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Pensemos en el cerebro cuando se motiva y cuando se desmotiva. Cuando nos preguntamos por
qué es importante el cerebro, una respuesta común es que el cerebro es importante, porque lleva
a cabo funciones cognitivas e intelectuales, incluyendo el pensamiento, aprendizaje, memoria, toma
de decisiones y solución de problemas. Estos son, de hecho, procesos cerebrales muy significativos,
pero el cerebro hace más cosas. No es solo un cerebro pensante, es también el centro de motivación
y emoción: genera los antojos, necesidades, deseos, placer y rango completo de las emociones. En
otras palabras, a medida que el cerebro realiza sus funciones, se ocupa no solo de la tarea que se
esté haciendo (utilizando sus funciones cognitivas e intelectuales), sino que se ocupa en gran
medida de determinar si usted quiere hacerla (cerebro motivado) y del estado de ánimo que tiene
mientras la hace (cerebro emocional).
Todos los estados motivacionales y emocionales implican la participan del cerebro. Realice un
experimento consigo mismo tratando de sentir antojo, hambre o curiosidad sin obtener primero la
colaboración del cerebro. Es difícil ¿no? A medida que realice este ejercicio, aprenderá que en lo
que se refiere a comprender la motivación y la emoción, el cerebro es la estrella del espectáculo.
No obstante, el cerebro tiene una larga lista de actores secundarios, incluyendo a los principales
órganos (hígado, estómago) y a todos los agentes bioquímicos del cuerpo (hormonas) y en el sistema
nervioso central (neurotransmisores).
Tenemos que considerar que, dentro del aula, es el docente quien guía y encauza los procesos de
aprendizaje. Por esto, resulta importante, entonces, motivar a los estudiantes a partir de las
emociones positivas, utilizar estrategias pedagógicas que favorezcan, por ejemplo, el desarrollo de
buen clima para el aprendizaje, vincularse con el estudiante, utilizar un lenguaje apropiado, tanto
verbal como no verbal, y que genere altas expectativas, reforzar positivamente; atender a las
necesidades de los estudiantes, al contexto para planificar las actividades; y utilizar metodologías
activas de aprendizaje.
1. Te entusiasmarás.
2. Utilizarás el humor.
•Planificarás tus clases pensando que será una experiencia enriquecedora, sorpresiva
y variada.
10. Sonreirás
•No olvidarás que la sonrisa siempre transmitirá una emoción positiva en el otro y es
una puerta de entrada para la interacción.