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ESDRAS-NEHEMÍAS
Philippe Abadie
I. Los capítulos 1-6 del libro de Esdras describen los primeros años de
la restauración judía, desde el momento en que el edicto de Ciro autoriza
el retorno de los desterrados y la reconstrucción del Templo en el año 538
(Esd 1) hasta la culminación de los trabajos bajo Darío I, entre los años
520 y 515 (Esd 5-6). En el intervalo, los capítulos 3-4 ponen en escena la
hostilidad de los autóctonos contra los repatriados (véase Esd 2), y la pro-
longada interrupción de los trabajos debida a la sospecha de las autorida-
des locales.
II. Una segunda sección empieza con la llegada de Esdras a Jerusalén,
con la misión de promulgar oficialmente la Ley de Dios como ley del rey
(Esd 7-8, a los cuales conviene vincular el relato de Ne 8). Antes de esta
promulgación, el sacerdote-escriba disuelve los matrimonios contraídos
con esposas extranjeras durante una asamblea solemne que reúne a todos
los judíos (Esd 9-10). Esta actividad se data en «el séptimo año de
Artajerjes», es decir, el año 458 a.C. según la cronología del libro.
584 LOS ESCRITOS
Nehemías 2 Esdras
3 Esdras (= 1 Esdras LXX)
4 Esdras (apocalipsis)
La división del libro canónico (hebreo) en dos partes es, sin embargo, tar-
día. El uso antiguo, tanto judío (Flavio Josefo, Contra Apión; b. San 93b y
Baba Batra 14b; Ibn Ezra; etcétera) como cristiano (Melitón de Sardes), ates-
tigua la unidad del libro, antes de que se realice una separación con Orígenes
y sobre todo con Jerónimo (Prologus galeatus). Bajo la influencia de los tex-
tos griegos y latinos, la tradición judía adoptará esta división al final de la
Edad Media (en 1448).
No obstante, esta separación sigue siendo secundaria, como muestra la
imbricación de las figuras de Esdras y Nehemías en el conjunto construido,
puesto que Ne 8 (lectura solemne de la Ley) está en continuidad con el relato
de Esd 7-8, más allá de la actividad del gobernador judío. Es indudable que, a
juicio del último redactor, la obra reformadora es una (véase Ne 12,26 y 12,47).
586 LOS ESCRITOS
* en hebreo
– edicto de Ciro (1,2-4);
– inventario de los utensilios del Templo (1,9-11);
– lista de los repatriados (2,1-70)
* en arameo
– cartas (4,6.7);
– carta de Rejún al rey Artajerjes (4,8-16) y respuesta del rey (4,17-22);
– carta de Tatenay al rey Darío (5,6-17);
– memorándum de Ciro (6,3-5) y respuesta del rey (6,6-12)
Relato-«yo»
1,1-2,20 Misión de Nehemías y llegada a Jerusalén; primeras oposiciones
3,33-7,5 Reconstrucción de la muralla, a pesar de las oposiciones
12,31-43 Dedicación de la muralla
13,4-31 «Segunda» misión de Nehemías, algunos años más tarde
Relato-«él»
3,1-32 Lista de los voluntarios para la reconstrucción
11,1-2 Repoblación de Jerusalén
12,27-30 Descripción del cortejo presente en la dedicación de la muralla
12,44-47 Descripción de «la época ideal»
13,1-3 Introducción deuteronómica a la «segunda misión» de Nehemías
Esta disposición literaria impide ver en este relato una simple narración
histórica, y varios autores lo emparentan con inscripciones reales del Oriente
Bíblico y con inscripciones votivas arameas, o ven en él una súplica dirigida
por Nehemías al rey persa, e incluso a Dios (véase el debate de estas diferen-
tes posiciones en Reinmuth). Esta breve enumeración de algunas aproxima-
ciones pone de manifiesto la dificultad que hay para delimitar el género lite-
rario de la «memoria de Nehemías». Williamson propone una solución origi-
nal, que nosotros mantendremos: la «memoria» se habría desarrollado según
dos etapas literarias. Al breve «informe» de una misión confiada a Nehemías
por el rey Artajerjes (la reconstrucción de la muralla de Jerusalén) se añadió
después la escritura de una «súplica dirigida a Dios» (así, Ne 5,14-19, que
desarrolla Ne 5,10). Esta reescritura por el mismo Nehemías tiende a res-
ponder al cuestionamiento tardío que suscita en algunos medios (especial-
mente en el alto clero) su obra reformadora. Este modelo de una doble redac-
ción permite hacer justicia al carácter «híbrido» del relato presentado por la
memoria de Nehemías.
Más aún que los problemas literarios, el libro plantea múltiples cuestio-
nes en su relación con la historia. Todo aquí parece dominado por la escritu-
ra teológica de los redactores, empezando por la historia de los primeros
retornos (Esd 1-6), concebida según el modelo de la epopeya del éxodo: al
regresar a sus tierras, los desterrados se encuentran expuestos a la hostilidad
de las poblaciones autóctonas, del mismo modo que en otro tiempo las tribus
guiadas por Moisés y Josué tuvieron que enfrentarse a los reyes de
Transjordania (Abadie).
No abordaremos el uso muy libre que se hace de la documentación cita-
da, y examinaremos sólo dos temas históricos que están directamente ligados
a la reescritura teológica del libro.
en este caso al nombre oficial ante la cancillería persa, por una parte,
(«Sesbasar»), y al nombre entre los desterrados, por otra («Zorobabel»). De por
sí, la práctica de un doble nombre no es imposible (cf. Dn 1,6-7; Est 2,7), siem-
pre y cuando se trate de un nombre babilónico y de un nombre judío –aquí
no se da este caso, pues los dos nombres son de origen babilónico–. Además,
la lectura del «documento arameo» invita a distinguir los dos personajes, uno
perteneciente al pasado (Sesbasar) y el otro al presente (Zorobabel).
Entonces ¿cómo comprender esta imprecisión del relato? Como ha mos-
trado S. Japhet, el redactor final del libro organiza el conjunto del relato alre-
dedor de un díptico dominado por una doble figura sacerdotal (el sumo
sacerdote) y laica (el gobernador), según una diarquía que se inspira en la
visión de los dos olivos en Za 4:
1. La reconstrucción del Templo por el sacerdote Josué y el gobernador
Zorobabel (Esd 1-6).
2. El nacimiento del judaísmo bajo la égida del sacerdote-escriba Esdras
y del gobernador Nehemías (Esd 7-Ne 13).
En esta simetría, la figura de Sesbasar no tenía cabida. Como no podía eli-
minarlo totalmente de la memoria, el redactor la conservó como «una espe-
cie de supervivencia», asimilándola a Zorobabel. El ejemplo muestra así de
qué manera la reconstrucción de la historia está dominada por una intencio-
nalidad teológica.
Esd 7,8 Llegada de Esdras a Jerusalén «el mes quinto del año sép-
timo del rey» = 458 a.C.
Esd 7,9-8,31 Duración total del viaje de Esdras, «del doce de nisan al uno
de ab» (es decir, 108 días)
Esd 10,9 Asamblea que reforma los matrimonios «el día veinte del
mes noveno»
Esd 10,16-17 Comienzo (el día uno del décimo mes) y fin (el día uno del
primer mes) de los trabajos de la asamblea
Ne 1,1 Embajada hacia Nehemías «en el mes de quisleu, el año
veinte del rey Artajerjes» = diciembre del año 446
Ne 2,1 Entrevista entre Nehemías y el rey «en el mes de nisan» =
marzo/abril del año 445
Ne 5,14 Duración de la misión de Nehemías «desde el año veinte
hasta el treinta y dos del rey Artajerjes» = del año 445 al 433
ESDRAS-NEHEMÍAS 591
Ne 7,72b-8,2 Lectura solemne de la Ley, «el día uno del mes séptimo»
Ne 13,6 Retorno de Nehemías a Susa, y «segunda misión» = ¿antes
del año 424?
45.4.1. Comentarios
J. BLENKINSOPP, OTL, 1989. D.J. CLINES, NCBC, 1992. A.H.J. GUNNEWEG, KAT 19/1, 1985;
19/2, 1987. F. MICHAELI, CAT 16, 1967. J.M. MYERS, AncB 14, 1965. H.G.M. WILLIAMSON,
WBC 16, 1985.
Philippe Abadie
Es frecuente que los lectores de la Biblia hagan caso omiso de los libros
de las Crónicas porque suelen considerarlos como una repetición, deforma-
da y tardía, de los libros de Samuel y de los Reyes. En realidad, las Crónicas
proporcionan más bien una reinterpretación original de la historia de la
monarquía según las convicciones de los levitas del Segundo Templo.
Escritas hacia el siglo IV a.C., las Crónicas son un testigo precioso de las espe-
ranzas y de la teología del judaísmo en una época aún poco conocida.
II. Los reinados de David y de Salomón: Israel en su unidad (1 Cro 10-2 Cro 9)
A. 1 Cro 10 Un contra-modelo: Saúl
B. 1 Cro 11-29 El modelo 1: David
C. 2 Cro 1-9 El modelo 2: Salomón