UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

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Tecnicatura en Cosmiatría y Cosmetología

Salud Mental y Estética

Unidad V
Nociones sobre Psicología Profunda II

Docente/s
Mariano Pauloni

Tec. en Cosmiatría y Cosmetología I Salud Mental I Unidad V: Nociones sobre Psicología profunda II I Prof.: Mariano Pauloni
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LOS MECANISMOS DE DEFENSA Y EJEMPLOS

Ahora repasaremos estos curiosos mecanismos que Freud describió como Defensas del Yo.
Todos los tenemos (algunos más que otros) y solo nos es dado conocer los ajenos por medio
de la observación. A los nuestros los observan los demás, pero no nos ha sido facilitado poder
conocerlos.

I REPRESIÓN
Uno de los primeros estudiados por Freud fue la REPRSIÓN. Se da cuando el Yo anula el impulso
prohibido (contracatexis). Pero el impulso queda en el Inconsciente y una nueva experiencia lo
hará aflorar. También sirve para anular los recuerdos traumáticos y la hostilidad hacia los seres
queridos.
Causa un gasto enorme de la energía psíquica.

II DESPLAZAMIENTO
Por medio del mismo descargamos la catexis en un objeto secundario o terciario, o simbólico.
Muchas veces la agresión hacia los seres queridos es descargada en subordinados o terceros
que nada tiene que ver con la verdadera causa de la hostilidad.
Personas aparentemente autoritarias y enérgicas solo están haciendo un mal manejo de sus
afectos al descargar sus impulsos agresivos en quienes lo rodean, víctimas de la inmadurez e
intemperancia del sujeto.

III IDENTIFICACIÓN

La IDENTIFICACIÓN nos permite aliarnos emocionalmente con un objeto superior que nos brinda
seguridad, placer o bienestar. Es determinante en la formación del súper-yo. Existe una identifi-
cación negativa con objetos malos que constituye la base de la neurosis depresiva.
Contribuye también a desarrollar el sentido de pertenencia y de autoestima.
Es esencial para poder integrarse a un grupo y sentirse parte de un ente mayor, que abarca el
total de la personalidad y trasciende sus fines particulares.

IV FORMACIÓN REACTIVA

Con ella se refuerza la represión con la conducta opuesta al Impulso. El ejemplo más clásico es
el del odio, que como engendra culpa, puede a veces transformarse en amor, explicando esto la
fascinación y atracción que nos puede llegar a despertar una persona que en principio nos cayó
antipática o desagradable.
Viceversa: “El que habla mal de la pena, la bendice y se la lleva”.
Ojo porque esto no es tan abundante y solamente la vemos en los neuróticos obsesivos y sus
zonas adyacentes. No todo el odio encubre amor ni todo sentimiento afectuoso enmascara
hostilidad. En los neuróticos, sí.

V SUBLIMACIÓN
Es parecida al desplazamiento, pero esta vez se lleva al impulso a metas “superiores”, esto es:
socialmente valiosas y aceptables. Los impulsos son descargados en metas, altruistas, creati-

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vas, artísticas y aceptables. Estas metas son socialmente valoradas, éticamente irreprochables.
Es el único Mecanismo “eficaz” para Freud.

VI NEGACIÓN
Es un mecanismo primitivo, propio de los niños. Simplemente el sujeto se niega a considerar PÁG.
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una parte de la realidad, rechazando el impulso displacentero y no admitiendo cosas evidentes.
No se entera porque no desea enterarse de lo que sucede delante de sus propios ojos.
No es muy eficaz, ni muy sano, propio de personas muy inmaduras, más cerca de la Debilidad
Mental que de la Histeria, pero abunda en los niños y en los adolescentes.
Sencillamente: el sujeto niega parte de la realidad.

VII PROYECCIÓN
Es uno de los mecanismos más conocidos y populares. El impulso repudiado es percibido como
proviniendo del exterior. El mentiroso cree que le mienten y los envidiosos se siente víctima de
la envidia ajena. Es la base de la neurosis fóbica y muy fácil de detectar porque abunda su uso
y abuso en todo tipo de personalidades.
Freud retrató en el famoso caso de Juanito (Der Kleine Hans, oder: Hansi), aquel niño de cinco
años, psicoanalizado por carta que padecía una curiosa fobia los caballos. También le sirvió
para el famoso complejo de Edipo.
Aquí son todos muy violetos, agresivos y poco dispuestos al diálogo. Nadie respeta mis ideas
ni la libre expresión. Yo con nadie me meto, vivo y dejo vivir a otros. Pero los enemigos no me
dejan tranquilo.

VIII INTROYECCIÓN
Es lo contrario a la proyección, muy parecido a la identificación negativa, porque aquí el sujeto
incorpora a su personalidad un objeto “malo”, como les ocurre a los neuróticos hipocondríacos.
También pude incorporar un objeto “bueno”, u odiado.
Es tan parecido a la Identificación que se entiende por qué Freud no o distinguió expresamente
como mecanismo autónomo.

IX ANULACÍÓN
Es un mecanismo muy utilizado y conocido, presente en todas las neurosis obsesivas o en las
personalidades PRE neuróticas, si es que existe algo que se pueda designar con ese término de
mi exclusiva invención. Consiste en adoptar la conducta opuesta para anular el efecto de una
anterior conducta impropia. La trampa está en que a la vez nos constituimos en juez, fiscal, reo
arrepentido y verdugo. Nos imponemos una falsa “penitencia” y quedamos en paz… en vez de
enfrentar las consecuencias de la primera conducta. Funciona bien.

X REGRESIÓN
Comportarse como en etapas anteriores de la etapa evolutiva. Muy primitivo, propio de los
adolescentes y de las personalidades histéricas que sufren un berrinche o se comportan aniña-
damente cuando las contrariamos.
“- Yo caballero soy muy ingenua e inocente. He tenido ya tres o cuatro novios, pero hasta ahora
nadie me había puesto semejante cosa. A pesar de mis treinta y dos años, voy a consultar con
mi mamá, que es mi mejor amiga y siempre me aconseja lo correcto-”

XI COMPENSACIÓN
Desarrollar algunas amplitudes para compensar otras carencias.
“- Reconozco que soy bruta, terca, envidiosa, con tendencia a mentir y llena de caprichos.

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Además suelo tomar alcohol a solas y odio a la gente bien. Pero nadie sabe tener una casa tan
perfecta como la mía, ya que soy una Ama de Casa con mayúscula y mi Hogar en la envidia de
toda la parentela, siendo mi marido y mis hijos los mejor vestidos y alimentados del vecindario.

XII RACIONALIZACIÓN
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Atribuir explicaciones racionales a los impulsos. Uno de las más comunes, propio de los intelec-
tuales y abunda en el medio profesional. Es “dar razón, atribuyendo a complejos y minuciosos
mecanismos la explicación y la causa de simples impulsos eróticos o agresivos.
“- No me interesa la Computación ni la Cibernética y no entiendo como un cristiano puede estar
sentando ante una máquina haciendo semejantes estupideces. La psiquiatría es algo serio y
solemne, que no se enseña dibujando tranvías ni rucando fotos. Esto es pura demagogia y creo
que tiene un fondo de irresponsabilidad payasesca. Los médicos somos una clase científica
superior y cuanto menos humor prestamos más nos respetan y temen nuestros pacientes y
subordinados -”

XIII CONVERSIÓN
Convertir el Conflicto en síntoma funciona. Está en la base de la neurosis histérica. Se comienza
alegando vagos malestares para no ir a la escuela porque ese día toman una prueba y se termi-
na con aparatosos mutismos, crisis asmatiformes, terribles jaquecas y sospechosas paresias.
Por supuesto que cuentan con la complicidad del grupo familiar.

XIV FUGA EN LA FANTASÍA

No recuerdo de dónde saqué este mecanismo, no en los autores señalados, pero es intere-
sante. Cuando buscamos descargar en un mundo imaginario las catexias que no podemos
descargar en el mundo real. Es muy apreciado (por lo menos yo, lo aprecio y lo utilizo mucho).

Y estos son los mecanismos.

Alguno incluye un decimoquinto: la POSTERGACIÓN, que a mi juicio no es propiamente un me-
canismo porque se trata de un acto deliberado y consciente: postergar la descarga para el mo-
mento y lugar oportuno, lo que hacemos habitualmente cuando esperamos realizar es privado
lo que no es conveniente delante del publico (verbigracia: rascarse las narices o cualquier otra
parte de nuestra anatomía).
Por eso algunos hablan de trece mecanismos, otros de catorce y otros de quince, llegando a
dieciséis si al Mecanismo de anulación lo llamamos Explación y Reparación, como he visto que
la hacen algunos famosos autores.

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Bibliografía consultada

- Dr. Alberto López Rosas; Curso de Psicopatología; Año 2004; Hoap. Misa y López.

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