Está en la página 1de 20

Introducción

Las normas se dividen en convenios (o protocolos), que son tratados internacionales

jurídicamente vinculantes que pueden ser ratificados por los Estados Miembros, o en

recomendaciones, que actúan como directrices no vinculantes. En muchos casos, un convenio

establece los principios básicos que deben aplicar los países que lo ratifican, mientras que la

recomendación correspondiente complementa al convenio, proporcionando directrices más

detalladas sobre su aplicación. Las recomendaciones también pueden ser autónomas, es decir,

que no se encuentran relacionadas con ningún convenio.


Objetivos General

Diferenciar los contratos de consumo internacionales de los contratos internacionales de

comercio entre profesionales, imponiendo reglas especiales de conflicto para los contratos a

distancia de consumo, especialmente en el comercio electrónico.


La Convención de Viena

La Convención de Viena sobre los Contratos de Compraventa Internacional de

Mercaderías de 1980 inicia una nueva etapa en el desarrollo del derecho contractual

internacional. Por vez primera se combinan normas provenientes de los dos principales sistemas

jurídicos, el common law y el civil law, logrando una regulación aceptada por un gran número de

países pertenecientes a ambas familias legales. También por primera vez se utiliza un lenguaje

legal neutro –una verdadera lingua franca- dirigido a los operadores del comercio y no a los

profesionales del derecho. Al mismo tiempo, los redactores de la Convención descartaron la

estructura legal inherente a los sistemas nacionales tradicionales logrando una composición

transparente alejada de cualquier influencia legal histórica.

El resultado fue un tratado internacional aceptado mundialmente por la gran mayoría de

los operadores del comercio internacional y con una repercusión mundial inusitada, tanto en la

conformación de otros instrumentos internacionales de derecho uniforme y en la modificación de

muchos derechos nacionales, como en el mundo académico. La intención del presente trabajo es

señalar las principales aportaciones del derecho anglosajón y del latino a la Convención, así

como resaltar su influencia en la conformación de un nuevo derecho contractual internacional. El

autor aprovecha también para repasar brevemente la historia de la Convención, su ámbito de

aplicación y su estructura.

Antecedentes

La idea de crear una regulación internacional uniforme para la compraventa internacional

de mercaderías –uno de los contratos transnacionales más comunes- corresponde al gran jurista

austriaco Ernest Rabel, quien comenzó a trabajar en ese sentido en la década de 1920. Poco
después el Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado (UNIDROIT) fundado

en 1926, adoptaría el proyecto sugerido por el profesor Rabel. Sin embargo los trabajos habrían

de suspenderse por el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar la contienda los trabajos

fueron retomados por el UNIDROIT. A instancias de éste, el gobierno holandés convocó en

1951 a una convención internacional para la unificación del derecho de las compraventas en la

Haya.

Se formó una comisión que trabajaría hasta lograr el proyecto de dos convenciones

internacionales: The Uniform Law on The International Sale of Goods (ULIS) en 1956 y The

Uniform Law on the Formation of Contracts for the Internacional Sale of Goods (ULFIS) en

1958. Los dos proyectos fueron distribuidos entre los gobiernos con el objeto de que los

comentaran e hicieran las sugerencias pertinentes, pero sobre todo para que expresaran su

intención de ratificarlas o no. Ambos instrumentos fueron aprobados en una nueva conferencia

de la Haya en 1964, pero ninguno llegó a tener relevancia, entre otras razones porque no llenaban

las expectativas de los distintos operadores del comercio internacional. A su entrada en vigor en

1972 solo nueve países las habían ratificado y entre ellos no se encontraban importantes

economías, como Francia o los Estados Unidos de América.

No obstante, el mérito de las dos convenciones internacionales de la Haya consistió en

que fueron la base de lo que más adelante sería la Convención de las Naciones Unidas Sobre los

Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías (CISG). Para entonces ya se había

fundado la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional y fue ésta

la que continuó con el trabajo para lograr la unificación del derecho de las compraventas

internacionales utilizando las Convenciones de la Haya (ULIS y ULFIS) como modelos. Se

formó un grupo de trabajo al frente del cual estuvo el jurista mexicano Jorge Barrera Graf 14 con
el encargo de redactar un proyecto de convención que pudiera obtener una aceptación más

amplia por parte de la comunidad internacional.

El primer proyecto de una ley uniforme en la materia se terminó en enero de 1976 y poco

después fue circulado entre los miembros de las Naciones Unidas. Entre marzo y abril de 1980

delegados de cincuenta y dos países deliberaban la Convención de las Naciones Unidas sobre los

Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías en la ahora famosa Conferencia de

Viena. Cuarenta y dos naciones la aprobaron y para diciembre de 1986 se completaron las diez

ratificaciones que conforme al artículo 99 se requerían para su entrada en vigor. Entre los once

Estados originales para los que la convención entró en vigor el primero de enero de 1988

figuraban países de todas las regiones geográficas, todas las etapas de desarrollo económico y

todos los principales sistemas jurídicos, sociales y económicos. La Convención se publicó en los

seis idiomas oficiales: árabe, chino, español, francés, inglés y ruso entrando en vigor el primero

de enero de 1988.

Características principales de la Convención de Viena

La Convención de Viena es un tratado internacional que proporciona un texto o derecho

uniforme sobre la compraventa internacional de mercaderías.6 Sus características principales son

las siguientes:

De naturaleza vinculante: Se inscribe dentro de los instrumentos tendientes a la unificación del

derecho o hard law, cuya naturaleza es vinculante. Al ser un tratado internacional constituye

derecho interno e idéntico para todos aquellos Estados que la suscriben y ratifican,7 por lo que su

aplicación es obligatoria respecto de los contratos de compraventa internacionales que caen

dentro de su ámbito de aplicación. En esto se diferencia de otros instrumentos de derecho


uniforme no vinculantes o soft law, que también regulan los contratos y que caen en el esquema

de armonización del derecho, como los Principios UNIDROIT o los Principios de Derecho

Europeo de los Contratos (PECL), que constituyen instrumentos opcionales a los que las partes

se someten voluntariamente y cuya efectividad se basa en el convencimiento, dada su calidad

interna y el prestigio de las instituciones y de los juristas que los promueven y redactan.

La Convención de Viena como instrumento vinculante, constituye una regulación

paralela a los ordenamientos sobre contratos de compraventa de mercaderías de los países que

forman parte de la convención. Aquellas compraventas cuya naturaleza sea eminentemente local

o doméstica se regirán por las distintas leyes nacionales aplicables; pero cuando se trate de una

operación de compraventa internacional de mercaderías regida por las leyes de alguno de los

Estados contratantes o que involucre partes relacionadas a dichos Estados, entonces –por regla

general-8 deberá aplicarse obligatoriamente.

De carácter internacional: Tiene una vocación eminentemente internacional, pues sus

redactores quisieron restringirla a ese tipo de contratos con el objeto de lograr que más países la

suscribieran al no incidir sobre sus regulaciones nacionales. Por tanto, la Convención no es

aplicable a las compraventas internas o domésticas. El carácter internacional se determina

exclusivamente porque los Establecimientos de las partes (como se definirá este concepto más

adelante) se encuentren en diferentes Estados. Esta circunstancia debe ser probada por quien

alegue la aplicabilidad de la convención.

Especialidad y alcance limitado de regulación: La convención regula los contratos de

compraventa internacionales de mercaderías, es decir, aquellos contratos en los que aparece el

intercambio de dinero (en su más amplia connotación) por mercaderías, entendiéndose por estas

como todo tipo de bienes muebles materiales o inmateriales afectos al comercio en su más
amplia gama, siempre y cuando se adquieran para fines comerciales y no para consumo personal

o familiar. Por otro lado, la Convención regula exclusivamente algunos aspectos del contrato de

compraventa internacional de mercaderías: su formación y las obligaciones de las partes. No

trata –salvo disposición expresa- sobre los efectos del contrato en la propiedad de las

mercaderías, ni sobre la validez del contrato entre otras materias excluidas. La CISG no es ni

aspira a ser una regulación completa del contrato de compraventa.

De carácter práctico y lenguaje simple: La Convención no fue redactada para cubrir las

necesidades de los tribunales o de los abogados postulantes. Por el contrario, se desarrolló

pensando en los requerimientos prácticos de los hombres de negocios y de los demás operadores

del comercio internacional que no necesariamente tienen conocimientos legales especializados

en la materia. Sus normas tienen como característica un lenguaje simple, accesible y efectivo. De

igual modo, se eliminaron todas las referencias a los distintos derechos nacionales, tan cargados

de doctrina y dogmatismo propio de sus idiosincrasias.

Como ejemplo de lo anterior se eliminaron de la redacción de la Convención toda referencia a la

Consideration del derecho anglosajón y de la Causa del derecho latino, dos figuran de gran

arraigo en el derecho contractual de ambas tradiciones legales.

Énfasis en los usos y prácticas: En los negocios internacionales los usos y prácticas

(costumbres) existentes en cada una de sus ramas –transporte marítimo, seguros, banca,

comercio de commodities, etc.- son universalmente aceptados y reconocidos como obligatorios a

pesar de que no exista acuerdo expreso entre las partes. Por ello constituyen una parte

fundamental del derecho del comercio internacional, cuyo propósito es encontrar soluciones

prácticas para las transacciones que regula. Los usos y costumbres tienen un impacto e

importancia mucho mayores en el comercio trasnacional del que tienen en los distintos derechos
nacionales. La Convención de Viena reconoce esta situación y les otorga una categoría incluso

superior a las de sus propias normas. En los términos de la Convención, los usos y prácticas

constituyen normas especiales que reflejan las prácticas comúnmente aceptadas en cada rama del

comercio. Por ello prevalecen incluso sobre las normas de la Convención a falta de acuerdo en

contrario.

¿Qué es la CNUDMI?

La Convención de Viena fue impulsada hasta su conformación final por la Comisión de

las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI, también llamada

UNCITRAL en el mundo anglosajón), por lo que resulta importante conocer qué es esta

institución. La CNUDMI constituye uno de los pilares de la Organización de las Naciones

Unidas (ONU) en el campo del derecho comercial internacional. Fue creada por resolución de la

Asamblea General de la ONU en diciembre de 1966 y desde entonces ha tenido un papel

fundamental en el desarrollo de un marco legal para facilitar el comercio internacional en un

mundo interconectado y económicamente interdependiente.

El mandato que le fue establecido desde su constitución consiste en lograr la progresiva

armonización y modernización del derecho comercial internacional a través de la preparación y

promoción de instrumentos legislativos y no legislativos como convenciones internacionales,

leyes modelo, leyes uniformes, clausulas modelo, etc. en las siguientes áreas: resolución de

controversias, practicas contractuales internacionales, transporte, insolvencia, comercio

electrónico, pagos internacionales, procuración y venta de mercaderías, entre otros. Los

instrumentos preparados por la CNUDMI han sido aceptados mundialmente en virtud de que

ofrecen soluciones apropiadas para las diferentes tradiciones legales y para los distintos países
que las conforman, independientemente de su desarrollo jurídico. Su trabajo se realiza en los seis

idiomas oficiales de la CNUDMI: árabe, chino, español, francés, inglés y ruso.

Los miembros de la CNUDMI se eligen de entre los países miembros de la ONU de

manera que representen distintas tradiciones legales y diversos estadios en el desarrollo tanto

económico como jurídico.17 Una parte muy importante del mandato de la CNUDMI es la

coordinación de los trabajos jurídicos de otras organizaciones que también participan en el

desarrollo del derecho comercial internacional, entre ellas, la Conferencia de la Haya sobre

Derecho Internacional Privado, el UNIDROIT, el Comité Marítimo Internacional (CMI), la

Organización de Estados Americanos (OEA), la Organización para la Cooperación y el

Desarrollo Económicos (OCDE), el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Propiedad

Intelectual (OMPI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), entre otras.

Entre el common law y el civil law

Unas de las principales características de la Convención es que combina soluciones de los

dos principales sistemas jurídicos que operan en la actualidad en el mundo: el common law y el

civil law. En el presente apartado revisaremos algunas de las más importantes aportaciones de

cada uno de ellos para la conformación del tratado internacional. La Convención de Viena es el

fruto de un intenso trabajo de derecho comparado que se remonta hasta la época de Ernest Rabel,

en la década de 1920. Rabel estaba convencido de que el derecho inglés estaba mucho más

adaptado para regular las compraventas internacionales y debía ser utilizado como marco

estructural para la unificación de esta parte del derecho comercial internacional.

Es por ello que la estructura de la Convención de Viena es principalmente anglosajona,

heredera de la tradición del common law. Sin embargo, como se trata de un producto de derecho
comparado elaborado por juristas de distintas tradiciones legales, puede identificarse un

contenido muy importante proveniente de otras familias, en especial del derecho latino o civil

law, representado por el derecho francés y el alemán. Podemos, en consecuencia, anticipar que la

Convención de Viena es el resultado de una mezcla bien lograda y coordinada entre el common

law y el civil law, que ha obtenido gran aceptación entre los operadores del derecho comercial

internacional y constituye un ejemplo –probablemente el mejor de ellos- de que este tipo de

instrumentos de derecho uniforme que nacen de un intenso trabajo comparativo puede aportar

soluciones aceptables para la mayoría de los países en el mundo globalizado.

Convenciones de Ginebra

Las Convenciones de Ginebra son los acuerdos internacionales que obligan a proteger a

quienes no participan en las hostilidades de una guerra Los Convenios de Ginebra o

Convenciones de Ginebra son los acuerdos que regulan el derecho internacional humanitario,

que a su vez protege a quienes no participan en las hostilidades en un conflicto armado. Constan

de cuatro tratados, cuyas versiones actuales se firmaron en 1949, y tres protocolos adicionales

que incorporaron los cambios en los conflictos de la Guerra Fría. Hasta el momento, 196 países

los han ratificado.

Proteger a civiles y militares heridos

Las Convenciones de Ginebra se firmaron para regular internacionalmente el trato a quienes no

participan en las guerras: los bandos deben proteger y respetar a los civiles y a los militares que

han sido heridos o se han retirado, así como el personal médico-sanitario y religioso. El primer

tratado protege a quienes no participan en conflictos, incluidos los militares retirados, heridos o

enfermos. El segundo amplió la cobertura a náufragos y personal militar naval, y el tercero sumó
a los prisioneros de guerra. Por último, el cuarto convenio buscó proteger a la población civil y a

excombatientes afectados por un conflicto.

La premisa de los Convenios de Ginebra a esas personas se les trate con humanidad. Esto

implica evitar que sufran abusos frecuentes en conflictos armados, como atentados contra la

vida, el cuerpo o la dignidad, toma de rehenes, negación de asistencia médica o condenas sin

juicio. De acuerdo con los artículos 2 y 3, comunes a los cuatro textos, los Convenios se pueden

aplicar en caso de guerra o conflicto armado nacional o internacional, y de ocupación territorial.

Estos artículos comprometen a todos los Estados parte de algún conflicto armado o guerra,

siempre que al menos uno haya ratificado los Convenios.

Los Convenios de Ginebra y la Cruz Roja Internacional

El origen de los Convenios de Ginebra está en 1862, cuando el empresario y filántropo suizo

Henri Dunant publicó su libro Un recuerdo de Solferino, en el que relataba los horrores de la

batalla de Solferino, en Italia, tres años antes. Junto con habitantes del pueblo y alrededores,

Dunant había ayudado a los heridos durante la batalla, lo que le inspiró para proponer en su obra

la creación de un cuerpo independiente y voluntario de ayuda humanitaria en caso de conflicto.

La propuesta fue impulsada por la Sociedad Ginebrina de Utilidad Pública, y en 1863 se creó el

Comité Internacional de la Cruz Roja, para ayudar a paliar las consecuencias sanitarias de la

guerra. Desde entonces, es neutral, imparcial y universal, tiene inmunidad y se dedica a socorrer

a las víctimas de conflictos armados. De él depende el movimiento internacional de la Cruz Roja

y su homónima en países árabes, la Media Luna Roja.


Tan solo un año después, en 1864, doce países europeos firmaron el primer Convenio de

Ginebra, motivado por la iniciativa de Dunant y actualizado en 1906, 1929 y 1949. El tercer

Convenio se adoptó en 1929 y revisó en 1949, mientras que el segundo y el cuarto datan de ese

mismo año, pero se basan en las Convenciones de la Haya de 1899 y 1907. Así, las versiones

definitivas de las cuatro Convenciones se adoptaron en 1949, cuatro años después del fin de la

Segunda Guerra Mundial.

Elaborados para prevenir, utilizados para denunciar

Aunque los Convenios se elaboraron para prevenir, con los años han sido más un instrumento

para denunciar abusos ya cometidos, lo que ha generado dudas sobre su efectividad. Algunos

ejemplos recientes son los ataques contra civiles en la guerra de Siria, el maltrato a prisioneros

de la guerra en el este de Ucrania o los ataques contra hospitales en el conflicto de Yemen, que

violan varios artículos del Cuarto Convenio de Ginebra.

Convenio de La Haya

El Convenio de La Haya es el tratado internacional encargado de preservar y

salvaguardar el patrimonio cultural en caso de conflicto bélico, a nivel mundial. nEl Convenio de

la Haya se celebró en 1954 en La Haya (Holanda), tras la destrucción masiva del patrimonio

cultural por la Segunda Guerra Mundial, siendo este el primer tratado encargado exclusivamente

de salvaguardar y proteger el patrimonio cultural a nivel mundial en caso de conflicto armado.

En donde se plantea una protección específica para cada país que reconoce el patrimonio cultural

de sus pueblos. Actualmente el Convenio de La Haya tiene como objetivo trabajar por un mundo

en el que las personas, tanto físicas como jurídicas, tengan un alto nivel de seguridad jurídica aún

cuando existan diferencias entre los diferentes sistemas judiciales.


Esta Organización se congrega cada cuatro años en la Sesión Plenaria (Sesión

Diplomática Ordinaria) para negociar y aprobar nuevos convenios, del mismo modo que se

decide sobre lo que se tendrá que llevar a cabo en el futuro. Los convenios son preparados por

Comisiones Especiales o grupos de trabajo que se reúnen en numerosas ocasiones a lo largo del

año, habitualmente en el Palacio de la Paz de La Haya, y cada vez es más habitual que se reúnan

en diferentes países de los Estados miembros. Asimismo se organizan Comisiones Especiales

para comprobar el funcionamiento de los Convenios y poder aplicar recomendaciones, con el

propósito de mejorar la eficacia y así fomentar una práctica y una interpretación uniformes.

El Convenio de La Haya: que se acuerda

Entre 1954 y 2008 fueron adoptados 38 Convenios internacionales. Incluso sin ser

ratificados, los Convenios influyen en los sistemas jurídicos de cada uno de los Estados sean o

no miembros. Creando una fuente de inspiración para los esfuerzos de unificación del Derecho

internacional privado a nivel regional.

Los Convenios con un mayor número de ratificaciones son:

 Acceso a la justicia.

 Notificación y traslado de documentos.

 La supresión de la exigencia de la legalización (Apostillas).

 Adopción internacional.

 Sustracción internacional de niños.

 Obtención de pruebas en el extranjero.

 Forma de las disposiciones testamentarias.


Desde hace unos años se han ido implementando convenios que conciernen a otro tipo de

leyes como; Ley Aplicable a Ciertos Derechos sobre Valores Depositados en un Intermediario

(2006), el Convenio sobre Acuerdos de Elección de Foro (2005), el Convenio sobre Cobro

Internacional de Alimentos para los Niños y Otros Miembros de la Familia, etc.

La apostilla de La Haya

Gracias al convenio que se firmó el 5 de octubre de 1961 se suprimió la exigencia de la

legalización de los documentos públicos extranjeros, agilizando el proceso. Desde ese momento

en todos los países firmantes del convenio, para legalizar un documento, es suficiente con una

apostilla en vez de tener que seguir una larga cadena de legalización. La apostilla de La Haya (o

simplemente apostilla) es un método simplificado de legalización de documentos, es una

certificación emitida por las autoridades del Convenio de la Haya que autentifica documentos

para su uso en el extranjero. La principal función de la apostilla es cerciorar que un documento

es genuino y válido y son requeridas por los países del convenio de la haya. Físicamente consiste

en una hoja que se agrega (adherida al reverso o en una página adicional) a los documentos que

la autoridad competente estampa sobre una copia del documento público.

La Apostilla de la Haya es un acto legislativo a nivel internacional por el cual diversos

países formalizaron un convenio. Gracias a este convenio es posible que las personas que

necesiten hacer uso de un determinado documento no tengan que cumplir con las exigencias de

la legalización de dicho documento, y de esta forma agilizar el proceso.

Convención De Palermo
En diciembre de 2000, al suscribir en Palermo (Italia) la Convención de las Naciones

Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, la comunidad internacional demostró

la voluntad política de abordar un problema mundial con una reacción mundial. Si la

delincuencia atraviesa las fronteras, lo mismo ha de hacer la acción de la ley. Si el imperio de la

ley se ve socavado no sólo en un país, sino en muchos países, quienes lo defienden no se pueden

limitar a emplear únicamente medios y arbitrios nacionales. Si los enemigos del progreso y de

los derechos humanos procuran servirse de la apertura y las posibilidades que brinda la

mundialización para lograr sus fines, nosotros debemos servirnos de esos mismos factores para

defender los derechos humanos y vencer a la delincuencia, la corrupción y la trata de personas.

Uno de los contrastes más marcados que existen en el mundo actual es el abismo entre lo civil y

lo incivil.

Cuando digo “lo civil” quiero decir la civilización: los siglos acumulados de

conocimientos que sientan las bases del progreso. Cuando digo “lo civil” también quiero decir la

tolerancia: el pluralismo y el respeto con los que aceptamos a los diversos pueblos y nutrimos de

ellos nuestras fuerzas. Y, por último, quiero decir la sociedad civil: los grupos de ciudadanos,

empresas, sindicatos, profesores y periodistas, los partidos políticos y demás grupos que

desempeñan una función esencial en el funcionamiento de toda sociedad. Por el contrario,

alineadas contra esas fuerzas constructivas, cada vez en mayor número y con armas más

potentes, se encuentran las fuerzas de lo que denomino la “sociedad incivil”. Se trata de

terroristas, criminales, traficantes de drogas, tratantes de personas y otros grupos que desbaratan

las buenas obras de la sociedad civil. Sacan ventaja de las fronteras abiertas, de los mercados

libres y de los avances tecnológicos que tantos beneficios acarrean a la humanidad.


Esos grupos prosperan en los países con instituciones débiles y no tienen escrúpulos en

recurrir a la intimidación o a la violencia. Su crueldad es la verdadera antítesis de lo que

consideramos civil. Son poderosos y representan intereses arraigados y el peso de una empresa

mundial de miles de millones de dólares; pero no son invencibles. La Declaración del Milenio,

aprobada por los Jefes de Estado reunidos en las Naciones Unidas en septiembre de 2000,

reafirmó los principios en que nos inspiramos y ha de servir para alentar a todos los que luchan

en pro del imperio de la ley.

Conclusión

La elaboración de una Convención, dado que muchos países, y casi todos los

latinoamericanos, no poseen normas específicas de conflicto en el tema de consumo

internacional sería muy productivo. Evidencia la vitalidad de la CIDIP con preocupación social y

económica dando una respuesta al desafío del comercio electrónico de consumo. Esta propuesta

de Convención no perjudica que se elabore también una ley modelo harmónica o artículos sobre

otros temas conexos, como el de jurisdicción.

El espíritu de la propuesta de Convención Interamericana de Derecho Internacional

Privado (CIDIP) sobre la ley aplicable a algunos contratos y relaciones de consumo es


aprovecharse el consenso sobre el tema con pocas normas flexibles pero esenciales para el

funcionamiento eficiente del mercado interamericano.

Bibliografía

https://www.edkpublicaciones.com/up/index.php/indice-12/la-convencion-de-viena-sobre-los-
contratos-de-compraventa-internacional-de-mercaderias-cisg-su-genesis-desarrollo-e-influencia-
internacional

https://www.youtube.com/watch?v=7CXHC4V6AjY

https://lexdocuments.com/convenio-de-la-haya/
https://www.unodc.org/documents/treaties/UNTOC/Publications/TOC%20Convention/
TOCebook-s.pdf

Anexo

También podría gustarte