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CAPÍTULO 3

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c 1. Explicar cómo usajung el término psique.
c 2. Explicar cómo difiere el concepto de Jung acerca de la libido del de Freud.
( 3. Comparar y contrastar los conceptos de Freud y de Jung respecto al yo.
4. Identificar dos actitudes y cuatro funciones básicas.
Ci
5. Describir el inconsciente personal y sus complejos.
c 6. Explicar cómo el concepto de Jung acerca del inconsciente colectivo se impone sobre el
c de Freud.
c 7. Discutir los siguientes arquetipos:, persona, sombra, ánima y animus, yo. Explicar el uso
de la imaginación activa.
r
8. Discutir lo que implica el concepto de Jung acerca de la autorrealización.
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9. Describir algunas características importantes de la psicoterapia jungiana.
r. 10. Discutir la evaluación e investigación en la teoría de Jung.
c 11. Evaluar la teoría de Jung en términos de su función como filosofía, ciencia y arte.
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■ arl Jung es reconocido como uno de los pensadores psicológicos más grandes y
V*_A controverddos del siglo xx. Sería injusto considerar ajung sólo como un desertor
del movimiento psicoanalítico. Antes de encontrarse con Freud era también un estudioso
maduro con sus propias ideas en desarrollo. Aunque estuvo asociado íntimamente con
Freud durante un tiempo, siguió su camino hasta desarrollar una escuela de pensamiento
independiente que contrasta de manera marcada con el psicoanálisis ortodoxo. Si bien
debe mucho a las ideas de Freud pero es un teórico de la personalidad por derecho pro­
pio. Su concepto del inconsciente colectivo amplía en forma vasta un aspecto de la perso­
nalidad que apenas fue explorado por Freud.

Antecedentes biográficos
Carl Gustav Jung nació en 1875 en Suiza, donde vivió toda su vida. Era el único
hijo sobreviviente de un pastor rural pobre y estudioso de la iglesia reformada.
Jung describió a su padre como convencional y amable, pero débil. Lo respetó
aun cuando tenía dificultades para comunicarse con él, en especial en cuestiones
de religión, lo cual preocupó ajung durante toda su vida. Escéptico de la fe orto­
doxa en la que fue criado, buscó sin descanso respuestas adecuadas. Esta búsque­
da se refleja en su psicología, con su interés en la religión, la mitología y lo oculto.
Su madre era una persona que infundía respeto. Jung sentía que ella era una
buena madre pero que sufría de perturbaciones emocionales. Más tarde la descri­
biría como poseedora de dos personalidades, una amable y amorosa, la otra seve­
ra y reservada.
Jung describió su niñez como solitaria y su personalidad como introvertida.
Dos hermanos habían muerto en la infancia antes de que Jung naciera y su her­
mana nació cuando él tenía nueve años de edad. El pequeño niño con frecuencia
jugaba solo, inventando juegos y tallando un pequeño amigo de madera para
consolarse. Estos largos periodos de soledad encontrarían más tarde expresión
en su autoanálisis. Su psicología también reflejó su predilección de estar solo. La
madurez para Jung no está definida en términos de relaciones interpersonales,
como para Freud, sino de integración o equilibrio dentro del yo.
En su infancia, tuvo varios contactos cercanos y roces con la muerte y estaba
familiarizado con la enfermedad. Cuando era pequeño su madre tuvo que ser
hospitalizada durante varios meses, dejándolo al cuidado de una tía anciana y
una sirvienta de la familia. Durante su juventud una serie de rachas de desmayos
lo hicieron perder más de seis meses de escuela. El muchacho disfrutaba su liber­
tad de los estudios formales que su enfermedad le proporcionaba y la oportuni­
dad de explorar otras áreas que le interesaban pero que no estaban en el plan
académico tradicional. Sin embargo, poco después de que escuchó por casuali­
dad que su padre comentaba acongojado a un amigo: “¿Qué será del muchacho si
no puede ganarse su sustento?”, su salud se restableció y regresó a la escuela.
Jung en principio quería ser arqueólogo, pero por razones financieras sólo
podía permitirse asistir a la Universidad de Basilea, la cual no ofrecía cursos en
esa área. Por consiguiente, eligió estudiar medicina. Planeaba especializarse en

*7 K
76 3/CarlJiing

CarlJung

cirugía cuando se encontró con un libro de texto de Krafft-Ebing, un neurólogo


alemán (1840-1902), que describía a la psiquiatría como invariablemente subjeti­
va. La descripción provocó el interés de Jung. Ahí había un campo que podría
proporcionar la clave de algunos de los sueños, misterios y sucesos oscuros que él
había estado tratando de entender.
Su primer nombramiento profesional fue como asistente en un hospital men­
tal de Zurich, donde trabajó con Eugen Bleuler, un psiquiatra bien conocido que
acuñó el término “esquizofrenia”. Más tarde, Jung se volvió conferencista en la
Universidad de Zurich. Estableció un consultorio privado y desarrolló una prue­
ba de asociación de palabras para estudiar reacciones emocionales.
Jung conoció a Freud por primera vez en 1907 después de haber sostenido
correspondencia con él durante un periodo breve acerca de su interés mutuo.
Los dos hombres estaban muy impresionados entre sí por el trabajo de cada uno.
Esa reunión comenzó una relación personal y profesional intensa. Durante algún
tiempo Freud consideró a Jung como su heredero evidente y sus sentimientos
afectivos hacia él eran los de un padre por su hijo. Cuando se fundó la Sociedad
Psicoanalítica Internacional, Jung, con el respaldo de Freud, se convirtió en su
primer presidente. Viajaron juntos a la Universidad Clark, en donde ambos ha­
bían sido invitados para dictar conferencias.
La naturaleza y la estructura de la personalidad 77

En varias ocasiones cuando Jung estaba en desacuerdo con Freud, este último
se molestaba tanto que algunas veces llegó a desmayarse. En 1913, Jung rompió
relaciones con Freud y su escuela. Freud describió la separación como “una gran
pérdida” la cual también trajo problemas a Jung, quien entró en un periodo de
extensa desorientación interna en la que no podía leer ni escribir y la que al final
lo condujo a su autoanálisis. Muchas razones subyacen al rompimiento con Freud;
el punto de desacuerdo más pronunciado fue el rechazo de Jung respecto al énfa­
sis de Freud en la sexualidad. Mientras que para Freud todos los procesos intelec­
tuales superiores y experiencias emocionales significativas eran en esencia sustitutos
para la sexualidad y pueden de tal modo ser entendidos, para Jung la sexualidad
misma debe ser considerada simbólica. La sexualidad y la creatividad que la re­
presenta tiene una cualidad misteriosa y no puede ser analizada por entero o ser
descrita por completo.
Por consiguiente, Jung desarrolló su propia escuela de pensamiento, la cual al
final llegó a ser conocida como psicología analítica. Escribió en forma extensa y
sus teorías únicas fueron informadas por una vasta colección de intereses inclu­
yendo religiones orientales, mitología y alquimia; aunque estos temas son consi­
derados con desconfianza frecuentemente, desde el punto de vista científico, Jung
sentía que eran esenciales para el psicólogo e indispensables para el entendi­
miento de las fuerzas misteriosas del inconsciente. Algunos críticos argumentan
que las teorías de Jung fomentan el racismo, que Jung era psicótico, antisemita y
pronazi. Otros críticos argumentan que aunque Jung era en ocasiones un indivi­
duo preocupado, era un historiador sensible con ideas únicas y penetrantes, que
sus peculiaridades eran señales de genialidad en lugar de locura y que los alega­
tos de antisemitismo y pronazismo no se basan en hechos. Una reevaluación re­
ciente del énfasis de Jung en la importancia de una psicología de la diferencia
cultural sugiere que sus ideas pueden hacer una contribución importante a aque­
llos que se interesan en los procesos de transformación política y social (Samuels,
1992). Jung murió en 1961 a la edad de 85 años después de una vida larga y
fructífera.

La naturaleza y la estructura de la personalidad


Mientras Freud describía la estructura de la personalidad en términos de tres
fuerzas que están en conflicto —el ello, el yo y el superyó—, Cari Jung la concibió
como una red compleja de sistemas interactuantes que luchan hacia la armonía
final: los primarios son el yo, el inconsciente personal con sus complejos y el
inconsciente colectivo y sus arquetipos. Jung también describió dos actitudes pri­
marias hacia la realidad y cuatro funciones básicas, las cuales juntas constituyen
aspectos separados pero relacionados de la psique, o personalidad total.
La psique se refiere a todos los procesos psicológicos: pensamientos, senti­
mientos, sensaciones, deseos, etcétera. Jung usó los términos “psique” y “psíqui­
co”, en vez de “mente” y “mental”, para evitar las implicaciones de la conciencia
en estos últimos y para enfatizar que la psique abarca tanto procesos conscientes
como inconscientes.
78 3/CarlJung

Jung y Freud difieren en sus enfoques del inconsciente. Freud se inclinaba a


concebirlo en esencia como materiales que han sido reprimidos, mientras que
Jung enfatizaba un concepto del inconsciente como la fuente de la conciencia y
la matriz de nuevas posibilidades de vida.

Energía psíquica
Diferentes teóricos a menudo usan las mismas palabras, tales como psique, incons­
ciente, libido y yo, para definir procesos y características de los seres humanos que
creen que son representados bien por el término. Estos conceptos no son inter­
r cambiables y deben ser entendidos en función de cada teoría como un todo.
Para Freud, la fuerza motivadora de la personalidad consiste en la libido, el
impulso sexual. Jung también usó “libido” para referirse a la energía psíquica,
r pero su uso no debe confundirse con la definición de Freud. Jung usó el término
en una forma más generalizada como una energía vital in diferenciada (1948b).
c Libido es un apetito que puede referirse a la sexualidad y también a otras necesi­
dades. Se refleja a sí misma como luchadora, deseosa y dispuesta. La energía psí­
c quica opera de acuerdo con los principios de equivalencia y entropía; busca un
c equilibrio y mueve a la persona hacia adelante en un proceso de autor realización.
c Aunque Jung no rechazó una base instintiva de la personalidad, criticó el én­
fasis de Freud en la sexualidad, sugiriendo que es cuando mucho reduccionista o
c simplista, ya que reduce cualquiera y todas las acciones a actividades sexuales. Por
ejemplo, el falo representa mana o poder al igual que sexualidad. Jung creía que
c la sexualidad misma debe ser considerada simbólica, con una cualidad misteriosa
( de distinción que no puede ser descrita por completo.
C
(
El yo
c Para Freud, el yo es de manera ideal el ejecutor de la personalidad. Aunque Freud
en principio pensó que el yo es en forma primaria consciente, más tarde conside­
c ró que una porción grande del yo es inconsciente y está más allá del control cons­
c ciente o conciencia.
Parajung, el yo es la mente consciente de un individuo, la parte de la psique que
c selecciona las percepciones, pensamientos, sentimientos y recuerdos que pueden
c entrar en la conciencia. El yo es responsable de nuestros sentimientos de identidad
y continuidad. Es a través de nuestro yo que establecemos una sensación de estabi­
c lidad en la forma en que nos percibimos. El yo, sin embargo, no es el verdadero
c centro de la personalidad parajung. Esto va en contra de nuestro punto de vista
cotidiano. La mayoría de nosotros nos identificamos o a nuestro centro como la
r conciencia que tenemos de nosotros mismos, pero parajung, como se verá pronto,
C: el verdadero centro de la personalidad está enfocado en otra parte.

c Tipos psicológicos
(,
Una de las contribuciones de Jung a la psicología de la psique consciente es su
p explicación y descripción de tipos psicológicos. Jung distinguió entre dos actitu-
c
La naturaleza y la estructura de la personalidad 79

des básicas (1933a) y cuatro funciones, o formas de percibir al ambiente y orien­


tar las experiencias.
Las actitudes La extroversion es una actitud en la que la psique está orientada
hacia afuera al mundo objetivo. El extrovertido tiende a estar más cómodo con el
mundo exterior de personas y cosas. La introversión es una actitud en la que la
psique está orientada hacia adentro al mundo subjetivo. El introvertido está más
cómodo con el mundo interior de conceptos e ideas. Estas palabras se han vuelto
tan comunes en nuestro lenguaje actual que muchos de nosotros nos identifica­
rnos con facilidad como introvertidos o extrovertidos. Jung se clasificó a sí mismo
como introvertido y a Freud como extrovertido. Pero al describir a las personas
con estos términos, Jung trataba de manera primaria con la psicología de la con­
ciencia. Una actitud consciente habitual de un individuo es introvertida o extro­
vertida, pero la otra actitud también está presente, aunque puede estar subdesa­
rrollada y en su mayor parte ser inconsciente.
Las funciones Las cuatro funciones de Jung se agrupan en pares opuestos. Las
funciones de sensación e intuición se refieren a la manera en que recopilamos da­
tos e información. El que siente está más cómodo usando los cinco sentidos y
tratando con hechos y con la realidad. El que intuye busca relaciones y significa­
dos o posibilidades acerca de acontecimientos pasados o futuros. Pensamiento y
sentimiento se refieren a la manera en que llegamos a conclusiones o hacemos
juicios. El que piensa prefiere usar la lógica y el análisis impersonal. El que siente
se interesa más por los valores, actitudes y creencias personales. Jung sugirió que
una de estas funciones tiende a ser dominante en cada individuo y su opuesto
inferior. Las otras dos funciones desempeñan un papel auxiliar. Un profesor, por
ejemplo, puede tener facultades intelectuales y cognoscitivas tan cultivadas que el
aspecto de sentimiento de la personalidad está sumergido. Aunque primitivos y
subdesarrollados, los sentimientos pueden invadir, no obstante, la vida del profe­
sor en forma de estados de ánimo, síntomas o proyecciones extraños.
Las dos actitudes y las cuatro funciones pueden combinarse para formar ocho
tipos psicológicos.
Los tipos extrovertidos Cuatro de los tipos son extrovertidos. Éstos incluyen:
Pensamiento: Estas personas tienden a vivir de acuerdo con reglas fijas. Repri­
men los sentimientos y tratan de ser objetivos pero en ocasiones son dogmáti­
cos en su pensamiento.
Sentimiento: Estos individuos son personas sociables que buscan la armonía
con el mundo y respetan la tradición y la autoridad. Tienden a ser bastante
emocionales, ya que el pensamiento está reprimido.
Sensación: Estas personas buscan placer y disfrutan las experiencias sensoriales
nuevas. Están orientados con intensidad hacia la realidad y reprimen la intui­
ción.
Intuición: Estos individuos son muy creativos y encuentran atractivas las ideas
nuevas. Tienden a tomar decisiones basadas en corazonadas más que en hechos
y están en contacto con su sabiduría inconsciente. La sensación está reprimida.
80 3/Carl Jung

Los tipos introvertidos Los otros cuatro tipos psicológicos son introvertidos:
Pensamiento: Estos individuos tienen una necesidad intensa de privaría. Tien­
den a ser teóricos, intelectuales y algo imprácticos. El individuo reprime los
sentimientos y puede tener problemas para relacionarse de forma satisfacto­
ria con otras personas.
Sentimiento: Estas personas tienden a ser calladas, pensativas e hipersensibles.
El pensamiento está reprimido y el individuo puede parecer misterioso e indi­
ferente hacia los demás.
Sensación: Estos individuos tienden a ser pasivos, calmados y artísticos. Se enfo­
can en los acontecimientos sensoriales objetivos y reprimen la intuición.
Intuición: Jung se describió a sí mismo como un introvertido intuitivo. Estos
individuos tienden a ser soñadores místicos que proponen ideas nuevas inusuales
y rara vez son entendidos por los demás. La sensación está reprimida.
Jung advirtió que los tipos descritos rara vez ocurren en una forma pura. Hay
una gama amplia de variación dentro de cada tipo y las personas de un tipo espe­
cífico pueden cambiar (aunque no a otro tipo) conforme cambia su inconsciente
personal y colectivo. Ningún tipo es mejor que otro. Cada uno tiene sus propias
virtudes y defectos.

El inconsciente personal
Jung comparó el aspecto consciente de la psique con una isla que surge del mar.
Sólo se nota la parte que está encima del agua, aun cuando una masa de tierra
mucho más grande, el inconsciente, se encuentre debajo (Fordham, 1953). El
inconsciente personal es una tierra que no siempre está cubierta por el mar y por
tanto puede ser requerida. Allí residen aquellas percepciones, pensamientos, sen­
timientos y recuerdos que han sido apartados (ya que nuestra conciencia sólo
puede contener unos cuantos detalles a la vez) y pueden ser recuperados con
facilidad. El inconsciente personal también incluye aquellas experiencias de la
historia de la vida de un individuo que han sido reprimidas u olvidadas. Éste es un
aspecto del inconsciente que, como se ha visto, Freud también enfatizó. Estas
experiencias olvidadas son accesibles para la conciencia aun cuando volverse cons­
ciente de algunas de éstas puede ser un proceso arduo.
Las experiencias son agrupadas en el inconsciente personal en lo que Jung
llama complejos. Un complejo es un grupo organizado de pensamientos, senti­
mientos y recuerdos respecto a un concepto particular (1934). Se dice que un
complejo tiene un poder constelador, lo cual significa que tiene la capacidad
para extraer ideas nuevas e interpretarlas como corresponde. Puede compararse
con un imán que atrae a las experiencias relacionadas. Entre más poder constelador
tiene un complejo, más poderoso se vuelve. Los complejos tienen implicaciones
importantes para nuestras relaciones interpersonales, influyendo en forma espe­
cífica en la manera en que reaccionamos hacia los demás.
Un complejo puede ser organizado alrededor de una persona o un objeto
particulares. Uno de los ejemplos de Jung se refiere a la maternidad (1954). Un
complejo de madre se refiere al grupo de ideas, sentimientos y recuerdos que
naturaleza y la estructura de la personalidad 81

han surgido de nuestra propia experiencia de haber sido criados por una madre.
También se basa en otras experiencias de maternidad a las que hemos sido ex­
puestos. Cada nuevo ejemplo de maternidad que encontramos es llevado a nues­
tro complejo de madre y entendido e interpretado por éste.
Sin embargo, un complejo puede dificultar que nos liberemos de una situa­
ción. Jung describió a un hombre que creía que sufría de un cáncer real, aun
cuando sabía que su enfermedad era imaginaria. El complejo, escribió Jung, es
“un crecimiento espontáneo originado en esa parte de la psique que no es idénti­
ca a la conciencia. Parece ser un desarrollo autónomo que se entromete en la
conciencia” (1938). Un complejo puede actuar como una persona independien­
te, comportándose de modo separado de nuestro yo e intenciones conscientes.
Un complejo puede ser consciente, en parte consciente o inconsciente. Ciertos
elementos de éste pueden extenderse hasta el inconsciente colectivo. Algunos
complejos parecen dominar a una personalidad entera. Napoleón es descrito con
frecuencia como un individuo impulsado por fuerzas internas para obtener poder.
El concepto de complejo propuesto por Jung puede ser percibido como un
esfuerzo por vencer las categorías tradicionales de mente contra cuerpo y de cons­
ciente contra inconsciente (Brooke, 1991).

El inconsciente colectivo
Mientras el inconsciente personal es único para cada individuo, el inconsciente
colectivo es compartido. Jung se refería al inconsciente colectivo considerándolo
“transpersonal”; es decir, se extiende a través de las personas. Consiste en ciertas
potencialidades que todos compartimos debido a que somos humanos (1936).
Muchos críticos creen que Jung hizo una contribución única para la psicología
profunda con su concepto del inconsciente colectivo. El concepto de Freud acerca
de las fuerzas inconscientes estaba limitado en su mayor parte a las experiencias
personales que han sido reprimidas u olvidadas. Mientras otros disidentes de Freud
tendían a minimizar el poder de las fuerzas inconscientes, Jung puso un énfasis
mayor en éstas y subrayó las cualidades que compartimos con otras personas.
Todas las personas, debido a que son seres humanos, tienen ciertas cosas en
común. Todos los seres humanos viven en grupos y desarrollan alguna forma de
vida familiar o sociedad en la que son asignadas funciones a varios miembros.
Estos roles pueden variar de una sociedad a otra pero existen en todos los grupos
humanos. Todos los seres humanos comparten ciertas emociones tales como la
alegría, la pena o el enojo. Las formas de expresar estas emociones puede variar,
pero las emociones en sí son compartidas. Todos los seres humanos desarrollan
alguna forma de lenguaje y simbolización. Las palabras particulares pueden va­
riar, pero los conceptos y símbolos son compartidos. Por tanto, ciertos arquetipos
y símbolos reaparecen una y otra vez de una sociedad a otra y puede apreciarse
que tienen un significado común.
Jung consideró al inconsciente colectivo como un concepto empírico cuya
existencia puede ser demostrada por medio de sueños, mitología y datos
transculturales. Los efectos del inconsciente colectivo se encuentran presentes en
experiencias que todos hemos tenido, tales como enamorarnos de un “otro perfec-
82 3/Carl Jung

to”, sentirnos colmados por una obra de arte o pieza musical, o ser atraídos por el
mar, y se expresan en símbolos compartidos que tienen significado universal.

Arquetipos Dentro del inconsciente colectivo se encuentran los arquetipos o


imágenes primordiales. Un arquetipo es una forma de pensamiento universal
r o predisposición a responder ante el mundo de ciertas maneras (1936). La pala­
\
bra “predisposición” es crucial para el concepto de Jung sobre el inconsciente
r colectivo y sus arquetipos. Enfatiza potencialidades, ya que los arquetipos repre­
sentan formas potenciales diferentes en las que podemos expresar nuestro carác­
ter humano.
r Los arquetipos no pueden ser conocidos o descritos por completo debido a
r que nunca entran por completo a la conciencia. Se nos presentan en forma pictó­
rica personificada o simbolizada y pueden penetrar en la conciencia por medio
r de mitos, sueños, arte, rituales y síntomas. Es útil para nosotros estar en contacto
con éstos porque representan la potencialidad latente de la psique. Al hacerlo así,
r
vamos más allá del desarrollo de nuestras potencialidades individuales y nos in­
c corporamos en el proceso cósmico eterno.
c Jung escribió: “El arquetipo es una especie de predisposición para produ­
cir una y otra vez las mismas ideas míticas o ideas similares. Por consiguiente,
r parece como si lo que está impreso en el inconsciente fuera en exclusiva la fanta­
r sía subjetiva —ideas excitadas por el proceso físico—. De este modo se puede
asumir que los arquetipos son impresiones recurrentes hechas por razones subje­
r tivas” (1954).
G Persona La persona se refiere al rol social que se asume en la comunidad y
C; nuestro entendimiento de éste. Como se mencionó en el capítulo 1, la palabra
latina persona se refiere a las máscaras que los actores usaban en las obras de teatro
c griegas antiguas. Por tanto, la propia persona es la máscara que un individuo usa
r para adaptarse a las demandas de la sociedad. Cada uno elige o se le asignan roles
particulares en nuestra sociedad. La persona representa un compromiso entre su
c identidad verdadera y la identidad social. Omitir el desarrollo de una persona es
c■ correr el riesgo de volverse asocial. Por otra parte, uno puede identificarse de
r manera demasiado completa con la persona a expensas de la identidad verdadera
y no permitir que se desarrollen otros aspectos de la personalidad.
r
r Sombra La som bra abarca aquellos pensamientos, sentimientos y conductas
insociables que poseemos en potencia y otras características que no aceptamos. Es
c el lado opuesto de la persona, ya que se refiere a aquellos deseos y emociones que
son incompatibles con nuestras normas sociales y personalidad ideal. Podría ser
r
descrita como el demonio interior. La elección de Jung de la palabra “sombra” es
r deliberada y está diseñada para enfatizar su necesidad. No puede haber sol que
c no deje una sombra. La sombra no puede ser evitada y uno está incompleto sin
ésta (cfr.Johnson, 1991). Jung estaba de acuerdo con Freud en que esta base y los
o impulsos insociables pueden ser sublimados y canalizados hacia fines satisfacto­
rios. La sombra también puede ser proyectada en otros individuos, con conse­
o cuencias interpersonales y sociales importantes tales como el prejuicio.
c
La naturaleza y la estructura de la personalidad 83

Su persona representa un compromiso


entre su verdadero yo y las expectativas
de la sociedad

Omitir o tratar de negar la sombra nos involucra en hipocresía y engaño. Jung


sugirió la necesidad de llegar a conocer nuestro lado básico y reconocer nuestros
impulsos animales. Hacerlo así agrega dimensión y credibilidad a la personalidad
al igual que aumenta el entusiasmo por la vida.
Ánima y animus Cada uno de nosotros tiene un género sexual asignado, mas­
culino o femenino, basado en nuestras características sexuales manifiestas. Pero
ninguno de nosotros es hombre o mujer en forma pura. Cada uno de nosotros
tiene cualidades del sexo opuesto en términos de biología y también en lo referen­
te a actitudes psicológicas y sentimientos. Por tanto, el arquetipo del ánima es el
lado femenino de la psique masculina y el arquetipo del animus es el lado mascu­
lino de la psique femenina. El ánima o animus de un individuo refleja experiencias
humanas colectivas e individuales a través de las eras pertenecientes al sexo opues­
to al propio. Nos ayuda a relacionarnos con el sexo opuesto y a entenderlo. Para
84 3/CarlJung

Jung, hay una diferencia distintiva entre la psicología de los hombres y la de las
mujeres.Jung creía que era importante que una persona expresara estas caracterís­
ticas del sexo opuesto a fin de evitar una personalidad desequilibrada o unilateral.
Si un individuo exhibe sólo los rasgos del sexo asignado, los otros permanecen
inconscientes, subdesarrollados y primitivos. Aquellas personas que tienen dificul­
tad para entender al sexo opuesto es probable que no estén a tono con su ánima o
animus.
Por lo general, Jung ha sido considerado por algunas mujeres como aliado
debido a su afirmación de la necesidad de estar en contacto con el arquetipo del
sexo opuesto al propio. Sin embargo, sus escritos también han sido criticados por
incluir estereotipos de las mujeres al igual que comentarios racistas en potencia
respecto a otros grupos tales como negros y pueblos primitivos. Jung sostuvo con
firmeza que la psique de las mujeres es diferente de la de los hombres; tendía a
ser rígido en su discusión de aquellas conductas que sobrepasarían o no los lími­
tes de la expresión apropiada del papel de género asignado de un individuo y el
arquetipo del sexo opuesto al de éste. Advirtió de los peligros de estimular la
capacidad de una persona para comportarse demasiado como el sexo opuesto,
de modo que un hombre pierda su masculinidad o una mujer su feminidad.
Jung creía que la conciencia de las mujeres se caracteriza por la capacidad
para entablar relaciones, mientras que la de los hombres se distingue por la capa­
cidad para realizar un pensamiento racional y analítico. La persona, o máscara
social, difiere en hombres y mujeres debido a los diversos roles que la sociedad y
la cultura les han asignado. Anima y animus funcionan en formas que compen­
san la personalidad exterior y muestran las cualidades ausentes en la expresión
consciente hacia el exterior. Debido a que el desarrollo psicológico implica la
integración de la persona y su ánima o animus, Jung creía que progresaría de
manera diferente para el hombre y la mujer.
Una mujer puede reaccionar ante su animus de varias formas. De manera
tradicional, las mujeres han reprimido sus cualidades masculinas y luchan por
cumplir su rol femenino. Jung pensó que esto podría conducir a un desequilibrio
en la personalidad y esfuerzos inconscientes de parte del animus para introducir­
se en la vida de la mujer; él señaló que tanto ánima como animus pueden com­
portarse como si fueran leyes hacia sí mismas y tuvieran influencias perturbadoras.
Otra forma de reaccionar ante el animus es identificarse con éste, pero eso por lo
general hace más difícil para una mujer cumplir con su rol asignado.
Sin embargo, no es necesario pensar que el animus de una mujer está actuando
en oposición a la feminidad. En el desarrollo ideal, el animus conducirá a una mujer
a transformar su feminidad en una forma renovada de conciencia que vence a las
dualidades tradicionales. Lo mismo sucedería con el desarrollo ideal en el hombre.
Aunque la teoría de Jung puede ser interpretada como sexista, un análisis
feminista de su trabajo puede justificarse (Romaniello, 1992). Sus comentarios
acerca del ánima y el animus condujeron al concepto ahora muy popular acerca
de un ideal andrógino. La androginia se refiere a la presencia de cualidades mas­
culinas y femeninas en un individuo y la capacidad para realizar ambas potencia­
lidades. Se han hecho considerables investigaciones en el área de la androginia
(véase, por ejemplo, Singer, 1991).
La naturaleza y la estructura de la personalidad 85

Yo El arquetipo central en el entendimiento de Jung es el del yo. El uso del


término “yo” de Jung difiere del uso normal del término. El yo representa la
lucha por la unidad de todas las partes de la personalidad. Es el principio organi­
zador de la psique que atrae hacia sí y armoniza a todos los arquetipos y sus expre­
siones. El yo dirige un reparto ordenado de la energía psíquica de modo que las
partes diferentes de la personalidad sean expresadas de manera apropiada. De­
pendiendo de la ocasión y de nuestras necesidades personales, el yo nos permite
ser aceptables desde el punto de vista social en el trabajo (persona), extravagan­
tes en alguna fiesta (sombra), emocionales en un concierto (sombra), etcétera.
El yo o sí mismo, más que el yo como mente consciente, es el verdadero punto
medio de la personalidad. Por tanto, el centro de la personalidad no se encontra­
rá en la conciencia del yo racional. Para Jung, el verdadero yo se encuentra en

REFLEXIÓN CRÍTICA

Imaginación activa
Jung desarrolló la imaginación activa como una forma de establecer contacto con los
arquetipos, tales como el ánima o él animus. Usted es invitado a imaginar su ánima
o animus. Coloqúese en una posición cómoda, relájese y cierre sus ojos. Podría ima­
ginar lo que el arquetipo fantaseado le diría y entablar un diálogo con éste. Si una
escena se vuelve demasiado difícil o produce ansiedad, debe descontinuarlo.
Debido a que los arquetipos también aparecen en los sueños en forma de perso­
nas, animales o símbolos, puede tratar de entenderlos colocándose en el papel de
una de las figuras en sus sueños. En éstos, el ánima aparece en formas variadas como
una virgen, una madre o una bruja. El animus a menudo toma la apariencia de un
príncipe encantado, un salvador o un hechicero. Sin embargo, también pueden to­
mar otras formas. Cuando se coloque usted mismo en el papel de una de las figuras de
su sueño, hable como si fuera ese individuo. Descríbase a sí mismo; indique lo que
deseaba expresar en el sueño y relaciónese con otras figuras en el sueño.
Ponernos en contacto con el ánima o el animus puede permitirnos sentir y expe­
rimentar características del sexo opuesto. Desde el punto de vista histórico, el hom­
bre ha sido asociado con la agresividad, el pensamiento analítico e instrumental, el
control emocional y la preocupación por sí mismo; mientras que la mujer ha sido
identificada con la pasividad, el pensamiento intuitivo y expresivo, la emocionalidad
y la preocupación por los demás. En la imaginación activa, un hombre podría permi­
tirse sentirse vulnerable y herido y llorar. Una mujer podría ser capaz de expresar su
agresividad. De acuerdo con Jung, cada uno de nosotros comparte los componentes
de nuestro opuesto sexual. Si no nos ponemos en contacto con el otro lado de nuestra
personalidad, corremos el riesgo de ser unilaterales y perder una dimensión valiosa
de nuestra experiencia.
¿Puede pensar en aspectos de su ánima o animus que tiende a ignorar? ¿En nues­
tra cultura en general hay formas en que las mujeres han tenido problemas al expre­
sar su masculinidad y los hombres su feminidad latentes ?
3/CarlJung

el límite entre consciente inconsciente, razón y sinrazón. El desarrollo del yo es el


objetivo de la vida, pero el arquetipo del yo no puede comenzar a surgir hasta que
los otros sistemas de la personalidad han sido desarrollados por completo. Por
tanto, por lo general no comienza a aparecer hasta que se ha alcanzado la edad
mediana. Jung habló de la realización del yo como un objetivo que se encuentra
en el futuro. Es algo por lo que se debe luchar pero que rara vez se logra.
Un símbolo del yo es la mandala (1955), una figura acomodada en forma
concéntrica tal como el círculo, la rueda o la cruz, la cual Jung veía aparecer una
y otra vez en los sueños de sus pacientes y en todas las obras de arte de todas las
culturas (véase figura 3.1). La mandala representa al yo luchando hacia la integri­
dad.

Figura 3.1 Marídalas


Las manéalas aparecen en el simbolismo del Oriente y Occidente, en la naturaleza y en
nuestros garabatos.

Átomo Garabatos
Autorrealización 87

Jung describió otros numerosos arquetipos del inconsciente colectivo: naci­


miento, muerte, renacimiento, poder, magia, el niño, el héroe, Dios, el demonio,
la gran madre y el anciano sabio. El punto es que no se pueden negar o destruir
estos arquetipos.
Por ejemplo, la negación por parte de la cultura occidental de las facetas es­
pantosas de la gran madre culminaron en una sociedad patriarcal que oprimió a
las mujeres y destruyó a la naturaleza (Myyra, 1992). Por consiguiente, necesita­
mos estar en contacto con los arquetipos y su poder curativo.
En los niveles más profundos, Jung creía que nuestro inconsciente permane­
ce arcaico, a pesar de nuestra tecnología científica y el desarrollo de nuestras
fuerzas racionales. Freud rechazó la declaración de originalidad de Jung al des­
cribir el inconsciente colectivo, afirmando que él (Freud) había sabido todo el
tiempo que el inconsciente es colectivo. Y, por supuesto, hay ciertos patrones
arquetípicos en el entendimiento de Freud acerca del inconsciente. Las etapas
psicosexuales implican predisposiciones hacia la representación del drama hu­
mano en ciertas formas. La situación edípica que experimentamos es un mito
arquetípico colectivo. Los símbolos en los sueños pueden ser únicos del indivi­
duo, pero también compartidos. Por tanto, un concepto de fuerzas inconscientes
acumuladas está implícito en la teoría de Freud aunque ciertamente no está ex­
plicado en forma clara. Y mientras Freud enfatizaba la revelación única de las
fuerzas inconscientes en la historia de la vida del individuo y el inconsciente per­
sonal (no basta saber que un individuo ha pasado por la situación edípica —este
debe experimentar por completo su revelación particular dentro de su propia
constelación familiar distinta—), Jung enfatizaba los aspectos compartidos y co­
lectivos. Como podrá imaginarse, el concepto de Jung es importante y controver­
tido en la teorización de la personalidad.

Autorrealización
Jung sugirió que el yo está en el proceso de la autorrealización. No delineó etapas
en el desarrollo de la personalidad ni consideró que los primeros años de la in­
fancia fueran los más importantes, como lo hizo Freud. El “nacimiento psíquico”
de un individuo no ocurre en realidad sino hasta la adolescencia, cuando la psi­
que comienza a mostrar una forma y contenido definidos. El desarrollo de la
personalidad continúa a través de toda la vida y los años medios (35 a 40) marcan
el comienzo de cambios importantes.
Aunque el concepto de la autorrealización fue descrito por completo porJung,
no puede decirse que fuera nuevo para su pensamiento. El origen del concepto se
remonta al filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.). El sostenía que todo tiene un
telos, un propósito u objetivo, que constituye su esencia e indica su potencialidad.
Por ejemplo, toda bellota tiene la esencia de la arbolaridady el potencial de conver­
tirse en un roble enorme. De la misma forma, cada uno de nosotros tiene el poten­
cial para desarrollarse hasta un yo, es decir, realizar, satisfacer y aumentar nuestras
potencialidades humanas máximas. Este punto de vista es en esencia ideológico, o
determinado. Explica el presente en términos del futuro con referencia a un obje-
88 3 /Carl Jung

tivo que guía y dirige nuestro destino. Mientras que el punto de vista de Freud era
causal de manera primaria, comprendiendo la personalidad en términos de con­
diciones antecedentes del pasado, Jung sostenía que tanto la causalidad como la
teleología son necesarias para un entendimiento completo de la personalidad.
Aunque el desarrollo en gran medida camina hacia adelante, puede ocurrir
una regresión bajo condiciones de frustración. Jung no percibía esta regresión en
forma negativa. Más bien, ésta podía, al final, facilitar el movimiento de la progre­
sión hacia adelante. Al explorar el inconsciente, tanto personal como colectivo,
el yo puede aprender de las experiencias pasadas y resolver el problema que con­
dujo a la regresión. Mientras que para Freud una neurosis representa el regreso
de lo reprimido, para Jung es la insistencia de la parte subdesarrollada de la per­
sonalidad para ser escuchada y realizada.
La autor realización de sí mismo implica individuación y trascendencia (1916,
1939). En la individuación, los sistemas de la psique individual logran su grado
más completo de diferenciación, expresión y desarrollo. La trascendencia se re­
fiere a la integración de los diversos sistemas del yo hacia el objetivo de la integri­
dad y la identidad con toda la humanidad. Los conceptos de Jung de individuación
y trascendencia son difíciles de entender para el individuo occidental promedio.
En la psicología occidental, por lo general pensamos en la personalidad en térmi­
nos de la unicidad de un individuo. Las personas que no parecen ser únicas a
menudo son consideradas “carentes de personalidad”.
Para Jung, individuación no significa individualismo en ese sentido estrecho,
sino satisfacción de la propia naturaleza específica y la realización de la unicidad
de uno, en el lugar de uno dentro del todo. En el proceso de trascendencia, surge
un yo o esencia más profundo para unir a la persona con toda la humanidad y el
universo en general.
La individuación y la trascendencia son procesos progresivos. Sin embargo,
en la primera mitad de la vida a menudo está más interesada en el cultivo de la
conciencia y conducta específica de género, mientras que en la segunda mitad de
la vida puede interesarse más en tener un contacto más íntimo con el yo y expre­
sar nuestro inconsciente colectivo y nuestra unidad con la humanidad como un
todo. Mary Loomis (1991) ha hecho una comparación con un proceso que los
indígenas americanos conocen como el Sendero Rojo.
Por tanto, conforme el yo se realiza, un proceso tormentoso que puede ser
que nunca sea completado, se eleva de manera perpetua a un aumento mayor y
realización de sí mismo y de la humanidad. Si se observa a la psique como una
rueda, cuyo eje es el arquetipo del yo, se puede sugerir que el verdadero yo surge
cuando los opuestos coinciden (figura 3.2). La verdadera persona no consiste en
el consciente o el inconsciente, mente o cuerpo, persona o sombra, característi­
cas sexuales manifiestas o complementos, sino de todos éstos. La neurosis resulta
de un desarrollo unilateral de la personalidad. La coincidencia de los opuestos es
el objetivo último del desarrollo de la personalidad en la perspectiva jungiana. Si
bien tanto Freud como Jung enfatizaron la oposición dinámica de porciones de
la personalidad, difirieron en las implicaciones de este conflicto. Para Freud, la
persona está en conflicto de manera inescapable; para Jung, la persona busca en
esencia armonía. Mansfield y Spiegelman (1991) han empleado modelos y sím-
Psicoterapia jungiana 89

Animus
o ánima

Características
sexuales manifiestas

Figura 3.2 La coincidencia de los opuestos


Si se percibiera a la psique como una rueda, el eje de la cual es el arquetipo del yo, el
verdadero yo surge cuando los opuestos coinciden. La imagen resultante es, por
supuesto, una mandala.

bolos de la mecánica cuántica para profundizar nuestro entendimiento de la co­


incidencia de los opuestos, Van Eenwyk (1991) ha sugerido además que la teoría
del caos, la cual intenta describir sistemas complicados que antes estaban fue­
ra del alcance de las matemáticas y la física clásicas, ilumina a la teoría de Jung.

Psicoterapia jungiana
Jung consideraba a la neurosis como un intento de la persona para reconciliar los
aspectos contradictorios de la personalidad. Un lado de la psique, tal como la
persona consciente, adaptativa, social, puede ser exagerado a expensas de los
aspectos inconscientes más oscuros. Es difícil describir el método de psicoterapia
de Jung en forma específica debido a que no delinea con claridad sus procedi­
mientos como lo hizo Freud. Además, Jung sostenía que ningún enfoque es ade­
cuado para todos. El individuo que ha tenido dificultad para aceptar los impulsos
sexuales y agresivos de la vida bien puede requerir una interpretación ffeudiana.
Pero para otros, o en etapas diferentes del desarrollo, el entendimiento freudia-
no puede no ser lo bastante amplio.
90 3/CarlJung

En el psicoanálisis freudiano clásico, el analista permanece independiente y


revela pocos sentimientos y reacciones personales a fin de facilitar la transferen­
cia; mientras que el analista jungiano es más revelador de sí mismo, presagiando
la terapia rogeriana y otras terapias contemporáneas. La terapia es un “procedi­
miento dialéctico”, un diálogo entre doctor y paciente, consciente e inconscien­
te. Aunque puede ser usado el diván para facilitar procedimientos tales como la
imaginación activa, en su mayor parte el analista y el paciente se sientan uno
enfrente del otro. El analista jungiano también ve a los pacientes con mucha
menos frecuencia que el freudiano. La frecuencia de las visitas depende de la
etapa que ha alcanzado el paciente.

Revisión de Jung
¿Cómo estimaría a Jung en cada uno de los supuestos filosóficos básicos descritos en el
capítulo 1? Cada cuestión básica fue presentada como una dimensión bipolar a lo largo de
la cual puede ser colocada la opinión de una persona según el grado de acuerdo con uno
u otro extremo. Estime las opiniones de Jung en estas cuestiones.
Cuando haya determinado dónde piensa que se encuentra Jung, compare sus respues­
tas con las de sus compañeros de clases y las de su instructor. Debe estar dispuesto a defen­
der sus estimaciones, pero también preparado para cambiarlas bajo la perspectiva de los
argumentos irresistibles de los demás. Después, compare su estimación acerca deJung con
su propia perspectiva en cada cuestión y con aquellas de otros teóricos. ¿Esta comparación
le ayuda a entender por qué su teoría le atrae o no?

Es neutral
o cree en
Estaría la síntesis Estaría
muy de Estaría de de ambas Estaría de muy de
acuerdo acuerdo opiniones acuerdo acuerdo

1 2 3 4 5

libertad determinismo
Las personas básicamente La conducta de las personas está
tienen control sobre su propia determinada de manera básica
conducta y entienden los motivos por fuerzas internas o externas
que hay detrás de ésta. sobre las que tienen poco control,
si es que tienen alguno.
Psicoterapia jungiana 91

Durante las primeras etapas del tratamiento, hay una necesidad de confesión.
Esta confesión por lo general es acompañada por alivio emocional y Jung la
consideraba el objetivo del método catártico originado por Breuer y Freud.
Pero Jung declaró que el alivio emocional, en sí mismo, no es más terapéutico
que los berrinches u otros estallidos emocionales son curativos en y por sí mis­
mos. Para Freud, el entendimiento intelectual consciente y el insight hacen efecti­
va a la catarsis. Jung enfatizó que la presencia del otro, el terapeuta que apoya al
paciente en forma moral y espiritual al igual que intelectual, hace curativa la
confesión.

1 2 3 4 5

hereditario ambiental
Las características heredadas e Los factores en el ambiente
innatas tienen la influencia más tienen la influencia más
importante sobre la conducta de importante sobre la conducta
una persona. de una persona.
1 2 3 4 5

unicidad universalidad
Cada individuo es único y no Las personas son de manera
puede ser comparado con los básica de naturaleza muy
demás. similar.
1 2 3 4 5

proactivo reactivo
Los seres humanos actúan de Los seres humanos reaccionan de
manera principal por su manera principal ante los
propia iniciativa. estímulos del mundo exterior.
1 2 3 4 5

optimista pesimista
Pueden ocurrir cambios La personalidad y conducta de
significativos en la una persona son de manera
personalidad y la conducta a lo esencial estables
largo del curso de una vida. e inmutables.
92 3/CarlJung

La proyección y la transferencia desempeñan un papel importante en el aná­


lisis jungiano, aunque Jung agregó al concepto de Freud de la transferencia el
reconocimiento de que no sólo las personas significativas del pasado del paciente
sino también imágenes arquetípicas son proyectadas hacia el analista. Jung tam­
bién observó los componentes sexuales de la transferencia como esfuerzos sim­
bólicos de parte del paciente para alcanzar una mayor integración de la
personalidad. En contraste con Freud, Jung no pensaba que la transferencia fue­
ra una precondición necesaria para la terapia.
Mientras Freud trató a los sueños como la expresión de deseos inconscientes,
Jung les dio una función prospectiva al igual que una retrospectiva. Con función
prospectiva Jung quería decir que el sueño representa un esfuerzo de la persona
para prepararse para acontecimientos futuros. Los sueños también tienen una
función compensatoria; son esfuerzos para complementar el lado consciente del
paciente y para hablar por el inconsciente.
Al interpretar sueños, Jung usó el método de amplificación (1951) en lugar
del método de asociación libre. En este último, cada elemento del sueño es el
lugar de inicio para una cadena de asociación que puede conducir muy lejos del
elemento original. En la amplificación, el paciente se centra de manera repetida
en el elemento y le da a éste múltiples asociaciones. El sueño es tomado exacta­
mente como es sin un esfuerzo preciso para distinguir entre contenidos manifies­
tos y latentes. El terapeuta se une al paciente en los esfuerzos por interpretar el
sueño, agregando asociaciones personales y refiriéndose con frecuencia a la mi­
tología, cuentos de hadas, etcétera, a fin de extender el significado del sueño.
Mientras Freud tendía a tratar a los sueños de manera separada, Jung se concen­
traba en series de sueños. El análisis de un grupo de éstos revela la vida interna
del paciente, lo cual es considerado como una guía para los significados de la vida
verdadera para el paciente.
Como terapeuta, Jung también valoró el uso de imaginación activa como un
medio para facilitar el autoentendimiento y el uso de la producción artística por
parte del paciente. Los alentaba a dibujar, esculpir, pintar o desarrollar alguna
otra forma de arte como un medio para escuchar a sus profundidades internas.
En todo esto, enfatizaba la obediencia a la revelación de la vida interna como la
satisfacción ética apropiada de la humanidad propia.

Evaluación e investigación en la teoría de Jung


Las ideas de Jung han tenido un impacto significativo pero con frecuencia no
reconocido en la evaluación y la investigación de la personalidad. Jung desarrolló
la prueba de asociación de palabras, la cual proporciona los primeros datos experi­
mentales de procesos inconscientes y es usada en forma amplia en la investiga­
ción de laboratorio y en la práctica clínica actuales. En esa prueba el sujeto res­
ponde a una lista de palabras estímulo diseñadas para producir emociones. Una
respuesta inusual, una pausa larga antes de responder, la misma respuesta a pala­
bras muy diferentes y otros factores pueden indicar un complejo. La prueba de
asociación de palabras de Jung puede ser denominada la precursora de técnicas e
Evaluación e investigación en la teoría de Jung 93

intentos proyectivos posteriores para evaluar la personalidad con técnicas tales


como la asociación libre, la completación de oraciones y la supervisión
psicofisiológica, incluyendo el polígrafo o detector de mentiras. En efecto, ajung
se le da el crédito de la identificación de al menos dos ladrones por medio de la
técnica de asociación de palabras (Ellenberger, 1970).
Un psiquiatra suizo, Hermann Rorschach, desarrolló la Prueba Rorschach de
las Manchas de Tinta, la cual está muy influida por conceptos jungianos tales
como la introversión y la extroversion. Henry Murray también fue influido en
forma profunda por Jung cuando desarrolló la Prueba de Apercepción Temática.
La tipología de Jung también ha conducido al desarrollo de evaluación e in­
vestigación del tipo psicológico. El Indicador de Tipos de Myers-Briggs (ITMB;
Myers-Briggs Type Indicator, MBTI) es una de las herramientas más populares
para poblaciones no psiquiátricas en el área de clínica, asesoría y evaluación de la
personalidad. El instrumento, desarrollado de manera primaria por Katherine
Briggs y su hija Isabel Briggs Myers, está diseñada para aplicar la teoría del tipo de
Jung al clasificar a las personas en grupos con base en cuatro dicotomías o índices
separados: Extroversion-Introversion (El), Sensación-Intuición (SI), Pensamien­
to-Sentimiento (PS) yJuicio-Percepción (JP). Se reconocerá la primera polaridad
como las dos actitudes identificadas por Jung y la segunda y tercera polarida­
des como las cuatro funciones del yo. La última polaridad indica una preferencia
por el juicio o la percepción (JP): los J prefieren una gran cantidad de estructura
y cierre en sus vidas, y los P prefieren más espontaneidad y apertura. El polo J se
refiere a las dos funciones de juicio (pensamiento y sentimiento) y el P se refiere
a las dos funciones de percepción (sensación o intuición). La preferencia por J o
P dice cuál modo —-J (toma de decisiones) o P (recopilación de información)—
se muestra al mundo exterior.
Dadas las cuatro dicotomías, son posibles dieciséis tipos diferentes de cuatro
letras. Un ESSJ, por ejemplo, es un extrovertido que tiene sensación, sentimiento
y juicio. El manual de evaluación proporciona descripciones que distinguen a
cada tipo de los demás. Una de las ventajas distintivas del ITMB es su validez
nominal: los individuos de manera invariable se reconocen a sí mismos en sus
tipos (cfr. Furnham, 1990). Como en la tipología original de Jung, ningún tipo es
preferido sobre los otros. Cada uno tiene sus propias virtudes y defectos.
El ITMB generó considerables investigaciones, algunas de las cuales fueron
resumidas por Myers y McCaulley (1985). Puede haber una correlación del tipo y
los cambios en los lóbulos temporales del cerebro (Huot, Makarec y Persinger,
1989). El ITMB tiene un potencial enorme para ayudar a las personas a entender
los estilos de aprendizaje y los de liderazgo a fin de ayudar a motivar a los estu­
diantes y trabajadores reconociendo que cada individuo se desempeña en forma
diferente a los demás (Keirsey y Bates, 1984). Se necesita realizar más investiga­
ción sobre si los hallazgos del ITMB se aplican o no a través de las culturas.
Las técnicas de investigación y evaluación propuestas por Jung no sólo se basa­
ban en métodos empíricos y científicos, sino también en enfoques no científicos y
místicos. De hecho, Jung estudió una variedad de culturas y periodos, explorando
sus mitos, símbolos, religiones y rituales. Estaba interesado en temas tales como la
alquimiay la astrología. Esta “mezcla no ortodoxa de opuestos” (Schultz, 1990) no
94 3/CarlJung

siempre les parece correcto a psicólogos con orien taciones más científicas quienes,
a pesar del uso extendido del ITMB, tienden a ignorar los conceptos jungianos.

Teoría de Jung: filosofía, ciencia y arte


Muchos de los descubrimientos de Jung, como los de Freud, tuvieron lugar en el
ámbito clínico. También obtuvo información de fuentes ajenas al consultorio.
Observaciones de otras culturas y estudios de religión y mitología comparadas, el
simbolismo, la alquimia y lo oculto le proporcionaron una riqueza de informa­
ción. Jung consideraba estas fuentes secundarias pero legítimas para los psicólo­
gos que buscan descubrir los misterios de la psique humana. Creía que un méto­
do de estudio comparativo, usado a menudo en la historia y la antropología, era
un enfoque valioso también para la ciencia.
Jung no creía que los psicólogos debieran estar atados a un enfoque científico
experimental. Creía, sin embargo, que las conclusiones deben estar basadas en
datos empíricos. Jung criticaba a la atmósfera científica contemporánea por limi­
tar sus conceptos a aquellos de causalidad y enfatizaba el concepto de la teleología.
Después de todo, afirmaba, los conceptos de causa y objetivo no son encontrados
en la naturaleza sino que son constructos imaginarios impuestos por los científi­
cos. Jung apremiaba a los científicos a trabajar dentro de un panorama y un dise­
ño conceptual más amplios.
Los conceptos de Jung en particular son difíciles de estudiar en el laboratorio.
Como con Freud, es casi imposible definir de manera operacional muchos de sus
términos o desarrollar una prueba que los refute. Además, el interés de Jung en
lo oculto ha llevado a muchos críticos a descartarlo considerándolo un místico.
En consecuencia, la psicología científica hasta fechas recientes ha ignorado en su
mayor parte a la psicología analítica de Jung. No obstante, Jung ha influido en
desarrollos en la psicología y otras disciplinas.
Jung indicó que estaba más interesado en descubrir hechos que en desarrollar
una filosofía. Debido a que sus conceptos estaban basados en datos empíricos, en
el sentido más amplio de la palabra él operaba como un “científico”. Sin embargo,
su teoría no cumple con las normas rigurosas de compatibilidad, poder predictivo
y simplicidad. De manera fundamental, la búsqueda jungiana puede verse como
filosófica o religiosa.Jung planteó de forma explícita cuestiones filosóficas y sugirió
respuestas filosóficas. Por ejemplo, afirmar que las interrogantes acerca de la natu­
raleza humana deben responderse de modo empírico es en sí misma una posición
filosófica que distingue a la ciencia de la filosofía. Para Jung, el poder del
autoentendimiento se deriva de una filosofía de vida apropiada. No debe ser sor­
prendente que, aunque Jung ha sido ignorado en gran medida por los psicólogos
con orientación experimental, los teólogos han encontrado su trabajo muy fructí­
fero. Su concepto de la revelación de Dios a través del inconsciente colectivo es
atractivo en particular para los teólogos que buscan una explicación más relevante
de los conceptos teístas tradicionales. Aunque es compleja, su teoría es coherente;
su relevancia es atestiguada por el resurgimiento del interés en ella en la actualidad
y las características globales de ésta son notables por su profundidad.
Resumen 95

Como un arte, la terapia jungiana enfatiza un objetivo erudito. Con el resurgi­


miento del interés en Jung, se dispone de entrenamiento en análisis jungiano en
las principales ciudades de los Estados Unidos y han aparecido varios libros nue­
vos y controvertidos acerca de las ideas de Jung en la década pasada. Jung influyó
en el desarrollo de la psicología transpersonal (Guest, 1989).
El énfasis de Jung en las cualidades innatas, la dualidad de la naturaleza hu­
mana, el simbolismo, la androginia y la importancia de las experiencias internas
—factores que en una época llevaron a los psicólogos a rechazar su trabajo— son
considerados ahora importantes, si no indispensables, para entender la persona­
lidad. En particular, el interés de Jung en el proceso de desarrollo con su énfasis
en la segunda mitad de la vida humana ha probado ser valioso para los científicos
sociales que están interesados en las necesidades y maduración de la población
adulta. En particular Jung nos ayuda a enfrentar la realidad de la muerte (Busick,
1989, y Mogenson, 1990).
En esta era posmoderna, los conceptos de Jung pueden ayudarnos además a
entender el lugar del yo cuando hablamos de culturas diferentes (Thrasher, 1991)
y nos ayuda a forjar un nuevo paradigma holístico (Clarke, 1992). Muchas de las
imágenes arque típicas de Jung relatan una historia ecológica del diálogo profun­
do entre la tierra y el alma (Noel, 1991).
Basado en Jung, Sliker (1992) explora cómo pueden entenderse la política, la
cultura y la etnicidad. Ella cree que su modelo puede fomentar la discusión para
resolver los conflictos entre varias culturas.
El pensamiento de Jung plantea un reto significativo para el pensamiento y la
psicología occidentales con su énfasis en una metodología extrospectiva basada
en la experimentación y en explicaciones causales más que teleológicas. Sus ideas
son compatibles con el pensamiento oriental (cfr. Coward, 1989), el cual enfatiza
el autoentendimiento a través de la introspección y la experiencia. Es desafortu­
nado que muchos psicólogos en los Estados Unidos hayan descartado tan rápido
los conceptos de Jung. Éstos ameritan una consideración más seria.

Resumen
1. Jung usa el término psique para referirse a todos los procesos psicológicos,
enfatizando que abarca tanto a los conscientes como a los inconscientes.
2. Para Freud la libido consiste en un impulso sexual, mientras que Jung usó el
término de un modo más generalizado, como una energía no diferenciada
que mueve a la persona hacia adelante.
3. Mientras que para Freud el yo es el ejecutor de la personalidad, parajung es
la percepción consciente del sí mismo de un individuo.
4. Jung describió dos actitudes básicas (introversión y extroversion) y cuatro
funciones (sensación, pensamiento, sentimiento e intuición). En cada per­
sona, una de las actitudes y funciones es dominante y su opuesto es más
débil. Las otras dos funciones desempeñan un papel auxiliar.
5. El inconsciente personal incluye experiencias de la historia de un individuo
que han sido reprimidas u olvidadas. Éstas se encuentran organizadas en
complejos.

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