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LA FAMILIA EN LA FORMACIÓN DE VALORES

En la actualidad es una preocupación ver como las nuevas generaciones crecen

con valores en nuestra sociedad, siendo el hedonismo, el individualismo, la xenofobia,

el pasotismo, los que predominan y están ayudando muy poco a consolidar los

principios democráticos de los que nos sentimos tan orgullosos, pero también existen

valores más positivos como el altruismo, la cooperación, la tolerancia (Urday Mansilla,

2018).

Como bien sabemos la adquisición de valores se adquieren a través de un

proceso de aprendizaje social en otras palabras las personas asuman los valores que les

van a servir de guía de su conducta social, siendo un concepto bueno o malo, deseable o

no deseable, adecuado o inadecuado, se aprenden desde muy temprano en interacción

con los otros (Urday Mansilla, 2018).

Siendo la familia primer núcleo de convivencia es uno de los principales contextos

socioeducativos de valores las actitudes y creencias que apoyan las conductas dependen

más del clima social y familiar que de la actuación del medio escolar (Urday Mansilla,

2018). La función social de la familia es la responsabilidad de promover la educación y

el buen comportamiento ante el medio social, es decir, educar a sus miembros bajo

valores morales y sociales, esenciales para el proceso de socialización del niño. En ella

deben prevalecer la armonía, la confianza, la seguridad, el respeto, los afectos, la

protección y el apoyo necesarios para la resolución de problemas, a fin de que la

persona misma cultive los valores para trasmitirlos y enseñarlos a los demás. En la

familia se establece una relación de afinidad, sentimientos, afectos e intereses, basada

en el respeto mutuo y el diálogo para la convivencia.


La familia tiene 2 funciones: una con los niños y otra con los adultos. A los niños

tiene que formarlos para que estos aprendan a salir de sí mismos y relacionarse con las

demás personas en igualdad, respeto a las necesidades y la diversidad. En cuanto a los

adultos, se deben brindar los espacios para superar el establecimiento en sus rutinas y

crear actitudes de apertura, flexibilidad, solidaridad y encuentro mutuo. Teniendo en

cuenta los aspectos que preceden, el objetivo de este artículo es revitalizar y enriquecer

esos principios, sin obviar el contexto actual, así como ofrecer herramientas que

posibiliten un mejor desempeño de la familia en la labor educativa de los valores

(Brizuela Tonés, González Brizuela, González Brizuela, & Sánchez Pacheco, 2021).

Para esto debemos tener en cuenta los tipos de familia que existen, según la

autora Puma Mendoza (2019) son estos los tipos de familia:

 Familia nuclear: Integrada por padres e hijos.

 Familias uniparentales o monoparentales: Se forman tras el fallecimiento de uno


de los cónyuges, el divorcio, la separación, el abandono o la decisión de no vivir

juntos.

 Familias polígamas: En las que un hombre vive con varias mujeres, o con menos

frecuencia, una mujer se casa con varios hombres.

 Familias compuestas: Que habitualmente incluye tres generaciones; abuelos,


padres e hijos que viven juntos.

 Familias extensas: Además de tres generaciones, otros parientes tales como, tíos,

tías, primos o sobrinos viven en el mismo hogar.

 Familia reorganizada: Que vienen de otros matrimonios o cohabitación de


personas que tuvieron hijos con otras parejas.
 Familias migrantes: Compuestas por miembros que proceden de otros contextos
sociales, generalmente, del campo hacia la ciudad.

 Familias apartadas: Aquellas en las que existe aislamiento y distancia emocional

entre sus miembros.

 Familias enredadas: Son familias de padres predominantemente autoritarios.

Ahora bien, sabiendo los tipos de familia podemos decir que tendrá una misión

inquebrantable de autoformarse en valores indisolubles que serán fuertemente

enseñados en la escuela por medio de la educación y que, a su vez, se demostrarán en el

reflejo de las actitudes (Puma Mendoza, 2019). Los padres enseñan a sus hijos valores,

pero estos se verán afectada por variables como el nivel socioeconómico, la cultura, la

edad o nivel de estudios de los padres, la edad y el sexo de los hijos, según el autor

Urday Mansilla, (2018) hay coincidencia en unos de los valores generales que toda

familia pretende desarrollar en sus hijos siendo estos:

 Valores que faciliten el desarrollo personal: independencia, autonomía, libertad,

autorrealización personal.

 Valores que faciliten las relaciones interpersonales: cortesía, respeto a los

demás, honradez, tolerancia.

 Valores que faciliten su aprovechamiento escolar y laboral: gusto por el trabajo,

perseverancia.

Las sociedades que se han distraído de este valor familiar son sociedades que se

han vuelto individualistas y por tanto aisladas, y poco preocupadas por sus

comunidades (Simón Vera, 2014).

Referencias
Brizuela Tonés, G., González Brizuela, C., González Brizuela, Y., & Sánchez Pacheco, D. (2021).
La educación en valores desde la familia en el contexto actual. Recuperado el 17 de
Setiembre de 2022, de MEDISAN:
https://www.redalyc.org/journal/3684/368468848015/html/

Puma Mendoza, M. (2019). Los antivalores como producto familiar y social en los estudiantes
del nivel secundario, de la institución educativa particular "Piedades de Ciudad de
Dios" del Distrito de Yura-Arequipa. Tesis para optar el título profesional. Universidad
Nacional San Agustín De Arequipa, Arequipa.

Simón Vera, I. (2014). LA EDUCACIÓN POR VALORES DESDE LA FAMILIA; FACTOR DECISIVO
PARA UN DESARROLLO INTEGRAL DEL ADOLESCENTE. Tesis para obtener el titulo.
Universidaad Latina, Mexico D.F.

Urday Mansilla, C. (2018). AMALGAMAR VALORES Y LA LIMITACIÓN EN LA FORMACIÓN


AXIOLÓGICA, EN ESTUDIANTES DEL CUARTO GRADO DE EDUCACIÓN BÁSICA REGULAR
DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA "MANUEL MUÑOZ NAJAR" DE LA PROVINCIA DE
AREQUIPA,2018. tesis para optar el grado academico de maestro. Universidad
Nacional de San Agustín, Arequipa.

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