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UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DE COBAN ALTA VERAPAZ


CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
DÉCIMO SEGUNDO SEMESTRE
SECCIÓN “A”
DERECHO NOTARIAL IV
LICENCIADA TERESA DE LOEN BLANCO

TRABAJO:

GRAVAMEN DE BIENES DE INCAPAZ

INTEGRANTES;

CESAR FEDERICO YAT COY 02-07094


LUIS ALBERTO CHOCOOJ 02-07093
NERI ABELARDO LEAL CHACON 02-07247
CESAR AUGUSTO CAAL 01-05913
MARILYN LUCRECIA ARCHILA LÓPEZ 99-05298
BYRON ORLANDO YOL IXPATA 02-06960
FLOR DE MARIA GARCÍA 99-06202

COBAN ALTA VERAPAZ 27 DE OCTUBRE DEL 2007


INTRODUCCIÓN

El presente trabajo trata acerca de gravamen de bienes de incapaces


dentro de jurisdicción voluntaria, entiéndase trámite notarial para poder
gravar los bienes de un incapaz; siendo necesario como punto de partida, la
declaratoria de interdicción de la persona que se encuentra inhabilitada para
poder ejercer sus derechos por si misma (incapacidad absoluta o relativa),
dentro de la cual se nombra tutor encargado de administrar dichos bienes, es
decir la persona que va a realizar los trámites correspondientes ya sea en al
vía judicial o notarial para el gravamen; siendo importante declarar la utilidad
o necesidad según sea el caso.

La estructura del trabajo consiste en la primera parte de aspectos teóricos y


la segunda parte un expediente del trámite en la vía notarial.
OBJETIVOS 

a)     Que los estuantes conozcan las definiciones de Menores, Incapacidad y


Ausencia enfocadas dentro del Derecho Civil Guatemalteco.    

b)    Que los estudiantes puedan establecer la diferencia entre los requisitos
legales para la Disposición de Bienes de Menores, de Incapaces, y del
Ausente.

  

c)     Que los estudiantes sepan cuales son las fases para el trámite completo
de la Disposición de Bienes de Menores, Incapaces y Ausentes tanto
notarialmente como judicialmente.
DISPOSICIÓN Y GRAVAMEN DE BIENES DE
MENORES, INCAPACES Y AUSENTES.

Aunque el presente trabajo tiene como eje temático el GRAVAMEN DE


BIENES DE UN INCAPAZ, por encontrarse regulado este proceso bajo el
mismo titulo y con el mismo procedimiento para la disposición y gravamen de
bienes de los menores y ausentes en El Código Procesal Civil y Mercantil
decreto ley 107, como en la Ley Reguladora de la Tramitación Notarial de
Asuntos de Jurisdicción Voluntaria, Decreto 54-77 del Congreso de la
República, a nivel de grupo aportamos una definición de este procedimiento:

DEFINICION:
La DISPOSICION Y GRAVAMEN DE BIENES DE MENORES, INCAPACES Y
AUSENTES: es el proceso de jurisdicción voluntaria, que promueve quien tiene
a su cargo la administración de los bienes de un menor, incapaz o ausente
con el objeto de que un juez o notario le autorice gravar y /o disponer de
dichos bienes, por ser de necesidad y utilidad para su representado.

Como lo expresamos en la definición anterior este procedimiento se promueve,


en el caso que sea necesario gravar o disponer los bienes del:
1. menor
2. incapaz, o
3. ausente

Siendo objeto de análisis del presente trabajo, el caso del numeral dos.

GRAVAMEN DE BIENES DE UN INCAPAZ.


Antes de conocer el trámite legal en la vía notarial de gravamen de bienes de
incapaces entraremos a conocer algunos conceptos y definiciones
fundamentales para una mejor comprensión del tema, seguidamente se trata
la práctica notarial de dicho trámite.

Para iniciar con el desarrollo del tema debemos tomar en cuenta lo siguiente:

LOS BIENES: “Son bienes las cosas que son o pueden ser objeto de
apropiación y se clasifican en inmuebles y muebles” ART. 442 C.C.

PATRIMONIO:“Es el conjunto de bienes, derechos, obligaciones y cargas


susceptibles de una valoración pecuniaria”.

GRAVAMEN: Este término tiene distintas acepciones, según sea la rama de


Derecho a que se refiera: en el Derecho Civil, la cual es la rama que tratamos
en el presente trabajo; se llama gravamen al derecho real distinto de la
propiedad, trabado sobre un bien ajeno (hipoteca, prenda, servidumbre) que
tiene como finalidad garantizar por el deudor el cumplimiento de una
obligación.

DERECHOS REALES: “Es el poder jurídico que una persona ejerce directa e
inmediatamente sobre una cosa, para aprovecharla total o parcialmente,
siendo este poder jurídico oponible contra todos = erga ommes.
Entre las formas de gravar un bien se encuentran la Hipoteca, la Prenda y la
Servidumbre.

HIPOTECA Y PRENDA: la primera que recae sobre bienes inmuebles y la


segunda sobre bienes muebles, para garantizar la obligación con preferencia
respecto a cualquier acreedor, anterior o posterior en el tiempo que no hubiese
inscrito similar derecho con antelación.

HIPOTECA, gravamen que sujeta un bien inmueble a responder de una


determinada obligación o deuda, sin que el inmueble salga de la posesión de
su propietario. En el caso de que el deudor no pague, incumpliendo la
obligación garantizada, el acreedor podrá solicitar la venta del inmueble y
cobrar lo que se le debe con el importe de la venta, lo que se denomina
ejecución.

La hipoteca es un derecho real, lo que significa que gravita sobre la finca


hipotecada quienquiera que sea su poseedor. Por esta razón, si la finca
hipotecada es vendida y más tarde no se cumple la obligación garantizada, el
acreedor podrá instar la venta del inmueble, sin que sea obstáculo el hecho de
que el inmueble pertenezca a persona distinta de la obligada al pago.

“La prenda es un derecho real que grava bienes muebles para garantizar el
cumplimiento de una obligación”

Por su esencia, la prenda se constituye sobre bienes muebles. Es la


característica principal que diferencia la prenda de la hipoteca. Ahora bien,
característica de la hipoteca es que el bien inmueble hipotecado no se
desplaza a la tenencia del acreedor; sigue en poder del deudor, hasta que, en
caso de incumplimiento de la obligación garantizada por la hipoteca, el bien
salga en venta judicial. En cambio, el bien mueble dado en prenda, según el
criterio que adopta la ley, puede o no salir del poder (posesión) del deudor

CLASES DE PRENDA: Prenda con desplazamiento: que se caracteriza porque


el bien dado en prenda queda en poder del acreedor o de un tercero
(depositario). Y Prenda sin desplazamiento: que se caracteriza porque el bien
dado en prenda queda en poder del deudor. El código civil, acepta que la
prenda pueda ser con o sin desplazamiento.

“LA SERVIDUMBRE: es el gravamen impuesto sobre un predio para uso de


otro predio de distinto dueño o para utilidad pública o comunal” ART. 752 C.C .
El mismo artículo dispone que el propietario de dos fincas puede gravar una de
ellas con servidumbre en beneficio de la otra. Y aclara que el inmueble a cuyo
favor está constituida la servidumbre se llama predio dominante; y el inmueble
que la sufre, predio sirviente. Así por ejemplo: si el dueño de una finca rústica
constituye sobre ésta servidumbre de paso con ancho de cinco metros a favor
de otra finca y con el objeto que ésta tenga salida a un camino público, el
primer inmueble sería predio sirviente porque soporta la servidumbre, el
segundo sería predio dominante porque goza del derecho de paso sobre la
franja de cinco metros

Con relación al concepto del derecho de servidumbre, dispone el código


que la misma consiste en no hacer o en tolerar; y para que al dueño del predio
sirviente pueda exigirse la ejecución de un hecho es necesario que esté
expresamente determinado por la ley o en el acto (contrato o sentencia judicial)
en que se constituyó la servidumbre.
INCAPACIDAD, toda anomalía física o psíquica persistente que impide a la
persona gobernarse por sí misma (esquizofrenia, oligofrenia, sordomudez del
que no sabe leer ni escribir, entre otros supuestos). Quien se encuentre en un
estado de incapacidad puede ser sometido a un juicio de inhabilitación, que
desembocará en una sentencia de invalidez o ineptitud. Serán los parientes
más próximos, el cónyuge, e incluso la Procuraduría General de la Nacion
quienes tengan que instar el procedimiento. A lo largo del mismo, el juez
puede, en los casos graves, determinar el internamiento del incapaz en un
centro asistencial de carácter psiquiátrico.
Una vez pronunciada la sentencia de incapacitación, el incapaz adquiere un
nuevo estado civil, muy semejante en numerosos puntos al que tiene el menor
de edad, pues, si el menor de edad se encuentra sometido a la patria potestad
de sus padres, y, en su defecto, a la guarda legal de su tutor (de modo que
unos y otros son sus representantes legales para todos aquellos actos que el
menor no puede realizar por sí sólo), el incapacitado es colocado por la
sentencia bajo la representación y guarda de un tutor. La diferencia suele
radicar en que el estado del menor de edad es descrito por la ley de modo
común para todo menor, mientras que el estado de incapacitación puede ser
regulado por la sentencia de incapacitación, que, en atención al grado de
discernimiento del incapacitado, dirá qué actos puede realizar éste por sí
mismo, cuáles son los que requieren ser llevados a cabo por el representante y
cuáles precisan mera asistencia del guardador.
De los daños que cause el incapacitado a terceras personas responde el
tutor legal si hubo por su parte culpa o negligencia en el cuidado de la persona,
lo mismo que de los daños que causan los menores de edad responden sus
padres o tutores. En cuanto a los actos y contratos que no pueda llevar a cabo
por sí sólo, bien porque lo prohíbe la sentencia de incapacitación, bien porque
es la ley quien no lo permite, pueden ser anulados. Si se trata de contratos,
sólo el representante del incapaz, o él mismo cuando recupere la capacidad,
pueden impugnar el contrato, pero nunca la persona que contrató con él.

PROCESO DE DECLARACIÓN DE INCAPACIDAD

CONCEPTO: El proceso que tiene por objeto obtener la declaración de


incapacidad de una persona, ha recibido distintos nombres, como son juicio de
interdicción o de insania o simplemente proceso e incapacitación. En nuestro
Código Procesal Civil y Mercantil figura dentro de los procesos especiales
relativos a la jurisdicción voluntaria (art. 406 a 410), aunque con las singulares
características que luego expondremos. Afecta a la capacidad de ejercicio, de
obrar o de hecho, y por ello, a la persona declarada en estado de incapacidad
se la sujeta a tutela para la protección no sólo de su persona sino también de
sus bienes.

RÉGIMEN LEGAL DE LA INCAPACIDAD

Según expresamos antes, al incapacidad a que se refiere el proceso de


interdicción es la que afecta a la llamada capacidad de ejercicio, de obrar o de
hecho, que se diferencia de la capacidad jurídica, de derecho o de goce. Dice
Castán Tobeñas: “La capacidad de obrar es contingente y variable. No existe
en todos los hombres ni se da en ellos en el mismo grado. Así como para la
capacidad de derecho basta la existencia de la persona (conciencia potencial)
para la capacidad de ejercicio se requiere inteligencia y voluntad (conciencia
actual), y como estas condiciones no existen en todos los hombres, ni siempre
en el mismo grado, la ley niega unas veces en absoluto esa capacidad, y otras
la limita y condiciona.”

En este sentido dice Puig Peña “como atributo derivado de la personalidad


surge en el hombre por el simple hecho de poseer aquella, la llamada
capacidad jurídica o capacidad de derecho. Esta capacidad de derecho es la
aptitud que tiene el hombre de ser sujeto en las relaciones jurídicas en
definitiva, de tener, de poseer derechos. Agrega este autor que la capacidad
jurídica o de derecho “es esencial e inseparable de la persona humana, y por
nada ni por nadie puede ser suplida puesto que tampoco falta o debe faltar
nunca. Es superior al arbitrio legislativo, y por ende, ilegislable, no pudiendo
tampoco desconocerse o limitarse por el legislador”.

Naturalmente que en la exposición del tema a que se refiere este trabajo, la


capacidad a que aludimos es la llamada capacidad de ejercicio, de obrar de
hecho. Sin embargo, en otro plano de consideración procesal, es preciso tener
en cuenta los dos conceptos de capacidad, por los problemas que en la
práctica se presentan cuando entablan demandas personas que carecen de
capacidad. Recuérdese que de acuerdo con nuestro Código, si se plantean
tales demandas, para evitar precisamente los distingos entre capacidad de
derecho y capacidad de ejercicio, la excepción oponible en la “falta de
capacidad legal”.

Pues bien, de conformidad con nuestro Código Civil, la capacidad para el


ejercicio de los derechos se adquiere por la mayoría de edad. Son mayores de
edad los que han cumplido dieciocho años. Los menores que han cumplido
catorce años son capaces para algunos actos determinados por la ley (art. 8
C.C.).

Las causas que dan origen a la incapacidad han sido reconocidas en


nuestra legislación civil desde la codificación de 1870. Coinciden en parte con
las que trae el Código Civil en vigor, aunque en el Código vigente se han
incluido otras por consideraciones de tipo social y en resguardo de los
intereses de la familia. La terminología que se ha usado también ha variado,
por la crítica que al respecto han hecho sobre todo profesionales
especializados en el campo de la Medicina Forense.

  En el código civil vigente, Decreto Ley 106, ya dijimos que se conservó la


norma de que por la mayoría de edad se adquiere la capacidad para el ejercicio
de los derechos y que son mayores de edad los que han cumplido dieciocho
años (art. 8 ). La incapacidad que da origen a la interdicción la contempla el
Código Civil en el art. 9 en estos términos: “Los mayores de edad que adolecen
de enfermedad mental que los priva de discernimiento, deben ser declarados
en estado de interdicción. Pueden asimismo ser declarados en estado de
interdicción, las personas que por abuso de bebidas alcohólicas o de
estupefacientes, se exponen ellas mismas o exponen a sus familias a gravar
perjuicios económicos. La declaratoria de interdicción produce desde la fecha
en que sea establecida en sentencia firme, incapacidad absoluta de la persona
para el ejercicio de sus derechos pero los actos anteriores a tal declaratoria
pueden ser anulados si se probare que la incapacidad existía notoriamente en
la época en que se verificaron”.

El autor del proyecto del código Procesal Civil y Mercantil explica estas
disposiciones así: “Las enfermedades de la mente inhabilitan a las personas
para ejercitar sus derechos; pero como la ley presume que todos los mayores
son capaces, es necesario que la autoridad judicial declare la interdicción. Este
estado priva al individuo de la administración de sus bienes, la cual pasa al
tutor, como si se tratara de un menor de edad”.

Se refiere también el autor del proyecto a la nueva disposición que


aparece por primera vez en nuestra legislación civil como relativa a uso de
bebidas alcohólicas y de estupefacientes. Dice: “se agrega una disposición que
existe otros códigos relativos al ebrio habitual. Sujeta a interdicción a las
personas que por abuso de bebidas alcohólicas o estupefaciente, se exponen
ellas mismas o exponen a sus familias a graves perjuicios económicos. El ebrio
en rigor no es un incapaz si no en el momento en que se encuentra dominado
por e alcohol; pero el vicio o afecta y lo coloca en un estado de perpetua
perturbación que anula o disminuye sus facultades mentales para dirigir sus
asuntos y expone a su familia a caer en indigencia. Para protegerlo a él mismo
y a su familia, la ley debe declararlo en estado de interdicción”.

En el código Procesal Civil y Mercantil los casos en que procede la


declaratoria de incapacidad están contemplados en el articulo 406. Este articulo
tiene tres párrafos que se refiere también a cuatro supuestos de procedencia
de tal declaratoria. Los casos son los siguientes:

1)                 La declaratoria de interdicción procede por enfermedad


mental, congénita o adquirida, siempre que a juicio de expertos
sea crónica e incurable, aunque en tal caso pueda tener
remisiones más o menos completa.

En el caso que la persona padece de perturbación mental habitual, no


transitoria es decir la perturbación mental es de carácter permanente.  

En el caso que estamos comentando como supuesto de la declaratoria


de incapacidad, lo que la ley ve es que a perturbación mental sea, como
se dijo de carácter permanente. Es obvio, que si por alguna causa quien
padezca de esa perturbación mental, aunque se clasifique de
permanente o de incurable comprueba que la perturbación ha
desaparecido y lo que hace en la forma que establece el código, procede
su rehabilitación y la recuperación de la capacidad perdida. El código
civil contempla también el caso que la perturbación mental sea
transitoria, en cuyo evento no procede la declaratoria de incapacidad de
obrar, aunque sean nulas las declaraciones de voluntad emitidas en
estas situaciones. Lo transitorio es lo que tiene carácter temporal, por
que necesariamente las otras situaciones en que sí procede a
declaratoria de incapacidad tienen que ser o permanentes o incurables.
De todas maneras, se reforme o no el precepto legal, regulándose en el
Código Civil las situaciones de perturbación mental transitoria, que no da
lugar a la declaratoria de incapacidad, es forzoso concluir que toda otra
clase de perturbación mental, sea permanente o incurable, da lugar a
esa declaratoria; y en cualquier supuesto en que se recobre la capacidad
de hecho, también procede la rehabilitación a través del procedimiento
que establece el Código Procesal Civil y Mercantil.

En cuanto a las perturbaciones mentales transitorias, las cuales,


por su misma naturaleza no determinan estado de interdicción pero no
priva de discernimiento a sujeto en el momento en que se producen,
natural es que adolezcan de nulidad las declaraciones de voluntad
emitidas en momentos de alteración o supresión de las facultades
mentales. Esta nulidad debe declararse judicialmente.
2)                 También procede la declaratoria de incapacidad por abuso
de bebidas alcohólicas o de estupefacientes, si la persona se
expone ella misma o expone a su familia, a graves perjuicios.

3)                 La sordomudez congénita y grave, da lugar a la declaratoria


de incapacidad civil, siempre que a juicio de expertos sea
incorregible o mientras el inválido no se haya rehabilitado para
encontrarse en aptitud de entender y darse a entender de
manera suficiente y satisfactoria.

4)                 La ceguera congénita o adquirida en la infancia, da lugar a


la declaratoria de incapacidad civil, mientras el ciego no se
rehabilite, hasta estar en condiciones de valerse por sí mismo.

El autor del Proyecto de Código Civil dice: La incapacidad por enfermedad o


defectos físicos, como la ceguera de nacimiento y la sordomudez, es diferente:
sin embargo, los sordomudos y ciegos de nacimiento disponen hoy de
modernos métodos educativos que pueden capacitarlos para ejercer sus
derechos.

En la realidad los sordomudos o ciegos que se encuentren en esa situación, si


pueden expresar su voluntad de manera indubitable, sería absurdo
considerarlos como incapaces. Pero, debe notarse que en caso contrario y al
amparo de las normas procésales citadas, pueden iniciarse el procedimiento de
incapacitación, cuyos efectos en caso de declararse con lugar la solicitud
planteada, perduran hasta tanto no se haya declarado la rehabilitación.

Competencia

Cuando no había entrado en vigor la Ley de Tribunales de Familia, eran los


jueces de Primera Instancia del Ramo Civil los competentes para el
conocimiento de los asuntos de jurisdicción voluntaria, según lo dispuesto en
los articulo 24 y 403 del Código Procesal Civil y Mercantil . También por las
características de este proceso especial, en los que se ejercita una acción de
estado, el Juez competente es de Primera Instancia del domicilio del estado, en
este caso el presunto incapaz.

Sin embargo, la duda surgió al entrar en vigor la Ley de Tribunales de Familia


(Decreto Ley 206) que instituyó una jurisdicción privativa, creando tribunales
para conocer de todos los asuntos relativos a la familia. Como esta ley no dejó
muy claro que asuntos serían del conocimiento de los Tribunales de Familia y
cuáles seguirían siendo de la competencia de la jurisdicción ordinaria, en la
práctica ha prevalecido el criterio de que son competentes los Tribunales de
Familia para el conocimiento de los procesos de incapacitación, por el
argumento de que una vez declarado el estado de interdicción, debe proveerse
de un tutor al incapaz, de acuerdo con las reglas estipuladas en el Código Civil
y Procesal, como se sabe la tutela es una institución del Derecho de Familia.

Quines pueden solicitar la declaratoria de incapacidad.

El Código Procesal Civil y Mercantil, menciona de una forma clara y sencilla


que pueden solicitar la declaratoria de incapacidad las personas que tengan
interés o la Procuraduría General de la Nación, los parientes del incapacitado o
las personas que tengan contra él alguna acción que deducir.

Este punto en nuestra legislación es muy amplio. En otras regulaciones legales


se ha exigido, por ejemplo, aunque injustificadamente, que cuando la
interdicción se solicita por el cónyuge, solamente es admisible mientras no se
haya divorciado.

Trámite.

En el Código Procesal nos señala los requisitos que estos deben de llenar al
momento de presentar dicha solicitud; nos indica que deberán presentar
documentos que contribuyan a justificar la incapacidad y se presentaran las
declaraciones pertinentes. El Juez puede hacer comparecer a la persona cuya
incapacidad sé esta solicitando o se trasladara a donde ella se encuentre. Los
documentos que el Código requiere deben demostrar en forma objetiva la
incapacidad de la persona; generalmente se solicita un examen medico
elaborado por expertos nombrados, uno por el Juez y otro por el solicitante, el
código no excluye otro tipo de documentos. Alsina dice refiriéndose al derecho
argentino: “El elemento objetivo que autorice la apertura del juicio de insania,
no puede ser otro que los certificados médicos de los que resulte la existencia
de un estado de perturbación mental”.

Otro medio de prueba que el Código Procesal permite ofrecer es de las


declaraciones pertinentes,

Aunque estas no son valoradas de la misma forma ya que pueden estudiar a la


persona socialmente o que estudian problemas diferentes a la enfermedad
mental. Se ofrece la declaración de parte o absolución de posiciones, pero
esto viene a ser un contrasentido ya que no puede pretender que la confesión
del presunto incapaz, constituya una prueba ya que falta el elemento esencial
que es la capacidad. Esto no obstante a que el Juez pueda recibir la
información testimonial a que se le proponga ya que el análisis de la misma se
hará conforme a las reglas d la sana critica.

El Código Procesal señala varias medidas de carácter precautorio. Si el


Tribunal encontrare motivos, nombrará al presunto incapaz un tutor especifico
que le defienda, no siempre es necesaria y depende de la apreciación que de
las circunstancias haga el Juez.

Examen Medico

Sin perjuicio a los demás elementos probatorios que puedan aportarse al


proceso, se le concede la mayor importancia al examen medico. Esta
diligencia debe practicarse en el término que sea necesario que no exceda de
treinta días. Vencido el término pondrá en autos el resultado de las diligencias
y se levantará acta firmada por el Juez, los expertos y el Secretario. En él
termino anteriormente expuesto el Juez puede interrogar directamente o
examinar personalmente al paciente, cuantas veces lo crea necesario. Esto
garantiza el mejor acierto de la resolución final.

Declaratoria
Llenados los requisitos anteriores el Juez previa audiencia a la
Procuraduría General de la Nación, resolverá si ha o no ha lugar la declaración
solicitada. Si resolviese con lugar, designará a quien deba encargarse de la
persona del incapaz y sus bienes, cesando toda administración provisional.
Esta declaratoria se publicará en el Diario Oficial y se anotará de oficio en los
Registros Civil y de la Propiedad.

Un aspecto de forma que se discute es que la resolución debe contenerse en


un auto o en una sentencia. Algunas personas participan que se trata de un
auto, mientras que el propio Código Civil habla de sentencia. En la practica lo
que da lugar a esta duda, es la ubicación de la materia dentro de los asuntos
de jurisdicción voluntaria, en los cuales no intervienen partes ni se dicta
sentencia.

La declaratoria de incapacidad dictada por el Juez, trae como consecuencia la


designación de la persona que deba encargarse del incapaz y de sus bienes.
Es importante recordar que únicamente los mayores de edad pueden
declarárseles en estado de interdicción. Los menores están sujetos a la patria
potestad o a la tutela.

Oposición

Se puede producir oposición en el transcurso de la tramitación del proceso


especial de declaratoria de incapaz. Esta oposición se tramitara en juicio
ordinario y lo promoverán las personas mas allegadas a la presunta interdicto.  

El otro medio de producir oposición en este trámite, es a la hora de dictar


sentencia, ésta debe ser publicada en el Diario Oficial y anotarse en los
Registros Civil y de la Propiedad, con esto da lugar a impugnar la declaratoria
de incapacitación, si no llegara estar de acuerdo con la declaratoria. Se puede
impugnar también, si se hubiese iniciado un tramite promovida por otra persona
y solicitase lo mismo, se declarará sin lugar, salvo si expusiesen hechos de
demencia sobrevinientes a la declaratoria judicial. Esto se hace por que una
persona no puede ser sometida a repetidos exámenes. La ley acuerda efectos
de cosa juzgada a la resolución que declaro la improcedencia de la interdicción.

Recursos y costas

Por tratarse de un asunto de jurisdicción voluntaria el Juez podrá variar o


modificar las providencias que dictare, sin sujetarse a los términos y formas
establecidas para la jurisdicción contenciosa. En lo referente a la apelación,
debe observarse la norma general de que las resoluciones que no sean de
mero tramiten dictada en asuntos de jurisdicción voluntaria. No cabe el
recurso de casación.

Con respecto a las costas se inclinan por cargarlas al insano, en caso de que
prospere el proceso; y en caso contrario, al denunciante.

Rehabilitación

En este tipo de trámite siempre existe la posibilidad de que el declarado


incapaz puede ser rehabilitado. Para la rehabilitación se practicaran las
mismas diligencias prescritas para la declaratoria de incapacidad, pero
establece específicamente que el dictamen medico deberá recaer sobre los
siguientes extremos 1º. Efectividad de la curación; 2º. Pronostico en lo relativo
a la posibilidad de recaídas; y 3º. Si la recuperación a sido completa o si
quedará alguna incapacidad de manera permanente y en qué grado.
Corresponde hacerlo al Notario o al Tribunal que fenece las diligencias. Esta
duda surge de acuerdo con lo establecido en el artículo 7 del Decreto 54-77 del
Congreso, una vez concluido cualquier expediente, el Notario deberá enviarlo
al Archivo General de Protocolos, instituciones que dispondrá la forma en que
se archive o conserve.

En realidad, esta norma opera cuando el Notario concluye la tramitación del


expediente, pero ya vimos que en estos casos solo practica las diligencias
preliminares, ya que la conclusión del expediente ocurre en el ámbito judicial,
por lo que sigue las mismas reglas aplicables a los otros expedientes judiciales,
es decir, que oportunamente tendrá que ser clasificado y archivado en el
Archivo General de Tribunales y no en el de Protocolos.

También se ha sugerido la creación del Registro General de Ausentes como


dependencia de la Corte Suprema de Justicia, con el objeto de dar publicidad a
los actos jurídicos y como medio de garantía para los interesados. En la
legislación española esta institución ya existe y se le denomina Registro
Central de Ausentes (Art. 198 del Código Civil). En la legislación de Guatemala
sólo encontramos en el Código Civil algunas normas dispersas.

 Finalmente, diremos que lo relacionado con la administración de los bienes del


ausente por los parientes, la declaración de muerte presunta y la entrega de la
posesión definitiva de los bienes, con las consecuencias que antes hemos
explicado, corresponde conocerlo y resolverlo al Juez de Primera instancia del
ramo civil. Especial es el caso de las diligencias de utilidad y necesidad a la
cual aludiremos enseguida.

ADMINISTRACIÓN DE BIENES DE MENORES, INCAPACES Y AUSENTES.

En el Código Procesal Civil y Mercantil Civil y Mercantil encontramos dos


artículos específicos que se refieren al discernimiento de los cargos de tutor,
protutor y guardador (Art. 418) y a las excusas, impedimentos remoción de
tales cargos (Art. 419). Naturalmente todo lo relativo a la patria potestad, tutela
y ausencia, en su parte sustantiva, está contemplado en el Código Civil.

A)   discernimiento de cargos

Conforme al artículo 418 del Código Procesal Civil y Mercantil Civil y Mercantil
todo tutor, protutor o guardador, deberá solicitar del Juez de primera Instancia
el discernimiento del cargo; y el juez, antes de confirmarlo o discernirlo, podrá
seguir de oficio, información respecto a la moralidad y aptitudes del nombrado.
Con el resultado de la información el juez confirmará o no el nombramiento y
discernirá el cargo procediendo al inventario y avalúo de los bienes, así como
el otorgamiento de las garantías correspondientes conforme al Código Civil.

En el Código Civil se establece que el tutor y el protutor no entrarán a ejercer


sus cargos, sino después de discernidos por el juez y que ninguna tutela puede
ser discernida sin estar llenando los requisitos que para su ejercicio exige la ley
(Art. 319). Estas obligaciones se refieren a la necesidad de hacer inventario y
avaluó de los bienes y ala constitución de la garantía (Art. 321), salvo que no
haya bienes o que, si se tratara de tutela testamentaria, el tutor hubiere sido
relevado de la obligación de constituir garantía. La garantía debe asegurar: 1º.
El importe de los bienes muebles que reciba el tutor; 2º. El promedio de la renta
de los bienes, en los últimos tres años anteriores a la tutela; 3º. Las utilidades
que durante un año puede percibir el pupilo de cualquier empresa (Art. 323).
Dicha garantía puede consistir en hipoteca, prenda o fianza otorgada por
alguna institución bancaria o legalmente autorizada para el efecto. Permite el
Código Civil que se otorgue garantía personal y aun la caución juratoria
siempre que, a su juicio, fueren suficientes, tomando en cuenta el valor de los
bienes que vaya a administrar el tutor y la solvencia y buena reputación de éste
(Art. 325).

Como antes se explicó, corresponde a los Tribunales de Familia conocer de las


materias relacionadas con la patria potestad y la tutela. En consecuencia, la
organización de esta última y el discernimiento de los cargos de tutor y protutor
es de la competencia de dichos Tribunales, sin perjuicio de que el propio acto
de discernimiento pueda ser confiado a un Notario. En cambio, cuando se trata
de discernir el cargo de guardador de bienes del ausente creemos que
corresponde hacerlo al Juez de Primera Instancia del Ramo Civil, con la
excepción dicha de que pueda ser confiado tal acto a la función notarial.

B) Excusas, impedimentos y remoción

El Código Civil establece quienes no pueden ser tutores o protutores (Art. 314),
cuales son las causas de remoción (Art. 316) y los motivos de excusa (Art.
317). El procedimiento atinente a esas circunstancias está contemplado, como
se dijo, en el Art. 419 del Código Procesal Civil y Mercantil Civil y Mercantil.
Según este artículo las excusas o impedimentos para ejercer los cargos de
tutor, protutor, o guardador, deben presentarse dentro de quince días, contando
desde la fecha de la notificación del nombramiento. Sin embargo, serán
admisibles en cualquier tiempo los que sobrevinieren durante el ejercicio de
dichos cargos. Mientras no este aceptada la excusa y discernido el cargo a otra
persona, no podría separarse del ejercicio del mismo el que haya propuesto la
excusa o impedimento (Párr. 1º. Art. 419). El Código Civil, en cuanto a los
impedimentos que contempla el Art. 314, indica que los tutores o protutores a
quienes sobrevenga alguna de las incapacidades puntualizadas por esa
disposición, serán separados de su cargo por declaración judicial, previa
denuncia y comprobación del hecho por el Procuraduría General de la Nacion o
algún pariente del pupilo (Art. 315).

La remoción del tutor, protutor o guardador, dice el Código Procesal, será


tramitada en forma de incidente, con intervención de la Procuradiria General de
la Nacion (Art. 419 Párr. 2º.). Aunque no lo dice el Código, se entiende que
para los casos de excusa o de impedimento, el procedimiento para ventilar
esas situaciones es el mismo de los incidentes, porque en estos casos también
puede llegarse a una sustitución o remoción de la persona que deba
desempeñar los cargos de tutor, protutor o guardador.

C)  Disposición y gravamen de bienes

El Código Procesal Civil y Mercantil Civil y Mercantil dispone que enajenar o


gravar bienes de menores, incapaces o ausentes, el que los tenga bajo su
administración deberá obtener urgente o que resulta manifiesta utilidad del acto
que se pretende verificar, a favor de su representado (Art. 420, párrafo 1º.).

Por su parte, el Código Civil trae normas específicas tanto en lo que respecta a
los hijos que se encuentran bajo la patria potestad como para los sujetos a
tutela. Así los padres no pueden enajenar ni gravar los bienes de los hijos ni
contraer en nombre de ellos obligaciones que excedan los límites de su
ordinaria administración, sino por causa de absoluta necesidad y evidente
utilidad y previa autorización del Juez competente intervención de la
Procuraduría General de la Nación (Art. 264). Como se puede apreciar esta
norma sólo difiere de la que contempla el Código Procesal Civil y Mercantil Civil
y Mercantil en que el Código Civil parece exigir la concurrencia de los requisitos
de absoluta necesidad y evidente utilidad en la enajenación o gravamen de los
bienes de los hijos, mientras que el Código Procesal Civil y Mercantil requiere
de la existencia de una u otra circunstancia, es decir, ya sea la necesidad de la
negociación o bien la manifiesta utilidad de la operación, lo que, en
determinadas circunstancias, puede ser más favorable a los hijos sujetos a la
patria potestad.

El Código Civil también dispone que tampoco podrán los padres celebrar
contratos de arrendamiento por más de tres años, ni recibir la renta anticipada
por más de un año, sin autorización judicial; ni vender valores comerciales,
industriales, títulos de renta, acciones, bonos, frutos, y ganados, por menor
valor del que se cotice en la plaza el día de la venta; ni prestar garantía en
representación de los hijos, a favor de terceras personas (Art. 265). Regula el
Código Civil algunos aspectos procésales cuando dice que siempre que el Juez
conceda licencia para enajenar o gravar bienes inmuebles, tomará las medidas
necesarias para hacer que el producto de la venta o el monto del crédito, sea
empleado en el objeto que motivó la autorización y que el saldo, si lo hubiese
se invierta debidamente, depositándose mientras tanto en un establecimiento
bancario (Art. 266).

En cuanto a la tutela es norma especial la que establece que si surge conflicto


de intereses entre hijos sujetos a la misma patria potestad, o entre ellos y los
padres; el juez nombrará un tutor especial (Art. 268). También contempla el
Código Civil los casos en que el tutor precisa de la autorización judicial, como
ocurre en el evento de que quiera cambiar la carrera, oficio o profesión que el
menor hubiera elegido o iniciado durante la patria potestad (Art. 330); o bien
para liquidar la empresa que forme parte del patrocinio del menor o variar el
comercio o industria a que este o sus causantes hubieran estado dedicados
(Art. 335). En el Art. 332 el Código Civil señala los casos en que el tutor
necesita autorización judicial. Son ellos: 1) Para enajenar o gravar bienes
inmuebles o derechos reales del menor o incapacitado; para dar los primeros
en arrendamiento por más de tres años, o con anticipo de renta por más de un
año; para hacer o reconocer mejoras que no sean necesarias; para constituir
servidumbres pasivas; y en general, para celebrar otra clase de contratos que
afecten el patrimonio del pupilo, siempre que pasen de quinientos quetzales.
Estos contratos no pueden ser prorrogados. 2) Para tomar dinero a mutuo,
debiendo sujetarse a las condiciones y garantías que acuerde el Juez. 3) Para
repudiar herencias, legados y donaciones. 4) Para transigir o comprometer en
árbitros, las cuestiones en que el pupilo tuviere interés. 5) Para hacerse pago
de los créditos que tenga contra el menor o incapacitado. Y 6) Para resolver la
forma, condiciones, garantías en que debe colocar el dinero del pupilo.

Las normas específicas de la tutela son aplicables en materia de ausencia.


Recuérdese que de conformidad con lo dispuesto en el Art. 50 del Código Civil
el representante del ausente es el administrador de los bienes de este y tiene
las mismas obligaciones, facultades y prohibiciones de los tutores, en lo que
fueren aplicables.  

A las diligencias que persiguen la enajenación o gravamen de los bienes de


menores, incapaces o ausentes, se les ha denominado tradicionalmente en
nuestro medio “diligencias de utilidad y necesidad”. Por su naturaleza de
asuntos de jurisdicción voluntaria debería corresponder la competencia a los
jueces de primera instancia del ramo civil. Sin embargo, se ha suscitado
problemas con la vigencia de la ley de tribunales de familia. En efecto, esta ley
dispone en su Art. 2 que corresponde conocer a dichos tribunales, entre otras
materias, lo relacionado con la patria potestad y la tutela, lo que claramente
despeja cualquier duda en cuanto a competencia en esos supuestos. Sin
embargo, no menciona los casos de ausencia. El instructivo para los Tribunales
de familia si indica que corresponde a la jurisdicción privativa de familia
conocer de las disposiciones relativas a la administración de bienes de
menores, incapaces y ausentes (No. I inciso i). Aunque, como antes opinamos,
las normas contenidas en la circular no tienen carácter vinculante para los
jueces, al parecer, este ha sido el criterio de los tribunales en cuanto a la
competencia de los Tribunales de familia y parece lógico, puesto que la ley
especifica sí se refiere a los asuntos relacionados con la patria potestad y la
tutela, y a su vez, el Código Civil, remite a las disposiciones de la tutela en lo
que concierne a los representantes del ausente.

Por eso también parece lógica la duda que expresa Martínez Pérez cuando
dice que no se explica la razón por la que en algunos juzgados del orden civil
común se tramiten procesos de utilidad y necesidad, cuando se refieren a
incapaces y ausentes mayores de edad o no se jueguen intereses de menores.

Volviendo a las normas de nuestro Código Procesal, hay que tener presente
que en el Art. 420, párrafo 2do se establece cuando hay utilidad y necesidad en
los contratos sobre bienes de menores, incapaces o ausentes. Los casos son
los siguientes: 1) Cuando los productos de los bienes inmuebles no alcancen
para satisfacer créditos legítimos o para llenar necesidades precisas de
alimentación del menor o incapaz. 2) Cuando para conservar los bienes y sus
productos, no se puede encontrar otro medio que el de gravarlos. Y 3) Cuando
se proporciona la redención de un gravamen mayor por menor.

El solicitante deberá expresar conforme lo dispone el Art. 421 del Código


Procesal: 1) El título con que administra los bienes, el cual deberá acreditar. 2)
Los motivos que le obligan a solicitar la licencia. 3) Los medios de prueba para
acreditar las utilidades y necesidad del contrato u obligación. 4) Las bases del
contrato respectivo. Y 5) Los bienes que administra, con designación de los
que se propone enajenar o gravar.

La solicitud presentada se tramita con intervención de la Procuraduría General


de la Nación y del protutor en su caso. El juez tiene amplias facultades para
recabar la prueba propuesta y para ordenar que se practiquen de oficio todas
las diligencias que considere convenientes. Si fuere necesaria la tasación de
bienes, el juez ordenará que se practique por un experto que para el efecto
nombrará (Art. 422).

Finalmente, el Juez declara la utilidad y necesidad de la operación, según el


caso. A esta declaratoria se refiere el Art. 423 del Código procesal, que por su
importancia debemos comentar.

Establece la última disposición citada del Código Procesal Civil y Mercantil que
una vez recabada la prueba y oído el Procuraduría General, el juez debe dictar
una resolución en forma de auto que ponga fin a las diligencias promovidas.
Ese auto debe contener los siguientes puntos.

A.    Si son o no fundadas las oposiciones que se hubieren planteado


Se prevé en el Código que puedan presentarse oposiciones, las que
tienen su origen en diversas causas, ya sea concernientes específicamente a
los motivos de utilidad y necesidad invocados por quien presenta la solicitud, o
bien relativas a motivos diferentes, pero no menos importantes, como cuando
se pretende vender un bien ajeno o sujeto a determinadas limitaciones. Entre
nosotros se ha hecho ver que en el Código no se estableció ningún
procedimiento para resolver los casos de oposición, lo que presenta cierto
grado de dificultad por la vigencia de la Ley de Tribunales de Familia.  

Sabido es que en los asuntos de jurisdicción voluntaria, según lo


dispuesto en el Art. 404 del código procesal, si a la solicitud se opusiere alguno
que tenga derecho para hacerlo, el asunto será declarado contencioso, para
que las partes acudan a donde corresponda a deducir sus derechos (párrafo
1º.). Ahora bien, en las llamadas diligencias de utilidad y necesidad, cuando el
Código prescribe que el juez debe pronunciarse sobre si son o no fundadas las
oposiciones que se hubieran planteado, se está refiriendo a aquellas que
objetan la utilidad o la necesidad de la operación puesto que es la materia que
esta ventilándose. En esta clase de asuntos el juez se mueve con entera
libertad, no está sujeto a los rigores del proceso contencioso y puede practicar
libremente, de oficio, cualquier prueba que estime conveniente. Martínez Pérez
hace la observación de que el Art. 8 de la ley de Tribunales de familia remite en
forma general al juicio oral, pero el último párrafo del Art. 16 de dicha ley
establece que toda oposición que no tratare de los asuntos a que se refiere el
Art. 9 de esa ley resolverá dentro del mismo proceso. De aquí concluye que las
oposiciones deben tratarse en la vía incidental, porque no estando estas
materias comprendidas en el artículo 9. De la Ley de tribunales de familia,
corresponde resolverlas en el mismo expediente. Sin embargo, advierte que
depende del tipo de oposición, porque si lo que se objeta es la utilidad o la
necesidad de la negociación es apropiada la vía incidental, pero si se trata de
que tipo de oposición, como sería la alegación del propietario de que pretende
enajenar o gravar un bien que le pertenece, entonces piensa que la vía
adecuada es la del proceso de cognición ordinario.

Nosotros también pensamos que las oposiciones mencionadas en el inciso


1. del Art. 423 del Código Procesal, se refieren a las que objetan la necesidad o
la utilidad de la operación propuesta puesto que de otra manera esta norma
entraría en oposición con la norma general prescrita en el Art. 404 del Código
Procesal, relativa a la oposición que se presenta en asuntos de jurisdicción
voluntaria. Para resolver esas oposiciones el juez tiene entera libertad de
conocimiento. Puede, como antes se dijo, recabar incluso de oficio las pruebas
que estime convenientes y debe resolver las oposiciones en el auto final. El
Código no remite expresamente al procedimiento incidental, pero tampoco lo
prohíbe, de manera que si el juez lo considera necesario puede, en
determinadas circunstancias, acudir a ese procedimiento, no solo por lo que
establece la parte final del Art. 16 de la ley de tribunales de familia, sino porque
el Art. 20 de dicha ley remite a la aplicación supletoria de la ley del organismo
judicial, que es el cuerpo legal donde se regula la vía incidental. Ahora bien,
cualquier otro tipo de oposición como cuando se pretende afectar un legítimo
derecho de propiedad, no puede resolverse en el propio expediente de utilidad
y necesidad, cuya finalidad principal es comprobar estos extremos a fin de
conceder la autorización judicial. En caso de esta naturaleza la cuestión debe
resolverse en proceso ordinario ante el respectivo Juez Civil.  

B.   La declaratoria de utilidad y necesidad, en su caso

Esta declaratoria es el objeto mismo de las diligencias y a la


comprobación de los extremos que la fundamentan van dirigidas todas las
actuaciones. Normalmente la utilidad y la necesidad de la operación o negación
propuesta van indisolublemente unidas y se implican recíprocamente. Como se
ha hecho notar, muchas veces la operación es solamente ventajosa, útil,
aunque no necesaria. El Código Procesal Civil y Mercantil Civil Y Mercantil
sigue esta orientación y por eso dice que el Juez en el auto que pone fin a las
diligencias debe hacer la declaratoria de la utilidad y necesidad, en su caso.

C.   La autorización para proceder a la venta o gravamen de los bienes,


fijando las bases de la operación

Demostrados los extremos de la utilidad y de la necesidad, en su caso, y


con base en esas consideraciones, el juez en el auto que dicta concede la
autorización para que se proceda a la venta o gravamen de los bienes. Se
recordara que conforme al Art. 421 del Código Procesal Civil y Mercantil el
solicitante debe acompañar a su solicitud las bases del contrato respectivo
(inciso 4). El juez las analizará, pero tiene facultades legales para variarlas si lo
considera conveniente a los intereses del menor, incapacitado o ausente. Al
juez le corresponde fijar las bases en el auto final. En la practica los solicitantes
presentan el texto mismo del contrato a suscribirse, el que, aunque no lo exige
la ley, presenta al Juez el panorama completo de la negociación. Se hace así
tomando en cuenta que el Juez va a comparecer a firmar la respectiva escritura
y, lógicamente, puede exigir previamente que se le presente el proyecto de
contrato que va a ser objeto de documentación notarial.

D.  El nombramiento de Notario y la determinación de los pasajes


conducentes del expediente que deban incluirse en la escritura, en
la que comparecerá también el juez.

Esta prescripción nos indica que la forma en que debe documentarse la


negociación es la correspondiente a la escritura pública. En ella deben
transcribirse los pasajes del expediente, que el juez estime necesarios para la
mejor comprensión del acto a instrumentarse, Normalmente se incluye la
solicitud, el dictamen de la Procuraduría General, el avalúo, la designación del
Notario y el auto final.

E.   Subasta pública

El juez podrá disponer que se haga en pública subasta, fijando los


términos de la misma. En la exposición de motivos del proyecto de código se
indica a este respecto: “se deja facultativa la venta en pública subasta de los
bienes, que es un procedimiento a veces largo, dispendioso o innecesario, lo
cual ponderará el juez, de acuerdo con la prueba recibida y los avalúo o
expertajes que se hubieren practicado y las bases de la negociación
propuesta”. Si el juez hace uso de esta facultad, en la escritura pública que se
otorgue deberá transcribirse también el acta de rente.

F.    Responsabilidad

Dispone además el artículo 423, párrafo final, del Código Procesal Civil y
Mercantil Civil y Mercantil que la declaratoria de utilidad y necesidad la hará el
Juez siempre bajo la responsabilidad de todos los que hubieren intervenido en
las diligencias.

En el Código derogado el Juez nombraba defensor judicial a los


menores, incapacitados o ausentes al presentarse la solicitud de la negociación
(Art. 1048). En el vigente Código este nombramiento ya no es necesario. Las
razones se explican en la exposición de motivos del Proyecto, así: “Se suprime
el cargo de defensor judicial, por las facultades amplias concedidas al juez y
por estimar suficiente la intervención de la Procuraduría General, aparte de los
inconvenientes económicos que tiene el sistema actual”. Debido a estas
circunstancias es que el juez firme el instrumento público que se otorgue, a fin
de que controle que se han llenado todos los requisitos prescritos por el
Código.

D) Otros casos

Puede suceder que la autorización judicial que se solicite al juez sea


para un acto distinto de la enajenación o gravamen de los bienes, pero siempre
relacionado con los supuestos en que se exige la licencia judicial, de acuerdo
con los casos previstos en el Código Civil y antes hemos puntualizado. Para
estas situaciones se incluyó en el Código Procesal Civil y Mercantil la norma
general del Art. 424, que dice: “para otros casos en que se necesite la
autorización judicial, se observarán las prescripciones de esta sección, en lo
que fueren aplicables”.

E)  Tramitación Notarial

La ley reguladora de la Tramitación Notarial de Asuntos de Jurisdicción


Voluntaria, decreto 54-77 del congreso, asigna a los notarios la facultad de
tramitar los expedientes relacionados con la disposición y gravamen de bienes
de menores, incapaces y ausentes. De acuerdo con la ley vigente, El Notario
tramita completamente el expediente. En este aspecto hay diferencia con el
proyecto de ley que dio origen al decreto 54-77 mencionado, porque en el
proyecto la resolución final correspondía al Juez competente y el Notario solo
actuaba durante su tramitación. Por eso es que en el articulado de la ley en
vigor se encuentran algunas incongruencias.

La solicitud para disponer o gravar bienes de menores, incapaces o


ausentes, podrá presentarse y tramitarse ante notario cumpliéndose con o
dispuesto en los artículos 420 y 421 del Código Procesal Civil y Mercantil.
Estos artículos se refieren, respectivamente a los casos en que por razones de
utilidad y necesidad debe pedirse licencia judicial (420) y a los requisitos de a
solicitud que deben anexarse a ella (421 CPCYM)

TRAMITE:

1 ACTA NOTARIAL DE REQUERIMIENTO: acreditando la calidad en la que


actúa, expresando los motivos por los cuales solicita la autorización, las
pruebas del caso, bases del contrato y el listado de bienes del menor, incapaz
o ausente.

2 PRIMERA RESOLUCIÓN: En esta se tienen por iniciadas las diligencias,


por presentados los documentos que fueren aportados y se ordena las
diligencias con el objeto de que quede suficientemente probada la utilidad o
necesidad.

3 NOTIFICACIÓN: al protutor o representante del menor, en su caso.

4 RECEPCIÓN DE MEDIOS DE PRUEBA: Sin son declaraciones


testimoniales, se lleva a cabo mediante actas notariales.

5 DILIGENCIAS QUE FUEREN NECESARIAS:


Avaluó por el requeriente.
Informe medico

6 INFORME DE TRABAJADORA SOCIAL


Remisión del expediente a un juzgado de primer instancia de
familia para que una trabajadora social realice un estudio socio-
económico del caso y emita su informe.

7 VALUACIÓN: del bien del cual se dispondrá o gravará, por un valuador


Autorizado en la República.

8 AUDIENCIA: a la Procuraduría General de la Nación.

9 AUTO O RESOLUCIÓN FINAL: Una vez recibida la prueba el notario puede


dictar la resolución bajo su más estricta responsabilidad, la cual deberá llenar
los requisitos siguientes: a) La declaratoria de utilidad y necesidad, en su caso;
b) La autorización para proceder a la venta o gravamen de los bienes fijando
las bases de la operación; y, c) El nombramiento de notario y la determinación
de los pasajes conducentes del expediente, que deban incluirse en la escritura.

10 OTORGAMIENTO DE LA ESCRITURA: Se procederá a otorgar la escritura


correspondiente.

11 REMISIÓN: del expediente respectivo al Archivo General De Protocolos.


CONCLUSIÓN:

Para iniciar el trámite notarial o judicial de gravamen de bienes de


menores el requisito indispensable es que se declare con
anterioridad la incapacidad judicialmente. El tutor acreditará su
personería a través de la certificación del auto emitido por un
Juzgado de Primera Instancia de Familia en donde se declaró la
incapacidad. El tutor nombrado tendrá que solicitar la facultad para
gravar el bien del incapaz declarando la necesidad, atendiendo al
caso concreto

Los asuntos de gravamen de bienes de menores se tramitarán en


jurisdicción voluntaria ante un Juzgado de Primera Instancia de
Familia.
BIBLIOGRAFÍA:

LA FORMA NOTARIAL EN EL NEGOCIO JURÍDICO


LIC. NERY ROBERTO MUÑOZ
CUARTA EDICIÓN
JULIO 2005

TESIS DE GRAVAMEN DE BIENES DE INCAPACES.


FUENTE, PÁGINA DE INTERNET:
www.doschivos.com/trabajos/derecho/203.htm

CÓDIGO PROCESAL CIVIL Y MERCANTIL DECRETO LEY 107

LEY REGULADORA DE LA TRAMITACIÓN NOTARIAL DE ASUNTOS DE


JURISDICCIÓN VOLUNTARIA. DECRETO 54-77 DEL CONGRESO DE LA
REPUBLICA DE GUATEMALA

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