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1. CONCEPTOS:
o FAMILIA: La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento
natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
Según Angarita, M. (2007) La familia es "la célula fundamental de la sociedad". Hoy día, las relaciones
familiares han traspasado los límites de lo que un marco legal determinaba como "familia", la base legal
daba la pauta de la organización social y familiar al determinar qué familia era toda unión consanguínea
liderizada por la figura de padre y madre. No obstante, los cambios que trajeron consigo la globalización y
transnacionalización no tan sólo del mercado, sino de las culturas, formas de vida y de organizaciones
sociales, convierten a la familia consanguínea tan sólo como un tipo de familia, puesto que la familia puede
considerarse como el grupo unido por intereses, afinidad o convivencia
Las familias pueden ser clasificadas de diversas maneras, dentro de las cuales están:
*Familia nuclear, formada por la madre, el padre y su descendencia.
*Familia extensa, formada por parientes cuyas relaciones no son únicamente entre padres e hijos. Una
familia extensa puede incluir abuelos, tíos, primos y otros parientes consanguíneos o afines.
*Familia monoparental, en la que el hijo o hijos vive(n) sólo con uno de los padres.
*Familia homoparental, en la que el hijo o hijos vive(n) con una pareja homosexual.
o ESCUELA: Se puede definir la Escuela como el establecimiento donde se da cualquier género de
instrucción y enseñanza, al conjunto de profesores y alumnos, al método, estilo o gusto peculiar de cada
maestro para enseñar, y a la doctrina, principios y sistema de un autor. Escuela se define al conjunto de
discípulos, seguidores o imitadores de una doctrina.
La escuela es un lugar de gran importancia, es el segundo hogar de los niños, aunque la misma no debe
reemplazar la función de educación de los padres, es vital para que los niños desarrollen sus conocimientos y
adquieran muchos más. Si se busca una definición teórica para este término se puede decir que es un lugar
físico en donde se enseña y se aprende, en donde se educa a quienes asisten a ella. El estado debe garantizar
la educación de su pueblo. Por eso, su función es inspeccionar y supervisar las escuelas para que funcionen
de forma correcta y brinden el mejor servicio educativo a sus estudiantes.
Con la incorporación de la mujer al mundo laboral y otros cambios de diversa índole, sobre todo política y
económica, el rol de la familia ha ido evolucionando. ésta ha pasado de ser la encargada única y exclusiva de
la formación de los hijos, a delegar en la escuela parte de esta tarea.
Son muchos los casos de los matrimonios en los que ambos trabajan y no tienen con quién dejar a los niños.
Por eso, en numerosas ocasiones, el motivo de la escolarización de los niños no es otro que el del
“aparcamiento” de éstos durante la jornada laboral de los padres, o como se viene denominando hasta hoy,
por motivos asistenciales.
De acuerdo con la psicóloga Virginia Satir “La familia produce elementos que determinan estados en el
individuo de salud y fuerza o bien de enfermedad psíquica o emocional”. Este es uno de los muchos motivos
por los que la colaboración entre los dos principales ámbitos de socialización del niño se hace imprescindible,
ya que los docentes tienen una necesidad básica de conocer cómo son los padres del niño y qué
comportamientos del alumno pueden estar justificados dentro de este ámbito.
Los docentes han de aprovechar todas aquellas fuentes de información factibles sobre el alumno puesto que
este conocimiento nos permitirá planificar y programar un proceso de enseñanza/aprendizaje más adecuado a
las características individuales, y este aspecto, en la actualidad, es sin duda alguna, una de las metas prioritarias
de la enseñanza a todos sus niveles.
FAMILIA ESCUELA
Sistemas de Actividades: Las actividades son diseñadas y planificadas en
El niño interviene en actividades de la vida cotidiana. función de los objetivos educativos. Tienen un
Regularmente responden a sus intereses y se muestran carácter simbólico, fragmentadas y parecen
más motivados. distantes de las necesidades e intereses actuales del
niño y frecuentemente son menos gratificantes.
Sistemas de Relaciones: La interacción de los maestros con cada alumno es
La relación diádica con el adulto es más estable y numéricamente menos, aunque favorece el
duradera. Los padres responden de manera inmediata aprendizaje social y las normas de convivencia de
a la demanda de los niños. Además de ser más grupo. Los niños suelen manifestarse con mayor
controladores y propician más regaños frente a independencia y requerir menos nivel de ayuda
conductas exploratorias de los niños. instrumental que la familia.
Comunicación y Aprendizaje:
El aprendizaje se produce por observación e El aprendizaje por intercambio verbal. La
imitación del comportamiento del adulto, además de comunicación verbal amplia el vocabulario del
la demostración que no se apoya en reglas, principios niño, la estructura del discurso difiere del lenguaje
y generalizaciones del conocimiento sistematizado empleado en la familia.
científico.
Unidad de lo cognitivo y lo afectivo:
Las interacciones y los aprendizajes poseen una carga Los aspectos intelectuales o afectivos no siempre se
afectiva. Los contenidos aprendidos se identifican funden, ni la enseñanza se personaliza. El
con las personas que propiciaran el mismo: los componente afectivo no se enfatiza como el
padres. La posición del niño en el grupo familiar no cognitivo.
depende del éxito o el fracaso en la escuela e incluso
brinda apoyo emocional en situaciones de fracaso en
cualquier contesto.
La familia, escuela y sociedad juegan un papel importante dentro de la sociedad y se puede decir que para
que estos elementos funcionen deben de existir entre ellos una interacción reciproca. Para que esto se
cumpla se debe tomar en cuenta las siguientes consideraciones:
Para lograr las metas, las relaciones recíprocas requieren respeto mutuo, cooperación, responsabilidad
compartida y negociación en los conflictos.
Los maestros deben de trabajar en colaboración con los padres, con quienes mantienen la comunicación de
dos vías de manera regular y frecuente.
La familia y la comunidad son bienvenidos al programa y deben participar en las decisiones acerca del cuido
y educación de los niños. Los padres observan y participan en la toma de decisiones en torno al programa.
Los maestros reconocen las elecciones de los padres y las metas que tienen para sus hijos, respondiendo con
sensibilidad y respeto a sus preferencias y preocupaciones, sin sacrificar su compromiso profesional con los
niños.
Diariamente y en reuniones formales, los maestros y los padres comparten sus juicios acerca del niño, así
como su conocimiento sobre los temas de desarrollo y aprendizaje. Los educadores apoyan a las familias de
manera que promuevan las capacidades y competencias en la toma de decisiones de la familia.
El ser humano aprende a relacionarse desde pequeño con la familia, es decir, allí se aprenden las bases para
la interacción con los demás; también los estilos de vida, las formas de pensar, los valores, los hábitos, entre
otros, que sirven para configurar la personalidad del individuo, que posteriormente se desenvolverá en un
contexto sociocultural.
El papel de la educación es facilitar el desarrollo personal y familiar mediante acciones sistemáticas y
programadas, como afirma Villalobos, Flórez y Londoño-Vásquez (2017). Los padres y los educadores
deben saber, por tanto, que el desarrollo es consecuencia de la educación, ya que el nacimiento de un niño
implica no solo proporcionarle cuidados físicos de protección, sino convertirlo en miembro de la especie
humana, integrarlo en el grupo cultural donde ha nacido y cuyas costumbres, tradiciones y normas ha de
asimilar. Así la educación de la persona debe entenderse como una interacción permanente con el ambiente
y el entorno social que le rodea. Dicha interacción con un ambiente culturalmente organizado facilitará la
competencia cognitiva y el desarrollo personal (Londoño-Vásquez y Castañeda, 2011), todo esto teniendo en
cuenta que la educación es uno de los factores que contribuye de forma decisiva al desarrollo del ser humano
(Irizar, González y Noguera, 2010).
Es importante rescatar el papel de la familia en la formación integral de seres humanos, en la construcción
de identidades fortalecidas en valores y principios éticos y sociales. Aquí se reconoce la importancia de una
adecuada formación para que los niños crezcan con plena seguridad de sí mismos, con una identidad, con
autoestima, con ambiciones que se materializan en metas claramente definidas; personas con estas
características son las deseadas en una sociedad.
A continuación, explicamos los principales beneficios de aumentar las funciones de la familia en la
educación escolar.
1. Se potencia la educación del niño: La importancia de la familia en la educación del niño es trascendente.
Los alumnos se desarrollan de manera efectiva si se sienten apoyados tanto en su establecimiento educativo
como en su hogar. Si los infantes perciben un interés para identificar sus dudas e ideas en el hogar, se dan
con mayor facilidad al aprendizaje, tienen más ánimo para participar en clases y actividades
extracurriculares.
Además, cuando los padres mantienen curiosidad por los tópicos que están adquiriendo sus hijos, los
estudiantes logran reafirmar aún más sus conocimientos. ¿Por qué razón? Debido a que se considera que lo
enseñado en la escuela va más allá de la sala de clases y forma parte de varios aspectos de su vida, en
especial si estos conocimientos se involucran en sus juegos y conversaciones casuales.
2. Se mejora su aspecto emocional: El rol de la familia en la educación cobra importancia, de manera clara,
cuando se entiende que los niños reciben una educación emocional, principalmente, de sus padres. Desde la
familia, como punto de partida, se le enseña al menor a encarar las emociones vividas a diario, como la ira,
la alegría, la frustración y el amor. Estos aprendizajes, una vez asimilados, se practican en situaciones
externas como el colegio.
Por ello, es clave la existencia de una afinidad entre la institución educativa y los apoderados sobre cómo el
alumno debe recibir su educación emocional. De esta forma, el niño sabrá comunicar sus emociones de un
modo saludable y socializar sanamente. Como resultado, recibe una formación capaz de cuidar la
perspectiva emocional del estudiante para concluir en un adulto sano tanto en lo personal como en lo social.
3. El niño aprenderá valores con mayor facilidad: Otra de las funciones de la familia en la educación es
inculcar los valores que el niño necesita. En el colegio, estos se refuerzan y se practican para que logren
mantenerse en el largo plazo. Por eso, la unión entre el establecimiento educativo y la familia es prioritario
para el aprendizaje valórico.
Por ejemplo, si el estudiante concibe vivir en sociedad ejerciendo cualidades como la generosidad, la
honestidad, el respeto y la responsabilidad es porque en su hogar y en su colegio son elementos activos de la
convivencia diaria.
En definitiva, si la familia y el colegio conforman un equipo, el niño se verá doblemente beneficiado,
formando un joven seguro de sí mismo y preparado para involucrarse en su comunidad. Indudablemente, la
importancia de la familia en la educación en estos aspectos es trascendental: es una de las partes necesarias
para formar adultos sanos emocionalmente y preparados para enfrentar sus futuros.
d) Cultura: La cultura tiene todavía más fuerza que las creencias ya que es compartida por todo el sistema y
es más difícil que se produzcan contradicciones. Las creencias y las culturas inciden directamente en lo
que se denomina “puntuación de secuencia”. En una secuencia de interacción, cada persona suele ver un
punto diferente de comienzo de la misma. Pues en los padres y maestros puede ocurrir lo mismo, que
tengan diferentes perspectivas sobre a puntuación de la secuencia.
o Retos: La relación familia-escuela es muy importante para el seguimiento del alumno e hijo,
respectivamente, y para que estos perciban que en cierto modo hay una continuidad en su educación.
Para ello se hace necesario que sea una relación de comunicación fluida y constante, con diversos
recursos o actividades para que pueda llevarse a cabo. «La relación colaborativa que debe existir entre la
familia y el centro educativo en el que cursan estudios los hijos…» (García, Gomariz, Hernández y
Parra, 2010) ya que se percibe una mayor sensibilidad, por parte de los padres y de la escuela, para
motivar a los alumnos en su desarrollo psicoevolutivo y cognitivo, para colaborar a la hora de resolver
problemas de comportamientos, fracaso escolar, adicción a internet y redes sociales, problemas
alimentarios, de integración social, etc.
A su vez, los padres tienen que confiar en la formación de los educadores escolares, y estos abordarán el
desarrollo integral del niño en colaboración con los padres. El docente conoce bien las necesidades del niño:
fisiológicas, de relación y socialización, de afecto, de autonomía, de movimiento y de reposo, de juego, de
expresión, de observación, descubrimiento y conocimiento, de seguridad y de creación (Bartolomé,
Gutiérrez, Alaguero, De Blas y Escudero, 1997).
El objetivo de la buena relación entre la escuela y la familia es lograr que el niño se integre en otro ámbito
social, con estabilidad emocional y que establezca un vínculo afectivo adecuado.
El reto de la educación es el acercamiento de las dos instituciones educativas para elaborar de forma
conjunta un proyecto educativo común orientada a una formación integral (García et al., 2010). O dicho de
otro modo, hay que tener en cuenta que la educación es un proceso amplio que se inicia en la familia y luego
se continúa con la escuela, y se necesita de ambas instituciones para conseguir un total desarrollo educativo
y como persona del niño (Rodrigo y Palacios, 1998). Tanto los padres como los educadores tienen la labor
de compartir el cuidado y la educación del niño. Esta relación debe partir de la coherencia de los estilos
educativos, en casa y en la escuela. La relación padres-educadores permite intercambiar pautas de actuación
y compartir los problemas con los que ambas partes se encuentran en su labor educativa, así ambos amplían
el conocimiento del pequeño y pueden decidir una actuación coordinada, encaminada a crear una continuada
y más adecuada atención y educación. (Bartolomé et al., 1997, p. 67)