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Tema 2

Evaluación y Diagnóstico Psicológico

Evaluación
Psicológica Clínica
Índice
Esquema 3

Ideas clave 4
2.1. Introducción y objetivos 4
2.2. Fundamentos básicos del proceso de EPC 5
2.3. Ejes de actividad, momentos y tareas en el
proceso de EPC: un modelo integrador 6
2.4. Tipo de información necesaria 18
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2.5. Las pruebas de evaluación psicológica 19


2.6. La relación terapéutica: habilidades en función
del paciente 22
2.7. Referencias bibliográficas 24

A fondo 26

Test 28
Esquema
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Tema 2. Esquema
Ideas clave

2.1. Introducción y objetivos

En este tema se expone el proceso de Evaluación Psicológica Clínica (EPC).

En un primer bloque se presentan los fundamentos básicos del proceso de EPC y se


profundiza en sus ejes de actividad, momentos y tareas (análisis descriptivo,
diagnóstico, análisis funcional y formulación, diseño del tratamiento, evaluación del
cambio e informes y devolución de información).

En un segundo bloque se describe el tipo de información que debemos recoger en el


proceso de evaluación (descriptiva y relevante), las pruebas de evaluación psicológica
que se pueden utilizar y la importancia de la relación terapéutica, detallando las
distintas habilidades a poner en juego en el proceso.

Los objetivos que se pretenden conseguir con el estudio de este tema son:

 Conocer los fundamentos básicos del proceso de EPC.


 Comprender los ejes de actividad, momentos y tareas en el proceso de EPC.
 Estudiar el tipo de información necesaria en el proceso de EPC (descriptiva y
relevante).
 Repasar el papel que desempeñan las técnicas de evaluación psicológica.
 Entender la importancia de la relación terapéutica durante el proceso de EPC y
conocer el conjunto de habilidades básicas que puede utilizar el psicólogo.
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2.2. Fundamentos básicos del proceso de EPC

La Evaluación Psicológica Clínica (EPC) se define como:

el proceso de evaluación y medida de los factores psicológicos, biológicos y


sociales y sus relaciones en una persona o grupo de personas con posibles
trastornos psicológicos. Es un proceso que se organiza mediante la metodología
científica y que tiene como principal objetivo la planificación del tratamiento.

En su intento por clasificar, predecir y explicar los problemas psicológicos, la EPC integra
un alto número de estrategias y conceptos desarrollados por distintas disciplinas
psicológicas durante los últimos años, conformando un proceso en el que priman la
metodología científica y los modelos biopsicosociales de la salud. Este hecho determina
el esquema básico de funcionamiento que ha de guiar la aplicación del proceso de EPC:
la generación y el contraste de hipótesis.

El proceso tiene cuatro fases que hacen referencia directa al método científico (ver Figura
1):

 En primer lugar, se requiere una recogida de información preliminar que permita


conocer (describir) el problema del paciente.
 En segundo lugar, se incluye una fase de desarrollo de hipótesis explicativas del
problema.
 En tercer lugar, se someten a contraste las hipótesis planteadas en la fase anterior.
 Y, por último, se programa el tratamiento.
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Figura 1. Proceso de evaluación psicológica pretratamiento. Fuente: Carey, Flasher, Maisto y Turkat (1984).

Este proceso de recogida de información, generación y contraste de hipótesis no se


termina en un solo ciclo, sino que se concibe como un bucle continuo que se inicia en los
momentos iniciales de la primera entrevista y que se prolonga hasta disponer de una
hipótesis general explicativa.

Desde este punto de vista, la entrevista se considera la técnica principal para identificar
los problemas, obtener la información necesaria y contrastar las primeras hipótesis. Más
adelante, para el contraste de las hipótesis globales (de formulación), pueden utilizarse
otras herramientas o técnicas de evaluación psicológica (como cuestionarios o test
psicométricos) que faciliten la recogida de información. A través del proceso de
generación y contrastación de hipótesis llegaremos a la formulación del caso y, a partir
de ahí, se programa el tratamiento.

2.3. Ejes de actividad, momentos y tareas en el


proceso de EPC: un modelo integrador
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Son muchos los autores que se han aproximado a la evaluación psicológica al situar
el proceso de evaluación como su eje central. En el contexto clínico, la propuesta de
Víctor Meyer desde el Maudsley Hospital de Londres, desarrollada por Carey et al.

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(1984) y por Bruch (1998), ha sido una buena exposición de esta forma de entender
el proceso de evaluación. Este planteamiento se ha tomado como guía básica en el
trabajo clínico y en la investigación teórica de muchos profesionales durante los
últimos años.

El modelo de EPC, que se propone, es el resultado de una elaboración teórica y


metodológica sobre el esquema básico de Víctor Meyer y su grupo, que incorpora,
además, diferentes propuestas sobre la formulación clínica (Fernández et al., 2003;
Godoy y Haynes, 2011; Haynes y O’Brien, 1990, 2000). Se presenta el proceso de
evaluación psicológica clínica elaborado por Muñoz (2002) como un modelo
integrador que recoge diferentes aportaciones.

Se enfoca el proceso de EPC teniendo en cuenta tres ejes simultáneos de actividad:


análisis descriptivo, funcional y formulación y diagnóstico. A su vez, se consideran
distintos momentos: la exploración inicial, la evaluación para el tratamiento y la
evaluación del cambio durante y una vez finalizado el tratamiento (ver Figura 2).

La diferenciación entre los tres ejes propuestos (descriptivo, funcional y diagnóstico)


no puede entenderse de forma secuencial; de hecho, las actividades comprendidas
en cada uno de ellos se desarrollan en un proceso dinámico y continuo que
solamente se disgrega para facilitar su exposición y compresión.

En los primeros momentos, el mayor peso lo tiene la descripción mientras que el eje
funcional y el de diagnóstico aportan las primeras hipótesis e impresiones
diagnósticas. Más adelante, el peso irá recayendo en el diagnóstico para terminar con
la aportación funcional en las hipótesis de formulación.
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Figura 2. Ejes, momentos y tareas del proceso de EPC. Adaptado de Muñoz, 2002.

A continuación, se exponen cada una de las fases de forma detallada.

Análisis descriptivo

El desarrollo de la primera sesión es clave en el progreso de la EPC. Es el momento


de las primeras observaciones y descripciones y de la generación de las primeras
hipótesis y decisiones que pueden marcar toda la evaluación posterior. Como se ha
comentado, el juego de generación y contraste de hipótesis que comienza en esta
fase inicial no termina hasta que finalice el proceso evaluador.
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Es el momento de realizar la primera exploración o exploración inicial para llegar al


objetivo de saber qué le pasa al paciente. El primer paso consiste en hacer una
descripción del problema o de los problemas del paciente y de las posibles variables
o factores que pueden estar presentes en la situación. De este modo, otro de los

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Tema 2. Ideas clave
primeros objetivos del proceso debe centrarse en la elaboración de un análisis
descriptivo de la situación del paciente desde un punto de vista global.

Este análisis ha de empezar por una lista de problemas y continuar con una
descripción detallada de cada uno, posiblemente en forma de secuencias. Una vez
descritos, con cierto detalle, los principales problemas, se recoge información acerca
del desarrollo y curso seguido por cada uno de los mismos, y se realiza el esquema
narrativo con el que la persona ha interpretado e integrado cada experiencia en su
memoria y en su identidad. Todo ello es de especial importancia para entender el
papel que cada problema tiene en el momento actual para el paciente. Los diarios y
las técnicas de narración pueden emplearse como apoyo a la entrevista para este tipo
de información (por ejemplo, en los casos asociados a sucesos traumáticos).

Este análisis descriptivo se completa con información sobre las variables referentes
a la persona y a su contexto que pueden afectar a cada problema de forma
significativa, positiva o negativamente. Los cuestionarios, inventarios y escalas tienen
una aplicación clara para medir este tipo de variables.

Dado el carácter descriptivo de este momento, debemos hacer uso de distintos


métodos, medidas e informadores para garantizar el control de los posibles sesgos
personales del paciente y del evaluador.

Diagnóstico

El diagnóstico es el proceso por el cual se determina si los problemas que afectan a


una persona cumplen todos los criterios de un trastorno psicológico que vienen
especificados en las clasificaciones diagnósticas al uso (DSM-5 y CIE-10).
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Las tareas diagnósticas constituyen un eje más de la actividad del clínico durante el
proceso de evaluación. Aunque el diagnóstico y la EPC pueden mantenerse
independientes, puede existir diagnóstico sin EPC, la interacción entre ambos es muy
enriquecedora y ayuda a converger las posiciones estructuralistas (diagnóstico o

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Tema 2. Ideas clave
clasificaciones nosológicas) y funcionalistas (evaluación, análisis funcional o
psicodiagnóstico) en una visión integradora.

La conjunción de ambos procesos nos ayuda también a resituar los enfoques


nomotéticos e ideográficos que tradicionalmente han venido apareciendo como
visiones opuestas de la realidad. Usar la estrategia ideográfica es útil para conocer
aquello que es único en la persona, su personalidad, sus circunstancias individuales
o su referencia cultural. Esta información resulta imprescindible para diseñar
tratamientos personalizados.

Sin embargo, emplear una estrategia nomotética nos posibilita conocer la evidencia
acumulada sobre un trastorno concreto, las características del problema y de las
personas que lo sufren y sus tratamientos más efectivos.

Sin duda, la combinación de ambas estrategias (ideográficas y nomotéticas) permite


obtener el máximo partido de la información acumulada sobre un trastorno para su
aplicación a una persona y a unas circunstancias necesariamente únicas.
Los instrumentos diagnósticos han avanzado enormemente durante los últimos
años. En la actualidad, contamos con cuestionarios, entrevistas estructuradas y
entrevistas semiestructuradas que ayudan en el diagnóstico y que, en algunos casos,
lo ofrecen de forma directa.

Cuestionarios

Los cuestionarios están entre los instrumentos desarrollados para facilitar el


diagnóstico de los trastornos psicológicos. Suponen una primera alternativa que
reúne diversas ventajas como son:
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 La escasa formación necesaria para su utilización.


 La rapidez.
 Y la facilidad de análisis.

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Tema 2. Ideas clave
Los cuestionarios con posibilidades diagnósticas han sido instrumentos
frecuentemente empleados en trabajos de investigación, en estudios
epidemiológicos y en estudios de evaluación de la efectividad de las intervenciones.

Su papel en la intervención clínica cotidiana resulta igualmente frecuente, en


especial:

 En labores de detección inicial del paciente para su admisión y derivación, si


procede.
 Como ayuda en la identificación de problemas.
 Como instrumentos de contraste de hipótesis y confirmación del diagnóstico.
 Y como medidores del cambio a lo largo del tratamiento.

El criterio de calidad clave en el diagnóstico es la validez de criterio que se ha


adaptado a la situación específica del diagnóstico de los trastornos psicológicos a
través de los índices de sensibilidad y especificidad.

 La sensibilidad es el porcentaje de casos verdaderos que se clasifican


correctamente (verdaderos positivos). Una baja sensibilidad provoca
infradetección de casos.

 La especificidad es el porcentaje de no casos que se identifican correctamente


(verdaderos negativos). Una baja especificidad da lugar a sobredetección.

A pesar de las evidentes ventajas comentadas, los cuestionarios reúnen también un


número de limitaciones importantes:
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 Son muy pocos los que realmente llegan a ofrecer un diagnóstico DSM o CIE, la
mayoría se quedan en ofrecer clasificaciones en los principales grupos de
trastornos (ansiedad y estado de ánimo).

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Tema 2. Ideas clave
 Algunos cuestionarios consiguen indicar la probabilidad de que la persona sufra
algún trastorno, pero no revisan los criterios diagnósticos (cuestionarios de
screening o detección).
 La mayoría ofrecen información partiendo del enfoque teórico que los sustenta.

Todo ello, a pesar de la utilidad y aparente facilidad de manejo de los cuestionarios,


hace que estos deban emplearse con cautela, especialmente si lo que se quiere es
llegar a un diagnóstico DSM o CIE. Parece más útil incluir los cuestionarios en un
proceso global de EPC que les dote de sentido y enmarque sus resultados.

Entrevistas estructuradas

Como consecuencia de la publicación de clasificaciones diagnósticas que incluyen


criterios descriptivos y normas explícitas para cada diagnóstico, se hace posible la
realización de entrevistas estructuradas que revisen cada uno de los criterios y
dispongan de algoritmos de corrección que permitan obtener los diagnósticos sin
juicios clínicos ni teóricos.

Durante algún tiempo sus aplicaciones principales fueron los trabajos de laboratorio
y los estudios epidemiológicos de salud mental. Una vez perfeccionadas en dichos
ámbitos, su aplicación ha ido pasando progresivamente a la clínica, aunque su poca
flexibilidad y su larga duración han dificultado mucho su aceptación por los clínicos.
Sin embargo, su influencia ha ido mucho más allá y ha dado lugar a una segunda
generación de instrumentos estructurados y semiestructurados, derivados de los
datos acumulados de su aplicación a grandes muestras y de la optimización del
número y de la complejidad de las preguntas formuladas.
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Tema 2. Ideas clave
Figura 3. Evolución de los instrumentos diagnósticos de investigación a la clínica. Fuente: Muñoz (2002).

Entrevistas semiestructuradas

Uno de los inconvenientes mayores de los cuestionarios y de las entrevistas


estructuradas revisadas hasta el momento, sobre todo las de la primera generación,
es la rigidez y falta de flexibilidad, tan necesaria en la clínica habitual. La forma de
solventar este tipo de problemas ha sido la de intentar proponer esquemas
semiestructurados de entrevista que ofrezcan al clínico una guía, pero que le
permitan cierta flexibilidad y capacidad de adaptación al cliente y a las circunstancias
de la entrevista.

Análisis funcional y formulación

El tercer eje de actividad en el proceso de evaluación clínica tiene que ver


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directamente con la interpretación de la información que se obtiene con los otros


dos tipos de actividades: descriptiva y diagnóstica. Con las primeras descripciones e
impresiones diagnósticas nacen también las primeras hipótesis funcionales.

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Tema 2. Ideas clave
En este proceso de triple banda, las relaciones entre los ejes son continuas y en todas
las direcciones. Siguiendo el proceder científico, las hipótesis de trabajo se
contrastarán a lo largo del proceso mediante distintas estrategias, tanto de corte
correlacional como de índole experimental. De hecho, las hipótesis de trabajo se irán
convirtiendo, mediante su contraste, en análisis funcionales del problema.

Finalmente, las distintas hipótesis funcionales deben agruparse en una hipótesis que
englobe toda la información disponible del caso. Esta hipótesis global se denomina
formulación clínica del caso.

En la formulación clínica cabe destacar el papel de los modelos teóricos de los


trastornos elaborados por la investigación como heurísticos, fuentes de hipótesis y
organización de la información, originando un nexo de doble vía entre la investigación
(nomotética) y la aplicación clínica (idiográfica). De esta forma, se completa el ciclo
molar-molecular-molar que tiene que cumplir el proceso de EPC: se parte de la
persona, se analizan problemas, situaciones y acontecimientos, y finalmente, se
vuelve de nuevo a la persona.

 Análisis funcional: estrategia procesual básica para desarrollar y contrastar


hipótesis etiológicas y de mantenimiento de cada problema. Estudio de las
relaciones entre los sucesos implicados en cada problema. Análisis de cada
problema por separado. Señala su especificidad.

 Formulación clínica: procedimiento por el cual se integran todos los problemas


del paciente en un solo modelo explicativo, causal o funcional (hipótesis
funcionales) y que puede emplear una o más categorías diagnósticas para ello
(hipótesis correlacionales). Estudio de las relaciones globales de todos los
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problemas de la persona.

Considerando todo lo anterior, la formulación clínica debe configurarse como un


conjunto de hipótesis contrastadas, expresado de forma narrativa o mediante
diagramas de flujo, que ponga en relación toda la información disponible sobre el

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Tema 2. Ideas clave
caso (biológica, psicológica y social) para explicar la etiología, el curso, el
mantenimiento actual y el pronóstico de este. Es fundamentalmente una hipótesis
acerca de las causas, los precipitantes y las influencias que mantienen los problemas
psicológicos y conductuales y las interpretaciones de cada persona (Eells, 1997).

Las diferentes problemáticas psicológicas tienen diferentes causas y factores


asociados que median en el desarrollo y mantenimiento de las conductas problema.
La conceptualización del problema debe tener en cuenta el máximo posible de
factores que puedan explicarla. El profesional ha de formular diferentes hipótesis
explicativas y contrastarlas. El análisis de estas hipótesis supone que el profesional
realice las siguientes acciones:

 Identificar variables explicativas del problema.


 Establecer las variables de mayor relevancia explicativa.
 Establecer las relaciones funcionales y asociaciones entre variables y sus efectos
en los diferentes ambientes a modo de diagrama o esquema de relaciones y
conexiones entre variables.
 Identificar variables y factores modificables-no modificables de cara al diseño de
la intervención.

Diseño del tratamiento

El siguiente momento, dentro del proceso de EPC, tiene que ver con el diseño del
tratamiento. Este punto delimita la frontera, tan difícil de marcar, entre evaluación
y tratamiento psicológico.

En el modelo presentado, la evaluación incluye el contraste de las hipótesis de


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formulación clínica del caso será de estas hipótesis de las que se derive el
tratamiento. Para diseñar un tratamiento a partir de una formulación es necesario
identificar las variables sobre las que se quiere y se puede intervenir. En segundo
lugar, deben seleccionarse las técnicas útiles para controlar o modificar esas

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Tema 2. Ideas clave
variables y, finalmente, ha de especificarse un plan temporal y de recursos de
actuación en un plan de intervención individualizado.

Se han comparado estrategias individualizadas de planificación del tratamiento con


programas estandarizados y se ha puesto de manifiesto la ventaja de los programas
estandarizados sobre los individualizados, al menos en personas con un solo
diagnóstico. Esto ha hecho reconsiderar la conveniencia o no de realizar formulación
y diseños individualizados.

En nuestro caso, apostamos por un punto de vista integrador que asegure la


personalización del tratamiento a partir de la formulación y, a la vez, aproveche todo
el conocimiento acumulado mediante la evidencia empírica acerca de qué
tratamientos son más eficaces y efectivos, para qué trastornos y sobre qué modelos
teóricos se sustentan.

Evaluación del cambio

El proceso de evaluación psicológica no finaliza con la puesta en marcha del


tratamiento, sino que se prolonga durante y después de este.

En primer lugar, durante el tratamiento debemos identificar los cambios ocurridos o


no ocurridos en el comportamiento y en el contexto personal del paciente.
Necesitamos aquí medidas sensibles al cambio, fáciles de aplicar y rápidas (breves)
capaces de decirnos hasta qué punto se están consiguiendo o no las metas del
tratamiento. Igualmente debemos ser capaces de detectar lo más rápidamente
posible los problemas que pueden aparecer durante la aplicación del tratamiento
debidos a este o a factores externos que pueden influir en su curso. De este modo, la
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evaluación durante el tratamiento está en relación directa con el plan de intervención


diseñado y, por ende, con la formulación individual del caso.

En segundo lugar, el proceso de EPC no puede terminar hasta que se haya evaluado
la efectividad de la intervención. Estamos hablando de la evaluación de seguimiento

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Tema 2. Ideas clave
del paciente, que tiene como objetivo principal establecer hasta qué punto se ha
producido un cambio en la vida de la persona que afecte a los síntomas del trastorno,
a su funcionamiento psicosocial, a su calidad de vida y, en definitiva, a su salud y
bienestar general.

Informes y devolución de información

La elaboración de informes es una actividad unida de forma inseparable a la EPC. Los


informes pueden incluir distintos momentos y aspectos del proceso global de
evaluación. Igualmente, los informes pueden ir destinados a diferentes agentes, al
propio paciente, a la familia, a otro profesional de la salud, a agentes sociales (por
ejemplo, jueces), etc.

Como profesionales de la salud, los psicólogos tenemos la obligación de devolver


toda la información obtenida al paciente y ofrecerle unas pautas de compresión que
le permitan conocer cuál es nuestra opinión acerca de sus problemas, su pronóstico
y la intervención adecuada.

La devolución de información puede considerarse como el verdadero puente entre


la evaluación y el tratamiento. La forma más frecuente de dar esta información es
mediante una entrevista de devolución de información, aunque pueden emplearse
otros medios, como, por ejemplo, informes escritos.

La devolución de información es:

 Una buena oportunidad para acumular pruebas para el contraste de hipótesis. En


muchos casos será la última oportunidad para contrastar la información con el
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paciente antes del tratamiento.


 La forma de ofrecer al cliente una explicación acerca de sus problemas y los
tratamientos posibles, así como un esquema explicativo que permita reprocesar
el problema y modificar las narrativas desadaptativas que pudieran entorpecer el
cambio.

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Tema 2. Ideas clave
 El momento de la toma de decisiones sobre el tratamiento a seguir.
Independientemente de que nosotros podamos tener nuestras propias ideas al
respecto, ajustar el tratamiento hasta donde se pueda a las preferencias del
paciente puede ayudar a aumentar su efectividad y adherencia.

Durante la entrevista el psicólogo debe ofrecer una explicación del modelo de


formulación que incluya toda la información disponible. Debe ponerse un cuidado
muy especial en que la información sea comprendida por el paciente para que le
ayude a corregir sus posibles ideas distorsionadas al respecto y comenzar a
reconstruir su experiencia vivida sobre las nuevas narrativas que le vamos a ir
ofreciendo a lo largo de la intervención.

2.4. Tipo de información necesaria

La EPC va a utilizar un tipo de información determinada. El tipo de información que


interesa en cada caso depende de la situación y objetivos de evaluación, el sujeto de
evaluación (individuos, grupos, etc.), el problema que se evalúa y un largo etcétera.
Sin embargo, independientemente de esas circunstancias, la información debe ser
(Muñoz, 2002):

 Descriptiva. El tipo de información que interesa ha de describir contextos,


situaciones, estímulos, comportamientos (motores, fisiológicos y cognitivos),
variables de la persona, variables del desarrollo y los cambios que pueden ocurrir
en todas ellas. Cuando se dice «describir», se quiere expresar que la información
debe tener el menor nivel de interpretación posible. Evidentemente, en algunos
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casos el nivel mínimo de interpretación implica alguna inferencia respecto a los


acontecimientos que están ocurriendo. Un ejemplo puede referirse a los
acontecimientos cognitivos. En muchas ocasiones hay que trabajar con medidas
indirectas y de mayor nivel de inferencia.

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Tema 2. Ideas clave
 Relevante. Solo debe recogerse la información que aporta o puede aportar datos
útiles al planteamiento del problema. Es difícil indicar qué datos interesan en la
descripción de un problema antes de conocerlo, aun así, los conocimientos
teóricos (psicopatología, modelos explicativos, etiológica, etc.) y la experiencia en
problemas similares pueden guiarnos en la búsqueda. Las evaluaciones que
recogían todo tipo de información de los pacientes sin justificación alguna han de
terminar en aras de un mayor respeto a la intimidad de las personas. Por ejemplo,
si una persona llega a nuestra consulta y plantea un problema de miedo a volar,
¿hasta qué punto está justificado preguntar sobre su vida sexual o sus creencias
religiosas?

2.5. Las pruebas de evaluación psicológica

A lo largo del proceso de EPC se pueden emplear diversas técnicas y estrategias para
conseguir los distintos objetivos de cada momento: búsqueda de información
descriptiva y funcional, contraste de hipótesis, evaluación del cambio, etc. Sin
embargo, la estrategia básica que sirve para organizar todo el proceso sigue siendo,
en la mayoría de las ocasiones, la entrevista.

En la Tabla 1 se resumen algunas de las principales técnicas de evaluación psicológica


que podemos utilizar en los procesos de EPC.
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Tema 2. Ideas clave
Técnicas Tipos Ejemplos

Estructuradas, semiestructuradas o sin


Entrevista inicial, entrevista de
estructura. Pueden aplicarse al paciente,
Entrevista devolución de información, CIDI
a la familia, a los amigos, a los
y entrevistas de seguimiento.
profesionales, etc.

Cuestionarios psicométricos,
Cuestionarios relacionados con distintos
Autoinformes cuestionarios de screening
trastornos o variables sociales, biológicas
estandarizados psicopatológico, inventarios,
o psicológicas.
etc.

Autorregistros, diarios,
Autoinformes Medidas diseñadas para cada usuario y
termómetros de miedos,
personalizados cada aplicación.
técnicas subjetivas, etc.

Observación en situaciones cotidianas,


Registros de observación
Observación en la consulta o en situaciones
de parejas, observación
directa estandarizadas. Observación del paciente
mediante role-playing, etc.
o del ambiente.

Medidas de la actividad fisiológica de la


Medidas Tasa cardíaca en situaciones
persona puestas en relación con
psicofisiológicas estresantes y de relajación.
aspectos situacionales o psicológicos.

Técnicas Rorschach, pruebas de dibujo,


Técnicas proyectivas clásicas.
proyectivas etc.

Tabla 1. Principales técnicas de evaluación psicológica utilizadas en la EPC. Fuente: Muñoz, 2002.

A pesar del gran repertorio de técnicas de evaluación con el que contamos, no todas
nos ofrecen las mismas garantías y posibilidades, aunque todas pueden ser útiles en
diferentes momentos del proceso. El uso de una u otra técnica depende de distintos
criterios que podemos agrupar en tres grupos: criterios de utilidad, criterios de
calidad y criterios económicos (Muñoz, 2002).

 Criterios de utilidad. Se refieren a la utilidad de la técnica en el caso concreto que


se esté evaluando. Las técnicas dependen de diferentes criterios complementarios
que se presentan a continuación:
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• Del problema a evaluar. Existen instrumentos y técnicas específicamente


diseñados para distintos problemas.
• Del sujeto de la evaluación. No pueden utilizarse las mismas técnicas para un
individuo, para un grupo pequeño (por ejemplo, una familia) o para una
comunidad.

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Tema 2. Ideas clave
• Del informante al que se le aplica la prueba. Puede ser el propio
usuario/paciente, algún familiar, otros profesionales, etc.
• Del tipo de información que facilita y el que interesa en cada caso. Por ejemplo:
será difícil conseguir información sobre la autoestima empleando registros
psicofisiológicos.
• Del aspecto que se esté abordando dentro del proceso de evaluación. No es lo
mismo realizar una lista de problemas que un análisis de contingencias, por eso
las técnicas serán distintas en cada caso.
• Del entrenamiento. La ejecución está mediada por el aprendizaje previo.
Siempre serán más útiles, a igualdad de los demás criterios, las técnicas en las
que el evaluador tenga mayor entrenamiento.

 Criterios de calidad. Desde esta perspectiva se ha ido poniendo de manifiesto la


necesidad de considerar los datos de fiabilidad y validez en los diferentes
momentos de la EPC. En los momentos más descriptivos resulta muy adecuado
mantener los índices de fiabilidad, sobre todo conceptualizándola como
concordancia entre evaluadores (entrevista, observación, etc.).

En cuanto a la validez, el uso de esquemas comunes o muy similares de


organización de información hace aumentar la validez de contenido. A caballo
entre la fase descriptiva y funcional, es importante emplear los indicadores de
validez de criterio convergente para la obtención de matrices
multiacontecimiento-multimétodo. Este hecho se ha llegado a convertir en un
principio de la EPC: nunca evaluar un acontecimiento con un solo método de
evaluación, sino utilizar siempre varios procedimientos diversos para obtener
distintos puntos de vista de un mismo acontecimiento.
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 Criterios económicos. En la mayoría de las aplicaciones prácticas de la EPC los


criterios económicos determinan la aplicación de una u otra técnica. Este hecho
resulta especialmente necesario en las aplicaciones comunitarias. Los métodos de
evaluación más sencillos (por ejemplo, los cuestionarios) resultan ser
sensiblemente más baratos que la metodología más sofisticada (por ejemplo, la

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Tema 2. Ideas clave
observación). En cualquier caso, el evaluador debe mantener un equilibrio entre
los costes y los beneficios.

Una vez considerados estos tres grupos de criterios, debe quedar claro que la
decisión del uso de una técnica de recogida de información u otra, constituye una
tarea compleja que requiere formación psicológica y experiencia clínica.

2.6. La relación terapéutica: habilidades en


función del paciente

El proceso de EPC no puede entenderse aislado del resto del trabajo clínico que el
evaluador lleva a cabo. En este sentido, el establecimiento de la relación terapéutica
tiene un papel central en el acercamiento a la EPC. Una relación terapeuta-paciente
adecuada puede mejorar significativamente la eficacia de nuestras intervenciones.

El psicólogo tiene que mostrarse abierto y natural y evitar el lenguaje excesivamente


técnico. El ambiente debe ser relajado y posibilitar la participación del paciente en
cada paso del proceso de EPC, especialmente en la formulación, que tiene que
presentarse al paciente de forma clara, precisa y comprensible para lograr su
entendimiento y aceptación.

Es fundamental que el paciente se sienta comprendido y apoyado en la superación


de sus problemas. Sin embargo, la vía para establecer esa compresión y motivación
hacia el cambio puede que sea distinta para cada persona en función de sus
problemas, comportamiento y necesidades.
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Hay estudios que señalan la efectividad de unas habilidades frente a otras en función
de los principales problemas clínicos. De cualquier modo, el acercamiento más
correcto es aquel en el que las habilidades puestas en marcha por el evaluador están

Evaluación y Diagnóstico Psicológico


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Tema 2. Ideas clave
en función directa con las hipótesis que se manejan en cada momento para explicar
los problemas y, finalmente, para formular el caso (Muñoz, 2002).

El estilo del terapeuta

Por estilo del terapeuta se entiende:

el conjunto de comportamientos interpersonales mostrados por este cuando


está en contacto con el paciente.

No existe un estilo idóneo para fomentar el cambio en el paciente. Puede encontrarse


consenso respecto a una serie de habilidades que el terapeuta puede usar en todas
sus intervenciones y otro grupo de estrategias que puede ir variando, dependiendo
del problema y de la formulación clínica que afectan a cada paciente.

La Tabla 2 recoge algunas de las principales habilidades interpersonales que se


encuadran en cada una de las dos categorías propuestas. Se ha añadido otro grupo
de aspectos relevantes por el peligro que suponen para el proceso clínico.
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Tema 2. Ideas clave
VARIABLES EN CADA CASO
CONSTANTES PELIGROSAS
Pueden variar en cada caso
Puestas en marcha con la Deben evitarse en todos los
de acuerdo con su
mayoría de los pacientes. casos.
formulación clínica.
 Respeto.  Provisión de cuidados.  Curiosidad no justificada.
 Confianza.  Estructura de la sesión.  Inclusión de aspectos
 Interés.  Revelación de información personales propios.
 Cuidados. sobre el terapeuta.  Búsqueda de admiración del
 Compresión.  Directividad. paciente.
 Aceptación.  Alabanzas/reforzamiento  Imposición de valores
 Empatía. social. personales.
 Calidez en la relación.  Animación.  Relación de dominio.
 Fomento de las expectativas  Juegos.
de cambio.  Sentido del humor.
 Autenticidad.  Control.
 Búsqueda de información  Disponibilidad del
descriptiva y relevante. terapeuta.
 Competencia.  Duración de las sesiones.
 Estructuraciones de roles.  Frecuencia de las sesiones.
 Implicación del paciente en  Modelado.
el proceso de cambio.  Establecimiento de límites.
 Enfrentamiento a
comportamientos
desadaptados.

Tabla 2. Habilidades del terapeuta constantes para la relación terapéutica.


Elaboración propia a partir de Muñoz, 2002.

2.7. Referencias bibliográficas

Brunch, M. (1998). The UCL case formulation model: clinical applications and
procedures. En Bruch, M. y Bond, F. W. (Eds.). Beyond Diagnosis. Wiley.

Carey, M. P., Flasher, L. V., Maisto, S. A. y Turkat, I. D. (1984). The a priori approach
to psychological assessment. Professional Psychology, 15(4), 515-527.

Eells, T. (1997). Handbook of psychotherapy case formulation. Guildford.


© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

Fernández, R., De Bruyn, E., Godoy, A., Hornke, L., Ter Laak, J., Vizcarro, C., Westhoff,
K., Westmeyer, H. y Zaccagnini, J. (2003). Guías para el proceso de evaluación (GAP):
una propuesta a discusión. Papeles del Psicólogo, 23(84), 58-70.

Evaluación y Diagnóstico Psicológico


24
Tema 2. Ideas clave
Godoy, A. y Haynes, S. N. (2011). Clinical case formulation. European Journal of
Psychological Assessment, 27, 1-3.

Haynes, S. N. y O’Brien, W. O. (1990). The functional analysis in behavior therapy.


Clinical Psychology Review, 10, 649-668.

Haynes, S. N. y O’Brien. W. O. (2000). Principles and Methods of Behavioral


Assessment. Plenum/Kluwer Press.

Muñoz, M. (2002). Manual práctico de Evaluación Psicológica Clínica. Síntesis.


© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

Evaluación y Diagnóstico Psicológico


25
Tema 2. Ideas clave
A fondo
El proceso de evaluación clínica y las cogniciones del evaluador

Ibáñez, C. y Maganto, C. (2009). El proceso de evaluación clínica: cogniciones del


evaluador. SUMMA Psicológica, 6(1), 81-99.
http://www.summapsicologica.cl/index.php/summa/article/view/53/52

En el documento recomendado se recogen aspectos relacionados con la importancia


de las cogniciones del evaluador en la práctica de la evaluación clínica. Se examinan
los procesos cognitivos y metacognitivos que se ponen en juego en el proceso de
evaluación clínica por parte del profesional donde una parte importante del trabajo
a desarrollar es la planificación, integración y toma de decisiones respecto a los
resultados de la evaluación desarrollada.

Análisis funcional en evaluación conductual y formulación de casos clínicos

Keawe‘aimoku, J., Godoy, A., O´Brien, W. H., Haynes, S. N. y Gavino, A. (2013). Análisis
funcional en evaluación conductual y formulación de casos clínicos. Clínica y Salud, 24(2),
117-127.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1130527413700136?via%3Dihub

En este artículo se presentan aspectos relacionados con la información que debe


recogerse por parte del profesional para realizar el análisis funcional de un caso
clínico. Se detallan las características que debe tener esa información, cómo pueden
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integrarse los datos disponibles y cómo puede representarse de forma gráfica el


juicio clínico.

Evaluación y Diagnóstico Psicológico


26
Tema 2. A fondo
Aspectos metodológicos de la formulación clínica de casos

Quant, D. M. (2013). Formulación clínica de caso: aspectos metodológicos. Revista


Vanguardia Psicológica, 3(2), 160-172.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4815153

En este artículo se recogen los aspectos metodológicos de mayor relevancia que el


profesional debe tener en cuenta a la hora de organizar la información proveniente
de la evaluación psicológica clínica con el objetivo de planificar una posible
intervención en casos concretos. También recoge habilidades profesionales que
pueden ser importantes para la integración de datos y toma de decisiones clínicas.

La formulación clínica en el ámbito psicoterapéutico

González, L. (2009). Formulaciones clínicas en psicoterapia. Terapia Psicológica, 27(1),


93-102.
https://scielo.conicyt.cl/pdf/terpsicol/v27n1/art09.pdf

Este documento es un artículo dedicado a la conceptualización de las formulaciones


de casos o formulaciones clínicas, al análisis de sus características fundamentales, sus
aplicaciones y limitaciones entre otros aspectos de interés aplicados al contexto
psicoterapéutico.
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Evaluación y Diagnóstico Psicológico


27
Tema 2. A fondo
Test
1. El proceso de EPC es científico, lo que significa que su punto clave consisten en:
A. La observación de la realidad contextual del paciente.
B. La eliminación de la interpretación a lo largo del proceso de EPC.
C. La generación y el contraste de hipótesis a lo largo del proceso de EPC.

2. La técnica básica para identificar los problemas, obtener la información necesaria


y contrastar las primeras hipótesis, es:
A. La entrevista.
B. El cuestionario.
C. El test psicométrico.

3. Señala la opción FALSA con relación a la información necesaria a recoger en el


proceso de EPC:
A. Solamente debe recogerse la información que aporta o puede aportar datos
útiles al planteamiento del problema.
B. La información descriptiva indica el tipo de información que describe
contextos, situaciones, estímulos, comportamientos, variables de la persona y
variables del desarrollo.
C. Lo adecuado es recoger todo tipo de información por si fuera necesario en el
proceso. Al ser un proceso terapéutico donde hay confianza no es necesario
cuidar el respeto a la intimidad.

4. Las pruebas de dibujo son un tipo de técnica:


A. Subjetiva.
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B. Proyectiva.
C. Autoinforme.

Evaluación y Diagnóstico Psicológico


28
Tema 2. Test
5. Las habilidades terapéuticas de compresión, aceptación y empatía son:
A. Constantes, es decir, se ponen en marcha con la mayoría de los pacientes.
B. Variables en cada caso de acuerdo con su formulación clínica.
C. Peligrosas, es decir, deben evitarse en todos los casos.

6. Señala una habilidad terapéutica variable en función de la formulación clínica del


caso:
A. Autenticidad.
B. Sentido del humor.
C. Relación de dominio.

7. La sensibilidad de una prueba hace referencia a:


A. El porcentaje de casos que se identifican como tales (verdaderos positivos).
B. El porcentaje de no casos que se identifican correctamente (verdaderos
negativos).
C. El porcentaje de casos que no se identifican (falsos positivos).

8. Para conseguir aumentar al máximo el acuerdo entre entrevistadores, conviene:


A. Utilizar entrevistas semiestructuradas.
B. Utilizar el DSM-5 en lugar de la CIE-10.
C. Usar entrevistas estructuradas.

9. El proceso de EPC se organiza en torno a tres ejes principales de actividad:


A. Descriptivo, funcional y formulación.
B. Descriptivo, funcional y diagnóstico.
C. Biológico, psicológico y social.
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Evaluación y Diagnóstico Psicológico


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Tema 2. Test
10. Señala la opción FALSA:
A. La elaboración de informes es una actividad unida a la EPC de forma
inseparable.
B. La devolución de información puede considerarse como el verdadero puente
entre la evaluación y el tratamiento.
C. El proceso de evaluación psicológica finaliza con la puesta en marcha del
tratamiento.
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30
Tema 2. Test

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