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Seminario de Pensamiento Nacional y Latinoamericano (UNLa)

Comisión Prof. Juan Godoy – David Chamorro

Auxiliar en Docencia e Investigación: Natasha Cárcamo

Fermín Chávez- Epistemología para la Periferia

Datos biográficos del autor:

• Nace en 1924, en Entre Ríos. Proviene de una familia de Yrigoyenista. Si bien


escribe varios artículos (como la poesía sobre el joven asesinado luego del 17
de octubre, Darwin Passaponti), y un libro de poesía, su producción se
profundiza con la edición de varios libros a partir de 1955. Llega a escribir unos
46 libros aproximadamente, y centeneras de artículos.
• Realizó su formación en teología y filosofía en Buenos Aires y en el Perú, país
en el que se encontraba radicado cuando se produjeron los acontecimientos
del 17 de octubre en la Argentina. Chávez regresa a su “patria chica” un año
después, en 1946, para incorporarse inmediatamente al movimiento nacional
que los hechos de octubre habían parido.
• Fermín Chávez tempranamente traba relación con el nacionalismo que lo lleva
a integrarse al peronismo como expresión del nacionalismo popular. Tomó bajo
éste una militancia activa ya sea como funcionario de Ramón Carrillo en salud
pública, o como parte del órgano de prensa de la CGT.
• Luego del golpe de estado del 55, es parte activa de la Resistencia Peronista,
participa del Comando Táctico por orden de Perón. En el 63 es interventor del
PJ en Santiago del Estero. En 73-74 con la vuelta del peronismo dicta Historia
Argentina en Filosofía (UBA). En los 90 es docente de historia también en las
universidades de La Plata y Lomas.

Ideas principales: “Epistemología para la Periferia”


• Reconocer nuestra condición de país. Pensar desde la periferia. Construir nuestra
epistemología=matriz de pensamiento desde la periferia.
• El autor propone un eje cultural. Busca romper con el
eurocentrismo/europometrismo, que nos hace pensar con categorías ajenas:

En esta necesidad de reformulación de los conceptos coloniales aprehendidos, el autor


allana el camino para cuestionar el rol de las ciencias en particular y de la educación en
general en las sociedades periféricas, dado que realiza la crítica a una intelligentzia
argentina, que absorbe las categorías coloniales, las cuales Chávez denomina
europometrismo cultural retomando las concepciones acuñadas por Julio Ycaza

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Tigerino, impidiendo el desarrollo de una cultura nativa orientada a la realización como


Nación soberana, y no como apéndice de una potencia europea.

El europometrismo cultural diseminado por la empresa conquistadora, e incorporado a


la cultura local asumió al hombre europeo como parámetro universal de todas las
culturas, sin tener en cuenta su contenido histórico ni su contexto geográfico, con la
mira puesta en borrar del mapa a todas aquellas que no se ajustaran a dichos
parámetros, a modo de “tabla rasa”, avasallando las identidades culturales que se
habían conformado a través de los distintos procesos históricos en Argentina y en toda
Latinoamérica, muchos de ellos previos a la conquista, otros aglutinados por las
implicancias que la conquista tuvo, no sólo a nivel socio-económico y político sino
además geográfico, por las unidades territoriales, burocrático- administrativas que
creó y que más tarde se convirtieron en naciones “independientes”.

Fermín Chávez propone retomar las ideas del historicismo puesto en práctica por Víctor
Frankl, catedrático de la Universidad de Viena, que produjo una vasta obra en
Latinoamérica, sobre todo en Colombia, basándose en el método de construcción de
una Historia de la Cultura como interpretación ideológica de la realidad histórica
(Chávez;2012). Para Frankl, la periodización de la historia hispanoamericana no se
correspondía con la periodización de la europea, así como tampoco los movimientos
ideológicos europeos encontraban su correlato en estas tierras, en donde a menudo las
formas de pensamiento se manifiestan de manera ecléctica y sin cristalizar (Chávez;
2012).

• Llama a pensar desde y para la periferia. Sostiene que hay que revisar la historia,
ya que esta se encuentra falsificada y contarla desde los sectores oprimidos
(pueblo). Interpretaciones encontradas sobre el pasado y también del presente.
Historia descolonizadora: Revisionismo histórico vs Historia oficial (Mitre):
Encontraremos en Chávez la indagación acerca del coloniaje cultural que operó
sobre nuestra formación como Nación impidiendo que se desarrolle una
estructura de país basado en un proyecto autóctono, para erigirse como
superestructura alienante, obstaculizando toda construcción liberadora.
(Jaramillo; 2012).
La oposición civilización-barbarie fue la dicotomía a raíz de la cual las luchas
intestinas se cristalizaron, y el sustento ideológico de un modelo de Estado
como riñón de una elite que la usó como garantía de sus propios intereses. Esta
oposición también habilitó la elaboración política de una narrativa nacional que
negó sistemáticamente la presencia de los sujetos populares, del pueblo como

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motor de la historia, y el ocultamiento de procesos cruciales para la vida de la


Nación.
• No rechaza las ideas europeas. Las mismas no se deben adoptar, sino adaptar a
nuestra realidad. Hay que contextualizarlas, pasarlas por el tamiz de la realidad
nacional.
• Romper con los patrones de la dependencia. Sostiene que se debe reformular el
proceso cultural a partir de la afirmación de la conciencia nacional.

Definición de Epistemología para la periferia (páginas 168/169):

Esto significa:

Hay que ver el reverso a las ideologías de los países centrales porque son
elementos de dominación.

Hay que formular una nueva Episteme. Una nueva matriz para pensar nuestra
realidad. A los problemas nacionales hay que enfrentarlos con criterio nacional.

Relación entre colonizador y colonizado. A este último se obtura para evitar que
surja su conciencia. *Cita a Paulo Freire: “Muchas veces el colonizador, habla por la
boca del colonizado”

Propone un nuevo eje cultural. “La cultura como un árbol de dos raíces” opone dos
tipos de culturas: una de Elite (avalada por el sistema) versus cultura de masas
(cultura popular).

Llama a pensar en argentino.

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La supresión de todo sistema de dominación implica abordar la realidad con nuevas


herramientas. Aquí radica la importancia de los trabajadores de la cultura a la hora de
encarar una nueva ciencia del pensar.

Para reelaborar la relación entre sujeto y objeto de estudio, relación construida


históricamente y con fuerte intervención de la ideología dominante, es necesario partir
de nuevas definiciones de sujeto y objeto.

Para la reconstrucción de un sujeto y un objeto para los pueblos colonizados, Chávez


propone enfatizar en una ciencia de la cultura que supera la escisión que produjo el
paradigma iluminista entre cultura de elites y cultura del pueblo, siendo ésta última
subsumida a un rango inferior, mutilando su forma auténtica de vida de modo que
asuma las líneas directrices que impulsan las clases dirigentes.

El hecho de comprender al pueblo como creador y hacedor de cultura implica la


restauración de las creencias y los hábitos que fueron anulados por el pensamiento
racional-iluminista, visibilizando a los hombres y mujeres no-europeos, esto es superar
el europometrismo cultural.

Corrientes filosóficas

❖ Iluminismo:

El Iluminismo, que había alcanzado su pleno desarrollo en la Europa centro-occidental


del siglo XVIII, constituye un movimiento espiritual que caracteriza todo un período
histórico de la cultura europea, en modo análogo al renacimiento o al romanticismo.
Se lo distingue por su fe total y dogmática en la unidad y en el valor de la razón
humana. Para los iluministas, esta última es siempre idéntica a sí misma, igual en todos
los hombres y en todos los tiempos. Tuvo su origen dicho movimiento en Inglaterra y
en los Países Bajos, pero registró en Francia su mayor vigencia cultural.

Sostenía que la razón humana podía combatir la ignorancia que trajo aparejada el
mundo medieval y que había que desterrar la idea de Dios como garante del saber.

El iluminismo se complementa con el racionalismo ya que sostiene que “la razón es la


única fuente de conocimiento” (antropocentrismo).

Fermín Chávez, sostiene que el iluminismo va a ser incorporado acríticamente dentro


del Río de la Plata. Acríticamente significa que no va a pasar por el tamiz de la realidad.

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Observa que cuando llegaron los barcos, estos no sólo trajeron mercancías sino
también libros.

Para los iluministas rioplatenses, la razón era capaz de transformar la realidad. Chávez
plantea que esta doctrina es a-histórica, es decir, que no tiene en cuenta el pasado
como factor de construcción del presente y el futuro. La fórmula iluminista, sostiene el
autor, con su escisión fundamental de la Argentina hirió de muerte al proyecto de
nación autoconsciente que fue entrevisto un tiempo por Juan María Gutiérrez y
Esteban Echeverría para citar a las cabezas de la llamada generación de Mayo.
Europeizar significó, para ellos, liquidar los valores hispánicos de América, para dar
paso a los valores e ideales anglosajones, representativos de la encarnación iluminista.
Pidieron ellos “un tono nacional”, pero el mismo se evaporó al calor de la ideología
progresista y antihistórica.

El autor observa que la acción política del Iluminismo, tácita en los primeros años de la
Revolución, comienza a asumir formas combativas entre 1815 y 1820. Nombraremos
ya a la figura clave, que incursiona en el Río de la Plata con una ideología de gran
poder y altamente seductora: Vicente Pazos Silva (o Pazos Kanki) es el hombre,
principal protagonista de este período.

La principal fundación iluminista del grupo rivadaviano fue la Universidad de Buenos


Aires, creada en 1821, y en la que Juan Manuel Fernández Agüero dio su primer curso
de Ideología y Pedro José Agrelo enseñó economía política sobre un texto de James
Mill (1773-1836). Este último era autor de Elements of political economy, 1821, obra
de inspiración utilitaria cuya doctrina se ajustaba estrictamente a los intereses
colonialistas. En tal texto se formaron nuestros primeros economistas, y con esto todo
está dicho.

Otra fue la fórmula “civilización y barbarie”, aplicación de la teoría iluminista del


progreso a nuestro país, viene de Sarmiento. Sarmiento, que confundía civilización con
progreso material en su Facundo, sería rebatido fácilmente por Alberdi, quien
mostraría que la noción de civilización no es absoluta, sino siempre relativa. “Hay una
barbarie letrada –le dirá– mil veces más desastrosa para la civilización verdadera, que
la de todos los salvajes de América desierta”. Sarmiento, invirtiendo el concepto griego
de barbarie, había declarado como bárbaro todo lo americano y vernáculo. Alberdi le
señalaba que el vestir frac y el montar en silla inglesa no eran signos terminantes de
civilización; y que las campañas podían ser civilizadas.

En la década de 1820, el Iluminismo gana su primera batalla y hasta se cobra, en


Manuel Dorrego, su primera víctima.

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Son exponentes del iluminismo en el Río de la Plata: Rivadavia, Sarmiento, la UBA,


Vicente Pasos Silva (conocido como Pazos Kanki), Juan Cruz Varela, Salvador María del
Carril, el liberalismo porteño, la constitución del 26 (que quita derecho al voto a varios
sectores trabajadores), la elite porteña, Mitre y el mitrismo, Lavalle, etc.

❖ Historicismo:

Corriente que nace en contraposición al iluminismo.

Es crítica a la importancia que tiene la historia en la construcción del Saber.

Se incorpora a través del Salón de Marco Sastre. Generación del 37´.

El historicismo es definido por Fermín Chávez como una “corriente filosófica y


metodología que exigen comprender y juzgar hechos, pueblos y épocas del pasado de
acuerdo a sus condiciones históricas particulares, es decir, con exclusión de toda
generalización racional de los mismos”

Es una tendencia intelectual de conocimiento, que sostiene que la naturaleza de las


personas, sus actos y obras no son sólo comprensibles si se los considera a estos como
parte de un proceso histórico continuo. Es decir, que los saberes son contextuales. La
historia como experiencia práctica de los pueblos va a ser un elemento vital para
conocer las sociedades del presente, así como las perspectivas del futuro.

En la década de 1830, ya en la era rosista, a la utopía revolucionaria, al atomismo


social y al postulado de la europeización de América del Iluminismo argentino, figuras
representativas de la nación oponen la teoría historicista del federalismo. Este
historicismo federal, aplicación de la temática romántica al hecho histórico local, se
halla rotundamente formulado en Juan Bautista Alberdi, y puede rastrearse en otros
textos: así en el primer Echeverría, en Pedro de Angelis, en Marcos Sastre, en Felipe
Senillosa, en Vicente López y Planes, en Francisco Javier Muñiz y en el coronel y doctor
Alejandro Heredia.

Frente al Iluminismo decimochesco de la utopía anti-histórica, la inteligencia


hispanoamericana debía apropiarse del historicismo, como única idea factible y
adecuada al proceso de desarrollo de nuestra autoconciencia nacional. Tal lo
percibieron algunos pocos argentinos del pasado, marginados unos, consagrados otros
por la cultura oficial argentina; fray Francisco de Paula Castañeda, en el primer caso, y
Juan Bautista Alberdi (el historicista de 1837, del Salón de Marcos Sastre), en el
segundo.

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El pensamiento historicista o antiiluminista transcurre de Alberdi a Taborda, junto con


obras literarias que, exaltan y defienden lo americano de la barbarie europeísta,
constituyen una suerte de antifacundos que rebaten la funesta fórmula sarmientina.

Son exponentes del historicismo en el Río de la Plata: los jóvenes que se reúnen en el
salón de Marcos Sastre (Alberdi –joven, luego se transforma-, Gutiérrez, el mismo
Marcos Sastre, entre otros), Bartolomé Hidalgo y sus cielitos patrióticos, la gauchesca,
el revisionismo histórico, los caudillos federales, Manuel Dorrego, Juan M. de Rosas,
etc.

En resumen:

1. Iluminismo: Siglo XVIII en Inglaterra y especialmente en Francia: Voltaire,


Montesquieu, Rosseau.

Principios:

• La única fuente de conocimiento es la razón. Fe inquebrantable en la razón


humana. La razón como un nuevo Dios. Optimismo cultural.
• La razón como valor Universal.
• Ilustrar, educar: pedagogía como ciencia
• Rebelión contra las autoridades e instituciones tradicionales: Iglesia, Rey,
Nobleza
• Actitud explícitamente anti-histórica. Tabula rasa con el pasado y nuevo relato
basado en la idea de progreso.
• Fermín Chávez: “La ideología de la dependencia lleva entre nosotros el nombre
de Iluminismo, esto es, de una ideología a histórica”. El autor sostiene que el
iluminismo va a ser incorporado en el Río de la Plata de manera acrítica, es
decir, que no pasa por el tamiz de la realidad.

2. Historicismo: Surge el siglo 18´en Italia y luego en el siglo 19’ en Alemania.

Principios:

• Reivindica el pasado. Se relaciona con el revisionismo histórico.


• Parte de la realidad. Pensamiento situado.
• Se basa en la experiencia.
• Fermín Chávez sostiene que el historicismo es una corriente filosófica y
metodológica que exige comprender y juzgar hechos, pueblos y épocas de
acuerdo a sus condiciones históricas particulares.

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