacionamiento.
El art. 100 de la nueva ley, deroga la norma anterior, rigiendo ésta in actum,
obligando a ajustar los reglamentos a las disposiciones de la nueva ley. La aplicación se
extiende igualmente a las comunidades de copropietarios acogidos a la ley de copropiedad
horizontal.
Como la ley de efecto retroactivo en su art 22 señala que “En todo contrato se
entenderán incorporadas las leyes vijentes al tiempo de su celebración.”, no se vislumbra la
necesidad de inscribir las asignaciones del derecho de uso y goce de conformidad al art.
30, ya que al momento de su constitución no era una obligación hacerlo. Sin perjuicio de
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Olivares Santiago, Álvaro. Derecho de uso y goce exclusivo sobre bienes de dominio común en el sistema de
copropiedad inmobiliaria chileno. Revista de derecho inmobiliario, Año 4, N°1, 2020. Editorial Metropolitana.
P. 47.
ello, como ambas normas son compatibles en cuanto a la forma de asignar estos derechos,
no se ve impedimento en inscribir tanto la modificación del reglamento, como la
asignación hecha en la asamblea, sobre todo teniendo en consideración que los
reglamentos de copropiedad deben adaptar sus disposiciones a la nueva norma en el plazo
de un año.
Sin perjuicio de ello, por un tema de orden y para efectos de evitar doble
asignaciones, sería conveniente tomar una nota al margen del reglamento de
copropiedad, ya que es el que contendrá en su cuerpo las asignaciones de los
derechos de uso y goce exclusivo, que podrían verse modificadas por las realizadas
por las asambleas de copropietarios.
Apreciaciones finales.