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Cultura y teoría

Cuestionario

1) Raymond Williams da inicio a "análisis de la Cultura" con la frase: "En la definición de


cultura hay tres categorías generales". Mencione las tres categorías, las épocas en las que
predominan, los "niveles" de la cultura, las limitaciones para conocer "lo cultural" y el valor que
tienen los documentos para este autor.
Primera categoría: Lo ideal. Esta relacionada con la perfección, es en todo caso, una
abstracción de cultura.
Segunda Categoría: La documental. Habla de obras de la cultura, pero amplía un poco el
espectro; son el conjunto de obras intelectuales o imaginativas que registran formas de
pensamiento y experiencia humana. Ejemplos de esto se encuentran en el pensamiento de
Voltaire, Leopoldo Zea Siqueiros, etc.
Tercera categoría: Lo social. Se presta a más ambigüedad; esta categoría toma a la cultura
como la descripción de determinado modo de vida que expresa significados y valores; es una
práctica cultural-social. Por ejemplo podemos ver culturas sociales como la cultura del rock,
del punk, del adolescente, etc.
Los niveles de la cultura son:
- La cultura vivida en un momento y lugar determinado, (el aquí y ahora, presente).
- La cultura vivida en un momento y lugar determinado, (el sentido histórico).
- La cultura de la tradición selectiva.

2) La jaula de la melancolía de Roger Bartra:


a) ¿Qué es ideología de la cultura" para Bartra según lo explica en "Penetración"?
Para Bartra la ideología de la cultura esta ejemplificado en el nacionalismo mexicano. El
nacionalismo, nos dice, es una construcción que se empezó a formar varios años atrás, sobre
todo con la Revolución Mexicana. Este nacionalismo se ha convertido en una ideología de la
cultura, por poseer en ello un conjunto de simbolismos que tratan de homogeneizar y dominar
una sociedad heterogénea. “(“El llamado carácter nacional”) es una construcción imaginaria
que ellos mismos han elaborado, con la ayuda decisiva de la literatura, el arte y la música.” 1
Pensemos un poco en lo que nos dice Bartra: todos en algún momento de nuestras vidas
hemos cantado el himno nacional, todos hemos escuchado alguna vez algún corrido

1
Roger Bartra, “Penetración”, en La jaula de la melancolía, p. 16
mexicano hemos, leído alguna lectura que haga referencia al patriotismo (por lo menos los
libros de texto de la primaria) y mínimo conocemos algún mural mexicano.
Todo esto ha “formado” la cultura mexicana haciendo un llamado a ese “nacionalismo
mexicano”. El nacionalismo ha llegado a convertirse en una ideología, tras años de escuchar
los mismos discursos en pro de la nación mexicana. Lamentablemente el fin de esta ideología
es dominar mediante los simbolismos culturales. El discurso del nacionalismo se encuentra en
manos de “la cultura política dominante”.2
“Esta cultura política hegemónica se encuentra ceñida por el conjunto de reales imaginarias
de poder, que definen las formas de subjetividad”. Desde los años treinta se comienzan a
publicar diferentes artículos enfocados al nacionalismo, tanto en el arte, literatura, ciencia y
otras. El nacionalismo llega como una forma de identificación social, propugnada por valores
nacionales mitificados en los héroes nacionales (Miguel Hidalgo, Morelos, Guerrero, Zapata,
Lázaro Cárdenas) sin embargo “parecieran como si los valores nacionales hubieran ido
cayendo del cielo patrio para integrarse a una sustancia unificadora en la que se bañan por
igual y para siempre las almas de todos lo mexicanos. 3
Este nacionalismo olvida que nuestra sociedad esta compuesta por micro sociedades. En
realidad, cuando hablamos de sociedad mexicana, hablamos de sociedades mexicanas. En
estas sociedades se encuentran los mexicanos urbanos, los campesinos, los indígenas, los
indígenas urbanos, los indígenas campesinos, los de la colonia de Polanco o los de Tepito.
No existe ese estereotipo mexicano que tanto tratan de imponer las clases dominantes. “La
definición de “el mexicano es mas bien la descripción de la forma como es dominado y, sobre
todo, de la manera en que es legitimada la explotación.” 4
La ideología de la cultura es entonces ese nacionalismo dominante que se encuentra
presente en todos los días de los mexicanos. El nacionalismo es utilizado como una forma
de legitimación de la sociedad.
Por lo que hemos visto la finalidad de la ideología cultural plasmada en el nacionalismo es:
1.Dominar; 2.Homogeneizar; 3.Legitimar.

2
Ibid, p. 16
3
Ibid, p. 21
4
Ibid, p. 22
b) De acuerdo con los capítulos "Xólotl..." y "El héroe agachado" ¿como funciona la ideología
de la cultura? ¿Qué significa, por ejemplo, para el pensamiento académico latinoamericanista ?
Para que la ideología de la cultura funcione es necesario hacer uso de simbolismos y
mitificaciones. Esto es algo que podemos ver tanto en “Xolotl” como en el “Héroe agachado”.
Por un lado Bartra nos presenta a un arquetipo de la época prehispánica y por el otro lado a
un arquetipo de la época moderna.
Xolotl fue para los aztecas una representación de ellos mismos, fungió como un estereotipo
formador de la humanidad. El Xolotl-Quetzalcoatl era representado de dos maneras; una la
del creador de vida, y otra la del miedo y la muerte. La característica en este personaje era la
transmutación. Así pues Xolotl era una representación de la forma como se debía concebir el
mundo. Este mito tenía la función de dar a conocer a la sociedad un estereotipo de vida.
El héroe agachado, es el estereotipo moderno. Ahora no es necesario hablar de dioses
mágicos, para expresar y legitimar un pensamiento. En la actualidad el estereotipo ideológico
esta representado por la nación. Como ya Bartra había señalado antes, los argumentos del
Estado-nación actual están basados en los escritos que se llevaron a cabo desde 1930.
Desde ese momento se ha hablado de uno de los problemas del mexicano (hablando en ese
sentido unificador-nacionalista por supuesto): el de inferioridad.
Algunos autores, como Samuel Ramos, han señalado que esta inferioridad del mexicano se
debe a que este individuo, ha sido incapaz se alcanzar sus propias metas. A lo largo de la
historia, -continuaría diciendo este autor- el mexicano ha sido el esclavizado, el oprimido, el
humillado. Pero en lo mas profundo de su ser, el mexicano tiene un deseo de superioridad
social, que solo ha podido identificar en aquellos héroes patrióticos.
Esta “aclaración” de la inferioridad del mexicano pudo generar en décadas anteriores ciertas
polémicas, pero al final Bartra concluye, que esta discusión lo que genera realmente es un
mito social, el mito del héroe agachado, el cual responde a ciertos procesos de legitimación
“que cumple diversas funciones: representa las virtudes aborígenes heridas que nuca
volveremos a ver; el mismo tiempo, representa el chivo expiatorio de nuestras culpas, y sobre
él se abate la furia que se destila de las frustraciones de nuestra cultura nacional, representa
a los campesinos sin tierra, a los trabajadores sin trabajo, a los intelectuales sin ideas, a los
políticos sin vergüenza… En fin, representa la tragedia de una patria en busca de la nación
perdida”.5
Tanto Xolotl como El Héroe agachado son mitificaciones utilizadas para dominar,
hegemoneizar (en el caso del héroe agachado, que hace referencia sobre todo un estereotipo
del mexicano) y legitimar un control cultural y político.
Al respecto, se han abierto diferentes debates sobre este tipo de mitificaciones, sobre todo en
el caso del héroe agachado. El latinoamericano se ha llegado a preguntar si él puede tener
originalidad de lo que produce, (el complejo de inferioridad), se ha dicho, que el
latinoamericano no puede poseer una verdadera originalidad con respecto a su pensamiento y
a lo que produce no es más que una copia del mundo occidental. ¿Esto será cierto? ¿Somos
una copia del europeo, del occidental? Diferentes autores han dejado a un lado esta
complejidad, se han hecho las preguntas anteriores y han concluido que un latinoamericano
puede poseer originalidad, siempre y cuando no pretenda imitar la usanza europea y recuerde
su identidad, lo que lo hace ser latinoamericano, entre estos autores podemos mencionar a
Cerutti y Leopoldo Zea.

3) Para Piglia las categorías para una crítica literaria que actualmente podrían regir nuestros
análisis, ¿cuáles son?
Las categorías que actualmente podrían regir nuestro análisis para este autor son: los letrados
e intelectuales y el relato hacia lo popular, la violencia, los relatos populares antagónicos y los
discursos y la distancia. Hay que aclarar que dichas categorías no se encuentran cada una en
un solo relato, ya que en todo relato o narración confluyen las categorías, pero para entender
esto hay que hacer énfasis en ver en que consiste cada categoría.
Los letrados e intelectuales: Son quiénes escriben y nos cuentan una historia, estas personas
se encuentran relacionadas directa o indirectamente con la opinión de la gente. Para narrar
una historia, el escritor necesita de la experiencia, tanto la propia, como de la persona que
experimento algún suceso relacionado con el relato. Por esta razón el escritor nunca puede
ver a la sociedad desde arriba, (aunque algunos, que no pueden faltar, crean que lo estén
haciendo). El escritor, el poeta, el letrado, el intelectual, siempre plasmara en sus escritos una
opinión personal, algo que el mismo autor nos quiera transmitir. Ningún intelectual puede

5
Roger Bartra, Ela héroe agachado” en La jaula de la melancolía, p. 114
hablar de un problema social si no esta inmerso en él, es decir, necesita algo que lo
identifique, tal vez una tradición que se lleve al presente.
Esto es lago que podemos ver en cualquier relato, por ejemplo en “El matadero” de
Echeverría.6 En dicho relato Echeverría no sólo nos narra la problemática social de sus días,
es decir la dictadura de Rosas, si no que también nos brinda su perspectiva de la realidad, su
opinión personal de lo que esta sucediendo y lo que él desearía para el bienestar de sociedad.
La problemática de Echeverría se encuentra en ese discurso ya conocido entre civilización-
barbarie, federalistas contra unitarios. Pero el autor no sólo plasma su propio discurso,
también utiliza como recurso de la narración las propias voces de los federalistas, es decir,
abre un espacio a la voz popular; “es el intelectual puesto en relación con el mundo popular.” 7
Las narraciones de los letrados explican desde una manera la historia vinculada a la memoria
y la tradición.
La violencia: Esta palabra denota en el campo de la literatura no sólo aquellas narraciones
que nos cuentan un acontecimiento trágico y violento, como lo sucesos de una guerra, un
levantamiento popular o una dictadura, más allá de eso, debemos percatarnos de lo que se
está tratando de decir, Este tipo de narraciones están tratando de decirnos algo que esta mas
a fondo del relato, la literatura puede fungir tanto para darnos a conocer una realidad social
como para ser utilizada como una lectura aleccionadora, autoritaria y dominadora. Las
narraciones como se dijo están sujetas a intereses personales, por ejemplo, “el relato estatal
constituye una interpretación de los hechos, es decir, un sistema de motivación y de
causalidad, una forma cerrada de explicar una red social compleja y contradictoria. Son
soluciones compensatorias, historias con moraleja, narraciones didácticas y también historias
de terror.”8 Esta es la violencia a la que se enfrenta la literatura, contrariamente a lo que
algunos puedan pensar, la literatura no es algo establecido, no es algo que puede ser tomado
a la ligera, pues la literatura puede ser utilizada con diferentes fines, y el peor de ellos, (a mi
parecer) es el de la manipulación.
Los relatos populares antagónicos y los discursos: La anterior categoría nos deja percibir que
en el mundo literario existen contraposiciones, es decir, dependiendo de lo que se quiera decir

6
Utilizare como ejemplo al Matadero, no sólo porque Pïglia lo haga en un momento, si no porque también he trabajado con
este cuento, y además gusto de él.
7
Ricardo Pilglia, Tres propuestas para el próximo milenio (y cinco dificultades), p. 3.
8
Ibid, p.6.
o dar a entender podemos construir un tipo de literatura. Las oposiciones más obvias se
encuentran entre el discurso del Estado y del discurso opositor a éste. “En un sentido, la
literatura construye relatos alternativos, en tensión con ese relato que construye el Estado,
9
ese tipo de historias que el Estado cuenta y dice.” El estado puede utilizar a la literatura
como medio de legitimación social. Esto es algo que podemos ver claramente en nuestro país,
por ejemplo, la Historia que nos enseñan durante la educación básica esta plasmada de este
relato legitimador, en donde se construyen historias y se modifican los hechos, creando
historias ficticias, héroes míticos modernos, (recordando un poco a Joseph Campbell, en su
libro de “El héroe de las mil caras”). Estos relatos del Estado ocultan una parte de la realidad,
de una manera que no se pueda percibir notoriamente, o en otras palabras, cubren
acontecimientos que no se quieren dar a conocer, por medio del lenguaje, de discursos que
opacan la realidad. El discurso entonces juega un papel importante en la sociedad, por medio
del discurso, se puede llegar a la gente y convencerla o no de algo existente. Piglia nos pone
el ejemplo de la dictadura Argentina, el Estado de esos días decía que:
“Argentina era una sociedad enferma y que los militares venían desde fuera, eran los técnicos que estaban allí
para curar… era necesario una operación dolorosa, sin anestesia…Y ese discurso era propuesto como una
suerte de versión ficcional que el Estado enunciaba, porque decía la verdad de lo que estaban haciendo, pero de
un modo a la vez encubierto y alegórico.”10

El estado ha venido manejando este tipo de discursos a lo largo del tiempo, los discursos,
pueden ejercer control y poder hacia las masas, ejemplo de ello es la famosa Segunda Guerra
Mundial, o para no irnos tan lejos, recordemos hace poco la disputa de la reciente campaña
en México por la presidencia entre PAN y PRD, cuando en uno de los spots del PAN, se
manejo la idea de comparar al “Peje” con Chávez, y preguntarnos ¿quieres esto para tu país?
Sin embargo, nos dice Piglia, “al mismo tiempo, podríamos decir que hay una serie de
contrarrelatos estatales, historias de resistencia y oposición.” 11 Estos contrarrelatos son las
herramientas para construir los discursos antagónicos hacia el Estado. El escritor escucha las
voces de aquellos testimonios populares, de esas realidades paranoicas, que al momento de
transcribirlos forman una estética de lo problemático:
“El letrado enfrenta al Estado, hace ver que el Estado esta construyendo un relato falso de los hechos. Y para
construir esta contrariedad, registra las versiones antagónicas, sale a buscar la verdad en otras versiones, en

9
Ibid, p.5.
10
Ibid, p. 6
11
Ibid, p.6.
otras voces. Se trata de hacer ver como ese relato estatal oculta, manipula, falsifica y hace aparecer entonces la
verdad en la versión del testigo que ha visto y ha sobrevivido.” 12

La distancia: La distancia refleja la separación que existe entre la realidad tal y como es y la
realidad percibida, es decir, el límite que existe entre el narrador y los hechos. Para construir
las narraciones aquello que vuelve a construirse a través de la literatura, el narrador debe
desplazarse, “darle la palabra a otro”. 13 El lenguaje se convierte en el medio para transmitir lo
que uno esta diciendo por medio de otro. Los personajes ficticios juegan ese papel de
distanciamiento-desplazamiento, dichos personajes pueden alcanzar lugares en donde el
narrador nunca ha estado, pero gracias a éstos, se pueden hacer escuchar las opiniones tanto
de la gente como del mismo autor: “Salir del centro, dejar que el lenguaje hable también en el
14
borde, en lo que se oye, en lo que llega de otro”

4)¿En qué aspectos metodológicos de la reflexión sobre la cultura coinciden Monsiváis y


Sarlo?
Los aspectos metodológicos de la reflexión sobre la cultura en donde coinciden Monsiváis y
Sarlo son, sobre todo, en el carácter de la identidad. Tanto Monsiváis como Sarlo nos hablan
de una construcción de la identidad cultural que ha ido cambiando conforme el tiempo lo
exija. Por ejemplo, en un primer momento de la Latinoamérica independiente, se hablaba
sobre la nación y sobre lo que esta nación debe brindar. Los primeros discursos en
Latinoamérica al respecto a esto se fundamentaban entre la Civilización-Barbarie. La nación
debía responder como ente civilizatorio de las masas, para llegar a tener el mismo nivel de
las sociedades europeas.
Sarlo nos dice. “Como Rosario, Buenos Aires se construyo con modelo europeos aplicados a
15
la resolución de problemas que no eran los mismos de Europa” Monsiváis también se da
cuenta de este discurso de la modernidad:
“A los países latinoamericanos los va uniendo el culto al progreso, el otro nombre de la azarosa construcción de
la estabilidad, que pasa por el desarrollo educativo, las doctrinas filosóficas (el positivismo, muy señaladamente),
las Constituciones de las Republicas, los códigos civiles y penales, la disminución de los aislamientos
geográficos, la exasperación ante lo indígena (considerado “el peso muerto”). La mitificación del mestizaje, el
afianzamiento de lo prejuicios raciales, las corrientes migratorias, el frágil equilibrio entre lo que se quiere y lo que
se tiene. Y si el avance de los países es desigual, las semejanzas son extraordinarias.” 16
12
Ibid, p.7.
13
Ibid, p.9.
14
Ibid, p.11.
15
p. 29
16
p. 115 Ínclitas
Ambos coinciden que la cultura se ha manejado para legitimar procesos unificadores y
legitimadores, para poder hablar de una nación homogénea. Esto se ha logrado por
diferentes medios: por la educación; por medio de la exclusión de secretos sociales
(indígenas, gente marginada; por medio del mismo lenguaje; y por medio en si de todo lo
cultural.
Pero el problema más importante respecto a la manera como abordan estos autores la
cultura, se centra en el concepto del pueblo. Tras de las vías legitimadoras, como relatos,
ciencias doctrinas, ¿existe un claro discurso frente al “pueblo”? Monsiváis nos dice:
“El Pueblo, de modo lejano, pertenece a la nación; la gleba no, esta siempre a las afueras es
la horda anónima, desbordante de voces y rostros pintorescos y amenazadores y por tanto,
hondamente alegóricos”.17
Obviamente al discurso de civilizaciones contra barbarie se dirige especialmente a aquellas
personas que no “cuadran” con el ideal de progreso y modernismo.
Sarlo nos menciona que una de las soluciones en Argentina por ejemplo, fue deshacerse
definitivamente de la población indígena. El papel en Argentina, fue en su momento el del
“protagonista y el destinatario, la causa y el motivo, el motor y la masa”. 18
El “pueblo” fue utilizado como ejemplificación de lo que no se quería en la sociedad: no
poseía riqueza, bienes materiales ni educación. El pueblo plasmado en el campesino pobre en
el obrero miserable o en el indígena explotado, fue utilizado en diferentes relatos que pasan
desde la literatura hasta el cine.
El pueblo, lo popular se convierte en simbolismos, en recreaciones de lo social, que no son
aceptados por las elites, y que sin embargo reflejan una “identidad de la miseria”, es decir, se
construyen simbolismos ante los desajustes de la miseria.
En el caso argentino después de la crisis económica lo único que queda a la gente es
precisamente es “identidad de la miseria”: “Del estallido de identidades no surgió una nación
plural, sino su supervivencia pulsátil. La nación se perdió en el extremo laberinto de la
pobreza”.19
¿Qué sucede actualmente en el post-modernismo del que tanto se habla? Se preguntan
Monsivais y Sarlo. Lo que sucede ahora es que los simbolismos identificados se han
17
p. 121 De las versiones de lo popular
18
p. 20
19
p. 19
desplazado hacia lo material y el consumismo a tomado esa forma de querer “ser” del
individuo. Ahora a diferencia de lo que se planteaba antes, es decir, esa idea de pueblo como
unidad, se transforma en el concepto de “grupo”, ya no existe esa unidad, ni como progreso,
ni como miseria, lo que se da ahora es un surgimiento de diferentes grupos culturales
coinciden con pensamientos y actitudes: rockeros, punketos, poperos.

Optativa
1) “Catalina y Catalina de Sergio Ramírez: ¿en que rebasa el pensamiento político
revolucionario? ¿Quién cuenta, o quiénes cuentan? ¿Cómo logra el narrador o narradores
“contaminar” al relato?
En “Catalina y Catalina” a lo largo del relato, el narrador nos va dando detalle sobre su
persona. En primer lugar nos damos cuenta del que narrador es parte de la historia y no esta
fuera del relato, como espectador. En las primeras páginas el narrador se dedica a hablarnos
sobre sus recuerdos del pasado, posteriormente nos damos cuenta que quien nos habla es
una mujer. No es sino hasta la antepenúltima página que la narradora descubre su identidad:
“Tengo el pelo rojizo, aunque lo uso muy corto, los ojos de un amarillo claro, aunque desde los
11 años llevo lentes, por la miopía; y la voz ronca, una voz que, según me dicen, es de tono
sensual; una voz de alcoba, me dijo alguien una vez. Me llamo, además, Catalina.” 20 La
persona que cuenta este relato es Catalina hija.
La narradora logra contaminar el relato a través de la intriga. En primer lugar encontramos la
duda sobre quién el la Catalina de la que se nos esta hablando, es decir, cual es su identidad.
Lo único que sabemos en un principio de esta Catalina es que planchaba ropa ajena todos los
días y lo que usaba en esos momentos era un sostén porque tenía mucho calor. Catalina
además, era propensa a habladurías, por lo que nos dice la narradora: “Esa tarde planchaba
en combinación y sostén como todas las tarde, para aliviarse del calor, porque el cuarto era
estrecho y mucho el fogazo de la hornilla de fierro donde se calentaban las planchas, o
21
porque de verdad fuera una adúltera, y por eso no se rasuraba los sobacos.” Luego se nos
dice que esta Catalina fue echada de la casa por el padre de la narradora, debido a la
acusación de adulterio. Después nos damos cuenta de que la Catalina que planchaba las

20
Sergio Ramírez, Catalina y Catalina, en Catalina y Catalina, p. 224.
21
Ibid, p. 215.
camisas era la madre de la narradora. Esta es la última vez que la hija ve a su madre. La otra
intriga que esta implícita a lo largo del relato, es la de saber quien es el narrador, como se
dijo antes, la identidad de la narradora se va dando paulatinamente, hasta que ella misma nos
confiesa su nombre.

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