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PASAJES EN ARAMEO EN TEXTO SAGRADO.

Por: José Valentín Jiménez Lajara.

Algunos de los escritos encontrados en las narrativas de los libros de Jeremías, Esdras y Daniel,
están en arameo, permitiendo así constatar la práctica cotidiana de la época en la cual se suscitaron,
siendo constante el uso del idioma oficial impuesto por el imperio del momento, para escribir
documentos no solo de índole gubernamental u oficial, sino también religioso y de uso común.

Como ejemplo está el pasaje de Jeremías 10:11, así como una gran porción de contenido del
libro de Esdras desde su capitulo 4 hasta el capitulo 7. En este último, se puede evidenciar el desarrollo
del cumplimiento de la profecía de Jeremías, concerniente al retorno del pueblo judío a su tierra,
después de la deportación a Babilonia, así como algunos de los incidentes socio-político-religioso que
se manifestaron durante este tiempo.

Es bien aceptado que en la Biblia en español, Esdras y Nehemías ocupan un lugar entre los
libros «históricos» después de 1 y 2 Crónicas. En el canon hebreo, sin embargo, son parte de la tercera
agrupación, los Escritos, y aparecen antes que Crónicas, a pesar de que su contenido sigue
cronológicamente al de esos libros. Además, los dos libros probablemente formaban una sola obra en
el canon hebreo. De hecho, las notas masoréticas finales no aparecen al final de Esdras, el total de
versículos dados al final de Nehemías es el de ambos libros y el versículo del medio es el de las obras
combinadas. El contenido también sustenta esta hipótesis, ya que las «memorias» de Esdras, que
comienzan en Esdras 7-10, se completan en Nehemías 8-10. La división en dos libros no estuvo en la
Biblia hebrea hasta el siglo XV d.C. y aparentemente se originó en círculos cristianos.

De igual manera no puede ser accidental que, según la disposición tradicional de los libros.
Crónicas siga a Esdras-Nehemías. Se trata de una secuencia antinatural que no podría haberse adoptado
sin alguna razón convincente. Esdras-Nehemías relata la historia de Israel a partir del momento en que
Crónicas termina, tanto si Esdras-Nehemías fue originalmente parte de la misma obra de Crónicas (“la
obra del cronista”, como se suele denominar) como si no es así. Prácticamente, toda edición del
Antiguo Testamento, por tanto, a excepción de la Biblia hebrea (y versiones que imitan su orden),
coloca Esdras-Nehemías inmediatamente después de Crónicas (ya que es la secuencia lógica y
cronológica). Entonces, ¿por qué la Biblia hebrea coloca Crónicas después de Esdras-Nehemías, que en
realidad es la continuación de Crónicas? Una respuesta a esta pregunta es que, cuando aún estaba en
formación el canon del Antiguo Testamento, Crónicas se incluyó en el canon después de Esdras-
Nehemías. No existe evidencia firme de que ocurriera esto, pero es difícil pensar en otra respuesta más
probable.

En este orden de ideas, podemos evidenciar en el capítulo 4 de Esdras algunos de los eventos
antes mencionados cuando en el mismo se resaltan la existencia de las dos cartas oficiales
mencionadas, una enviada por las autoridades arameas y grupos samaritanos al rey Artajerjes y la
respuesta de este devuelta a dichas autoridades, se demuestra las motivaciones que llevaron a tal
acción, así como el objetivo que se procuraba, dando como resultado una investigación de los registros
históricos de los documentos oficiales, que llevó al traste con la pausa y ralentización del proceso de
reconstrucción de Jerusalén. Pero a la vez nos permite evidenciar la validez y autenticidad de los
escritos bíblicos, ya que demuestra en los registros oficiales del imperio medo-persa, existían los datos
de la existencia de los reinados del pueblo de Israel, así como su influencia y poderío durante diversas
épocas en la región circundante.

El resto del capítulo 4 de Esdras resume la oposición no sólo a la obra de reconstrucción que
encara Zorobabel, sino además a la reconstrucción de los muros de la ciudad bajo el mando de
Nehemías, a mediados del siglo siguiente. A partir del v. 8 y continuando hasta 6.18, el relato está en
arameo. El capítulo 4 finaliza con el anuncio de que la obra «quedó suspendida hasta el año segundo
del reinado de Darío rey de Persia» (v, 24). Se supone que los tres oficiales nombrados fueran los
gobernadores diputados nombrados por el rey de Persia sobre todas las provincias súbditas a su imperio
al oeste del Eufrates. En siriaco, en idioma arameo, llamado a veces en nuestra versión, caldeo. Este
idioma era usado por los persas en sus decretos y comunicaciones respecto a los judíos (cf. 2 Reyes
18:26; Isaías 36:11).
Sin embargo la relación adyacente y existente entre el contenido de estos libros de Jeremías,
Esdras, Daniel, son abordados desde diversas perspectivas y asimilados de diferentes maneras
concerniente a su relación, por los diversos eruditos que dedican sus esfuerzos a la exégesis bíblica,
mediante el ejercicio del quehacer teológico. Principalmente tratando de correlacionar las setenta
semanas declaradas en el libro de Daniel, en especial el inicio profético de las mismas, donde algunos
dudan que el último decreto de Artajerjes, sea el indicador del inicio de esta importante profecía de
tiempo que revela con gran precisión; la fecha exacta del ungimiento de Jesucristo y el año de su
muerte en la Cruz. Se alega que en el decreto mismo no hay indicador de que se ordenase reconstruir
la ciudad y por lo tanto tiene más validez el decreto de Ciro, o incluso el de Darío porque se expidieron
explícitamente para la reconstrucción del templo de la ciudad y son anteriores al de Artajerjes.

En cambio, otros consideran el aspecto de estos decretos son aludidos en los escritos bíblicos,
pero no aparecen tácitamente en los mismos, mientras el decreto de Artajerjes, si ocupa un lugar en las
páginas sagradas, además es el único que contempla una restauración política y religiosa de la ciudad,
por lo tanto cumple con el primer requerimiento del cual los otros carecen, es decir que Jerusalén sería
restaurada a su estatus anterior.

En consecuencia, se aprecia claramente la gran incidencia que el arameo provocó en su uso en


cada uno de los documentos renombrados o citados en estos escritos bíblicos, donde una primera parte
se levanta para oponerse a la reconstrucción de la ciudad, y trajo al escenario el resaltar el peligro de
secesión de la Transeufratina, al mencionar rebeliones históricas acontecidas en otros momentos, y
como este argumento sirve de base para suscitar el recelo de la autoridad persa contra aquella región de
la que dependía Judea. Aunque no se conoce el contenido, la carta enviada a Jerjes (4,6) se inscribía en
este contexto: desde su subida al trono (485), Jerjes tuvo que enfrentarse con dos rebeliones de
Babilonia (entre el 484 y el 482) y con una rebelión en Egipto (485), que sólo quedaría sofocada el 483.
Era entonces más de temer una participación de los judíos en la rebelión egipcia; de ahí la necesidad de
que Persia estuviera vigilante.

F.F.Bruce, (1998). El Canon de la Escritura. Editorial CLIE, Terrassa (Barcelona)


Jamieson Roberto et al., (2003). Comentario Exegético y explicativo de la Biblia El Antiguo Testamento. Casa Bautista de Publicaciones,
USA.
Sanford William et al., (1995). Panorama del Antiguo Testamento. Nueva Creación. Buenos Aires (Argentina).
Abadie Philippe, (1998). El libro de Esdras y Nehemías. Editorial Verbo Divino, Estela (Navarra)
Lemoine Moisés, (2010). Año 457 a.C. https://www.scribd.com/document/52646259/Ano-457-Decreto-de-Artajerjes-e-Inicio-de-Las-70-
Semanas-y-2300-Dias

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