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Resumen de la evidencia
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Resumen de la evidencia
Incremento de dosis
Combinación de antidepresivos
La guía NICE13 incluyó diez ensayos en los que se evaluó la eficacia del litio como
potenciador de un tratamiento antidepresivo (clomipramina, desipramina, imi-
pramina, nortriptilina o citalopram). En comparación con placebo, los resultados
1+
mostraron diferencias significativas en la tasa de respuesta a favor del litio, aunque
no en la tasa de remisión. El porcentaje de abandonos fue mayor en el grupo de
potenciación con litio.
En un estudio parte del STAR*D278, la potenciación con litio en pacientes con
trastorno depresivo mayor que no habían logrado la remisión con citalopram y
1+ una posterior estrategia de cambio o potenciación, obtuvo un porcentaje de remi-
sión menor que con T3. Además, se asoció más frecuentemente con efectos secun-
darios y con abandonos por este motivo.
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Recomendaciones
La estimulación del nervio vago (ENV) es una técnica invasiva consistente en la inserción
subcutánea de un generador programable en la pared del tórax, de forma similar a un mar-
capasos cardiaco, que envía señales al cerebro a través del nervio vago izquierdo. El pro-
cedimiento se realiza en unos 30-60 minutos bajo anestesia local o general, y consiste en
conectar el generador a un electrodo bipolar helicoidal colocado alrededor del nervio vago
a nivel de la quinta o sexta vértebra cervical300, 301. El paciente es portador de un imán, con
tres posibles usos: proporcionar una estimulación a demanda, suspender temporalmente la
estimulación o comprobar diariamente el funcionamiento del generador.
El objetivo de la ENV en la depresión mayor es mejorar la regulación del estado
de humor y de disminuir la depresión mediante impulsos que llegan al cerebro a través
del nervio vago. Su historia se remonta a 1883, cuando Corning combinó la compresión
carotidea con la estimulación eléctrica transcutánea del nervio vago para tratar crisis epi-
lépticas. En 1938, Bailey y Bremen publicaron que la estimulación de la porción central
del nervio vago aumentaba los potenciales eléctricos en la superficie orbitaria del lóbulo
frontal y en 1951, Dell y Olson efectuaron ENV en gatos conscientes. En 1985, Zabara
postuló que la desincronización cortical inducida por la estimulación vagal podría tener un
efecto antiepiléptico y en 1988, Penry implantó un dispositivo para ENV en seres humanos.
Posteriormente, estudios multicéntricos realizados en Estados Unidos y en Europa confir-
maron la eficacia de la estimulación vagal en pacientes con epilepsia refractaria y en 1997
fue aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) como tratamiento coadyuvante
para reducir la frecuencia de convulsiones en la epilepsia refractaria al tratamiento en
adultos y adolescentes302.
Estudios clínicos realizados en pacientes con epilepsia observaron que la técnica de
estimulación del nervio vago podría mejorar su estado de ánimo303. Este hallazgo, junto al
hecho de que el nervio vago permite el acceso a estructuras encefálicas, condujo a la reali-
zación de estudios para demostrar su efectividad en el tratamiento de la depresión304-307. En
2005, la FDA aprobó su utilización en pacientes mayores de 18 años para el tratamiento
del trastorno depresivo mayor refractario, entendiendo por tal, aquel en que no hay una
respuesta satisfactoria a dos o más tratamientos antidepresivos adecuados.
La estimulación magnética transcraneal (EMT) fue introducida en 1985 como una técnica
no invasiva de estimulación de la corteza cerebral, en la que a través de la generación de un
potente campo magnético se consigue la despolarización selectiva de la corteza cerebral.
La EMT puede ser de pulso único, utilizada en investigación para la localización de
funciones cerebrales, o de pulsos regulares repetitivos (EMTr), usada con fines terapéuti-
cos. A su vez, la EMT repetitiva puede aplicarse a frecuencias relativamente bajas, apli-
cando un estímulo cada segundo o menos (EMTr lenta o de baja frecuencia) o aplicando
estímulos incluso por encima de 20 veces por segundo (EMTr rápida o de alta frecuencia).
Los efectos moduladores sobre la excitabilidad cortical son distintos, teniendo la de baja
frecuencia un efecto inhibidor, y la rápida, un efecto activador13.
La aplicación inicial de la EMTr fue impulsada por los datos de neuroimagen funcio-
nal que mostraban una reducida actividad en la corteza prefrontal izquierda en pacientes
con depresión. Más recientemente, diferentes investigadores han postulado la existencia
de un desequilibrio en la actividad de los lóbulos frontales (hipoactividad en el lóbulo
frontal izquierdo y excesiva actividad inhibidora en el lóbulo frontal derecho), lo que ha
llevado a la utilización de una combinación de EMTr de baja frecuencia (supresión) en la
corteza prefrontal derecha y una EMTr de alta frecuencia en la izquierda.
La EMT es una técnica no invasiva que habitualmente se realiza de forma segura
como procedimiento ambulatorio. Aunque existe variabilidad en los protocolos emplea-
dos, las sesiones de EMT suelen ser realizadas por un técnico entrenado y duran entre 30
y 60 minutos. La pauta habitual es de 5 sesiones semanales durante un periodo de 4 a 5
semanas (entre 20 y 30 sesiones).
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