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13 Entrenamiento de la fuerza
Una definición precisa de “fuerza”, que abarque sus as- Antes de clasificar en detalle los tipos de fuerza debemos
pectos tanto físicos como psíquicos, presenta, al contrario señalar que, en principio, la fuerza y sus diferentes formas
que su determinación física (mecánica), dificultades con- de manifestación se pueden examinar en todo momento
siderables debido a la extraordinaria variedad existente en desde el punto de vista de la fuerza general y específica.
cuanto a los tipos de fuerza, de trabajo y de contracción Por fuerza general entendemos la fuerza de todos los
muscular, y a los múltiples factores que influyen en este grupos musculares, con independencia de la modalidad
complejo. deportiva practicada, y por fuerza específica la forma de
Por ello, la precisión del concepto “fuerza” sólo resulta manifestación típica de una modalidad determinada, así
posible en relación con las siguientes formas de manifesta- como su correlato muscular específico (esto es, los grupos
ción de la fuerza. musculares que participan en un determinado movimien-
to muscular).
Resistencia de fuerza
Fuerza
Figura 129. La fuerza y sus diferentes capacidades y formas de manifestación (de Letzelter/Letzelter, 1986, 66).
La fuerza nunca aparece en las diferentes modalidades ba- muscular máxima isométrica y excéntrica (cf. Letzelter,
jo una “forma pura” abstracta, sino que siempre aparece 1986, 67), y comparando la fuerza isométrica máxima con
en una combinación o forma mixta, más o menos matiza- la fuerza obtenida por medio de electroestimulación máxi-
da, de los factores de rendimiento de la condición física. ma (cf. Duchateau, 1993, 52); cuanto más sobrepasen la
fuerza excéntrica, o la provocada por electroestimulación,
a la fuerza isométrica, mayor será el déficit de fuerza y me-
De la figura 128 deducimos la existencia de tres formas nor el grado de entrenamiento del deportista.
principales: la fuerza máxima, la fuerza rápida y la resisten- En cuanto a la fuerza máxima, distinguimos entre fuer-
cia de fuerza (cf. Letzelter, 1972 1821; Harre, 1976, 124; za máxima estática y dinámica. La fuerza máxima estática
Martin, 1977, 65; Frey, 1977, 340 s.). es, según Frey (1977, 341), la fuerza máxima que el sis-
La figura 129 muestra las diferentes subcategorías y tema neuromuscular es capaz de ejercer con contracción
formas de manifestación de la fuerza máxima, la fuerza rá- voluntaria contra una resistencia insuperable; la fuerza
pida y la resistencia de fuerza. máxima dinámica es la fuerza máxima que el sistema neu-
romuscular es capaz de realizar con contracción volunta-
ria dentro de una secuencia motora. La fuerza máxima es-
Fuerza máxima tática es siempre mayor que la dinámica, pues una fuerza
La fuerza máxima es la máxima fuerza posible que el sólo es máxima si se mantiene un equilibrio entre la carga
sistema neuromuscular es capaz de ejercer en contracción (carga límite) y la fuerza de contracción del músculo (Un-
máxima voluntaria. gerer, 1970, 113).
Mayor aún que la fuerza máxima es la fuerza absoluta:
la suma de la fuerza máxima y las reservas de fuerza que se La fuerza máxima depende de los siguientes componen-
pueden movilizar aún en condiciones especiales (miedo a tes:
morir, hipnosis, etc.; v. pág. 221).
La diferencia entre fuerza absoluta y fuerza máxima se • de la sección transversa fisiológica del músculo,
denomina “déficit de fuerza”, que puede oscilar entre un • de la coordinación intermuscular (coordinación entre
30 % (no entrenados) y un 10 % (entrenados). En la prác- los músculos que colaboran en un movimiento dado),
tica del entrenamiento se puede determinar mediante la • de la coordinación intramuscular (coordinación dentro
diferencia de los rendimientos de fuerza en contracción del músculo).
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La mejora de la fuerza máxima se consigue a través de En una misma persona la fuerza rápida puede pre-
cada uno de estos tres componentes. sentar diferentes grados de manifestación en las diferentes
Las aplicaciones de fuerza máxima concéntrica y ex- extremidades (brazos, piernas). Un deportista puede dis-
céntrica a corto plazo (v. pág. 234) consiguen un aumento poner de movimientos rápidos en los brazos (p. ej., un bo-
de la fuerza sobre todo mediante la mejora de la coordina- xeador), pero lentos en las piernas (cf. Smith, citado en
ción intramuscular. En cambio, la fuerza de contracción de Hollmann/Hettinger, 1980, 275).
cada unidad motora se incrementa sólo en escasa medida Los movimientos de fuerza rápida están regulados me-
(Bührle/Schmidtbleicher, 1981, 266). diante programas, esto es, transcurren según un programa
almacenado en el sistema nervioso central. Para los movi-
mientos de fuerza rápida los deportistas con talento pre-
La mejora de la coordinación intramuscular permite, por
sentan un programa motor o temporal llamado “corto”, y
tanto, un incremento de la fuerza sin aumento sustancial
los menos dotados uno “largo” (cf. Bauersfeld/Voss, 1992,
de la sección transversa y del peso, hecho importante so-
18; v. fig. 131). El entrenamiento puede mejorar estos pro-
bre todo en las modalidades que necesitan una acelera-
gramas temporales dentro de unos ciertos límites.
ción del propio peso corporal, como, por ejemplo, el sal-
to de altura.
Los programas temporales son específicos de los movi-
Desde el punto de vista energético, el papel decisivo en mientos. Los movimientos parecidos en cuanto a su es-
el desarrollo de la fuerza máxima lo desempeñan los fosfa- tructura se regulan sobre la base de programas tempora-
tos ricos en energía (ATP, PC), pues el momento de desarro- les idénticos (Bauersfeld/Voss, 1992, 18).
llo de la fuerza máxima tiene lugar en fracciones de segun-
do o en unos pocos segundos: una carga máxima realizada Los programas temporales cortos se caracterizan por
hasta el agotamiento origina rápidamente una acidosis in- un impulso directo y rápido sobre los músculos principa-
tracelular (aumento del lactato) y por tanto una caída del les. El modelo de inervación se caracteriza por fases de
rendimiento en ámbitos submáximos (fig. 130). preinervación marcadas, ascenso pronunciado de la activi-
dad principal, concentración de la actividad en la primera
mitad de la fase de trabajo y buena “coactivación” (colabo-
Fuerza rápida
ración) entre los músculos principales. Como consecuen-
cia de la preinervación se produce una mejora de la reacti-
La fuerza rápida tiene que ver con la capacidad del siste- vidad de los husos musculares y una mayor rigidez y
ma neuromuscular para mover el cuerpo, partes del elasticidad del músculo. El ascenso pronunciado de la ac-
cuerpo (p. ej., brazos, piernas) u objetos (p. ej., balones, tividad (concentración de la actividad en la primera mitad
pesos, jabalinas, discos, etc.) con velocidad máxima (v. de la fase de trabajo) crea las condiciones necesarias para
también pág. 325). una contracción rápida e intensa.
mmol/100 g de tejido
8
Lactato
4
PC
2 ATP
El modelo de inervación del programa temporal largo so del 13 % del peso máximo, la velocidad del levanta-
no muestra una activación rápida de los músculos princi- miento del peso depende un 39 % de la fuerza máxima;
pales. Las fases de preinervación están mucho menos mar- este último porcentaje se eleva hasta un 71 % si el peso
cadas o no existen en modo alguno, y el posterior desarro- que levantamos alcanza el 51 % del peso máximo (cf. Ver-
llo de la actividad está interrumpido por fases de actividad joyanski, 1978, 60).
reducida, fases de meseta o valle (cf. fig. 131, Bauersfeld/
Voss, 1992, 18).
Si bien en épocas anteriores se defendía la existencia de El grado de correlación entre fuerza máxima y velocidad
una estrecha relación entre la fuerza máxima isométrica y de movimiento aumenta con el incremento del peso.
la rapidez del movimiento (el aumento de la fuerza isomé-
trica se asociaba siempre a una mejora de la rapidez del
La figura 132 muestra que las curvas fuerza-tiempo con
movimiento [cf. Bührle/Schmidtbleicher, 1981, 262]), en
diferentes cargas dinámicas y con desarrollo isométrico de
la actualidad el influjo de la fuerza máxima sobre la fuerza
la fuerza presentan el mismo ascenso, lo cual significa que
rápida y sus categorías subordinadas se contempla desde
la capacidad de fuerza rápida se refleja en la práctica de
una perspectiva más detallada y crítica. La noción de fuer-
igual manera con contracción dinámica que con contrac-
za máxima como fuerza básica relativamente poco especí-
ción isométrica.
fica pierde terreno a favor de una fuerza rápida específica,
La pendiente de la curva de ascenso de la fuerza como
que tiene en cuenta no sólo la estructura muscular, sino
parámetro de la capacidad de fuerza rápida –se puede deno-
también la coordinación intramuscular e intermuscular,
minar también velocidad acíclica (v. pág. 371)– depende
los modelos de inervación correspondientes, el ángulo de
principalmente de tres factores:
trabajo y el tipo de fatiga muscular (cf. Reiss/Pfeiffer, 1991,
186 s., y Duchateau, 1993, 25 s.). 1. Del programa temporal en cuestión
Si se incrementa la carga que hay que superar, aumen-
ta también la importancia de la fuerza máxima para la Los programas temporales –que consisten, como ya he-
fuerza rápida. Por ejemplo, al flexionar el codo con un pe- mos mencionado, en series temporalmente ordenadas de
PI AP PI Far
AP
tA tA
Figura 131. Representación gráfica de ejemplos de un modelo de inervación corto (izquierda) y de un programa temporal largo (de Bauers-
feld/Voss, 1992, 19).
PI = Duración de la preinervación (ms) tA = fase de actividad principal
Far = Fase de actividad reducida (ms) Trazo grueso = músculo gastrocnemio
AP = tiempo de actividad hasta el primer pico. Trazo fino = músculo recto femoral
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Fuerza en kp
Sujeto R. E.
40
25 kg de peso
30
20
10 kg de peso
10
3,5 kg de peso
Figura 132. Curvas-fuerza-tiempo
ms
con diferentes niveles de carga diná-
100 200 300 mica y con contracción isométrica
(Bührle/ Schmidtbleicher, 1981, 267).
impulsos (eléctricos) que activan los músculos necesarios de contracción rápida (fibras de tipo II, subdivididas en fi-
para el correspondiente movimiento– son modelos moto- bras II c, II a y II b), y por tanto también la velocidad de
res elementales, independientes de la fuerza, importantes contracción máxima. Las fibras II b se pueden entrenar de
sobre todo con movimientos balísticos. forma selectiva mediante el correspondiente entrenamien-
Los movimientos balísticos implican aplicaciones ex- to (v. pág. 255), de modo que se puedan aprovechar para
plosivas de la fuerza, caracterizadas por un tiempo de determinados movimientos de fuerza rápida.
arranque breve, una velocidad máxima y la imposibili-
dad de corrección mientras se ejecutan. Se trata, por tan- 3. De la fuerza de contracción de las fibras musculares uti-
to, de contracciones de velocidad máxima, que transcu- lizadas, esto es, de la sección transversa de las fibras mus-
rren de forma programada con antelación (cf. también culares de contracción rápida necesarias para los movi-
Tidow/Wiemann, 1993, 93). mientos rápidos máximos, en particular de las fibras II b.
En el ámbito de la fuerza rápida podemos distinguir,
Las diferencias cualitativas se ven reflejadas en los sal- desde el punto de vista de la metodología del entrenamien-
tos –p. ej., los saltos en profundidad (pliométricos)– to, entre fuerza inicial y fuerza explosiva.
en el sentido de que el programa temporal corto pre- Por fuerza inicial –una subcategoría de la fuerza explo-
senta tiempos de contacto con el suelo por debajo de siva– entendemos la capacidad para efectuar un recorrido
170 ms, mientras que el largo presenta valores superio- ascendente de la fuerza muy intenso al inicio de la con-
res (Bauersfeld/Voss, 1992, 18). tracción muscular.
La fuerza inicial es determinante para el rendimiento
con movimientos que requieren una velocidad inicial ele-
2. Del tipo de fibras musculares activadas vada (p. ej., boxeo, esgrima); se basa en la capacidad para
Como muestran varios estudios bioquímicos, el grado movilizar el mayor número posible de unidades motoras al
de asentamiento del impulso de fuerza inicial está en co- comienzo de la contracción, generando así una fuerza ini-
rrelación directa con el porcentaje de fibras FT, al contra- cial elevada.
rio que el desarrollo de la fuerza máxima, en el cual parti- La fuerza inicial se basa sobre todo en la velocidad del
cipan tanto las fibras FT como las ST (cf. Bosco/Komi, programa motor (v. punto 1), y presenta un cierto grado
1979, 275). de independencia con respecto de la fuerza.
Como muestra la figura 32, las fibras II b presentan el Por fuerza explosiva entendemos la capacidad para efec-
tiempo de contracción más rápido de las fibras musculares tuar un recorrido ascendente de la fuerza lo más pronun-
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– efecto fisiológico controlado, en todas las modalidades en las que deciden los movimien-
– disposición en bloque dentro del microciclo. tos de fuerza rápida de extremidades o de tronco prolonga-
dos durante mucho tiempo, como, por ejemplo, en boxeo,
• Las capacidades de fuerza específicas de la modalidad
esgrima, patinaje artístico y en todos los grandes juegos
necesitan su desarrollo/estabilización durante todo el
(fútbol, voleibol, etc.).
año, hasta que la competición decisiva se encuentre rela-
La resistencia de fuerza rápida depende en gran medida
tivamente cercana. Ello exige el incremento de los estí-
de la velocidad de la capacidad de recuperación y, por tanto,
mulos de entrenamiento de la fuerza a lo largo de los mi-
de una capacidad bien desarrollada de rendimiento en resis-
crociclos y mesociclos del año.
tencia, tanto general como local, aeróbica y anaeróbica.
• Un entrenamiento eficaz de la resistencia de fuerza exige
Distinguimos entre resistencia de fuerza general y local,
una evolución sistemática del uso de los medios de en-
dinámica y estática. Por resistencia de fuerza general enten-
trenamiento a lo largo del año.
demos la capacidad de la periferia corporal para soportar
• El contenido principal del entrenamiento de fuerza tiene
la fatiga mientras trabaja más de una séptima o de una sex-
que coincidir con (ajustarse a) la principal tarea plantea-
ta parte del conjunto del músculo esquelético; por resis-
da en cada microciclo y mesociclo.
tencia de fuerza local entendemos la capacidad de la pe-
• El estadio de desarrollo de las capacidades de fuerza es-
riferia corporal para soportar la fatiga mientras trabaja
pecíficas de la disciplina (el efecto del entrenamiento)
menos de una séptima o de una sexta parte del conjunto
tiene que controlarse regularmente, y la posibilidad de
del músculo esquelético (Frey, 1977, 346).
reproducir el entrenamiento de fuerza efectuado tiene
que garantizarse mediante la correspondiente documen-
tación del entrenamiento.
Formas especiales
A la fuerza máxima, la fuerza rápida y la resistencia de
Una forma especial de la resistencia de fuerza es la resis- fuerza añade Frey (1977, 347) las siguientes formas espe-
tencia de fuerza rápida. Tiene una importancia excepcional ciales de la fuerza:
contráctil
Elemento
elástico
(isométrica)
(isotónica)
Peso
• Fuerza límite: entendemos por fuerza límite la fuerza romuscular es capaz de adecuarse, con procesos muy com-
máxima voluntaria más las reservas de rendimiento que plejos de activación-desactivación de unidades neuromus-
se pueden liberar mediante componentes psíquicos (y culares, a momentos de fuerza cambiantes de las cargas y a
fármacos). cambios de velocidad específicos del movimiento.
• Fuerza absoluta: desarrollo de fuerza con independencia
del peso corporal.
• Fuerza relativa: alude al desarrollo de fuerza en función La contracción muscular auxotónica es la forma más fre-
del peso corporal. cuente en el ámbito del deporte.
A pesar de su aparente variedad en cuanto a las exigen- entrenamiento de niños y jóvenes tiene que plantearse la
cias, la mayoría de las modalidades deportivas tienen una optimización no sólo de la musculatura de rendimiento o
estructura de cargas muy limitada o unilateral. En los jue- funcional, sino también, en buena medida, de la muscula-
gos deportivos, por ejemplo, las formas de trabajo típicas tura postural. De esta forma se previenen a su debido tiem-
son las siguientes (cf. Medler 1990, 27): po y de forma eficaz los dolores en la zona lumbar, típicos
de muchos deportistas (jugadores, entre otros), que pre-
– Cargas de la musculatura de frenado en el ámbito del pie,
sentan en su cuadro etiológico un desarrollo insuficiente
la pierna y la cadera, practicadas en todas las modalida-
de la musculatura del abdomen y la espalda.
des de juego (“deporte de peatones”).
– Movimientos de tijera y de giro con cambios de direc-
Como resumen podemos señalar que existen muchos
ción y reacciones rápidas.
motivos para efectuar un entrenamiento de la fuerza. Sin
– Cargas de la musculatura extensora con movimientos de
un grado mínimo de fuerza (en función de la edad del de-
carrera, esprint y salto.
portista, de su capacidad de rendimiento y de su nivel de
– Cargas de fuerza rápida de los músculos flexores de la
exigencia), no se puede traducir en hechos una capacidad
cadera en todos los arranques y saltos.
óptima de rendimiento individual. Los niveles de fuerza
Semejante trabajo muscular unilateral origina un desa- inicial y adquirida inciden de forma inmediata sobre la efi-
rrollo muscular unilateral y por tanto una relación de de- cacia del entrenamiento en el proceso a largo plazo y favo-
sequilibrio cada vez más fuerte entre la musculatura de recen o inhiben el desarrollo de la capacidad de rendi-
impulso y de rendimiento y los músculos antagonistas y miento deportivo.
de sustentación, cada vez más descuidados; esta situación
puede originar a largo plazo pérdidas de rendimiento de
todo tipo, lesiones y cuadros dolorosos (cf. Spring y cols., Interacciones de la fuerza
1986, 114; Knebel/Herbeck/Hamsen, 1988, 29; Medler, con otras capacidades motoras
1990, 28).
Fuerza y velocidad
2. Como profilaxis de lesiones
Como hemos expuesto ya en el apartado de la fuerza
Una musculatura bien o suficientemente desarrollada
rápida (v. pág. 216), la velocidad (cíclica y acíclica) se en-
es la protección más eficaz del aparato locomotor. Sin el
cuentra en estrecha correlación con un programa temporal
apoyo de la musculatura, las cápsulas articulares y liga-
corto y con el correspondiente espectro de fibras muscula-
mentos no son capaces de amortiguar las enormes fuerzas
res (porcentaje y fuerza de las fibras musculares de con-
que actúan sobre el aparato locomotor durante la competi-
tracción rápida, sobre todo de las fibras II b). La fuerza rá-
ción (cf. Jenoure/Segesser, 1987; Denner, 1987, 12; Bi-
pida y la velocidad dependen, pues, en gran medida de las
sanz/Gerisch, 1988, 88). El estudio de Benedict/Walker
relaciones de fuerza existentes (cf. Röcker y cols., 1971,
(1968) encontró en los músculos más fuertes una resisten-
281; Stoboy, 1973, 157; Zanon, 1973, 269; Adam/ Verjo-
cia superior ante las roturas; en el ejemplo de los extenso-
yanski, 1974, 147; Bührle/Schmidtbleicher, 1981, 11 s.).
res de la pierna, más fuertes que los flexores, dicha resis-
El aumento de la velocidad de contracción que tiene lu-
tencia era un 20 % mayor. Los desequilibrios en la fuerza
gar al aumentar la fuerza se basa en los siguientes hechos
de grupos musculares antagónicos –el ejemplo más habi-
fisiológicos del músculo: en el proceso de contracción, los
tual es el de los músculos abdominales frente a los de la es-
elementos contráctiles (v. pág. 76) forman entre sí de ma-
palda– son causa frecuente de lesiones que pueden poner
nera transitoria puentes cruzados, que les permiten, a mo-
en peligro la consolidación a largo plazo del rendimiento y
do de un telescopio, deslizarse unos entre otros y acortar el
de la capacidad de carga (cf. Lehmann, 1991, 16).
músculo. Cuanto mayor es, por una parte, el número de
puentes cruzados por unidad de tiempo, mayor es la fuerza
3. Entrenamiento de la fuerza en el sentido de una profilaxis
muscular desarrollada: una de las condiciones básicas para
postural
una contracción rápida. Por otra parte, la velocidad de
En la época actual, poco amiga del movimiento, que contracción depende también, según Karl (1972, 275), de
impone horarios tan prolongados de vida sedentaria (en la la alternancia constante entre adherencias y desprendi-
escuela y en el trabajo), una gran parte de los escolares pa- mientos de los puentes cruzados, esto es, de la asincronía
decen debilidades posturales por falta de un desarrollo su- de estos puentes cruzados. Sin embargo, el aumento espe-
ficiente de la musculatura del tronco (cf. Wasmund- cífico, producido por el entrenamiento, de la sección trans-
Bodenstedt/Braun, 1983, 17/18). Por este motivo, en el versa del músculo (por acumulación de proteínas contrác-
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tiles; el proceso se refiere sobre todo a las fibras II b) permi- Fuerza y resistencia (larga duración)
te incrementar, en paralelo al número de puentes cruzados
Con el incremento de la sección transversa del múscu-
potenciales, el número de puentes cruzados asíncronos y,
lo desciende el rendimiento en resistencia debido a las des-
en consecuencia, la velocidad de contracción.
favorables condiciones que se crean para la difusión, el in-
tercambio y la evacuación de sustratos, oxígeno y residuos
Fuerza y flexibilidad del metabolismo.
La flexibilidad no experimenta cambios significativos Los correlatos orgánicos que sirven de base a la fuerza y
como consecuencia de un aumento o un retroceso de la a la resistencia no se pueden desarrollar de forma máxima
fuerza (Kos, 1970, 121 s.). No obstante, un aumento de la y simultánea. La expresión coloquial “no puede correr de
flexibilidad con desarrollo simultáneo y marcado de los pura fuerza” indica que el objetivo de alcanzar un alto gra-
músculos que rodean las articulaciones (como ocurre, p. do de las capacidades físicas sólo se puede lograr de una
ej., en gimnasia de aparatos) requiere un volumen consi- manera (cf. Israel, 1991, 338). No obstante, trabajar con el
derable de ejercicios de estiramiento y relajación. Sólo si método de repeticiones contra resistencias elevadas (50 %
aumenta de forma extraordinaria la masa muscular (como y más de la fuerza máxima) no disminuye la capacidad; co-
ocurre, p. ej., en el levantador de pesas) y si se descuidan mo aquí la resistencia de fuerza adquiere un papel relevan-
los ejercicios compensatorios, se puede producir una res- te, el deportista que posea un mayor nivel de fuerza má-
tricción motora de origen en parte mecánico. xima efectuará un mayor número de repeticiones (cf.
Shaver, 1970, 170 s., v. pág. 221).
100
80
60
40
20
años aumenta de forma notable en los varones, alcanzando Fuerza y secreción de hormona sexual en el transcurso
su punto álgido entre los 20 y los 30 años de vida, para ca- de la vida en relación con la edad y el sexo
er a continuación de forma rápida. En el sexo femenino los
cambios de la entrenabilidad son relativamente escasos En la figura 136 se observa que la fuerza de chicos y
con el transcurso de los años (cf. fig. 135). El aumento chicas es prácticamente igual en la edad infantil –más o
más marcado de la entrenabilidad de la fuerza se puede menos hasta el duodécimo año de vida (cf. Fukunaga,
comprobar en el ámbito de la pubescencia y la adolescen- 1976, 261; Frey, 1978, 174)–. Con el paso de los años, la
cia (v. pág. 349). fuerza de los chicos aumenta rápidamente –en las chicas
El período es entre los 12 y 14 años en especial, pues en este ascenso es moderado–, para alcanzar el nivel máximo
este momento, según una serie de estudios efectuados en entre los 20 y los 30 años. En etapas posteriores, la fuerza
América, el porcentaje de las llamadas fibras intermedias disminuye de forma progresiva.
–que no pertenecen claramente a las ST, de contracción La causa de las diferencias de fuerza entre hombre y
lenta (I) ni a las FT, de contracción rápida (II)– alcanza un mujer radica en la mayor presencia en el hombre de testos-
14 % en los chicos y un 10 % en las chicas. Con el corres- terona (hormona sexual masculina), cuyo efecto incre-
pondiente entrenamiento, estas fibras pueden transfor- menta el anabolismo (síntesis) de proteínas: la sección
marse en fibras ST o FT. Esta circunstancia debería aprove- transversa del músculo en la mujer alcanza sólo un 75 %
charse en el sentido de un entrenamiento acentuado de la respecto de la del varón; pero incluso con la misma sec-
fuerza rápida, pues posteriormente la transformación de ción transversa la fuerza de la mujer es menor, pues las di-
fibras ST en FT resulta ya imposible (al contrario que las ferencias de origen hormonal implican diferencias en la
de FT en ST). Otra razón para efectuar un entrenamiento composición porcentual del tejido: el porcentaje de tejido
de este tipo tiene que ver con las buenas condiciones que graso en la mujer dobla aproximadamente el del hombre
se dan en este período para entrenar la velocidad (tanto cí- (Fukunaga, 1976, 259).
clica como acíclica; cf. Bauersfeld/Voss, 1992, 45 y 84). La fuerza de la mujer adulta llega, según Hettinger (ci-
Nada más concluir un entrenamiento de fuerza se pro- tado en Frey, 1978, 174) hasta los dos tercios de la fuerza
duce un aumento a corto plazo de la testosterona, sobre to- del hombre. No obstante, esto afecta sólo a la musculatura
do si las intensidades han sido elevadas (cf. Kraemer, de las extremidades (sobre todo fibras FT) y no a la mus-
1988, 153). Hablaremos de este aumento al tratar de la si- culatura del tronco (sobre todo fibras ST), que no muestra
tuación del metabolismo anabólico que requiere la hiper- diferencias específicas de los sexos.
trofia muscular.
100
80
mg/24 horas
60
40
20
Edad (años)
0 Figura 136. Fuerza (a) y secreción de
0 10 20 30 40 50 60 70 hormona sexual (b) en el transcurso de
la vida en relación con la edad y el sexo
(en Hettinger, 1966, 28 y 103).
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Efectos del entrenamiento de la fuerza sobre el sistema de tiempo (necesita un entrenamiento de varias semanas
neuromuscular de duración), el aumento de la fuerza se explica necesaria-
mente por las mejoras del rendimiento coordinativo. Sólo
Incremento de las reservas energéticas y de las enzimas
del metabolismo anaeróbico en el transcurso posterior de un entrenamiento de este ti-
po (v. pág. 227) se produce el ascenso de la fuerza por el
Un entrenamiento intenso de la fuerza produce no sólo incremento de la sección transversa de la fibra, y por tanto
cambios en la fuerza del músculo, a través de diferentes del músculo en su conjunto (Friedebold/Nüssgen/Stoboy,
mecanismos morfológicos y coordinativos (v. infra), sino 1957, 401; v. fig. 137).
también un aumento de sus reservas de glucógeno y fosfo- Con la misma masa muscular, esto es, con la misma
creatina (Saltin, 1973, 137s.; Jakovlev, 1975, 133). Depen- sección transversa del músculo, el deportista con la mejor
diendo del tipo de entrenamiento de fuerza, las reservas de coordinación intramuscular e intermuscular será el que
fosfocreatina se pueden incrementar entre un 20 % y un 75 pueda desarrollar un mayor nivel de fuerza.
% (cf. Hollmann/Hettinger 1980, 222).
Mejora de la inervación intramuscular
Optimización de la coordinación intramuscular e intermuscular
La mejora del rendimiento coordinativo intramuscular
Como muestra la práctica deportiva, el aumento de la se explica por una mejora de la inervación, es decir, con
fuerza se produce nada más iniciarse su entrenamiento. una contracción voluntaria se puede contraer más fibras
Como el aumento de la masa muscular requiere algo más musculares de forma sincrónica (cf. fig. 138).
Tiempo
Figura 137. Adaptación muscular en el entrenamiento de la fuerza (modificado de Sale, 1988, 142).
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Si el aumento de la fuerza es progresivo, se produce un desplazamiento hacia la izquierda y un ascenso más pro-
reclutamiento creciente de unidades motoras, cada vez nunciado.
más numerosas y más fuertes (cf. fig. 139); al final se en- Los cambios que aparecen en la figura 141 como con-
cuentran las unidades motoras más fuertes de las fibras secuencia (esperada) de un entrenamiento específico de la
IIb. fuerza se pueden constatar también en la realidad (cf. Häk-
Como se puede ver en la figura 140, el ascenso de la kinen/Komi/Alén, 1985, 587 s.). De la figura 141 se dedu-
fuerza provocado por el entrenamiento va acompañado de ce asimismo que las unidades motoras más fuertes presen-
un aumento paralelo de la actividad electromiográfica, lo tan también una frecuencia de activación más elevada.
cual es indicio de que ha crecido el número de unidades La mayor capacidad de activación de una musculatura
motoras activadas y/o la frecuencia de inervación de di- entrenada se puede reconocer también en el electromio-
chas unidades (cf. Komi, 1986, 10). Con un entrenamien- grama (v. también pág. 228, cf. fig. 142). Como muestran
to específico de la fuerza rápida se puede conseguir un los estudios de Moritani/DeVries (1979, 115 s.), después
cambio de las curvas de fuerza rápida (v. también pág. de un entrenamiento de la fuerza aumentan la actividad
295) y del electromiograma (EMG), en el sentido de un reflejada en el EMG y la sección transversa del músculo en
Tensión muscular
UM 4
Umbral de las UM 4
Tensión muscular
UM 3
Umbral de las UM 3
Tensión muscular UM 2
Umbral de
las UM 2
Tensión muscular UM 1
Tiempo
UM 1:
UM 2:
UM 3:
Figura 139. Representación esquemá-
tica del reclutamiento de las diferentes
UM 4: unidades motoras (UM) con desarrollo
Frecuencia de activación progresivo de la fuerza (modificado de
Winter, 1979).
PARTE II 125-498 30/12/04 07:50 Página 228
160
EMG
140
EMG
el brazo entrenado. A través del conocido efecto de la menos como promedio para rendir un trabajo determina-
transferencia (v. pág. 526) se puede constatar también en do (cf. fig. 142). Este efecto no se puede constatar en el
el brazo no entrenado un aumento de la fuerza y de la acti- brazo no entrenado (aquí no se produjo hipertrofia mus-
vidad EMG, pero no de la sección transversa del músculo, cular).
indicio de que el efecto de transferencia se basa en una Con un desarrollo de la tensión explosiva, de fuerza rápi-
adaptación neuronal (mejora de la capacidad de rendi- da, se produce un cambio total del modelo de inervación
miento coordinativa; cf. también Sale, 1988, 135). anterior. Como se puede ver en los estudios de Des-
La hipertrofia del músculo debido al entrenamiento medt/Godaux (1977, 673 s.), con movimientos de fuerza
produce en el brazo entrenado un descenso de la relación rápida –conocidos como movimientos balísticos– el um-
“activación del EMG : fuerza dada”. La causa radica en que bral de reclutamiento para todos los tipos de fibra descien-
después del correspondiente entrenamiento de la fuerza de hasta cero; de esta forma se contraen primero las fibras
disponemos de más elementos contráctiles que antes, es con el menor tiempo de contracción, y sucesivamente se
decir, las diferentes unidades motoras tienen que activarse van contrayendo las fibras con tiempos de contracción
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Fuerza
Superficie de sección
transversal del músculo
Actividad EMG
Actividad EMG/fuerza
Figura 142. Los efectos de un entrenamiento de la fuerza (en los flexores del brazo) sobre la fuerza, la sección transversa de los músculos y la
activación de las unidades motoras (expresada mediante el EMG): izquierda, en el brazo entrenado; derecha, en el brazo no entrenado (de Mo-
ritani/DeVries, 1979, 116).
mayores. En contracciones isométricas balísticas se dan En un entrenamiento con pesos ligeros se puede espe-
los siguientes tiempos de contracción para los diferentes rar que el ascenso de las curvas del EMG y de la fuerza se
tipos de fibras musculares: produzca muy al principio de la contracción muscular
(desplazamiento hacia la izquierda; cf. también fig. 141,
1. Fibras rápidas del tipo II: 60 ms. pág. 228), y con un entrenamiento con pesos elevados
2. Fibras intermedias: 100 ms. hay que contar que se producirá un desplazamiento hacia
3. Fibras lentas: 140 ms. atrás del ascenso de la curva (desplazamiento hacia la de-
recha).
Importante. En movimientos balísticos rápidos, todos
los tipos de fibras musculares participantes inician su
contracción en el mismo momento, pero alcanzan su Importante. Dependiendo del tipo de entrenamiento y
grado máximo de contracción en momentos diferentes, de la cuantía de la carga, se produce una adaptación es-
pues necesitan tiempos distintos para desarrollar su má- pecífica de la gráfica de ascenso de la fuerza (cf. Häkki-
ximo de fuerza. nen/Komi, 1985, 65, v. también pág. 277).
300,00
250,00
200,00 Suj. 13
Suj. 2
150,00
Suj. 4
100,00
Suj. 11
50,00
0,00
0 100 200 300 400 500 600
Tiempo [ms]
Figura 143. Evaluación de las curvas de fuerza explosiva de los músculos isquiotibiales en cuatro sujetos participantes en la prueba (de Ti-
dow/Wiemann, 1993, 140).
Trapecio Trapecio
Figura 144. Activación muscular (EMG) en un nadador de crol no entrenado (izquierda) y en uno entrenado (derecha; modificado de Ikai,
1964, y Åstrand, 1970).